La oportunidad más grande del mundo es ser parte del pueblo de Dios, la familia de Dios, su iglesia y lo que está haciendo.
Hay unas personas maravillosamente fieles que nos han forjado en una familia vibrante y creciente.
No podía ver nada sin darme cuenta efectivamente que Dios me estaba diciendo que me amaba.
Si Jesús es importante en última instancia, los que aman a Jesús son sumamente importantes para nosotros también.
Mars Hill, Dios es nuestro Padre y somos una familia en esta iglesia. Y si son nuevos, bienvenidos a la familia de la Iglesia Mars Hill. Al igual que todas las familias, nos reunimos, y lo hacemos sobre todo en esta temporada navideña para nuestros servicios de fin de semana y para nuestros grupos comunitarios entresemana.
Me parece muy interesante que de todas las imágenes y metáforas que Dios pudo haber escogido para revelarse a sí mismo, lo hace como Padre. Usa un lenguaje acogedor, fuerte, emocional, convincente de Dios como Padre y de la iglesia como familia; y eso significa que en Cristo tenemos hermanos y hermanas, y la Biblia usa ese lenguaje. Espiritualmente tenemos hermanos y hermanas, lo cual es diferente a nuestra familia biológica. También significa que los líderes deben ser como madres y padres. Aman, dan, cuidan, sirven, hacen lo mejor posible, y variablemente no siempre hacemos las cosas bien, y esperamos que nos den un poco de gracia como se la daríamos a nuestros propios padres si estuvieran haciendo lo mejor posible.
Este lenguaje de familia es increíblemente importante. Comienza en el Antiguo Testamento y continúa a lo largo del Nuevo Testamento, y es el enfoque de la presentación de Jesucristo. En las próximas semanas, al compartir juntos esta temporada navideña, veremos el hecho de que Él nos constituyó en familia. Estaremos en los primeros capítulos de Mateo, o sea, el primer libro del Nuevo Testamento. Y veremos cómo se nos presenta Jesús, y que se nos presenta en el contexto de una familia.
Busquen esa cita en Mateo 1:1–17, donde de hecho Jesús nos acoge a su familia. Les diré por qué me parece tan práctico e importante. Todos ustedes son nuevos en Mars Hill. ¿Cómo lo sé? Porque empezamos Grace y yo, y el resto de ustedes son nuevos. Hace 16 años Grace y yo oramos y ayunamos y nos pareció que Jesús nos decía que iniciáramos una iglesia en Seattle. Entonces fui y recluté al primer miembro, a Grace, y tuvimos un crecimiento explosivo del 100%, o sea de 1 persona a 2 personas en una junta de muy rápido crecimiento que realizó en el sofá de dos plazas de mi casa. Y esa pequeña iglesia indefectiblemente empezó a invitar a otras personas a que vinieran a nuestra casa.
La Iglesia Mars Hill empezó siendo una extensión de nuestra familia. Ni siquiera teníamos hijos en ese entonces. Aún no teníamos hijos espirituales solo los que llegaban a conocer a Jesús, pero no teníamos hijos biológicos. La Iglesia Mars Hill empezó siendo una extensión de nuestra familia, nos reuníamos en nuestra casa, en la sala. Orábamos y reuníamos a la gente y venían y se sentaban en nuestro sofá y éramos una pequeña familia de la iglesia, una extensión de nuestra familia.
Claro que con el transcurso de los años la familia de la Iglesia Mars Hill ha crecido mucho. Francamente excedió mis expectativas de una forma exponencial, ¿de acuerdo? Hay muchas más personas en esta familia de las que yo anticipaba o esperaba. El amor del Padre se ha extendido de un estado a 4 estados, y de 1 familia a 14 familias, ya que ahora somos una gran familia extensa familia y parece que siempre estamos embarazados, ¿cierto?
Siempre estamos hablando de plantar la siguiente iglesia. Usted dirá: «¿Por qué sigue plantando iglesias?». Porque queremos que crezca la familia. Queremos que más hijos sean adoptados por el Padre, queremos conocer más hermanos y hermanas, y la vida nueva y el nuevo nacimiento es algo que siempre nos emociona, ¿amén?
Por eso es que a fin de año siempre hablamos de la obra de Dios, nuestro testimonio y lo que Dios hizo este año en nuestra familia de la iglesia. ¿Qué nos ha alistado Dios para el año entrante como familia de la iglesia? ¿Cómo podemos acoger a los que aún no están conectados a la familia de Dios para que conecten con nosotros y den generosamente y oren fervientemente, y sirvan en forma sacrificial, porque eso es lo que hace una familia?
En mi corazón temo que entre más crece la iglesia, el corazón del Padre por la familia se vaya perdiendo. De repente, Mars Hill podría ser vista como un negocio donde tratamos de conseguir todo lo posible, dando lo menos posible para conseguir algo a buen precio. O Mars Hill podría ser vista como una agencia del gobierno u organización que dice: «Buena suerte, encuentren a la gente rica y tomen su dinero porque todos tenemos derecho a ciertos servicios y prestaciones».
Mars Hill es una familia. Ustedes son una familia, y en una familia todos damos, todos nos cuidamos, todos oramos, todos servimos. Y no solo nos preocupamos por nosotros mismos, y por nuestros hermanos y hermanas, también nos emocionamos cuando crece la familia. Me encanta este tema de la familia, y en última instancia necesitan saber que aunque Mars Hill es una familia grande, compleja y extensa, sigue siendo una familia.
Y Dios es nuestro Padre y nos ha adoptado en su familia, y estamos en la temporada del año en que celebramos a nuestro Padre juntos como familia. Y todo eso lo hace posible Jesús, nuestro Hermano Mayor. Él es nuestro Hermano Mayor que entra en la historia para buscar, servir, y salvar.
Por tanto hoy vamos a conocer a la familia de Jesús. La familia de Jesús. Puede que algunos de ustedes no estén familiarizados con la familia de Jesús, pero empieza en Mateo 1:1. Permítanme se los leo. «Libro de la genealogía de Jesucristo». Nos presenta a Jesús presentándonos a su familia, su genealogía.
