Jesús tiene un reino mejor (Ester 1:10–22)

Jerjes amaba su trono

Oh, Jerjes amaba su trono. Siento como si estuviera en un escenario de la TBN. A Jerjes le encantaba sentarse en su trono. En el capítulo 1 de Ester leemos que desde su trono daba órdenes para el imperio más grande de la historia del mundo hasta ese momento, la gran nación Persa. Cubría casi tres millones de millas cuadradas, casi del mismo tamaño que los Estados Unidos de América. Gobernó múltiples grupos de personas, lenguas, naciones, y culturas que su padre había conquistado como rey sobre los cuales le concedió la monarquía como heredero del trono.

Tenía unos 35 años, y era alto, de tez oscura, y buenmozo; y tenía tantas riquezas que se la pasaba rodeado de pura opulencia. Lo defendían 10.000 guardaespaldas llamados Los inmortales. En su entorno estaban los hombres más doctos de la época. La gente venía a conocerlo y a pasar delante de él; y para pasar delante del trono de Jerjes tenían que inclinarse y adorarlo como un dios.

Si alguien trataba de sentarse en su trono, lo ejecutaban. Aunque se parara en la alfombra frente a su trono, lo ejecutaban. Amaba tanto su trono, que hacía grandes y lujosas fiestas sentado en su trono mientras la gente contemplaba su gloria y le cantaba alabanzas. Desfilaban a las mujeres delante de él para que escogiera la que le parecía más interesante para ese día, y cuando su ejercito de millones salía a la batalla, lo llevaban en su trono a una cima junto al campo de batalla donde podía sentarse en su trono y observar las victorias de sus soldados, incluyendo su derrota en Grecia.

Al examinar este estudio de Ester y este gran libro de la Biblia, el primer capítulo en realidad está dedicado a este hombre, Jerjes, Jerjes el Grande. Y la imagen preponderante que nos da es que él es el que está sentado en el trono, de modo que las imágenes de rey y reino son para despertar nuestra imaginación y hacernos preguntar: ¿Podemos tener un mejor rey que este?, y ¿es el mejor rey que puede haber para nosotros?

1. Alimenta las adicciones

Así que, trataré de bajarme de mi trono sin lastimarme… mis pies ni siquiera tocan el piso. Estaremos en Ester 1:10 donde examinaremos este gran reino y este «gran rey», entre comillas. Aprendemos tres cosas: Primero, que las adicciones son alimentadas por este rey y su reino, y de cualquier manera él es el retrato de lo que la Biblia llama en otra parte «el mundo».

El mundo no es solo el planeta físico que Dios hizo, es la temperatura espiritual y la actitud de los que viven en la Tierra pero no conocen a Dios, los que viven «mundanamente». Jerjes y su reino representan lo mundano, y lo primero que aprendemos de este reino mundano es que alimenta las adicciones.

En el capítulo uno leemos en el verso 10: «Al séptimo día, cuando el corazón del rey estaba alegre por el vino», Lo que ha pasado hasta ahora es que Jerjes ha estado sentado en su trono y en el transcurso de 6 meses ha tenido una enorme, lujosa y extravagante fiesta con bar libre, bufet libre, bebidas libres. Unas 15.000 personas se presentaron. Las mujeres se reunieron por separado con la reina Vasti, lo cual significa que las únicas mujeres que estaban con los hombres eran las que contrataban por su mala reputación.

Fue un evento asqueroso, degradante, humillante, y desmoralizante, que continuó principalmente con el personal militar. Así que, entiendan esto. Hay un rey sentado en un trono, no hay mujeres, hay bar libre, 15.000 soldados, bufet libre, no hay reglas, y dura 6 meses. Es pecado absoluto, desatado, desquiciado.

Después termina con una fiesta aún más grande, de una semana, con más invitados, y dice que en ese momento no solo estaban consumiendo demasiado los invitados, el rey mismo estaba «alegre por el vino». Es una forma de decir que había bebido demasiado. ¿Cuántos de ustedes han bebido demasiado? No alcen la mano a las carreras o van a lastimar a la persona que está a su lado con el codo.

Beber no los hace más inteligentes. ¿Amén? Cuando beben, se sienten más inteligente y después se levantan y no pueden encontrar las llaves del carro, los pantalones, y el dinero de la fianza. Y caen en cuenta: «Qué estúpido fui». También tenían un mito. En esos días los hombres se reunían y bebían, tomaban decisiones y consultaban con la almohada porque pensaban que al beber pensaban con más claridad y se acercaban a los dioses. Eso no es verdad. Beber no es pecado, pero beber demasiado siempre lo es. Es emborracharse.

Y lo que vemos aquí son hombres que beben demasiado y como resultado empiezan a tomar muy malas decisiones, y es lo que hacemos al beber demasiado. ¿Cierto? Beber nunca le ayudó a nadie a lograr algo importante.

Pero lo primero que vemos es que alimentaba las adicciones, y repito, necesitan saber que aquí el reinado de Jerjes y su reino simboliza y representa el mundo. El mundo aun funciona así, el sistema mundial. la carne a nivel colectivo, la depravada naturaleza humana alineada con el poder de Satanás y los demonios para hacer que la gente peque contra Dios. Eso es ser mundano.

Y el mundo funciona así: no obliga a hacer lo que odiamos, nos ayuda a hacer lo que amamos, las cosas malas e injustas y cosas adictivas y esclavizantes. Satanás todavía obra así. Le dará lo que usted quiera mientras él siga siendo su rey y mientras usted sirva en su reino. ¿Sexo? Lo que quiera. Jerjes lo daba y Satanás también se lo dará. ¿Bebida? Lo que quiera. Jerjes la daba y Satanás también se la dará. ¿Consumo excesivo? Claro que sí. «Con gusto puede tomar parte, solo consuma excesivamente y nos parece bien». A Jerjes le pareció bien y a Satanás le parece bien.

