Hechos n˚5 – Con el Poder del Espíritu para Ser la Iglesia de Jesús (Hechos 2:38–47)

La Definición de la Iglesia

Bienvenidos a la Iglesia Mars Hill. Hoy la gran pregunta es: ¿Qué es una iglesia? ¿A cuántos de ustedes les preguntaron esta semana: «¿Qué hiciste esta semana?», y contestaron: «Fui a la iglesia»? Si les preguntaran ¿qué es una iglesia? ¿Cómo responderían? ¿A dónde los referirían en la Biblia?

A decir verdad, hay muchas iglesias, hay muchos cristianos, y la mayoría de los cristianos no saben realmente qué es una iglesia.

He escuchado definiciones raras, pienso yo, a través de los años, de lo que es una iglesia. Hace unos años noté que había unos hombres solteros… siempre son los solteros. Siempre hacen las mejores ilustraciones. Unos hombres solteros que asistían a la iglesia no venían en temporada de verano. Y les pregunté: «¿Por qué no vienen a la iglesia en el verano?». Me dijeron: «Oh, es que asistimos a otra iglesia». Y les dije: «¿Y a qué iglesia asisten?». «Nos levantamos y pasamos el tiempo juntos como hermanos cristianos. Llevamos nuestro bote al lago y hacemos esquí acuático todo el día en la gloriosa creación de Dios. Y en el verano, esa es nuestra iglesia».

¿Eso es una iglesia? No, son unos tipos solteros en un lago. Eso no es una iglesia.

Otros me decían: «Sabe, tenemos una cafetería, salimos a comer, vamos a un bar y pasamos el tiempo juntos, y nos visitamos, y la responsabilidad, ¿sabe? Pasamos un tiempo agradable juntos. Esa es mi iglesia».

¿Eso es una iglesia? No, no es una iglesia.

Algunos dicen: «Pues tenemos una paraiglesia. Mamá tiene un estudio cuasi bíblico para las mujeres, y después llevamos a los niños a lo suyo, y los jóvenes de preparatoria van a lo suyo, y los jóvenes universitarios van a lo suyo, y tenemos una colección variada de ministerios paraeclesiales. De modo que en realidad no tenemos iglesia, pero escuchamos canciones de alabanza en la radio, y descargamos unos podcast, y revolvemos todas esas cosas en un guisado enorme, y para nosotros eso es una iglesia».

¿Eso es una iglesia? No, eso no es una iglesia. ¿Son malas estas cosas? No, no estamos contra el café, el esquí acuático, que los niños se reúnan a estudiar la Biblia. Todas esas cosas pueden estar perfectamente bien, pero no son la iglesia.

¿En dónde encontrarían la la definición de la iglesia, para explicar la iglesia, para articular qué es la iglesia? ¿Cuántos de ustedes irían a Mateo 18 donde dice−y esta es la definición más común de la iglesia que he escuchado, y está mal, así que no la repitan confiadamente− pero en Mateo 18 dice: «Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos», dice el Señor Jesús.

Y después llega la gente y dice: «Eso es. Dondequiera que dos o más creyentes estén congregados, el Señor está con ellos. Eso es una iglesia».

¿Lo es? No, Mateo 18 habla de la disciplina en la iglesia. Si una persona tiene un conflicto con otra persona, necesita presentarlo ante dos o tres testigos para ayudar a desatar el nudo.

Los Que Menos Probabilidad Tienen de Participar en una Iglesia

Así no se define una iglesia, ese es el número de testigos que la iglesia requiere para desenredar cualquier nudo relacional pecaminoso. Acudimos más bien a Hechos 2:38–47. Pueden encontrarlo en sus Biblias o en la Biblia simulada de su teléfono, y vamos a estudiarlo juntos; vamos a ver qué pasa cuando el Espíritu Santo aparece y despierta al pueblo para que amen la salvación de Jesús, y lo que sucede cuando el Espíritu Santo está presente entre el pueblo de Dios.

Este evento que vamos a examinar, ocurrió justo después del sermón de Pedro, y solo quiero mencionar una cosa sobre ese sermón. Dice varias veces en ese sermón: «Varones, varones, varones». Está hablando a todos, pero hace hincapié en los hombres, y dice que esta buena noticia de Jesús es para ustedes y para sus hijos.

Quiero que todos escuchen, pero sobre todo los hombres. Los que menos probabilidad tienen de participar en una iglesia son los hombres jóvenes, solteros, de veinte a treinta años de edad. Necesitan asistir a la iglesia para aprender a ser hombres piadosos, para que cuando Dios les conceda la oportunidad de ser esposos y padres estén preparados para eso. Para los que somos esposos, una de las decisiones más importantes que tomamos, también si somos padres, es escoger la iglesia donde vamos a participar, porque ahí estarán nuestros amigos que nos darán consejo y a quienes daremos consejo. Ahí estarán las amistades de nuestras esposas, con las que hablarán y de las que aprenderán, y mediante las cuales recibirán buenos o malos consejos. Ahí estarán las amistades de nuestros hijos, y el modelaje familiar que experimentarán, e incluso podrían estar las personas con quienes podrían casarse.

Veo un error común de los hombres que escogen una ciudad o un trabajo sin considerar: «¿Habrá una iglesia buena, piadosa, que crea en la Biblia, y que ama a Jesús, a la que pueda pertenecer, y a donde podamos participar, adorar, y crecer juntos, y servir y dar juntos, para el bienestar y el legado de las generaciones futuras?».

Quisiera sugerir que una de las decisiones más importantes que tomarán, es escoger una iglesia que consideren su hogar, así que les damos la bienvenida a Mars Hill. Si nos están visitando, quiero que por la gracia de Dios encuentren una buena iglesia cerca de su casa. También, cuando hablen con otras personas, quiero que les ayuden a encontrar una buena iglesia.

Un Imagen de la Iglesia del Nuevo Pacto

Así que vamos a leer juntos lo que eso significa. Hechos 2:38–47—nos gusta la Biblia, ¿verdad? Vamos a leer una porción de la Biblia juntos: «Y Pedro», ese es el líder, «les dijo», es un sermón. «Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo». Ahí está el cristiano. Recibe el Espíritu Santo, cuando se arrepiente de su pecado y cree en Jesús, y lo demuestra por medio del bautismo.

Continúa diciendo: «Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos», o sea, es un legado, «y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame. Y con muchas otras palabras», expliquemos esto. Es parte del sermón de Pedro, y lo que tenemos en la Biblia son resúmenes de sermones, ¿de acuerdo? Generalmente los sermones eran más largos que la transcripción misma en la Biblia, o sea que este es un resumen selectivo de la transcripción.

Algunos de ustedes al leer la Biblia piensan: «Hombre, qué sermones tan cortos. Los de Mark no son muy cortos. Entonces, Mark no es bíblico». Oh, no, Mark, aquí mismo en la Biblia, con mucho gusto les mostrará que los sermones eran muy largos. Porque Pedro usó ¿cuántas palabras? Muchas . . . horas. Eran sermones largos, ¿verdad? Sermones largos, amén. Soy bíblico, a sus órdenes.

Bien, verso 40: «Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas. Y se dedicaban a—» Quiero que presten mucha atención a esta palabra. Es un estilo de vida constante, habitual, continuo, ¿verdad? No es como la escuela secundaria, que dura un par de años y se acaba, y después uno sigue con su vida. El cristianismo es un estilo de vida continuo, de estudio bíblico, de arrepentirse del pecado, de generosidad, de adorar a Jesús, y de amistad con el pueblo de Dios. Todas las cosas que vamos a examinar hoy juntos, eran constantes, habituales, un nuevo estilo de vida.

«Y se dedicaban»—esa es la palabra—«continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración. Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno. Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos».

Jesús muere por el pecado. Jesús resucita por los pecadores. Jesús asciende al cielo. Jesús envía la presencia y el poder de Dios y la Persona del Espíritu Santo, desde arriba, y cuando llega el Espíritu Santo, la iglesia surge a la existencia. Las personas renacen y juntos se vuelven el pueblo de Dios.

Y eso es lo que vemos aquí en la Iglesia del nuevo pacto, así que vamos a ver la iglesia de Jesús empoderada por el Espíritu.

Un par de cosas. Ante todo, la iglesia es de Jesús. La iglesia pertenece a Jesús. No a usted, no a mí, no a nosotros; pertenece a Él. Por eso queremos escucharle, seguirle, obedecerle, y amar y seguir a la iglesia, porque Jesús amó a la iglesia y Él sirve a la iglesia.

Además, la evidencia del Espíritu Santo, las marcas que deja la iglesia no son las tradiciones religiosas de lo que hacemos por Dios, sino el Espíritu Santo que coloca la vida de Jesús en nosotros y nos llama y nos constriñe con gran entusiasmo y gozo a tener ciertas evidencias de esta nueva vida en Jesús.

Principios y Métodos

También quisiera distinguir entre principios y métodos, y esto es muy importante. La Biblia tiene principios para todas las iglesias, y a las iglesias les corresponde determinar sus métodos. La Biblia dice que prediquemos. ¿Significa que debemos predicar sobre este libro de la Biblia, o ese libro de la Biblia, o sobre un tema particular? ¿Lo hacemos con video, o no? Esos son métodos.

