Antes de regresar al cielo, el Señor Jesucristo nos dijo que recibiríamos poder, y el Padre envió al Espíritu Santo para aplicar la obra de la cruz a nosotros y hacer que la presencia de Dios morara en nosotros. Y nos dimos cuenta que no había un mejor lugar para predicar ese mensaje y mostrar esa verdad que aquí en la hermosa y asoleada ciudad de Albuquerque, Nuevo México: un lugar iluminado físicamente pero muy oscuro espiritualmente.
Esta fue nuestra primera iglesia Mars Hill fuera del estado. Desde que se vincularon a nosotros hace unos años, es ahora nuestra iglesia de más rápido crecimiento y también cuenta con el más alto porcentaje de conversos y bautismos entre todas nuestras iglesias Mars Hill porque vemos a las personas ser salvas del pecado, de la religión, y de la espiritualidad demoníaca en grandes números. Es una obra muy emocionante en un lugar muy necesitado, y nos da mucho ánimo darles la oportunidad de ser testigos de la obra de Dios aquí en Albuquerque.
Hay tres categorías de personas. Deben determinar en cuál están.
Algunos de Uds. son unos pecadores típicos y estancados. No levanten la mano, pero están con nosotros. Y lo que puede pasar es que más o menos suponen que la vida que han vivido es inevitable, que están medio estancados. Se sienten impotentes para cambiar. Tal vez lo intentaron. No funcionó. Quizás haya pecado que han tenido en la familia durante generaciones. Dan por sentado, «Así somos; así son las cosas. Estamos cuasi condenados a un destino de seguir estancados en el pecado. No podemos escapar, por lo tanto tenemos que aprender a controlarlo, o aceptarlo». O quizás para algunos de Uds. celebrarlo y convertirlo en una identidad.
Algunos de Uds. son religiosos, es decir, tienen algún sentido de culpabilidad o de estar conscientes de Dios. Saben que ciertas cosas son malas y otras buenas y de veras quieren ser obedientes quieren ser personas morales, quieren ser conformistas, quieren llevan una vida buena, por eso tratan muy duro y hacen lo mejor posible, pero la religión acaba en uno de dos lugares: la vanidad, en la que Ud. se siente como una persona buena y desprecia a todos los demás con un poco de santurronería, petulancia, soberbia; o la desesperación. «Lo intenté, pero no puedo cambiar mi vida. No puedo obedecer a Dios. Sé lo que debo hacer, pero es que no puedo hacerlo. Ahí es donde va a parar la religión.
Y la tercera categoría es la espiritualidad. Los pecadores dan por sentado que no pueden cambiar, los religiosos suponen que no pueden cambiarse ellos mismos, y la gente espiritual quiere cambiar pero como no pueden cambiarse ellos mismos, buscan alguna fuente externa de poder y vida, y como resultado se inmiscuyen en la espiritualidad nativo americana. Terminan adorando la creación, en vez del Creador, o terminan abriéndose ellos mismos a cualquier fuerza espiritual, algún ser, o poder. Como resultado, dan cabida a lo demoníaco es sus propias vidas, y en sus familias. Y algunos de Uds. están envueltos en eso. Ha sido una realidad en su familia por generaciones.
Pastor Donovan: Me encanta la cultura. De niño cazaba con mi papá, sembraba maíz, chiles. Ese es el símbolo del sol. Viene de Zía; de ahí soy yo. De ahí es mi familia. El circulo representa la mañana, el medio día, la tarde, y la noche; y las estaciones de la vida como la infancia hasta la vejez. Representa norte, sur, este y oeste; invierno, verano, otoño, y primavera. También es el símbolo de la bandera estatal de Nuevo México. El concepto principal es que el sol da energía; el sol da vida; el sol da sustento. Sostiene todas las cosas. Al aceptar eso como un hecho, toman el sol y de hecho lo deifican, lo convierten en un dios, y lo llaman o dicen que es su padre.
La verdad es que sí necesitan cambiar, pero no pueden cambiarse Uds. mismos, y necesitan otro poder que los cambie pero debe ser el poder del Espíritu Santo. Tiene que ser Dios que viene a morar en Uds. y alumbrar nueva vida por medio de Uds.. Así que quisiera hablarles hoy de la Persona y obra del Espíritu Santo, porque estamos en un área donde creen en los espíritus, pero no conocen al Espíritu Santo; creen en un poder sobrenatural, pero no entienden el poder de Dios.
Al contemplar la vida de Jesús, aunque no sean cristianos, supongo que respetan Su vida, la Persona más famosa, más poderosa, más asombrosa que ha vivido en la historia del mundo, y tienen que preguntarse, «¿Cómo lo hizo? ¿Cómo pudo Jesús vivir así?». La Biblia dice repetidas veces con énfasis y claridad que vivió por el poder del Espíritu Santo.
Creo que esto es sumamente importante para nosotros porque Jesús no es solo un buen ejemplo. Al ver a Jesús no podemos decir sencillamente, «Vivió de esta manera y quiero vivir como Él», creyendo que pueden hacerlo con su propio poder o que pueden hacerlo mediante cualquier clase de poder espiritual sobrenatural. Necesitan el poder de Dios para llevar una vida cuyo modelo es la vida de Jesús.
Albuquerque cuenta con, qué, ¿300 días al año de sol? Parece un área donde brilla mucho la luz del sol. Pero en un lugar donde hay luz física, también hay gran oscuridad espiritual. Y algunos están atrapados en el pecados, y otros en la religión y algunos están atrapados en una espiritualidad generalizada, confusa. Y a veces estas cosas se combinan y la espiritualidad se mezcla con la religión, manifestándose en expresiones de un catolicismo comprometido y un pentecostalismo extraño en su ciudad.
Pastor Donovan: Aquí lo que tienen es algo así como la vida espiritual católica de Nuevo México. Esta iglesia aquí se ha convertido más o menos en una ermita para los neo mexicanos. Algunos caminan cientos de millas para venir aquí el Viernes Santo, como penitencia, pidiendo perdón. Creo que hay muchas creencias supersticiosas en estos lugares en cuestión del Espíritu. Esto se llama Chimayo. Puede untarse las manos y el cuerpo con tierra. Para sanarse supuestamente y aliviar el dolor. Cuando era niño yo venía a este lugar y en realidad parecía un lugar sagrado. O sea, los íconos, la tierra, el entorno, siempre me pareció que había alguna clase de espíritu aquí. Mejor dicho, uno podía ver las heridas y el dolor. Estoy seguro al ver estos zapatitos ahí, que pertenecen a un niño que tal vez murió. Aunque Cristo está aquí, y los crucifijos están aquí, hay imágenes de Jesús, pero todo es aparte del evangelio. Hay un sentido de espiritualidad aquí. Hay sanidad. Hay milagros que ellos creen llevarse a cabo.
Pastor AJ: Creo que se lo atribuirían solo a la tierra o al crucifijo que fue encontrado, o a este lugar y a los árboles que fueron sembrados y al estado de abandono en que fue hallado, y la gloria en que ahora se encuentra, y menos al Espíritu Santo que obra y sirve a las personas activamente.
Y lo que la gente está tratando de averiguar es «¿Cómo vivimos una vida nueva? ¿Cómo nos volvemos nuevas personas? ¿Dónde está el poder del cambio?». Se encuentra en la Persona y obra del Espíritu Santo. Así que vamos a observar la vida de Jesús y vamos a preguntarnos, «¿Cómo pudo vivir así?».
Lo primero que necesito que sepan es que Jesús es Dios eternamente. Es el Creador del cielo y de la tierra, y pecamos contra Él, y entró en la historia de la humanidad para realizar una misión de rescate. A Su divinidad Dios añadió humanidad, y Jesús vino a vivir en la tierra con nosotros, y lo hizo humildemente. Lo hizo con humildad porque miren, es lo opuesto a la espiritualidad y la religión. La espiritualidad y la religión enseñan conjuntamente ya sea uno que medio practica el chamanismo pagano o un sacerdote católico, que la idea es que hay hombres santos que tienen poder espiritual, «Y si nos acercamos a este hombre santo recibiremos el poder». Solo hay un Hombre santo. Se llama Jesús. El resto de nosotros, hombres y mujeres, somos pecadores y lo necesitamos a Él. Nadie nos acerca a Dios y al poder de Dios y a la vida de Dios excepto Jesucristo.
