Por qué la vida es dura para Jesús y su pueblo (Mateo 2:13–23)

La oportunidad más grande del mundo es ser parte del pueblo de Dios, la familia de Dios, su iglesia, y de lo que Él está haciendo.

Hay unas personas maravillosamente fieles que nos han forjado en una iglesia vibrante y creciente.

No podía ver nada sin darme cuenta que en realidad Dios me estaba diciendo que me amaba.

Si en última instancia Jesús es importante, las personas que aman a Jesús también son de suma importancia para nosotros.

El resto de Mateo 2

Me encanta la temporada navideña. Dura desde después del día de acción de gracias hasta la primera semana de enero. Y cada año durante esta temporada se escuchan las mismas historias, tanto en la iglesia como en la cultura, cada año volvemos a leer Mateo capítulos 1 y 2, que habla del nacimiento de Jesús. Vemos a María, su madre. Vemos a José, su padre. Lo vemos en un pesebre. Incluimos los reyes magos que vinieron de oriente representados en las escenas navideñas de nuestro hogar, y en las tarjetas de Navidad que nos mandamos unos a otros. Esto sale en los especiales de televisión que vemos y en los cantos que cantamos.

Este año quiero que veamos los primeros capítulos de Mateo. Es curioso que cada año celebramos la Navidad, pero la investigación del relato de Mateo termina en Mateo 2:12. María, José, el Bebé, y se supone que después vivieron felices para siempre. Hoy continuaremos la historia en el siguiente verso. Veremos qué le pasó a Jesús cuando era bebé.

Por favor encuentren Mateo 2:13 al 23 mientras contemplamos Por qué la vida es dura para el pueblo de Jesús. Lo vamos a leer y después lo explicaremos en forma consecutiva. Algunos de ustedes nunca escucharon esta parte de la historia. Piensan: «¿Acaso Jesús no vivió feliz para siempre?» Esto fue lo que le pasó cuando era bebé.

Capítulo 2 verso 13 de Mateo: «Después de haberse marchado ellos», o sea María, José y Jesús, «un ángel del Señor se le apareció a José en sueños, diciendo: «Levántate, toma al niño [o sea a Jesús] y a su madre [o sea a María] y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; porque Herodes [el rey] va a buscar al niño para matarle. Y él, [o sea José, el padre adoptivo de Jesús] levantándose, tomó de noche al niño y a su madre, y se trasladó a Egipto y estuvo allá hasta la muerte de Herodes. para que se cumpliera…».

Apunten esa palabra Mars Hill. La verán 3 veces en esta sección. Volveremos a ella en un momento, pero es una palabra muy importante, cumplimiento. «Para que se cumpliera lo que el Señor habló por medio del profeta», y cita Oseas 11:1, que fue escrito 700 años antes de que Jesús naciera. Dios conoce el futuro, Dios gobierna el futuro, y Dios revela el futuro por medio de los profetas. 700 años antes, una promesa, una profecía fue hecha, y Mateo está diciendo aquí que se cumple en Jesucristo:

«DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO. Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enfureció en gran manera, y mandó matar a todos los niños que había en Belén y en todos sus alrededores, de dos años para abajo, según el tiempo que había averiguado de los magos. Entonces se cumplió…», Ahí está nuestra palabra otra vez, «lo que fue dicho por medio del profeta Jeremías, cuando dijo». Y cita Jeremías 31:15 que fue escrito 600 años antes de que Jesús naciera demostrando que todo el Antiguo Testamento presagiaba la venida de Jesús quien es el cumplimiento de las Escrituras.

Cita a Jeremías: «SE OYÓ UNA VOZ EN RAMÁ, LLANTO Y GRAN LAMENTACIÓN; RAQUEL QUE LLORA A SUS HIJOS, Y QUE NO QUISO SER CONSOLADA PORQUE YA NO EXISTEN. Pero cuando murió Herodes, he aquí, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel, porque los que atentaban contra la vida del niño han muerto. Y él, levantándose, tomó al niño y a su madre, y vino a la tierra de Israel. Pero cuando oyó que Arquelao reinaba sobre Judea en lugar de su padre Herodes», un hombre muy malo, «tuvo miedo de ir allá; y advertido por Dios en sueños, partió para la región de Galilea. y llegó y habitó en una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera…», ahí está esa palabra otra vez. «…Lo que fue dicho por medio de los profetas: Será llamado Nazareno».

Herodes: un rey y un asesino

Ahí está la historia. Empecemos con Herodes. Vemos dos cosas respecto a Herodes: que es un rey y que es un asesino. Es un rey y es un asesino. En Mateo 2:2 dice que Jesús nació siendo Rey. Herodes no nació siendo rey. Tuvo que pelear para ganarse el liderazgo político. En el gobierno romano de aquel entonces, había ciertas áreas supervisadas por un líder particular.

Herodes hizo algo fuera de lo común y se declaró rey, al igual que algunos de ustedes que se han declarado reyes de su propia vida, de su negocio, de su familia. Supervisan un área, o quizás a ustedes mismos, pero son reyes. Son la autoridad suprema. Son el jefe. Están al mando. Nadie puede decirles qué hacer. Todo gira en torno a ustedes. Herodes se declaró rey de los judíos porque gobernaba sobre esa área con una alta concentración de personas judías, la antigua iglesia del pacto de Dios.