El funcionamiento de muchos reyes y reinos, y del sistema mundial siempre es igual porque ya sea que Jerjes esté en el trono, o faraón en el trono, o Nerón en el trono, o Hugh Hefner en el trono, el que ocupa el trono y reina desde su pequeño reino tratando de acaparar toda la honra, la fama, el poder, y la gloria, dará a otros lo que quieran mientras puedan seguir siendo rey y las personas sean ciudadanos obedientes de su reino.

Necesitan saber esto, que el mundo entero es una trampa. Algunos de ustedes se sentirán frustrados porque piensan: «Dios dijo que no, pero digo que sí». Satanás siempre dice que sí porque no le ama como un padre ama sus hijos. Y un padre ama a sus hijos diciéndoles no. Les dice que no cuando van a hacer algo que les hace daño a ellos o a otros. Pero repito, Jerjes es un retrato del mundo, y su reino es un retrato del mundo, y funcionaba como siempre ha funcionado.

Los que más le aman a veces le dirán que no. Los que forman parte del sistema mundial, no solo le darán lo que quiere, le darán lo que quiere en exceso, para su propia adicción, para su propia destrucción. Dios nos ama lo suficiente para decir que no. Ningún padre siempre dice que sí a todo lo que le pide su hijo. Jerjes es como Satanás en ese sentido, porque le regala a la gente lo que quiere, no lo que necesita. Lo primero que aprendemos sobre este rey y este reino es que alimenta las adicciones.

2. Los hombres son castrados

Segundo, los hombres son castrados. Los hombres son castrados. Se los leeré. «Ordenó a…», y da los nombres de esos hombres. Mehumán… pensé que parece el nombre de un rapero. O sea, Me-humán el artista hip-hop de la antigua Persia. Así lo deletrea. Bizta. Suena como un compinche. Harbona, Bigta. Ese es mi favorito. Si tuviera que escoger un nombre persa, sería Bigta. Definitivamente no sería Chiqui-ta. Abagta, Zetar y Carcas.

Bien, un par de cosas aquí. La Biblia habla de gente verdadera, circunstancias verdaderas, historia verdadera. Por eso son hechos, no es solo filosofía. Segundo, si tiene la oportunidad de enseñar la Biblia y se topa con las partes donde hay nombres arcaicos y locos, lea rápida y confiadamente. Nadie sabe cómo se pronuncian, y la gente dará por sentado que usted sí sabe.

Aquí están estos hombres. Son siete hombres: «siete eunucos». ¿Qué es un eunuco? Un tipo que antes tenía una vida buena, gozo y esperanza. Esa es la definición técnica de un eunuco. Un eunuco es un hombre castrado. Prosigo con la historia antes que tenga que despedirme a mí mismo.

«Los siete eunucos que servían en la presencia del rey Asuero». Ese era su nombre persa. Su nombre griego era Jerjes. Pasaba lo siguiente: Trataba de mostrar lo grande, lo glorioso y tremendo que era, Jerjes tenía múltiples esposas, practicaba la poligamia. También tenía un harén lleno de concubinas y otras mujeres. Tal vez ninguna de ellas fue escogida por amor y afecto mutuos. Tenía unos 35 años, y al ver una joven que le parecía atractiva, la traía al harén donde vivía con centenas de mujeres, y quizás miles de mujeres en el palacio. Ella quizás nunca vería a su «esposo», entre comillas.

A veces escogían a las mujeres solo por razones políticas, o sea que si él quería expandir su imperio a otra nación, se casaba con una de las hijas del rey creando así una nueva familia, y el padre de esa mujer se volvía un líder político en su reino. Se apoderaba de la nación no por fuerza, sino por matrimonio mixto.

Cosas horribles suceden cuando el matrimonio se basa en otra cosa y no el amor. Cuando nos casamos por placer sexual, cuando nos casamos por conveniencia y comodidad, cuando nos casamos por la oportunidad de ganar dinero, ya sea que la mujer se case con un hombre rico o que el hombre se casa en una familia rica o con una mujer trabajadora y exitosa. Siempre que la motivación sea económica, política, o personal, y no hay amor, sin duda resultará en crisis, y es exactamente lo que pasa aquí.

Para asegurarse de que estas mujeres, muchas de las cuales solo lo verían una vez en su vida, de que no se enamoraran no se casarían, ni tuvieran hijos, los únicos hombres que podían servir en presencia del harén y de las concubinas y en el ambiente de poligamia del palacio, eran hombres que habían sido castrados. Hombres que habían sido castrados.

O sea que, primero, sabemos que en este reino, alimentan las adicciones. Segundo, en este reino castran a los hombres. Uno sabe que Satanás está obrando cuando la gente hace lo que quiere y no consideran que los niños son una bendición, y promueven casarse ni tener hijos. Algunas cosas nunca cambian. No permitían que los niños nacieran y nosotros tampoco. Solo que lo prevenían antes de la concepción.

3. Maltrataban a las mujeres

Tercero, maltrataban a las mujeres. Ya lo anticipábamos, ¿cierto? Un tipo sentado en el trono, todos los militares festejan con el seis meses, bar libre, meten a las mujeres al harén, castran a los hombres, maltratan a las mujeres.

Y sucede que está sentado en su trono y viene la gran final. Ha estado sentado en su trono casi 6 meses. Termina la enorme fiesta y la lista de invitados aumenta durante una semana, y llega la gran final. El rey mandó que, «trajeran a la reina Vasti a la presencia del rey con su corona real».

Algunos comentaristas de la antigüedad, los Tárgumes y la Midrash, dicen que estaba pidiendo que se pusiera solamente la corona. No habría sido una corona de reina como las que solemos ver de la realeza británica, era más bien como un turbante con joyas, pero Vasti es la reina.

«Para mostrar al pueblo y a los príncipes su belleza, porque era muy hermosa». Así que, pasa lo siguiente. Escogió a Vasti porque era hermosa. Está borracho; todos están borrachos, todas las mujeres están solas en su fiesta, los hombres en su propia fiesta, y él está sentado en su trono y decide: «Es hora de presumir de mi hermosa esposa».

