Jesús nos dio el bautismo y en la Iglesia Mars Hill algo que nos gusta es ver a las personas ser bautizadas. Nos encanta eso. Hoy explicaremos eso, pero antes necesito darles un reporte de buenas noticias. En los últimos 12 meses tuvimos 1.305 bautismos en la Iglesia Mars Hill. Amén.
Lo cual significa que tenemos mucha gente nueva, muchos cristianos nuevos con muchas preguntas. La serie de sermones Jesús ama su iglesia es para darles la bienvenida para que se conecten a la iglesia Mars Hill, a un grupo comunitario, se hagan miembros, y se vuelvan diáconos, miembros del consejo, o que sirvan conforme a los dones que Dios les ha dado. Jesús ama su iglesia y yo amo esta iglesia, y nosotros amamos esta iglesia, y nos regocijamos de formar parte de lo que Dios está haciendo.
Cuando se trata de cosas como el bautismo, con tantos bautismos que hacemos, no damos por sentado que entiendan exactamente qué es el bautismo. Supongo que algunos de ustedes tienen preguntas sobre el bautismo. Espero poder contestarlas hoy y capacitarlos para que contesten las preguntas que otros tengan sobre el bautismo. Podrían ser sus propios hijos y nietos.
Tuve una simpática conversación con una niñita hoy. Tuvimos un servicio para bautismos y los niños estaban al frente cantando y bailando donde zambullían a las personas, y una niñita me miró y dijo: «Me gustan mucho los bañismos». B-A-Ñ-I-S-M-O. Le dije: «Oh, se dice bautismos». Me dijo: «Oh, ¡pensé que se estaban bañando!». Mejor dicho, no entendía. Pensaba: «Genial, no tienen que gastar toda es agua. Podemos usarla una y otra vez para toda la iglesia». A veces los niños ven lo que pasa pero debemos explicarles por qué hacemos lo que hacemos.
A veces ni siquiera los cristianos que llevan tiempo en la iglesia entienden por qué hacemos lo que hacemos. Hablé con la hija de un pastor hace poco y le expliqué que el bautismo se trata de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús. Vino y me dijo: «Mi papá era pastor y fui bautizada cuando era niña, a los 6.7. u 8 años de edad, y he visto bautismos toda la vida pero no tenía idea que tuviera algo que ver con la resurrección». Simplemente no sabía.
Sobre todo los que no son cristianos. Los amamos, y muchos que no son cristianos vienen a Mars Hill. Tuve una excelente conversación hace rato. Predicaba en Mars Hill Ballard e hicimos un domingo bautismal con los tanques preparados. Un tipo soltero que había venido a la iglesia fue invitado por unos amigos de un grupo comunitario. «¿Por qué no vienes con nosotros? Era un tipo amable, afable, y estaba interesado en Jesús. Tenía muchas preguntas, así que había venido a Mars Hill por algún tiempo.
Entró ese domingo y vio los bautismos, no tenía derrotero con la iglesia ni ningún punto de referencia. Me dijo: «Me parece genial. No sabía que los tipos hacían fiestas de jacuzzi». Hablaba en serio. Le dije: «No es una fiesta de jacuzzi». Me dijo: «Pero eso es un jacuzzi». Le dije: «Tiene razón». Y me dijo: «Con estas pantallas y este equipo de sonido, podría hacer una épica fiesta de jacuzzi». Pensé: «Este tipo habla en serio». «Nunca había visto…al menos sería fenomenal para salir una noche con esa clase de…», entonces le expliqué, le dije: «Es que vamos a hacer bautismos», y me miró como un sabueso que acababa de oír un silbato. Me dijo: «¿Qué?». No tenía ningún concepto ni había oído de un bautismo; no tenía idea.
Y hemos hallado en la historia de Mars Hill que la ciudad donde hemos ministrado históricamente, Seattle, al igual que en otras ciudades a medida que crece la iglesia es que cada vez que hacemos bautismos, incluso afuera, vienen y toman fotos y las ponen en primera plana en el periódico porque es algo fuera de lo común. Nos regocijamos por eso, alabamos a Dios por eso.
Pero quisiera aprovechar esta oportunidad para enseñarles sobre el bautismo, contestar sus preguntas y ayudarles a contestar las preguntas de los demás.
La primera pregunta es, ¿qué es el bautismo? ¿Qué es? Iré a Romanos 6:3–6 donde dice: «Todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús». Lo primero que quiero decir es que el tema principal del bautismo es Jesús. Se trata solo de Jesús y en la Iglesia Mars Hill creemos que debemos proclamar el evangelio y mostrar el evangelio; o sea que hablamos de Jesús, decimos cosas acerca de Jesús, pero también hay algo llamado los sacramentos, el bautismo y la comunión con los cuales mostramos nuestra fe en el evangelio de Jesucristo.
En la comunión, la cual cubriremos también en las próximas semanas, se trata del cuerpo quebrantado de Jesús, la sangre derramada, su muerte en la cruz por nuestros pecados, y ese es el sacramento de la comunión mediante el cual mostramos externamente la bendición interna que Jesús da. En el bautismo mostramos la resurrección de Jesús. Estos sacramentos se tratan de Jesús, de su muerte, sepultura, y resurrección por nuestros pecados. El evangelio se proclama mediante la predicación y la enseñanza, y se demuestra mediante el bautismo y la comunión.
Y lo que está diciendo aquí es que todos los que hemos sido bautizados en Cristo, está hablando de todos nosotros, el bautismo demuestra que estamos conectados con Jesús y muestra que estamos conectados con la iglesia. Por tanto, cuando vemos bautizar a la gente, es para todos nosotros; o sea para todo el pueblo de Dios. Hay muchas denominaciones y tradiciones cristianas, pero durante 2.000 años el pueblo de Dios ha sido bautizado. Todos somos bautizados. No importa de qué raza sea, su ingreso, su género, su etnia, su nacionalidad, o su historia, todos los cristianos celebran la resurrección de Jesús por medio del bautismo. Por tanto es para todos nosotros.
Y nos gusta bautizar a la gente en la iglesia porque por una parte glorificamos a Dios como iglesia. También creemos que es una bendición y beneficia a la persona que está siendo bautizada. Aun recuerdo el día que fui bautizado a los 19 años de edad. Fue un día trascendental en mi vida.
También infunde ánimo a la iglesia porque la iglesia se anima cuando la gente conoce a Jesús. Él nos ama, y también los amaba a ellos. Los ama por su nombre, y cuando Jesús murió por los pecadores, incluye a la persona por la que siente mucho afecto. De modo que nos gusta bautizar como iglesia para celebrar como iglesia. A veces lo hacemos adentro, a veces a la intemperie. Ciertamente está bien que se bauticen por medio de un grupo comunitario y en otras situaciones pero nos gusta celebrarlo para animarnos todos juntos.