La Biblia dice: «Prediquen la Palabra». Ese es el principio, pero hay métodos. La Biblia dice que cantemos salmos e himnos espirituales. Ese es el principio. ¿Cuáles cantos? ¿Qué clase de música? ¿Con cuáles instrumentos? Depende de la nación o cultura donde estemos. En China será diferente que en la India, será diferente que en Estados Unidos, será diferente que en las Filipinas. Alabado sea Dios, sus canciones serán diferentes, su música será diferente, sus instrumentos serán diferentes, su idioma será diferente; el principio no cambia.

Quiero que sepan esto. Hoy examinaremos los principios. Veremos algunos métodos de cómo hacer esto Mars Hill, pero hay otras iglesias con los mismos principios que emplean un método diferente y no los juzgamos, no los menospreciamos, no los criticamos, debemos amarlos, ¿amén? Amamos a todas las iglesias que aman a Jesús y que se adhieren a los mismos principios bíblicos.

Por último, una persona puede ser cristiana, pero se necesita el pueblo de Dios para ser la iglesia. Si usted tiene una relación personal con Jesús, pero es parte de la familia de Dios, y ambas cosas son importantes. Y el mundo en que vivimos es muy individualista. Las personas se preocupan más por su relación personal con Jesús que por participar en la familia de Jesús. Usted puede ser cristiano por sí solo, pero no puede ser la iglesia por sí solo.

Las Marcas de la Iglesia de Jesús

Lo que vamos a hacer ahora es ver: ¿Qué es la iglesia de Jesús? ¿Cuáles son las marcas de la iglesia de Jesús? ¿Cuáles son las evidencias de que el Espíritu Santo ha hecho surgir a la existencia la iglesia de Jesús?

¿Saben por qué estoy emocionado? Porque los amo y amo a la iglesia, y estoy muy emocionado por lo que Jesús hizo y lo que hará en nuestro futuro; y los últimos diecisiete años han sido de dolor y gozo para mí al tomar parte en la Iglesia Mars Hill. A veces ustedes son difíciles, pero Dios siempre es bueno, y tenemos las mejores personas, y yo los amo, y necesito que sepan qué es una iglesia, y quiero que amen nuestra iglesia.

Así que aquí tienen su acrónimo. Para los campeones de deletreo, es un gran día para ustedes. Su acrónimo es "_Jesus’ Church_” (La Iglesia de Jesús) J-E-S-U-S, espacio, C-H-U-R-C-H. Y sé que hay puntuación ahí, pero no hay que ser tan detallados, ¿de acuerdo? “La iglesia de Jesús”. Escríbanlo, tomen notas, están muy emocionados. Bien, uno de ustedes es− empecemos. Bien, ya empezamos.

J – Predicación y Enseñanza de la Biblia Centrada en Jesús

La primera es: La predicación y enseñanza de la Biblia centrada en Jesús. En Hechos 2:14, «Pedro»—ese es nuestro líder—«alzó la voz». ¿Qué está haciendo? ¿Qué está haciendo? ¿Qué está haciendo? Está gritando. Me encanta eso, me encanta mucho. Ahí está en la Biblia. «Pedro… alzó la voz y les declaró». Es un sermón. Está a punto de predicar. Así es la predicación.

Y en Hechos 2:42: «Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles». O sea que hay predicación y enseñanza de la Biblia, centradas en Jesús, y toda marca de la iglesia, toda evidencia del Espíritu Santo que hace que la iglesia surja a la existencia, tiene a Jesús como su fundamento. De lo que estamos hablando aquí es la Palabra de Jesús. Estamos hablando de las Escrituras, las cuales revelan a Jesús.

Mars Hill, somos una iglesia que cree en la Biblia, ¿amén? Si son nuevos, creemos que la Biblia es el único Libro que Dios escribió. Creemos que es perfecto, que está en autoridad, que todo lo demás está sujeto a su verdad, y que la idea central de la Biblia es la Persona y obra de Jesucristo; que la Biblia no se trata de nosotros, sino de Jesús. Es para nosotros, pero se trata de Jesús.

Quiero que vean que por medio de la predicación y la enseñanza, la iglesia surge a la existencia. Las personas no nacen con un entendimiento innato de la Persona y obra de Jesús. Eso tiene que predicarse y enseñarse. Tenemos que aprender quién es Jesús y lo que hizo, y todo eso está registrado para nosotros perfectamente gracias al ministerio del Espíritu Santo en las páginas de la Escritura.

Quiero que la iglesia nace por medio de un sermón. Donde no hay predicación y enseñanza de la Biblia, sobre Jesús, no hay iglesia. Podrá ser un club social, o una organización cívica, o algún grupo orientado a una causa, pero no es la Iglesia de Jesucristo. Así como el mundo fue creado por medio de la Palabra de Dios, la iglesia fue creada por medio de la predicación de la Palabra de Dios. Y aquí Pedro acude al Antiguo Testamento, y expresa con claridad profecías del Antiguo Testamento, refiriéndolas todas a Jesús para mostrarles a todos que en últimas se trata, como nos gusta decir en Mars Hill, solo de Jesús.

Pregunta

En cada uno de estos puntos voy a hacerles una pregunta. En la iglesia Mars Hill—esta es la primera— ¿Predicamos y enseñamos la Biblia? Sí, lo hacemos. Creemos que todo empieza ahí. Puede que haya otros aspectos y elementos de la iglesia, y veremos once de ellos, pero finalmente la predicación y enseñanza de la Biblia es lo primero. La predicación y enseñanza de la Biblia son lo primero.

Les pido que oren por mí para que por la gracia de Dios predique bien la Biblia. Ese es el grueso de mi responsabilidad. Tenemos otros predicadores y muchísimos maestros de la Biblia, clases, grupos pequeños, a los que llamamos grupos comunitarios, grupos de redención, días de entrenamiento, consejería, y mucha enseñanza; pero siempre queremos que sea sobre la Biblia y Jesús. Ese es el primero punto.

E – Adoración Emotiva

Segundo, la E significa adoración emotiva. Hechos 2:43: «Sobrevino temor a toda persona». Entienden, la gente dijo: «Qué maravilla. Alguien fue sanado, Dios contestó la oración, alguien fue salvo. Dios está obrando, no estamos solos, vean esto. Dios está aquí y está haciendo cosas en la vida de las personas», y eso los asombraba y los llenaba de alegría. «Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales eran hechas por los apóstoles».

Creemos que Dios todavía sana, por eso le pedimos sanidad, y hemos visto a Dios sanar a su pueblo. Creemos que los oprimidos por espíritus inmundos pueden ser librados. Lo experimentaron en Hechos y lo experimentamos hoy. Vemos que Dios contesta oraciones. Vemos que Dios ayuda, sirve, ama, sana, y provee a su pueblo; y cuando lo hace, nos sobrecoge una sensación de asombro. «¡Qué maravilla! ¡Dios nos ama y está aquí con nosotros!»

Mars Hill, no vamos en pos de señales y prodigios, pero sí creemos que las señales y los prodigios siguen al pueblo de Dios que va en pos de Jesús. No estamos buscando lo más novedoso, le buscamos a Él, y esas cosas nos siguen a nosotros. Jesús dijo: «Una generación perversa y adúltera busca señal». No vamos en pos de las señales y prodigios, vamos en pos de Jesús, y las señales y prodigios siguen a los que van en pos de Jesús.

Después dice en Hechos 2:47 que estaban: «Alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo». Alabando a Dios, ese es el lenguaje de la adoración, ¿verdad? Y aquí estamos hablando de lo digno que es Jesús. Nadie es más digno de adoración que Jesús. Nada es más digno de adoración que Jesús. Nadie se compara con Jesús. Nadie hace lo que hace Jesús. Nadie es como Jesús. Solo Él es digno de nuestra adoración.

La verdad es esta: aún los que no son cristianos van a adorar. Van a adorar a alguien, a un novio, a una novia, marido, mujer, hijos. Van a adorar algo: el trabajo, la salud, la belleza, su mascota, un equipo deportivo, su promedio académico. Van a adorar. Van a dar sus vidas, su energía, su tiempo, sus talentos su tesoro. Van a darse ustedes mismos, quizás solo para sí mismos.

Aquí, cuando alabamos a Dios, y reconocemos la grandeza de Jesús, estamos reconociendo que solo Él es digno de nuestra adoración, ¿amén? Es genial cuando los equipos deportivos se juntan y aclaman y los hinchas se juntan y aclaman a su banda. Es genial cuando algo pasa y las personas se emocionan, y hablan, y se deleitan, y y se regocijan en eso. Pero nosotros nunca dejamos de reconocer que Dios nos ama en Cristo, que Dios vino por nosotros en Cristo, que Dios murió por nosotros en Cristo, que Dios resucitó por nosotros en Cristo, que Dios nos recibió en Cristo, que Dios volverá otra vez, y su nombre es Jesucristo.

Nunca nos repusimos de eso, por eso cantamos y celebramos y nos regocijamos. Esto incluye la adoración privada, en la que cantamos y celebramos. Incluye la adoración en público, en la que nos congregamos y cantamos juntos y celebramos. Y sé que la adoración no es solo cantar, pero ciertamente incluye cantar. Ciertamente incluye cantar.