Entonces, manda traer a la reina Vasti, y tienen que escucharlo de esta manera: Como Don Knotts después de un fin de semana en la casa de Charlie Sheen, ¿verdad? Lo dice así: «¡Tráiganme a Vasti! ¡Traigan a Vasti!». ¿Cierto? Imagínense un tipo bien borracho fuera de control. En ese momento estaba en su trono, pero probablemente estaba sentado de lado, ¿saben? Medio colgado del trono. Tienen que imaginarlo así. «¡Traigan a Vasti!». Seguro todos los militares aclamaban: «¡Queremos ver a la reina! ¡Queremos ver a la reina! ¡Tráiganla!».

No sabemos cómo estaba vestida. Algunos indican que estaba vestida inapropiadamente, o quizás pedían que viniera desvestida. ¿A cuántas damas aquí les parece que no la pasará muy bien? Los hombres con su borrachera de seis meses, su marido borracho y quiere que venga a desfilar ante una partida de soldados borrachos. ¿Verdad?

Algunos caballeros aquí son solteros y locos, y piensan: «Me parece buena idea, ¿sabe? No es mala idea, es como un desfile de trajes de baño o un concurso de Miss América donde salen al escenario, o las chicas de Hooters o de Hawaiian Tropic». Les cuento que cuando sean padres, todo se ve distinto. ¿Amén? Si son solteros, su cabeza no funciona bien. Todo lo que piensan está mal. ¿Verdad? Se vuelven padres y tienen una hija, y piensan: «Todos tienen que morir. Todos aquí tienen que morir. Todos estos hombres deberían buscar trabajo a tiempo medio como maniquíes para simulación de accidentes. Deberíamos estrellarlos contra un muro a ver qué pasa». ¿Está bien?

La decisión de Vasti

¿Entonces qué hace la reina Vasti? ¿A cuántas damas aquí les parece que esta es una situación difícil? ¿No es cierto? Algunas damas dirán: «La Biblia dice: “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos”». Damas, ¿ella debe someterse? ¿Sí o no? Bien, algunas de las damas dice que no. ¿Cuántas dicen que debe someterse a su marido? Veamos lo que hace. Bien. Vaya, que voto tan pasmosamente unánime tuvimos ahí. ¿Cierto?

¡Pero, pero! Saben que esto se podrá bueno ahora. «Pero la reina Vasti rehusó venir al mandato del rey». Vaya, qué mandato tan malo, ¿verdad? «Transmitido por los eunucos». Lo siento mucho por esos siete tipos, ¿verdad? ¿Se imaginan eso? Usted dice: «Mamá, ¡conseguí trabajo!». «¿Haciendo qué?». «Trabajando como eunuco». «Ah, ¿de veras? ¿Me dejaste sin nietos? Está bien, felicitaciones por conseguir trabajo».

Entonces el rey dice: «Bien, que los siete eunucos vayan y le digan a la reina que venga y desfile delante de mí y los muchachos». Los siete eunucos van a donde está la reina Vasti: «Bien, es tiempo que vengas a desfilar delante de…». ¡Díganle que no! «Pero Él piensa que es el Señor Dios. Se sienta en el trono. ¿Que le digamos que no? ¿Decirle al señor que no? Bien, ¿pero que nos hará?». O sea, es una situación horrible, «Bien, señor rey. Ella dijo que “no”. ¿Sabe? Eso fue lo que dijo.

«Entonces el rey se enojó mucho». Borracho y enojado. Oh, es lo que hace falta, más hombres borrachos y enojados. Siempre es buena idea. «Y se encendió su furor en él». ¿Por qué? Porque se ve humillado. Está humillado.

El debate es este: ¿Vasti hizo algo bueno o algo malo? No dice que haya sido creyente. Si tuvo alguna convicción religiosa quizás fue la zoroástrica. No adora al Dios de la Biblia, por tanto no estamos diciendo que fue una mujer piadosa. Pero estamos diciendo que tomó una decisión muy valiente. La pregunta es, ¿fue una decisión buena o mala; fue una decisión moral o inmoral?

Los comentaristas judíos y cristianos han debatido esto a lo largo de la historia. Algunos piensan: «No fue buena idea. Se supone que las esposas deben someterse a sus esposos, obedecer a sus esposos, respetar a sus esposos, defender a sus esposos; y lo que pasó aquí fue que él decretó algo y ella dijo que no, y sucedió en público delante de todos esos hombres. Ella humilló y avergonzó a su esposo, y una esposa nunca debe hacer eso». Hasta el gran Martín Lutero usó esto como ejemplo de cómo no debe actuar una mujer. ¿Cuántos de ustedes escogen esta perspectiva? Dirían: «Sí, ella debió someterse a su esposo. Debió obedecer a sus esposo. Debió respetar a su esposo».

¿Cuántos de ustedes dicen: «De ninguna manera. Lo que hizo fue bueno, piadoso, noble, honroso, y moral, porque lo que él le pidió era de condenar. Y si su esposo es un imbécil y le pide que haga algo y usted lo hace, es cómplice de su necedad». ¿Cuántos optarían por esa perspectiva?

En su estudio bíblico para mujeres pueden discutirlo esta semana, y hablar de ello, ¿verdad? Hablen de ello en su grupo comunitario, averígüenlo. La Biblia sí dice que una mujer debe amar, respetar, y honrar a su esposo. De hecho usa esas palabras. A algunas mujeres aquí les parece bien, pero para algunas es como echarle agua a un gato, no lo aceptan felizmente pero eso es lo que dice.

Yo creo lo siguiente: Creo que Vasti tomó una decisión noble, corajuda, valiente, y moral. Le hizo frente a un tipo a quien nadie le había hecho frente. Nadie le había dicho que no. O sea, creían que el Sol hablaba por medio de este tipo. Pensaban que era un buen hombre, y Vasti le dice: «No. Es un hombre pervertido y me está pidiendo que haga algo corrompido». Está en hebreo. «Y eso es corrompido y no quiero ser corrompida, y no quiero hacer cosas corrompidas y como él es corrompido, le diré no a don Corrompido». Creo que tomó una buena decisión. Pienso que tomó la decisión correcta.