Nos gusta hacerlo públicamente para que otros puedan ver la obra de Jesús en nuestra vida, e incluso hemos visto a Dios hacer cosas milagrosas. Les daré un ejemplo sensacional. Hace poco en una de nuestras iglesias Mars Hill, alguien se preparaba para ser bautizado, o al menos eso pensaban: «Invitaré a mis vecinos», porque eran amigos de unos vecinos. Y los vecinos vinieron al servicio como lo haría alguien que no es cristiano, para apoyar a su amigo; oyeron hablar de Jesús y después de ser bautizados vieron a su amigo pasar al frente, arrepentirse de sus pecados, confiar en Jesús, volverse cristiano, y bautizarse como ellos y en el mismo servicio. Uno nunca sabe lo que Dios pueda hacer. Por eso, en obediencia uno se hace bautizar de una vez y la gente ve cómo lo ama Jesús y cómo usted ama a Jesús.
Porque como Él dijo: «Todos». Por tanto, es una celebración gozosa por cuanto «Todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte», así que se trata de la muerte de Jesús. Permítanme hablarles de Jesús. El bautismo no tiene sentido aparte de Jesús, ¿cierto? Es solo mojarse si Jesús no tiene nada que ver.
Jesús es Dios, la segunda Persona de la Trinidad, el Creador de todas las cosas. Vino del Cielo como hombre, se revistió de carne humana y declaró ser Dios. Vive sin pecado, una vida absolutamente perfecta la cual deberíamos vivir pero no hemos podido vivir. Es crucificado y muere en nuestro lugar por nuestros pecados como sustituto. La muerte que merecemos fue la que Jesús soportó. Así que el bautismo muestra que Jesús murió y fue sepultado.
Después lo explica. Fuimos sepultados. O sea, se trata de la muerte y sepultura de Jesús. «Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida».
En esto consiste el bautismo: Jesús vivió, Jesús murió, Jesús fue sepultado, Jesús resucitó de la muerte. Port tanto, es la muerte, sepultura y resurrección de Jesús. Es exactamente lo que dice, por eso es que al bautizar a alguien, estamos diciendo que Jesús murió por ellos, que Jesús fue sepultado por ellos, y que Jesús resucitó por ellos; que ellos lo aman, y que Él los ama. Por eso es que aun en el acto de bautismo mostramos la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús. Es lo que declara la persona que está siendo bautizada. Jesús es mi Dios, murió en la cruz por mí, fue sepultado, resucitó de la muerte, mi fe está en Él, y mis salvación viene de Él».
Nos emocionamos por el bautismo por una parte porque el bautismo se trata de Jesús y en Mars Hill estamos tan emocionados con Jesús. Amamos a Jesús y nos encanta que la gente conozca a Jesús, y el bautismo es una de las ocasiones en que celebramos.
Después señala: «Porque si hemos sido unidos a Él en la semejanza de su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su resurrección». Lo que está diciendo es que no hay tan solo beneficios y bendiciones de conocer a Jesús en esta vida, el perdón de pecados, también hay beneficios eternos al otro lado de la muerte. Para que así como Jesús murió y resucitó, los que pertenecemos a Jesús muramos y resucitemos de la muerte.
Por tanto, lo que mostramos al bautizarnos es: «Sí, moriré por causa del pecado, pero por la resurrección de Jesús y su perdón de mis pecados, habrá resurrección para mí». Mars Hill, les tengo muy buenas noticias. Un día de estos, como dice en Daniel 12, donde habla del día en que las multitudes que duermen en el polvo de la Tierra resucitarán. Somos la iglesia de Jesucristo, y Jesús ama su iglesia, y todo el pueblo de Dios, no sabemos el día, pero sabemos que viene; el día de la segunda venida de Jesús que está vivo en el Cielo ahora mismo. En aquel día, los que estamos en Cristo todos resucitaremos juntos. Resucitaremos de la muerte al igual que Jesús, y en el bautismo eso es lo que estamos mostrando. «Moriré, pero por causa de Jesús resucitaré para estar con el pueblo de Dios y con Jesús para siempre».
Esto transforma por completo nuestro concepto de la muerte. Nos da esperanza más allá de la tumba. Nos da esperanza más allá de la tumba. Tengo unos amigos que están batallando problemas de salud; familiares que luchan con enfermedades que potencialmente pueden atentar contras sus vidas y enfermedades que…permítanme decirles, hay algo peor que la muerte, o sea, morirse sin Jesucristo. Los que mueren y conocen a Jesús, morirán y estarán con Cristo, resucitarán en semejanza a Cristo, juntos con Él para siempre. No significa que no hacemos duelo por el sufrimiento y la muerte en esta vida, también tenemos esperanza más allá de eso porque Jesús conquistó la muerte.
Continúa diciendo: «Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él , para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado». Está diciendo esto: Como Jesús murió por nuestro pecado, podemos hacer morir el pecado. Podemos hacer morir nuestro pecado.
Para los que son nuevos en el cristianismo, estamos hablando del pecado. No estamos hablando de fracasos, fallas, y defectos. Estamos hablando de la desobediencia y la rebeldía. Que la Palabra de Dios nos da la voluntad de Dios y cuando pecamos estamos desobedeciendo, haciendo caso omiso a las palabras de Dios; eso es el pecado. Por lo general lo que pasa es que aceptamos el pecado como nuestro estilo de vida, o lo toleramos, o lo acomodamos, o culpamos a otros, o tratamos de manejarlo, o tratamos de ocultarlo.
Estas son buenas noticias: Por la muerte de Jesús podemos hacer morir el pecado. Cualquier cosa que lo haya atrapado o esclavizado usted puede salir de eso así como Jesús salió de su tumba, si está en Cristo.
Cuando usa ese lenguaje de estar esclavizado, la mayoría pensamos de la esclavitud como algo o alguien que odiamos porque nos domina, nos vence, nos abruma contra nuestra voluntad. Cuando la Biblia usa la palabra esclavitud, se refiere a las adicciones, las tendencias pecaminosas, las compulsiones, y las actividades y cosas que no debemos hacer; cosas de las cuales estamos avergonzados. Esto incluye cosas como el alcoholismo, el abuso de drogas, la perversión sexual, la adicción, el pecado, juegos de azar, glotonería, orgullo, y ansia de control. Sea lo que sea, algo o alguien lo está dominando como un dios y se siente casi impotente ante eso o ante esa persona.
