En primer lugar

1 Corintios 15:1–11 (LBLA)

1 Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes,
2 por el cual también sois salvos, si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano.
3 Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
4 que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
5 que se apareció a Cefas y después a los doce;
6 luego se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen;
7 después se apareció a Jacobo, luego a todos los apóstoles,
8 y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí.
9 Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios.
10 Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí.
11 Sin embargo, haya sido yo o ellos, así predicamos y así creísteis.

Introducción

Sí, pero Pablo dice, y esto era lo que quería decirles hoy. A raíz de lo que cree, o sea por sus convicciones teológicas, Pablo dice: «Antes bien he trabajado mucho más que todos ellos». Y parece una afirmación muy descarada, de mal gusto. Hasta que dice, «Aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí». Generalmente los cristianos tendemos a pensar en la gracia de Dios como algo por medio del cual Dios nos perdona cuando fracasamos; y eso es cierto, pero la gracia de Dios también da poder a nuestra vida para que vivamos diferentemente. Para que vivamos apasionadamente. Para que vivamos con propósito. Para que vivamos con significado.

Y creo que en realidad ese es el problema, que mucha gente piensa que el cristianismo es solo hacer lo mejor que uno pueda. Que no vamos a desempeñarnos muy bien, y que cuando fracasamos de veras, Dios nos perdona, pero en realidad no está ahí para ayudarnos sino únicamente para perdonarnos cuando le fallamos.

En 1 Corintios 15, Pablo dice, «Lo más importante es saber quién es Jesús y lo que hizo». Y dice, «Quiero recordarles». En realidad como cristianos tendemos a olvidar. Tendemos a olvidar que se trata de Jesús. Tendemos a olvidar que hay que leer la Biblia. Tendemos a olvidar que hay que orar. Tendemos a olvidad que algunos no conocen a Jesús.

Y lo que sucede es que una generación cree algo, la siguiente generación lo acepta, y la tercera generación lo niega, y en realidad esa es la historia del Condado Orange. Verdaderamente existen unas iglesias muy grandes aquí, y hay personas que aman a Jesús. Pero hay muchísimo trabajo que hacer, y hay una generación de jóvenes que crece vertiginosamente sin ninguna historia cristiana. Ese grupo entero de personas, la generación entera está casi ausente de la iglesia. Creemos que todavía existe la necesidad de que más personas conozcan a Jesús, y nos parece que tenemos una oportunidad para ser parte de eso.

Bien, Mars Hill, van a ver el sermón que acabo de predicar aquí. Las personas siguen siendo bautizadas, siguen cantando. Nunca he visto una iglesia tan llena. Verán en este sermón, que tan pronto empezamos que literalmente todo dejó de funcionar. Todos los audífonos de los voluntarios dejaron de funcionar. Dos micrófonos dejaron de funcionar. Todo dejó de funcionar. Me quedé afónico. Pero Dios nos deparó su gracia. Es un buen día y esperamos que vean y disfruten lo que Él hizo.

Uno de esos días

[Aplaude la congregación]

Este podría ser uno de esos días que les vamos a contar a nuestros nietos. Sus vidas están colmadas de días, y de vez en cuando uno de esos días sobresale. Algo fuera de lo común sucede ese día. Algunos de ustedes conocerán a Jesús hoy, y se volverán cristianos. Él no les dijo eso cuando venían en camino porque sabía que no hubieran venido. Él piensa sorprenderlos en la hora siguiente. Su vida entera y su destino están a punto de cambiar. Algunos de ustedes han tomado prestada la fe de sus padres, y es hora de que verdaderamente muestren sus convicciones como adultos y se aparten de la adolescencia y participen en lo que Dios está haciendo aquí en el Condado Orange y en todo el mundo.

Tengo el gran honor el día de hoy—y espero que hoy sea uno de esos días—de hablarles de los valores fundamentales de la iglesia Mars Hill, o sea de una teología centrada en el evangelio. Para los que no lo sabían, empezamos como un pequeño estudio bíblico en 1996, y Dios nos ha prodigado muchísima gracia para constituirnos en una de las iglesias más grandes y de más rápido crecimiento en los Estados Unidos de América, en un lugar donde históricamente no ha habido cristianos. Al expandirnos, estamos listos para lanzar cuatro iglesias el 15 de enero en tres estados, por dos razones—amamos a Dios y amamos a la gente—en un día, o sea el 15 de enero…

Se me está apagando el micrófono. Sí. Muy bien. ¿Qué quieren que haga? ¿Que grite bien duro? [Se ríe la congregación] Porque puedo hacer eso, ténganlo por seguro. Por qué no me dan eso, y si no funciona haremos lo otro. Pasa al frente. Te vamos a poner en la precisa. Aquí está su técnico de sonido voluntario trabajando duro. Gracias, hermano. ¿Cómo se llama? «Brandon». ¿A qué hora se levantó hoy? «A las 5:30 de la mañana». Uy, gracias. [Se ríe la congregación] Brandon es el más santo de todos nosotros. Se levantó a las 5:30 de la madrugada. Voy a asegurarme de tenerlos bien puestos. Está bien, esto es lo que voy a hacer entonces, como tenemos unos problemitas técnicos voy a orar para que el Espíritu Santo llene el micrófono, para que podamos seguir trabajando.

Dios Padre, muchas gracias por este tiempo en que podemos estar juntos. Gracias por el tiempo que todas estas personas han dado para que los amemos, los sirvamos, y podamos congregarnos con ellos. Y Dos, pedimos que este día sea uno de esos días que les contaremos a nuestros hijos y nietos. Dios, por favor permíteme servir bien; permítenos aprender sobre Jesús, y permite que funcione la tecnología, en el buen nombre de Jesús. Amén.

La teología centrada en el evangelio

Bien, vamos a estar en 1 Corintios 15:1–11. Esto es una Biblia. Sé que está demasiado oscuro para que la lean, por lo cual voy a leerla para ustedes. Ténganlo por seguro. Fue escrito por un tipo llamado Pablo, uno de los pensadores que más influencia ha tenido en la historia del mundo. Un historiador dice que si tomamos una balanza, y a un lado ponemos a todo el mundo, y a Pablo en el otro, lo que dice tiene más peso que los demás juntos. Y aquí le escribe a una iglesia que está muy confundida. Es una iglesia urbana llena de gente joven, nuevos cristianos con mucho pecado y muchas preguntas sobre la teología centrada en el evangelio.

1. Los cristianos son olvidadizos

Primero, dice que los cristianos son olvidadizos. Que los cristianos son olvidadizos. Lo dice en el capítulo 15, versículo 1. «Ahora, les recuerdo hermanos», mejor dicho uno le recuerda a las personas cosas que tienden a olvidar, y los cristianos son propensos a olvidar las cosas. A continuación hablará de las cosas que somos propensos a olvidar.

Habla de Jesús, porque somos propensos a olvidarnos de Jesús. Pensamos en nosotros mismos, en nuestra familia, nuestros amigos, nuestros críticos, y toda la gente involucrada en nuestra vida, y a veces nos olvidamos de Jesús. No es que no lo conozcamos ni que no hayamos oído hablar de Él, sino que nos olvidamos de Él.

