Jesús murió una muerte mejor (Ester 2:19–3:15)

Pecados, errores, y tragedias

Nuestras vidas están marcadas por tres cosas: pecados, errores, y tragedias. Estas complican nuestra vida, a veces hasta desanimarnos o desesperarnos. Los pecados, o sea los que cometemos contra otros, los que cometen contra nosotros, y quizás hasta los pecados que alguien comete no contra nosotros, pero nos afectan.

Errores, o sea, no transgresiones de la Ley de Dios, sino malas decisiones. Usted trabaja para una empresa, se traslada a esa empresa, de pronto hacen recortes y pierde su trabajo, y cuando lo tomó pensó que sería una buena decisión, per resultó siendo una mala decisión. Compró casa pensando que el mercado era fuerte y se dio cuenta que solo Jesús es el fundamento seguro y todo lo demás de derrumba, y de repente está patas arriba. Son errores donde uno toma la información que tiene y toma lo que uno piensa ser una buena decisión, y después resulta que no era una decisión tan buena.

Tercero, las tragedias son cosas que francamente no podemos explicar; cosas que Pablo describe así: «¿Quién ha conocido la mente del Señor?». No sabemos qué está pasando, no sabemos por qué está pasando, no sabemos lo que pasa, no vemos lo que Dios ve. Estas circunstancias son dolorosas y difíciles, a veces prevemos las cosas y a veces no las vemos en absoluto.

Hace poco estuve en una de las iglesias Mars Hill, y cuando iba entrando había una mujer joven con una niñita muy simpática; estaban saludando a todos y repartiendo información sobre Mars Hill. Su esposo, el papá de la niñita, no estaba ahí porque murió en la guerra, un soldado que asistía a la Iglesia Mars Hill. Es una tragedia. Ni siquiera trataré de explicar plenamente por qué pasa eso. Pero lo que sí sé, es que cuando Dios creó el mundo, era bueno en gran manera y no había muerte, pero las tragedias ocurren, los errores ocurren, el pecado ocurre y complica la vida.

En cuanto a nosotros, al abrir las páginas de la Escritura, les pido que hagan eso ahora conmigo. Vayamos a Ester 2:19. Verán que la Biblia habla mucho de las personas, porque Dios conoce a las personas, y Dios ama a las personas, y Dios creó a las personas. Y Dios escribe perfectamente las Escrituras mediante autores humanos y nos enseña acerca de las personas; a veces pecados, a veces errores, y a veces tragedias.

Una de las cosas que le ayudarán a estudiar las Escrituras en general, pero a Ester en particular, es mirar los pecados, los errores, las tragedias, y cómo complican la historia y traen dolor a la vida de las personas. Dios incluye estas historias en las Escrituras para instruirnos, como dice en otra parte.

La comodidad importa más que Cristo

Al retomar la historia, este sermón se titula: Jesús murió una muerte mejor. La retomamos en el capítulo 2:19. «Cuando las vírgenes fueron reunidas por segunda vez». O sea que todas esas mujeres estaban compitiendo para el Bachelor de Persia. Mardoqueo, su primo mayor que la había adoptado y cuidado como figura paterna cuando murieron sus padres, porque quedó huérfana de niña, «Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey». Ahí era donde se manejaban asuntos de política y negocios, o sea que Mardoqueo tiene un puesto oficial con el gobierno. Trabaja en algún aspecto del gobierno del rey. Es alguien que ocupa algún cargo público.

«Ester todavía no había dado a conocer ni su parentela ni su pueblo, tal como Mardoqueo le había mandado, porque Ester hizo lo que le había dicho Mardoqueo como cuando estaba bajo su tutela». Hasta ahora nadie sabe que ella es judía, o sea pertenecía al pueblo de Dios del Antiguo Pacto. Mardoqueo le había dicho: «Que nadie sepa de nuestras creencias y que pertenecemos al Dios de la Biblia». O sea: «No oprimas esa casilla en tu página de Facebook. No dejes que nadie lo sepa. No lo pongas en Twitter. Hagas lo que hagas, no dejes que la gente se entere que crees en el Dios de la Biblia».

Permítanme decirles que a veces está bien no mencionar eso de entrada. ¿Cierto? Digamos que lo van a entrevistar para un trabajo y le dicen: «Bien, háblenos de usted». «Amo a Jesús. Amo a Jesús con todo el corazón. Todos los días leo un libro que habla de Jesús. Oro a Jesús, le canto a Jesús. ¿Conoce usted a Jesús? Necesita conocer a Jesús. Aquí estoy para hablarle de Jesús». Eso explica su desempleo. A veces no es la mejor manera de empezar. ¿Cierto? No es la mejor manera de empezar.

O sea, estoy diciendo que no siempre debemos empezar con nuestra fe cristiana, ponernos la camiseta, y empezar con la consigna, pero si su vida entera oculta su relación con Dios porque no quiere sufrir públicamente, no quiere que se burlen de usted, no quiere oposición, no quiere caerle mal a nadie, entonces lo que usted adora no es Cristo, sino la comodidad. Pienso que su decisión se basa en la comodidad. «Si todos saben lo que creemos verdaderamente, no les caeremos bien a algunos y podría afectar nuestro ascenso social. Así que ocultémoslo».

A algunos de ustedes les enseñaron que la fe o la religión, o la espiritualidad, se hace en privado, no en público. Es algo que debe guardarse adentro, pero no compartir con otros a su alrededor. El Dios de la Biblia quiere que usted, si le pertenece a Él, practique su fe en público. La fe debe darse a conocer en público. Nunca en privado. Queremos que otros conozcan a Dios quien nos ama para que ellos le amen, y somos un medio por el cual otros llegan a oír hablar del Dios de la Biblia, y si ocultamos nuestra relación con Él, le estamos siendo infieles. Pero para tantos, su ingreso, su trabajo, su política, su comodidad, su red social, sus relaciones, su comodidad y su conveniencia son más importantes que Cristo.

Así sucede con Ester y Mardoqueo y ella recibe instrucciones de Mardoqueo. «No digas a nadie que pertenecemos al Dios de la Biblia. Así son algunos de ustedes. No quieren practicar su fe en público. No quieren ser bautizados porque se hace en público. No quieren pararse y tomar la comunión porque se hace en público. Cuando la gente habla mal de los cristianos y del cristianismo en su trabajo o en su escuela, o cuando el profesor persigue a los tontos evangélicos otra vez, quédese se queda callado, porque para usted la comodidad importa más que Cristo. Mardoqueo y Ester son así.

Un complot de asesinato

«En aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey», o sea que está negociando. Dos varones que conocimos previamente en el libro, Bigtán y Teres, dos eunucos del rey… les explicaré esto. Un eunuco se define como alguien que antes era feliz. Esa es la definición técnica de un eunuco. Resulta que como el rey tenía un harén enorme con muchas mujeres, sabía que si permitía que hombres trabajaran delante de estas mujeres, muchas de las cuales Él desatendía, y nunca les hablaba y no conocía bien, que estos hombres buscarían relacionarse con estas mujeres quienes se enamorarían con estos hombres.

Y lo que hacía era mandar a castrar a esos hombres que trabajaban en presencia del harén. la historia consigna que tomaba a más de 500 varones jóvenes al año y los mandaba castrar. Es como ser reclutado en las fuerzas armadas. Ahora usted le pertenece al rey, lo eligió a usted, va a castrarlo, y usted va a trabajar en el palacio.

Estos dos varones eunucos supuestamente eran guardias. Imagínense que Jerjes fuera nuestro presidente. Estos serían parte de su destacamento de servicio secreto. Descubrirán que estos dos tipos tratan de matarlo. Pues claro que tratan. Porque volviendo a mi primer punto, Él los hizo eunucos. Continúa la historia. Yo lo haría. ¿Cierto? «Me hiciste eunuco, te voy a matar». A cualquiera le parecería obvio. No requiere mucho trabajo teológico para saberlo.