¿Cuántos de ustedes verdaderamente han visto la historia de su familia? ¿Alguna vez trataron de esbozarla, quizás para un proyecto escolar, desde el tiempo más remoto posible? ¿Cuántos de ustedes no pueden hallar ciertas cosas sobre su familia porque nadie quiere hablar de ellas? Hay antecedentes llenos de malas noticias.
¿Por qué vivían aquí y por qué vivían allá? ¿Por qué se separaron? ¿Por qué hubo un divorcio? ¿Por qué no los conocemos? ¿Por qué no les mandamos tarjetas de Navidad? ¿Qué le pasó a la familia? A veces los días feriados pueden ser difíciles y dolorosos porque tienen que ver con nuestra familia: desilusión, pena, pérdida, añoranza. La familia de Jesús es una familia muy pecaminosa. Es una familia muy compleja, es una familia muy difícil, y vamos a ver la genealogía de la familia de Jesús.
Hagamos lo siguiente: leamos todo el capítulo 1, versos 1 al 17, y resaltaré 3 hombres y cinco mujeres que sobresalen en la historia. No sabemos mucho acerca de algunos de ellos. Les hablaré de las personas qué más conocemos. Sé que algunos de ustedes estaban pensando, «Hombre, ojalá cubramos todo el directorio telefónico hoy». A la orden…empecemos. Empecemos. Es un antiguo directorio telefónico judío.
Mateo 1:1. «Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham». Vamos a hablar de David, «el hijo de Abraham», y vamos a hablar de Abraham. Hay una larga lista de nombres. Estas son las porciones bíblicas que francamente nos saltamos, ¿cierto? Las saltamos. La primera página del primer libro del Nuevo Testamento empieza con una lista de nombres. Tiene su razón de ser, es muy importante. Como siempre, si no saben pronunciar un nombre bíblico, léanlo rápido y con confianza; así que se los ilustraré ahora mismo. Está bien.
«Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a sus hermanos; Judá engendró, de Tamar, a Fares y a Zara». Hablaremos de ella. Hablaremos de ella. «Fares engendró a Esrom, y Esrom a Aram; Aram engendró a Aminadab, Aminadab a Naasón, y Naasón a Salmón; Salmón engendró, de Rahab». Hablaremos de ella.
«…A Booz, Booz engendró, de Rut». Hablaremos de ella. «…a Obed, y Obed engendró a Isaí; Isaí engendró al rey David». Hablaremos de David. Sigue reapareciendo y es de suma importancia. «Y David engendró a Salomón », esta es una frase compleja que retomaremos después, «de la que había sido mujer de Urías». ¿Cuántos de ustedes se percataron de eso? Pensaron: «David tuvo un hijo con la mujer de otro hombre. Eh, está bien. Sigamos». Para que lo sepan, eso está mal. Volveremos a ese tema.
«Salomón engendró a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa; Asa engendró a Josafat», el saltador aclamado por la crítica, «Josafat a Joram, y Joram…», me inventé esa pronunciación. «…A Uzías; Uzías engendró a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías; Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos durante la deportación a Babilonia», porque sé que querían saberlo.
«Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel», que me parece divertido de pronunciar. Así que pronunciémoslo otra vez: «Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor», vaya qué nombre, «Azor engendró a Sadoc», ese sí que es mejor, «Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud». Suena a la trilogía de Guerra de las galaxias. «Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, y Matán a Jacob; Jacob engendró a José», hablaremos de él, «el marido de María», hablaremos de ella, «de la cual nació…» ¿quién? Jesús.
Si están en Mars Hill, la respuesta es siempre Jesús. ―¿Qué día es hoy? ―¡Jesús! Simplemente dígalo. Siempre es la respuesta correcta. —¿Cuál es su color favorito? —¡Jesús! —¿Cuál es su postre favorito? —¿Qué? —¡Espolvoreado con Jesús! No sé, solo digan Jesús.
«…De la cual nació Jesús, llamado el Cristo», el Ungido, el escogido de Dios. «De manera que todas las generaciones desde Abraham hasta David son catorce generaciones; y desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce generaciones; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce generaciones». Los divide en grupos de 14.
Permítanme decirles algunas cosas sobre las genealogías en general y después abordaremos la genealogía de Mateo sobre Jesús en particular. Primero: los hijos deben conocer a sus padres y los padres deben conocer a sus hijos. Parece obvio, pero la mayoría de las personas no saben eso. Aquí las personas conocen a sus padres.
Por primera vez en la historia de este país, la mayoría de los niños de madres menores de 30 años nacen fuera del matrimonio, no conocen a su padre, no hay un padre activo en sus vidas. Muchos ni siquiera nombran a un padre en su partida de nacimiento. No saben quién es su padre. Para los que son pueblo de Dios, es muy importante que los padres conozcan y amen a sus hijos y que los hijos conozcan y amen a sus padres.
Segundo, Dios ama a las personas y nos conoce por nombre. Es maravilloso. Cuántos de ustedes sienten que a veces pasan días enteros sin ver a nadie que conozca su nombre. Dios conoce su nombre. Dios lo conoce por nombre, Dios lo ama por nombre. Dios lo llama por su nombre. Como un padre que conoce a cada uno de sus hijos, Dios es un Padre que nos conoce a todos por nombre.
Tercero, Dios obra por medio de familias. Aquí vemos a Dios obrar por medio de un linaje familiar, de generación en generación, para introducir a Jesucristo en la historia humana. Y cuarto: cada árbol familiar tiene algunos nudos. Toda familia…y algunos de ustedes son esos nudos, ¿verdad? Todo árbol familiar tiene estos nudos. Usted dirá: «Oh, ¿en serio? Ojalá pudiera reescribir la historia para sacarlos de ahí». No, no lo haga. Déjelos ahí. Diga la verdad, sea honesto; eso es lo que está pasando aquí.