David: Yo tenía un corazón muy oscuro. Me volví cristiano a los siete años de edad. Jesús me salvó un en campamento de verano, de hecho durante la temporada en que estamos ahora antes de venir a Mars Hill Condado Orange, mi corazón se volvió más y más frío hacia Cristo. No estábamos en comunidad. No pertenecíamos a una iglesia, y como resultado mi corazón se enfrió paulatinamente hacia Jesús; básicamente eso fue lo que pasó.

También podemos olvidarnos de estar en comunidad, y aquí le escribe a una iglesia y les dice, «De veras necesitan ayudarse mutuamente, servirse mutuamente, amarse mutuamente, y caminar uno con el otro, porque no pueden lograrlo solos. Necesitan el pueblo de Dios que los acompañe».

También les dice que se trata de las Escrituras. Tendemos a olvidarnos de las Escrituras. A veces la gente puede dejar que pasen días, semanas, meses, años, sin de veras leer el Libro que Dios escribió, y a veces puede que otros libros que fueron escritos nos fascinen mucho, incluso hasta buenos libros cristianos. Y eso no está mal, pero nos olvidamos del Libro que Dios escribió.

Después sigue y comienza a hablar del pecado. Y a veces se nos puede olvidar que somos pecadores, y que otras personas son pecadores, y que los pecadores necesitan ayuda, y que los pecadores necesitan un Salvador.

Jasmine: Me crié en Irvine, en el Condado Orange. Era atea. Fui atea casi toda mi vida. Me volví orgullosa y muchas cosas fueron empeorando. Me interesaban mucho los estudios y las calificaciones. Y cuando todo se viene abajo, lo pierdes todo.

Finalmente hablará del perdón de pecados y la vida nueva en Jesucristo, porque a menudo se nos puede olvidar que fuimos perdonados. Algunos de ustedes incluso han dicho cosas como: «Sé que Dios me perdona, pero no puedo perdonarme a mí mismo». Eso comprueba que se nos olvidó que no somos un dios superior al Dios de la Biblia. Si el Dios de la Biblia nos perdona, estamos perdonados, y no tenemos más autoridad que Él. Sí Él nos perdona, necesitamos recibir ese perdón.

La clave es siempre volver a la verdad y a quién es Jesús. Cada generación debe tomar sus propias decisiones en cuanto a la Persona y la obra de Cristo. Y Pablo dice que tendemos a olvidarnos. Hay iglesias maravillosas, movimientos maravillosos, instituciones académicas maravillosas, y ministerios maravillosos, pero muchas personas tienden olvidar quién es Jesús y lo que ha hecho, aun en un lugar repleto de oportunidades.

2. El evangelio es buenas noticias

Entonces, segundo, creemos que el evangelio es buenas noticias que siempre se basa en esa fuente de vida y poder o sea la verdad del Evangelio de Jesucristo. En el capítulo 15, versículo 1, habla de «el evangelio». La palabra evangelio significa sencillamente buenas noticias. Buenas noticias.

No es igual al buen consejo. Lo que pasa muchas veces cuando el cristianismo se diluye y se poluciona, es que lo reducen a los buenos consejos únicamente. De repente, el cristianismo se convierte solamente en un estilo de vida moral, y la Biblia en un pocotón de ejemplos. «Aquí están los malos; no se porten como ellos. Aquí están los buenos; pórtense como ellos». Y reducen la Biblia solo a los buenos consejos. El buen consejo no es necesariamente algo malo, pero no es cristiano necesariamente porque…

[Pérdida de audio] Puede que uno…este funciona.

Puede que uno no crea en el Dios la Biblia y que reciba buenos consejos. Uno puede ser ateo, mormón, musulmán, puede ser judío; puede tener creencias inconsistentes, generalizadas, una espiritualidad de jeans ajustados, y aun recibir buenos consejos. La Biblia no se trata principalmente de dar buenos consejos, sino de las buenas noticias. No se trata de darnos buen consejo para que nos enteremos de todo lo que nos falta por hacer. Se trata de las buenas noticias, de las cosas que Jesús hizo.

La Biblia no es un Libro de historias inconexas. No se trata de David contra Goliat, o de Abraham que dejó su parentela. No se trata de Jonás que estuvo en el vientre del pez 3 días. Esas historias están en la Biblia, pero todas las historias de la Biblia son tramas secundarios de la historia principal de la Biblia: Que Dios es el Creador, que hemos pecado y nos hemos rebelado contra Él, que hemos huido de Él y ha venido en misión de rescate a buscarnos, a servirnos, a salvarnos, y que Su nombre es Jesucristo el que vivió una vida ejemplar, perfecta, sin pecado; pero su meta no era solo ser un buen ejemplo, sino un buen Salvador. Murió en nuestro lugar, pagando la pena de nuestros pecados en la cruz. A los tres días, resucitó. Esto es lo que Pablo nos quiere decir en 1 Corintios 15, que finalmente Él no solo nos hace mejores; nos hace nuevos.

No es solo el buen consejo. «Aquí tiene algunas cosas para mejorar su vida». Son buenas noticias. Lo dice desde la cruz: Consumado es. Toda la obra de salvación se ha cumplido. Confiamos en Él. Recibimos vida nueva de Él. No es tan solo que nos volvamos mejores personas. Nos volvemos personas nuevas, personas diferentes por la gracia de Dios, y esas son buenas noticias.

Jasmine: El Espíritu Santo ablandó mi corazón ese día porque antes estaba muy duro. No lo sé. Aún pienso, «Uy, cómo me ha cambiado». Eso significa que debe ser muy poderoso porque yo era muy soberbia. Pero sé que lo hizo porque yo no lo hubiera hecho por mi cuenta, ¿sabe?

Cuando las buenas noticias son reducidas a buenos consejos, el cristianismo se convierte en algo como una marca, y la gente se convierte a una clase de cristianismo o estilo de vida sin llegar a conocer verdaderamente a Jesús, amar a Jesús, pertenecer a Jesús, experimentar la vida nueva de Jesús. Cuando las cosas van mal la gente acude a la Biblia y dice, «Necesito buenos consejos». Amigos, hay buenos consejos por todo el mundo. Pero solo hay un lugar donde escuchar las buenas noticias, que hay un Salvador. Él es Dios el Creador. Su nombre es Jesús. Él le ama. Él tiene cuidado de usted. No hace que sea mejor; lo renueva por completo.

3. El evangelio debe ser predicado

Tercero, creemos que el evangelio debe ser predicado. Es lo que Pablo dijo en 1 Corintios 15:1. Sí, todavía estamos en el primer versículo. Dice, «Ahora os hago saber». Por eso lo que están haciendo hoy, en este momento, es un acto de adoración. Están escuchando la predicación de la Palabra de Dios.

Nuestro Dios es un Dios que habla. Nuestros Dios es un Dios que se comunica. Nuestros Dios es un Dios trinitario: Un Dios en tres Personas. Mantienen una unión y una comunión constante e inquebrantable: Dios Padre, Dios Hijo, y Dios el Espíritu Santo, que existen eternamente como un solo Dios. Se comunican entre sí. Es magnífico.