Jesús viene; no es que un hombre se haya vuelto divino, o Dios, o altamente espiritual, sino que Dios se humilló a sí mismo y vino entre nosotros como hombre y vivió humildemente. Tenía todos los atributos divinos, pero decidió despojarse de ellos y vivir como Ud. y yo para mostrarnos cómo debemos vivir en la presencia y el poder del Espíritu Santo. Entonces Dios Padre envía a Dios el Hijo, y la vida del Hijo de Dios tiene el poder de Dios el Espíritu Santo.
Quisiera hablarles de Dios el Espíritu Santo en el Evangelio de Lucas. ¿Vamos a hacer un recorrido completo del libro de Lucas, ¿cierto? O sea que nos vamos a demorar un poco, pero veremos un tema y seguiremos ese hilo, o sea el ministerio del Espíritu Santo en y en torno a la Persona y la obra de Jesús.
Empezaremos en el capítulo 1, versículo 14. Si tienen una Biblia, ábranla ahí. Si tienen una aplicación, búsquenlo. Lucas 1, empezando en el versículo 14, empieza hablando de Juan, el primo de Jesús, extraño, educado en casa, y rural. Era un niño extraño. Vestía una capa Jedi, y su dieta consistía en insectos y miel, ¿de acuerdo? Bajo esas circunstancias uno clasifica como un niño raro. Pero viene como el profeta del Antiguo Testamento preparando el camino para Jesús, predicando el arrepentimiento del pecado.
Entonces, hablándole a su madre, Elisabet, le dice, «Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán por su nacimiento Porque él será grande delante del Señor». ¿Cuántos de Uds. quieren ser grandes delante del Señor? Dirán, «Quiero vivir de tal manera que cuando esté delante de Dios me diga, “Bien hecho, buen siervo y fiel. La vida que llevaste es la vida que yo quería para ti”». Aspirar a una vida así no es algo malo, pero después explica cómo se hace posible.
«Porque él será grande delante del Señor; no beberá ni vino ni licor». Lo que dice aquí es muy importante. Consumir alcohol no es pecado. Jesús hizo una bebida alcohólica y la consumió, pero para algunos de Uds. es pecado, y Dios les daría la misma orden que le dio a Juan. No tomen. No tomen para olvidar sus problemas. Acudan al Espíritu Santo para conquistarlos. Es exactamente lo que dice de Juan.
«No beberá ni vino ni licor, pero será lleno del», ¿qué? Del Espíritu Santo. Si desean vivir una gran vida delante del Señor, que supera sus adicciones y compulsiones, y hasta pueda librarlo de una historia familiar de algo como el alcoholismo, la respuesta no es, el pecado, «No puedes cambiar». La respuesta no es la religión: «Esfuérzate más y siéntete más culpable». La respuesta no es la espiritualidad: «Solo trata de conectarte con el mundo que Dios creó». La respuesta es conozcan a Jesús y sean llenos del Espíritu Santo. Para que vivan una vida poderosa por el mismo poder que tenía Jesús.
Luego dice, «Y será lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre». Eso es lo que queremos para nuestros hijos, ¿cierto? Que sean llenos del Espíritu Santo.
Luego dice, «Y él hará volver a muchos de los hijos de Israel al Señor su Dios, e irá delante de Él en el espíritu y poder de Elías», o sea que Juan iría antes de Jesús en el Espíritu, o el Espíritu Santo, «en el poder», o sea en el poder del Espíritu Santo de Elías, «para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los desobedientes a la actitud de los justos, a fin de preparar para el Señor un pueblo bien dispuesto».
Parte de la obra del Espíritu Santo es salvar a la gente, sobre todo cuando son jóvenes y pequeños, para darles nueva vida; para darles un nuevo poder para que sirvan a Jesús. Uno sabe que el Espíritu Santo está obrando cuando los niños aman al Señor y cuando sus padres los aman.
Hay muchos patriarcas en este auditorio. Estoy viendo algo aquí en Nuevo México que francamente no veo en ninguna otra parte del mundo. Los hombres son patriarcas. Si los hombres son salvos, sus familias son salvas. Si los hombres siguen a Jesús, sus esposas e hijos siguen a Jesús. Por tanto hombres, Uds. necesitan saber que una de las cosas que el Espíritu Santo quiere hacer en sus corazones es hacerlos amar a sus esposas y a sus hijos y hacer volver su corazón hacia su familia.
También dice que el Espíritu Santo quiere volver los corazones de los hijos a los padres. Hay muchas problemas en Nuevo México, al igual que en mi ciudad y en todo el mundo. La mayoría de ellos pueden atribuirse a los pecados de los padres, hombres que se portan mal y hacen cosas deshonrosas. Y la obra del Espíritu Santo es cambiar a los hombres para que sean como Jesús, cambiar a los hijos para que amen a sus padres para que el poder de la reconciliación de Dios ocurra no solo entre nosotros y Dios, sino entre nosotros y las generaciones en nuestra familia.
Pastor AJ: Sí, una de las maneras en que hemos visto al Espíritu Santo obrar en esta iglesia es salvando a las personas. Está reconciliando relaciones, relaciones clave entre familias que se remontan cientos de años, y está cambiando cómo nos vemos unos a otros, la gracia que extendien unos a otros. Estamos viendo maridos que fueron infieles a sus esposas, reconciliarse por medio del arrepentimiento, apartándose de un estilo de vida de infidelidad, con la bendición de Dios permitiendo que ella lo perdone, y que él se arrepienta, y luego se juntan y nace un niño, el fruto de esa gracia en sus vidas, la que trajo el Espíritu Santo.
Uds. sí pueden cambiar. Hombres, Uds. pueden cambiar. No pueden cambiarse Uds. mismos. No necesitan ser espirituales generalmente hablando. Necesitan a Jesús y al Espíritu Santo.
La historia continúa. Versículo 35, «Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios».
María pregunta, «Soy virgen. ¿Cómo voy a tener un hijo?». Dios viene y le dice, «El Espíritu Santo hará un milagro en tu vientre. Hará que Dios el Hijo nazca por medio de tu vientre». El Hijo de Dios también será el Hijo de María.
Y entonces el Espíritu hace lo siguiente: Hace algo milagroso. Aquí es donde debemos ver que la concepción de Jesús es mediante la Persona y la obra y la presencia y el poder de Dios el Espíritu Santo. La vida de Jesús no tiene sentido aparte de la Persona y la obra del Espíritu Santo. Por eso les ruego, les imploro, no vean a Jesús tan solo como un buen ejemplo. Otros líderes religiosos como Mahatma Gandhi y otros hacen esto. Dicen, «Oh, es un gran hombre. Es un gran ejemplo». Pero no es tan solo un gran ejemplo. Es Dios con nosotros, que vino a salvarnos, a salvarnos del pecado y llenarnos con su Espíritu para que podamos vivir una nueva vida, con la Suya por modelo. No es solo nuestro ejemplo, es nuestro Dios. Es nuestro Salvador. Fue quien envió al Espíritu Santo. Es quien nos cambia.
Aun su nacimiento fue por el poder del Espíritu Santo de una manera que no fue diferente a nuestro nacimiento por el poder del Espíritu Santo. Si han nacido de nuevo, han nacido de nuevo como Jesús nació: por milagro del Espíritu Santo. Él sigue haciendo esa clase de milagros.
También tenemos a Elisabet. Elisabet, su parienta, también estaba embarazada. Leemos en el versículo 41, «Y aconteció que cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo». Elisabet viene en presencia de Jesús. Elisabet tiene a Juan el Bautista en su vientre. María, una parienta, tiene a Jesús en su vientre. Las dos se ven. Elisabet fue llena del Espíritu Santo y adoró a Jesús.