Y Herodes siempre la pasaba defendiendo su trono. El título de rey lo definía como hombre. Al declararse rey, estableció para sí su identidad. Nuestra siguiente gran serie durará 16 semanas donde veremos que nuestra identidad es en Cristo. Pero aquí vemos a Herodes quien se definía como un rey. Esa era su identidad.

Gran parte de la vida la gastamos creando y defendiendo una identidad. Y vemos que si nuestra identidad se basa en otra cosa y no en «Dios me hizo y Jesús me salvó», nuestra identidad está mal ubicada y está condenada a la destrucción, a la devastación, al desaliento, a la desesperación, a la aflicción. Por tanto, si su identidad se basa en su belleza, envejecer será una crisis. Si su identidad se basa en sus relaciones, el estrés relacional y el rompimiento se vuelve una crisis. Si su identidad se basa en su salud, y su fuerza y su figura, las enfermedades o la edad serán una crisis. Si su identidad se basa en una relación romántica, el rompimiento es doloroso y a la vez destroza su identidad.

La identidad de Herodes era ser rey. Cualquiera que pusiera en duda su reinado corría el peligro de perder la vida. Frecuentemente mataba a sus opositores políticos y a sus familias para infundir terror en los corazones de los ciudadanos. Nunca cuestionen a Herodes, no solo les hará daño, matará a su familia. Es un hombre tirano. Sin embargo, era muy eficaz. También era considerado Herodes el Grande. Trajo paz y prosperidad. Eso demuestra que uno puede tener éxito, riquezas, y ser malvado, y que debemos tener cuidado incluso al elegir líderes políticos, porque no podemos basar nuestras decisiones siempre en , la economía y nuestra propia seguridad y confort.

Herodes fue un hombre que tuvo éxito en traer comodidad, seguridad, paz y prosperidad. También era un hombre malvado; tan malvado que mató a tres de sus hijos. Temía que usurparían su trono y mató a sus tres hijos. Emocionalmente no me entra en el alma…tengo tres hijos. Tengo a Zac, a Calvin y a Gideon. La idea de asesinar a mis propios hijos…él asesinó a uno de sus hijos antes de que él mismo muriera. Un padre debería estar dispuesto a morir por sus hijos, no tomar la vida de sus hijos. Pero si usted es el rey, y lo que más le importa es su reinado, entonces cualquier cosa que atente contra su trono debe ser aniquilada, aunque tengan su mismo apellido. También mató a su esposa favorita. Tenía muchas esposas, pero asesinó a su esposa favorita.

La matanza de los inocentes

Sabemos que Herodes es un rey y es un asesino. Aquí leemos de un asesinato masivo. Vemos que nace Jesús y tres reyes magos vienen del oriente, como vimos en la porción anterior. Llegan buscando a Jesús. Van al lugar donde suponían que debía nacer un rey, al palacio. Jesús no se encuentra ahí, está en Belén. A Herodes le dicen que un rey había nacido y les pide a los reyes magos que vayan a investigar y que si lo encuentran se lo hagan saber para que vaya a adorarle, lo cual era mentira.

Los estudiosos de la Biblia se reúnen y le dicen a los magos de oriente que Miqueas 5:2 predijo cientos de años antes que el Rey nacería en Belén, por lo cual van a Belén. No regresan de donde vinieron por el mismo camino porque Dios les advierte que Herodes es un hombre malvado. Que están en peligro. Por lo cual regresan después de visitar a Jesús cuando era bebé.

Ahora Herodes no está seguro dónde vive Jesús. Sabe que Jesús debe tener unos dos años de edad o menos basado en el tiempo en que los reyes magos le hicieron visita, y emite un decreto para matar a todos los hijos menores de 2 años que viven en y entorno a la ciudad de Belén. Y . . . y los niñitos mueren. Los padres están destrozados, y hacen los funerales. El algunas Biblias esta sub-porción se titula: La matanza de los inocentes. Y con la reciente matanza en Connecticut, una de las primeras noticias que leí y he leído todo lo que puedo porque me tiene tan devastado, tan turbado, tan frustrado, tan horrorizado como padre de 5 niños, y como pastor de 3.000 niños. Una de las primeras noticias que leí un titular de Connecticut decía: La matanza de los inocentes.

No sé quién habrá sido el reportero pero estaban conectando Mateo 2, donde en la providencia de Dios nos encontramos, con el asesinato masivo en Connecticut. En los días de…y les digo esto porque a veces podemos leer la historia y como no es actual y no conocemos a la gente, no son caras que hemos visto, nos puede faltar el corazón paterno de Dios, devastado y afligido. Pero en esta temporada en que estamos, hay duelo nacional. El mismo estado anímico que experimentamos es el que ellos experimentaron, las mismas conversaciones que tenemos, el mismo dolor que experimentamos.

Lo que sí sabemos es que en Connecticut 20 niños entre la edad de 6 y 7 años fueron asesinados, al igual que 6 maestras, todas ellas eran mujeres que se habían formado y tomaron básicamente trabajos mal pagados porque aman a los niños. Quiero darles las gracias a los maestros, gracias a los que trabajan en las guarderías, gracias a todos los que aman y sirven a los niños.

Y todo fue perpetrado por un hombre. Pues la matanza de los inocentes en los días de Jesús fue parecida. Al igual que Connecticut, sucedió en un pueblo pequeño. Belén fue, según nos cuentan los arqueólogos…y he estado ahí, que en aquellos días había tal vez 1.000 personas y un poco más en las afueras. Todos los comentaristas que he leído dicen que si hiciéramos un cómputo básico de la población, que quizás 20 niñitos o más fueron asesinados por Herodes, casi el mismo número de niños que fueron asesinados por otro hombre en Connecticut.