Cuando Dios hizo el mundo, habló y el mundo existió. Así de poderosa es la Palabra de Dios. Dios crea nuestros primeros padres, Adán y Eva, y les habla. Después de pecar, viene y les habla otra vez, y nos envía en sucesión profetas que nos hablen. Envía líderes en el Nuevo Testamento que nos hablen por lo cual Dios nos habla principalmente por medio de las Escrituras.

Sé que a algunos de ustedes les encantaría oír a Dios. Desearían que Dios les hable. Les cuento que si leen el Libro que Dios escribió, Dios les hablará. Es la manera principal como Dios nos habla hoy. Nuestro Dios es un Dios que habla. Es un Dios que se comunica, y una de sus maneras de comunicarse es mediante la comunicación de su palabra. Desde el principio Dios ha enviado predicadores, profetas, proclamadores, personas que dicen la verdad, maestros que abran la Palabra de Dios y se la comuniquen al pueblo de Dios.

Quiero decirles algo, esta es una de las cosas más asombrosas de mi vida entera. No era cristiano cuando me criaron, era un católico común y corriente, creía en los buenos consejos, pero no en las buenas noticias. No conocía a Jesús. Creía que la Biblia contenía un pocotón de cosas para tratara de ser una mejor persona. Algunos católicos conocen y aman a Jesús. No era uno de ellos. No fue culpa de la iglesia. Era culpa mía. Todo cambió cuando empecé a oír predicar la Palabra de Dios.

Alguien se paró un domingo, un buen hombre, y sencillamente abrió la Biblia y se puso a enseñarla. Recuerdo que el Espíritu Santo me confirmaba «Ese es el Libro que Dios escribió. Esta es la verdad. Aquí está quién es Dios. Aquí dice quién soy yo. Aquí dice quién es Jesús. Aquí dice lo que hizo Jesús». Y mi vida nunca ha sido igual.

Si vienen a Mars Hill, abrimos la vida. Estudiamos toda la Biblia. Nos gusta la Biblia. Hablamos de Jesús. Dios ha multiplicado las cosas en forma extraordinaria, de tal manera, como dije, ahora estamos sembrando iglesias en cuatro estados. Usamos este video. Y algunos dirán, «¿Importa si el predicador está en el cuarto?».

A decir verdad lo que importa es si la Palabra de Dios está en el cuarto. Lo que importa es si la Palabra de Dios está en el cuarto. Lo que importa es si la Palabra de Dios es predicada sobre la Persona de Jesús. Si eso pasa, el Espíritu Santo viene, cambia vidas, y marca la diferencia. El poder no está en el predicador; el poder está en la verdad. El poder no está en el predicador; el poder está en la verdad de la Palabra de Dios.

Amigos, es un honor tremendo poder predicarles y enseñarles. Y Pablo dice que como nuestra tendencia es olvidar las cosas, como tendemos a reducir al cristianismo como a una marca o estilo de vida moral de buenos consejos, necesitamos que constantemente nos prediquen. Alguien debe abrir la Biblia amorosamente y corregir nuestro rumbo para revelarnos lo que está pasando en el mundo en cuestión de Dios.

4. El evangelio debe ser recibido

Cuarto, creemos que el evangelio debe ser recibido. Dice en el capítulo 15, versículos 1 al 2, «El cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes, [como un soldado] por el cual también sois salvos». La salvación es un proceso constante. Empieza con lo que llamamos justificación, por lo cual somos declarados justos a los ojos de Dios por la Persona y la obra de Jesús y la fe en Él.

Sigue con algo llamado santificación, donde aprendemos y crecemos. Como cristiano, uno madura y cambia en el transcurso de su vida por el pode del Espíritu Santo, y termina con la glorificación, en la que un día moriremos y veremos a Jesús a los ojos y todo culmina en cuestión de nuestra madurez. Resucitamos un día para estar con Él, ser como Él, apoyarlo para siempre.

Dice que nuestra salvación es recibir la verdad acerca de Jesús y al estar firmes el ella, continuar como cristianos a medida que sigue creciendo nuestra salvación y seguimos madurando. Continúa diciendo: «Si retenéis la palabra que os prediqué, a no ser que hayáis creído en vano».

Ahora permítanme preguntarles. ¿Han recibido a Jesús? No la moralidad. ¿Han recibido a Jesús como Señor, Dios, Salvador, Rey, y Cristo? ¿No solo como un buen ejemplo, como un gran terapeuta, o como el que da buenos consejos, sino como el Dador de buenas nuevas? ¿Han tomado prestada la fe de sus padres o de su familia? ¿Nacieron en un hogar cristiano pero nunca han tenido su propia relación personal con Jesús?

Al mirar a mi alrededor, sé que muchos de ustedes son jóvenes y sé que probablemente muchos de ustedes vienen de familias en la iglesia, o con derroteros en la iglesia. Puede que hasta tengan padres piadosos, y nos regocijamos en eso y alabamos a Dios por eso. ¿Pero han venido con su propia fe? ¿La recibieron ustedes mismos? ¿Están firmes en ella por su cuenta? ¿La están resguardando para ustedes mismos? ¿Están firmes en esa fe, madurando y creciendo en esa fe?

Esto es muy importante. Queremos ser una iglesia para todas las edades, las razas, las culturas, y los derroteros. Pero permítanme decirles esto con sencillez y claridad. Nuestro objetivo son las personas de 20 y pico a 30 y pico años. Queremos que esas personas lleguen a tener su propia fe en Cristo.

Y si está aquí hoy, todo comienza con usted. Puede que algunos de ustedes estén conservando el legado de fe de su familia. Puede que algunos de ustedes hoy se vuelvan patriarcas y matriarcas, que dicen, «Sabe qué, puede que la historia de mi familia no haya sido la mejor, pero puede empezar conmigo. Puede que un día los hijos y nietos cuenten la historia del cambio de vida en nuestra familia, pero eso empieza conmigo hoy al volverme un hombre o una mujer que recibe a Jesucristo, afirmándome y creyendo en eso el resto de mi vida para pasarlo a mis hijos».

Amigos, es lo que queremos para ustedes. La mayoría de los necios piensan en pasar un buen tiempo. La mayoría de los cristianos deberían pensar en dejar un buen legado para dos, tres, cuatro, cinco generaciones. ¿Con quién quieren que se casen sus hijos? ¿Con quién quieren que se casen sus nietos? Se van a casar con alguien como usted o como la persona con quien están. ¿Qué legado quieren dejar?

Es un tema muy importante para nosotros aquí en Mars Hill. Pablo es un tipo que les habla a los corintios: Una iglesia joven, urbana, sexual, confundida, educada, y un poco arrogante. Y les dice, «Tienen que recibir al Dios de la Biblia. Tienen que estar firmes ahí. No se muevan. Y tienen que perseverar hasta el fin. Eso es lo que Dios quiere de ustedes porque los ama».

¿Qué tal ustedes? Hoy podría ser uno de esos días que le cuentan a sus hijos y a sus nietos. Pido por muchos de ustedes, sobre todo por los hombres jóvenes, que hoy sea uno de esos días para ustedes. Sí, y la gracia de Dios, ahora 1 Corintios 13 tiene sentido. «Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; pero cuando llegué a ser hombre, dejé las cosas de niño». Creemos que el evangelio debe ser recibido.