Para los hombres

Permítanme usar esto como oportunidad de enseñanza. Para los hombres…está bien les daré duro a los hombres primero. Muy bien, primero pregunto a los hombres: ¿cuál es su estándar de belleza? Su esposa. ¿verdad? Lo cubrimos en El verdadero matrimonio, pero Dios hizo a Adán y Eva y no les dio a Adán y Eva una lista de opciones. Alta, bajita, flaca, no tan flaca; o sea, de pelo largo, pelo corto, buen aliento, derrite cosas. ¿Saben? No tenían una lista de opciones. Dios le dio a Adán la opción entre una mujer y un oso hormiguero. La mujer se veía maravillosa. A Eva le dio Adán. Fue todo.

O sea que Dios no les dio un estándar de belleza. Les dio un cónyuge. Dios no nos da un estándar de belleza. Nos da un cónyuge, y nuestro cónyuge es nuestro estándar de belleza. Este es el problema. Jerjes cree que su esposa es hermosa, pero ese no es el problema, sino que quiere desfilarla frente a los otros hombres para que se la coman con los ojos y la codicien, cometiendo adulterio, con lujuria en sus corazones, al comparar sus esposas con su esposa.

Es como la pornografía, y las ediciones de traje de baño, y los comerciales y la publicidad hoy. Se trata de hacer que los hombres comparen impíamente a sus esposas con otras mujeres para darles otro estándar de belleza en alguien que no es su esposa para que sean culpables de lujuria y adulterio del corazón. Hombres, nuestro estándar de belleza es nuestra esposa. Esposas, su estándar de belleza es su esposo. Así hizo Dios el matrimonio. Esa fue la intención de Dios.

Cosas horribles pasan, y podemos ver a estos hombres y decir: «Oh, qué hombres tan corrompidos». Algunos hombres hacen lo mismo, pero como no tienen la capacidad financiera para desfilar a una mujer de verdad, lo hacemos digitalmente, en privado, y lo hacemos vergonzosamente. Los tiempos han cambiado, pero los corazones de los hombres, no.

Prácticamente significa que si su esposa es alta, le gusta que sea alta. Si su esposa es bajita, le gusta que sea bajita. Si su esposa es flaquita, le gusta que sea flaquita. Si su esposa era flaquita, le gusta que haya sido flaquita. Si su esposo tiene pelo, a usted le gusta el pelo. Si pierde su pelo, usted odia el pelo. Su cónyuge es su estándar de belleza.

Segundo, su esposa no es un trofeo para que la desfile por ahí para que otros hombres se la coman con los ojos. ¿Cierto? Damas, digamos que están saliendo con un hombre y él le dice: «Ponte ese vestido que te queda pequeño porque el escote toca el dobladillo de la falda. Esa es mi favorita, porque vamos a ir a la fiesta de mi amigo y quiero que todos los hombres te vean de lo mejor». Mejor quédese en casa. ¿Cierto? Quédense con Jesús, el único hombre que no le pide que se porte así.

A algunos hombres les gusta vestir a sus esposas y desfilarlas por ahí para impresionar a otros hombres con su trofeo. Es algo impío; es algo horrible. Es denigrante, irrespetuoso, y perjudicial, y Vasti dice: «No, no haré tal cosa. No haré eso».

Quiero que los hombres examinen sus corazones de verdad, aun cuando salgan con su esposa en público. ¿Quiere que se vea de cierta manera, y lo hace porque le gusta tenerla como un trofeo que demuestra algo de su grandeza y su gloria? Si es así, algo anda mal con usted. Tiene algún problema, y así es el corazón del rey Jerjes.

Tercero, su esposa debería ser su mejor amistad. De acuerdo, hablamos de esto en El verdadero matrimonio, pero cuando Dios hizo a Adán, dijo: «No es bueno que el hombre esté solo, e hizo a Eva para que fuera su esposa, su compañera, y su amiga». A Grace y a mí siempre nos gusta decir que uno de los aspectos más importantes del matrimonio es la amistad.

Si en verdad son amigos, digamos que Vasti y Jerjes eran amigos, ¿se tratarían así? ¿Sí o no? De ninguna manera. No tratamos así a nuestro amigo. No deshumanizamos a nuestro amigo, no denigramos a nuestro amigo, no desfilamos a nuestro amigo, en ninguna manera ponemos a nuestro amigo en peligro. Es lo que pasa la gente se casa por dinero, cuando se casan por el sexo, cuando se casan por el poder, y no por amistad. La mejor manera de mitigar esto es siempre tratar de mejorar la amistad más cercana que tiene, o sea, su cónyuge. Miren, Jerjes tenía un sinnúmero de mujeres pero no tenía amistad con ninguna mujer. Dios quiere que tengamos un cónyuge y que seamos su amigo.

Cuarto, y quiero que los hombres tomen esto muy en serio. Jerjes tenía muchos hijos. Si vamos a condenar a Jerjes de corrompido, también tenemos que decir: «Pero somos como él». Porque si no, empezamos a moralizar diciendo que él era malo y nosotros somos buenos. La verdad es que conocemos su corrupción, solo que no han escrito la nuestra ni la han publicado por lo cual no estamos expuestos a ser criticados como lo criticamos a él.

Las ediciones de trajes de baño, las revistas para hombres, la pornografía, la industria de la moda, la mercadería y la publicidad, cafeterías obscenas, las porristas, las chicas de Hooters, y hasta Miss América. O sea, la lista parece interminable. Jerjes tiene muchos hijos, y algunos esperan hasta que entran en sus años de poder, entre los 40 y los 59 años, ganan un poco de dinero y después ¿qué quieren hacer? Deshacerse de la mujer de su juventud y buscar la mujer más joven y atractiva que puedan comprar. En lugares como California donde tenemos una iglesia, es una crisis absoluta, una epidemia, porque no se trata de la amistad. No se trata del amor. Se trata de los hijos de Jerjes que quieren trofeos en sus brazos. Así que, hombres, esto es señal de alerta para todos nosotros. ¿Amén?