E invariablemente lo que ocurrió entonces fue que las personas empezaron a hacer preguntas, y con razón. Hoy por hoy, los medios generalmente llaman a los expertos a hablarles a quienes tienen preguntas y viven un momento difícil de dolor y pena. Incluso los que no son cristianos empiezan a actuar como actúan en las iglesias. La gente se congrega. Cantan cualquier canto espiritual que recuerden. Hablan el uno con el otro y prenden velas a manera de oración y lloran juntos. Después surge la pregunta: «¿Va a venir el presidente?», como figura paterna y pastoral que pueda traer paz y consuelo a los dolidos. Es muy curioso. Cuando las cosas van mal, todos queremos ir a la iglesia.

Y después traen a los expertos a contestar las preguntas. Y no tengo nada en contra de las ciencias sociales, la sicología, la sociología porque pueden ser muy útiles. Tiendo a leer extensamente en esas áreas, pero no obtendrá una respuesta verdadera hasta que indague en la teología. Lo que pasa es que empiezan analizar los antecedentes diciendo: «Qué clase de crianza tuvo la persona, y cómo era su familia, qué clase de condicionamiento cultural tuvo».

El problema es que no logran profundizar lo suficiente en el árbol genealógico. No logran llegar hasta Adán y Eva. No somos buenas personas. Somos pecadores por naturaleza y por elección. La Biblia por sí sola nos da la perspectiva correcta para entender la causa del mal en el mundo, y la causa del mal en nosotros. No somos buenas personas. De nuestros primeros padres en adelante, heredamos una naturaleza pecadora, por eso dice en el Salmo 51 que fuimos concebidos en pecado y somos pecadores desde el vientre de nuestra madre. El corazón humano es más engañoso que todo y sin remedio, dice Jeremías, pero cuando la Biblia habla de pecado, lo hace con términos como el mal, y la locura. Cuando nuestra naturaleza depravada se desboca, somos capaces de hacer cosas horripilantes.

Amigos, por eso necesitamos una nueva naturaleza. Por eso necesitamos más que nacer, necesitamos nacer de nuevo. Por eso necesitamos más que a Adán como padre, necesitamos a Dios como Padre. Jesús viene salvarnos del pecado, a salvarnos de la muerte, a salvarnos de nosotros mismos.

Y quiero que vean que detrás de todo esto la Biblia y su perspectiva teológica también nos revela que las batallas que enfrentamos no son solo contra carne y sangre. En la trastienda hay poderes, principados, y espíritus. Creemos en Satanás, creemos en los demonios. Creemos que Dios es el Autor de la vida, y que Satanás se opone a la vida. Creemos que siempre que vemos un ataque sobre la humanidad de otros, sobre todo mujeres y niños, sobre todo mujeres y niños inocentes, sobre todo por parte de un hombre, él tiene la culpa pero Satanás y los demonios están involucrados.

Es una atrocidad. Es una injusticia. Es un mal. Yo soy padre. Soy esposo. Soy pastor. Cuando pienso que un hombre le hace daño a una mujer, o mata a un niño, o mata a una mujer, no sé qué sienten ustedes, pero emocionalmente es muy desconcertante para mí. Cuando pusieron las fotos de esos niños de 6 y 7 años en línea y vi los rostros de los niños, ya no eran 20 en número sino 20 rostros perturbadores. Nos sentimos como se sintieron en tiempos de Jesús.

Pero las respuestas solo pueden discernirse teológicamente. Algo anda terriblemente mal con este mundo, y las personas son pecadoras y pueden hacer grandes males. Y cuando la naturaleza humana se desenfrena, sí, puede haber factores sicológicos o clínicos u hormonales o químicos o ambientales o de familia de origen que contribuyen, pero en última instancia cuando Satanás da poder, e incentiva la depravación desenfrenada de la naturaleza humana, el horror no solo es posible, es fijo.

Alguien inocente pierde la vida todo el tiempo

Todos debemos sentir dolor cuando alguien inocente pierde la vida. Alguien inocente pierde la vida todo el tiempo. Si lo que se requiere para ser un Herodes es asesinar niños inocentes, hay muchos Herodes andando por ahí. Vivimos en un tiempo de profunda confusión sobre los niños.

Ven, sabemos que no hay ninguna diferencia entre un niño en el vientre de su madre y un niño en los brazos de su madre. Sabemos que ambos son portadores de la imagen y semejanza de Dios, ambos tienen dignidad, mérito, valor. La Biblia dice que Juan el Bautista estaba lleno del Espíritu Santo desde el vientre de su madre. Jeremías dice que él fue escogido desde el vientre de su madre. Menos mal que no había un Planned Parenthood en Belén. María era soltera, joven, pobre, inculta y estaba embarazada.

El horror, la indignación, el dolor que sentimos por los 20 debemos sentirlo por todos los que han sido masacrados. Vivimos en un día ambivalente. Pensaba en ello hace poco, el Príncipe William y su esposa Kate esperan un hijo e Inglaterra se regocija. Me pregunto qué diría la gente si abortaran porque son jóvenes, o porque el niño nació con Síndrome de Down, o porque no les convenía tenerlo en ese momento. Los niños no son más valiosos porque vienen de sangre real. Todos los niños, todo hombre y mujer es portador de la imagen y semejanza de Dios, sobre todo la dignidad, el mérito, el valor y el respeto se confieren a la vida humana sobre la vida animal.