Pero viene Jesús y muere para que pueda hacer morir esos dioses y esos señores falsos, y así como Él resucitó, podemos apartarnos de nuestra vieja vida y andar en lo que Pablo llama «novedad de vida». En Jesús recibimos una vida completamente nueva, y les aseguro que es cierto. Es cierto. Un cristiano no es alguien que ha sido perfeccionado sino renovado. Su vida vieja está sepultada con Cristo, su vida nueva ha resucitada con Cristo, y van por el camino a la perfección al otro lado de la resurrección en presencia de Cristo.
¡Lo que Pablo está diciendo es que el bautismo es todo eso! Muchas grandes verdades teológicas y bíblicas son desentrañadas en un solo acto. Es maravilloso. Por eso, cuando vean que alguien ser bautizado, sepan esto: Jesús los ama, Jesús ama la iglesia, que esto los conecta con miles de años con el pueblo de Dios, esto muestra nuestra eterna resurrección, esto muestra el amor de Jesús, la muerte, la sepultura, la resurrección de Jesús; esto muestra que nuestra vieja manera de vivir puede morir, que somos libres de nuestra esclavitud al pecado, y al cautiverio, y a Satanás, y a la muerte, y que un día tendremos un estado de perfección. Y hasta ese día de resurrección, tenemos novedad de vida. ¡Tanto gozo! Por eso decimos que el evangelio significa buenas noticias. Todo esto es buenas noticias.
En Mars Hill, cuando la gente se vuelve cristiana, nos encanta verlos ser bautizados y nos encanta alegrarnos y celebrar porque Jesús está escuchando y es nuestra forma de decir: «¡Sí! ¡Gracias! ¡Por favor hazlo otra vez!». ¿Amén?
La segunda pregunta, entonces, es ¿cómo debemos bautizar? ¿Cómo lo hacemos? El Nuevo Testamento fue escrito originalmente en el idioma griego, y esta palabra literalmente significa zambullir, sumergir, o inmerso. En la antigua literatura griega secular, cuando un barco se hundía decían que se bautizó. ¿Cierto? Se sumergía bajo el agua. ¿De acuerdo?
Por tanto, tomamos el sentido literal de la palabra e incluso hay maestros de la Biblia buenos y piadosos que no coinciden conmigo sobre el modo de bautismo, como Juan Calvino y Martín Lutero quienes creen que la palabra bautismo literalmente significa zambullir, ¿cierto? Sumergir bajo el agua. Lo hacemos por inmersión. Sumergimos a las personas bajo el agua y volvemos a levantarlas, porque si no verán a Jesús prematuramente.
Les daré unos ejemplos. Así que… Marcos 1:5. Juan Bautista, el primo de Jesús, predicaba y la gente era bautizada. Dice que: «Confesando sus pecados, eran bautizados por él», o sea por Juan, «en el Río Jordán». ¿Por qué creen que fue al Río Jordán? Porque había agua suficiente para zambullir a alguien, sumergir a alguien. Creo que había una traducción de la Biblia en holandés que denomina a Juan el zambullidor. ¿Cierto? O sea, hablando de sumergir a las personas bajo el agua, por eso fuimos al Río Jordán.
También dice esto en Juan 3:23. «Juan también bautizaba en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua». O sea que se necesita bastante agua para sumergir a alguien. Por eso Juan Bautista buscaba lugares y ríos con grandes cantidades de agua.
¿Qué tal el bautismo de Jesús? Diríamos simplemente: «Sean bautizados de la misma manera y del mismo modo que Jesús fue bautizado». Marcos 1:9–10: «Y sucedió en aquellos días que Jesús vino de Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán». Y después dice: «Al salir del agua». Entró al agua y salió del agua en el Río Jordán.
Les cuento que uno de los días más significativos de toda mi vida fue en el Río Jordán. No conocí a Jesús hasta que cumplí 19 años de edad, y después fui bautizado en una gran iglesia que hasta hoy quiero mucho, y empecé a orar por mi padre. Mi padre era un hombre que yo quería y era religioso y creía en Dios, pero no estaba comprometido con Jesús y no tenía esa relación personal salvadora con Él.
De repente mi papá fue salvo, lo cuan fue asombroso, y ahora asiste a Mars Hill. Mi hijo Calvin fue salvo, y los tres estábamos en el Río Jordán en Israel. Pude bautizar a mi padre y a mi hijo, su nieto. En un día, en un lugar, en el mismo río donde el Señor Jesús fue bautizado. Vi el amor de Jesús y la gracia de Dios en tres generaciones de mi familia. Zambullí a mi papá y a mi hijo porque Jesús fue zambullido.
Algunos de ustedes dirán: «Eso parece fácil». Lo es, a menos que usted sea teólogo y lo complique.
Después de que Juan el Bautista bautizó a la gente, después de que Jesús fuera bautizado, Jesús murió y fue enterrado, resucitó y lo que estamos mostrando es que Jesús fue sepultado completamente. Por eso sumergimos totalmente a las personas bajo el agua. Y cuando los levantamos, decimos que estamos mostrando que de verdad resucitó de la muerte, que Jesús envió a los apóstoles predicar, a enseñar, a bautizar, y después Jesús ascendió de vuelta al Cielo.
Y leemos en Hechos 8:38: «Ambos descendieron al agua, Felipe y el eunuco, y Felipe lo bautizó». ¿A dónde fueron? Descendieron al agua. Algunas tradiciones dicen que no debemos bautizar por inmersión necesariamente, que debemos rociar o derramar agua sobre alguien, y por lo general se refieren a un bebé. Vendremos a esto en un momento. No hacen inmersión de bebés porque sería abusar al bebé. ¿Amén?
¿A cuántos de ustedes les gustaría traer a su niñita recién nacida, con su gorrito, su vestidito blanco, entregármela y dejarme zambullirla de golpe en el agua? ¿De acuerdo? Eso no es un sacramento, es un crimen. Por eso se inventaron eso de rociar con agua o derramar el agua, y la Biblia sí usa esas palabras, pero nunca en referencia al bautismo. Dice que la sangre de Jesús fue rociada sobre muchas naciones, o que Dios derramó su gracia, pero nunca habla de rociar o del bautismo; digo, de rociar o derramar referente al bautismo. Por eso lo practicamos y por eso nos verán bautizar a la gente.
Juan el Bautista bautizó a los conversos del judaísmo con inmersión total. Esa era la práctica de los judíos. Cuando un gentil se convertía, lo bautizaban con inmersión total. Jesús fue bautizado por inmersión total, la iglesia primitiva bautizaba por inmersión total. Así es como se debe hacer.
