Jesús nació para que nosotros pudiéramos nacer de nuevo

[música]

Pastor Dave Bruskas: Algo que muchos no saben de la Iglesia Mars Hill es que empezó siendo una iglesia sin niños. El pastor Mark y Grace iniciaron la iglesia por medio de un pequeño estudio bíblico, y no tenían hijos todavía, y creo que no había un solo niño en la Iglesia Mars Hill al menos hasta que la iglesia empezó su segundo, tal vez su tercer año. Pero lo increíble es que hoy cada domingo en la Iglesia Mars Hill tenemos casi 3.000 niños. Es casi una megaiglesia de niños que asisten a la Iglesia Mars Hill. ―¿Quiénes están emocionados porque ya casi es Navidad? De acuerdo, absolutamente. ―¿Por qué celebramos la Navidad? ¿De qué se trata la Navidad?

―Es el cumpleaños de Jesús.

Pastor Dave Bruskas: ―¿Es el cumpleaños de Jesús? Bien, ¿tienen otra respuesta?

―¡Es para celebrar y divertirnos en su cumpleaños!

Pastor Dave Bruskas: ―¿Qué es lo que más les gusta hacer en Navidad?

―Me gusta abrir regalos…

Pastor Dave Bruskas: ―Maravilloso.

―Ir a casa de mi abuelita a comer helado mientras vemos una película.

Pastor Dave Bruskas: ―Vaya. ¿Por qué es especial Jesús? ¿De qué manera es distinto Jesús a cualquier otro niño que ha nacido?

―Él es el Hijo de Dios.

Pastor Dave Bruskas: ―Muy bien, Él es el Hijo de Dios. ¿Qué más?

―No peca.

Pastor Dave Bruskas: ―Muy bien, no peca.

―Nos ama más que cualquier cosa.

Pastor Dave Bruskas: ―Bien. Ahora les haré otra pregunta: ¿Cómo se llamaban el papá y la mamá de Jesús? ¿Quiénes eran?

―¡María y José!

Pastor Dave Bruskas: ―Muy bien, María y José. Piensan que José y María tuvieron problemas con Jesús cuando era niño?

―No.

Pastor Dave Bruskas: ―No. ¿Quién quiere cantarle Cumpleaños Feliz a Jesús? ¿Quieres que empecemos contigo? Bien, ponte de pie. Bien, ponte de pie para que podamos empezar contigo. Todos vamos a cantar Cumpleaños Feliz a Jesús. Muy bien, empezamos contigo. ¿Listos? Ya.

♪ Cumpleaños feliz♪ ―Bien fuerte. ♪ Cumpleaños feliz♪ ♪ Feliz cumpleaños Jesús ♪ ♪ Cumpleaños feliz ♪ ♪ Chachachá ♪

La oportunidad más grande del mundo es ser parte del pueblo de Dios, de la familia de Dios, su iglesia.

Si en última instancia Jesús es importante, las personas que aman a Jesús son de suma importancia para nosotros también.

¿Por qué nació Jesús?

Feliz Navidad. Esta es nuestra gran celebración navideña y para quienes forman parte de la familia Mars Hill, nos encanta verlos. Para quienes están visitando a nuestra familia de la iglesia queremos darles la bienvenida, sobre todo a los niños. Este servicio lo estamos haciendo un poco diferente. El estilo familiar significa que los pequeñuelos estarán con nosotros en el cuarto grande. Así que, si sus hijos están haciendo ruido, trepándose por ahí, corriendo por ahí, nos parece muy bien. Los amamos; es un gusto tenerlos aquí.

Y cuando las familias se juntan en Navidad, los niños dan un toque especial a la Navidad, ¿no es así? En nuestra casa tenemos a nuestros hijos, y después los primos vienen de visita, y sí, van a gritar, y sí, va a hacer relajo, y sí, será ruidoso, y eso hace que sea maravilloso. Por tanto, no les digan a sus niños que se callen tanto, permitan que se diviertan, y nos encanta que ustedes estén con nosotros.