Me encanta que la pareja real esté encinta y me regocijo cuando cualquier persona en Mars Hill viene y me dice: «Tengo algo que contarte». Y en sus semblantes se les nota que son buenas noticias, que un niño viene en camino. Pero este bebé real nacerá en Gran Bretaña donde la causa principal de muerte es el aborto. Una nación celebra la concepción de un niño que esperan ascenderá a liderar a una nación que mata a los niños, y ahora esa es la principal causa de muerte en ese país y en ese conjunto de países porque esa estadística incluye la realeza. Vivimos en un día profundamente confundido sobre la vida humana y la dignidad de la vida humana.

Los que han recurrido al aborto, o los hombres que han incentivado el aborto, o forzado a una mujer a recurrir al aborto, o financiado un aborto, o preñado una mujer sin la menor intención de criar a ese hijo contribuyendo con ello al aborto, ustedes son unos Herodes, son asesinos. Han asesinado a un niño. Han asesinado a un niño.

Cualquier enojo que sientan por el siniestro de Connecticut debe ser consecuente, no hipócrita, el mismo coraje que deben sentir hacia ustedes mismos. Si preguntan: «¿Cómo pudo hacer semejante cosa?», también deben preguntarse: «¿Cómo pude hacer semejante cosa?». Si preguntan: «¿Por qué haría semejante cosa?», deben preguntarse: «¿Por qué hice semejante cosa?». Si preguntan: «¿Quién es capaz de matar a un niño?», deben preguntarse: «¿Por qué maté a mi niño, a mi propio niño?».

Algunos de ustedes dirán: «No es ilegal». Querido amigo, para Herodes tampoco fue ilegal. Iglesia Mars Hill, somos pro-vida. Siempre hemos sido pro-vida, y por la gracia de Dios siempre seremos pro-vida. Algunos de ustedes dirán: «No estoy de acuerdo». Pues no discrepa conmigo. Usted discrepa con Dios quien lo creó a usted a su imagen y semejanza. Estamos hablando del número de seres humanos que pueden vivir. Muy pocas cosas son tan importantes como eso.

Algunos de ustedes dirán: «Pensé que Mars Hill era apolítica». Lo somos. Somos radicalmente bíblicos y donde la política interfiere con la teología, seguimos adelante sin pedir disculpas. No es un problema demócrata-republicano. Es un problema de vida o muerte. No es un problema pro-vida, o pro-elección. Es una pregunta pro-Dios, o anti-Dios. Estoy tan dichoso de tener niños en Mars Hill. Me pongo tan alegre siempre que nace un niño.

Para los que son asesinos, no discutan, no hagan excusas, no den razones. Eso fue lo que hizo Herodes. Les tengo buenas noticias. Herodes estaba tratando de asesinar a Jesús, y repito, es una batalla espiritual. La familia de Herodes es del linaje de un hombre llamado Esaú, el hermano de un hombre llamado Jacob, y los dos tuvieron un gran conflicto. Siempre ha habido dos reinos que entran en colisión.

En última instancia Herodes estaba tratando de matar a Jesús porque Satanás sabía que Emmanuel, Dios con nosotros, vino a salvar pecadores, y sabía que tenía que matar a Jesús antes de que predicara, enseñara e hiciera milagros, expulsara demonios, y demostrara ser Dios. Pero la vida de Jesús fue perdonada. Jesús dice en otra parte: «Nadie me quita la vida, sino que yo la doy de mi propia voluntad». Jesús no iba morir cuando era bebé en manos de Herodes. Iba a dar su propia vida después.

Y permítanme decirles esto sobre la muerte del Señor Jesús, sobre todo para los asesinos entre ustedes. Dice algo desde la cruz a quienes lo están asesinando. Dice: «Padre, perdónalos». Esta es la verdad: Jesús es Dios que se hizo hombre, murió en la cruz sin pecado en nuestro lugar por nuestros pecados para que fuéramos perdonados de cualquiera y todas las cosas, incluyendo el asesinato de los inocentes. No hay nadie más inocente que Jesús, y Él perdonó a los que lo asesinaron.

Si usted está aquí hoy y dice: «Está bien, soy un asesino», sí, y Jesús murió para perdonarlo, y Él le ama, y nadie está fuera del alcance de la gracia de Dios. Y le insto, le ruego, que no se defienda, no niegue su pecado, no disminuya su pecado. Ahora mismo, como Herodes se autoproclamó rey, usted declárese pecador, y deje que Jesús lo declare perdonado. Él no solo murió, resucitó. Venció el pecado y la muerte y está vivo para perdonarle ahora mismo.

Los que no han asesinado pero sus pensamientos son asesinos— pro-elección es un simpático eufemismo para pro-asesinato. Yo entiendo. Antes de conocer a Jesús yo pensaba como usted. De niño crecí en una familia católica, pro-vida, y estaba totalmente en desacuerdo. Seguí la línea de pensamiento evolutivo hasta su conclusión lógica: Algunas personas son más aptas y otras menos aptas. Los aptos sobreviven. Los pobres y discapacitados o con alguna discapacidad, o con menos capacidad mental, es decir, los que no pueden contribuir tanto al mundo igual que las personas maravillosas como yo, deben morir.