Una de las formas en que sabemos que tenemos al Espíritu Santo es porque adoramos a Jesús. El Espíritu Santo ama a Jesús. El Espíritu Santo sirve a Jesús. El Espíritu Santo glorifica a Jesús. Y cuando el Espíritu Santo está en nosotros, queremos hacer lo mismo. Queremos conoce a Jesús. Queremos amar a Jesús. Queremos decir Jesús. Queremos cantarle a Jesús. Queremos ser como Jesús. Y cuando pecamos, le pedimos disculpas a Jesús y corremos a Él.
Sigue el relato, capítulo 1, versículo 66, volviendo a Juan, su primo, un profeta que prepara el camino para la venida de Jesús. «Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo: ¿Qué, pues, llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor ciertamente estaba con él».
Cuando Juan era un muchacho y estaba creciendo la gente notaba que había algo diferente con este muchacho. Vive como alguien que está conectado con Dios por el poder de Dios. No es un pecador. No es religioso. No es espiritual. Le pertenece a Dios. Hay algo distinto en este muchacho. Y la analogía es dada que la mano del Señor está sobre Él. Cuando la Biblia usa ese lenguaje, denota que el Espíritu Santo está actuando en su vida.
¿Han visto eso? Si Ud. es padre o madre, si ven a sus hijos compungidos del pecado, amando a Jesús, si ven una humildad profunda y una preocupación profunda y empatía por los demás, si ve entendimiento espiritual que les ha sido impartido mediante la Biblia, también debería celebrar y decir que la mano del Señor está sobre ellos, que Dios está obrando en ellos y por medio de ellos.
Después aparece el Espíritu Santo, como leeremos, a un hombre llamado Zacarías, en este texto, versículo 67: «su padre Zacarías fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó». Está a punto de hablar acerca de Jesús y su profecía toda se trata de quién es Jesús y por qué vino y lo que Jesús hace.
Quiero que sepan esto. No pueden entender quién es Jesús, por qué vivió, por qué murió, por qué resucitó, por qué viene otra vez; no pueden entender lo que dice la Biblia sin el Espíritu Santo. ¿Cuántos de Uds. han tenido esta experiencia? Puede que tengan un trasfondo religioso. Cuando se criaron iban a misa o a la iglesia, o lo llevaron a algún ministerio para estudiantes o jóvenes. Estaba bien consciente de Dios, pero en realidad no conocía a Jesús. No le amaban, no entendían quién es Él; y de repente el Espíritu Santo abrió su entendimiento y se dieron cuenta que «Oh, Él es Dios. Es el Salvador. Es quien perdona pecados».
Si han tenido esa experiencia, el Espíritu Santo misma forma como se lo reveló a Zacarías se los ha revelado. Se los ha revelado. De modo que aunque entienden que Jesús es Dios, ya han experimentado una obra milagrosa del Espíritu Santo en su vida, así como Zacarías. Él entendía quién era Jesús.
Saltamos al capítulo 2, versículo 25. Aquí vemos un hombre llamado Simeón. «Y había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él por el Espíritu Santo».
¿Cómo vivió Simeón como un hombre justo? Por el poder del Espíritu Santo. La manera como podemos llevar una vida justa, decirle no al pecado, y cambiar de verdad, vivir como nuevas personas con nuevos deseos y nuevos corazones y nuevas mentes, es por la presencia y el poder y la Persona del Espíritu Santo.
«Y por el Espíritu Santo se le había revelado que no vería la muerte sin antes ver al Cristo del Señor». O sea que es un hombre anciano. Ha estado en el ministerio durante años, y el Espíritu Santo le dijo, «No morirás hasta que nazca Jesús y venga a la tierra. O sea que está esperando, ya como viejo.
Y viene en el Espíritu a realizar su ministerio. En la nomenclatura de hoy lo llamaríamos un pastor. Y el Espíritu Santo está sobre él, y el Espíritu Santo lo está guiando. Y creemos, amigos, que el Espíritu Santo todavía puede revelarnos cosas. Todavía puede guiar nuestros pasos. Todavía puede informar nuestra mente. Todavía puede instruirnos diariamente.
Entonces Jesús llega. «Movido por el Espíritu fue al templo. Y cuando los padres del niño Jesús le trajeron para hacer conforme al rito prescrito por la Ley». Es como la dedicación de un bebé, ¿cierto? María y José traen a Jesús, y aquí tenemos a Simeón, que es como un pastor, que viene a dedicar a Jesús al Señor.
«Y bendijo a Dios y dijo: Ahora, Señor, permite que tu siervo se vaya en paz, conforme a tu palabra; porque han visto mis ojos tu salvación la cual has preparado en presencia de todos los pueblos; luz de revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel». ¿No les parece asombroso? Dice, «Dios, has contestado la promesa que me hiciste. ¡Aquí está la salvación!». Jesús es la fuente de Salvación, perdón de pecados, vida eterna, reconciliación con Dios.
Y dice, «Saben qué, es una luz a los gentiles». Amigos, Uds. viven en una tierra de gentiles. O sea un lugar donde están los que no son descendientes de Abraham, físicamente hablando. Y Jesús viene a dar luz a los gentiles. Algunos de ustedes difícilmente aceptarán esto. Y permítanme decirles: No pueden mezclar el cristianismo con otra espiritualidad. No pueden. Jesús más cualquier cosa lo echa todo a perder.
Algunos de Uds. quieren tener a Jesús y el camino de los gentiles. Quieren tener las tinieblas y la luz.
Pastor Donovan: Fue una decisión enorme que tuve que tomar cuando le dije a mi padre que no creía más en su dios, o sus dioses, o lo que él me había enseñado a creer. Se sintió destrozado. Le dolió. Pero supongo que eso es lo que la verdad hace.
Algunos de Uds. necesitan ir a su casa. Necesitan deshacerse de cualquier muñeco, atrapasueños, espiritualidad pagana, espiritualidad nativa. Necesitan deshacerse de eso porque no es santo. No es piadoso. Será difícil para algunos porque creerán, «¿Estoy negando a mis antepasados?». No, pero están negando la mentira que el enemigo le dijo a sus antepasados. Están negando la mentira que les fue contada a sus antepasados por el enemigo, un engaño que quisiera esclavizar su familia por generaciones de adorar cosas creadas, y no a Dios el Creador, vivir en tinieblas espiritualmente; ser cautivos y aprisionados por el demonismo. Esa es la historia de esta región. Se trata solo de Jesús, siempre Jesús, tiene que ser Jesús. Jesús, más cualquier cosa, lo echa a perder todo.
Si no está contento con la historia de su familia, no está contento con la historia de su ciudad, si no está contento con la historia de su vida, Jesús. Arrepiéntase de su pecado, deshágase de todo lo que lo deshonre, reciba el Espíritu Santo para volverse una nueva persona, tener vida nueva y dejar un legado para sus hijos y nietos. La forma de vivir aquí no está funcionando. Las mujeres no son honradas. Los hombres no son nobles. Los niños no están esperanzados. Y dice, «Revelación a los gentiles». Nosotros somos los gentiles. Jesús es la revelación.
La historia sigue. Jesús está creciendo, empezando en el versículo 39. Habiendo ellos cumplido con todo conforme a la Ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret. Y el niño», o sea Jesús, «crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre Él».
Ese lenguaje, «La gracia de Dios», es la presencia del Espíritu Santo. ¿Cómo creció Jesús de niño a muchacho, a adolescente, a hombre adulto? ¿Cómo aprendió a leer la Biblia? ¿Cómo creció en santidad? ¿Cómo le decía «no» al pecado y «sí» a la voluntad del Señor? Por el poder del Espíritu Santo.
Esto es lo que quiero para Uds.. Quiero que sean llenos del Espíritu Santo. Quiero que crezcan en sabiduría, estatura, y gracia con los hombres y con Dios. Quiero que tengan una vida nueva. Quiero que sean como Jesús. Quiero lo mismo para sus hijos y sus nietos.