¿A quién escribe esto? Principalmente a una audiencia judía. Hay cuatro evangelios. Estas son reseñas biográficas de Jesús. Mateo escribía principalmente a una audiencia de orientación judía. Marcos, a los romanos; Lucas a los gentiles; y Juan principalmente a los griegos. El 60% de los primeros 3 evangelios, Mateo, Marcos, y Lucas, contienen datos similares. Los llaman sinópticos. El 90% de Juan es único y particular a Juan. Todos nos cuentan de Jesús, pero resaltan diferentes aspectos de su vida, su ministerio, y su ascendencia.
Por tanto, Mateo escribe principalmente a una audiencia judía, quienes eran…digamos, un poco orgullosos. Eran un poco más religiosos, y en retrospectiva dirían: «Todas las personas en el Antiguo Testamento son nuestra familia. Todas las personas por medio de las que Dios habló y obró y escribió las Escrituras, son nuestra familia. Y finalmente llega Jesús y es un descendiente de nuestra familia». Y la tendencia de ellos era pasar por alto u omitir los pecados de su familia, y tendían a olvidar que su familia también necesitaba un Salvador. Su familia necesitaba ser adoptada en la familia de Dios.
Por eso Mateo empieza contándoles su historia. Y lo curioso es que Mateo mismo no es la persona más indicada para hablarnos de Jesús. Era de orientación judía, pero trabajaba para el gobierno romano, un gobierno despiadado y pagano. Era recaudador de impuestos, o sea que le cobraba al pueblo de Dios todo el dinero que podía. Pagaba sus impuestos al gobierno con el dinero que recibía de ellos, y lo que sobraba de sus impuestos se lo guardaba como ingreso personal.
Por tanto, era un extorsionista, un ladrón, un estafador. Hoy por hoy sería como un tipo que trabaja para el IRS y también es terrorista. O sea, que ese era el sentir emocional de ellos respecto a este tipo. Le tenían una doble aversión. No les agradaba en absoluto, pero conoció a Jesús, tuvo un cambio de mente y corazón, nació de nuevo en la familia de Dios, fue adoptado por Dios Padre, y demostró su vida cambiada al apartarse financieramente de un negocio muy lucrativo para poder vivir generosamente y servir a otros compasivamente. Por tanto aquí tenemos un hombre improbable para escribir a personas religiosas sobre su improbable historia familiar, mediante la cual vino Jesucristo.
Dicho lo cual, primero trataremos a tres hombres. El primero es Abraham, el cual menciona en Mateo 1:1–2. No es la única referencia a Abraham. Si quieren estudiarlo más, lean Génesis 11 al 25. Encontrarán mucho ahí sobre Abraham. Sus Biblias lo mencionan más de 300 veces; es sumamente importante. 11 libros del Nuevo Testamento lo mencionan. Es mencionado en cada uno de los evangelios del Nuevo Testamento.
Es una figura imponente. Dios ama a todas las personas por igual, pero no obra por medio de ellas igualmente. Obra en forma única por medio de Abraham, a tal punto que lo llaman Padre de la Fe, y que todos los que están en Cristo finalmente son adoptados espiritualmente en la familia del padre Abraham. Su nombre literalmente significa padre de una multitud, por tanto es un padre. Es un imponente padre de fe. Tanto así, que hoy tres religiones consideran que están fundadas en sus enseñanzas: el islam, el cristianismo, y el judaísmo. O sea, aun fuera de la fe cristiana es una gran figura en la historia del mundo.
Lo interesante es que cuando Dios vino a él, no era judío sino gentil. Dios había juzgado a un grupo de personas por crear algo llamado la Torre de Babel; eran personas que se habían rebelado contra Dios, los babilonios. Dios viene a Abraham quien probablemente era babilonio. Dice que vino de Ur de los caldeos, que quedaba en Babilonia. Es un hombre pagano con un padre pagano y procede de una pueblo rebelde. No estaba buscando a Dios, pero Dios lo estaba buscando a él. No estaba llamando a Dios, pero Dios vino a llamarlo a él. Es una muestra del afecto de Dios mediante la elección.
Dios viene a buscarlo y lo llama y le dice que hará algo milagroso por medio de su esposa estéril de 75 años, o sea que les daría un hijo. Y que por medio de ese hijo vendría la simiente de Abraham, un descendiente que sería el Salvador del mundo y bendición de muchas naciones.
La Biblia dice que Abraham creyó al Señor, confió en el Señor, tuvo fe en el Señor. Demostró su conversión circuncidándose a sí mismo y a toda su casa, y de él nació el pueblo judío a los cuales conocemos. El pueblo de Dios en el Antiguo Pacto, como los conocemos, nacieron cuando él fue convertido y adoptado por Dios Padre, y él era el comienzo de una nueva familia.
Pero quiero que vean aquí que aunque Abraham es un hombre magnífico, es un hombre pecador que necesita un Salvador. Cuando Dios vino a él, era un pagano babilonio perdido, y la Biblia muestra honestamente que durante toda su vida necesita continuamente la gracia de Dios.
Les daré dos ejemplos en que en efecto trató de regalar a su esposa para evitar conflicto con otros. Damas, eso es dos veces demasiado. Estoy seguro que después de la primera vez, conversaron. «Sabes, mi amor, estaban a punto de hacerme daño por eso iba a regalarte». Oigan, por favor no hagan eso. Y después volvió a hacerlo. Demuestra que Abraham no siempre fue un hombre de fe, a veces era un hombre cobarde. Aunque fue un hombre al que Dios usó magníficamente, es un hombre que continuamente necesitaba a Dios.
Después sigue con David. David es una figura imponente en la Biblia y en la historia humana, y era un rey. Cuando pensamos en David debemos pensar en reyes y reinos. En última instancia, en Miqueas 5:2 está la promesa de que Jesús, el Rey de Reyes, vendría de la ciudad de David, Belén.
El rey David y su reino se basaban en tres cosas: la presencia de Dios entre su pueblo, la cual en última instancia vino mediante el templo que David había construido por medio de su hijo, Salomón; la paz con Dios, el perdón de pecados, y la prosperidad de Dios. Esas tres cosas. La presencia de Dios, la paz de Dios y la prosperidad de Dios.