No se vayan y contristen

Nuestra cultura no está muy familiarizada con el canto, pero alrededor del mundo es más común. Los fanáticos del balompié en todo el mundo, cuando van a un partido, creo que así los llaman, ¿qué suelen hacer? Cantan todo el tiempo. Pues nosotros los cristianos, cantamos.

Así que después del sermón, por favor no se vayan y contristen al Espíritu Santo. No lo contristen yéndose. Al contrario, quédense y canten. Y para los que están aquí y entienden esto, ustedes son como esas personas, dicen: «Me gusta cantar. Me gusta levantar las manos. Jesús me emociona», y si ven que alguien se va, agárrenlos de la mano y levántenla para que canten con usted, ¿amén? Está bien, a la orden, será divertido.

La adoración privada y en público

Bien, ¿qué aspecto tiene la adoración privada y en público para ustedes? ¿Son personas que cuando Dios contesta la oración, cuando Dios les enseña algo, cuando Dios salva a alguien, cuando Dios aparece, paran y se llenan de asombro, y lo único que quieren hacer es alabar a Dios? «Oye, Señor, gracias. Quiero hablar contigo. Quiero cantar, quiero celebrar. Quiero decirles a otros para que ellos puedan cantar y celebrar». Cuando vienen los domingos, ¿buscan motivos para alabar a Dios, motivos para dar gracias a Dios, motivos para celebrar a Dios?

Algunos al contemplar sus circunstancias dirán: «Pero Pastor Mark, la vida es dura». Entiendo eso, pero imagínese si no tuviera a Jesús. Imagínese si no conociera a Jesús. Imagínese si pensara que esta vida es lo único que hay, y que está abandonado y solo, y se muere y deja de existir. O sea, podría ser peor. Cualquier cosa que estemos atravesando es peor si no sabemos que Jesús está con nosotros y por nosotros. Siempre hay motivos para alabar y celebrar.

Así es adoración emotiva. Algunas iglesias lo hacen muy bien, otras son un poco más descafeinadas. Tenemos que despertarlas, ¿verdad? Algunos servicios en varias localidades de nuestra iglesia, son muy entusiastas; en otras, no tanto, ¿cierto? Es bueno emocionarse. Jesús está vivo: ¿son buenas o malas noticias? Me emociono mucho.

S – Miembros Salvos de la Iglesia

Bien, la que sigue: J-E-S, «Miembros salvos de la iglesia». Hechos 2:38–39, «Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo». Jesús viene a vivir en nosotros por medio del Espíritu Santo. «Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame».

Esto se trata del pueblo de Jesús. El mundo está lleno de personas, ¿verdad? El mundo está lleno de personas, pero no todas son el pueblo de Jesús. No todas esas personas aman a Jesús. No todas esas personas sirven a Jesús. No todas esas personas creen en Jesús. No todas esas personas pertenecen a Jesús. No todas esas personas obedecen a Jesús.

O sea que hay una raya en la Biblia entre lo que se llama el mundo, o sea las personas que aún no pertenecen a Jesús− algunos serán salvos, no es demasiado tarde− y la iglesia, los que pertenecen a Jesús, son los cristianos nacidos de nuevo.

Esto es importante. Esto es muy importante. Los domingos, todos son bienvenidos. En los grupos comunitarios, todos son bienvenidos. En los días de entrenamiento, todos son bienvenidos. Para la comunión, no todos son bienvenidos, solo los que son cristianos. Para el bautismo, no todos son bienvenidos para ser bautizados, solo los cristianos. Para hacerse miembros de la iglesia, no todos son bienvenidos; para hacerse miembros necesitan ser cristianos. Para ser líder de la iglesia, no todos son bienvenidos, necesitan ser cristianos. Amamos, servimos y damos la bienvenida a todos, pero trazamos la raya para los que han pasado de muerte a vida, de incredulidad a fe. Para ser miembro de la Iglesia Mars Hill, necesitan ser cristianos. No añadimos muchas condiciones a esa, solo queremos que sean cristianos.

Pregunta

Mi pregunta para ustedes es: «¿Son miembros de nuestra iglesia?». O sea, no asisten y observan únicamente, sino que son miembros de la familia. De eso estamos hablando, miembros de la familia. La iglesia es una familia. No es como ser miembros de alguna organización cívica. Es ser miembros de una familia. «Voy a amar a mis hermanos y hermanas, y voy a cuidar a mi familia, y voy a averiguar qué tarea tiene el Padre para mí en nuestra familia proverbial. ¿Qué quieres que haga? Aquí estoy para ayudar y servir».

Esto es muy importante porque las iglesias que no requieren que sus miembros sean cristianos, se meten en toda clase de problemas porque después empiezan a dejar que los no cristianos voten sobre asuntos doctrinales, disciplinarios, y de dirección. Hacerse miembro es una puerta al liderazgo, por eso sus líderes de grupos comunitarios y de redención, sus líderes de los equipos de adoración, sus líderes en los equipos de servicio, sus diáconos, sus ancianos; si no tienen miembros cristianos, pronto tendrán líderes que no son creyentes. De hecho, conozco iglesias donde el pastor no es creyente. De alguna manera, la denominación permitió a uno que no es cristiano ser el pastor. O sea, es impensable lo que ocurre a veces.

Tenemos clases para hacerse miembros, un proceso para hacerse miembros, y quisiéramos preguntarles: ¿son miembros? Si no, por favor háganse miembros y únanse a nuestra familia de la iglesia. Y si no se unen a nuestra familia de la iglesia, por favor encuentren otra familia en otra iglesia y háganse miembros allá. Esto es importante, porque lo que sucede es que la gente suele escoger aspectos y elementos y distintivos de la iglesia. «Voy a descargar unos sermones». Eso está bien, pero no, eso no es la iglesia. «Escucharé música cristiana de alabanza y cantaré en mi casa o en mi carro». Eso está bien, pero eso no es la iglesia.

¿Pertenece a la iglesia? ¿Es miembro de la iglesia? ¿Está conectado con la iglesia? Jesús ama la iglesia. Jesús murió por la iglesia. Jesús viene otra vez por la iglesia. Las epístolas del Nuevo Testamento fueron escritas a las iglesias. ¿Es usted miembro? Es una pregunta importantísima, y nos gustaría que se uniera a nosotros, por lo tanto, sí los invitamos.

U – Bajo un Liderazgo Piadoso

La siguiente es la U, Bajo un liderazgo piadoso. Esto demuestra que Jesús es nuestro Líder Principal. 1 Pedro 5 nos recuerda que Él es el Príncipe de los Pastores. Él es nuestro Pastor Principal. Los líderes siguen a Jesús, el Líder Principal, y las personas deben seguir a sus líderes, los cuales siguen a Jesús; pero lo más importante es que todos debemos seguir a Jesús. Esa es la idea principal.

Y aquí verán a los apóstoles, como Pedro. Si siguen leyendo el libro de Hechos, y les recomiendo que vayan leyendo el libro de Hechos por su cuenta, conocerán unas personas llamadas ancianos, o pastores. Esas palabras son sinónimas. Conocerán hombres y mujeres llamados diáconos y diaconisas, líderes de la iglesia; algunos eran asalariados y otros no recibían pago. Conocerán solo líderes, para nosotros serían como los líderes de nuestros grupos comunitarios, líderes de grupos de redención, líderes del ministerio para niños, líderes de nuestro ministerio estudiantil, líderes de nuestros equipos de adoración. Tenemos varias clases de líderes en Mars Hill que lideran según sus dones.

Pregunta

La gran pregunta para ustedes es esta: ¿Están sometidos a alguna clase de liderazgo en sus vidas? Sé que no es una pregunta muy popular. Vivimos en un día en que: «No, yo seré mi propia autoridad». ¿En realidad piensa que usted es la persona más inteligente de su vida? ¿En realidad piensa tener la mejor perspectiva de su vida? ¿En realidad piensa que carece de prejuicios y tendencias para justificarse a sí mismo? Todos necesitamos estar bajo autoridad. Yo estoy bajo autoridad. No sé si sabían esto, pero hay pastores que tienen autoridad sobre mí. Ni siquiera están en la nómina, ni siquiera los que están bajo mi autoridad. Tengo que someterme a ellos y tomar órdenes y directrices de ellos. Todos necesitan estar bajo autoridad, sobre todo nosotros los que estamos en autoridad.

La Trinidad lo demuestra. Jesús viene y ejerce autoridad y está bajo autoridad. Dice que el Padre le dice lo que debe decir, y Él hace lo que el Padre le dice que haga, y dice cosas como: «Hágase tu voluntad», en deferencia a esa autoridad. Mientras el Señor Jesús estaba en autoridad, también estaba bajo autoridad, y Él es nuestra Autoridad Suprema, queremos estar bajo su autoridad, y Él ha establecido líderes en la iglesia, queremos respetar su autoridad. Para los que somos líderes, también queremos estar bajo autoridad. Es muy importante, porque todos somos pecadores, todos cometemos errores, todos tendemos a descarriarnos, y necesitamos que quienes nos aman nos ayuden a estar cerca de Jesús.