¿Por qué bautizamos? ¿Por qué? Porque es un acto de obediencia, y como cualquier acto de obediencia, hay bendición. Aún recuerdo cuando fui bautizado a los 19 años de edad en primer año en la universidad. Fue un día grande para mí. Fue mi manera de hacerlo público y comprometerme en público para apuntarme al equipo de Jesús. Y en lugares donde hay hostilidad hacia los cristianos, muchos de ustedes son muy jóvenes, viven en áreas urbanas, son estudiantes. El bautismo es algo muy grande. Es decir en público: «Pertenezco al Equipo de Jesús».
Jesús lo ordenó. Después de su muerte, sepultura y resurrección, antes de su ascenso al Cielo, lo dice en Mateo 28:19: «Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo». Esa es la Trinidad: Padre, Hijo, y Espíritu Santo.
Por eso bautizamos a las personas en el nombre de la Trinidad: Dios Padre, Dios Hijo, y Dios el Espíritu Santo, y Jesús dice que la gente deben ser bautizada y deben hacerse discípulos. Eso quiere decir que no solo son bautizados y después no crecen. Nosotros invitamos a los nuevos cristianos a ser bautizados y después que se incorporen a un grupo comunitario y estén en comunión, en oración, estudiando la Biblia, y creciendo. También tenemos grupos de redención para los que luchan con el pecado y el sufrimiento profundamente, difícilmente. También tenemos clases para miembros para que la gente pueda crecer en los fundamentos de la fe cristiana. Ofrecemos esas clases. Sí. No queremos que la gente solo sea bautizada, sino que maduren en la fe cristiana porque francamente Jesús ordenó ambas cosas: Bauticen y hagan discípulos.
Y después los mismos discípulos de Jesús predicaron la misma orden. Les daré un ejemplo. En Hechos 2:38, Pedro se levanta en el Día de Pentecostés y predica, y así nace la iglesia del Nuevo Testamento, y el Espíritu Santo salva a las personas, y esto fue lo que dijo: Arrepiéntanse y ¿qué? Sean bautizados. Apártense de su pecado, confíen en Jesús y bautícense para mostrar lo que Jesús hizo por ustedes, que confían en Él, y hagan saber al mundo que están en el equipo de Jesús.
¿Por qué bautizamos? Por obediencia. ¿Cuántos de ustedes son cristianos y saben que son cristianos, pero nunca han sido bautizados? Una de las respuestas que más me dan es: «Es que soy tímido». Pero la obediencia dice que debemos arrepentirnos de la timidez, porque su timidez podría ser pecado. Si Jesús está diciendo: «Sean mis testigos», y dice eso exactamente, y las personas son bautizadas, una forma en que puede ser testigo es mediante su bautismo.
Así que permítame animarlo hoy a que considere esto: ¿Es cristiano? ¿Se ha apartado del pecado? ¿Ha confiado en Jesús? ¿Ha sido bautizado? Si no, ¿por qué hay desobediencia? Le diría que su obediencia glorifica a Dios, le trae gozo, y nos permite celebrar con usted que Jesús ama su iglesia. ¿Amén?
Siguiente pregunta. ¿A quién bautizamos? Aquí es donde se complica. Hay dos posturas básicamente sobre el bautismo, y sé que es verano, no hay escuela, y que no deberían estar oyendo conferencias, así pido disculpas de antemano. Gran parte de esto es una conferencia sobre el bautismo, pero tenemos personas que vienen de diferentes procedencias, tradiciones, no cristianos, nuevos cristianos. ¿Saben? Acabo de mostrarles 1.300 bautismos, así que permítanme aclarar esto.
Hay dos perspectivas o posturas sobre el bautismo. Una se llama paidobautismo. Paidós en Latín significa niño o bebé, so sea, es el bautismo de bebés. ¿Han oído del bautismo infantil? Los católicos, presbiterianos, luteranos, algunos metodistas, anglicanos, bautizan a los bebés. El paidobautismo.
La otra postura se denomina credobautismo. Credo en Latín significa creer. Por tanto es el bautismo de creyentes. Es para los que no solo tienen fe en Cristo, están practicando y expresando la fe cristiana. Así que el paidobautismo es cuando bautizan a los bebés. El credobautismo significa esperar hasta que sean suficientemente maduros para demostrar y expresar la fe cristiana.
Ahora, permítanme tratar el tema del paidobautismo, y de paso les digo que hay cristianos que creen en la Biblia, que aman a Jesús que no están de acuerdo con nosotros. Están equivocados. ¿De acuerdo? Con toda humildad, los amamos y queremos estar en comunión con ellos, y sabemos que resucitaremos de la muerte y estaremos con ellos en la presencia de Jesús para siempre.
Y no queremos ser mezquinos o contrariarlos, pero queremos hacer lo que es bíblico; y ellos pueden usar su lógica, o la historia, o la razón, o la tradición para debatir su postura pero no está claro que la Biblia enseñe el paidobautismo. No aparece en ninguna parte. Escuchen lo que les digo, estúdienlo por su cuenta pero no hay evidencia alguna de ningún niño que haya sido bautizado en toda la Biblia.
Así que permítanme tratar primero el tema del paidobautismo. El argumento general paidobautista dice que el Antiguo Testamento o Viejo Pacto y el Nuevo Testamento o Nuevo Pacto tienen algo llamado continuidad. Y sé que les estoy dando un dolor de cabeza, pero les ruego que me escuchen. Lo que buscan es continuidad entre los pactos, y argumentan que la circuncisión del Antiguo Testamento es ahora básicamente el bautismo del Nuevo Testamento o Nuevo Pacto, por tanto hay continuidad.
Ante todo quisiera decir que no veo tal grado de continuidad. Quiero decir, que la circuncisión era únicamente para los varones judíos al octavo día de su vida. No es exactamente lo mismo ya que el bautismo es para todo creyente de cualquier edad sea varón o hembra. Cualquier tipo le diría que prefiere ser bautizado si tuviera que escoger entre las dos cosas, ¿cierto? Y como son diferentes dejemos las cosas así. Sigamos adelante.
Pero supongamos que su argumento, porque parte de su argumento es que cada familia tiene un cabeza de familia, el esposo, el padre, y sus hijos nacen en una familia de pacto, y si él y su esposa aman y sirven al Señor, sus hijos nacen en una familia de pacto. Bien, uno puede nacer en una familia de pacto. Mis hijos nacieron en una familia de pacto. Grace y yo amamos a Jesús, Jesús nos ama, pero hay una diferencia entre su nacimiento y su nuevo nacimiento, y el Nuevo Testamento hace mucha distinción entre las dos cosas.
Su nacimiento se trata de quién es su papá. Su nuevo nacimiento se trata de conocer a Dios como su Padre. En el Antiguo Pacto, en el Antiguo Testamento, se enfocaban mucho en el nacimiento. En el Nuevo Pacto, el Nuevo Testamento, hay un verdadero enfoque en el nuevo nacimiento. ¿Ha conocido a Jesús y recibido el Espíritu Santo? ¿Ha nacido de nuevo; no solo físicamente sino espiritualmente?