David tuvo un reino poderoso, pero murió y su reino se acabó, y la profecía que fue dada dice que por su linaje vendría un Rey más grande, el Rey de Reyes, con un reino sempiterno y que heredamos todas esas bendiciones espiritualmente en esta vida y al ver al Señor Jesús, el descendiente del rey David, el descendiente del linaje familiar de Abraham, recibimos todas estas promesas físicamente en nuestro cuerpo resucitado, y prácticamente por el resto de la eternidad.
Pero aun David no siempre fue un hombre piadoso. También necesitaba un Salvador. Esto demuestra que aun los mejores entre nosotros son pecadores y necesitan la gracia de Dios. En última instancia Mateo insinúa esto. Lo dice de esta manera: «Y David engendró a Salomón de la que había sido mujer de Urías». ¿Captaron eso?
Había un hombre llamado Urías heteo. Era un soldado del ejército de David, y estaba peleando una guerra defendiendo al rey y al reino, y David vio a la esposa de este hombre bañándose, no sé cómo fue eso, pero después la codició y fue en pos de ella y la sedujo, y se acostó con ella y la dejó preñada. Sé que en VeggieTales dijeron que quería mucho su patito. Eso no era lo que quería, ¿de acuerdo? Les aseguro que él no quería su patito.
Y sucede que después deja preñada a esta mujer, Betsabé, pero su marido estaba peleando una guerra, y sabría si ella estaba embarazada y que había cometido adulterio. Y David se ideó un plan para asesinarlo. Ordenó que todos los soldados pasaran al frente de batalla y que después todos debían retroceder pero que no le dijeran eso a Urías heteo; que lo dejaran ahí para que fuera asesinado. Es una ejecución.
El gran rey David, un hombre conforme al corazón de Dios, el pastorcillo que derribó al gigante, el autor de muchos de los cantos de alabanza en los Salmos, el arquitecto del plan de Dios por cuya provisión crearía el templo donde Dios estaría presente con su pueblo: adúltero y asesino.
Algunos de ustedes no interpretan correctamente su historia familiar. Algunos idealizan o embellecen su linaje. Como resultado, no ven los pecados de sus progenitores y de sus antepasados y por eso puede que no entiendan la necesidad de la gracia de Dios en su propia vida.
Aquí Mateo empieza con una genealogía en un porción muy curiosa. O sea, al leerla, sí o no, parece que suena a una página arrancada de un antiguo directorio telefónico, aunque está repleta de percepción y significado teológico. Hubieran dicho que dos de las personas más grandes en la historia del mundo eran Abraham y David, y les está mostrando que ambos fueron salvos por la gracia de Dios y que ambos necesitaban que Jesús viniera de la familia de Abraham para que fuera un Rey más grande que David.
El tercer hombre que menciona es José, en el capítulo 1, verso 16. Es un hombre joven, un pobre carpintero que vive en un pueblo rural. Probablemente es un adolescente de unos 20 años de edad. Puede que haya o que no haya recibido una educación formal. No era atípico que los hombres de aquellos días recibieran una educación formal. Es un hombre que creció pobre. Una casa en esos días era del tamaño de un puesto de estacionamiento para un carro. Pero viene del linaje de David; lo verán en las semanas que vienen.
No es el padre biológico de Jesús. Por eso lo articula de esta manera: lo llama en Mateo 1.16: «El marido de María». No dice que fuera el padre de Jesús. Es el «esposo de María, de la cual nació Jesús llamado el Cristo». Aquí muestra que Jesús no es el padre biológico de Jesús. No tuvo relaciones íntimas con ella hasta después del nacimiento de Jesús.
A principios de la historia, como verán en las próximas semanas, están comprometidos para casarse y ella queda encinta por un milagro del Espíritu Santo. Jesucristo, el Hijo de Dios, entra en la historia humana por voluntad de Dios Padre, sin la contribución ni la intención de ningún padre terrenal. Sin embargo, José hace esto: Para cumplir la promesa dada en Miqueas 5:2 de que Jesús vendría del linaje familiar de David, José, un miembro pobre y marginado de los descendientes de Abraham y de David, para cumplir la promesa dada cientos de años antes de que Jesús nacería en ese linaje familiar, adopta a Jesús, y José se vuelve su padre adoptivo.
Es maravilloso, porque pinta un cuadro de la salvación, de que Dios es un Padre que nos adopta en su familia, y Dios viene. Jesucristo el Hijo de Dios, es adoptado por una familia. Por eso es que los cristianos adoptan tanto. Nuestro Dios fue adoptado. Nuestro Dios fue adoptado.
José es un hombre que, aunque piadoso, vive con la reputación manchada el resto de su vida. No creen que Jesús sea especial, que María haya sido virgen. Creen que era un insensato que fue embaucado por una mujer adúltera. Así que, aunque el resto de su vida, como leemos en los evangelios, vienen a Jesús y dicen: «Al menos sabemos quién es tu padre», a algunos de ustedes les ha tocado vivir eso como José, ser calumniados y acusados.
Esos son los tres hombres, y después la genealogía incluye cinco mujeres. Esto es poco común porque era una sociedad patriarcal, no una sociedad matriarcal. El linaje familiar se trazaba a través de los hombres, no las mujeres, por lo cual generalmente no incluyen a las mujeres en otras genealogías de la Biblia.
Además, 4 de las 5 mujeres son gentiles, no judías. Por último, al menos 4 de estas muchachas empiezan con muchos problemas, cargas y lo demás, ¿cierto? Tienen dificultades. Tienen trabas, ¿de acuerdo?
Y algunos de ustedes…Saben, solo les estoy diciendo que no todas las personas en la Biblia son un gran ejemplo. Y quizás digan: «Oh, estaba leyendo la Biblia y me encanta el nombre Tamar, y Rahab, y pienso darle uno de esos nombres a ni hija». No lo haga. No lo haga. No lo haga. No tomen nombres sacados de una concordancia, ¿de acuerdo? Búsquenlo primero. Haremos eso mismo ahora.