¿Le ha cargado Dios el corazón para que sea líder? Pablo lo dice así en otra parte: «Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer». El deseo, este deseo innato. La Biblia dice en otra parte que los líderes no deben servir por obligación. «Pues hicieron la votación. Me forzaron. El comité me nombró. Mi madre me forzó a asistir al instituto bíblico. Ahora supongo que debo ser pastor». Que no sea por obligación, sino por su llamado

Aún recuerdo cuando yo era un cristiano nuevo en la universidad, tenía 19 años de edad, y pensé: «Caray, siento que Dios quiere que yo sea pastor». Mi primera intención no fue: «Quiero ser pastor». Definitivamente esa no fue mi primera intención, y pensé, «Siento que Dios quiere que yo sea pastor». Entonces fui con el líder de la iglesia y le dije: «Pastor, siento un deseo de ser líder». Me dijo: «Estoy de acuerdo, pero no está preparado». Le dije: «Ya me lo imaginaba». Le dije: «¿Y cómo me preparo?». Me dijo: «Tomará algún tiempo». «Sí, me lo imaginaba también». Me dijo: «Necesito que leas la Biblia y que estudies, y que tomes estas clases, y que hagas estas cosas, y que vayas a este grupo, y que te hagas miembro de la iglesia, y necesito que sirvas», y me lo dijo todo, y le dije: «Está bien, suena fabuloso». Y me trazó un rumbo sobre el cual yo podía andar, y eso ayudó mucho. O sea, ayudó muchísimo. Alabo a Dios por ese pastor, y alabo a Dios por esa iglesia, y Dios me tenía en el lugar idóneo sin duda.

Pregunta

Nosotros queremos ser ese lugar para ustedes. ¿Se sienten llamados al liderazgo? Si están en un grupo comunitario y sienten el llamado de liderar un grupo comunitario, díganle al líder de su grupo comunitario para que pueda ayudarles a prepararse. Si están en un grupo de redención, y sienten el llamado de liderar un grupo de redención, díganles para que les ayuden a prepararse. Si sirven en un equipo, díganle a los líderes de equipo para que les ayuden a prepararse a servir como líderes de equipo. Si aspiran al diaconado, hablen con un diácono e investiguen cómo es eso y si es la senda correcta para ustedes.

Si sienten la necesidad de servir como ancianos, por el llamado de Dios, encuentren a un pastor de la iglesia y pasen tiempo con él, y permítanle evaluarlos a ver si están listos para emprender un proceso preparativo formal, o incluso informal, para llegar a ese punto. Puede ser un cargo remunerado o voluntario. No todos son remunerados, algunos lo hacen solo porque aman a Jesús, aunque tienen una carrera vocacional diferente, y decimos: «Alabado sea Dios» a todo eso, pero están bajo un liderazgo piadoso.

S – Se Arrepienten de Pecado

J-E-S-Ú-S, la siguiente es la S. “Se arrepienten de pecado”. No me inventé eso. Está en Hechos 2:38, ¿la gran palabra es? «Arrepentíos». Sé que no los emociona mucho, está bien. Hechos 2:38: «Arrepentíos».

Después Pedro dice en Hechos 2:40: «Sed salvos de esta perversa generación». Lo principal aquí es que la gente del mundo está viviendo en pecado, rebeldía e insensatez. Son perversos, no son bondadosos. No son como deberían ser. Entonces lo que hacemos por la gracia de Dios es arrepentirnos. Nos arrepentimos.

El arrepentimiento es un cambio de parecer, ¿cierto? Uno vive a su antojo y de repente el Espíritu Santo nos convence de pecado como Jesús prometió que lo haría, y uno dice: «Esto está mal. Simplemente está mal». Eso conduce a un cambio de corazón. «No quiero volver a hacer esto. Esto tiene que cambiar». Conduce a una vida cambiada. «Haré las cosas de otra manera».

La idea principal es esta: «O vamos hacia Jesús, o hacia el pecado», ¿no es así? Esa es la trayectoria de cada una de nuestras vidas. Y no podemos decir que vamos hacia Jesús y el pecado. Nunca conocí a alguien que dijera: «Entre más me acerco a Jesús, me volví peor y cometí más pecados». Porque Jesús y el pecado están en direcciones opuestas. Es reconocer: «He dado la espalda a Jesús y mi rostro, al pecado; y ahora, por la gracia de Dios, me doy vuelta. Doy la espalda a mi pecado y viro mi rostro hacia Jesús, y me acerco a Él para que me perdone y para que me ayude constantemente a no regresar a ese patrón de vida».

Y esto nos recuerda la justicia de Jesús, que Jesús es santo, que Jesús es sin pecado, que Jesús murió en nuestro lugar por nuestro pecado para que hiciéramos morir nuestro pecado.

Mars Hill, consideren que uno de los grandes temas de la Biblia es el tema del arrepentimiento. Los profetas del Antiguo Testamento, predicaron una y otra vez sobre el arrepentimiento. El último profeta del Antiguo Testamento Juan el Bautista, preparando el camino de Jesús, vino predicando arrepentimiento. Jesús viene predicando arrepentimiento. Pedro se pone de pie en el Día de Pentecostés y predica el sermón que hace nacer a la iglesia neotestamentaria como la conocemos, y empieza con la palabra arrepentimiento.

Esto es muy controvertido en nuestros días y fue muy controvertido en los días de ellos. Pedro fue crucificado boca abajo por predicar el arrepentimiento. Jesús fue crucificado por predicar el arrepentimiento. Juan el Bautista fue decapitado por predicar el arrepentimiento. Los profetas del Antiguo Testamento no tuvieron que preocuparse por su cuenta de retiro porque los mataron temprano por predicar el arrepentimiento. El arrepentimiento siempre encuentra resistencia.

Escúchenme. El arrepentimiento siempre encuentra resistencia. Resulta que, al tratar de remover a los que predican el arrepentimiento, hay resistencia contra ellos. Y en este mundo es muy difícil, por eso les pido que oren por mí, ¿no es cierto? Tengo que predicar, tengo el privilegio de predicar el arrepentimiento, pero hay una reacción y una respuesta a eso que no siempre resulta en una fiesta de cumpleaños con pasteles y gorros y mirlitones. No siempre la pasamos bien, ¿de acuerdo? A veces es un poco difícil, un poco duro, y un poco complicado, y a veces agravo con mi tono, mi temperamento, y ustedes saben. De todas maneras, él predica el arrepentimiento.

Pero escúchenme: Siempre que el arrepentimiento no se predica, y contristamos al Espíritu Santo, la Biblia se ignora, y deshonramos a Jesús. Porque lo que pasa hoy es que la virtud más grande es la tolerancia, la diversidad, el amor, y si le dice a las personas que están equivocadas, lo consideran intolerante. Está rechazando su diversidad. No lo consideran amoroso.

Dios es tolerante. Está soportando muchas cosas ahora mismo, ¿amén? En la tierra Dios soporta. Es muy tolerante. Es diverso. Acoge a todas las personas de toda lengua, tribu, idioma, nación, derrotero, género, orientación sexual, trasfondo socioeconómico, nivel educacional, capacidad. Él es muy diverso. Llama a todos ¿a qué? Al arrepentimiento.

Eso es muy amoroso porque la gente que vive en pecado están rebelándose contra Dios. Y si Dios dice que algo está mal, es porque está mal, y si Dios dice que no, la respuesta es no, y si Dios dice que paren, la respuesta es paren, y si no lo hacen, morirán y comparecerán ante Dios, y darán cuenta de sus vidas eternas, y podrían sufrir para siempre en los eternos y conscientes tormentos del infierno.

Realmente creemos eso. Jesús habló de eso más que cualquier persona en la Biblia. Creemos que es muy amoroso decir: «Arrepiéntete, estás en peligro». El infierno es caliente. Para siempre es mucho tiempo. Jesús es el Juez de los vivos y de los muertos. Hoy es el día de la salvación. Si escuchan su voz, por favor, por favor, no endurezcan el corazón, ¿amén? Como cristianos es muy importante que practiquemos el arrepentimiento, que confesemos nuestro pecado, que pidamos perdón por nuestros pecados a Dios y a otros, pero también que proclamemos arrepentimiento y que soportemos la reacción que viene a la luz del llamado al arrepentimiento. Dios no está de acuerdo con todos. Dios no está de acuerdo con todo, y no les va ir bien a todos para siempre. Esa es la verdad. Esa es la verdad.

Ahora ustedes deben decidirse. «¿Voy a arrepentirme? ¿Confesaré mi pecado? ¿Recibiré la justicia de Jesús? Tiraré los dados proverbiales y moriré esperando que no haya Juez, o si hay un Juez, que apruebe de mí». Les ruego que no sean así de insensatos.

Cuando el Espíritu Santo aparece, la gente toma conciencia de su pecado y se arrepienten de él, y reciben la justicia de Jesús. Esto incluye la disciplina en la iglesia para los que son creyentes cuando se rebelan contra Dios constantemente. Por amor, tratamos de traerlos de vuelta, como un padre que trata de apartar a un niño rebelde y descarriado de su camino antes que destruya su propia vida. Se trata de trazar una raya entre el mundo y la iglesia. El pueblo de Dios está integrado por los que se arrepienten.