5. El evangelio es lo más importante

Quinto, creemos que el evangelio es lo más importante. Dice en 1 Corintios 15:3, «Porque yo os entregué en primer lugar», esa es una declaración inmensa. Piensen en toda la información que hay hoy en día. Pablo dice que de toda la información que hay en la tierra, que ha habido sobre la tierra, y que está en la tierra, o que habrá en la tierra, hay un trozo de información que sobrepasa y rebasa a todas las otras. Es de primera importancia, y se trata de la Persona y obra de Jesús. Se trata de la verdad que revela la Biblia sobre el Salvador del mundo.

Quiero que estudien mucho. Si están en el colegio, quiero que estudien mucho. Si están en algún oficio, quiero que domine esa oficio. En cualquier ciudad o pueblo que estén, quiero que sepan lo que está pasando allá. Quiero que amen y sirvan esa comunidad y busquen el bienestar de todos los que están ahí, pero nunca olviden lo más importante es la Palabra de Dios y el evangelio de Jesucristo, la gran historia de las buenas noticias. Eso es lo más importante.

¿Cuántos de ustedes tienen una verdadera pasión por aprender? Lo que les diría es que si no están apasionados con aprender la Palabra de Dios y conocer al Hijo de Dios, en vez de hacerlo por remordimiento, les pido que oren primero. «Espíritu Santo, tú escribiste las Escrituras. Espíritu Santo, tú nos compunges de pecado. Espíritu Santo, tú nos guías a la verdad. Espíritu Santo, dame un profundo anhelo de conocer la Palabra de Dios. Dame un profundo anhelo de amar al Hijo de Dios. Dame el deseo de aumentar mi conocimiento de las buenas nuevas, lo que prima en importancia».

Algunos de ustedes pensarán erradamente que este Libro es viejo. No lo es. Es un Libro eterno, por lo tanto siempre es oportuno. Su vida entera cambiará si recurre continuamente a lo que prima en importancia. La Palabra de Dios se trata de las buenas nuevas de Jesucristo, el Salvador del mundo.

6. El evangelio es inmutable

Además, sexto, creemos que el evangelio es inmutable. Es un tema muy controvertido y muy importante. Pablo dice en 1 Corintios 15, dice, «Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí». Lo que está diciendo Pablo es, «Cuando se trata del evangelio, las buenas nuevas, la historia de Jesús, yo no me inventé esto, no empezó conmigo».

Está bien, permítanme decir esto. Tengan cuidado con cualquier religión empezada en Estados Unidos, ¿oyen? Como regla general, ¿de acuerdo?, tengan cuidado con cualquier religión empezada en el sur de California, ¿está bien? Nuestra meta no es creer en cualquier cosa nueva, sino en las cosas verdaderas y comunicarlas en nuevas maneras. De modo de no cambiar el contenido. Podríamos cambiar el sistema de entrega usando tecnología y cosas así, pero Pablo dice, «Lo que he recibido, se lo paso a ustedes». ¿Ven eso? Dice, «La verdad era antes que yo. Vino a mí, y ahora se la paso a ustedes».

El evangelio fue predicado por primera vez en Génesis 3. Adán y Eva pecaron contra Dios. Dios viene y predica algo llamado el Protoevangelio, el primer evangelio. Y les dice, «Adán y Eva, ustedes pecaron». Estoy parafraseando. «Satanás, has hecho un mal horrendo, por lo tanto enviaré a alguien. Será el hijo varón nacido de una mujer, y peleará en batalla contra Satanás, y aunque Satanás le hará daño, Él destrozará a Satanás». Sí, creemos que el verdadero mal existe. Creemos en Dios y en el enemigo de Dios. Creemos que todo este mundo es un campo de batalla. Por eso es tan duro y doloroso.

Y creemos que Dios es el primero en predicar las buenas nuevas del evangelio. En medio del pecado dice que Jesús viene por medio del vientre de María. Eso está en Génesis 3. Entonces el evangelio es predicado hasta Apocalipsis 14, y esa es la última vez en la Biblia que se predica el evangelio. La Biblia dice que un ángel lo predicará cerca al fin de los tiempos, cuando eso ocurra.

Entre la primera vez que Dios predica el evangelio y la predicación del evangelio por el ángel por última vez, debemos contar la historia de Jesús. Debemos contar la historia de la Biblia claramente, con convicción y compasión. Nunca debemos cambiarla. Y permítanme decirles que no debemos innovar las Escrituras o la verdad. Debemos recibirla y pasarla a otros. El mensaje le pertenece a Dios, no a nosotros. Nosotros entregamos el correo. No escribimos el correo.

Puede que al venir a Mars Hill usted piense, «He oído esto antes». Alabado sea Dios, entonces no somos una secta. [Se ríe la congregación] Alabado sea Dios, entonces no somos una secta. [Aplaude la congregación] Algunos de ustedes al venir dirán, «Oh, genial. Me gusta la página Web. La gente parece interesante. Es un lugar raro donde congregarse. Tengo entendido que están en otros estados y se valen de la tecnología». El fundamento de todo eso, la base de todo eso, el motor que impulsa todo el asunto es esto: Jesús es Dios, Jesús es Dios, Jesús es Dios. El pecado es el problema; la cruz es la solución. Jesús está vivo. Hay esperanza para usted. Ese ha sido el mensaje por 2.000 años. Los cristianos deberían ser como una banda que toca una sola canción y la tocan fuerte y con orgullo, ¿amén? [Aplaude la congregación]

David: La distorsión es cuando pensamos «Se trata de mí solamente», cuando en realidad se trata solo de Jesús. Hombre, eso lo cambia todo. Mejor dicho, nos quita la carga de encima. En vez de, «Oh, tengo que cambiar para salvarme», ahora es, «Oh, no, eso fue lo que Jesús logró en la cruz, y es lo que el Espíritu Santo está haciendo en mí. Cuando era religioso vivía de cierta manera y decía, «Bien, debo hacer esto, y esto y esto», en vez de decir, «Oh, Cristo me ama, responderé a Su amor».

7. El evangelio se trata de la cruz de Jesús

Séptimo, creemos que el evangelio se trata de la cruz de Jesús. No podemos hablar de Jesús sin hablar de la cruz. Dice en el capítulo 15 versículo 3 que Cristo murió por nuestros pecados. O sea, Cristo murió. Necesitan saber esto.

Dios vino al mundo. Se le opuso la gente religiosa, lo odiaban y lo detestaban. Finalmente fue arrestado. A los líderes políticos no les cae bien porque sigue diciendo que Él es el Señor, lo cual lo haría superior a los gobernantes políticos. A los líderes religiosos no les cae bien porque sigue diciendo que es Dios. Entonces finalmente lo asesinan. Lo matan.

Algunos dirían que Jesús no murió. Sí murió. Y algunos dirían, «Oh, Jesús murió en la cruz por nuestros pecados», pero lo decimos tan indiferentemente, tan rápidamente, tan afanadamente, que a veces la gente ni siquiera entiende lo que significa que «Dios demostró su amor para con nosotros en que cuando aún éramos pecadores Cristo murió por nosotros». La cruz fue algo que nosotros hicimos: Nosotros matamos a Dios. Y fue algo que se hizo por nosotros: Dios nos salvó. Y lo que Jesús hizo en la cruz fue morir por nosotros.