En el capítulo 3 versículo 16 avanza más rápido. Aquí tenemos el bautismo de Jesús. Capítulo 3, versículo 16: «Juan respondió, diciendo a todos»: O sea, su primo, «Yo os bautizo con agua». O sea que Juan tenía un ministerio de bautismos. Es como un profeta del Antiguo Testamento que llama a la gente a arrepentirse y prepararse para la venida de Jesús.
«Pero viene el que es más poderoso que yo; a quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego». ¿Saben cómo recibir el Espíritu Santo? De Jesús. De Jesús. No necesitan un sacerdote. No necesitan un hombre espiritual. No necesitan un Chamán. No necesitan peregrinar a un lugar sagrado. No necesitan acudir a un lugar donde hay energía espiritual con la que pueda conectarse. Todo eso es demonismo.
Vayan con Jesús. Un solo mediador entre el hombre y Dios, Cristo hombre. Es lo que dice la Biblia. Ud. dice, «Jesús, aquí está mi pecado». Y Él dice, «Aquí tiene el Espíritu Santo». Vaya qué intercambio. Qué intercambio. «Toma mi pecado. Dame el Espíritu Santo. Trato hecho, gracias, fantástico, genial». Es la oferta que Jesús hace. Es la oferta que Jesús da. Nos da el Espíritu Santo. Es lo que dice Juan.
La historia continúa. Versículo 22, ahora Jesús va a ser bautizado, representando su vida, muerte, sepultura, y resurrección. El Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma, y vino una voz del cielo, que decía:», versículo 22: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido».
Me encanta esto. Aquí vemos toda la Trinidad, un Dios en tres Personas. Dios Padre habla desde el cielo. Dios el Hijo sale del agua. Dios el Espíritu Santo desciende sobre Jesús como una paloma. Ahí está toda la Trinidad, y Dios Padre habla desde el cielo. «En ti me he complacido».
Y yo les diría esto. Si están en Cristo, Dios Padre les dice lo mismo a Uds. Si están en Cristo, Él está muy complacido con Uds. porque su vida está en Cristo, su perdón está en Cristo, su justicia está en Cristo. No obramos para que Dios nos ame. Obramos porque ya nos ama. No obramos para que Dios nos haga santos, porque en Cristo ya lo hizo.
Aun antes de empezar su ministerio público, el Padre estaba complacido con Él. Antes de hacer cualquier cosa, si están en Cristo, Dios se complace en Uds.. No dejen que el enemigo le susurre al oído. No dejen que los condene, que los avergüence, que los deje lisiados. Reciban a Cristo. Reciban el Espíritu Santo. Reciban la justicia como un don, y después dejen que el Padre les diga: «En ti me he complacido. Ahora haremos algunas cosas juntos, no para que te ame, sino porque ya te amo porque estás en Cristo, y yo amo a Cristo, y si estás en Cristo, te amo a ti».
Entonces aquí vemos, no que Jesús estuviera sin el Espíritu Santo hasta este momento en su ministerio público. Él estaba viviendo por el poder del Espíritu Santo, pero en este momento el Espíritu Santo se presenta en público. ¿Saben por qué? Porque la gente no podía entender. La gente miraba a Jesús y se preguntaba, «¿Cómo lo hace? Ah, el Espíritu Santo desciende sobre Él y así es como lo hace».
Mateo 3 tiene esta versión del bautismo también que añade un dato de información interesante. Dice que el Espíritu Santo reposó sobre Jesús. Usa ese lenguaje. El Espíritu Santo se quedó sobre Jesús, para que cuando Jesús siguiera adelante con su vida viéramos el Espíritu Santo en, con, y por medio del Señor Jesús. Por tanto si nosotros vemos al Señor Jesús y decimos, «Quiero vivir como Jesús…», es por el poder del Espíritu Santo.
Después continúa el relato en el capítulo 4, versículo 1. A algunos de Uds. les dijeron equivocadamente, «Entreguen su vida a Jesús, y Él les quitará todos sus problemas». Pero fueron salvos y las cosas empeoraron. O sea: «Creo que no funcionó». Sí funcionó porque miren, existe Dios y existe Satanás, y hay una gran batalla. Si Ud. en el equipo de Satanás, el de las tinieblas, y se vincula al equipo de Jesús, el de la luz, recibirá un ataque más severo porque ahora se ha alineado con Jesús.
Entonces Jesús comienza su ministerio públicamente, y después en Lucas 4 es tentado. «Jesús» ¿lleno de qué? El Espíritu Santo. Ahí lo vemos otra vez, ¿cierto? Lo que pasa a menudo es que la gente habla mucho del Espíritu Santo y no lo conectan con Jesús. Por consiguiente la gente tiene ideas muy raras sobre quién es el Espíritu Santo y lo que hace. Ser lleno del Espíritu Santo es ser como Jesús. Ser guiado por el Espíritu Santo es ser como Jesús. Quiero que entiendan eso.
Entonces aquí, «Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu en el desierto». El Espíritu puede guiarlos, dirigir el rumbo de sus vidas. «Vive aquí, cásate con fulano, trabaja aquí, has aquello, no hagas lo otro». Puede dirigir sus pasos. Lo hará. Lo hará.
«Por cuarenta días, siendo tentado por el diablo». Son 40 días de ayuno y oración. No sabemos exactamente lo que Jesús estaba haciendo. Es posible que estuviera estudiando el libro de Deuteronomio porque si leen el resto del capítulo, cuando Satanás viene a Él, le cita una y otra vez de memoria, Deuteronomio.
«No comió nada». ¿A cuántos de Uds. se les hace muy difícil hasta perder una comida? A mí sí. Jesús ayunó y oró 40 días. Yo les diría, en términos prácticos no lo hagan a menos que los haya asesorado su médico. De no ser así, no serán como Jesús, lo verán, ¿cierto? Morirán. [Se ríe la congregación]
Pero aquí es donde Satanás de veras nos ataca, cuando tenemos hambre, estamos aislados, cansados, ¿cierto? Ahí es donde los va atacar: cuando tienen hambre, están aislados, cansados, porque son más débiles. Aquí Jesús está siendo atacado. Tiene hambre, está aislado, y está cansado. Tiene un momento de debilidad. Si Ud. tiene momentos de flaqueza, tiene hambre, está aislado, y cansado, es vulnerable.
«Y no comió nada durante esos días. pasados los cuales tuvo hambre». El diablo viene y lo tienta y lo prueba. No lo leeré todo, pero Jesús le dijo «no» a la tentación y «sí» a Dios. La Biblia dice en Hebreos 4 que Jesús fue tentado en todo como nosotros, pero nunca pecó. ¿Alguna vez se han preguntado cómo Jesús rehusó la tentación? Tuvo grandes tentaciones. Satanás viene, como dice en este contexto, y le muestra todos los reinos del mundo; cualquier mujer que quiera, todo el dinero que quiera, la casa que quiera, la gloria que quiera, la posición que quiera, la fama que quiera, el poder que quiera. Satanás le dice, «Te lo daré. Puedes tener una corona sin una cruz. Puedes reinar sin tener que sufrir». ¿Qué tentador sería eso? ¿Cómo fue que Jesús rehusó? Por el poder del Espíritu Santo. ¿Cómo podrán rehusar la tentación Uds.? Por el poder del Espíritu Santo.
No es pecado ser tentado. Necesitan saber esto porque Satanás también es mentiroso, como dice en Juan 8. Mentirá y les dirá, «Ya fuiste tentado. Es demasiado tarde. Mejor acaba de una vez». La tentación y el pecado son diferentes. La tentación no es un pecado. La tentación es una oportunidad de pecar, o adorar a Dios. ¿Qué le pasó a Jesús? Fue tentado. Uds. serán ¿qué? Tentados. Pero Jesús nunca pecó. Le dijo «no» al pecado y «sí» a Dios. Uds. pueden hacer eso por el poder del Espíritu Santo.