Pregunta

Mi pregunta es esta: ¿De qué necesitan arrepentirse? ¿Qué pecado hay en su vida? ¿Se volverá un cristiano hoy, y si ya es cristiano, ¿qué pecado hay? Usted dirá: «Sí, de veras necesito confesar eso, y pedir perdón a Dios o a otras personas, o a ambos, y necesito invitar al Espíritu Santo a ayudarme para que pueda apartarme de esto, porque esto no está funcionando, esto no honra a Dios».

C – Comunión

Continuemos con la que sigue. Es la C de comunión. «Y se dedicaban . . . al partimiento de pan y a la oración». Aquí damos reconocimiento a la cruz de Jesús. La comunión tiene dos elementos: el pan y el vino. También usamos jugo para no forzarlos a violar su conciencia, pero tienen libertad en Cristo.

Esto se remonta a la Última Cena que Jesús tuvo con sus discípulos, «Y tomó el pan y lo partió, diciendo: Esto es mi cuerpo que por vosotros es dado; y tomó el vino y dijo: Esta es mi sangre, derramada por vosotros». Cuando participamos en la comunión, recordamos la Última Cena de Jesús, recordamos que el pan representa el cuerpo quebrantado, y el vino representa la sangre derramada, y recordamos el sacrificio de nuestro Salvador.

En Mars Hill hacemos esto cada domingo. Llevamos mucho tiempo haciendo esto cada domingo. Cuando empezamos la iglesia, no hacíamos la comunión cada semana hasta que empecé a predicar sobre el libro de Éxodo, y después estudié la Pascua, y la apliqué a la Última Cena de Jesús, y después al Nuevo Testamento, a la Mesa del Señor o Fiesta de Comunión, y me di cuenta que históricamente hasta la Reforma, en la mayoría de las tradiciones cristianas, el pueblo de Dios había celebrado la comunión cada semana, y decidimos hacerlo cada semana hace muchos años.

Lo haremos después del sermón, y es una oportunidad para que ustedes vean si hay pecado en sus vidas que quieran confesar a Dios antes de participar. Para los que no son cristianos, es una oportunidad para volverse cristianos. Y es una oportunidad para que se pongan a cuentas con el Señor Jesús y recuerden su cuerpo quebrantado, y su sangre derramada que fue dada por amor a ustedes para que sus pecados fueran perdonados, ¿amén?

¿A cuántos de ustedes les gusta tomar comunión en Mars Hill cada semana, y es algo relativamente nuevo para ustedes, pero en realidad es algo que tiene sentido? Porque en la predicación escuchamos el evangelio, pero en la comunión mostramos el evangelio; por tanto van juntos, y es una oportunidad para que se identifiquen con Jesús públicamente. Por eso hacemos eso los domingos.

También lo hacemos en los grupos comunitarios, o grupos que se reúnen en las casas, condominios, dormitorios, y apartamentos entresemana, y la gente se reúne para cenar juntos, y esas son cenas de comunión. Hacen memoria de la cena que Jesús comió con sus discípulos, y nos recuerda que el cielo se tipifica… va encantarles esto; a los aficionados de Food Network les va encantar esto, que el cielo se tipifica por ¿qué? Porque habrá un banquete, una fiesta asombrosa y eterna. Viva, ¿no es cierto? ¡Viva! El concepto aquí es el de una enorme celebración donde el pueblo de Dios se reúne a celebrar un banquete y Jesús está ahí con nosotros. Y cuando comemos estamos diciendo: «Vamos a cenar con estas personas para siempre, así que vamos a cenar con ellos cada semana, como ensayo para el banquete más grande de todos los tiempos», y en parte eso es lo que hace el pueblo de Dios. En la Biblia lo llamamos comunión.

Pregunta

Y mi pregunta para ustedes es esta: ¿Participan en la comunión los domingos si son creyentes, y están en un grupo comunitario disfrutando una cena de comunión con el pueblo de Dios cada semana? Es un gran honor hacerlo y los invitamos si no pertenecen a un grupo comunitario, para que se integren a uno esta semana. Hay más de 600, y puede que haya uno cerca de donde usted vive.

H – Generosidad Enorme

La siguiente es la [E] de generosidad enorme. Hechos 2:44–45: «Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común», o sea, sus posesiones. «vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno». Al ser generosos recordamos que Jesús es el el Dador más generoso. Jesús es el Dador más generoso de siempre. Dios nos dio la tierra. Dios nos hizo a su imagen y semejanza. Pecamos contra Dios, Dios nos dio a su Hijo. Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito.

Ahí viene Jesús. Jesús vive sin pecado. Jesús da su vida y muere. Jesús resucita y nos da su justicia. Asciende al cielo. Nos da el Espíritu Santo. Nos da la Palabra de Dios. Nos da el pueblo de Dios. Nos está preparando un lugar. Tiene más dones para nosotros. Tiene una herencia para nosotros en su reino que durará para siempre. Nuestro Jesús es sumamente generoso.

Cuando conozcan a Jesús y reciban el Espíritu Santo, a no ser que resistan el Espíritu Santo, Él despertará en ustedes un deseo de ser generosos. Dirán: «Hombre, he recibido tanto, que ahora quiero dar».

Saben, solo uno de los discípulos de Jesús no era generoso. ¿Cómo se llamaba? Judas. Era codicioso. Jesús es generoso, los discípulos de Jesús son generosos, Judas era codicioso. El pueblo de Dios tiene el Espíritu Santo. Esos son los generosos, no son codiciosos. Vivimos en un mundo lleno de gente codiciosa, hay pocos generosos.

Aquí, vemos al pueblo de Dios volverse sumamente generoso. Están regalando sus posesiones a otras personas. Algunos de ellos venden sus posesiones y regalan sus ganancias a otras personas. En unos cuantos capítulos ustedes verán que la gente vendía sus tierras y regalaban las ganancias a la iglesia como una gran ofrenda. Es una generosidad enorme.

Ahora permítanme aclarar esto. Inmediatamente no falta la persona, al menos una en cada iglesia, que al escuchar esto piensa: «¡Viva el comunismo!». No, no es comunismo. Esto no es comunismo, ¿cierto que no? Dicen: «Pues vea, ni siquiera eran poseían sus propias cosas. Era todo un solo fondo y cada cual sacaba lo que quería». No, no funciona así, porque el comunismo no permite tener propiedad privada, ¿verdad? El gobierno es el propietario de la tierra, el gobierno es dueño de su casa, el gobierno se adueña de todo.

La Biblia enseña que podemos tener propiedad privada ¿sí o no? Sí, por eso dice: No hurtarás. ¿Saben por qué dice eso? Porque no le pertenece. No es suyo. Pertenece a otro, no a usted; no lo tome, eso es robar. Eso es robar. La Biblia no cree en el comunismo sino en la generosidad. Su casa, su carro, sus ingresos, sus riquezas, sus posesiones le pertenecen a usted. Son suyas, vienen del Señor. La iglesia no tiene ningún derecho a ellas. No puedo ir a su casa y decir: «Estaba leyendo Hechos 2, deme las llaves. Deme las llaves. Deme las llaves. Siempre he querido un Audi Quattro. ¡Viva!». Usted diría: «No, no, no, esto es mío».

No tenemos derecho a tomar, pero los invitamos a dar. ¿Ven la diferencia? Esta es la diferencia entre los impuestos y el diezmo. El impuesto es cuando el gobierno hace ¿qué? ¿Han notado esto? Ellos toman. ¿Estamos de acuerdo con eso? No. ¿Podemos negociarlo? Puede intentarlo. Podría empezar un ministerio de cárceles desde adentro, pero puede intentarlo, sabe. El gobierno solo toma. «Eso es nuestro. Eso es nuestro».

La iglesia no cobra impuestos. No cobramos un porcentaje. No nos pertenece. En cambio, tenemos el diezmo. Ahí es cuando damos, y si está lleno del Espíritu Santo, y ama a la iglesia, y ama a las personas, usted va a dar.

El gobierno no hace lo que hacemos porque imagínense, imagínense si el gobierno pasara el plato de las ofrendas. Imagínense si el gobierno escribiera en su página de Internet: «Decidimos abolir el impuesto. Queremos que oren a ver cuánto les dice Dios que deben dar». ¿Piensan que nuestro ingreso público disminuiría? Oh, sí. La gente diría: «Oré y el Señor dijo… para que lo sepa». El gobierno no confía que personas con corazones regenerados den generosamente motivados por amor y preocupación por otros. Por eso toman. La iglesia no tiene derecho a tomar, pero tenemos todo derecho a invitar a otros a dar, a dar.

Inmediatamente algunos de ustedes dirán: «Oh, ya empezó. La iglesia hablando de dinero otra vez». No, estamos hablando de su dios, ¿entiende? Si su dios es diferente, mi trabajo no es acercarme a su dios y decir: «Oh, ¿cómo le va? Quiero ser amable». No mi trabajo es llegar y aplastarlo y arrollar a su diosito el dinero. Jesús dice que el dios de algunos son las riquezas, o sea el dinero. Oh, y ese dios puede salvarlos y mantenerlos saludables, y hacerlos hermosos, y darles una vida segura, y cuidar a sus familias, y darles el cielo en la tierra, y si algo malo pasara, está bien, porque pueden ir al banco y buscar a su salvador, y pagar para arreglar el problema.