Asumamos esa postura un momento, con la que no estoy de acuerdo. Volvamos atrás hasta el primer hombre que fue circuncidado. Abraham. Pregunta: ¿Abraham primero tuvo fe en la circuncisión? Leámoslo en Romanos. Romanos 4:11. Hablando de Abraham, «recibió la señal de la circuncisión». Esa palabra señal es muy importante. La explicaré en un momento. «La señal de la circuncisión como sello de la justicia de la fe que tenía mientras aún era incircunciso». Les explicaré esto. «El propósito era que fuera el padre de todos los que creen».
Y Pablo dice en Romanos que Abraham es modelo de creencia. Es padre de todos los creyentes. Los que conocen al Dios de la Biblia, deben entrar en relación con Él como lo hizo Abraham. Esta es la historia de Abraham: De una familia pagana, sin Dios, era un hombre sin Dios, un pagano. Conoce al Dios de la Biblia y una de las frases más importantes de la Biblia dice que Abraham creyó al Señor confió en el Señor y tenía fe en el Señor.
Y después ¿fue qué? Circuncidado. ¿Cómo qué? Pablo dice aquí: «Como señal». ¿Qué hace una señal? Una señal apunta a otra cosa. Por tanto, la circuncisión era una señal que apuntaba a su fe en Dios. Por tanto, suponiendo que el argumento de ellos es válido, con el cual no estoy de acuerdo, aún así no sirve para el bautismo infantil o paidobautismo. ¿Por qué? Porque ellos dirían: «Ven, la circuncisión y el bautismo son lo mismo. Son señales». Está bien, después de la fe, como con Abraham, no antes. No antes, sino después. Abraham no fue circuncidado y después fue salvo. Abraham fue salvo y después se hico circuncidar como señal de su salvación por fe. Una señal sirve para indicar otra cosa.
Les daré un ejemplo. Este es mi anillo de boda. Esto es una señal que indica… ¿Qué indica? Mi relación con Grace. Esta señal no tiene sentido si no tengo esposa. Pero me lo pongo como señal que indica una relación. Por tanto, el bautismo es una señal que indica una relación. Muestra que Jesús me ama, que yo le amo, que tenemos una relación de salvación. El bautismo no tiene sentido sin la relación.
Este es el modelo de Abraham: fe en Dios, y después la señal que indica la realidad de esa relación con Dios. Si aplicamos eso al bautismo, significaría, la fe en Dios primero, y el bautismo como señal que indica la relación con Dios.
¿Entonces qué hacemos con los bebés? La Biblia nunca nos manda dedicar a los niños, pero nos da un ejemplo en Lucas 2 donde la madre de Jesús lo lleva al templo y dice que lo «presentaron al Señor». Hacían oraciones, lo hacían en presencia del pueblo de Dios, y pactaban criarlo para que conociera las Escrituras y sirviera los propósitos de Dios.
Por eso lo hacemos en Mars Hill. Traemos a las mamás y a los papás que aman a Jesús, que tienen una familia de pacto, y ellos traen a su bebé y nos lo presentan, y oramos por ellos y hacen pacto para criar a su bebé para que conozca y ame a Jesús.
Tan pronto ese hijo tenga edad suficiente para conocer y amar a Jesús y esté dispuesto a bautizarse, ahí es cuando hacemos ¿qué? Lo bautizamos como señal que indica la realidad de la relación que tiene con Jesús, por fe.
Esa postura se llama credobautismo, y el modelo bíblico siempre ha sido: Arrepentimiento, fe, y bautismo. Una y otra vez ha sido: arrepentimiento, apartarse del pecado; fe, confiar en Jesús, y después ¿qué? Ser bautizado. Eso es todo.
Les daré algunos ejemplos. Hechos 2.38: «Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados». El bautismo es para los que se arrepienten del pecado. Arrepentirse del pecado significa reconocer: «Soy pecador. Jesús es mi Salvador. Lo necesito. Confío en Él: su muerte, su sepultura, su resurrección». El arrepentimiento es apartarse del pecado e ir en pos de Jesús, y el bautismo muestra que usted confía que Jesús murió, fue sepultado y resucitó por sus pecados. «Arrepentíos y sed bautizados».
Hechos y 1 Corintios también hablan en dos ocasiones de familias enteras que se volvieron cristianas y los que mantienen la postura paidobautista dirían: «Como las familias enteras fueron salvas, y fueron bautizadas, seguramente había bebés en esas familias». Pero yo les diría que no dice eso. Aunque un hogar tenga un bebé, o niños mayores, como nosotros que tenemos 5 hijos de 6 a 14 años. Todos saben quién es Jesús. Tenemos un hogar, pero no tenemos bebés.
Pero en dos ocasiones la Biblia señala que hogares enteros fueron salvos. Primero, en el primer ejemplo, se los mostraré en Hechos. Dice que todos creyeron en el Señor. Y en 1 Corintios dice que todos sirvieron al Señor. Aparentemente los niños tenían edad suficiente para conocer y servir al Señor.
Hechos 18.8: «Crispo, el oficial de la sinagoga». Habla de un hombre, de un líder que es religioso, moral, y espiritual, pero no conoce a Jesús. Creyó en el Señor y fue salvo junto con toda su casa. Toda la familia fue salva. «Muchos de los corintios, al oír, creían y eran bautizados». Así que un hombre es salvo, su familia entera es salva, y todos son bautizados.
Esto es lo que queremos para ustedes. Queremos que toda su familia ame a Jesús. Si usted se casa, queremos que usted y su cónyuge amen a Jesús. Si tienen hijos, queremos que sus hijos amen a Jesús. Si tienen nietos, queremos que sus nietos amen a Jesús. Los bautizaremos cuando puedan expresar y demostrar su propia fe en Jesús, y su propia relación con Él como ocurrió aquí. No hay indicios de que hubiera algún bebé.
Algunos preguntarán: «¿Debemos bautizar a esa edad?». La Biblia nunca dice eso. Pero yo les diría esto. En Mars Hill dejamos que los padres y los líderes de la iglesia determinen eso caso por caso, pero sí es posible que un niñito conozca y ame a Jesús, ¿cierto? Pablo le dice a Timoteo: «Has conocido las Escrituras desde niño, desde que eras un bebé, un niñito».
Puedo decirles que a algunos de mis propios hijos los bauticé jóvenes, pero a algunos no los he bautizado todavía, porque pensé que algunos de ellos definitivamente conocían al Señor y estaban listos, y los otros están en ese proceso, y creo que sí conocen al Señor; incluso, ahora estamos enseñándoles a entender el bautismo, y estamos explicándoles y hablándoles de todo esto para que desarrollen sus propias convicciones profundas al respecto.