Necesitan saber que nuestros corazones, todos nosotros, se inclinan hacia lo mismo, hombres y mujeres. Miramos a Jerjes y su corazón se inclina hacia el dinero. ¿Aman el dinero? La Biblia no dice nada bueno sobre los que aman el dinero? ¿Aman el poder? ¿Aman la comodidad? ¿Aman la bebida? ¿Aman la comida? ¿Aman el sexo? Entonces se parecen mucho a Jerjes.

Para las mujeres

Damas, un par de cosas para ustedes. Primero, someterse no significa exponerse a cosas degradantes, humillantes o peligrosas. Si su esposo les pide que desobedezcan al Señor, él no es la más alta autoridad. Estas son las buenas noticias del cristianismo. Por encima del rey está el Rey de reyes. Por encima de su marido está el Señor de señores.

Los hombres solo tienen autoridad derivada. Los líderes en cualquier capacidad, hombres o mujeres, solo tienen autoridad derivada, no autoridad innata. Así que un marido, un padre, no tiene autoridad innata. Tiene autoridad derivada. El Señor se la presta, y si desobedece, no hace caso, y deshonra al Señor, no debe ser obedecido. Porque la autoridad suprema dice que no, y él dice que sí, por lo tanto la respuesta es no. Damas, si su marido les pide que mientan, que roben, que lo cubra, que participe con él en algún pecado o mal, o injusticia, o crimen, la respuesta es es ¿qué? No.

Segundo, algunas damas necesitan aprender cómo defenderse y decir que no. Y sé que estarán pensando: «Mark Driscoll dijo eso. Qué locura. Es increíble. No pensé que pudiera decir tal cosa». Creemos en todo el consejo de la Palabra de Dios. Creemos que todo en la Escritura debe ser obedecido, y lo peor es cuando tomamos porciones de la Biblia y las imponemos a las personas.

La Biblia sí dice respetar, obedecer, honrar a su marido. Someterse a él. La Biblia también dice que los maridos deben amar a sus esposas, honrar al Señor, obedecer las Escrituras, estar bajo la autoridad de los ancianos de la iglesia, y estar bajo la autoridad del gobierno.

Damas, a veces lo más piadoso es decir no. Pienso que lo que Vasti hizo fue noble, fue valiente, fue bueno, fue lo correcto. Algunas de ustedes han dominado el arte de decir no. O sea, podrían dar una clase de posgrado sobre cómo poner trabas a un hombre. ¿Cierto? O sea, dieron en el blanco. Pum, acertaron de nuevo. Lo hacen muy bien. ¿De acuerdo?

Algunas de ustedes ni siquiera lo han intentado. Siempre piensan: «Sí, está bien. Lo que tú digas. Lo que tú quieras». No, alcen la cara y mírenlo a los ojos. ¡No, no! Lo he visto una y otra vez. Un hombre necio con una mujer sabia, y cuando ella no habla se complican las cosas. Damas, usen una voz amorosa, una voz respetuosa, una voz piadosa, pero no pierdan su voz. A veces la mujer tiene que orar y cuidadosamente decir que no. ¿Qué dice Vasti? Que no.

Tercero para las damas, si su novio quiere que se desvistan, rompan con él. ¿De acuerdo? Si su marido quiere que se desvista, vístase con múltiples capas de vestidos para la gloria de Dios. Pónganse franela sobre franela, abrigo sobre abrigo. ¿De acuerdo? Hoy por hoy algunos hombres realmente quieren deshumanizar a sus esposas, y la respuesta es no.

Sobre todo si están saliendo con alguien, dejen de salir con él. Si ahora es lo más de atento, cómo será después… Les daré un momento para romper con él mientras tomo agua. En serio. Esto es eficiente. Es mejor que tener múltiples reuniones.

Los “sabios”

Bien, volvamos a las Escrituras. Verso 13: «Y el rey dijo a los sabios». Para que lo sepan, en realidad no eran los hombres más sabios. ¿Cierto? Eran como Larry, Curly, y Moe. Ese era su gabinete. «Y el rey dijo a los sabios que conocían los tiempos (pues era costumbre del rey consultar así a todos los que conocían la ley y el derecho, y estaban junto a él…», Y aquí están los nombres, porque demuestra que Dios obra en la historia: «Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y Memucán, los siete príncipes de Persia y Media que tenían entrada a la presencia del rey y que ocupaban los primeros puestos en el reino)».

Eran hombres importantes. Este era su gabinete. Él está sentado en un trono enorme y ellos están sentados en pequeños tronos a su lado. Todos pensaban: «Somos su gabinete. Estamos versados en la ley. Somos los sabios», que supervisan la fiesta de seis meses de borrachos y libertinos. Para que lo sepan, estos eran hombres sabios. Al menos es lo que dice su currículum, pero no hay evidencia de ello que se sostenga ante un tribunal de que fueran hombres sabios.

Verso 15: «Conforme a la ley, ¿qué se debe hacer con la reina Vasti, por no haber obedecido el mandato del rey Asuero transmitido por los eunucos?». De pronto todo se pone muy oficial. Bien, así que Larry, Curly, y Moe se reúnen. «Primero debemos ver si siguieron el debido proceso jurídico. Sí, sí. Los siete tristes eunucos transmitieron las noticias a la reina pidiendo de parte del rey que viniera a desfilar delante de hombres borrachos, y ella dijo que no. Todo está confirmado. Tenemos testigos; lo anotamos. Es algo muy serio. Convocamos una reunión, hubo un comité, anotamos ciertas cosas. ¿Está bien? Un tipo con un sombrero grande lo confirmó. Todo es muy legítimo».

Ahora se ha vuelto una crisis internacional. Es el hombre más poderoso que gobierna 3 millones de millas cuadradas y no puede manejar a su esposa. ¿Cuántos hombres aquí piensan: «Eso explica toda mi vida». Bien. Continúa la historia.