La Navidad es tan maravillosa en parte porque nos permite pensar en el nacimiento, y celebrarlo. ¿A quién no le encanta el nacimiento? Sé que cada vez que Grace estuvo embarazada con uno de nuestros hijos, fue un deleite y una emoción para mí anticipar el gran don de nuestro próximo hijo. Cada vez que alguien en mi familia extensa o en la familia de la iglesia viene y me dice: «Le tenemos buenas noticias: Vamos a tener un hijo», es un gozo que se celebra. Es una maravillosa oportunidad cuando alguien nos presenta a su niño recién nacido. Qué don, qué evento, qué momento tan épico y maravilloso es ese.

En temporada navideña celebramos el nacimiento de Jesucristo, Emanuel, Dios con nosotros. El Dios eterno entró en la historia, Dios el Creador entró en la creación. Dios quien hizo al hombre vino como hombre, empezó siendo bebé. Y en última instancia todos los años celebramos este gran nacimiento de Jesús, la persona más importante que ha vivido en la historia del mundo.

Se han cantado más canciones sobre Él, se han pintado más cuadros sobre Él, que cualquier persona en la historia del mundo. Nuestro calendario está basado exclusivamente en Jesús. a. C, antes de Cristo, y AD, Anno Domini, el año de nuestro Señor, eso es lo que significa en latín. Todo el registro histórico de la humanidad gira en torno al nacimiento de este Bebé, el Señor Jesucristo. Por eso cantamos sobre el nacimiento de Jesús, enviamos tarjetas que describen el nacimiento de Jesús, y por eso estamos aquí hoy para examinar el nacimiento de Jesús.

Sé que algunos de ustedes son cristianos y creen que Jesús creció y vivió sin pecado, y murió por sus pecados, y resucitó para salvarlos, y ascendió al Cielo, y está vivo y se encuentra bien hoy. Algunos de ustedes no creen eso, o al menos lo dudan y están en el proceso de llegar a creer en eso.

A la luz de eso, esta es la pregunta que quiero que contesten en lo que para ustedes será un corto sermón. Quizás sea el regalo de Navidad que les doy: un sermón corto al año. Pues bien, vamos a contestar la pregunta: ¿Por qué nació Jesús? En Navidad celebramos su nacimiento, la pregunta es, ¿por qué nació Jesús? Esta es la respuesta: Jesús nació para que nosotros pudiéramos nacer de nuevo.

Para que nosotros pudiéramos nacer de nuevo

Vayan a 1 Pedro 1:3, y si no tienen Biblia, está bien, lo pondremos en pantalla. Leámoslo juntos. Aquí Pedro…para quienes quizás no estén familiarizados con el ministerio de Jesús, Él tuvo discípulos, estudiantes que le seguían y aprendían de Él. Y uno de ellos era un hombre llamado Pedro, quien finalmente llegó a ser el líder de los discípulos. En ese momento, Jesús ya había muerto, resucitado, y regresado al Cielo, y este hombre, Pedro, es el líder del cristianismo primitivo.

Pedro escribe esto en un libro que lleva su nombre: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo» O sea, dice: «Estoy muy emocionado por algo maravilloso que quiero compartir con ustedes. Vale la pena entusiasmarse mucho por esto». El concepto de bendito sea, es una forma de regocijo, de celebrar; es como la respuesta emotiva que tenemos cuando una dulcísima pareja viene y nos dice: «Nos vamos a casar», o cuando una pareja viene y dice: «Vamos a tener un hijo», o cuando alguien llega y dice: «Le presento a mi bebé recién nacido». Es un regocijo, es una celebración.

«¡Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo!, quien según su gran misericordia». Aquí alude al amor de Dios, a la bondad de Dios, a la compasión de Dios, al afecto de Dios, al corazón paterno de Dios. Nos acaba de decir que Dios es un Padre, y tiene un gran entendimiento sobre la misericordia y el corazón paterno de Dios para con nosotros.

Algunos de ustedes ni siquiera tuvieron padre. Algunos ni siquiera tuvieron un buen padre, y cuando hacían algo mal vivían aterrorizados de su padre. ¿Se enojará? ¿Le importará? ¿Me ayudará? ¿Me lastimará? Dios es un Padre y su corazón está lleno de misericordia. Dios es un Padre que ama a sus hijos. Dios es la clase de Padre a quien podemos acudir en tiempos de necesidad y no rehuir de Él, sabiendo que nos ayudará, no nos lastimará.