Miren, la paga del pecado es muerte. Hay enfermedades, divisiones, guerras, atrocidades, hambre, y el mundo está como está no porque Dios haya creado al mundo así. Cuando Dios hizo el mundo en Génesis 1:31, dijo que era bueno en gran manera. Usted dirá, «Entonces algo muy malo habrá pasado». Sí, el pecado.

Luego viene Jesús y vive sin pecado. Es Dios hecho hombre. Añade humanidad a Su divinidad. Dios viene en misión de rescate por sus enemigos. Es sorprendente. ¿Cuántos de ustedes sufrirían y morirían por sus enemigos? Es lo que Dios hace en Cristo. Por tanto como cristianos no solo somos inmerecedores del amor de Dios y su perdón; es que no podemos hacer nada para merecerlo.

Jesús va a la cruz y muere por nuestros pecados. Es lo que llamamos expiación sustitutiva penal. La pena es muerte. La sustitución fue lo que hizo Jesús para que nuestros pecados pudieran ser expiados y perdonados. Como cristianos nunca debemos olvidar esto. Martín Lutero dijo correctamente que la religión es la práctica por defecto del corazón humano. Por tanto, ¿saben lo que queremos hacer? Queremos pagarle a Dios. Pero no le pagamos a Dios. Confiamos en Jesús. Usted dirá, «Es que me siento tan mal». Claro, pero Jesús es tan bueno. «¿Entonces qué puedo hacer?». Nada porque Jesús dijo en la cruz, «Consumado es». El amor de Dios, el perdón de Dios, la salvación de Dios, no son baratos. No tienen precio, pero queremos ganarlos, ameritarlos, merecerlos. Tiene que darse como regalo, y ese regalo es la gracia.

Así que quiero que sepan esto. Cuando Jesús fue a la cruz, murió por nuestros pecados, por los suyos y los míos, y algo llamado el Gran Intercambio ocurrió. Todo su pecado recayó sobre Jesús. Todo. Pecados que aún no ha cometido, toda su condenación, toda su culpa, toda su inmundicia, toda su vergüenza, todos sus fracasos.

¿Cuántos de ustedes sienten eso? Cuando salen con sus amigos, digamos un viernes por la noche, o cuando se toman unos tragos, y tratan de mantenerse ocupados en la vida, no piensan en esto. ¿Pero cuántos de ustedes en esos momentos callados, lo sienten? «Hombre, ¿qué estoy haciendo? No me gusta mucho lo que soy, lo que hago, hacia donde voy. Y al contemplar mi vida, tengo muchos remordimientos francamente. No se lo diría a mis amigos porque ellos solo se burlarían de mí. Pero en esos momentos solitarios y callados, lo siento».

Necesitan saber que todo eso recayó sobre Jesús. Él estuvo solo, lo maldijeron, lo profanaron, lo quebrantaron, lo avergonzaron, y toda su justicia le fue imputada. Por tanto en Cristo, usted es limpio; en Cristo, es amado; en Cristo, ha sido perdonado; en Cristo, ha sido redimido; en Cristo, ha sido adoptado en una nueva familia, la iglesia, con hermanos y hermanas, espiritualmente hablando, Dios el Padre, y usted tiene un nuevo futuro. Los cristianos nunca se olvidan de eso.

Jasmine: Me hace sentir muy amado saber que Él hizo todo eso por mí aunque no lo merezco. Pienso que soy apenas una persona y que Él hace esto por tantas personas.

Les diré tres cosas: La cruz de Jesús hace muchas cosas si confían en Él. Primero, son perdonados. Jesús dijo esto desde la cruz. «Padre», ¿qué? «Perdónalos». ¿A quiénes? ¡A sus asesinos! Permítanme decirles que si Jesús es capaz de perdonar a sus asesinos justo cuando lo estaban asesinando, puede perdonar a cualquier persona por cualquier cosa.

¿Cuántos de ustedes de veras necesitan oír esa confirmación: que han sido perdonados? ¿Cuántos de ustedes han hecho algo así? ¿Dijeron o hicieron algo horrendo? Porque miren, nuestro pecado es de comisión; hacemos cosas malas. Es de omisión; no hacemos lo que deberíamos hacer. Pecamos de pensamiento, palabra, obra, y motivo. ¿Cuántos de ustedes han pecado y alguien los mira y les dice, «Te perdono»? ¿Qué sienten en ese momento? ¿No es como un peso que les quitan de encima, como quitarle la culpa a la conciencia? ¿Eso no da vida?

«¿Me perdonas? Gracias. ¿No me vas a pedir que haga algo? ¿No vas a castigarme? ¿No me vas a gritar? ¿No le vas a decir a nadie? ¿No me vas a destruir?». No, simplemente te perdono. Asombroso. Jesús simplemente nos perdona. Cuando pecamos, pecamos contra los demás, pero finalmente pecamos contra Dios. Es lo que dice el salmista. «Contra ti solamente, oh Señor, he pecado». Jesús nos miraría a los ojos, como amigos, cara a cara, y nos diría: «Te perdono». Solo necesitamos recibirlo.

Segundo, Jesús nos limpia en la cruz. Porque el perdón es para los pecados que hemos cometido. La limpieza es para los pecados que cometieron contra nosotros. Han pecado horriblemente contra algunos de ustedes. Hoy en día una de cada tres mujeres ha sido violada sexualmente, uno de cada seis hombres han sido violados sexualmente. El hogar de sus padres se desintegró. Sus amigos los traicionaron. La gente les ha mentido, los han traicionado, se han aprovechado de ustedes. Personas a quienes entregaron sus corazones los han destruido y traicionado por completo.

En Cristo, ustedes han sido limpiados. No importa lo que hicieron. No importa lo que les hayan hecho. Se trata de lo que Jesús hizo por ustedes. En la Biblia ¿cuál es el color predilecto que viste el pueblo de Dios? Blanco. ¿Por qué? Porque han sido perdonados y limpiados.

David: Creo que Jesús me ha estado buscando constantemente. Creo que he sido el hijo pródigo, cuando despiertas y dices, «Jesús, estoy… sabes que estoy arrepentido», sobre todo yo. «Mi corazón está oscuro y frío hacia ti y hacia mi esposa, y lamento que sea así, sabes». Lo que ha pasado en los últimos 8 meses es que esa imagen del hijo pródigo que empieza su viaje de regreso, y mientras el hijo aún estaba lejos, el padre corrió hacia él. Y lo que me encanta de eso es que antes de que el hijo pudiera decirle algo, el Padre corrió hacia él, y ese es el cuadro de lo que Jesús ha hecho en mi corazón y sigue haciendo en mi corazón y en mi matrimonio. Gracias a Jesús, amo a mi esposa. Gracias a Jesús, puedo volver a sonreír. Gracias a Jesús, puedo decir, «Hombre, hace tanto tiempo que no me siento ansioso». Sabe, gracias a Jesús me siento mucho más libre en la vida a diferencia de la prisión en que vivía sin Jesús.