La primera chica que mencionan es Tamar, en Mato 1:3. Leerán más acerca de ella en Génesis 38. Esta es su historia. Hay un hombre llamado Judá. Un descendiente de Abraham. Tiene varios hijos. Uno de ellos se llama Er. Er es un hombre despiadado, por lo cual Dios lo mata. Dios se harta tanto de la gente que a veces les quita la vida.
En esos días era costumbre que si el esposo moría el varón pariente más cercano, el hermano, se casaba con la viuda, la amaba, la salvaba, la protegía, proveía para ella, criaba su familia, la cuidaba. No había servicios sociales ni redes de bienestar ni cosas así en esos días. La familia lo cuidaba a uno cuando estaba en problemas.
El hermano de Er se llama Onán. Onán es un hombre horrible. Estaba muy dichoso de acostarse con ella, pero no quería casarse con ella y no quería hacerse cargo de ella. Así son algunos de los hombres aquí que escuchan esto. Buscan divertirse un rato, pero no dejar un buen legado. Buscan tomar algo de la mujer, no darle algo a la mujer. Están dichosos de acostarse con una mujer, pero en ninguna manera quieren casarse o comprometerse con una mujer. Les encanta tener relaciones sexuales, pero no quieren tener hijos. Onán es así. Es un ejemplo vergonzoso de esa clase de personas.
Finalmente ella se siente sola, angustiada, y frustrada. Ella, o sea Tamar, decide resolver el problema por su cuenta. Conspira o planea vestirse como una prostituta y posicionarse al lado del camino donde las prostitutas se reunían, como para ocultar su rostro y su identidad.
Y espera que su suegro pase, lo incita, y él le responde a ella. Él no es ninguna víctima. Es culpable, es un hombre pecador en todo el sentido de la palabra. La deja preñada, y solo después viene a darse cuenta que de hecho con la que se había acostado era su nuera y que ahora está embarazada con su bebé, y que es un padre abuelo. Note los temas profundamente sureños del Antiguo Testamento.
De acuerdo, muchos de ustedes están pensando: «Esta se parece a la historia de mi familia. Hay temas de los que no hablamos: —Háblame de mi papá y de mi abuelo. —Pues él… —Un momento, ¿mi papá es mi abuelo? Pensé que…¿cómo así? —Ah, caray. —Está bien, no me hables de la historia de mi familia». Así es la familia de Jesús. La gran idea es esta: aun las personas que hacen cosas malas son bienvenidos a integrarse a la familia de Jesús.
Rahab, en Mateo 1:5, es mencionada. Su nombre significa soberbia, insolencia, y salvajismo. Imagínese si usted tuviera un hija y que ese fuera su primer nombre, su segundo nombre, y su apellido. —Te presento a Soberbia, Insolencia, Salvajismo. Ese fue el nombre que le pusieron a su hija. Era de una raza llamada los cananeos. Son enemigos del pueblo de Dios, siempre les hacían la guerra y trataban de matarlos. Es una prostituta. Es una prostituta pagana. Sucede que algunos del pueblo de Dios vienen al pueblo de ella, sus vidas están en peligro; ella los esconde, y mintiendo, les salva la vida.
O sea que es una prostituta cananea mentirosa. Pero se convierte porque Dios es un Padre dispuesto a adoptar a cualquiera en su familia. Dios es un Padre dispuesto a decirles a los hijos más turbados, difíciles, tercos, y rebeldes: «Seré tu Padre y mi amor te cambiará». O sea que si usted dice: «He hecho cosas horribles». Jesús le da la bienvenida a su familia. Hay lugar para usted, ¿amén? Hay lugar para usted.
Y ella cambia. Ven, no se trata solo de quiénes fueron sus padres, sino si ha nacido de nuevo. No se trata solo de su padre terrenal, sino de su Padre Celestial que lo ha adoptado. No se trata solo de quiénes son sus familiares, sino si Jesús es su Hermano mayor. Ella tenía fe en la venida de Jesús. Se apartó del pecado y confió en el Dios de la Biblia. Tuvo un cambio de vida, fue convertida y se volvió la tatara-tatarabuela del rey David. Es parte del linaje de Jesús que había de venir.
La tercera mujer es Rut, una de mis favoritas en toda la Biblia. Tuve el gran honor de predicar sobre Rut en su totalidad hace unos años. Pero viene de un linaje de personas llamados los moabitas. Los moabitas pueden trazar su linaje hasta los días de Abraham, a un hombre llamado Lot. Creo que lo llamaban Lot porque nos preguntamos: ¿Y qué hizo mal? A lot…mucho. Así es Lot.
No era un tipo ejemplar, no era muy brillante, no era un hombre piadoso necesariamente. No es un buen padre y sus hijas piensan que el fin del mundo ha llegado. Las tiene en una situación precaria, encerradas, escondidas, y sus hijas se preocupan tanto de que nunca podrán tener hijos que se idean un plan para emborrachar a su padre y acostarse con él para quedar preñadas por su padre. Eso es lo que sucede, y se vuelven moabitas.
Obviamente esto ocasiona una pequeña división familiar. Los moabitas se consideran el otro lado de la familia. Ese lado de la familia. No queremos pasar tiempo con ellos. No queremos hablar de ellos. De hecho, no pensamos que sean iguales a nosotros. Algo anda mal con ese lado de la familia. Los moabitas adoptan su propio dios, su propia religión, y se van por su propio camino. Son despiadados.
¿Hay alguna parte de su familia de la cual no habla, personas con quienes no habla, no tiene nada que ver con ellos porque o ellos piensan que usted es malo y usted piensa que son malos, o lo que haya ocurrido; en alguna parte de la historia algo malo pasó. Tenemos un caso así en mi linaje familiar. Dos hermanos llegan a los Estados Unidos de América procedentes de Irlanda, y se pelean, se separan en distintos países; y creo que uno toma la esposa del otro. No sé qué habrá pasado, pero fue algo así.