«Quien según su gran misericordia», ¿hizo qué por nosotros? ¿Qué hizo este gran Padre por la familia de Dios? «Nos ha hecho nacer de nuevo». O sea que Jesús nació para que naciéramos de nuevo, «a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos».

Permítanme explicarles la gran idea de nacer de nuevo. Esto viene de Juan 3. Cuando estuvo en este mundo, Jesús andaba predicando y enseñando, y conoció a un hombre llamado Nicodemo. Nicodemo era un hombre religioso muy devoto. Estudiaba las Escrituras, sabía bastante. Nació en un linaje familiar de creyentes, pero aunque había nacido, no había nacido de nuevo. Entonces conoció a Jesús a quien le hizo unas preguntas, y Jesús le dijo algo a Nicodemo que lo dejó muy perplejo. Lo miró directamente a los ojos y dijo: «Debes nacer de nuevo». Nicodemo quedó perplejo: «¿Cómo así nacer de nuevo?».

Se refería a que nacemos físicamente, y lo celebramos. Por eso tenemos cumpleaños donde celebramos nuestro nacimiento. Pero además de nacer físicamente necesitamos nacer espiritualmente. Necesitamos un segundo nacimiento, el de nuestra alma. El primer nacimiento es nuestro cuerpo, el segundo es nuestra alma.

Permítanme explicarles por qué necesitamos esto. Nacemos en pecado. A algunos de ustedes no les gusta oír hablar del pecado, pero les cuento que ayuda mucho creer en el pecado. Explica por qué el mundo no es como debe ser. Explica por qué no somos como deberíamos ser. Explica por qué a veces nuestras relaciones y esos momentos difíciles en la Navidad y nuestras familias, no son como deberían ser. Algo anda mal. Y la Biblia nos dice que es por causa del pecado.

Permítanme explicarles. El pecado es en relación a Dios. La Biblia dice que Dios es santo, y Dios es bueno, y Dios es perfecto. El pecado es cualquier cosa contraria a la voluntad de Dios, a la Palabra de Dios, a los caminos de Dios. Para explicárselos lo más claro que puedo, el pecado es cualquier cosa que Dios no es. El pecado incluye nuestros pensamientos, porque Dios conoce nuestros pensamientos. El pecado incluye nuestras palabras, el pecado incluye nuestras obras, el pecado incluye nuestros motivos; o sea, por qué hacemos o no hacemos las cosas. Hay pecados de comisión, donde hacemos algo malo. Hay pecados de omisión, donde debemos hacer algo bueno pero no lo hacemos. La Biblia dice que todo eso es pecado.

Somos pecadores desde el vientre de nuestras madres. Un hombre llamado David escribió un libro llamado Salmos. Contribuye a muchos de estos cantos. En el Salmo 51 dice que somos pecadores desde el vientre de nuestra madre. Todos, excepto Jesucristo, somos pecadores. Todos, excepto Jesucristo, son pecadores. Por eso es que Jesús tuvo una madre terrenal pero no tuvo un padre terrenal. No heredó una naturaleza pecadora; era sin pecado. Era el comienzo de una humanidad completamente nueva.

A decir verdad, volviendo al puro comienzo, nosotros tuvimos dos padres: nuestros primeros padres, Adán y Eva. Fueron creados por Dios, y Él los amó y los puso en un ambiente perfecto para ellos, y pecaron contra Él. Como resultado heredamos una naturaleza pecadora desde el vientre de nuestra madre que nos conduce a una vida separada de Dios, la cual resulta en muerte; por o cual uno puede nacer físicamente, vivir en pecado, y morir eternamente.