«Y en presencia del rey y de los príncipes, Memucán dijo: La reina Vasti no sólo ha ofendido al rey..». Oh, es mucho peor que eso. Ya lo pusieron en Twitter y está causando interés. En hebreo significa eso, está causando interés. «Sino también a todos los príncipes y a todos los pueblos que están en todas las provincias del rey Asuero».

«Es una crisis. Cuando ella te dijo que no, de repente muchas mujeres pensaron que es una buena palabra. Pequeña pero poderosa. No La han estado ensayando todo el día en sus casas esperando que sus esposos lleguen del trabajo. ¡No! ¡No! ¡No! Cuando todas las mujeres están ensayando tenemos los indicios de un brote. Esto es epidémico. De pronto los necios no se saldrán con las suyas. Oh, ¿qué haremos?».

Verso 17: «Porque la conducta de la reina llegará a conocerse por todas las mujeres y hará que ellas miren con desdén a sus maridos, y digan: “El rey Asuero ordenó que la reina Vasti fuera llevada a su presencia, pero ella no fue”».

¿Ven lo que está pasando? Estos hombres poderosos dicen: «Rey, sabes que si no hacemos algo, seremos unos imbéciles como tú, y nuestras esposas estarán frustradas como la tuya y si la tuya te dice que no, las nuestras nos dirán que no. Se ha vuelto una crisis». ¿Ven lo cómico que es? Lo que pasa es que a veces los gobernantes, reyes, y los que tienen poder, los que tienen autoridad, los ricos y famosos, se toman demasiado en serio, pero son unos tontos. Son tontos. Esto es una tontería.

¿Qué va a pasar? ¿Vasti se va a retractar? «Lo siento. Te pido perdón. Enviaré un comunicado de prensa diciendo: «Está bien, damas, todas haremos lo que nos digan». ¿Dará su brazo a torcer?

Si está equivocado, debe arrepentirse

Sigamos leyendo. «Y desde hoy las señoras de Persia y Media que han oído de la conducta la reina hablarán de la misma manera a todos los príncipes del rey, y habrá mucho desdén y enojo». Siempre que los hombres tengan que imponer respeto a las mujeres solo demuestra que esos hombres no son respetables. ¿Cierto?

Hombres, permítanme decirles que si en su casa tienen que sacar todos los versículos que hablan de obedecerle, quizás ella no lo respeta porque no es digno de ser respetado. Hay formas más fáciles de lidiar con esta clase de situaciones.

Algo que Jerjes nunca hace es arrepentirse. Les pregunto, ¿Jerjes tiene razón? Lo pondré de esta manera para que nuestro voto sea más fácil. ¿Pedirle a su esposa que desfile medio vestida o desvestida delante de quizás 50.000 o 100.000 tipos borrachos? ¿Piensan que fue una buena o mala petición que hizo el gran Rey Jerjes? Oh, tomó esa decisión cuando estaba borracho. Todos estamos de acuerdo, ¿cierto? Si votáramos ahora ustedes dirían que fue una mala decisión.

¿Entonces qué debemos hacer? Pedir perdón. «Mi amor, lo siento, estaba borracho. No debí emborracharme. Estaba con los muchachos. No debí estar con esos muchachos. Todos empezaron a hacer la ola: “¡Traigan a la reina Vasti!”. De repente tuvimos una pequeña ola persa ahí y por temor al hombre y por cobardía te pedí que salieras a desfilar ante los soldados borrachos, y lo siento. Me equivoqué. Por favor perdóname». Y nada más hubiera pasado, ¿cierto? ¿Nada más? Quizás.

En cambio, él no se arrepiente. Otra vez, al leer la historia lo que debemos hacer continuamente es preguntarnos: ¿En qué me parezco a Jerjes? ¿Cómo me creo moralmente superior? ¿De qué manera soy terco? ¿De qué manera quiero que el mundo gire en torno a mí? ¿Dónde estoy tratando de colocar mi trono? ¿Qué clase de reino estoy tratando de construir? ¿De qué maneras soy necio y en qué partes de mi vida estoy rehusando arrepentirme?

Les digo que cuando estamos equivocados debemos arrepentirnos. No importa que usted sea más poderoso, debe arrepentirse. No importa que usted sea el patrón, debe arrepentirse con sus empleados. No importa que usted sea el esposo, debe arrepentirse con su esposa. No importa que usted sea un padre, debe arrepentirse con sus hijos. No importa que usted sea un pastor, debe arrepentirse con su congregación. No importa sencillamente que usted sea el presidente, debe arrepentirse con sus electores. Si usted está a cargo, no significa que tenga razón; el buen liderazgo demuestra humildad. El buen liderazgo demuestra arrepentimiento.

Arrepentirse es reconocer simplemente: «Estoy equivocado. Pude haber dado excusas, razones; pude haber reunido a muchas personas que están de acuerdo conmigo, que piensan como yo, que tienen mucha educación y muchos grados, y podría citar libros y podría haber llamado a un profesional y podríamos documentarlo todo, podríamos hacer que parezca muy oficial, pero a fin de cuentas, soy duro de corazón».

¿Así es usted, amigo? Les cuento que en mi vida a veces, yo he sido así. Todo se pone muy difícil y complicado cuando la gente no se arrepiente, sobre todo personas en posiciones de autoridad. Y todos tenemos autoridad en alguna parte.

Pasa lo siguiente cuando no nos arrepentimos: Nos ponemos a la defensiva. ¿Cuántos han hecho esto? Van y busca un amigo, y otro amigo, y alguien que le gusta a usted, y alguien que está de acuerdo con usted, y alguien que no va investigar los hechos, y los reúne y les manda copia por correo electrónico, lo pone en su sitio web, lo publica en su muro de Facebook, los invita todos a tomarse un café.

«Oh, es una oración. Tengo un motivo de oración». «Tengo un motivo de oración. Mi esposo es un lebrílope. Y todos sus maridos son lebrílopes. Debemos orar unos por otros. Sí, oraré por ti, niña». «Bien, ahí vamos. Ahí vamos. Ahí vamos. Pongan música de carnaval. Din, din, din, ahí vamos».