O sea que yo no era simplemente pro-elección, era pro-aborto. Cuando era relativamente joven estudié las enseñanzas de Malthus, los eugenistas maltusianos. Malthus postuló que ciertas razas y personas y grupos deben morir. No estaba de acuerdo con la parte racial. Lo tomé más por el lado social. Los pobres, los indoctos, los que tienen mala salud, necesitan morir porque son una carga para el resto de nosotros.

Argumenté su postura en preparatoria, muy eficazmente por cierto, como presidente del estudiantado, hasta en debates. Fui a la universidad y estudié más, y de hecho recuerdo que gané un debate en una enorme clase de filosofía con cientos de estudiantes desmantelando al cristianismo públicamente sobre estos temas.

Y después Jesús me salvó, y de repente, Romanos 12: «No os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente». De pronto estaba leyendo la Biblia. Oh, todos fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Todos tenemos dignidad, valor, y mérito. Jesús era pobre, no era rico. Sus padres probablemente no eran educados. Eran de clase rural.

Los amo y quiero que amen a las personas que no son como ustedes, no solo a las que lo son. Es interesante, porque cuando preguntamos: ¿Quiénes son los menos aptos? Siempre es alguien que no es como yo porque tendemos a adorarnos a nosotros mismos. Y si nos idolatramos, demonizamos y destruimos a otros y eso fue lo que hizo Herodes, y eso es lo que algunos de nosotros hemos hecho.

Nunca he sido cómplice en el asesinato de un bebé, en el aborto de un bebé, pero pensaba exactamente como piensan algunos de ustedes. Los invito a cambiar de parecer, a un cambio de corazón, a un cambio de vida. Están pensando como Herodes. Algunos de ustedes se han portado como Herodes. Hay muchos Herodes andando por ahí.

Y estos días en que vivimos son una verdadera locura. Un diácono de la iglesia y su esposa estaban esperando un hijo. Tienen hijos saludables, alabado sea Dios, están esperando y se entusiasman mucho cuando van al médico. El médico dice: «Puede que tenga algún defecto congénito, tal vez Síndrome de Down, así que ¿cuándo les gustaría abortar al niño?». Esto fue hace poco. Dijeron: «¿Qué, abortar al niño? No vamos a abortar al niño. Aunque tenga o no tenga Síndrome de Down es portador de la imagen y semejanza de Dios. Lo amamos. Lo acogeremos a nuestra familia».

El médico dijo: «Oh, algo anda mal con su bebé». Oh, algo anda peor con el médico. La pareja ama a Jesús y dice: «No, no. Los niños son una bendición, hasta los que tienen necesidades especiales. A veces ellos son una bendición especial». El médico dice: «Voy a programar el aborto de todas maneras, y voy a instarles que asesinen a su propio hijo». No lo dijo así pero eso fue lo que quiso decir. Dijeron: «De ninguna manera».

Claro que no abortaron a su hijo pero les mandaron la cuenta del aborto porque el médico estaba tan seguro que matarían a su hijo que lo programó, y cuando no llegaron al aborto que no querían, a la reunión que no planearon, recibieron la cuenta por un procedimiento que no les hicieron. Ahora están fajándose con la compañía de seguros, diciendo: «No pagaremos un aborto al que no asistimos, porque no lo programamos y no estamos de acuerdo con eso». El médico les da un formulario y les dice: «Quiero que firmen esto para que renuncien su derecho a demandarme en caso de que el bebé nazca con un defecto. No pueden hacerme nada porque están sobre aviso».

Qué día tan profundamente confuso en el que vivimos. Emocionalmente, al ver los rostros de 20 niños asesinados y sus 6 maestras, fue devastador, y quiero que tengamos ese corazón paterno para con todos los niños y todas las víctimas de los asesinatos. Sé que algunos de ustedes están pensando ahora: «Me largo de esta iglesia». Por favor quédese y cambie de parecer. No estamos pidiendo que se vaya. Le estamos pidiendo que cambie su forma de pensar. Repito, yo cambié mi forma de pensar, y le estoy pidiendo que lo haga también.

En la gracia de Dios, un bebé está haciendo ruido. Bien, para los que son padres, cuando su bebé hace ruido en Mars Hill, no piensen que deben sacarlos corriendo del cuarto, porque están vivos y nos regocijamos en eso. ¿Amén? Y aquí viene el Señor Jesús. No es como Herodes. No es un Rey que quita la vida. Es un Rey que da su propia vida.

Dios: soberano, sobrenatural, habla, y envía

Por encima de Herodes está Dios. Si lo único que tuviéramos es la perspectiva humana y no la divina, lo único que veríamos es Herodes. No veríamos la mano de Dios. Hay cuatro cosas en esta porción de Mateo que aprendemos del Señor. Él es soberano, sobrenatural, Él habla, y Él envía.

Aquí vemos que es soberano. Sí, Herodes es el rey pero por encima de él está el Señor. Herodes quiere matar peo el Señor quiere dar vida. Herodes quiere gobernar, pero finalmente Jesús reinará como Rey de reyes. Sobre las naciones, sobre los políticos, sobre los presidentes, sobre los reyes, sobre las reinas, está Dios el Creador.

Segundo, vemos que el Dios de la Biblia es sobrenatural. Lo vemos repetidas veces con José, aun en esta sección. Un ángel viene a él en un sueño. En Mars Hill creemos en eso. No creemos que siempre sucede, pero creemos que sucede, que Dios habla y da revelación a José. Creemos en un Dios sobrenatural, un Dios que puede sanar, un Dios que escucha y contesta las oraciones, un Dios que puede hablar, y puede salvar, y puede liderar, y puede guiar, y puede dirigir. Él es sobrenatural.