Cambia como vemos a las personas. No somos víctimas; somos limpios. No estamos sucios; somos limpios. No hemos sido profanados; somos limpios. No somos mercancía dañada; somos limpios. Jesús tomó toda la inmundicia. Les dio toda Su justicia. En Cristo han sido perdonados y son limpios.

¿Saben qué? Al fin y al cabo es cuestión de identidad. Tantas personas hoy en día tratan de averiguar quiénes son, o tratan de inventar quienes son, tratan de crear quienes son. Es lo que resulta en todos los problemas que tenemos. Quieren aparentar que todo lo tienen bajo control, o que no es así, y están hartos de disimular y ocultarse. Jesús viene y dice, «Has sido perdonado; eres limpio».

Y tercero, nos renueva. ¿Saben lo que eso significa? Les da una mente nueva. Empiezan a pensar de otra manera. ¿A cuántos de ustedes les ha pasado eso? Les da nuevos deseos. De pronto piensan, «Quiero leer la Biblia. Quiero estar con la gente de Dios. Quiero integrar un grupo comunitario. ¿Qué? ¿Qué me pasó? Quiero cantarle a Jesús aunque mi voz suene como si me hubiera capturado Al-Qaeda. ¡No puedo cantar, pero quiero cantarle a Jesús! De repente la gente me está contando sus problemas, y estoy hablando con Jesús. “¿Qué opina de Jesús? ¿Qué está haciendo Jesús en tal cosa? ¿Y qué significado tiene Jesús para usted?”».

Cuando uno se vuelve cristiano, ha sido perdonado, limpiado, y hecho nuevo: Tiene una mente nueva, nuevos deseos, una nueva comunidad, una nueva identidad, y un nuevo destino. El cristianismo no se trata de tratar de mejorar y esforzarse más. Se trata de ser renovado, perdonado, limpiado, y ser nuevo. Y les cuento que esa es mi historia. Esa es mi historia.

8. Toda la Biblia se trata de Jesús

Octavo, creemos que toda la Biblia se trata de Jesús. Este libro se trata de Jesús. Se trata totalmente de Jesús. Es lo que dice en 1 Corintios 15:3, «Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras». Dice que la Biblia se trata de Jesús. No se trata solo de lo que uno debe hacer. Se trata de lo que ya se ha hecho.

Esta es la verdad, amigos. La Biblia no se trata principalmente de ustedes, aunque es para ustedes. Se trata de Jesús. A veces pensamos, «Oh, pero qué dice de mí? ¿Qué dice de mí? ¿Qué dice de mí?» Usted no es el héroe. De acuerdo, el libro entero no es sobre usted. Habla de Él y Su amor por usted. Habla de su salvación por usted, y sus buenas nuevas para usted.

En Mars Hill creemos que toda la Biblia se trata de Jesús. Por eso es que la Biblia puede ser enseñada, pero si Jesús no es proclamado, la Biblia no fue enseñada correctamente. Lo que pasa entonces es que la enseñanza se vuelve solo en una terapia en vez de la salvación, cómo sentirse mejor y hacer más, y no cómo conocerlo a Él. Les daré unos ejemplos de cómo ocurre este trastoque. Si no creemos que el tema principal de la Biblia es primeramente Jesús, acabamos moralizándolo. Se vuelve moralidad.

Permítanme decirles. No somos inmorales, pero tampoco somos morales. Necesito tener cuidado con eso. Algunos dirán, «Dijeron que no había que ser moral. Amén, esta es la iglesia para mí». No estamos diciendo eso. No estamos diciendo que queremos que sean inmorales, pero estamos diciendo que tampoco queremos que sean morales. Queremos que sean cristianos. Queremos que conozcan al Jesús de la Biblia, queremos que el Espíritu Santo more en ustedes, y queremos que la vida de Cristo empiece a manifestarse en su vida para que sean más como Jesús. Lo conectamos todo con Jesús y creemos que la Biblia entera finalmente se trata de Jesús.

9. Jesús está vivo

Noveno, aquí están las buenas noticias. Creemos que Jesús está vivo. No está muerto. No es apenas un ejemplo muerto como Martin Luther King o Mahatma Gandhi. Ellos tuvieron una vida notoria. Podríamos leer sus biografías y leer algunas observaciones interesantes de buen consejo. Pero las buenas noticias es que no solo murió, resucitó para conquistar la muerte y el pecado que causa la muerte.

Pablo lo dice así. ¡Es una locura! Si han sido cristianos por mucho tiempo, piensan. Jesús resucitó de la muerte. ¡Piénsenlo! Imagínense que van al funeral de una persona y lloran, ven a la familia, vuelven al trabajo a los dos días y el que estaba muerto le manda un texto, «Oye, ¿quieres almorzar?». ¡Uy! Es algo inesperado. [Se ríe la congregación] Es asombroso.

El problema es el pecado, y el pecado resulta en muerte, pero la solución es la resurrección de Jesús. Pablo lo dice de esta manera en 1 Corintios 15:4–8, «que Jesús fue sepultado». Bien, está muerto. «Que resucitó al tercer día [tal como lo había prometido], conforme a las Escrituras». ¿Por qué? Porque toda la Biblia se trata de Jesús. «Que se apareció a Cephas», o sea a Pedro, «y después a los doce», uno de los cuales era Tomás el que dudó diciendo, «No lo creo. Hasta que vea la cicatriz en Su costado y en sus manos, no lo creo». Aparece Jesús, y Tomás cae postrado, como todos deberíamos hacerlo, y le dice, «Señor mío, y Dios mío». Y adora a Jesús resucitado.

«Después se apareció a más de 500 hermanos a la vez». Algunos dicen, «Oh, estaban alucinando». 500 personas no tienen la misma alucinación. ¿Amén? Usted dirá, «Sí, todos alucinamos, y después fuimos a ver una película». No, fueron a ver una película 500 personas. Una alucinación es un trastorno muy privado, ¿cierto marihuaneros? Es un trastorno muy privado. [Aplaude la congregación]

«La mayoría de los cuales viven aún, pero algunos ya duermen». Y lo que Pablo está diciendo, es: «Los que vieron a Jesús resucitado; sí, algunos han muerto, pero la mayoría de ellos siguen vivos. Pueden ir a preguntarles, “¿Vieron a Jesús?”. “Sí, está vivo. Desayunó con la gente, abrazó a la gente, enseñó”». Y después dice que se quedó 40 días. Hasta se quedó con su familia de tal manera que Su madre, una devota mujer judía empezó a adorar a su hijo como Dios. Lo mismo le pasó a dos hermanos de Jesús. Es lo que está a punto de decir.

«Después se apareció a Jacobo», o sea a Su hermano. ¿Cuántos de ustedes lograrían que su hermano los adorara como Señor, Dios, Salvador, Redentor, Rey, Creador, y Cristo? ¡No! [Se ríe la congregación] Los hermanos mayores les hacen cosas horribles a los hermanos menores, ¿cierto? Los hermanos mayores les hacen cosas a los hermanos menores que si no fueran hermanos los meterían presos por hacerles esas cosas. ¿Cierto? Los ponen boca abajo en el inodoro, les jalan los calzones, les hacen actos espontáneos de violencia, ensayan a los ninjas. Cosas horribles que les hacen a sus hermanitos, horribles.