«Dos eunucos del rey, guardianes del umbral se enojaron y procuraban echar mano al rey Asuero». Asuero es su nombre persa, Jerjes es su nombre griego. Es un asunto muy significativo en el mundo antiguo. Los que estaban más cerca al rey eran los que más probablemente traicionarían al rey. Finalmente, el rey Jerjes muere en manos de sus siervos más allegados.

Lo mismo pasa hoy. Si está usted es líder de negocios, o si es líder en el ministerio, o si es líder en el gobierno, los que más probablemente lo traicionarán son sus más allegados. Pueden envidiar su éxito. Pueden poner en duda sus decisiones. Quieren compartir en su gloria, pueden ser manipulados por otros; por los que son críticos, o tienen un desembolso de efectivo, o por los que quieren beneficiarlo si tan solo menoscaba al líder.

Dos cosas: primero, para los que son líderes, tengan cuidado en quién confían y a quién dejan que se les acerque. Segundo, si usted ocupa un cargo cerca a los que están en el liderazgo, asegúrese de guardar su corazón y sus móviles para no hacer las cosas por interés propio sino por los intereses de Dios.

Ahora la situación es que su vida está en peligro. Es un complot de asesinato. ¿Cierto? Sería el tema de portada de la CNN. Sería una noticia internacional. Este es el hombre más poderoso de la Tierra, y hay un complot para ejecutarlo y asesinarlo. «Pero el asunto llegó a conocimiento de Mardoqueo». O sea que Mardoqueo se entera. De alguna manera escucha lo que dicen. ¿Cuántos de ustedes si fueran Mardoqueo se olvidarían del asunto? Dirían. ¿Es un tipo pervertido que se acostó con mi hija adoptiva. ¿Van a matarlo? Me parece bien».

Mardoqueo debe decidir si hace algo bueno por un hombre malvado. Jerjes es un hombre malvado. ¿Mardoqueo hace algo bueno o algo malo por un hombre malvado? ¿Dirá algo para salvarle la vida, o guardará silencio permitiendo que Jerjes sea ejecutado o asesinado?

Hace lo siguiente: Verso 22: La hija adoptiva que él crió es la reina, y le dice: «Unos sicarios van a asesinar a tu esposo». «Ester informó al rey en nombre de Mardoqueo». «¿Quién te dijo eso?». «Me lo dijo Mardoqueo».

«Y cuando fue investigado el asunto…». O sea que salieron a averiguar si era cierto. Era una traición. Cualquiera con trasfondo militar sabe lo grave que es esto. Matar a un oficial de mando, y sobre todo un presidente o un rey, investigan a ver si es cierto. Descubrieron que era verdad. Todo era verdad. El intento de asesinato fue descubierto.

«Los dos fueron colgados en una horca». Volveremos a eso en un momento. «Y esto fue escrito en el libro de las Crónicas en presencia del rey». Las Escrituras incluyen esto para que quede muy claro que Jerjes sabía exactamente quién iba matarlo y exactamente quién salvó su vida. Le traen todo el reporte. Es como una audiencia ante el congreso. Traen el reporte entero al rey Jerjes. La conspiración que fue descubierta. Toda la documentación, los testigos, la evidencia, el plan, el soborno, las cuentas de banco, el pago, ahí estaba todo. Y Mardoqueo es el que le salva la vida. Él lo había escuchado por un vías de comunicación extraoficiales por medio de Ester para que pudiera saber la verdad sin decírselo a las personas que querían matarlo, porque lo hubieran sabido y hubieran acelerado el atentado de asesinato. Mardoqueo salvó su vida, y todo se documenta en presencia del rey en lo que llaman las crónicas. O sea el registro oficial. Era el registro oficial de la corte en aquellos días.

Los dos hombres que conspiraron asesinar a Jerjes, ¿qué les pasó? Dice que «fueron colgados en una horca». Al escuchar esto casi podemos imaginar una escena en una vieja película de vaqueros. En una plataforma alta, todos están mirando, colgadas están unas sogas con nudos corredizos. ¿Saben? Hombres con manos atadas por detrás, y la soga en los tobillos, después abren la trampilla y son ahorcados. Así no hacían las cosas en Persia. Literalmente significa que fueron ahorcados en un árbol.

Históricamente hay un debate entre teólogos y arqueólogos sobre si eran empalados o crucificados. La verdad es que las crucifixiones empezaron por ese tiempo, 400 o 500 años antes del nacimiento de Jesucristo, y fue creado por los persas. Después la crucifixión fue perfeccionada por los romanos quienes asesinaron a Jesús crucificándolo. Era una forma de terrorismo patrocinado por el estado. Es como cuando una nación musulmana decapita a alguien en la tele. Es un espectáculo público para que todos supieran: «No crean lo que ellos creyeron, y no se porten como ellos se portaron». El punto es que si uno peca contra un gran rey, Él tiene derecho a crucificarlo, y a demostrarlo en público para que todos lo vean.

Amán el agagueo

Nos queda la pregunta: ¿Qué le pasó a Mardoqueo? ¿Cuántos de ustedes piensan hasta este punto que Mardoqueo debería recibir algo? Un premio, un galardón, una estrella de oro. ¿Deben darle algo a Mardoqueo? Algo, ¿cierto? ¡Viva Mardoqueo! Iban a matar al rey, pero no mataron al rey, y el rey los crucifica. Parece que el rey debía hacer algo bueno por él. ¿Verdad? ¿Y qué hace Jerjes? Nada. Nada.

Capítulo 3, verso 1: «Después de esto». Cinco años después. Algunos de ustedes dirán: «No tuvo tiempo para ir al almacén». Cinco años. Pudo haberle comprado algo en el centro comercial. «Oye, gracias por dejarme respirar». Cinco años. Pero este es Jerjes. Es el tipo que vemos una y otra vez. Es ensimismado, no se preocupa por los demás. Es ensimismado, no se preocupa por los demás.

«Después de esto el rey Asuero engrandeció…». ¡Oh, van a ascender a alguien! ¿Cuántos de ustedes piensan tal vez hipotéticamente que debería considerar a Mardoqueo? No. ¿Cuántos de ustedes tienen un jefe así? O sea: «Si le salvo la vida me podría degradar». Es bíblico. Aquí está. Así son los jefes.

«Después de esto el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Hamedata agagueo». Sabemos que es un tipo malo, su nombre suena como si lo dijera con la boca llena de cascajo. Agagueo, ¿cierto? Es que suena…agagueo. ¡Somos los agagueos! Se nota que este tipo no es bueno. «Amán, hijo de Hamedata agagueo». Siempre digo que las palabras en la Biblia son difíciles. Léanlas rápido, con confianza, y en voz alta porque nadie sabe pronunciarlas y pensarán que acertó. Es una pequeña sugerencia para leer la Biblia. «Y lo ensalzó y estableció su autoridad», le dio un trono, «sobre todos los príncipes que estaban con él».

Los judíos se habrían enterado de esto y habrían dicho: «¡Los agagueos! ¡Los agagueos! ¡Son nuestros enemigos!». En el Antiguo Testamento cuando Dios recién forma la nación de Israel, los primeros en atacarlos, los primeros terroristas contra ellos que trataron de destruirlos totalmente fueron los agagueos. O sea que Mardoqueo de repente salva la vida de Jerjes y su nuevo jefe ahora es Amán el agagueo. ¿Ven la tensión en la historia?