Al ser tentados pueden decir, «Bien, Jesús, el enemigo está atacándome ahora. Espíritu Santo, por favor dame una mente nueva. Ayúdame a pensar en forma distinta sobre esta tentación. Dame nuevos deseos. Hazme que quiera no hacer esto. Dame pasión para obedecer. Dame nuevos placeres para la santidad. Espíritu Santo, por favor ayúdame. Quiero ser como Jesús ahora. Quiero rehusar eso y apartarme de eso». El Espíritu Santo se presentará y le dará poder en ese momento. ¿Sí o no? Téngalo por seguro. Así que cuando sea tentado, sepa que es una oportunidad para invitar al Espíritu Santo a darle poder para que rehúse el mal y viva una nueva vida.
Capítulo 4, versículo 14, «Jesús regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y las nuevas acerca de Él se divulgaron por toda aquella comarca. Y enseñaba en sus sinagogas, siendo alabado por todos». Jesús vence la tentación. Regresa al pueblo, y dice que está lleno del Espíritu Santo, y enseña.
¿Cuántos de Uds. quieren enseñar? Quieren enseñarles a sus hijos la verdad. Quieren ayudar a su cónyuge siendo buenos consejeros y confidentes. Quizás quieran dirigir un grupo comunitario aquí en Mars Hill, o dirigir un grupo de redención, o sienten el llamado de Dios en su vida a enseñarles a los demás. Podría ser consejería uno a uno o en grupos pequeños. Podría ser en clases, o quizás hasta predicando, y Dios lo llama a sembrar una iglesia pero Ud. tiene el deseo de enseñarles a los demás.
¿Cómo puede hacer eso? Por el poder del Espíritu Santo. La diferencia entre la enseñanza común y corriente y la que tiene el poder del Espíritu Santo es enorme. No es suficiente decir la verdad. El Espíritu Santo tiene que estar presente no solo para tomar sus palabras, sino para abrir los corazones de la gente conjuntamente para los propósitos de Dios. Puede que algunos de Uds. tengan temor y digan, «No sé si lo haré bien. No sé si haré las cosas correctamente». Permítanme decirles como maestro que uno de los aspectos más importantes de la enseñanza es ser lleno del Espíritu Santo, ser guiado por el Espíritu Santo, confiar en el Espíritu Santo para ser guidado e instruido a fin de abrir el entendimiento de las personas.
Aquí Jesús abre Isaías, en el capítulo 61, versículos 1 y 2 de Isaías. «El Espíritu del Señor está sobre mí». ¿Qué está diciendo? El Espíritu Santo está sobre mí. Toma Isaías 61:1 que fue escrito 700 años antes de que siquiera Jesús hubiese nacido en la tierra, y está diciendo, «Esto se refiere a mí, y aquí estoy. El Espíritu del Señor está sobre mí». Jesús nos dice abiertamente, públicamente, sencillamente, claramente cómo logrará una dedicar su vida por completo al ministerio. ¿Cómo lo logrará? Por el poder del Espíritu Santo.
«El Espíritu del Señor está sobre mí porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año favorable del Señor». Lo que Jesús está diciendo es, «Tengo un mensaje de liberación», que ciertas personas viven en cautiverio.
Amigos, hay dos clases de esclavitud: Hay esclavitud cuando alguien o alguna cosa que uno odia se apodera de uno. También está la esclavitud que nosotros mismos elegimos, en la que nos entregamos a alguien o algo que amamos. Para muchos de nosotros es una esclavitud auto elegida. En nuestra cultura usamos el lenguaje de la adicción. El lenguaje bíblico es la esclavitud. Ya sea sexo, comida, dinero, poder, gente. El que sea, o lo que sea que Ud. adora, o a lo que se entregue, lo tiene esclavizado o lo tiene controlado como un amo o señor. Es una esclavitud auto elegida. Y Jesús está diciendo que las personas cautivas en la esclavitud necesitan ser puestos en libertad.
Y que el Espíritu del Señor estaba sobre Él para proclamar las buenas nuevas, y las buenas noticias son diferentes al buen consejo. El buen consejo le dice a uno qué hacer. Las buenas noticias nos dice lo que Jesús ya hizo. El buen consejo nos dice cómo ser espirituales o religiosos. Las buenas noticias nos dicen cómo ser cristiano. Las buenas noticias también se conocen como el evangelio. Que Jesús es Dios, que Dios se hizo hombre, que Dios fue tentado como nosotros fuimos tentados, pero Dios resistió toda tentación; que vivió por la Persona y la presencia y el poder del Espíritu Santo; que fue a la cruz, se sustituyó a sí mismo, murió en nuestro lugar por nuestros pecados. La expiación es necesaria.
La paga del pecado es muerte, y Jesús paga esa pena. Es puesto en la tierra y resucita a los tres días triunfante sobre Satanás, el pecado, la muerte, el infierno, y la ira de Dios. Y si Ud. confía en Él, recibe el Espíritu Santo, se vuelve una nueva persona con nuevos deseos, un corazón nuevo, una nueva mente, vida nueva; a tal punto que en la Biblia a muchos que se vuelven cristianos les es dado un nombre nuevo porque no solo son mejores versiones de sí mismos, son personas completamente nuevas.
¿Cuántos de Uds. en Mars Hill Albuquerque han tenido esa experiencia? Hemos tenido casi 300 bautismos en esta iglesia desde que se volvió Mars Hill hace unos años. Hay personas que han cambiado completamente, radicalmente. Eran cautivos, han sido puestos en libertad. Eran pecadores espirituales o religiosos quizás, y ahora están llenos del Espíritu Santo viviendo nuevas vidas, no vidas perfectas, pero vidas cuyo modelo es Jesús. Jesús comienza su ministerio público diciendo, «Por eso he venido. Esto es lo que estoy haciendo.
Vayan al capítulo 4, versículo 36. «Y todos se quedaron asombrados, y discutían entre sí, diciendo: ¿Qué mensaje es éste? Porque con autoridad y poder…». Es otra palabra que Lucas usa para describir al Espíritu Santo. «…manda a los espíritus inmundos y salen». No todos los espíritus son limpios. No todos los espíritus son santos. También hay demonios, no solo ángeles.
Y una de las grandes mentiras que el enemigo ha contado es que todo en el reino espiritual es bueno, o confiable, o útil. Eso no es verdad. Satanás hace hasta falsas señales, maravillas, y milagros, dice la Biblia. Se disfraza, dice la Biblia, como un ángel de luz. En esta tierra de gran luz, esta es la causa de que haya gran oscuridad espiritual. La gente solo quiere conectarse con el mundo espiritual. Quieren ser personas espirituales, pero se abren a lo demoniaco. Pero viene Jesús y en efecto expulsa a los espíritus inmundos de las personas.
Para algunos de Uds. esta ha sido su historia y la de su familia. Viven en temor del reino espiritual. Por eso es que algunos de Uds. tienen tradiciones o conjuros, o tienen objetos físicos tratando de protegerse. ¡Nada de eso puede ayudar! ¡Todo eso es demoniaco! ¡Sáquenlo de sus casas! ¡Quítenselo a sus hijos e inviten al Espíritu Santo a entrar y sepan que Jesús tiene autoridad sobre todos los espíritus.
Si están en Cristo, Él les da autoridad para ordenar en el fuerte nombre de Jesús, «Les mando que se aparten de nosotros. Exijo que mis hijos duerman bien esta noche. Pido que el Espíritu Santo more en nuestro hogar, y pido que seamos llenos individualmente y colectivamente del Espíritu Santo y que Jesús, expulse a nuestro enemigo, sus siervos, y sus efectos, que han plagado nuestra familia por generaciones». Eso es exactamente lo que Jesús quiere.
Y repito, no es un rechazo de su herencia. Es rechazar la mentira que el padre de mentiras les contó a sus antepasados. Pero viene Jesús y se deshace de todas las tinieblas espirituales, la opresión, los daños, y la gente está pasmada y Jesús está vivo y Jesús nos da ese poder, y el Espíritu Santo mora en nosotros, y podemos ejercer nuestra autoridad en Cristo, y no necesitamos un chamán, no necesitamos un hombre santo, no necesitamos un pastor, no necesitamos ir a un lugar sagrado, no necesitamos acudir a un objeto poderoso. Lo único que necesitamos es pertenecer a Jesús y valernos de Su autoridad que nos ha delegado. Estas noticias son tan buenas. Si Albuquerque supiera esto, la ciudad entera cambiaría y generaciones serían impactadas.