Tercero, Él habla. No es mudo. No se queda callado. Habla a José, habla con María. A veces lo hace por medio de un intermediario como un ángel. Si leemos cuidadosamente un texto importante pienso que nos será útil. Dios sí habla, y lo hace por medio de las Escrituras. Les dije que al leer esta sección aparecería el termino cumplir, cumplir, cumplir, tres veces. Después vuelve y cita profecías del Antiguo Testamento, en Oseas y Jeremías.

¿Por qué hace eso? Porque la Biblia dice en el Antiguo Pacto, el Antiguo Testamento, que el profeta habló de parte de Dios, y Mateo está diciendo: «Ahora todo está siendo cumplido en Jesús». Esto nos dice mucho acerca de las Escrituras, la Palabra de Dios. El Antiguo Testamento se trata de Jesús, el Nuevo Testamento se trata del cumplimiento en Jesús, y toda la Biblia se trata de Jesús.

Está en Mateo 2:15, se los mostraré. Hay una cita en Oseas 11:1, escrita cientos de años antes, de hecho fue 700 años antes. Mateo dice lo siguiente: Mateo 2:15, ¿De quién está hablando? Léanlo cuidadosamente, Mars Hill. «Lo que el Señor habló por medio del profeta…». Lo que Mateo está diciendo… era la voz de Oseas pero con las palabras del Señor. Eso se llama inspiración divina. La voz de Oseas, las palabras del Señor. Por eso decimos que las Escrituras son Palabra de Dios. Creemos que esta es la Palabra de Dios. Puede que tenga la voz de Mateo, o la voz de Pablo, o la voz de Pedro, puede que tenga la voz de Isaías. Puede que tenga la voz de Moisés, pero son las palabras del Señor.

Esta es la palabra perfecta del Señor. Es la única cosa perfecta en la tierra. Es la Palabra del Señor. Esto es interesante, me encanta lo que dice El Señor habló por medio del profeta. Eso significa, Mars Hill, que no modificamos las Escrituras. No ignoramos porciones de las Escrituras. No tratamos de actualizar porciones de las Escrituras. Aceptamos toda la Palabra de Dios como Palabra de Dios, no solo como una palabra acerca de Dios. ¿Amén?

Y les pido que oren por mí. Hombre, me han tocado unas serias disputas con los medios donde me sientan en el banquillo de los acusados bajo las luces. Y ellos insisten e insisten: «¿Podrías modificar, o cambiar…?». No, no. Dios envía mensajeros, no editores.

Nuestro Dios es soberano, habla sobrenaturalmente, y Él envía. Él envía. Envió un ángel a María. Envía un ángel en el sueño de José. Los envía de Nazaret a Belén, de Belén a Egipto, de Egipto otra vez a Nazaret. Los está enviando. Lo envió a usted, me envió a mí. Donde quiera que usted esté, allá es donde el Señor lo envió. Puede que sega ahí por mucho tiempo o por un corto tiempo. pero están ahí porque ahí es donde el Señor los ha enviado si usted pertenece a su pueblo.

Jesús: un Moisés, un Israel, el Rey, y un Éxodo más grande

¿Y qué hay del Señor Jesús? Aprendemos cuatro cosas aquí acerca del Señor Jesús: Él es un Moisés más grande, es un Israel más grande, es el Rey más grande, y provee un Éxodo más grande. Primero, es Él es un Moisés más grande. La historia aquí en Mateo hace eco y nos intima cosas de la vida de Moisés. En la vida de Moisés, muchos años antes, al igual que en la vida de Jesús, hay un gobernante llamado Faraón quien emitió un decreto para que mataran a los niños. Ambos estaban bajo sentencia de muerte, pero no murieron. Y ambos vivieron por un tiempo en Egipto. Y la mano del Señor estaba sobre ambos. Y ambos fueron levantados por Dios para dirigir la puesta en libertad del pueblo de Dios: Moisés, para que escapen del yugo de Faraón y adoren a Dios; Jesús, para que sea adorado como el Dios que nos libró de faraones como el pecado, y Satanás, y la muerte. Jesús es un Moisés más grande.

Segundo: Jesús es un Israel más grande. Cuando leían el Antiguo Pacto, porciones del Antiguo Testamento, de las Escrituras, los judíos que leían las porciones sobre el Hijo de Dios, lo cual supone una posición, un apellido, una herencia, y un título, e incluye hombres y mujeres, pero en aquellos días legal y culturalmente era una posición privilegiada, decían: «Oh, se refiere a nosotros». Y aquí, en última instancia aprendemos que Jesús es el Hijo de Dios, y que Jesús es el que tiene esa posición bendita y privilegiada. Jesús es el Hermano Mayor. Cita Mateo 2:15, Oseas 11:1, «DE EGIPTO LLAMÉ A MI HIJO». Jesús es el Hijo de Dios.

Tercero: Él es el Rey más grande. Repito, lo he dicho varias veces en este sermón, cuando los reyes magos vienen a adorar a Jesús, en Mateo 2:2, dijeron: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido?». Herodes no nació siendo rey. Nunca fue digno de ser llamado rey. Usted y yo nunca debemos ser rey. Algunos de ustedes dirán: «Solo soy rey de mi vida». Aún así es demasiado. Jesús es un Rey más grande.