No solo eso, le da un trono. «Tú eres pobre, siéntate en el suelo. Todo va bien. A ti te doy la silla». Cuando le dan un trono a uno sabe que las cosas van muy bien. Le da un trono. Le da un trono pequeño. Es como un pequeño rey. Es como un pequeño dios; así es Amán. «Aquí está mi trono». En él ejerce autoridad. Y ahora Mardoqueo, como oficial del gobierno y ciudadano de Persia está bajo Amán agagueo, el enemigo del pueblo de Dios que ha tratado de destruir el pueblo de Dios por muchas generaciones.

«Y todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba». Bien, el problema es este. Amán se sienta en su trono y dice: «Todos los que estén en mi presencia deben inclinarse». Mardoqueo está en su presencia y no se inclina. Crea un momento incómodo, ¿cierto? Muchos se inclinan, y Mardoqueo… mira con desdén a Amán. ¿Saben? «No me inclinaré. No me inclinaré». Se para en las puntas de los pies y dice: «Rehúso inclinarme. No me inclinaré».

Y los demás lo miran y piensan: «Oh, ¿en serio? ¿Qué pasa si no te inclinas?». Todos se preguntan porque ahora alguien se le opuso a Amán en público. Lo están ridiculizando en público. Lo están menoscabando en público. Es un desafío.

No estoy seguro que esto le convenga a Mardoqueo. Pueden hablar de esto en su grupo comunitario, o en el estudio bíblico femenil. Pueden debatirlo. Algunos dirán: «Es que quería ser adorado como un dios». Pienso que no. En aquellos días, políticamente, uno se inclinaba. En algunas culturas asiáticas todavía se inclinan, ¿cierto? Es solo una señal de respeto. En las fuerzas armadas uno saluda. Si ve un oficial de más rango, lo saluda. Es señal de respeto. Aunque no estime mucho a la persona saluda el uniforme. Respeta la jerarquía de mando. En la cultura británica, si comparece ante la reina, se inclina, le hace reverencia en cualquier caso. Es solo una señal de respeto.

Aquí Mardoqueo de repente se pone fuerte. Hasta este punto había sido pusilánime. No tenía brío en absoluto este tipo Era un cobarde completo en mi opinión. No le dice a nadie: «Pertenezco al Dios de la Biblia». Vienen y dicen: «Queremos que tu hija adolescente que quizás adoptaste vaya al spa un año y a la mansión de Playboy a dormir con el rey», y no dice ni hace nada. No lucha contra eso, se deja llevar por la corriente. Dice que está preocupado y que pregunta por ella todos los días, o sea que es como un gato nervioso, ¿de acuerdo? No es un tipo muy corajudo. En realidad no hace nada.

De repente dice: «¡Ya no más! Voy a plantar cara y protestar las reverencias. Puede dormir con ella, pero inclinarme, ahí trazo la raya». Es raro que trazara la raya ahí, ¿cierto? Es raro que trazara la raya ahí. Es raro. Dormir con mi hija adolescente… ¡ahí es donde trazo la raya! Él dice: «Oh eso no tiene nada de malo, pero esto de inclinarme. No puedo hacer eso».

O sea que escoge un momento extraño para más o menos… y algunos hombres son así. Nunca son fuertes y de repente se ponen fuertes en el momento indebido, y eso nos gusta un poco pero tiene que buscar el tiempo oportuno. Fue el momento indebido. Te veo fuerte Mardoqueo. Una pequeña rapeada para ustedes. Es gratis. A la orden. Te veo fuerte Mardoqueo. Le hará frente a Amán el Terrible.

¿Y ahora qué hace Amán? ¿Qué haría usted? Usted es el jefe, se sienta en un trono, gobierna y reina, y un tipo se la pasa mostrándole el dedo toda la vida. Solo le saca el dedo. ¿Ha estado en un carro con niños? ¿Han sido aquel niño? Van de viaje con sus padres y dicen: «¡No dejan de sacarme el dedo! Siempre me están sacando el dedo. Siguen sacándome el dedo». Mardoqueo es de los que saquen el dedo. Sigue mostrando el dedo. «No me inclinaré. No me inclinaré. No me incliné ayer, no me inclinaré hoy. ¡Nos vemos mañana! ¡Adivina quién no se inclinará!».

Hasta que esto empieza a enloquecer a Amán. Empieza a salirse de quicio. Mardoqueo es como una piedra en su zapato Se levanta por la mañana y piensa: «Oh, lo veré hoy. Voy a verlo hoy. No se inclinará. No se inclinará. Vaya, este tipo me está volviendo loco. Me tiene frustrado». ¿Qué va a hacer?

Verso 3: «Entonces los siervos del rey, que estaban a la puerta del rey, dijeron a Mardoqueo: ¿Por qué traspasas el mandato del rey?». Oh, no. Ahora empeora la cosa. «No solo estás desobedeciendo a Amán, el rey Jerjes, el que piensa que el Sol habla por medio de él, el que tiene en muy alta estima a ese tipo, el que se llama rey de reyes y señor de señores…». ¿Les suena familiar? «Ese tipo, Jerjes, fue quien dijo que todos deben inclinarse ante Amán. Mardoqueo, cuando no te inclinas a Amán, estás desobedeciendo a Jerjes, el señor.

¿Por qué traspasas el mandato del rey? «Después que ellos le habían hablado», ¿cuántas veces? «día tras día». Mardoqueo supo resistir. «Y él se había negado a escucharlos, se lo informaron a Amán para ver si la palabra de Mardoqueo era firme porque él les había declarado que era judío». De repente saca sus creencias religiosas para sacar ventaja. «¿Por qué no te inclinas?». «Soy judío. Soy judío». Se me olvidó decirles en estos cuarenta años, más o menos. ¡Híjole! Soy judío».

¿Cuántos de ustedes son así? Son como un ladrón borracho. De repente sus amigos quieren hacer algo terrible, y les dice: «Soy cristiano». Y ellos dicen: «¿Cómo? ¿Qué clase de cristiano eres?». «Soy un cristiano hipócrita. Somos una denominación enorme». ¿Cuántos de ustedes son así? Su fe es cosa privada hasta que los beneficia de alguna manera, y de repente están muy consagrado.

Hasta ahora ha estado viviendo en Persia, y no debería estar allá. No le dice a nadie que ama al Dios de la Biblia. No hay evidencia que haya orado, leído la Escritura, diezmado, ido al templo, ofrecido sacrificios, o cantado un canto. No defiende el honor de su hija adoptiva. Come la comida del rey. «¿Quiere un sándwich de jamón?». «Sí, con tocino por favor».

Es un hipócrita comprometido, y tan pronto empiezan a decirle: «Vas a meterte en problemas». Dice: «Soy judío, ¿pueden darme la tarjeta Salga de la cárcel gratis? Tengo convicciones religiosas». Y les pregunto: ¿Cuántos de ustedes verdaderamente no aman a Dios, no caminan con Dios, pero sacan la tarjeta cuando les conviene? ¿Cierto? Eso es lo que hace. «Soy judío, ¿eso ayuda?».

Pues veamos. Verso 5: «Cuando Amán vio que Mardoqueo no se inclinaba ni se postraba ante él…». ¿Cuántos de ustedes son como Amán? No pasan nada por alto. La vida de Amán iba bien, ¿cierto? Tiene un trono, está gobernando y reinando. Todos se inclinan a él, excepto este hombre. ¿Con qué se obsesiona? Con un solo hombre. Nos ponemos así, ¿no es cierto? Todo va bien en la vida menos una sola cosa y nos obsesionamos con eso. Perdemos los estribos por eso. Es lo que nos frustra.

«Amán se llenó de furor». No está feliz. Está furioso. «Y él no se contentó con echar mano sólo a Mardoqueo». Amán está pensando: «Quiero matar a ese tipo, pero no quiero hacerlo con mis manos. Necesito involucrar a alguien más». ¿Cuántos de ustedes son así? Alguien no le cae bien, pero no habla con ellos, habla acerca de ellos. No quieren lidiar con ellos y mandan a alguien que lo haga.