Jesús era el hermano mayor. Sus hermanitos lo adoraban como Dios. Y eso que eran judíos devotos que sabían, «Si resulta que Él no es Dios, nos vamos al infierno por adorar un dios falso». Jacobo, el hermano de Jesús, más adelante se vuelve pastor, escribe un libro de la Biblia titulado Santiago. Mejor dicho, es asombroso.

La carga de la prueba recae sobre los que niegan la resurrección de Jesús porque el cristianismo no es solo una filosofía. No es una terapia. No es sicología No es sociología. Es historia. Jesús vivió, Jesús murió, Jesús resucitó. Eso tiene significado. Eso nunca había ocurrido. Nunca volverá a suceder. Él es único, distinto. No hay otro como Él. Nadie más hace lo que Él hace. Y los que dicen, «Él no resucitó de la muerte», tienen que explicar todas estas líneas de razonamiento. Jesús está vivo. Ascendió de vuelta al cielo.

Si no lo cree, vean lo que dice el Apóstol Pablo. «Y al último de todos, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí». Pablo dice, «Yo lo vi». Alguien dirá, «Pues sí, Pablo es un pastor y escribió la Biblia». Pero no empezó así. Empezó odiando a Jesús y a los cristianos, quizás como algunos de ustedes que se volverán cristianos hoy. Bienvenidos. En el libro de Hechos lo vemos asesinando a un diácono de la iglesia primitiva llamado Esteban. ¡Lo estaba asesinando! Si en su currículum pusiera su especialidad, diría: «Mi especialidad es matar diáconos». ¿Cierto? No estaba en pro de Jesús. ¿Amén? Estaba en el otro bando. Mejor dicho, para los cristianos del Siglo I, su nombre es sinónimo con Bin Laden. Es decir, así consideran a este tipo. ¿Cierto? Odia al pueblo de Dios, y quiere que mueran.

¿Cómo se volvió cristiano Pablo? Se llamaba Saulo, y lo cambió a Pablo. ¿Cómo empezó a adorar a Jesús? ¿Saben lo que tuvo que pasar? Un evento magnífico. Estaba asesinando cristianos, y Jesús baja del cielo, lo ciega, lo tumba de su caballo y le dice: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? «¿A qué te refieres?». «Estás perjudicando a la iglesia; ese es mi pueblo». «¿Y quién eres tú?». «Soy Jesús. ¡No te metas conmigo!». «Ay, ay, ay».

La iglesia primitiva al oír que Pablo se había vuelto cristiano dijeron, «Sí, claro. Lo creemos, seguro que sí». ¿Se imaginan si Pablo viniera a su grupo pequeño? «Muy bien, todos cierren los ojos. Vamos a orar». No, no, no, no, no. Voy a orar con un ojo abierto. Pero no oraré con los ojos cerrados porque me matarás. Harás alguna vileza. He oído hablar de ti». Toda la vida de Pablo cambió porque conoció a Jesús resucitado. Y lo que Pablo está diciendo es «Créanme, Él está vivo. Créanme, la muerte ha sido conquistada. Créanme, el pecado ha sido perdonado. Créanme. Yo no lo creía, pero no puedo refutarlo».

10. Jesús salva del pecado y la religión

Décimo, creemos que Jesús salva del pecado y la religión. Es una parte distintiva de Mars Hill porque muchas veces el cristianismo se presenta así: «¡Ustedes los pecadores tienen que arrepentirse!». Y todos los religiosos aplauden, «Viva, no somos como ellos. Somos mejores que ellos». Y los pecadores piensan, «Hombre, están tratando de convertirme en una persona religiosa». Y a veces los religiosos se muestran hipócritas. Hay adulterio y cosas así. Y los cristianos piensan, «Entonces no son mejores que nosotros. Son unos hipócritas. Al menos somos auténticos». [Se ríe la congregación]

Pero esta es la verdad. Hay dos enemigos de Jesús que son: el pecado y la religión. Dos enemigos de Jesús: el pecado y la religión. El pecado es innovador; la religión es tradicional. El pecado no se conforma; la religión es conformista. El pecado infringe reglas; la religión las guarda. Los pecadores tienden a ser liberales; los religiosos tienden a ser conservadores. El pecado tiende a la inmoralidad; la religión tiende a ser muy moral. El pecado tiende a la desobediencia; la religión tiende a ser muy obediente. A veces el pecado es perezoso; y la religión puede esmerarse mucho. El pecado tiende a ser visible. Uno sabe porque sabe. La religión tiende a ser invisible porque mora en el corazón, la mente, y los motivos. El pecado usa a la gente; la religión juzga a la gente. El pecado es injusto; la religión busca su propia justicia, es santurrona.

Antes de que Pablo se volviera cristiano, era pecador, pero su verdadero problema era la religión. A veces se nos olvida. Dijo en otra parte, «Yo era fariseo». La secta más estricta de todas. Dijo: «Estudié con un rabino líder llamado Gamaliel». O sea que estudió en la mejor escuela teológica. Probablemente se había memorizado libros enteros del Antiguo Testamento en el hebreo original.

Dijo lo siguiente: 1 Corintios 15:9–10, «Porque yo soy el más insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia de Dios. Pero por la gracia de Dios soy lo que soy». Dice, «Este era mi problema: Yo era religioso. Era tan religioso que juzgaba a las personas y condenaba a las personas y me oponía a ellas y las lastimaba. Yo no era como Jesús».

Así que, dos cosas: Si usted vino hoy, y es pecador, arrepiéntase de su pecado. Lo que eso significa es ponerse de acuerdo con Dios de que usted necesita un Salvador llamado Jesús. Pero si vino hoy y es religioso, arrepiéntase de su religión, de su soberbia, de su santurronería, de su jactancia, de tomar en cuenta los males recibidos, de todo lo bueno que ha hecho y en qué manera es superior a los demás.

Personalmente yo tiendo hacia lo religioso porque me crié en un barrio pobre de clase obrera, pero era el joven que nunca tomaba. Nunca consumía droga. Nuca fumaba cigarrillo. No era cristiano, pero me esforzaba mucho y era una buena persona. Pero cuando empecé a leer la Biblia me di cuenta que las personas como yo fueron las que asesinaron a Jesús, y que éramos los malos y no los héroes y que no se trata de mi desempeño y mi religión y mi devoción y mi celo y de trabajar duro y de mi gran esfuerzo. Se trata de la gracia de Jesús, de su amor y su misericordia.

Si usted es pecador, arrepiéntase de su pecado y confíe en Jesús. Si es religioso, arrepiéntase de su religión y confíe en Jesús. Jesús tiene dos enemigos, no solo uno: el pecado y la religión. Por último… ¿saben lo que significa cuando un pastor dice “por último”? Nada. [Se ríe la congregación] Presiente que no están poniendo atención y le gustaría arreglar eso por mucho tiempo.