Después, algunas familias del pueblo de Dios, por causa de una hambruna, terminan en una región de los moabitas cerca a donde estaba esta mujer, Rut. ¿Y saben qué? Ella se convierte. No solo nace; nace de nuevo. No solo tiene un padre terrenal; tiene un Padre adoptivo, su Padre Celestial. Y viene a formar parte de la familia de Dios, textualmente en la familia de una mujer llamada Noemí. Se vuelve una de las mujeres más piadosas de toda la Biblia. Su marido muere y ella se casa con un hombre llamado Boaz. El capítulo 4 del libro de Rut termina con Rut que da a luz a un hijo. Ella se vuelve la tatarabuela del rey David.
¿No les parece maravilloso? De la familia incorrecta, con una historia incorrecta, del lugar incorrecto, de una espiritualidad incorrecta; conoce a Dios, Él la integra a su familia… no hay ciudadanos de segunda clase en la familia de Dios. Es una mujer magnífica; tiene una vida transformada. Y la gran idea esta: aunque usted venga de una familia horrible, Dios, en su gracia, puede cambiarlo a usted completamente. Usted puede ser la primera generación de una legado totalmente nuevo; y puede poner fin a la historia de su familia consiguiendo un nuevo Padre para poder empezar una nueva familia. Esa es la historia de Rut. Ella me da mucho ánimo.
Y después está Betsabé, en Mateo 1:6. Repito, era la esposa de Urías heteo, la que tuvo una relación adúltera con el rey David el cual asesinó a su marido. ¿Hay esperanza para una mujer así? Hasta hoy diríamos que una mujer así que comete adulterio está haciendo algo malo. Mientras su esposo está en la guerra… eso está mal. Queda embarazada; eso está mal.
Pero Dios se vale del mal para hacer el bien, porque así de bueno es Él. Y de ella viene Salomón, un hombre que escribió Eclesiastés, Cantar de los cantares, y Proverbios; tres libros de la Biblia. Es el hombre que construye el templo que fue organizado por el soberano decreto de Dios quien se lo entrega mediante su padre, David, para que Dios estuviera presente con su pueblo y para que su pueblo le adorara y se arrepintieran de su pecado.
¿Usted ha cometido adulterio? ¿Ha tenido hijos fuera del matrimonio? ¿Se ha acostado con alguien con quien no debió acostarse? ¿Ha hecho algo que no debió hacer? ¿Es algo que no puede enmendar? Hay esperanza para usted. Dios ama a Betsabé, y Dios se vale de ella; y aunque su pecado es grande la gracia de Dios es todavía más grande. Quiero que vean esto.
Es decir, sé que a veces la temporada navideña puede ser muy difícil porque pasan tiempo con sus familias. Imagínense la familia de Jesús y la historia de esta familia. Y de todas las familias que Dios pudo haber escogido para entrar al mundo escogió esta para mostrarnos que Él ama a los pecadores, acoge a los pecadores, ha venido a salvar a los pecadores. Ha venido a capacitarnos, a permitir que seamos adoptados por el Padre en una nueva familia y que dejemos un nuevo legado.
Y después culmina con la quinta mujer, María. La vemos en Mateo 1:16. Es una jovencita, quizás una adolescente. En Isaías 7:14, casi 700 años antes, fue profetizado que una virgen concebiría a un Hijo; que de ella vendría Emanuel, Dios con nosotros. Amigos, todo esto tiene que ver con la Navidad. Estos son los himnos que cantamos y la celebración que disfrutamos en esta temporada. Se trata solo de Jesús.
Durante cientos de años esperaban que una joven, una adolescente virgen…porque en hebreo eso es lo que significa… una mujer joven, adolescente o de unos 20 años, para que alumbrara a Dios. Dios está con nosotros, y Dios escogió a María. Es una joven devota. Ama al Señor. Cuando los ángeles se le aparecen, como verán en las próximas semanas ella recibe su llamamiento. Adora a Dios con alegría, pero sabe que es pecadora y que necesita un Salvador.
El último retrato que tenemos de María, la madre de Jesús, es después de la muerte de Jesús en la cruz, por nuestros pecados, para que fuéramos adoptados por Dios nuestro Padre en la iglesia que es nuestra familia. Jesús resucita de la muerte y asciende al Cielo. Y ocupa su trono como Rey de Reyes cumpliendo así la profecía de David. Y nosotros por fe confiamos en Él, siguiendo el ejemplo de Abraham. Entre la familia de Dios, la iglesia primitiva, estaba María. Es el último retrato que tenemos de ella en las Escrituras. Está con 120 personas que primero creyeron en Jesús, y se ha congregado con la familia de Dios para adorar a su hijo como Salvador, sabiendo que ella también era pecadora.
La reputación de María fue mancillada. No la consideraban una mujer piadosa, sino una mujer impía; no una mujer santa, sino una mujer impura; no una mujer casta, sino una mujer profana; sin embargo, ella sabía cuál era su identidad. Sabía que Dios la amaba y la había escogido para hacer algo importante y significativo, aunque difícil: o sea, dar a luz y criar a Jesucristo. Algunos de ustedes han experimentado eso. Su reputación ha sido destruida por mentiras, y falsedades, y malas acusaciones; y hay personas en la familia de Dios, incluyendo la propia madre de Jesús, a quienes les ha pasado eso.
¿Por qué comienza aquí? ¿Cuántos de ustedes no hubieran empezado el Nuevo Testamento ahí? Empieza aquí porque en última instancia la Biblia se trata de Dios y su pueblo. Y no somos individuos solamente, somos parte de un linaje, un legado, y de una familia, una historia. Y hasta los mejores entre nosotros tienen una genealogía pecadora.