Es un personaje pasivo-agresivo. No viene a Mardoqueo y tener el conflicto, Prepara todo un caso y crea todo un escenario donde pueda destruirlo sin ensuciarse las manos. Como líderes debemos tener cuidado de no actuar así. Cuando nos ofendemos con alguien en vez de afrontarlos tendemos a conspirar contra ellos.

«Pues le habían informado cuál era el pueblo de Mardoqueo; por tanto Amán procuró destruir», ¿qué? «A todos los judíos, el pueblo de Mardoqueo que estaban por todo el reino de Asuero». «No me inclinaré». «Entonces te mataré a ti y todos los que son como tú». El tiro como que le salió por la culata a Mardoqueo, ¿cierto? Pensaba sacar la tarjeta religiosa para salvar su vida y ahora le va costar la vida a todos los demás. «Oh, ¿eres judío? ¡Odio a los judíos!». Amán se convierte en el primer Hitler. Es una conspiración de genocidio. Va a destruir una comunidad entera de personas, principalmente porque son el pueblo del pacto de Dios.

Como pueden ver, los nombres cambian pero el libreto no. Satanás lo escribe, se lo entrega a Amán, «Odia al pueblo de Dios, los judíos, trata de cometer genocidio. Destrúyelos a todos». Años después, viene Hitler y Satanás le entrega el mismo libreto. «Odia a los judíos, planea un genocidio, usa el gobierno, trata de destruirlos a todos». Necesitan saber que hay un conflicto continuo entre Dios y Satanás, entre el pueblo de Dios y el pueblo de Satanás, y a veces Satanás da poder a las personas para tratar de destruir al pueblo de Dios. Y esto ocurre en tiempos de Mardoqueo.

¿A cuántos de ustedes los horroriza que un gobierno pueda decretar la ejecución de personas inocentes? ¿Cuántos de ustedes saben que no somos moralmente superiores en una nación que permite el asesinato de los no nacidos? Les quitamos la vida cada semana, lo hacemos legalmente, pero no es santo.

Hay que tener mucho cuidado al leer las Escrituras de no verlos con una actitud arrogante de superioridad moral religiosa y santurrona. No somos mejores que los persas. Ellos masacraban gente inocente que no había hecho nada y nosotros hacemos lo mismo, y como ellos no pueden votar no nos molesta. Hay que tener mucho cuidado si vamos a condenar el holocausto de condenar todos los holocaustos, no solo los que no ocurrieron en nuestro tiempo.

¿A quién mataría si pudiera?

Hasta hoy en el Purim, la fiesta judía, leen esta historia y se burlan y se mofan de Amán. Es un hombre despreciado por el pueblo judío. Al leer esto otra vez, podemos leerlo religiosamente: «Amán es un hombre horrible. Gracias Señor, soy mejor que Amán». O podemos hacernos una pregunta muy difícil. ¿A quién mataría si pudiera? No lo diga, sobre todo si esa persona vino con usted a la iglesia.

Si llegara y le dijera: «Sabes, el Señor me dijo que puedes matar a una persona». Usted recibe una…le dan la tarjeta que dice: El Señor autoriza que mate una persona gratis. Abajo hay una raya en blanco para que escriba el nombre de cualquier persona. ¿Escribiría o no escribiría el nombre de alguna persona? Algunos dirán: «Pues lo merecen, eso no está mal».

Jesús dice en Mateo 5 que asesinar y odiar van por el mismo camino, solo que uno le lleva la delantera y cuando odiamos a alguien cometemos un asesinato contra ellos en nuestro corazón. La diferencia es que a veces Amán tenía autoridad legal para matar y nosotros no tenemos autoridad legal para matar, por lo cual tenemos homicidio en nuestro corazón, aunque no se extienda a nuestras manos. ¿Por qué odia? ¿Si pudiera matar a alguien, a quién mataría? ¿A quién mataría?

Repito, Amán ocupa un cargo que le permite matar o castigar a alguien si lo odia. Castigamos a las personas que odiamos, y a sus seres más cercanos familiares, amigos, compañeros de trabajo los hacemos sufrir con ellos como castigo adicional. Al buscar esa clase de venganza asumimos la misma actitud y disposición de Amán.

Repito, amigos, los amo, soy su pastor, pero quiero que tengamos mucho cuidado al encontrar un personaje malo en las Escrituras, si no fuera por la gracia de Dios, nosotros podríamos ser como esa persona.

La historia sigue. «En el mes primero», verso 1, «que es el mes de Nisán, el año doce del rey Asuero». Todo esto es histórico. Muestra que Dios obra en la historia. Obra en la vida de las personas. Obra en las naciones. No es solo terapias, buenas ideas sobre cómo llevar una vida mejor. No es solo filosofía y especulación sobre Dios. Es teología, que se revela en la historia a los pueblos, tiempos y lugares.

«Se echó el Pur, es decir la suerte». Más adelante en el libro de Ester veremos que Ester da inicio a la fiesta de Purim, derivada del mismo nombre. Aquí significa echar suertes, o sea es un sortilegio. En esos días hombres como Amán que no eran ateos eran muy espirituales, pero adora otro dios que no es el Dios de la Biblia.

Necesitan saber que la espiritualidad es una cosa muy peligrosa. Claro que no le dirán eso. Le dirán que la espiritualidad es algo bueno, pero al hablar de espíritus nos referimos a ángeles y demonios, espíritus puros y espíritus inmundos espíritus santos e impíos, espíritus obedientes y espíritus desobedientes, y abrirse al reino espiritual equivale a abrirse potencialmente a lo demoniaco.

Y lo que están haciendo aquí es echar suertes y consulta con el reino espiritual, y los espíritus y los demonios que guíen los dados, que tomen decisiones, que organicen un plan para la destrucción del pueblo de Dios. Satanás siempre está involucrado. Pablo lo dice así en Efesios 6: «Nuestra lucha [nuestra batalla] no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades…», contra espíritus. Amán no es una víctima, pero ha dado poder a Satanás y a los demonios quienes ayudan a organizar un plan para la destrucción del pueblo de Dios.

No es suficiente ser espirituales, amigos. De hecho, la espiritualidad puede ser lo más peligroso. Si no proviene de Cristo, si no es para Cristo, si no es por medio de Cristo, si está dirigido a Cristo, entonces debe ser condenado. Aquí Amán practica el sortilegio.

¿De qué manera es Ud. perezoso y codicioso como Jerjes?

«Y echan la suerte mes tras mes hasta el doceavo mes, que es el mes Adar». Están pidiendo al reino demoniaco que organicen un plan para el genocidio del pueblo de Dios. «Y Amán dijo al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido y diseminado entre los pueblos en todas las provincias de tu reino». Es un gran problema; están en todas partes. «Sus leyes son diferentes de las de todos los demás pueblos». Tiene algo que llaman las Escrituras. «Y no guardan las leyes del rey». Son como Vasti. A veces dicen que no. «Así que no conviene al rey dejarlos vivos». Esto no le conviene al rey. Solo lo estoy protegiendo. «Si al rey le parece bien, decrétese que sean destruidos».

Este es el plan. «Yo pagaré diez mil talentos de plata en manos de los que manejan los negocios del rey, para que los pongan en los tesoros del rey». O sea, voy conseguirte mucho dinero y deshacerme del problema. «El rey tomó de su mano el anillo de sellar», o sea como un poder legal, «y se lo dio a Amán, hijo de Hamedata agagueo, enemigo de los judíos. Y el rey dijo a Amán: Quédate con la plata, y también con el pueblo, para que hagas con él lo que te parezca bien».