¿Quién es su dios? ¿Cuál es su prioridad? ¿En qué está invirtiendo? Estas personas tienen una generosidad enorme. Vi este ejemplo hace muchos años en la iglesia. Había una pareja que daba fielmente, generosamente, a la iglesia. Era una familia generosa, pero de esas familias que buscan la oportunidad de dar más allá del diezmo a la iglesia, para ser generosos con otros.

Nunca olvidaré que había una mamá soltera con un niño muy simpático, al que le habían diagnosticado un cáncer muy agresivo y preocupante. La trajimos al escenario, esto fue hace muchos años, oramos por ella y su hijo. Y estaba preocupada porque su hijo tenía que ir a tratamiento, e iba a necesitar mucha atención, y ella trabajaba a tiempo completo y no podía cuidarlo. Una familia de la iglesia pasó al frente y dijeron: «El Espíritu Santo nos instó. Acabamos de comprar una camioneta nueva. Nos parece que Dios nos dijo que la devolviéramos y diéramos el dinero a la madre soltera para que no tuviera que trabajar por un año y pudiera quedarse en casa cuidando a su hijo». Qué maravilla. ¿No les parece hermoso? Es exactamente lo que sucedió.

No supe exactamente qué pasó después. Hace unos meses vi a la mujer, yo estaba enseñando en el Ministerio Estudiantil de Mars Hill Shoreline hace tiempo y un niño vino, no era un niño pequeño, era un joven. Hola pastor Mark, estoy mejor, estoy bien, gracias por orar, todo está bien». Pensé: «¿Quién eres? Porque has crecido y no te reconozco». «Oh, yo era el niñito por el que usted oró». Y entonces llegó la mamá. Todavía asisten a Mars Hill. Es una familia grande y hermosa. Ella dijo: «Fue tan agradable. Pude cuidar a mi hijo y ahora está lo más de bien». Y dijo: «Y conocí un señor en Mars Hill. Ama a Jesús, se casó conmigo, adoptó a mi hijo, y ahora tiene papá. Tenemos otros hijos, somos una familia feliz, somos miembros de la iglesia, y somos generosos por la generosidad del pueblo de Dios».

¿Eso es bueno o malo? Hermoso. Es maravilloso. Me encanta eso. Eso es lo que pasa vez tras vez, tras vez, tras vez, en formas innumerables, en formas humildes, en formas calladas, en formas anónimas, entre relaciones de amor con personas de la iglesia. Y a veces ocurre en The City, nuestra red social en línea, y en el Marketplace. Lo he visto. «Tenemos muebles, ¿necesitan muebles? Tenemos ropa, ¿necesitan ropa? Tenemos artículos para bebés, ¿necesitan artículos para bebés?». He visto personas que dicen: «Tenemos un carro. Pensábamos venderlo, pero ahora queremos regalarlo. ¿Alguna madre soltera necesita carro? Nos gustaría regalárselo». Ven, esa es la generosidad enorme. Mars Hill, quiero decirles que ese es el corazón de Dios.

Cuando la Biblia dice que Dios ama al dador alegre, la clave a veces para ser un dador alegre es esta, ¿cuántos de ustedes han recibido gozo al regalar algo? ¿Cuántos de ustedes en Navidad se emocionan más cuando ven a alguien abrir un regalo que ustedes le dieron que abrir un regalo que les dieron a ustedes? La generosidad enorme produce una alegría enorme entre el pueblo de Dios.

Pregunta

¿Cómo está su generosidad? ¿Cómo les está yendo? ¿Son generosos?

U – Bautismo por Sumersión

Además, el bautismo por sumersión. Sabían que veríamos eso. Hechos 2:41: «Los que habían recibido su palabra fueron bautizados». Metidos en el agua, bajo el agua, ¿cierto? A Jesús lo sumergieron en un río. Juan el Bautista sumergía a las personas en un río. La Biblia dice que bautizaban en ciertos lugares donde había bastante agua.

¿Cuántos de ustedes fueron bautizados cuando eran bebés? Todos ustedes bajen la mano. Ninguno de ustedes fue bautizado cuando era bebé. Será que los mojaron sus padres creyentes bienintencionados, pero no fueron bautizados, ¿verdad? Fue una decisión que tomaron sus padres, ustedes no la tomaron, y ellos los rociaron. Esta palabra significa sumergir en el agua ¿no es cierto? En la antigua literatura griega usaban esta palabra para hablar de un barco que se hundía. Decían que el barco era bautizado. O sea, bien mojado.

¿Saben por qué no bautizamos a los bebés? Porque es abuso infantil, ¿cierto? Como si yo tuviera ahora mismo un enorme tanque de agua y dijera: «Oh, ¿ven a esta niñita con la florecita en su pelo? Jajá, ¡zás!» [Imita sumergiendo niñita en agua.] Usted diría: «¡Ah, caray! ¡Ah, caray! ¡Estamos ahogando bebés!». No, tenemos razones para no bautizar a los bebés. Primero, no está en la Biblia. Segundo, sería pura vileza, verdad, sumergir a un bebé bajo el agua.

El bautismo es para adultos. Y algunos de ustedes dirán: «Otros cristianos no están de acuerdo». Lo sé, y los amamos, pero están equivocados, ¿de acuerdo? A mí me bautizaron cuando yo era un bebé. Mi mamá y mi papá eran católicos bienintencionados, y me mojaron. Fue genial, no me opongo a eso, pero cuando fui salvo a los 19 años en la universidad, con mi propia fe fui bautizado como creyente en Jesucristo para mostrar su muerte, sepultura, y resurrección por mí, novedad de vida.

¿Han sido bautizados? Esa es la pregunta. ¿Han sido bautizados? Si no, hágannoslo saber. Nos encantaría sumergirlos, y sí, los sacaremos del agua. Y tenemos camisas, pantalonetas y toallas, y nos encantaría bautizarlos.

Y la buena noticia, Mars Hill, es que el año pasado bautizamos más de mil personas. Más de mil personas. El año antepasado bautizamos más de mil personas. El año tras antepasado bautizamos más de mil personas. Estas son evidencias de que el Espíritu Santo está obrando, y nos regocijamos, ¿amén? Nos regocijamos en eso, y nos gustaría sumergirlos.

R – Reuniones Regulares

La siguiente: reuniones regulares. Hechos 2:46: «Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares». Pero se reunían regularmente. El pueblo de Dios se congrega generalmente los domingos, ¿por qué? ¿Por qué los domingos? Fue el día que Jesús resucitó de los muertos, y nos reunimos para recordar la resurrección de Jesús. Incluso asistir a una reunión de la iglesia el domingo indica alguna afiliación pública con la resurrección de Jesús.

La iglesia, la iglesia primitiva hacía reuniones grandes, reuniones pequeñas. Hacemos reuniones grandes generalmente los domingos. Hacemos reuniones pequeñas llamadas grupos comunitarios por lo general en los hogares, y nos reunimos para comer y partir el pan, ¿de acuerdo?

Algunos de ustedes son nuevos en la iglesia y al cristianismo, y dirán: «¿Por qué hacemos estas cosas?». Porque son parte del primer punto, ¿cuál fue el primer punto? Están en la Biblia. Cuando el Espíritu Santo aparece, pasan estas cosas. Están registradas en las Escrituras. Él está aquí con nosotros y queremos seguirle en lo que Él quiere que hagamos.

Hay un mito que necesito desmentir. A veces la gente llega y dice: «Oh, la iglesia primitiva solo hacía reuniones pequeñas, no grandes. Solo se reunían en los hogares. No hacían grandes reuniones. Solo debemos reunirnos en los hogares, y la iglesia debería ser más pequeña y desorganizada, y no necesitamos todo ese liderazgo, y no necesitamos todas esas predicaciones, y no todos necesitan congregarse. Solo debe haber grupo pequeño tras grupo pequeño, tras grupo pequeño, o dicen; “Esa es la iglesia pura”, o, “Esa es la mejor iglesia”, o, “Esa es la iglesia real”».

Y yo les diría: «La Biblia no dice eso». Los patios del templo ¿implica grupos grandes o pequeños? Siempre que escuchen las palabras patios del templo, piensen en algo grande, ¿de acuerdo? Son espacios grandes, y no tenían asientos. Los asientos no vinieron sino mucho después. No tenían amplificación, la gente estaba de pie en las reuniones. Si hay muchas personas en un lugar, que se pongan de pie. ¿Han asistido a un concierto? Hay muchas personas en un lugar. No los siente; póngalos de pie.

En otras porciones de la Biblia leemos que hacían grandes reuniones. Dice en Efesios, digo, en la ciudad de Éfeso de donde escribió Pablo, que alquiló la escuela de Tirano y dio conferencias ahí, por lo tanto es una escuela, un espacio grande. Jesús tenía grandes multitudes de 5.000 hombres, mas mujeres y niños, de unas 20.000 personas tal vez. O sea para escuchar a Jesús hacían enormes reuniones.

También hacían pequeñas reuniones en los hogares, pero permítanme decirles que no todas esas reuniones eran muy pequeñas. En las colinas cerca de Judea donde Jesús creció, los hogares son muy pequeños. Eran personas campesinas. Sus casas eran del tamaño de un espacio para aparcar uno de nuestros carros. He ido a estos lugares y he investigado estas cosas. Si uno va a una ciudad como Laodicea, una de las ciudades mencionadas en la Biblia, la gente vivía sobre un altiplano, casi como Mars Hill Sammamish. Eran personas muy pero muy ricas, tenían casas enormes. Excavaciones arqueológicas muestran fontanería y bebederos interiores y exteriores, casas de más de 275 metros cuadrados. Esa gente vivía muy bien.