Y cuarto: Él provee un Éxodo más grande. La conexión es que Moisés libra al pueblo de Dios de Egipto y Jesús nos libra de la muerte, del infierno, del pecado, y de la ira de Dios. Jesús provee un Éxodo más grande, no solo para esta vida, sino para siempre. Por tanto, Él es el héroe.

El pueblo de Dios: dificultades, deberes, y deleites

Aprendemos tres cosas acerca del pueblo de Dios, y el pueblo de Jesús aquí en Mateo son María y José. Ellos están con Jesús. Si pudiera decirlo de la manera más sencilla, ser cristiano es estar con Jesús. Uno está con Jesús. María y José son de Jesús. Están con Jesús. Ellos son sus padres, pero Él es su Señor. Aprendemos tres cosas sobre lo que significa ser el pueblo de Dios: dificultades, deberes, y deleites.

Dificultades, por decir algo… ¿la vida de María y José fue más fácil o más dura cuando llegó Jesús? Más dura. Permítanme decirles claramente, no puedo prometerles que si permanecen cerca a Jesús van a volverse ricos. Podrían resultar pobres como ellos. No puedo prometerles que la vida será sencilla. Podría complicarse como la de ellos. No puedo prometerles que dejarán de sufrir. Su sufrimiento podría aumentar como el de ellos. No venimos a Jesús para usarlo para tener una vida más fácil. Venimos a Jesús a recibir vida eterna, una calidad de vida que comienza ahora y dura para siempre.

Tuvieron dificultades, y ni hablar de todas las mudanzas que hicieron. O sea, miren lo difícil que les tocó. Probablemente era adolescentes. Eran pobres. José se ganaba la vida como carpintero para dar de comer a su familia. Caballeros, ¿alguno de ustedes se siente así? Dar de comer a su familia es bastante difícil. Imagínense si tuvieran que seguir mudándose inesperadamente a otro país en medio de la noche. Es difícil. Todos van a pensar que su esposa es una cualquiera. Su hijo se confundirá mucho porque Él es Emmanuel, Dios con nosotros.

Ahora, vayan de Nazaret a Belén con su esposa embarazada para cumplir la profecía de Miqueas 5:2 y su hijo pueda nacer en Belén. ―Oh, están tratando de matarlo. Es complicado. ―¿Quién trata de matarlo? El rey. ―¿A quién llamo? ―No puedes llamar a la policía. No puedes llamar las fuerzas armadas porque son del rey que trata de matar a tu hijo. ―Vayan a Egipto. Y se quedan en Egipto por un tiempo. ―Vayan a Nazaret. Y se mudan a Nazaret por un tiempo.

Es difícil porque todo lo que le pasa a Jesús es duro. Todo lo que le pasa a Jesús es duro. Si van a estar con Jesús y van a hacer lo correcto por Jesús, será duro. Será duro en el ministerio. Será duro en su negocio. Será duro en las familias. Será duro en las relaciones. Será duro económicamente, emocionalmente, espiritualmente, y mentalmente. ¿Saben por qué? Porque hay resistencia. ¿Saben por qué hay resistencia? Porque Satanás odia a Jesús, y le hace la vida dura a todo el pueblo que está cerca de Jesús. Hay muchas dificultades. Esa es la historia de María y José.

Además de las dificultades, hay deberes. Una de las cosas que me encantan de José es su simple obediencia. No dice mucho. No tenemos muchos indicios de que haya sentido mucho, pero hace mucho. Algunos sienten mucho, y dicen mucho, pero no hacen nada. José no dice nada. No sé si habrán notado eso. Definitivamente es una persona fuerte pero callada.

Lo único que dice es que un ángel vino en un sueño y le dijo que se fuera a otro país en medio de la noche con su esposa e hijo como él lo hizo. ¿Cómo se sintió cuando le dijo eso? No sabemos. ¿Qué dijo? No lo sé. ―María, por favor levántate. Quizás dijo eso. No sabemos lo que dijo.

Algunos hombres tienen un concepto errado de lo que significa se un hombre piadoso. Algunos son llamados a enseñar como yo. Somos llamados a obedecer, y confiar en el Señor y obedecerle, eso es madurez. Algunos de ustedes dirán: «A veces no sé qué decir». José no dijo nada. A veces eso es lo mejor que podemos decir. No sabemos qué sintió. No sabemos lo que dijo. Sabemos lo que hizo. ―Dale tu vida a María y sé su marido. ―Está bien. ―Ve a Belén. ―Está bien. ―Ve a Egipto. ―Está bien. ―Regresa a Nazaret. ―Está bien.

Me encanta que su obediencia fue inmediata. Si leemos el texto cuidadosamente dice que salió de noche. ¿Saben lo que eso significa? Tuvo un sueño, vino el ángel. Se levantó en medio de la noche: ―María, toma a Jesús, nos vamos. Me encanta que María haya ido con Él. Damas, damas, ¿ven eso? Ella va con él. No se pone a chatear en Facebook: «Mi esposo tuvo un sueño y vio un ángel que le dijo que fuéramos a pie a Canadá ahora mismo. Así que oren para que aprobemos el examen de detección de drogas. La policía viene en camino». ¿Entienden? O sea…

Camina tan apegado al Señor que Él puede hablarle como cabeza de familia, y cuando le explica a su esposa le dice: «Confío en ti y confío en el Señor. Voy por Jesús. Vamos a caminar». ¿Qué están dejando atrás? Cada vez que se mudan dejan el trabajo de José. Dejan sus posesiones, su familia, sus amigos, su comodidad, su seguridad. No tienen tiempo para empacar. No tienen tiempo para mudarse. No tienen tiempo para formular un plan. No saben dónde van a vivir en el otro país. Para los que son organizados, esto es fe, ¿cierto? Esto es fe. Pero obedecen.