Pregunta: ¿Cómo se cuenta una historia para beneficiarse uno mismo? Todos lo hacemos, ¿cierto? Empieza en la niñez. Hacemos algo malo contra nuestros hermanos, empiezan a llorar, y a correr hacia mamá o papá primero para contar nuestra versión primero. Proverbios lo dice correctamente: «Justo parece el primero que defiende su causa, hasta que otro viene y lo examina».

Amán hace esto: Corre hacia Jerjes. «Déjame explicarte exactamente lo que está pasando. Hay unas personas llamadas judíos. Tienen un libro llamado las Escrituras. Obedecen sus leyes y que dicen que son de Dios. Creen que su Dios es más grande y mejor que tú, y eso es un verdadero problema. He venido a arreglarlo. Déjame destruirlos y los saquearé y quitaré todo su dinero». Igual que Hitler, ¿cierto? Sáquenles los empastes y derrítanlos y lo repartiremos mitad y mitad. Te daré como ingreso fiscal el 50% del ingreso anual de todo el imperio. Es una enorme oportunidad de negocios. Podemos ganar una suma enorme. Lo único que tenemos que hacer es matar a esta gente mala y saquear sus bienes, y los dividiré contigo».

Y Jerjes no se asesora por completo. No entiende ambas partes de la historia. Jerjes no investiga los hechos. Jerjes le dice: «Es un plan fabuloso. Aquí tienes el poder legal. Ahora controlas su vida y su muerte». A veces es muy fácil conseguir información parcial, información errónea, y tomar decisiones que afectan a muchas personas que desconocemos. Me compunge profundamente y me preocupa. Así que oren por mí, y oren por nuestros líderes, oren por nosotros.

Jerjes no conoce a esas personas. Jerjes no ama a esas personas. Jerjes solo recibe reportes sobre esas personas. La verdad es que los líderes se meten en grandes problemas cuando manejan solo números y no rostros. A los líderes de negocios o de política o en el ministerio, les digo: Dios conoce los números, pero también ve los rostros. Él ama a las personas, no solo las multitudes. Personas con rostros, nombres, e historias. A Jerjes no le importa la gente. Solo le importan los números, y está dispuesto a reducir el número de personas para aumentar la cantidad de dólares.

Es lo que hacemos, ¿cierto? Cada año electoral, se pone el anillo de sellar en su dedo y formula un caso basado en verdades parciales. Si es rico, vota por la persona que va a reducir los impuestos; más dinero para usted. Si es pobre, vota por la otra persona. Sacarán impuestos a los ricos para enriquecerlo a usted. Se trata de dar información errónea e ingresos financieros personales. Debemos asegurarnos al leer lo que dice de Jerjes que preguntemos ¿En qué forma soy como Jerjes, o cómo, de no ser por la gracia de Dios, podría ser como Jerjes?».

¿Listos para la siguiente pregunta difícil? Aquí está. ¿De qué manera soy perezoso y codicioso como Jerjes? No pregunté “si” lo soy. No pregunté si hipotéticamente, o potencialmente somos propensos a ser perezosos y codiciosos como Jerjes, porque pensarían, «Conozco a alguien que sí lo es». Somos propensos a la pereza. ¿Cierto?

No nos asesoramos bien, no exploramos, no investigamos. A Jerjes le dijeron: «Son gente mala, te están haciendo daño, debes destruirlos». Y él dijo: «Me parece bien» Y decide. Los líderes no solo deben tomar decisiones, deben tomar decisiones correctas, y eso requiere la información correcta.

¿Cómo soy codicioso? Cuántas decisiones tomamos basadas solamente en el ingreso que genera para mí. A veces, lo mejor no es nuestro mejor interés sino los intereses de otros. ¿Jerjes necesita dinero? ¿Sí o no? Jerjes no necesita nada. El tipo acababa de celebrar una fiesta que duró 6 meses, con bar libre para decenas de miles de personas y después abrió un spa para centenares de mujeres por 12 meses. No solo tiene un palacio, ¡tiene dos! Es como un tipo con una casa muy bonita y otra casa vacacional muy bonita. Le va bien. Lo adoran como un dios. El tipo tiene tanto dinero que no sabe qué hacer con él, pero la Biblia tiene razón. «El que ama el dinero no se saciará de dinero».

Debemos ser cuidadosos, cautos, y preguntar, ¿De qué manera somos como Jerjes? Creemos las cosas negativas que dicen de la gente, críticas, chismes. Ni siquiera los conocemos. Ni siquiera hemos investigado los hechos. O la codicia. Tomamos decisiones basadas solo en el balance final, no en la gloria de Dios y el bien de otros.

Amigos, esto es tan importante. Algunos de ustedes son líderes en sus familias. Algunos son líderes en los negocios. Algunos son líderes en el ministerio. Algunos son líderes en la política. No quiero que seamos unos santurrones sentenciosos, hipócritas y moralistas que dicen: «Amán es malo. Jerjes es malo. Gracias, Señor que soy bueno». Sino que digamos: «Oigan, ¿saben qué? yo podría ser como Amán. Yo podría ser como Jerjes. Podría enfadarme con una persona y desahogar mi enojo contra ellos y castigar a otros para provocar más sufrimiento. Yo podría ser como Jerjes, perezoso, sin asesorarme bien, tomando decisiones financieras, disipando la autoridad sin amar ni conocer a la gente, contando números sin ver sus rostros». Esto me compunge profundamente como su pastor. Hombre, no quiero ser así, pero sé que si no fuera por la gracia de Dios que esa es la tendencia de todo corazón humano.

«Maten a todo el pueblo de Dios»

¿Qué sucederá ahora? O sea, ¡vaya qué miniserie! ¿Cierto? O sea, nos sintoniza la semana entrante y dice: «Necesito ver qué pasa ahora». Tenemos a Mardoqueo, tenemos al agagueo, tenemos a Ester. No ha dicho ni hecho nada todavía. ¿Le irá bien? Jerjes acaba de regalar toda la autoridad y poder de su reino.

El siguiente episodio es así: «Entonces fueron llamados los escribas del rey el día trece del mes primero, y conforme a todo lo que Amán había ordenad». Amán define la política y el rey simplemente la firma. « fue escrito a los sátrapas», o sea a los gobernantes provinciales. «A los gobernadores que estaban sobre cada provincia y a los príncipes de cada pueblo, a cada provincia conforme a su escritura, a cada pueblo conforme a su lengua, escrito en el nombre del rey Asuero y sellado con el anillo del rey».

Jerjes gobernaba como un dios, y cuando decía algo era como la Escritura inerrante, y los escribas lo escriben, ¿cierto? Es como Pablo o Moisés que reciben la Palabra del Señor y la escriben. Es lo que los escribas hacen aquí. «Lo que diga el rey lo escribimos palabra por palabra». Después hacen lo mismo que hacemos con la Biblia. La traducen a todos los idiomas de la gente porque el imperio regía sobre muchas naciones. Y crearon el primer sistema postal. El Pony Express en Estados Unidos en efecto adoptó el lema de ellos, del sistema de correos persa. Después emiten copias para que todos escuchen y obedezcan. Igual que las Escrituras, no puede ser cambiado. Las llamaban las leyes de los medos y persas.

Y sale el decreto: «Maten a todo el pueblo de Dios». ¿Cuántos de ustedes esperan que Dios intervenga ahora con un milagro, un ángel, o un profeta? Dios no habla. Dios no actúa. Las cosas siguen.

Verso 13: «Y se enviaron cartas por medio de los correos a todas las provincias del rey para destruir, matar, y exterminar a todos los judíos», todo el pueblo de Dios. Son palabras mayores. Destruir, matar, exterminar… «Jóvenes y ancianos», o sea, niñas pequeñas con trenzas, niños pequeños que nadan en el río, bebés de cara mofletuda que apenas aprenden a caminar y a hablar. Abuelas que ni siquiera pueden pararse a correr cuando vengan los soldados, abuelos cuya sordera es tan aguda que ni siquiera oyen cuando tumban la puerta a patadas. Todos van a morir.