Pastor Donovan: Las personas están buscando. Buscan algo que adorar. Quieren creer en algo más grande que ellos mismos. Fui criado en una iglesia católica. Vi la cruz, vi el crucifijo, vi las estaciones de la cruz, pero no tenía idea qué era el evangelio. Necesitaba que alguien me hablara de Jesús. Alguien tenía que decirme, «Oiga, ¿alguna vez le ha pedido a Jesús que perdone sus pecados?». La gente necesita oír de una manera muy clara y directa quién es Jesús y lo que hizo.
Sigue el relato, capítulo 5, versículo 17. «Y un día que Él estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseos y maestros de la ley», Son líderes religiosos, y algunos de Uds. son de procedencia religiosa. La tradición, la moralidad, la santurronería, la vanidad, eran los que asesinaron a Jesús. La religión no salva. Arrepentirse de la religión y tener fe en Jesús es lo que salva. No estamos tratando de volverlos religiosos. Queremos que sean cristianos. Hay mucha gente religiosa que no son cristianos, y estas personas estaban sentadas escuchando a Jesús pero no para aprender algo de Él sino para criticarlo y juzgarlo.
«Habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y de Jerusalén; el poder del Señor estaba con Él para sanar». ¿Jesús sanaba? ¿Sí o no? Sí. ¿Cómo sanaba? Por el poder del Espíritu Santo. Jesús aún puede sanar. Repito, no tenemos que acudir a un lugar sagrado. Acudimos a Jesús. No necesitamos manipular el reino espiritual. Necesitamos pedirle a Jesús, el Gran Médico. Jesús oye y contesta cada oración. A veces dice que sí, a veces dice que no, y a veces dice que más tarde. Pero la verdad es que podemos orar por los enfermos, y Dios sí sana a algunos.
Y a decir verdad, aunque muramos, seremos sanados después. Finalmente está la resurrección de los muertos, los ciegos verán, los cojos correrán, los mudos cantarán la gloria de Dios porque como Jesús resucitó de la muerte su pueblo resucitará de la muerte. Así como Jesús tuvo un cuerpo glorificado, tendremos un cuerpo glorificado. A decir verdad, algunos son sanados en esta vida. Todos los que pertenecen a Jesús son sanados en la vida venidera, y es por el poder del Espíritu Santo.
La historia continúa, capítulo 6, versículo 19. «Toda la multitud procuraba tocarle, porque de El salía un poder que a todos sanaba». Repito, Jesús sana por el poder del Espíritu Santo. Oren por los enfermos. Oren para que Jesús los sane. Pero óiganme, amigos, es mejor no ser sanado y pertenecer a Jesús, que ser sanado por un demonio y no pertenecer a Jesús. La meta no es solo la sanidad física, sino la sanidad espiritual que conduce a una resurrección eterna y completa y repleta de sanidad para siempre en la presencia de Dios.
Vayan al capítulo 9. Sé que estamos cubriendo mucho. Solo estaré aquí un fin de semana; estoy tratando de cubrir todo lo posible y comer bastante chile verde. Hasta ahora, todo va súper bien. Lucas 9, «Reuniendo a los doce». Jesús reúne a sus discípulos y «les dio poder y autoridad». Repito, es el lenguaje que usa la Biblia para describir al Espíritu Santo. El Espíritu Santo irá con Uds. El Espíritu Santo les dará poder. Los dirigirá. Los guiará. Los capacitará.
«…para vencer demonios y curar enfermedades. Y los envió a proclamar el reino de Dios y a sanar». El reino de Dios es muy importante. Está Dios que es un Rey. Está Satanás que es el adversario, un enemigo. Está Dios que reina y gobierna, y está Satanás, que trata de reinar y gobernar, y después está la batalla cósmica. Y por último, Satanás fue derrotado en la cruz, y será destruido a la segunda venida.
Pero cuando el pueblo de Dios sale, necesitan saber que salen a la batalla. No solo salen a trabajar; no solo se van a la casa; van a la batalla. Que hay personas que son esclavas del pecado; que Satanás y los demonios están obrando; que las mentiras han causado su destrucción y daño. Al salir como ciudadanos del reino, son como soldados marchando contra el fuego enemigo.
Pero al ir, vayan con poder y autoridad. Vayan con la Persona y la obra del Espíritu Santo a proclamar la verdad, a orar por los enfermos, y a delatar las mentiras e invitar a las personas a conocer a Jesús y ser parte de su gran reino.
Necesitan saber esto. Algunos de Uds. pensaron equivocadamente que tan pronto se volvían cristianos, «Mi vida será más fácil». No es así. De hecho, a menudo se vuelve más difícil porque Satanás odia y declara la guerra contra todos los que aman y sirven a Jesús. Es una guerra, amigos. Es una guerra por su matrimonio. Es una guerra por sus hijos. Es una guerra por sus nietos. Es una guerra por su comunidad. Es una guerra por su ciudad. Es una guerra, y hay dos reyes y dos reinos. Y si han pasado de las tinieblas a la luz, se han vuelto soldados en el ejército de Dios, y mediante el poder del Espíritu Santo pueden llevar una vida nueva y presentar a otros a Jesús ayudando a librar a los cautivos.
La historia continúa. Volteen al capítulo 10, versículo 19. Dice algo más. «Mirad, os he dado autoridad». Ahí está el lenguaje del Espíritu Santo, «para hollar sobre serpientes y escorpiones», ese es el lenguaje de los demonios, «y sobre todo el poder del enemigo, y nada os hará daño. Sin embargo, no os regocijéis en esto, de que los espíritus se os sometan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos».
Aquí Jesús está corrigiendo su rumbo. Él sabe que algunos vendrán y dirán: «¡Tendré poder! ¡Podré ordenar a los demonios! ¡Podré andar en victoria! ¡Tendré autoridad!». Y sabe que Satanás usaría eso para tentar el orgullo de ciertas personas a pensar, «Sí, soy muy poderoso. Sí, soy muy espiritual. Sí, tengo gran autoridad». Y eso los conduciría a una espiritualidad desmesurada a la jactancia, y los apartaría de Jesús al enfocarse en sí mismos, diciendo que la victoria no es Suya sino de ellos.
Pero Jesús dice, «No se regocijen porque tienen autoridad espiritual. No se regocijen porque los demonios están sujetos a su nombre. Si quieren emocionarse por algo, emociónense por el hecho de que Jesús murió por Uds.. Emociónense por el hecho de que Jesús resucitó por Uds.. Emociónense por el hecho de que Jesús los ama. ¿Saben qué es mejor que expulsar demonios? Ser amado por Jesús. Eso es lo que está diciendo.
Algunos de Uds. son de procedencia pentecostal y carismática donde cada domingo expulsaban demonios, se desquiciaban, y tenían un domingo bien raro. [Se ríe la congregación] Lo que está diciendo es que no debemos buscar señales y prodigios. Debemos buscar a Jesús. Y al buscar a Jesús, las señales y prodigios nos seguirán. Es lo que Jesús dice en otra parte. Una generación perversa busca señal. No andamos detrás del poder espiritual. Queremos a Jesús. No enfocamos toda nuestra energía en los demonios. Queremos conocer el Espíritu Santo. Ejercemos autoridad cuando sea necesario, ¿pero saben lo que de veras nos emociona? Jesús. Él es nuestro Dios, nos ama, y nuestros nombres están escritos en su Libro, y estaremos con Él para siempre.