Pero les daré un ejemplo con Buddy Zac. Buddy Zac ahora tiene 12 años. Es mi hijo mayor, mi segundo hijo. Una mañana bajé por las escaleras y estaba comiendo su cereal mientras pasaba páginas en su Biblia para niños. Tendría unos 5 años o algo así. No recuerdo la edad. Era joven y aún no podía leer, y estaba recorriendo las páginas de la Biblia para niños, mirando las ilustraciones.
Y me miró seriamente y me dijo: «Papá necesito ser bautizado». Comía su cereal. Le dije: «Por qué necesitas ser bautizado?». Me dijo: «Jesús fue bautizado. Jesús dice que si eres cristiano debes ser bautizado. Yo soy cristiano y pienso que Jesús quiere que sea bautizado». Es un buen argumento. De hecho, es un silogismo perfecto. Es muy bueno.
Le dije: «Está bien, Buddy. Pensemos y hablemos de eso. ¿Sabes que papá no te está presionando?». Porque a veces los padres pueden presionar a sus hijos o a veces la abuela bautista puede hasta forzarlos. Saben. «Irás al infierno. Sabes que irás al infierno, pero si eres bautizado te compraré un helado». El niño piensa: «El infierno es malo, el helado es bueno. Cuenta conmigo». Puede que no ame a Jesús, puede que solo ame el helado. Por eso quise cerciorarme de no presionar a mis hijos.
Y le dije: «Buddy Zac, pensaremos, y hablaremos y oraremos sobre esto». Y siguió insistiendo como dos días más: «Papá, ¿cuándo seré bautizado? Le dije: «Hagamos esto, Buddy. Iremos para que hables con con un líder de la iglesia quien te hará unas preguntas para confirmar que tienes una relación con Jesús, y si dicen que estás listo, estás listo, y si dicen que no, no estás listo». «De acuerdo».
Lo llevé a la iglesia, programamos una reunión, y él trajo su pequeña Biblia para niños. Entramos. Me quedé en el vestíbulo, esperando. Él estaba allá dentro en reunión y le hicieron todas las preguntas teológicas sobre su testimonio, su relación con Jesús. Salieron y me dijeron; «Él conoce a Jesús y aunque no lee, teológicamente está muy bien». Y… si fuera adulto sin duda lo bautizaríamos, así que por qué no lo hacemos. Tuve el privilegio de bautizar a Buddy Zac, y Él conoce a Jesús, ama a Jesús, sigue en las Escrituras, ha crecido en su fe. Es cristiano.
No estoy diciendo que hasta que su hijo cumpla cierta edad no hay posibilidad. Estoy diciendo que hagamos las cosas caso por caso, e investigaremos al cristiano que se presente a ser bautizado a ver si tienen una relación con Jesús; y si la tienen, los bautizaremos en la Iglesia Mars Hill y haremos discípulos de ellos para que crezcan en su fe. Esa es nuestra postura. Esa es nuestra postura.
Surge otra pregunta. ¿El bautismo salva? Lo oímos bastante. Hay ciertos grupos cristianos aberrantes, sectas, que dicen: «Si no eres bautizado, no puedes ir al Cielo». No creemos en eso para nada.
La ilustración clásica es la de Jesús en la cruz siendo crucificado. Con un malhechor a cada lado. Uno de ellos rechaza a Jesús, el otro recibe a Jesús. Ese hombre nunca fue bautizado porque estaba siendo crucificado. No había tiempo para eso. Y Jesús lo mira y le dice: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso».
La gente se pone muy supersticiosa y piensan: «Si dejo que el hombre santo me moje, con eso basta». No, no. Jesús salva. Los pastores no salvan; las iglesias no salvan, el bautismo no salva. Jesús salva. Esa es nuestra profunda convicción. Y lo que puede pasar es que la gente quiere alguna fuente de seguridad más allá de Jesús. No hay seguridad aparte de Jesús, amigos. No hay nada más seguro que Jesús para que ponga su fe en Él.
Lo que pasa es que algunos podrían pensar equivocadamente que son salvos porque fueron bautizados. Aunque lo mojen no significa que sea salvo. Les daré un ejemplo. En el primer funeral que oficié, era un nuevo pastor, no estaba preparado para eso. Crecí en una familia católica. Muchos católicos conocen y aman a Jesús. Tengo muchos familiares católico-evangélicos con los que resucitaré de la muerte y con quienes estaré en el Cielo para siempre. Mi familia es católica irlandesa y nos remontamos a County Cork hace mucho tiempo. O sea que no estoy discriminando a los católicos. Quiero que todos los católicos conozcan a Jesús; algunos los conocen, otros no.
Mi primer funeral fue un funeral católico. Alguien murió y me pidieron que sirviera de orador con el sacerdote. No sabía en qué me estaba metiendo. O sea, lo hubiera hecho de otra manera si hubiera sabido. Llegué al funeral, estaba afuera, y como soy pastor venía vestido normal. No tenía puesta una toga o una mitra ni nada de eso. Tengo una toga de Jedi, pero…
Estaba afuera y hablaba con la gente antes del funeral, y como yo no parecía sacerdote, pensaban que era uno de los concurrentes. Había varios hombres fumando cigarrillo, y el hombre que murió dirigía un grupo, era un tipo medio huraño, un obrero. Y pensé: «Hablaré con esos hombres». Les dije: «¿Cómo conocen al difunto?» Me dijeron: «Es que trabajamos para él». Todos estaban fumando. Les dije: «Mi más sentido pésame». Y no les miento. Uno de ellos me dijo: «No, es que vinimos para asegurarnos de que estuviera muerto». Aunque el difunto no era muy amable que digamos, la gente vino a su funeral para confirmar que su vida había terminado. Les dije: «Está bien».
Yo sabía que este hombre no había asistido a la iglesia en décadas. Yo sabía que no había evidencia de que tuviera relación con Jesús, no tenía Biblia, y la única vez que mencionaba al Señor era para tomar su nombre en vano. O sea, la evidencia era poco esperanzadora de que este tipo conociera a Jesús.
Trajeron el cuerpo; el ataúd abierto. La viuda estaba sentada frente al féretro, y yo allá con el sacerdote, que dijo: «Mark dirá algunas palabras, pero antes, sé que es un día triste, pero la buena noticia es que aunque no andaba con el Señor, fue bautizado cuando era bebé por eso sabemos que ha ido al Cielo. Ahora, Mark nos dirá algunas palabras». Hombre, ¿de veras? Con el ataúd abierto, la viuda del difunto, y un sacerdote loco. ¿De veras? Ese fue mi primer funeral. Y no les diré las palabras que estaba pensando. No recuerdo lo que dije. Estoy seguro que fue perfecto, pero… lo único que pensé fue: «Él redujo la salvación a un solo acto humano de mojar a un bebé, sin que Jesús tuviera nada que ver con esto». No creemos que el bautismo salve.