Dios nos ama tanto que decidió hacer algo para salvarnos de esa cosa tan terrible. Su corazón paterno, misericordioso, nos hace nacer de nuevo: un nuevo nacimiento, un nacimiento espiritual. Lo dice de esta manera: «Mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos». De modo que Dios es el Padre, nosotros los pecadores, y Jesús es Salvador. Y lo que está diciendo es esto: La salvación es el gran don de misericordia mediante el cual nacemos de nuevo espiritualmente, porque uno puede estar vivo físicamente y muerto espiritualmente. Uno puede estar respirando y no estar conectado, relacionado con el Dios de la Biblia. Dios hizo algo para quitar el problema de nuestro pecado, y lo hace mediante Jesucristo.

Jesús es nuestro Salvador

Ahora volvemos a la historia navideña. ¿Por qué nació Jesús? Su nombre indica por qué vino. El nombre Jesús literalmente significa que Él es nuestro Salvador, es nuestro Salvador. Jesús nació siendo concebido en el vientre de María. No tiene un padre terrenal, no ha heredado una naturaleza pecaminosa, no es un descendiente biológico de Adán, nuestro primer padre, y nace. Y por eso celebramos la Navidad.

Después crece en sabiduría y en estatura y en gracia para con Dios y los hombres, como dice Lucas. Vive una vida sin pecado. Predica, enseña, sana a las personas, cuida a la viuda, al huérfano, a los parias, a los marginados, a los necesitados. La vida de Jesús es la más asombrosa y extraordinaria en la historia del mundo. Por eso nuestros feriados más grandes aún lo conmemoran a Él. De modo que la Navidad es sobre el nacimiento, y la Pascua es sobre la muerte y la resurrección… de lo que Pedro está diciendo aquí.

Jesús vive sin pecado y es crucificado, y muere en nuestro lugar por nuestros pecados. Después resucita al tercer día, de hecho fue un domingo. Por eso es que los cristianos adoran el día domingo. Es el día de la resurrección de Jesús. La muerte es el resultado del pecado, y como Jesús no tenía pecado, la muerte no pudo contenerlo. Y como murió por nuestros pecados, su resurrección es nuestra victoria. Es lo que Pedro está diciendo.

Mi pregunta para ustedes es: ¿Han nacido de nuevo? Ustedes dirán: «No sé». ¿Se han apartado del pecado y recibido a Jesús? No quiero que solamente aprecien la vida de Jesús; quiero que experimenten la vida de Jesús. Cualquier puede apreciar la vida de Jesús: amoroso, lleno de gracia, misericordioso, bondadoso, generoso, amable con las mujeres, los niños, y los necesitados. Cualquiera puede admirar la vida de Jesús, pero solo alguien que ha nacido de nuevo puede experimentar la vida de Jesús. La vida de Jesucristo resucitado que viene y entra a su vida.

Eso es lo que significa nacer de nuevo. Necesita nacer de nuevo en Jesucristo. Eso requiere dos cosas: arrepentimiento y fe. El arrepentimiento es cuando nos vemos como pecadores que necesitan un Salvador, y la fe es cuando confiamos en la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús. Volviendo a Pedro otra vez, «nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos».

Todo cambia

Ahora permítanme decirles lo que le pasa a alguien que nace de nuevo: Todo cambia. Para algunos cambia poco a poco, para otros cambia rápidamente, pero uno empieza a cambiar. Como cuando alguien nace físicamente, el ambiente cambia, sus actividades cambian, empiezan a crecer y a cambiar estando fuera del vientre. La analogía es parecida. Cuando uno nace espiritualmente, empieza a crecer, y a cambiar, y la vida de Jesús empieza a obrar por medio de uno y a tomar posesión de su vida. Eso significa que uno nunca que vuelve a ser el mismo, y por el resto de su vida crecerá más y más en la semejanza de Jesús, si ha nacido de nuevo.

Esto incluye un par de cosas: Primero, un nuevo Señor. De repente, si ha nacido de nuevo y es nacido de nuevo, la persona más importante en su vida no es usted; es Jesús. La autoridad más alta de su vida no es usted; es Jesús. La meta más grande de su vida no es hacer su propia voluntad, sino hacer su voluntad. Un nuevo Señor.