Me encanta que no se quedaron discutiendo porque Jesús pudo haber muerto. A veces cuando el Señor dice: «Haz esto, no hagas aquello», es porque nos ama y sabe lo que va a pasar, y trata de hacer que nos movamos ligero para nuestra seguridad. Alabado sea Dios por negarnos a veces nuestras peticiones. ―¿Puedo quedarme? ―No. ―¿Puedo ir? ―Todavía no, o «no». Un buen padre de familia, padre o madre, sabe que si siempre dice que sí no ama a su hijo. ¿Amén? Porque pedirán cosas que no les convienen y que podrían ponerlos en peligro.

Algunos han estado pidiendo cosas a Dios. No sé qué habrán pedido María y José, quizás querían quedarse en alguna parte. Quizás querían instalarse. Quizás estaban cansados del caos y de la pena de muerte contra su Hijo, pero cuando Dios los movió, los movió porque los ama y los movió para que fueran protegidos por su amor. Lo mismo pasa con nosotros. No dudemos de la bondad de Dios. Confiemos en la bondad de Dios y obedezcamos los mandamientos de Dios. Ese es el cuadro de responsabilidad y diligencia que tenemos de María y José.

También hay deleites. Como pueblo de Dios tendremos dificultades, deberes, y deleites. José y María no tienen una reputación estelar. No tienen seguridad financiera. No tienen todas sus posesiones. No están cerca de sus familiares y amigos. No tienen la certeza de lo que el futuro les pueda deparar. Pero sí tienen a Jesús. Tienen a Jesús. ¿Tiene usted a Jesús? ¿Tiene usted a Jesús? Si lo tiene, tiene todo. Y si no lo tiene, no tiene nada.

Dios Padre, te doy gracias porque puedo enseñar la Palabra, predicar la Palabra. Me encanta lo que tengo el privilegio de hacer. Dios, gracias por tu providencia. La matanza de los inocentes en el libro de Mateo nos llega en una temporada de duelo nacional e internacional. Espíritu Santo, me arrepiento por no haber confiado en Ti cuando dijiste que enseñara los primeros capítulos de Mateo. Esta porción no tenía ningún sentido. No quería enseñar sobre esto. Parecía algo negativo que armonizaba poco con esta serie sobre la Navidad. Espíritu Santo, gracias por apremiarme a ponerlo en la lista y en Internet y aceptar enseñarlo. Aunque yo no sabía el futuro, Tú lo sabías, y esa Palabra eterna llegó justo a tiempo. Señor Jesús, pido por nuestra gente, que amen las Escrituras y estudien las Escrituras, y confíen en las Escrituras, y sepan que lo que están estudiando hoy es quizás una Palabra apropiada para el mañana. No saben lo que el mañana les depara, pero Tú sí.

Señor Jesús, pido por los que somos asesinos que no vivamos bajo culpa, condenación, acusación y vergüenza, porque no hay ahora condenación para los que están en Cristo. Pido que escuchen el eco de las palabras del Señor Jesús desde la cruz: Perdonados . . . y consumado es. Señor Dios, gracias porque aunque no puedo probarlo bíblicamente, puedo confiar lo que dice prácticamente: los niños que no logran salir del vientre con vida, incluyendo el aborto espontáneo que tuvimos Grace y yo, van a los brazos del Padre para siempre y un día los volveremos a ver.

Señor Dios, pido por los que piensan como asesinos. Tienen razones filosóficas, y razones sicológicas, y razones sociales, y razones médicas, y razones personales, y están siendo muy irrazonables. Pido, Señor Dios, que vengan al arrepentimiento, que vengan a Jesús, que vengan a un corazón nuevo y a una mente nueva. Pido que no sientan que necesitan una nueva iglesia. Pido que vean la necesidad de renovar su entendimiento.

Señor Dios, por los que son como Herodes, nos regocijamos porque aunque no recibió su justo merecido en su vida, recibió su justo merecido al final de su vida. Señor Jesús, él . . . fue juzgado por Ti. Espíritu Santo, gracias por mostrarme eso ahora mismo, que Herodes compareció ante Jesús resucitado y rindió cuenta por su vida y por su familia. Señor Jesús, queremos darte gracias porque no sigues siendo un bebé en un pesebre, eres Dios y estás en el trono. Señor, y sabemos que aunque ciertas cosas son ilegales, como la matanza de los inocentes por Herodes, y la matanza de los inocentes mediante el aborto, que en última instancia hay otra corte, hay otro Rey, otro Juez, y otro fallo de la sentencia.

Señor Jesús, por eso, al arrepentirnos de nuestro pecado y al luchar por la justicia en este mundo y te damos gracias, porque en últimas todo se resolverá para siempre en tu presencia. Hasta entonces, danos gozo, danos esperanza y danos paz. Que celebremos el nacimiento de todo niño. Que luchemos contra la injusticia hecha a cualquier niño. Y Señor Jesús, por los que somos padres y abuelos, cuando carguemos a nuestros niños que los abracemos fuertemente y les demos un beso y digamos: Gracias, Señor. En el nombre de Jesús, amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.