O sea que por el hecho de vivir en una casa no significa que hayan tenido grupos pequeños de personas. Estuve en una excavación arqueológica en la ciudad de Éfeso y había grandes espacios de entretenimiento en los hogares y las personas más acomodadas fácilmente podían alojar a cientos, cientos de personas. Estuve en esas casas. Cuando fuimos a la ciudad de Corinto, muchas de las casas eran de forma cuadrada, y construían las casas con un enorme patio interior abierto porque el clima permitía pasar mucho tiempo afuera, como en el sur de California. En una excavación arqueológica, descubrieron que sobre una de estas casas había una menorá, que representa el judaísmo, y una cruz, que representa el cristianismo, mostrando que probablemente le pertenecía a un judío creyente y que ahí era donde se congregaban, y en ese patio interior cabían cientos de personas.

Quiero que se olviden del mito de que el cristianismo siempre fue un movimiento pequeño de un par de personas que se reunían en las casas y nada más. Hacían reuniones grandes y reuniones pequeñas, e incluso algunas de las reuniones que hacían en las casas no eran necesariamente reuniones pequeñas. Algunas eran reuniones muy grandes también, porque al pueblo de Dios le encanta reunirse.

Pregunta

Mi pregunta para ustedes es: ¿Están asistiendo a nuestras reuniones grandes? ¿Se congregan con nosotros regularmente los domingos? ¿Están participando en nuestras reuniones pequeñas, o grupos comunitarios, que se reúnen en las casas? Esos forman parte de nuestra iglesia. No creemos en asistir solamente a un grupo comunitario sino en participar plenamente en una iglesia bíblica. Es un aspecto de la iglesia. Los que solo vienen a los grupos comunitarios o solamente escuchan los sermones en línea reciben solo un aspecto de la iglesia, pero no están participando en la plenitud de lo que significa ser la iglesia del Nuevo Testamento.

¿Están participando regularmente en nuestros grupos grandes y pequeños? Si no, los vamos a apuntar hoy. Probablemente hay uno cerca de donde viven. Distintos días, diferentes horarios, diferentes localidades, y si no les gusta el primero, encuentren otro. Simplemente vincúlense al pueblo de Dios. Las reuniones regulares nos muestran la reconciliación de Jesús, que Él nos reconcilia con Dios y nos reconcilia unos con otros.

C – Comunidad

La C significa comunidad. Hechos 2:42: «Y se dedicaban continuamente…a la comunión». La hospitalidad significa que acogemos a desconocidos. La comunión significa que acogemos a los creyentes. Por tanto, la hospitalidad es cuando acogemos a los desconocidos, y la comunión es cuando acogemos a los creyentes a compartir el pan y la oración. En esto vemos el concepto de comunidad. Se reúnen, se conocen, se aman, se sirven unos a otros, comparten la vida juntos. Hechos 2:44: «Todos los que habían creído estaban juntos». Hay una comunidad ahí. Hechos 2:46: «Partiendo el pan en los hogares». El lenguaje que usa aquí en su mayoría es lenguaje de comunidad.

Estamos hablando de un reflejo del reino de Jesús. En el reino de Jesús, todo el pueblo de Jesús viven juntos para siempre. En el reino de Jesús, vamos a comer juntos con alegría. Se tipifica como una cena enorme para celebración a Jesús.

Cuando nos reunimos en comunidad, eso se llama estar en comunión con el pueblo de Dios, eso es comunidad, amistad, vida, gozo, y unidad. En realidad es sombra, es un anticipo de la venida del reino de Jesucristo en el cual comeremos con Él para siempre.

Quiero decirles que a veces en comunidad van a enloquecerse unos a otros. Lo harán, así que no tengan un concepto idealizado por favor. El cielo será genial y esas personas serán mejores en el cielo de lo que son en su grupo comunitario.

Por tanto, cuando vayan a su grupo comunitario, no piensen: «Oh, que maravilla. Estas personas serán perfectas. Será como el cielo». No, para nada. Usted va a volverlos locos, ¿entiende? Va a volverlos locos. Bienvenido a familia de Dios. Y nos las arreglamos. Resolvemos nuestro pecado, resolvemos las cosas juntos, y reconocemos: «Hombre, tengo que cambiar algunas cosas, tú tienes que cambiar algunas cosas». Pero no idealicen esto más de la cuenta, por favor. No lo idealicen más de la cuenta. El pueblo de Dios se pelea, pero como familia, no como enemigos. Peleamos como familia, no como enemigos.

Pregunta

Repito, ¿están en comunidad? ¿Están en un grupo comunitario? Así ponemos en práctica estas cosas como iglesia.

H – Cosechar con Evangelismo y Plantación de Iglesias

Por último, la H significa cosechar con evangelismo y plantación de iglesias. Nuestra misión siempre ha sido: «Oigan, nosotros plantamos iglesias y hacemos discípulos», ¿verdad? Queremos que las personas conozcan a Jesús, porque los que conocen a Jesús se asemejan más a Jesús, y cuando esto sucede, necesitamos más iglesias porque habrá más personas, por eso plantamos iglesias.

Hechos 2:41: «Se añadieron aquel día como tres mil almas». ¿Cuántas personas tenía la iglesia antes de eso? Entre 120 y 3.000. No tenían suficientes líderes, ya no cabían en el edificio, los sistemas eran insuficientes. Todo se vino abajo. Era un desorden, porque la gente llegaba a la iglesia y decía: «Caray, todo ha cambiado. Qué frustrado estoy. Ese es mi asiento. ¿Por qué no puedo pasar tiempo con los apóstoles?». Estaban muy frustrados. ¿Cómo lo sé? Porque lo escribieron en un blog. Escribieron opiniones en Yelp. La gente estaba muy frustrada con todas esas transiciones.

Pero ¿saben qué? Eso está bien. Está bien cuando la familia crece, ¿verdad? Está bien cuando la familia crece. Hay más niños, más trabajo, más problemas, más gozo. ¿Saben qué? Prefiero tener una familia grande que una que nunca cambia. Me encanta la idea. Tengo cinco niños, obviamente me encanta la idea de tener una familia grande.

Lo que quiero decirles, Mars Hill, es que ellos tenían una familia pequeña que se volvió una familia grande, y eso estaba bien. Esa pequeña familia se volvió una familia grande, y eso estaba bien. Fue lo que hizo el Espíritu Santo. Y como vemos, tres mil almas fueron añadidas. Vinieron una cantidad de cristianos nuevos.

Hechos 2:47: «El Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos». ¿Saben qué me sorprende, Mars Hill? Hace casi veinte años, leí este verso y oré: «Señor Jesús, sé que no será pronto, pero un día de estos por favor permítenos ver a las personas ser salvas cada día. Cada día, todos los días, permítenos llegar al punto en que podamos ver a las personas ser salvas».

Falso o verdadero, ¿esa oración ha sido contestada? Tres años seguidos hemos promediado tres bautismos diarios. Tres bautismos diarios, ese ha sido nuestro promedio por más de 3 años, de personas que se vuelven cristianas vez tras vez, tras vez, tras vez, tras vez.

La semana pasada, en un aeropuerto una señor llegó y me dijo: «Fui salva y me bautizaron en Mars Hill», le di un abrazo. Les juro, estaba en una tienda y alguien llegó y me dijo: «Pastor Mark, fui salvo y me bautizaron en Mars Hill», y me abrazó. En verdad les digo, voy a una cafetería y alguien viene y me dice: «Pastor Mark, fui salvo y me bautizaron en Mars Hill», y me abraza. Voy a salir más. Me siento muy alentado. Muchas personas están volviéndose cristianas, ¿es bueno o malo? Es bueno.

Como iglesia nos emocionamos cuando crece la iglesia. Y algunos de ustedes dicen: «Oh, solo le importan las cifras». Tres mil, alguien estaba contando ¿verdad? Un tipo con un portapapeles se puso a contar: «Uno, dos, tres, cuatro, cinco. ¿Hay más personas mojadas?». Está contando, ¿cierto? Contamos a las personas porque las personas cuentan.

¿Saben cuántos niños tengo? Cinco. ¿Saben cómo lo sé? Porque los cuento, ¿no es cierto? Cuando vamos de viaje y abordamos un vuelo, «¿Todos los niños están aquí? No lo sé, no cuento. No me importan las cifras». No, los cuento, ¿verdad? Contamos a las personas porque las personas cuentan. No queremos tener que decir: «¿Se nos olvidó alguien?». ¿Verdad? ¿Hay alguien aquí que está espiritualmente Solo en Casa? ¿Cómo están en ese aspecto? Por eso creemos en el evangelismo, las personas deben conocer a Jesús. Creemos en plantar iglesias. Entre más personas conozcan a Jesús, debemos plantar más iglesias.