Pablo dice esto en Efesios 2:8–10, donde habla exclusivamente de la salvación, el perdón de pecados, la relación con Dios, y la vida eterna con Dios. «Porque por gracia habéis sido… ¿Cómo somos salvos? Por la gracia que viene de Jesús, del Jesús que es Dios, el Jesús que vivió sin pecado, el Jesús que murió por nuestro pecado, el Jesús que fue sepultado, el Jesús que resucitó de la tumba, el Jesús que recordamos en el bautismo. Ese Jesús. Gracias de Él. Un don inmerecido, favor inmerecido, amor inexplicable. Ese es nuestro Jesús.
Dice que somos: «Salvados por gracia por medio de la fe». El acceso a esta fe es la gracia. Es confiar en Jesús. Es confiar solo en Jesús, sin añadirle nada a Jesús, ni siquiera el bautismo. Había una iglesia en Galacia a la cual Pablo escribe una carta titulada Gálatas, y ellos decían: «Para ser cristiano de verdad y recibir el perdón de pecados necesita creer en Jesús y hacerse circuncidar». Y Pablo los reprende fuertemente y les dice, «Es solamente Jesús. Es siempre Jesús. Es solo Jesús, porque Jesús mas algo lo echa a perder todo». No necesitan a Jesús mas el bautismo, no necesitan a Jesús y la comunión, no necesitan a Jesús y hablar en lenguas. Solo necesitan a Jesús. Eso es todo. La gracia de Él, accedida por la fe en Él.
Luego dice: «Y esto no de vosotros; sino que es un don». No nos salvamos a nosotros mismos. Yo no puedo salvarlo a usted, la iglesia no puede salvarlo, el bautismo no puede salvarlo, la comunión no puede salvarlo. Jesús lo salva. Si Jesús lo salva, nos encantaría bautizarlo para mostrarle cómo Jesús lo salvó. Nos encantaría que tomara la comunión, y muestre cómo lo salvó Jesús. Nos encantaría que se haga miembro de la iglesia y que celebre con el resto de la familia de Dios cómo nos salva Jesús. Pero esas cosas por sí solas no salvan. Solo Jesús salva.
Continúa diciendo. «No por obras». No es nada que hagamos los seres humanos, incluyendo en bautismo, «para que nadie se gloríe». Yo no me salvé a mí mismo. No salvé a mis hijos. Jesús me salvó; Jesús los salvó. Si nos gloriamos, nos gloriamos en Él. Este es Jesús, esto es lo que hizo. Lo amamos, estamos agradecidos con él. Eso es todo.
«Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas». Este es el modelo: Jesús nos salva, por su gracia, tenemos acceso por fe en Él, eso nos conduce a una vida de buenas obras. El bautismo es una buena obra. ¿La comunión? Una buena obra. ¿Ser miembro de la iglesia? Una buena obra. ¿Trabajar en el ministerio? Una buena obra. ¿Dar generosamente? Una buena obra. ¿Cuidar a las viudas, a los huérfanos, a los pobres, a los necesitados? Son buenas obras. No somos salvos por nuestras buenas obras, somos salvos por Jesús para las buenas obras. ¿Entienden eso? No somos salvos por nuestras buenas obras, somos salvos por las buenas obras de Jesús: su vida, su muerte, sepultura, su resurrección. La obra de Jesús es la que nos salva. Somos salvos por las obras de Jesús para nuestras obras. Vivimos en novedad de vida porque somos nuevas criaturas gracias a Jesús.
Bien, esto se pone muy emotivo sobre todo con los niños. En el mundo antiguo, a veces no nombraban a un niño durante su primera semana de vida por la elevada mortalidad infantil. Niños murieron. Preparándome para el estudio que haremos en Efesios, leí algo sobre el antiguo imperio persa donde con frecuencia los niños ni siquiera conocían a su papá hasta los 4 o 5 años de edad, por el alto porcentaje de niños que morían en la infancia; ni siquiera los presentaban a su papá hasta que cumplieran una edad determinada. Los niños morían. La medicina no era lo que es hoy.
Lo que pasa es que los padres, casi siempre con buenas intenciones, se preocupan por el alma o el destino eterno de sus hijos y se vuelven un poco supersticiosos. Piensan: «Si lo vestimos en un lindo traje, y lo llevamos al edificio santo, y lo entregamos al hombre santo, para que lo meta en agua bendita, quizás con eso podamos asegurarnos del perdón de sus pecados y que estarán con Jesús para siempre». Hay solo un hombre santo en cuyas manos deben poner a sus hijos, su nombre es Jesús.
La verdad es: Jesús decide quién va al Cielo y quién va al infierno. Sean niños que no nacen, que mueren en el útero; como Grace y yo que sufrimos un aborto espontáneo; sea un aborto, o un bebé que nace y vive poco tiempo antes de poder entender la gracia y la bondad de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, esta es la respuesta: Jesús decide. ¿Están de acuerdo con eso?
Les cuento que yo sí. Confío que Jesús hará lo mejor, lo bueno, y lo correcto. El Jesús que yo veo ama a los niños, los acoge y dice que el reino de Dios fue hecho para los niños, y nos dice que Dios es un Padre que ama a sus niños, encomiéndenle a Él sus hijos. Encomiéndenle a Él los hijos de sus hijos. Nosotros lo hacemos. Cuando perdimos el niño… tendríamos seis niños si no fuera por el aborto espontáneo. Nuestros hijos nos preguntaron: «¿Qué le pasó al bebé que murió en la barriga de mami?». Les dije a los niños: «Jesús es quien decide». Y mis hijos dijeron: «¡Uf! Qué bien. Entonces veremos al bebé en el Cielo». Pienso que mis hijos tienen razón. De hecho, al Jesús que ha sido tan bueno conmigo le encomiendo a mis hijos.
¿Entienden eso? Yo no puedo salvar a sus hijos cargándolos o mojándolos, pero Jesús sí puede salvarlos, y Él ama a los niños más que ustedes, y confiamos que Él decidirá correctamente, hasta con los bebés.
Pero lo que no queremos hacer es dar la impresión que mojar a alguien los salva, porque si esos niños crecen al recordar su bautismo podrían pensar que la fuente de esperanza de su salvación fue el bautismo y no Jesús. Y algún día en su funeral, alguien podría decir: «Odiaban a Jesús y vivieron depravadamente, pero como los mojaron no tenemos que preocuparnos» Es una seguridad falsa, porque el objeto de fe no es Jesús.