Es satánico. Es demoníaco. Dios trae vida, Satanás trae destrucción. Esta es la pura maldad desenmascarada por medio de un hombre impenitente, y eso es todo lo que se necesita.

«Niños y mujeres. en un solo día». Un solo día. Jerjes tiene el ejército más grande de la historia del mundo. Heródoto, el historiador griego, dice que era de al menos varias centenas de miles de soldados, quizás varios millones, y llega el decreto a los comandantes y generales: «Tomen sus armas, vayan y busquen a los bebés, a las niñitas, a los niños, a las abuelas, a los abuelos, a las mujeres encinta y mátenlos a todos».

Las personas no son buenas por naturaleza. Las personas no son moralmente rectas y devotas por naturaleza. Aquí vemos el corazón humano desconectado de la restringente palabra de Dios.

«El día trece del mes doce, que es el mes de Adar, y sus posesiones dadas al saqueo». Así es como piensa pagar a Jerjes. Los va a matar y saqueará sus bienes para darle un porcentaje al rey.

«La copia del edicto que sería promulgada ley en cada provincia fue publicada a todos los pueblos para que estuvieran preparados para ese día». Lo anunciaron por adelantado. ¿Se imaginan el terror y el horror? «Ya viene el día en que todos seremos ejecutados». Ven, amigos, morimos poco a poco, pero todos vamos a morir, y por lo general no vivimos bajo el horror y el terror de eso hasta que muchos mueren juntos. Por eso es que los desastres y las tragedias cautivan la atención y el enfoque internacional. Funerales los hay todos los días, pero cuando cavan fosas comunes, nos llama la atención.

«Salieron los correos apremiados por la orden del rey. El decreto fue promulgado en la fortaleza de Susa, y mientras el rey y Amán se sentaron» ¿qué? ¿Qué se sentaron a hacer, Mars Hill? A tomarse un trago. Es lo mismo que hacen muchos tipos después de cerrar un gran trato de negocios sin haber orado siquiera o considerado lo que implica para los demás. «Solo tómese un trago. Celebremos este día. Caramba, hoy sí ganamos mucho dinero. Somos tan ricos. Somos tan poderosos. Destruimos algunas personas, pero brindo a eso». Amigos, no hay nada de malo en ganar dinero. Pero cosa horrenda es ganar dinero destruyendo gente inocente y sentarse a beber.

«La ciudad de Susa estaba consternada». Significa que al oír esto los ciudadanos, los que no eran judíos , a muchos de ellos les pareció repugnante. Dijeron: «Amamos a estas personas. Son nuestros vecinos, nuestros amigos, nuestros compañeros de trabajo. Son vecinos decentes. Son buenos ciudadanos».

Mars Hill, podemos vivir de tal manera para que cuando venga la persecución y la oposición contra el cristianismo, los que no son cristianos digan: «Un momento, aman a toda la ciudad. Sirven a toda la ciudad. Se preocupaban por todos». Porque somos hechos en la imagen y semejanza de Dios. «No estamos de acuerdo con ellos y no adoramos el mismo Dios, pero tampoco queremos que mueran. Ellos nos aman y nosotros los amamos». El pueblo de Dios debe vivir amorosamente en la cultura de tal manera que hasta los no cristianos saben que Dios los ama porque nosotros los amamos.

Esto es tan importante. No solo amamos a los cristianos, sino a los no cristianos también. No solo amamos a los que aman a Dios, amamos a los que incluso adoran dioses falsos. Sí, dije falsos. Pero discrepamos de una forma tan amorosa que somos una bendición para la ciudad y somos una bendición para otros, y ellos saben que los amamos aunque discrepemos con ellos. Se formó tremendo alboroto en Susa. Que siempre sea así con nosotros. Que los que no están de acuerdo con nosotros sean acallados por los que discrepan con nosotros, los que hemos amado entrañablemente.

Quince cosas que no deberían ser

Les dije al comienzo de este sermón que hay tres cosas que dolorosamente marcan nuestras vidas. ¿Las recuerdan? Pecados, errores y tragedias. Están en todas partes en la historia. Quince cosas que compartiré con ustedes. Algunas son pecados, algunas son errores, algunas son tragedias, algunas son un compendio de las tres. La idea principal es esta: No debería estar pasando. No debería ser así. Igual que nuestro mundo, igual que su vida: no debería ser así. Está mal. No es correcto.

Primero: en las generaciones antes de Ester, el pueblo de Dios no debió haber seguido pecando, por lo cual fueron exiliados. La razón por la que se encuentran en Persia es esta: En las generaciones antes… y la verdad es que a veces las cosas más dolorosas de nuestra vida ocurrieron generaciones antes de que naciéramos que nos implican y nos afectan.

En generaciones anteriores pecaron contra Dios y Dios los exilió a Babilonia. Si no hubieran pecado contra el Señor no hubieran sido exiliados a Babilonia. Los judíos no debían estar allá, debían estar en Jerusalén. Estaban allá por no arrepentirse de su pecado. Si no hubieran pecado, no hubieran estado allá.

Lo mismo pasa con nosotros, ¿cierto? ¿Cuántos de ustedes consideran que las circunstancias duras, difíciles, arduas y dolorosas de su vida, los pecados de sus padres, los pecados de sus abuelos, los pecados de sus tatarabuelos y su propio pecado lo pusieron en un lugar donde no debería estar.

Segundo: Al ser liberados, todo el pueblo de Dios debió obedecer a Isaías y regresar a Jerusalén. La Biblia dice que un rey, Ciro, vino y libró a los cautivos No era un hombre piadoso, pero tenía conciencia y no creía que una persona debía adueñarse de otra. Se oponía a la esclavitud.

Y tan pronto fueron librados los cautivos de Babilonia, Dios habló por medio de Isaías, diciendo: «Vayan a su casa. Regresen a Jerusalén. Reconstruyan la ciudad y el templo». Ese era el lugar donde literalmente estaba la presencia de Dios. «Regresen al Señor». Isaías lo ordenó. Algunos obedecieron. Leeremos sobre ellos en el libro de Nehemías y en el libro de Esdras. Era coetáneo de Ester, y estas personas fueron las que regresaron a Jerusalén a reconstruir la ciudad y el templo. Regresaron al Señor.

Este libro nos cuenta lo que les pasó a los que desobedecieron. No regresaron a casa, no obedecieron a Isaías, y han pasado unos 10 o 50 años creo. No deberían estar ahí.

Tercero: La muerte de los padres de Ester No sabemos cómo murieron, pero sabemos que cuando un niña pierde a su madre y a su padre por enfermedad, guerra, hambre, o lo que sea…tragedia, es algo devastador. Tengo cinco hijos. No puedo imaginar a mis hijos sin Grace y yo, mucho menos mis hijas. Sería una tragedia.

Cuarto: Ester y Mardoqueo debían estar caminando fielmente con Dios. Hasta ahora en la Biblia no vemos que hayan orado, leído las Escrituras, diezmado, ofrendado, sacrificado; ido a Jerusalén, hablado con Dios, obedecido las leyes alimenticias, o que se hayan mantenido sexualmente puros. ¡Nada! ¡Nada! No están caminando con Dios. No hay ningún indicio. Todos los que caminaban con Dios caminaron hasta Jerusalén. Los que no caminaron con Dios se quedaron en Persia.

Quinto: Ester y Mardoqueo no debieron ocultar su fe tanto tiempo. En algún momento debieron darla a conocer públicamente. En algún momento debieron decir: «Creemos en el Dios de la Biblia. Pertenecemos a su pueblo». Si hubieran hecho eso, el edicto probablemente no se hubiera emitido de destruir a todos los judíos, porque ¿quién era judía? Ester, la reina. Si ella hubiera practicado su fe públicamente, tan pronto dijo Amán: «Voy a asesinar a toda esa gente», el rey hubiera dicho: «No puedes asesinar a mi esposa».