Segundo: si ha nacido de nuevo usted se vuelve una nueva persona. La Biblia dice que los cristianos se vuelven nuevas criaturas. Usted es una nueva persona. Puede empezar nuevamente, limpiamente, perdonado totalmente. Por eso es que a veces en la Biblia las personas que se vuelven cristianas obtienen un nuevo nombre, así de nuevos son. Abram se vuelve Abraham, y Cephas se vuelve Pedro, y Saulo se vuelve Pablo, y las personas obtienen nombres nuevos. ¿Por qué? Porque ahora radicalmente se han vuelto otra persona. La gran idea es esta: Uno no puede conocer a Jesús sin cambiar. Algunos de ustedes dirán: «Oh, yo soy cristiano y no he cambiado». Puede que no sea cristiano. Puede que haya nacido en una familia cristiana, pero no ha nacido en la familia de Dios.

Tercero: recibe una nueva identidad. Ya no se identifica por lo que usted hizo, o por lo que otros le hicieron; no se identifica con el éxito, los fracasos, logros que la hecho en el transcurso de su vida. Ahora su identidad es en Cristo. «Él me amó, me perdona, me salva, nunca me dejará, nunca me abandonará. Cualquier cosa que atraviese es una oportunidad para que yo sea más como Él». Cambia por completo nuestro concepto de quiénes somos, de dónde venimos, por qué estamos aquí, y a dónde vamos.

Nacer de nuevo incluye, cuarto, un nuevo poder. Lo que pasa con el pecado es que se vuelve muy poderoso, y frente a él nos sentimos muy indefensos. Por eso es que cerca al Año Nuevo hay un aluvión de libros nuevos. Año Nuevo, vida nueva; así rezan los eslogan de mercadotecnia. Todos se hacen miembros del gimnasio y se comprometen totalmente con la caminadora 3 días consecutivos y después se dan por vencidos. Y los programas de entrevistas y los medios sociales no hablan sino de las resoluciones. ¿Qué hará este año para hacer cambios en su vida? La verdad es esta: Sin el poder de Dios, no podemos tener una vida nueva. Podemos hacer algunos cambios, pero nosotros en última instancia no cambiamos.

Algunos de ustedes tienen pecados habituales. O sea que han tratado de parar pero no pueden. Puede que recurra cada día, o cada semana, o cada mes, o cada 4 meses, o cada año, pero usted no puede librarse. Aunque trate de excusarlo, culpar a alguien, manejarlo, controlarlo, negarlo, esconderlo. En Cristo puede librarse de eso porque hay un nuevo poder si ha nacido de nuevo.

Y no es que en su propio poder esté viviendo por Dios; es el poder de Dios de una nueva vida en usted. Jesús le envía el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, y con el mismo poder que le permitió vivir sin pecado y vivir victorioso sobre la tentación, por el nuevo nacimiento, enviará el Espíritu Santo a vivir en usted. Ahora hay un nuevo poder. No tiene que hacer lo que hacía antes. Puede actuar de otra manera. Y no es por su propio poder. No estamos hablando de tener más dominio propio, autocondenarse más, motivarse más; estamos hablando de la vida de Jesús en usted. De repente, usted es una persona diferente y puede vivir una vida diferente.

Quinto: Incluye una nueva mente. Empieza a pensar diferentemente. Las cosas que antes lo avergonzaban ahora lo enorgullecen. Las cosas que antes lo enorgullecían ahora lo avergüenzan. Su concepto de Dios y del mundo y de usted mismo ha cambiado, y de repente ve que Dios es bueno, que usted es pecador, y que el mundo lo necesita a Él. Su mente cambia. Como percibe su identidad cambia, sus relaciones, sus finanzas, su trabajo, su familia, su cónyuge, sus hijos, toda su mentalidad cambia. ¿Cuántos de ustedes han experimentado esto? Si alguien ha nacido de nuevo, entre más tiempo vivan como cristianos renovando la mente y pensando en la Palabra de Dios, simplemente seguirán cambiando.