Y eso es lo que ha pasado aquí. Él no se arrepiente y empieza a formular un caso. ¿Saben lo que hace la gente impenitente? Formulan casos. ¿Cómo lo sé? Porque yo formulo grandes casos. Su caso es este: «Yo soy el rey, ella no lo es. Estoy sentado en el trono, ella no. Gobierno todo el mundo, ella tiene suerte de tenerme. Doy órdenes y todos obedecen, ella debió obedecerme. Es mi esposa. ¿Qué derecho tiene ella decir que no? Me ha humillado delante de los hombres. ¿Cómo puedo gobernar como rey sin comprometer mi dignidad? Oh, y los sabios tiene razón. Si ella me desafía, tendremos anarquía y corrupción. Está destruyendo el imperio».

¿No es asombroso cómo una sola persona impenitente pueda formular un caso tan convincente? Satanás no es solo un engañador, también nos ayuda a engañarnos a nosotros mismos. ¿De qué necesitan arrepentirse? ¿Qué necesitan confesar y decir: «Me equivoqué. Lo siento»? Hubiera tenido un reino totalmente distinto si hubiera sido humilde como el Rey Jesús. Pero no es un rey humilde, es un rey orgulloso.

¿Entonces qué sucede? Dicen lo siguiente: Verso 19: «Si le place al rey, proclame él un decreto real y que se escriba en las leyes de Persia y Media para que no sea revocado». Quizás han oído hablar de las leyes de Persia y de Media. Significa que cuando el rey promulga una ley, es irrevocable.

«…que Vasti no entre más a la presencia del rey Asuero». ¿Soy el único al que le parece chistoso esto? Bien, los siete eunucos dicen: «Vasti, el rey quiere verte». «No quiero verlo». Y el rey dice: «Nunca podrá volver a verme». «¡Está bien! Gracias, eso fue lo que pedí». ¿Ven el humor en todo esto? Es ridículo. Su castigo fue nunca volver a verlo. O sea: «¿Hiciste qué? ¡Te regalo un helado!». O sea, «¡Está bien!». Vaya qué castigo.

Algunos de ustedes no lo saben pero de vez en cuando la Biblia es chistosa. No siempre es chistosa, pero a veces lo es, y a veces la gente se toma tan en serio y no toman a Dios en serio por lo cual a veces Dios usa un poco de ironía y sarcasmo. Si podemos reírnos de los pecadores, podríamos empezar a reírnos de nosotros mismos y dejar de tomarnos tan en serio y dejar de tomar a otros tan en serio, y empezar a tomar a Dios más en serio. O sea, se supone que este tipo es Dios, ¿verdad? No me impresiona. O sea, parece que ni siquiera fue su segunda especialidad en la universidad. No lo hace muy bien.

«Y que el rey dé su título de reina a otra que sea más digna que ella». ¿Cómo definían ellos a una buena esposa? La que se queda callada y solo hace lo que le dicen. La esposa fue creada originalmente, según Génesis 2, ¿para ser qué? Ayudadora. La esposa que solo dice que sí en todo momento no ayuda mucho. Él no quiere una ayudadora ni una amiga. Básicamente quiere una mascota obediente. ¿Cierto? Obediencia total es lo que exigimos de un perro, un caballo, no de un cónyuge.

«Y cuando el decreto que haga el rey sea oído por todo su reino, inmenso que es», lo están alardeando, «entonces todas las mujeres darán honra a sus maridos, a mayores y a menores». La manera más fácil de hacer que una esposa honre y respete a su esposo es ser honroso y respetuoso con ella, no hacer que unos tipos voten por algo incongruente con la conducta del hombre.

«Esta palabra pareció bien al rey y a los príncipes, y el rey hizo conforme a lo dicho por Memucán. Y envió cartas a todas las provincias del rey, a cada provincia conforme a su escritura y a cada pueblo conforme a su lengua, para que todo hombre fuera señor en su casa y que en ella se hablara la lengua de su pueblo».

Esto es como la Biblia. Es como la Escritura. Jerjes está sentado en su trono, y emite un decreto, y cuando dice algo es como decir: «Así dice el Señor». Así lo interpretan, y lo escriben como la Escritura es escrita. Y dicen: «Necesitamos mandarla a toda la gente». De repente empezamos a hacer copias, algo llamado transmisión. Algunos hablan otras lenguas por lo que debemos traducirlo. Eso se llama traducción.

Jerjes está tratando de escribir un pequeño libro de la Biblia para encubrir su propio pecado, porque es lo que hacen los dioses falsos, y quiere que lo manden a todos los pueblos en su idioma natal para que sea leído y obedecido. Eso es lo que llamamos la Palabra de Dios. Pero esta no es Palabra de Dios, sino la palabra de un dios falso. Es la palabra de un rey falso. Es la palabra de un reino horrible.

Y permítanme decirles que hay una diferencia entre lo legal y lo santo, y en esos días pensaban que su rey era también como un dios, por lo cual todo era corrupto y estaba entremezclado.

Permítanme decirles que por encima de todo rey, de todo presidente, de todo dictador, y todo gobernante, existe otro Rey, y solo Él da leyes que nunca cambian. Y sus leyes también son escritas y son promulgadas y traducidas, y deben ser obedecidas, y las llamamos Las Escrituras, la Palabra de Dios.

Lo que sucede aquí es que Jerjes promulga una ley que no es santa. Es de suma importancia que el pueblo de Dios sepa distinguir. Algo puede ser legal y a la vez inmoral. Algo puede ser permisible a los ojos del estado y reprensible a los ojos del Señor. ¿Entienden eso? El adulterio no es un crimen, es pecado. El asesinato de un bebé no nacido no es un crimen, es pecado. Redefinir el matrimonio no es un crimen, es pecado. No importa qué leyes se invente el estado, respondemos a una ley más alta.