Para cerrar permítanme hacerles unas preguntas. ¿Viene usted de una familia piadosa, de un linaje familiar piadoso? Entonces usted es como José y María. No es que no tengan pecado, pero parecen ser personas piadosas, devotas y humildes. Aunque son jóvenes, parecen tener una fe grande y sincera, y forman parte de una cadena familiar. Son un eslabón en la cadena familiar de la fidelidad. Algunos de ustedes son parte de una familia de fe y fidelidad: la fidelidad de Dios para ustedes, y la fidelidad de ustedes para Dios. Y quiero que encuentren ánimo y esperanza y que no sean el eslabón roto en esa cadena. María y José fueron un eslabón fiel en un linaje de fe. Eso es lo que quiero para mis hijos desesperadamente.
Segundo, ¿viene de una familia impía o despiadada, pecadora, malvada, rebelde, desalentadora, y vergonzosa? Jesús también. Eso no lo destruyó, y no tiene por qué destruirlo a usted tampoco. No tiene por qué avergonzarse, necesita ser honesto. Eso es lo que has Escrituras hacen aquí. Es ser honesto, no resentirse; no estar enojado, ni ser malos y miserables, sino honestos. Y Dios los acoge para que sean honestos con su historia familiar. A veces las familias hacen reglas como: «Oye, no digas eso. Nosotros no hablamos de eso. No nos delatamos unos a otros». Digan: «Sabes qué, te amo, no estoy enojado, no estoy resentido, pero la verdad es la verdad, y esta es la verdad».
¿Ha habido incesto en su familia? ¿Ha habido adulterio? ¿Ha habido prostitución? ¿Ha habido asesinatos? En la familia de Jesús, sí. Eso no lo destruyó, y no tiene por qué destruirlo a usted tampoco. La Biblia es franca en este aspecto y los invita a ser francos también, para que vea los pecados de sus familias y sepan que todos ustedes necesitan un Salvador, y nacer de nuevo, y ser adoptados a la familia de Dios mediante la obra de Jesús, su Hermano mayor, para que puedan tener una nueva familia llamada la iglesia, donde les ayuden y ustedes los ayudan, donde juntos podamos crecer y asemejarnos más a Él.
Mars Hill, eso es lo que significa ser parte de la familia de Dios. Como familiares de la familia de Dios nos lastimaremos unos a otros, nos desilusionaremos unos a otros, nos fallaremos unos a otros, nos perdonaremos unos a otros y lo intentaremos de nuevo, porque eso es lo que hacen las familias.
Tercero: Cuando escuchen algunas de estas historias, ¿reconocen que ustedes son como esos pecadores culpables? ¿Cuántos de ustedes han determinado que ya no tratarán de explicarlo, o justificarlo, o ignorarlo? Y dirían: «Sabe qué, todo el mundo sabe que he hecho cosas así: Pecados sexuales, asesinatos… he hecho y dicho cosas que lamento simplemente, y no puedo enmendarlas, no puedo retractarlas. Es desastroso». Hay lugar para usted en la familia de Dios. Hay lugar para usted en la familia de Jesús. Hay lugar para usted en la familia de Jesús, y no será el primero, y quizás no sea el peor, pero hay lugar para usted en la familia de Jesús.
Por último, ¿cuántos de ustedes al leer esto son como los destinatarios originales: morales, religiosos, santurrones, y orgullosos? Dicen: «Menos mal que yo no soy así. Menos mal que mi familia no es tan corrupta. Menos mal que no hemos hecho semejantes cosas».
Les diría dos cosas: Primero, su familia probablemente es más corrupta de lo que se imagina, lo que pasó fue que no le dijeron, ¿de acuerdo? Segundo, el orgullo es un pecado al menos tan malo como el incesto, el adulterio, y el asesinato. El orgullo es un pecado horrendo. El orgullo dice: «No necesito la gracia de Dios porque la gracia de Dios es para pecadores y en realidad no necesito la gracia de Dios porque en realidad no soy pecador», si su pecado es el orgullo. Ese tiende a ser el pecado predilecto de la gente religiosa, moral, y espiritual: juzgan a otros y pasan por alto su propia hipocresía.
Y hay lugar también para los religiosos, morales, espirituales, orgullosos, y santurrones en la familia de Dios. Por eso es que Mateo, el recaudador de impuestos, escribe esto a una audiencia religiosa, diciendo: «Yo vengo de la misma familia, de la misma genealogía; vengo de la misma historia, y todos ustedes saben que soy un vil pecador que los estafé y les robé el dinero a ustedes, a sus hijos y a sus nietos».
Y no se trata de su padre terrenal, sino de su Padre Celestial. No se trata de su nacimiento, sino de su nuevo nacimiento. No se trata solo de su familia de origen, sino de la familia de Dios. Y Él invita a todos los que son religiosos, morales, orgullosos, y espirituales a arrepentirse, no solo de lo que hacen sino de quienes son.
Ven, todos nacemos en una familia pecadora. Por medio de la fe, como Abraham, nacemos de nuevo pero en la familia de Dios. Recibimos todas las promesas y beneficios que vienen del señorío de Jesús nuestro Rey, y con Dios nuestro Padre ahora podemos amar y servirnos unos a otros como familia. Mars Hill, solo quiero recalcarles para cerrar de lo importante que es esto al seguir adelante, que nos veamos como pecadores con un gran Padre que nos ha adoptado a una familia y nos ha dado la oportunidad de dejar un nuevo legado. Si perdemos de vista eso, repetiremos los pecados de nuestros padres y de nuestras madres sin arrepentirnos de los pecados de nuestros padres y nuestras madres.