11. La gracia de Dios resulta en hacer discípulos y sembrar iglesias

Número once, creemos que la gracia de Dios resulta en hacer discípulos y sembrar iglesias. 1 Corintios 15:10–11. «Y su gracia para conmigo, [dice], no resultó vana; antes bien he trabajado mucho más que todos ellos», o que cualquiera de ellos. ¿No les suena un poco arrogante? Vuelvan a leerlo. «He trabajado mucho más que todos ellos». Uy, suena un poco arrogante.

Pero continúa diciendo, «Aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. Sin embargo, haya sido yo o ellos, así predicamos y así creísteis». Por tanto creemos que la gracia de Dios resulta en hacer discípulos y en sembrar iglesias.

La perspectiva de la gracia de Dios que muchos de ustedes tienen es muy anémica, reducida, y diluida. Es su favor y su amor inmerecido, Su afecto por usted. El concepto que ustedes tienen de Dios es que está muy lejos, y que deben esforzarse mucho y que cuando fracasan Dios se desilusiona, y que los va a juzgar y que Jesús los salvará porque sabe lo miserables que son. Eso no suena muy alentador, ¿verdad? Es como si Dios les dijera, «Corran y atraviesen ese muro. Sé que no pueden hacerlo. Y cuando se caigan les diré que los perdono por lo miserables que son. ¡Ahora párense y pónganse a correr otra vez». «¿En serio, así es mi vida? ¿Me darás un casco? ¿Me darás un suspensorio? ¿Me darán un día libre? Es una descripción del puesto de trabajo muy difícil. ¿Alguna vez podré atravesar el muro?». «¡No!». «¿Y qué pasa si no corro?». «¡Irás al infierno!». «Uy, esto es demasiado. No sé. Ay, está bien. ¿Y tampoco podemos tomar? ¿Entonces cómo vamos a lidiar con todo esto?». [Se ríe la congregación]

La verdad es que la gracia de Dios lo perdona a uno hasta cuando fracasa, pero en la mayoría de los casos la gracia de Dios nos da poder para ser lo que no podemos ser, y hacer lo que no podemos hacer, mediante un poder que no poseemos. La gracia de Dios no solo nos levanta cuando caemos, nos mantiene fuertes para que no tengamos que hacerlo.

Después dice, «Hice muchas cosas, y trabajé más duro que todos, y mi vida de veras ha contado y ha hecho una diferencia significativa por la gracia de Dios que fortalece, da poder, y dones. La gracia de Dios nos da poder para ser nuevas personas. Sí, la gracia de Dios está ahí para perdonar cuando fracasamos, pero también está ahí antes de fracasar para cambiar nuestros corazones, cambiar nuestra mente, cambiar nuestros deseos, reorientar el rumbo de nuestra vida, y convertirnos en personas diferentes, para darnos significado, valía, propósito, y placer.

Sabemos que Jesús está con nosotros, en nosotros, que Jesús es por nosotros y que aunque fracasemos, Jesús nos perdonará. Pero como Jesús está con nosotros, ya no tenemos que obedecer al pecado. Podemos obedecer a Jesús. No tenemos que obedecer a la condenación y la culpa y la vergüenza y despertarnos pensando, «¿Habrá alguna esperanza para mí?». Sí, la hay. Y la esperanza es para usted. No está en usted; es para usted en Cristo y en la gracia de Dios.

Conocerán personas que por la gracia de Dios tienen poder. Pensamos, «¿Cómo lo hacen? ¿Por qué llevan una vida libre, gozosa, fructífera, alegre, de esperanza, centrada en la Biblia?». Es por la gracia de Dios, por el poder de la presencia del Espíritu Santo en la vida del cristiano. La vida cristiana es algo que vivimos para Dios. Es algo que Dios vive en nosotros, en Cristo. Es algo que Cristo vive en nosotros. Es algo que Cristo vive por medio de nosotros, y nos conduce a una vida sensacional, apasionada y llena de gozo. ¡Esta es la mejor vida que hay! ¡No hay culpabilidad, vergüenza, ni condenación en ella; y al final está la eternidad!

Por eso creemos en Mars Hill que eso significa que la gente necesita a Jesús y que los que conocen a Jesús están completamente llenos del Espíritu Santo, el gozo, y la esperanza, y presentan a Jesús a otras personas, quien cambia las vidas, cambia los legados, cambia los linajes, y las personas conocen a Cristo. Ya hemos visto a más de 1.000 personas en nuestra iglesia bautizarse como nuevos cristianos este año. Esto sigue estallando. No podemos explicarlo, pero Jesús está vivo. Él es el Pastor Principal. Él es bueno. Está tomando a las personas. Está haciendo la diferencia y los invita a ustedes a estar en misión con Él.

Esperamos, confiamos, y oramos por estas cuatro iglesias, en tres estados, en un día. ¿Por qué? Porque Él está vivo y por eso cualquier cosa es posible. Confiamos que ustedes van a dar. Confiamos que van a servir. Confiamos que les importa. Confiamos que van a orar. Aquí estoy para amar y servir. Aquí estoy para tener esperanza y dar. Pero finalmente, esta es su iglesia, este es su Jesús, esta es su ciudad, y este es su momento. [Aplaude la congregación]

Oración

Dios Padre, muchas gracias por la Palabra de Dios que es viva y eficaz. Espíritu Santo, gracias porque inspiraste las Escrituras para que fueran escritas y porque iluminas nuestro entendimiento por ellas. Gracias que se tratan por completo de Jesús, que no estamos aquí para dar una conferencia en sociología, una conferencia en sicología, una conferencia en filosofía. Estamos aquí para conocer al Dios que creó los cielos y la tierra. Estamos aquí para que nuestros pecados sean perdonados, para limpiar la inmundicia y tener vida nueva.

Dios, pido por la Iglesia Mars Hill. Pido por todas nuestras localidades. Pido por las más de 400 iglesias de Hechos 29. Pido por el movimiento de 200.000 personas que pertenecen a esta tribu que has compuesto y en la cual tenemos el privilegio de participar. Dios, no lo entendemos. Al igual que Pablo, diríamos que trabajamos duro y cosas asombrosas se hacen. Pero en realidad es por la gracia de Dios, que da fuerza, poder, ánimo, la motivación, la transformación, el cambio de vida, que amolda destinos, que sacude al mundo, que ha sido derramada mediante la Persona y la obra de Jesucristo.

Jesús, confesamos que Pablo tiene razón. A veces nos olvidamos. Necesitamos un recordatorio de quién eres y lo que has hecho, de quién somos en ti y lo que podemos hacer por ti. Y Dios, ahora al responder pido que tomes a los que no son cristianos, y que los conviertas en cristianos y les des un profundo deseo en sus corazones de conocer a Jesús. Señor Dios, para los que han tomado prestada la fe de sus padres, pido que encuentren su propia fe. Señor Dios, para los que han sido hipócritas y han vivido religiosamente y pecaminosamente, que les concedas tener una relación con Jesús que les dé vida. Señor Jesús, y te damos muchas gracias porque nos das el privilegio de participar en lo que estás haciendo. Ver vidas cambiadas, incluyendo la nuestra. Te damos gracias por eso. Y te decimos gracias, en el buen nombre de Jesús. Amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.