Sexto: Jerjes no debió divorciarse de su esposa, Vasti. No tenía causa para divorciarse. Si usted está borracho y le pide a su esposa que desfile ante una partida de soldados borrachos y ella dice que no, no debería divorciarse de ella. Debería darse una puñetazo en la cabeza por ser un completo idiota, pero no debe divorciarse de su esposa. Nunca debió divorciarse de ella. Ella no merecía eso. Debió pedirle perdón.

Séptimo: Jerjes no debió recibir el mal consejo de hacer el concurso: Bachelor de Persia, convirtiendo el palacio en la mansión de Playboy trayendo todas las mujeres hermosas a quitarles su virginidad a fin de escoger a su favorita. Eso nunca debió suceder. Estuvo mal. Es simplemente injusto. ¿Ven todo el mal que hay aquí? La Biblia es el libro más honesto que se ha escrito.

Octavo: Mardoqueo no debió permitir que Ester entrara en el concurso. Probablemente era una adolescente, no tiene madre ni padre, es pobre. Centenares de mujeres van a competir, centenares de mujeres van a dormir con el rey, y Mardoqueo dejo que fuera.

Como tengo hijas puedo decirles que Mardoqueo es un fracasado. No dijo nada, no hizo nada. Los pecados de algunos hombres son pecados de comisión. La mayoría de los pecados de los hombres son pecados de omisión. Los hombres siempre dicen: «Nunca hago nada mal». El problema es que usted nunca hace nada. No dijo nada, no hizo nada.

Está dispuesto a morir por no inclinarse. Si desea morir por una causa justa, que sea la causa de una joven y su pureza, y su castidad, y su integridad, sobre todo si la ha adoptado. Mardoqueo debió pelear por Ester. Debió morir por Ester. Debió declarar la guerra por Ester.

Y a los hombres les pido que hagan lo mismo por sus hijas. Ámenlas, sírvanlas, protéjanlas, anímenlas, y asegúrense por el hecho de que algún tipo venga por ellas no sea cómplice en permitir que hombres de mala calaña tengan acceso a nuestras mujeres o a nuestras hijas. Ella nunca debió formar parte del harén. En ninguna manera.

Noveno: Ester no debió perder su virginidad con un pagano no judío. ¿Amén? Tendría qué, 15 o 20 años más que ella. Maltrata a las mujeres. Tiene un harén completo. No debió acostarse con él. No estoy diciendo que todo fue culpa de ella. Solo estoy diciendo que está mal. Jerjes no debía ser un hombre así. Mardoqueo no debía ser un hombre que permite eso. Y sí, también hubiera sido justo que ella declarara la guerra y también dijera que no.

Décimo: lo resumimos todo. Ester no debería ser reina de Persia.

Onceavo: después de que Mardoqueo le salva la vida al rey, no debieron olvidarse de él. Deberían haberlo honrado, respetado, reverenciado, no desatendido.

Doceavo: Mardoqueo probablemente debía haberse inclinado ante Amán. O sea, un saludito al uniforme, inclinarse un poco en señal de respeto y honor como suelen hacer en las culturas orientales. No hubiera sido gran cosa. Probablemente debió inclinarse.

Treceavo: Amán nunca debió haber nacido. Amán nunca debió haber nacido. Teológicamente esto es verdad. El libro de Ester es sutil, callado, y susurra mucha verdad. Anteriormente en el libro, nos enteramos que Mardoqueo era descendiente de alguien llamado Saúl, y aquí nos enteramos que Amán es descendiente de Agag. Al leer esto, los judíos habrían dicho: «Eso data desde hace mucho en el Antiguo Testamento, muchas generaciones antes».

Los agagueos siguieron tratando de destruir y exterminar al pueblo de Dios. Trataban de hacer lo mismo que hicieron Amán y Hitler y dios le dijo al Rey Saúl que destruyera a todos los agagueos, que los matara a todos sin y que los saqueara por completo. Lo que Saúl hizo fue desobedecer al Señor. No los mató a todos. Dejó con vida al rey agagueo y en vez de prescindir de toda la riqueza, la tomó para enriquecerse, porque penosamente hasta el pueblo de Dios puede portarse como Jerjes. Lo importante es el poder, y el dinero, la comodidad y el control, no la gloria de Dios y el bien de los demás.

O sea que el.. no sé… el tatara-tatara-tatara-tatarabuelo de Mardoqueo no mató al tatara-tatara-tatara-tatarabuelo de Amán, como había dicho el Señor, y ahora Amán trata de matar a Mardoqueo. Amán nunca debió haber nacido.

Catorceavo: Amán no debió desahogar su enojo contra un hombre, Mardoqueo, y contra todos los judíos. Eso es racismo.

Quinceavo: Jerjes no debió dar el anillo para sellar, su poder legal, su autoridad ilimitada, acceso al botón nuclear, proverbialmente hablando, sin investigar los hechos, sin asesorarse plenamente, sin confiar en el criterio de un solo hombre.

Todo eso está mal. Todo eso está mal. No debería ser así. Dios no viene, no manda un profeta, Dios no habla desde el Cielo, Dios no hace un milagro. No hay zarza ardiendo. No hay evidencia que Dios se presente en ninguna manera, que hable o que actúe. ¿Cómo interpretamos todos estos datos? ¿Qué hacemos con ellos? ¿Qué hacemos con ellos?

¿Cuáles pecados, errores, y tragedias reinan en su vida?

Otra pregunta: ¿Cuáles pecados, errores, y tragedias reinan en su vida? Su vida ha estado, estará, o está donde vamos en la historia de Ester. Es oscura, tapada de nubes, de densa neblina. No puede ver a Dios. ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué estamos haciendo? ¿Hay alguna salida? ¿Hay alguna esperanza?

Algunos de ustedes recuerdan su vida y se obsesionan con los detalles. «Cometí tal pecado. Cometieron tal pecado contra mí. Vaya, esto se remonta hasta mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos. Fue un error; pensé que era buena idea. Fue una mala idea. Es una tragedia. No puedo creer que hayan contraído cáncer. No sé qué pasó ahí».

Y se siente destrozado, y parece que le han sobrevenido todos esos sucesos en su vida. Parece que su vida fuera un gran río con un fuerte caudal hacia la muerte y usted está siendo arrastrado por él, y las decisiones se toman, y las circunstancias se han fijado, y su destino está sellado.

No debió dormir con él, no debió quedar embarazada, no debió casarse, debió terminar en la universidad, no debió renunciar al trabajo, no debió apartarse del Señor, no debió empezar a tomar eso, no debió empezar a fumar eso, no debió haber estado en el casino. Cualquiera que sea su situación, nunca debió salir con esa persona, no debió quedarse con esa persona, nunca debió tolerar eso.

Todos los ¿qué hubiera pasado si…? o ¿por qué? o ¿dónde está Él? Aquí es donde la vida de los personajes bíblicos necesita ser interpretada como nuestras vidas deben ser interpretadas, mediante una cosmovisión, una serie de presuposiciones y suposiciones.

De modo que un ateo al leer este texto o al ver las circunstancias en su vida diría: «Ven, no hay Dios. No aparece, no actúa, no habla. Si hubiera un Dios, ¿no aparecería o diría algo o haría algo? No dice o hace nada en todo el libro de Ester. Ahí está la evidencia. Dios no existe».

Los agnósticos dirían: No hay evidencia que hay un Dios. No habla ni aparece. No estamos dispuestos a negar del todo su existencia, pero si no hay Dios, no hay pruebas concluyentes. No aparece en la Escritura. No aparece en mi vida. No dice ni hace nada».