Así que, Dios Padre, acudimos a ti ahora, y solo queremos decirte ante todo, gracias. Gracias porque podemos llamarte Padre, Papá. Dios Padre, te damos gracias por enviar a Jesús, nuestro Hermano mayor. Señor Jesús, gracias por venir a la historia de la humanidad. Gracias por venir a una familia. Gracias por venir a una familia repleta de pecadores y pecado. Gracias, Señor Jesús, por morir por los pecadores y el pecado. Gracias porque resucitaste y venciste el pecado y adoptaste pecadores a la familia de Dios. Señor Jesús, gracias por ascender a donde estás ahora, sentado en un trono, cumpliendo las promesas de David, reinando y gobernando como Rey de Reyes y Señor de Señores. Señor Jesús, anhelamos el día de la venida de tu reino. Hasta entonces, que nos ocupemos en los asuntos de la familia, amando a nuestros hermanos y hermanas, sirviéndonos unos a otros, cuidándonos unos a otros, siendo generosos unos con otros, preocupándonos unos por otros. Porque Señor Dios, si eres nuestro Padre y somos una familia, sabemos que la familia es el lugar donde podemos compartir el amor del Padre, así que ayúdanos a hacer eso más y más en esta temporada navideña que para muchos representa un tiempo difícil por el dolor que causa la familia biológica. Que seamos una familia espiritual adicional que brinda apoyo. Y Señor Dios, al terminar fuertes este año, que esto conduzca a la generosidad y el bienestar futuro de la familia, con oración, amor, atención y cuidado. Dios, pido por los que aún no se han conectado a la familia de Dios para que se conecten. Pido por los que están desconectados de Dios su Padre, que como Abraham se aparten del pecado y confíen en ti, Señor Dios. Y pido por nosotros. Gracias, Señor Dios, porque ha sido el año más fructífero que nuestra familia ha tenido, y pido que el año entrante sea aun más grande para tu gloria y tu gozo. en el nombre de Jesús, amén.
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Pastor Dave Bruskas: Celebramos 25 años este año, o sea que fue el 18 de diciembre de 1987. Celebramos nuestro 25 aniversario de bodas este año. Sí, qué bien. Vean esa alfombra. Qué locura de alfombra. Parece un plato de gelatina.
Kara Bruskas: ¡Sí, parece! Parece un plato de gelatina navideña, de arándanos. Sí.
Pastor Dave Bruskas: Es una alfombra plato de gelatina.
Kara Bruskas: Esta es nuestra sala.
Pastor Dave Bruskas: Sí, esta es nuestra sala. Somos seis en la familia, pero nuestros dos hijos mayores están en la universidad y los extrañamos muchísimo. Cada vez que veo sus fotos, es difícil. Los extraño mucho.
*
Pastor Dave Bruskas: Cuando piensan en su mudanza a Seattle, ¿qué fue lo mejor de la mudanza, y que fue lo peor?
Jillian Bruskas: Jenn, empieza tú.
Jennifer Bruskas: Lo mejor quizás fue hacer algo nuevo y experimentar una cultura un poco distinta; o sea, tener eso antes de ir a la universidad; tener esa experiencia, como dije. Lo peor es tener que empezar de nuevo sin conocer a nadie.
Pastor Dave Bruskas: ¿Y tú, Jill?
Jillian Bruskas: Lo mejor es conocer más amigos, nuevos amigos, y lo peor es dejar a mis amigos y familiares.
Pastor Dave Bruskas: Sí, ¿echas de menos a tu familia?
Jillian Bruskas: Sí, bastante.
Pastor Dave Bruskas: Permítanme orar por ustedes para que puedan salir, ¿está bien?
*
Pastor Dave Bruskas: Este es nuestro hijo David Michael, hubiera sido el segundo, o sea entre las dos hijas mayores. Si estuviera vivo hoy, tendría 21 años de edad. Nació con un defecto cardiaco congénito que no sabíamos que tenía. Cuando nació estaba en la guardería de recién nacidos. Subimos otra vez a estar con Kara, y ella me dijo: «Por qué no lo han traído todavía, para darle pecho? Por favor ve y averigua qué pasa». Cuando bajé, las enfermeras lo habían trasladado a cuidados intensivos. Tenía un defecto cardiaco que le impedía bombear sangre oxigenada por su cuerpo, o sea que su vida entera fue de 2 meses y 4 días en los cuales estuvo en el hospital infantil entubado constantemente.
Uno de los regalos más bondadosos que hemos recibido como familia fue la foto que mi suegro le sacó, y le encargó a un artista que pintara un cuadro, de modo que es una especie de retrato que tenemos de nuestro hijo; o sea, el único retrato que tenemos de nuestro hijo sin estar entubado. Le encargaron a un artista que captara cómo se vería sin todos esos tubos. Él es una parte importante de nuestra familia.
Pienso que estaba a punto de tener una verdadera crisis de fe donde las verdades que uno sabe intelectualmente de alguna manera no inciden en nuestra experiencia. Para mí, la familia de la iglesia me recordó constantemente que Jesús nos ama, que nos cuida de la manera más básica. Las personas traían comida, se sentaban con nosotros cuando esperábamos largas horas en cirugía. Lo que pudo haber sido apenas un entendimiento intelectual de: «Esto es lo que dice la Biblia», fue necesario, y ellos lo vivieron de tal manera que entendimos plenamente. Pienso que a pesar de todo lo que estábamos atravesando, a un nivel muy profundo, pese a lo doloroso que fue, esta es nuestra peor pesadilla, pero Jesús está ahí con nosotros y nos ama en medio de eso.
Saben, ser pastor y ser padre en muchas maneras son la misma cosa, y ciertamente tenemos una relación diferente, y amor, y estrechez con nuestros hijos biológicos, pero como pastor, cuando predico y veo la congregación, o cuando voy caminando y veo que alguien llega primero el domingo por la mañana, y veo llegar a la iglesia, no puedo más que sentirme como un padre. Cuando la gente se entusiasma por Jesús y trae a otros y les hablan de Jesús, nuestro corazón de padre se ensancha. Es un gozo increíble como pastor, como padre espiritual de la iglesia, ver a la iglesia crecer. Siempre queremos verla crecer. Siempre queremos que haya espacio para añadir más a la familia.
Creo que estamos en medio de una historia verdaderamente épica. Siempre me siento extraño cuando digo esto, pero estoy convencido de que algún día, alguien escribirá un libro sobre lo que Jesús hizo en Mars Hill. Ansío ver lo que nos espera el próximo año. Sé que más y más personas se sumarán a la familia, y sé que los que ya están en la familia van a amar a Jesús más y más, y no veo la hora.
[música]
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.