Jesús dice algo asombroso, y algunos de Uds. lucharán con la desesperación, el desánimo, la depresión. La categoría principal de medicamentos recetados en Estados Unidos son los antidepresivos. Las personas están desanimadas. No estoy diciendo que no haya razones emocionales, biológicas, o sicológicas. Pero es sorprendente que vivimos en una tierra creada para la vida, la libertad, y la búsqueda la felicidad, y muchas personas no son felices. Jesús estaba en la quiebra, sin techo, lo odiaban, iba a ser crucificado, y tenía gozo. Eso es diferente. [Se ríe la congregación]
Leemos esto en Lucas 10:21. «En aquella misma hora Él se regocijó mucho en» ¿qué? ¿De dónde venía el gozo de Jesús? Del Espíritu Santo, no de las circunstancias. Ven, a veces no podemos cambiar lo que pasa en su vida, pero puede cambiar su actitud por el poder del Espíritu Santo.
Les daré un ejemplo. Hablaba con una mujer hace poco. Está muriéndose de cáncer. Su cuerpo se está deteriorando. Está muy enferma, en muy mal estado. Estábamos hablando, y le dije, «¿Cómo te sientes?». Me dijo, «Me estoy muriendo y es algo horrible, y no me quiero morir. Quiero ver a mis hijos. Quiero ver a mis nietos. ¡Quiero vivir!». Y le dije, «¿Pero cómo te sientes? Ella dijo, «Sabes, a pesar de todo algo raro está pasando. Tengo mucho gozo». Le dije, «Cómo así».
Me dijo, «Al sufrir, estoy muy agradecida de que Jesús haya sufrido por mí. Puedo apreciar más su sufrimiento». Y me dijo, «Al morir, estoy muy agradecida de que Jesús haya muerto por mí». Y ella dijo, «Y como Jesús resucitó, estoy muy emocionada porque un día tendré un cuerpo nuevo, sin cáncer, y estaré con Jesús para siempre». Y dijo, «Al morir, les estoy hablando a las personas acerca de Jesús, y se están volviendo cristianas, y eso me entusiasma mucho».
Y ella dijo, «Y espero que Jesús salve el resto de mi familia para que estemos juntos con Jesús para siempre». Ella dijo, «Entonces, si pienso en el cáncer me siento muy deprimida, pero si pienso en Jesús me siento muy animada». Ese es el gozo del Espíritu Santo. Ahí es cuando el Espíritu Santo nos permite pensar en cosas relacionadas con Jesús.
Si desea tener gozo, pídale al Espíritu Santo, «Enséñame acerca de Jesús. Ayúdame a pensar como Él piensa y a sentir como el siente para que aun cuando no pueda cambiar mis circunstancias pueda cambiar mi actitud en medio de circunstancias que no cambian».
Capítulo 11, versículo 33, «Pues si vosotros siendo malos». Es una declaración defensiva, ¿cierto? Probablemente no la pondrían en su parachoques. «Vosotros siendo malos». Pero lo que dice es esto. Sin la obra del Espíritu Santo, y el Espíritu Santo es quien toma la cruz de Jesús aplica esa salvación y esa redención a nosotros, sin la obra del Espíritu Santo de aplicar la obra de Jesús, somos malos. Somos egoístas. Somos egocéntricos. No existimos para la gloria de Dios. Existimos para la gloria de nosotros mismos.
«Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que» ¿qué? «A los que se lo pidan» ¿Cómo recibimos el Espíritu Santo, Mars Hill? Pidan. Pídanle al Padre. Cuando mis hijos llegan a casa vienen y me piden regalos, y no tienen que pedir perfectamente. No tienen que emplear el lenguaje correcto. Soy su padre, interpreto lo que dicen, entiendo. Soy un padre que ama sus hijos, ¿y saben lo que diría si es un buen regalo? Sí, seguro, es genial. Me encantaría regalarte eso.
Dios Padre es un Padre. Los ama. Y van y le dicen, «Padre, dame el Espíritu Santo para que pueda vivir por el poder del Espíritu Santo como Jesús, mi hermano mayor», ¿cuál será Su respuesta? Sí.
A algunos de Uds. les han dicho mal, «Uno no sabe si tiene el Espíritu Santo a menos que hable en lenguas. Uno no sabe si tiene el Espíritu Santo a menos que algo pase». Esta es la verdad. Uno sabe que tiene al Espíritu Santo si ama a Jesús. Algunos de Uds. hablarán en lenguas; algunos de Uds. no lo harán. Hay un montón de dones espirituales que el Espíritu Santo imparte y ninguno de ellos indica por completo si tiene o no tiene el Espíritu Santo. Pero Pablo dice en Corintios, «Nadie dice que Jesús es el Señor, sino por el Espíritu Santo. Si Ud. llama a Jesús Señor, si ama a Jesús como Señor, tiene al Espíritu Santo.
Personalmente nunca he hablado en lenguas. Algunos me han dicho, «Qué lástima que no tenga el Espíritu Santo». ¿En serio? ¿Entonces cómo me volví cristiano? ¿Entonces cómo es que enseño la Biblia? ¿Por qué me arrepiento del pecado? ¿Cómo explica todos los cambios que ha habido en mi vida desde que era un muchacho de 19 años de una familia trabajadora con un genio violento, que dormía con sus novia? La diferencia es el Espíritu Santo. Si quieren el Espíritu Santo, lo único que tienen que hacer es pedirlo. «Padre, por favor dame el Espíritu Santo». Y Jesús dice que la respuesta es siempre «Sí», y su vida empezará a cambiar.
Capítulo 12, versículo 12: ¿Cuántos de Uds. no hablan de Jesús con denuedo y claridad y frecuentemente porque tienen miedo? ¿Les da ansiedad? Quieren hablarles, pero «¿Y si lo digo mal? Me encantaría decir algo en el grupo comunitario, pero, ay, ¿y si lo digo mal? Me encantaría dirigir un grupo comunitario, pero ¿qué tal si no sé qué decir? Me gustaría inclusive hablarles a mis hijos acerca de Jesús o a mis familiares, amigos, compañeros de trabajo, pero hay ansiedad. ¿Qué tal que lo diga mal? ¿Qué tal que no me salgan bien las palabras? ¿Qué tal si empeoro las cosas?».
Jesús dice lo siguiente: Capítulo 12, versículo 12, «Porque el Espíritu Santo en esa misma hora os enseñará lo que debéis decir». ¿Saben qué? El Espíritu Santo quiere que hablen con la gente. Quiere que sirvan a la gente. Quiere que brinden ayuda a la gente. Quiere que les hablen a las personas acerca de Jesús.
Así que esta es la clave. Cuando sea hora de hablar, tomen un momento, aunque sea en silencio, en sus mentes. Digan, «Está bien, Espíritu Santo, estoy declarando Lucas 12:12. Dame las palabras que debo decir». ¿Cuántos de Uds. han tenido esa experiencia? Abren la boca y piensan, «No sé en qué irá a parar esto?», y lo dicen y piensan: «¡Eso estuvo genial! ¡Eso estuvo asombroso! ¡Bravo, no me salió el tiro por la culata, bravo». Eso fue el Espíritu Santo, ¿cierto? Cuántos de Uds. han dicho algo y pensaron, «¡Ni siquiera sabía eso!». [Se ríe la congregación] «Y yo dije eso. ¡Eso fue increíble!». Fue un versículo que ni siquiera me sabía de memoria pero me acordé de él en ese momento porque el Espíritu Santo me lo trajo a la mente».
Esa es la fe que sale adelante y dice, «Ahora hablaré de Jesús, y confiaré que el Espíritu Santo me dará las palabras que debo decir». Porque, amigos, no se trata de solo hablar, es Dios quien habla por medio de Uds., y Dios quiere usarlos. Quiere que sean como el cartero que reparte el correo.
¿Cuántos de Uds. han tenido esa experiencia? Dios usa sus palabras y abre los corazones de las personas y les brinda ayuda y hace una gran diferencia y sale sintiéndose tan gozoso, diciendo, «Hombre, tengo que ayudarle a alguien en nombre de Jesús. Dios quiere que compartamos su gozo. Dios quiere que ayudemos a su pueblo. Dios quiere que hablemos de su Hijo. No necesitan ser tímidos, llenos de ansiedad, o temerosos. Necesitan abrir la boca, por fe, y pedirle al Espíritu Santo que guíe sus palabras, y lo hará. Lo hace.