Sexto: obtienen una nueva comunidad. La iglesia se vuelve una familia. Dios es el Padre, Jesús es el Hermano mayor que salva. Eso significa que la iglesia se vuelve una nueva familia, que las damas son como hermanas, los caballeros como hermanos, y los líderes son como hermanos y hermanas mayores. En toda esta serie Él nos hizo una familia, en realidad se trata de eso; y algunas personas francamente, en temporada navideña, pasan un tiempo muy difícil porque no cuentan con una familia piadosa, comprensiva, amorosa, edificante, cariñosa, comprometida. Pues la iglesia también es una familia, y algunos tienen familias comprensivas y amorosas, y cuentan con la doble bendición de tener su familia de nacimiento y la familia de su nuevo nacimiento.

Y un gran gozo que tengo cada Navidad es saber que Dios salvó a toda mi familia: a mis dos hermanas, mis dos hermanos, mi mamá y mi papá. Por lo cual, mi familia de nacimiento ha nacido de nuevo. Y cuando nos reunimos ellos son mis familiares de nacimiento y del nuevo nacimiento. No solo estamos unidos por lazos consanguíneos, sino por la sangre expiatoria de Jesucristo por nuestros pecados. Obtiene una nueva comunidad. Los que tienen una familia piadosa han sido doblemente bendecidos, tienen el privilegio de ser parte de la iglesia. Los que no tienen una familia piadosa, no han sido abandonados; aún así tienen la familia de la iglesia. Es su nueva comunidad.

Y séptimo: obtiene nuevos deseos. Si usted no es cristiano puede que esto le sorprenda, pero al nacer de nuevo usted obtiene nuevos deseos. Querrá hacer cosas que nunca quiso hacer, y no querrá hacer cosas que siempre quiso hacer. Yo nací de nuevo a los 19 años de edad cuando estaba en la universidad, y de repente mis deseos, mis gustos, mis anhelos, empezaron a cambiar.

Todavía recuerdo un fin de semana en la universidad, mis amigos iban a salir a hacer algo, no recuerdo qué era, pero me dijeron: «¿Vienes con nosotros?», y les dije: «No». Y me preguntaron: «¿Por qué?». Y les dije: «Voy a leer la Biblia todo el día». Nunca había pensado hacer algo así en toda mi vida. Me dijeron: «¿Que qué?». Recuerdo que uno de ellos dijo algo así: «No tienes que hacer eso». Y le dije algo así: «Lo sé, pero es que quiero hacerlo».

Pedro usa una analogía en otra parte. Dice que cuando los niños nacen desean la leche. Tienen hambre. Quieren comer. Cuando uno nace espiritualmente tiene hambre de la Palabra de Dios. Es el alimento que sostiene su alma. De repente, empieza a tener nuevos deseos. Piensa: «Quiero leer la Biblia. Quiero aprender a orar. Quiero servir a otros. Quiero conocer gente cristiana. Quiero saber cómo administrar mis posesiones, mi tiempo, y mi vida de la manera más eficaz para la gloria de Dios y el bien de otros y mi para mi gozo. Nuevos deseos.

Permítanme preguntarles a los que han nacido de nuevo, ¿qué nuevos deseos le ha dado Dios? No quieren hacer lo que solían hacer, quieren ser más como Jesús; no porque tengan que hacerlo, sino porque quieren hacerlo. Pablo tiene una cita genial en el Nuevo Testamento. Dice que el pecado lucha contra nosotros para que no hagamos lo que queremos. Oh, esos deseos son nuevos. Dice que Satanás y el pecado siempre tratan de impedir que hagamos lo que en realidad debemos hacer.

Permítame decirle, si usted no es cristiano, su deseo más profundo es el pecado. Si usted es cristiano y ha nacido de nuevo en Jesucristo, su deseo más profundo es hacer la voluntad de Dios. De modo que a los cristianos les contaré un secreto: vivan una vida apasionada, devota, y entregada y no se conformen con deseos menores pues tienden a ser pecaminosos. Luchen por los deseos profundos, el deseo más profundo de su corazón porque si nace de nuevo, sus deseos más profundos, sus deseos más fuertes son los deseos que Dios puso en usted por medio de Jesús.