La idea principal es esta: reyes y reinos aparecerán y desaparecerán, los negocios y sus sedes aparecerán y desaparecerán, los equipos y los estadios aparecerán y desaparecerán, las bandas y los locales aparecerán y desaparecerán, pero la iglesia de Jesucristo perdura para siempre. Es lo más grande en la tierra. Es lo más grande en la historia de la tierra. Es la única cosa que Jesús empezó, es la única cosa por la que Jesús murió, es la única cosa que Jesús ama, y es la única cosa que se acabará cuando todo lo demás se acabe. El pueblo de Dios marcha unido hacia el reino de Dios para cantar las alabanzas de Dios, porque son el pueblo de Dios, ¿amén? ¡Amén!

Una Oportunidad para Obedecer

No sé si lo habrán notado, pero amo mucho a nuestra iglesia, ¿amén? Y Jesús ama mucho a nuestra iglesia, y al Espíritu Santo le encanta mucho estar presente en nuestra iglesia, por eso me complace mucho compartir con ustedes lo que está pasando en nuestra iglesia. Y mientras les dan un pequeño vistazo de lo que sigue, vamos a recolectar los diezmos y las ofrendas. Es una oportunidad para que ustedes obedezcan, sí. Es una buena oportunidad para que obedezcan. Si no son cristianos, aquí lo que deben dar es su pecado a Jesús y volverse cristianos, y vamos a tomar comunión para que puedan obedecer. Vamos a cantar para que puedan obedecer. Vamos a cantar para que puedan servir e integrarse a un grupo comunitario, para que puedan obedecer. Vamos a invitarlos a que se amen y se sirvan unos a otros, para que puedan obedecer. No escuchen la Palabra solamente engañándose a ustedes mismos, hagan lo que dice, ¿amén? Esto me gusta. Bien, veamos qué sigue.

Video de Visión

[Video]

Por eso estamos aquí. La religión no salva, la filosofía no salva, la espiritualidad nos salva, la moralidad no salva, la fe de sus padres no salva, la fe de sus abuelos no salva. Solo Jesús salva. Necesitamos un Salvador.

La buena noticia es que tenemos un Salvador. Saben, por primera vez en muchos años, nos removimos de la lista de las iglesias más grandes y de más rápido crecimiento en toda América. Creo que entre el Viernes Santo y la Pascua, acogimos como 28.000 personas en nuestras iglesias Mars Hill, y tuvimos más de 1.000 bautismos el pasado año, más de 1.000 bautismos el año anterior, y más de 1.000 bautismos el año anterior a ese. O sea, Dios sigue salvando a las personas, y como ancianos ejecutivos que vamos a removernos de esa lista, solo para nosotros. Es cuestión de conciencia, y no queremos de ninguna manera que la gente piense que lo único que nos importa es cuántos miembros y no cuántos rostros tenemos.

Si estoy orando—y siempre tengo metas, mis metas no escasean, pero puede ver a Mars Hill en su plena madurez, en cincuenta localidades, con cincuenta mil personas. Puedo verlo, pero prefiero tener salud que crecimiento. Si tuviera que escoger entre un niño muy saludable y un niño muy grande, sería como escoger entre una iglesia grande y una saludable; pero si tuviera que escoger entre la grande y la saludable, escogería la saludable. Quiero que sea fuerte. Quiero que tenga líderes, pastores, y diáconos amorosos, comprometidos, estables que amen y cuiden a esa familia. Quiero que los grupos comunitarios no se conformen con nada menos que resolver los asuntos difíciles de la vida juntos haciendo lo que una familia de la iglesia debe hacer junta, en misión en su comunidad. Saben, no quiero una cantidad de podcasters que asisten cincuenta y dos veces al año a una conferencia. Queremos una iglesia. Queremos una iglesia piadosa y saludable.

El énfasis aquí está en tener una familia saludable donde los grupos comunitarios tengan más importancia que nunca, y los grupos de redención que nos tienen muy emocionados, para ayudar a los que sufrientes y dolidos, añadiendo cosas nuevas también en el pasado año, como el Ministerio de Damas que ha tenido mucho éxito permitiendo y capacitando a las damas a usar sus dones y reunirse en comunidad, al igual que el Ministerio Estudiantil Mars Hill, que ha tenido un comienzo grande y fuerte.

Lo importante son las personas. Lo importante es que las personas conozcan a Jesús. Que las personas sean amadas por Jesús. Que las personas amen a Jesús. Que las personas se amen unas a otras. Que las personas compartan juntos la vida como familia, atravesando tiempos difíciles, estando presentes para celebrar los buenos tiempos; cuando hay problemas o pecado, ayudar a otros a desatascarse y a enmendarse; cuando las personas crecen en sabiduría, instarlos a que se vuelvan líderes para que ayuden a los más jóvenes de la familia. Esas son las cosas súper importantes que tengo en mi corazón ahora. Tenemos tantas personas.

Algo que aprendimos en el trascurso de los años es que la iglesia que se planta en zona urbana tiende a volverse una iglesia regional. La gente viene de muchas millas a la redonda y empiezan grupos comunitarios en un área particular, y con el tiempo, si inician suficientes grupos comunitarios, se plantan más iglesias en esos lugares específicos. Para nosotros históricamente, las ciudades han sido increíblemente importantes. Así ha sido en Mars Hill por 17 años. La Biblia termina con un cuadro del reino eterno de Dios representado por una gran ciudad, la ciudad de Jerusalén que baja del cielo. En las ciudades se forjan las culturas. En ellas se ve el vaivén de los viajeros, es donde las ideas se forman y se amoldan. Es donde encontramos estudiantes, los medios de comunicación, y los creativos culturales.

Por tanto, cuando piensen en Mars Hill, oren por nosotros ya que siempre estamos buscando oportunidades, tanto en las áreas urbanas donde podamos recuperar viejos edificios de iglesias, como en el caso de Mars Hill Downtown donde estoy parado, Mars Hill West Seattle, Mars Hill U-District. En torno a nosotros, en el área de Seattle, hay otros viejos edificios de iglesias urbanas que hemos podido recuperar y reutilizar para la causa de Jesús. Lo mismo está pasando en Mars Hill Portland.

Igual que en nuevas áreas urbanas a donde acuden muchas personas, sobre todo personas jóvenes, creativos culturales, y los que darán forma a la cultura que sigue. O sea, lugares como Mars Hill Orange County, y Mars Hill Bellevue. En esas localidades, generalmente no hay tantos edificios históricos de iglesias que podamos readaptar y reutilizar, por lo cual buscamos nuevas bodegas, u otros espacios para readaptarlos y recuperarlos en esas nuevas áreas urbanas.

Nuestra gran visión, al ir avanzando, al contemplar el futuro lejano, es seguir siendo pioneros de iglesias en las zonas urbanas, y a partir de ahí capacitar a esas iglesias para que lleguen a las zonas suburbanas. Lo mismo que hicimos cuando plantamos una iglesia en Seattle: plantamos una iglesia y la dejamos crecer para que fuera saludable, fuerte, y regional, y a partir de ahí, plantamos otras iglesias; eso es lo que estamos haciendo en Orange County, es lo que estamos haciendo en Albuquerque, es lo que estamos haciendo en Portland, como parte de la visión de largo plazo. También pueden orar con nosotros mientras consideramos otras oportunidades en lugares como Austin, L.A., y Phoenix, que son quizás siguientes oportunidades que aparecen en nuestro radar, aunque si se presentan otras cosas, también les echaremos un vistazo.

La verdad es que amo mucho nuestra iglesia, y por la gracia de Dios quiero pastorear una iglesia toda mi vida. Siento que conjuntamente nuestras localidades son como una familia grande con catorce niños. Todos son diferentes y tenemos que invertir en cada una de ellas, amarlas, cuidarlas, velar por ellas y corregir cada una diferentemente. Y este año y el año que viene esto es lo que tengo en mi corazón: Jesús lo dijo así: El buen árbol produce buen fruto. Nuestro enfoque, en realidad, es ser solamente un buen árbol, amar a Jesús, amarnos unos a otros, amar a las personas que sufren, a los rebeldes, caray, y amar a nuestros enemigos mientras tanto porque Jesús nos dijo que lo hiciéramos para que quizás se unan a nuestra familia.

Ese es mi corazón para el año próximo. Pienso que todavía estamos montados en la escalera eléctrica de la gracia de Dios, como lo hemos hecho durante diecisiete años. Creo que vamos a ver crecer esta iglesia, pero lo que quiero implorarles en esta próxima temporada es algo muy sencillo, muy profundo, muy importante, aunque no muy medible, que nos amemos unos a otros, que ustedes amen al Señor, que se amen unos a otros, que amen a las personas en su grupo comunitario, que amen el liderazgo en su iglesia local, que amen a las personas en su familia y en su familia espiritual; y cuando haya conflicto, problemas, o pruebas, que nos amemos unos a otros y resolvamos las cosas para que seamos la familia de Dios y sigamos madurando juntos.

Ahora mismo, me encantaría contarles las cosas maravillosas que tenemos preparadas y alineadas, que tenemos por delante, y Dios nos ha abierto unas puertas increíbles y sería muy temprano hablar de ellas ahora pero cualquier cosa que Jesús tenga para nosotros, sé que si estamos amándonos unos a otros, cualquier cosa que tenga para nosotros, estaremos listos para recibirla. Y si no estamos amándonos unos a otros, no estaremos listos para ninguna oportunidad que Él nos dé.

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Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.