Volteen a Lucas 24. Esta es la trama del Evangelio de Lucas, Después de que Jesús muriera en nuestro lugar, por nuestros pecados en la cruz, después de su resurrección al final del Evangelio de Lucas, empezando en el versículo 49 Jesús reúne a sus seguidores. En Hechos dice que eran como 120 y todos se preguntaban, «¿Y ahora qué? O sea, Jesús vivió, murió, resucitó. ¿Ahora qué?».
Están muy emocionados y quieren hablarle a todo el mundo acerca de Jesús. ¡Quieren predicar el evangelio y sembrar iglesias y ser misioneros y decirle a todos que Jesús es Dios! ¡Dios estuvo entre nosotros! Fue tentado como nosotros. Rehusó pecar. Fue crucificado. Pagó nuestra pena de pecado. Conquistó a Satanás, nuestro enemigo. Perdona nuestro pecado. Envía el Espíritu Santo. Cambia nuestra vida. ¡Podemos resucitar de la muerte y estar con Él para siempre! ¡Jesús es el Señor!». Están muy entusiasmados.
Jesús los mira y les dice, «Todavía no. No vayan. No es tiempo. ¿Qué necesitan? Poder». Poder. Versículo 49, «Y he aquí, yo enviaré sobre vosotros la promesa de mi Padre; pero vosotros, permaneced en la ciudad hasta que seáis investidos con poder de lo alto».
Repito, ¡el cristianismo no es la vida que Uds. viven para Dios! No lo es. Es la vida que Jesús puso en Uds. por el Espíritu Santo y que vivió por medio de Uds. por el poder del Espíritu Santo. Repito, ¡no tienen que pecar! Pueden cambiar. ¡No deben ser religiosos y tratar de cambiarse Uds. mismos! Necesitan el Espíritu Santo. No deben ser espirituales y aceptar cualquier poder espiritual. Necesitan a Jesús y el poder del Espíritu Santo.
Y Él les dice, «Todavía no pueden salir a vivir la vida cristiana. El Espíritu Santo tiene que venir, tiene que tomar la obra de salvación y aplicarla a Uds.». Necesita efectuar un cambio en Uds. para que puedan salir y llevar una vida nueva y contarles a las personas acerca de Jesús». Y eso fue lo que pasó. Lucas es la protosecuela. El libro de los Hechos es una secuela. Escribió el libro en dos partes. Lucas se trata de la vida de Jesús. Hechos se trata de la vida de la iglesia. Lucas se trata de la obra del Espíritu Santo por medio de Jesús. Hechos se trata de la aplicación de la obra de Jesús a la iglesia, y después la obra del Espíritu Santo por medio de la iglesia.
Hoy, 2.000 años más tarde, vemos al principio del libro de los Hechos que la iglesia estaba reunida, eran como 120 personas, y así como el Espíritu Santo desciende sobre Jesús, Dios el Espíritu Santo desciende sobre la iglesia y aplica la obra de Jesús a sus vidas por el poder del Espíritu Santo. ¡Entonces estalla la iglesia! Miles de personas se vuelven cristianas y el cristianismo aumenta de 120 personas en Israel a miles de millones de personas esparcidas por todas las naciones de la tierra.
Uds. y yo estamos aquí participando con esos testigos, dando testimonio y evidencia de que Jesús es Dios, que murió y resucitó, y que ha enviado el Espíritu Santo y que el Espíritu Santo ha estad obrando y que los cautivos han sido puestos en libertad y que la luz ha sigo traída a la oscuridad y que las naciones del mundo pertenecen a Jesús. Uds. y yo somos parte de la evidencia de la resurrección de Jesús y el poder del Espíritu Santo. Si Jesús no resucitó, si el Espíritu Santo no fue enviado, ¡no estaríamos aquí! ¡La iglesia no existiría! Pero Jesús está vivo. El Espíritu Santo ha sido derramado, y estamos aquí como testigos de ello.
Pastor Donovan: Mi esperanza para Albuquerque es que más y más personas oigan el evangelio. El Espíritu está obrando aquí, el Espíritu está obrando aquí, y podemos ver la evidencia del Espíritu. Las personas están adorando y cantando el nombre de Jesús por primera vez en la historia. Personas que aborrecían el nombre de Jesús y rechazaban el nombre de Jesús, o se avergonzaban del nombre de Jesús, ahora cantan el nombre de Jesús. Cuando uno se encuentra en un auditorio lleno de personas que cantan a Jesús, ahí hay evidencia.
Así que les tengo una noticia fabulosa. Algunos de Uds. han tenido un cambio de vida tremendo y algunos de Uds. tendrán un cambio de vida tremendo.
Para los que son pecadores, están estancados, han aceptado su pecado, lo reclaman como una identidad, «Oh, es que yo soy así»; o han tratado de esconderlo avergonzados esperando que nadie lo sepa. Jesús lo sabe. No tienen que ser pecadores. Entréguenle su pecado a Jesús, reciban el Espíritu Santo, vuélvanse nuevas personas, reciban vida nueva.
Algunos de Uds. son religiosos. Arrepiéntase de su religión. Dejen de tratar de cambiarse Uds. mismos. Denle su pecado de religiosidad a Jesús, reciban en Espíritu Santo, vuélvanse nuevas personas, vivan una vida nueva.
Algunos de Uds. son espirituales, han estado tratando de cambiarse por algún poder externo, pero no han acudido a Jesús para recibir el Espíritu Santo. Arrepiéntanse de su espiritualidad, reciban a Jesús, sean llenos del Espíritu Santo, vuélvanse nuevas personas, vivan una nueva vida.
Nuestra forma de demostrar esto es por medio del bautismo donde mostramos que «Jesús vivió por mí, Él murió por mí. Él resucitó por mí. Y que así como el agua limpia la suciedad, Jesús limpia de pecado. Así como Jesús resucitó de la muerte, voy a pedirles que se levanten de sus asientos. Voy a orar por nosotros. Donovan nos dirigirá entonando una canción, y Uds. serán llenos del Espíritu Santo y adoración, ¿amén?
Está bien, Dios Padre, oramos contra el enemigo, sus siervos, sus obras y efectos. Padre, dijiste que pidiéramos el Espíritu Santo. Pedimos el Espíritu Santo. Pedimos que el Espíritu Santo aplique a nosotros la obra salvadora de Jesús, que nos llene, que nos cambie y nos dé vida nueva, que nos libre del pecado, que nos libre de la religión, que nos libre de la espiritualidad. Espíritu Santo, pedimos ahora mismo que cambies a las personas, que rompas sus corazones, que cambies su voluntad, que renueves sus mentes, que regeneres sus almas. Dios, hoy pedimos que cambies a las personas de adentro hacia afuera y que veamos sus vidas cambiar. Y Dios, pido particularmente por los hombres porque, Jesús, si te adoran, sus esposas te adorarán. Si te adoran, sus hijos te adorarán. Pido por los hombres jóvenes que se quedaron sin padres, Dios, que hoy los adoptes como Padre celestial y los hagas buenos padres. Señor Dios, para los hombres más entrados en años, quizás sean orgullosos y no quieran doblar la rodilla ni inclinar la cabeza, y no quieren mojarse delante de los demás, pido que sean humildes, que sepan que los mejores líderes son los líderes más humildes, y que sus familias también te adoren. Y Dios, oro por aquellas familias que han sufrido bajo las tinieblas espirituales por generaciones; que salves personas hoy; que rompas las cadenas de la esclavitud; que levantes hombres que sean patriarcas, mujeres matriarcas, y que durante generaciones cuenten la historia que este día el Espíritu Santo llenó a alguien con Su apellido, y su familia nunca volvió a ser igual. Espíritu Santo, te amamos. Te damos gracias porque colmaste de poder la vida de Jesús, y te pedimos que apliques su salvación a nosotros y nos des poder para vivir por Él. Amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.