El gran intercambio de regalos

Para cerrar, esta es la temporada para dar regalos e intercambiar regalos. Seguramente lo han hecho en su trabajo, con su familia, o en su grupo comunitario, o con sus amigos, o lo harán en los próximos días. El cristianismo se trata de un intercambio de regalos. Martín Lutero, el gran reformador protestante y maestro bíblico, lo llamó El gran intercambio. Este es el gran intercambio: Quiero que le den esto a Jesús: quiero que le den a Jesús algo para la Navidad. Quizás no era lo que pensaban darle; denle sus pecados. Él no necesita nada. Él es Dios el Creador quien ahora mismo reina y gobierna todas las cosas.

Lo que Él quiere como regalo de Navidad, lo que Jesús quiere como regalo de navidad es nuestro pecado. Por eso dice Pedro: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia…». Pedro está diciendo: «Esto es increíble». En su misericordia, Dios quiere nuestro pecado. Ninguno de nosotros pediríamos eso como regalo de Navidad, ¿verdad? Ninguna de nosotros en tenemos en la lista de Navidad ese regalo, «Me gustaría el pecado y me gustaría que pecaran contra mí. Eso es lo que me gustaría». Eso fue lo que Cristo puso en su lista de Navidad. «Denme sus pecados».

Después tiene un regalo para nosotros: nacidos de nuevo, nacidos de nuevo. Él quiere entregarse a nosotros como un nuevo Señor. Desea que seamos personas nuevas con una nueva identidad y que vivamos con un nuevo poder y una mente renovada y que seamos parte de la familia de la iglesia, esa nueva comunidad, y que tengamos nuevos deseos. Este es el gran intercambio. Jesús nos invita a darle nuestro pecado y a recibir de Él su vida resucitada para que podamos nacer de nuevo.

Lo que estamos haciendo hoy es celebrar a Jesús, y los invitamos a ustedes, no solo a apreciarlo, sino a experimentarlo. Lo que esto significa también, es que hoy vamos a hacer dos cosas importantes. Haremos consagraciones de bebés para celebrar su nacimiento, y haremos bautismos para celebrar el nuevo nacimiento de las personas en Jesucristo. En el bautismo las personas muestran que han nacido de nuevo, que Jesús vivió sin pecado, y murió y fue sepultado, y resucitó y que cuando Cristo murió, ellos murieron, y cuando Cristo resucitó, ellos resucitaron. Como el agua nos limpia de la mugre y la inmundicia, Jesús nos limpia del pecado y de la muerte.

Vamos a invitarlos para que den su pecado a Jesús y nazcan de nuevo y sean bautizados en demostración de la misericordia de Dios Padre. Algunos de ustedes dirían: «No vine preparado para bautizarme». Dios no le dijo de antemano porque sabía que usted no vendría, y esperó hasta ahora para decírselo de repente. Si nunca le han dado su vida a Jesús queremos que lo hagan ahora. Y si nunca han sido bautizados como cristianos, para que obedezcan a Jesús queremos que lo hagan ahora.

Tendremos toallas, camisetas, y shorts. Pueden cambiarse, lo hemos preparado todo, porque queremos que sean bautizados. No podría haber un mejor momento para darle sus pecados a Jesús y recibir el don del nuevo nacimiento de parte de Jesús, y demostrar públicamente mediante el bautismo durante la temporada navideña, donde Jesús da el mejor regalo de todos y lo recibimos con alegría: el regalo de nacer de nuevo.

Dios Padre, gracias por esta temporada navideña. Te doy gracias porque enviaste a tu Hijo unigénito para que entrara en la historia de la humanidad como el Señor Jesucristo. Jesús, celebramos tu nacimiento por medio del vientre de María. Celebramos el hecho que moriste y resucitaste para que podamos nacer de nuevo. Para los que hemos nacido de nuevo espiritualmente, hoy es un gran día para nosotros porque podemos celebrar y disfrutarte, Señor Jesús. Y para los que están aquí, Señor Dios, tal vez familiares, amigos, colegas de trabajo, vecinos, pido que ahora, Espíritu Santo, por medio de la Palabra de Dios, hagas que ellos nazcan de nuevo, en el nombre de Jesús, amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.