Los deístas como los padres fundadores, Tomás Jefferson, y muchos jóvenes hoy en día a los cuales el sociólogo Christian Smith llama moralistas, deístas terapéuticos, Dios existe pero vive lejos y no quiere inmiscuirse en nuestros asuntos. Es muy enredado, difícil y complicado, así uno mismo se las tiene que arreglar. Buena suerte. Dios quiere que le vaya bien. Nos dejó unos cuántos terapeutas para darnos ideas sobre cómo arreglar este lío que hicimos, pero no va a venir. No va a inmiscuirse y no hará nada milagroso. No hablará ni actuará. Uno mismo se las tiene que arreglar. En una gran película, Al Pacino dice: «Es un arrendador ausente». Arréglenselas ustedes.

Los deterministas llegan y dicen: «No, esto es parte de su plan soberano. Es lo que Él quiere. Todo lo que sucede es voluntad de Dios». Así es el islamismo duro o el calvinismo duro. Dios es soberano, y lo creemos porque la Biblia lo dice, pero ellos ponen en tela de juicio la bondad de Dios. No todo lo que sucede es voluntad de Dios, y a veces las personas con buenas intenciones no articulan bien las cosas. Dicen cosas como: «Todo tiene su razón de ser». No, algunas cosas están mal.

Claro que Dios puede usar esas cosas para lograr algo bueno, pero son cosas malas. Dios es luz y en Él no hay tinieblas. Dios es bueno, no es malo. Dios no está en el Cielo diciendo: «Voy a ver a cuántos hombres que se creen Dios puedo darles muchachas adolescentes».. Soy padre. Ese no es el corazón de Dios Padre. Dios no está en el Cielo diciendo. «Hoy mi plan es asesinar a millones, docenas, centenares, miles, o lo que sea, por medio de los Amanes y los Hitler, a la gente».

La gente dirá: «Todo se lleva a cabo según el plan». No, hay rebeldes que luchan contra su plan y pecadores que pecan contra su plan. «Todo tiene su razón». No todo es voluntad de Dios, pero Dios lo usa todo para cumplir su voluntad. Hay una gran diferencia. Hay una gran diferencia. Todos los que han pecado son responsables de su pecado. Todos los errores que fueron cometidos, contribuyen a la complejidad. La tragedia que ocurre no debe interpretarse: Cómo hubieran sido las cosas si el pecado y la muerte no hubiesen entrado al mundo.

El Cordero de Pascua

Hay un atisbo de esperanza, y no lo captamos porque el calendario es diferente. En el verso 7 y el verso 13 del capítulo 3, nos da un indicio de cuándo ocurre esto. El edicto de Amán para asesinar al pueblo de Dios se emite en la víspera de la Pascua, lo cual se remonta a Éxodo 12 en otra nación, no en Persia sino en Egipto. Otro gobernante, no Jerjes sino Faraón. Pero es lo mismo, hay alguien a quien adoran como un dios, que rige sobre el pueblo de Dios y los abusa.

Y el problema es que el pueblo de Dios está en el exilio lejos de su hogar en ambos relatos, por su propio pecado y la disciplina de un Dios santo y justo. Ahora necesitan afrontar su pecado para ser librados de su esclavitud, su cautiverio, su exilio. Se emite el decreto que la muerte vendría sobre cada hogar con una excepción: los hogares que reconocen sus pecados y se arrepienten de ellos. A veces la fe es una convicción interna y a veces es una acción externa. Sabemos lo que usted cree por su comportamiento.

En base al mandamiento de Dios empezando en Éxodo 12, tomaron un cordero sin defecto ni mancha, simbolizando que no tiene pecado. Confiesan sus pecados de tal modo que no se les imputa ni se les pide cuentas porque sus pecados son cargados sobre el animal, quien ahora se vuelve un sustituto; después toman el animal y lo matan de tal manera que muere y su sangre es derramada, porque la paga del pecado es muerte, y el animal muere como sustituto.

Después, por fe, en demostración de su fe, toman la sangre del animal y la untan en los postes y el dintel de su casa, demostrando externa y públicamente a diferencia de Mardoqueo y Ester que desean una fe privada. Esta fe es pública, que adoramos el Dios de la Biblia, que somos pecadores, que merecemos la muerte, el infierno, y la ira de Dios, y que hay un sustituto que derramó su sangre. Pagó con su vida sin mancha ni arruga, un Cordero para nosotros.

Y aquella noche vino la muerte y atravesó la nación matando al primogénito de cada hogar, con una excepción: los hogares que estaban cubiertos literalmente con la sangre del cordero, en fe y arrepentimiento.

Y Amán emite el decreto la víspera de la Pascua. No es el primero que trata de destruir al pueblo de Dios, y así como Dios los libra de Egipto, los libra de Persia muchos años después.

Todo esto apunta hacia Jesús. La Biblia entera es una sola historia con un solo Héroe. Jesús viene. Igual que Mardoqueo y Ester que obran juntos como primos, Jesús obró con su primo, Juan el Bautista. Y cuando Juan el Bautista ve a su primo, Jesús viene… y la verdad es que Jesús es un Rey, está sentado en un trono como Jerjes, pero hace algo que Jerjes nunca hace. Se baja del trono y entra en la historia humana humildemente, no para ver los números sino los rostros. Él ama a las personas, y sirve a las personas, y conoce a las personas.

Dios se hizo hombre, y Juan mira a Jesús y dice: «He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». El cumplimiento de la Pascua. Pablo dice lo siguiente en 1 Corintios 5:7: «Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado». Jesús es nuestra Pascua, y resulta que Jesús viene, nuestro gran Rey, más grande que Jerjes, con un reino mayor, el reino de Dios. Al igual que Mardoqueo con Amán, no nos inclinábamos ante Él, y él tampoco se porta como Amán. No se pone orgulloso y arrogante, y no viene contra nosotros con enojo de venganza. Nos ama y nos sirve.

Y como los dos hombres que vimos en Ester 2:3, conspiramos asesinar al Rey. Conspiramos a asesinar al Rey de reyes. A diferencia de Jerjes, Él no nos manda a crucificar. Permite que lo crucifiquemos a Él. Nuestro humilde, amoroso, misericordioso, Rey siervo, contempla nuestros rostros no se fija en los números, mira a las personas que conspiraron su muerte a los ojos y les dice: «Padre, perdónalos». Jesús perdona todos los pecados. Jesús resuelve todos los errores. y Jesús toma la peor tragedia de todas y la convierte en la gloria más grande. Todo este Libro se trata de Él.

Dios Padre, pido por nosotros como personas. Dios, somos propensos a ser como Jerjes: perezosos, codiciosos, inmoderados. Somos propensos a ser como Amán. consumido por lo que la gente piensa de nosotros, anhelando mucha gloria y alabanza, y nos enojamos mucho cuando no lo recibimos. Señor, somos propensos como Ester y Mardoqueo a tener una fe privada, no una fe pública, por tanto es una fe hipócrita. Señor, tendemos a creernos moralmente superiores y mirar con desprecio a las naciones que asesinan al inocente mientras que la nuestra es quizás peor que todas. Señor Jesús, gracias porque eres Rey sobre todos los reyes sentado en el trono sobre todos los tronos, y no nos tratas como Jerjes aunque hemos conspirado contra ti para asesinarte. Usaste tu muerte para darnos vida y no nos crucificaste. Fuiste crucificado por nosotros y para nosotros. Señor Jesús, estoy pasmado de lo malos que somos y de lo bueno que eres. Pido por nosotros como personas, que mantengamos abierta la Biblia, y nuestros corazones, y nuestras mentes, para conocerte y amarte y servirte como nuestro gran Rey. En el precioso nombre de Jesús. Amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.