Las leyes del estado siempre cambian. Solo Dios rige sobre las leyes de los medas y los persas. Solo Dios tiene siempre la razón. Solo Dios nunca se equivoca. Solo Dios nunca dice palabras arrogantes. Solo Dios nunca cambia. Solo Dios es perfecto, santo, justo, glorioso, y bueno. Y cuando Dios da un decreto soberano, es anotado, transmitido, y traducido, y debe ser obedecido por todos en todas partes.

Pero lo que pasa continuamente en ese reino, en nuestro reino, es que la gente no quiere arrepentirse, y al igual que Jerjes nos gusta cambiar las leyes. Nos gusta reinterpretar las leyes que Dios ya nos dio. No escribimos la Escritura. No reescribimos la Escritura. Nos arrepentimos y obedecemos. Nos arrepentimos y obedecemos.

Jesús tiene un reino mejor

Lo que ha pasado hasta este punto en la historia es que la puerta ahora está abierta para Ester. Vasti sale por la parte derecha escenario. La pregunta es: ¿Quién será la nueva reina? Esto deja la puerta abierta, en la parte izquierda del escenario, para que Ester haga su aparición. Poco a poco llegaremos a eso, pero permítanme decirles que este tema de reyes y reinos, nos deja ansiando, anhelando y queriendo más.

Jerjes era el rey más grande de la historia del mundo hasta ese día, pero cada generación ha ido en pos del mismo mito insensato: «Si podemos tener un buen rey y un buen reino, tendremos una vida celestial en un mundo caído. No importa que se llame faraón, o Nerón, o duquesa o duque, o un presidente o un vicepresidente. No importa. No importa que tomen el trono o que sean elegidos al trono. Cuando pecadores caídos, fallidos y defectuosos ocupan el trono, nunca tendremos un reino glorioso. Nunca tendremos un reino glorioso.

Y algunos pensamos: «Si yo pudiera ocupar el trono, tendría un reino glorioso». usted y yo haríamos lo mismo que Jerjes si tuviéramos la misma oportunidad y el poder. Iríamos en pos de la fama, el dinero, la gloria, la comodidad, el sexo, la comida, la bebida. No iríamos en pos de la gloria de Dios y el bien de los demás. Nadie es apto para ocupar ese trono.

Hay una grande y dolorosa necesidad en ese momento de la historia humana que clama: «¿Hay alguien que pueda ocupar el trono? ¿Hay otro rey? ¿Hay otro reino? ¿Hay más esperanza? ¿Hay ayuda en alguna parte? ¿Vendrá un rey? Y este es uno de los últimos libros del Antiguo Testamento, y hay 400 años de silencio y el corazón del pueblo de Dios ansía, se estremece, anhela. ¿Dónde habrá un rey? ¿Dónde habrá un rey?

Es alto y sublime, y reina y está sentado en un trono, y hace algo que Jerjes nunca hizo. Dejó su trono y vino a este mundo confundido, caído, defectuoso y fallido; y no vino a tomar sino a dar. No vino a esclavizarnos, sino a librarnos. Por tanto, la historia de Ester tiene cabida en el argumento de las Escrituras, que se trata solo de Jesús, y si no dejamos que Jesús entre a la historia mediante el tema de reyes y reinos lo único que nos queda es el moralismo. Jerjes era un tipo malo, Ester era una buena chica. Sean como Ester, no como Jerjes. No es suficiente. La Biblia no es solo buenas noticias para lo que podemos hacer, son buenas noticias de lo que Dios ha hecho.

El clamor del corazón aquí es: Tiene que haber un reino mejor. Tiene que haber un rey mejor. Jerjes se sentó en su trono, alimentó el pecado, y nuestro Rey Jesús dejó su trono para perdonar el pecado. ¿Amén? Jerjes apeló a nuestra naturaleza depravada. El Rey Jesús viene y nos da una nueva naturaleza. ¿Amén? Las palabras de Jerjes ya no son leídas ni obedecidas, pero las palabras del Rey Jesús para siempre serán leídas y obedecidas. ¿Amén? Jerjes le dio a la gente lo que querían, el Rey Jesús da a las personas lo que necesitan. ¿Amén?

Jerjes desterró gente de su presencia, el Rey Jesús nunca destierra a ninguno de su pueblo de su presencia. ¿Amén? Jerjes desfiló a su esposa degradándola, el Rey Jesús al final del tiempo desfilará a su esposa pura y sin mancha, gloriosamente. ¿Amén? Jerjes ya no está sentado en el trono, pero el Rey Jesús está alto y sublime, resucitado de la muerte, ascendido a la gloria, y por siempre está en su trono. ¿Amén? Jerjes murió y su pueblo murió, el Rey Jesús resucitó y su pueblo resucitará para estar con Él para siempre. ¿Amén? Y el reino de Jerjes se ha acabado, pero el reino del Rey Jesús nunca tendrá fin. ¿Amén? ¡De acuerdo! Honremos a nuestro Rey.

Señor Jesús, eres alto y sublime. Ahora mismo el Apocalipsis nos dice una y otra vez que eres alto y sublime, que estás sentado en un trono. Las naciones te rodean. Claman adorándote día y noche. En coro con los ángeles. Señor Jesús, solo tú eres el Rey de reyes. Tu trono solo lo ocupa un gobernante grande y glorioso. Tu reino viene y no tendrá fin. Señor Jesús, mantennos anhelosos para más de tu reino, más de tu gloria, más de tu presencia. Danos una nueva naturaleza con nuevos deseos hasta que nunca estemos satisfechos con lo que emprende este mundo con sus reyes y sus reinos. Y Señor Jesús, mi oración es que seamos las personas de tu reino, que toda decisión que tomemos sea: «Esto honra o deshonra a mi Rey? Esto glorifica o no glorifica a mi rey?» Señor Jesús, te damos gracias porque aunque la historia está llena de reyes y gobernantes que viven y mueren, tu trono sobre todos vendrá finalmente a reinar sobre todo donde conoceremos a un Rey digno de nuestra adoración. Señor Jesús, tú eres un Rey mejor. Proporcionas un reino mejor, y por eso decimos: Amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.