Última pregunta, ¿debo ser rebautizado? ¿Cuántos de ustedes fueron bautizados quizás como bebés, como yo? Mis padres eran católicos, seguían la enseñanza de su iglesia, por tanto no culpo ni critico a mis padres. Fui bautizado de recién nacido, como bebé, y cuando me volví cristiano en la universidad a los 19 años puedo decirles que yo no era cristiano. No lo era. Después a los 19 años, fui salvo. Conocí a Jesús. El Espíritu Santo entró a mi alma y me volví una nueva persona. Dije: «Bien, pienso que debo ser bautizado, ¿pero debo hacerlo si ya fui bautizado como bebé?».
¿Cuántos de ustedes fueron bautizados en sectas: Testigos de Jehová, los Mormones, o en algún grupo raro? Están pensando: «Debo ser rebautizado ya que ahora conozco al Jesús de la Biblia y soy un verdadero cristiano?». ¿Qué tal si fue bautizado en una iglesia y no era cristiano, quizás por sentirse presionado, o porque sus padres lo asustaron demasiado, o porque su abuela bautista le ofreció un helado, y muchos años después llegó a conocer a Jesús verdaderamente y se volvió cristiano? ¿Debe ser rebautizado?
Pablo lo dice así en Efesios 4:5. Habla de: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo». Nuestra perspectiva es que los cristianos no deben ser bautizados una y otra vez, una y otra vez. Como mi esposa y yo que no celebramos una boda a cada rato. Más bien es, nos casamos y ahora tenemos una relación. No es algo que hacemos cada martes, «Oye, ¿dónde está el vestido? Menos mal que se queda bien. Pero el esmoquin no. Necesito comprar otro». ¿Saben a qué me refiero?
O sea que una señal indica algo que pasó, y cuando se tiene esa relación y la realidad de la misma, no necesita hacer lo mismo una y otra vez. No creemos que los cristianos deban volverse a bautizar pero si no era cristiano cuando fue bautizado por su propia voluntad, bíblicamente eso no fue un bautismo. Solo se mojó.
En las Escrituras una vez unos hombres fueron bautizados, pero no conocían a Jesús, pero fueron bautizados como creyentes en Jesús. Hechos 19 lo explica así en Hechos 19:1–5: «Encontró a algunos discípulos, y les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis?».
Lo que pasa es que la gente busca alguna evidencia de que uno sea cristiano. Dicen: «¿Fue bautizado? ¿Hizo la comunión? ¿Tomó el curso? ¿Levantó la mano cuando hicieron el llamado a ser salvo? ¿Pasó al frente cuando hicieron el llamamiento al altar?» Usted puede hacer todas esas cosas y no ser cristiano. La única evidencia de que alguien es un cristiano genuino es el Espíritu Santo; que el Espíritu Santo, la tercera Persona de la Trinidad, vive en ellos, les ha dado una nueva naturaleza, los ha vuelto una nueva persona, ha quitado sus pecados, los ha conectado con el Jesús vivo.
Al ver a estos hombres religiosos, quizás como algunos de ustedes, con principios, decentes, que creen en Dios, y que hasta fueron «bautizados» entrecomillas. Y les dice: «Sí, pero ¿tienen el Espíritu Santo? ¿Han nacido de nuevo?». Y respondieron: «Ni siquiera hemos oído si hay un Espíritu Santo». Por tanto la respuesta es ‘no’. Dijeron: «¿Quién?». El Espíritu Santo. «No sabemos de quién está hablando».
Y les pregunta: «¿En qué bautismo, pues, fuisteis bautizados?». O sea, ¿qué clase de bautismo fue? «Ellos contestaron: En el bautismo de Juan». Y Pablo dice: «Juan bautizó con el bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyeran en aquel que vendría después de él, es decir, en Jesús. Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús».
Quizás como algunos de ustedes. Asistieron a reuniones religiosas, eran personas con principios, creían en Dios, trataban de hacer lo correcto. Oyeron que son pecadores, reconocieron que son pecadores, fueron bautizados con el bautismo de Juan, pero el bautismo de Juan era para preparar a las personas para Jesús. Jesús aún no había aparecido predicando, enseñando y sanando. Sabían que eran pecadores y no conocían de Jesús.
Entonces viene Pablo y les dice: «Pues permítanme contarles acerca de Jesús». Y dijeron: «¡Oh! Ahora el bautismo tiene mucho más sentido». Se trata de la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús por nuestros pecados, y escuchen esto, así como el agua nos limpia de la mugre, Jesús nos limpia de pecado.
Quiero que cada vez que se laven las manos cada vez que se duchen, que se bañen, cada vez que laven los platos, cada vez que laven su ropa, cada vez que laven el carro, recuerden, Jesús me limpia. He sido perdonado. Soy limpio a los ojos de Dios. La justicia de Jesús es mi justicia. No soy apenas un pecador culpable. Soy un pecador culpable pero perdonado. Soy un pecador culpable pero limpio. Soy un pecador culpable pero amado. Soy un pecador culpable pero justo Soy un pecador culpable pero nuevo por la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús». Y así como el agua limpia la suciedad, Jesús quita el pecado.
Entonces les habla de Jesús y se vuelven cristianos. Ponen su fe en Él y reciben la gracia del Jesús resucitado y vivo, y son bautizados en el nombre de Jesús.
¿Qué tal ustedes? ¿Qué tal ustedes? Quiero que respondan. Para los que no son cristianos, el problema es el pecado, la respuesta es Jesús. Él es Dios. Murió y resucitó para conquistar el pecado y la muerte. Él los ama. Usted no puede hacer nada, pero esta es la buena noticia. No puede hacer nada para volverse cristiano. Confíe en Jesús. ¿Amén? Entregue su vida a Jesús hoy y vuélvase cristiano, ¿y sabe lo que haremos? ¿Adivine qué haremos? Lo bautizaremos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, para mostrar que su fe está basada en esa obra de Jesús. Tenemos una maravillosa oportunidad de bautizarlos.
Algunos que están aquí ya fueron bautizados, pero no están creciendo como discípulos. No están madurando en la gracia de Dios. Jesús no solo quiere que sean bautizados, sino que sean hechos discípulos. La raíz de la palabra discípulo es disciplina. Queremos que crezcan con una vida disciplinada, con el poder del Espíritu Santo para gloria de Dios. ¿De qué necesitan arrepentirse? ¿En qué necesitan crecer? No es que necesiten volverse cristianos y ser bautizados otra vez, necesitan seguir adelante como discípulos de Jesús, madurando y creciendo.
Tercera categoría. Al escuchar esto ¿es usted una persona que ha sido desobediente? Usted es cristiano, conoce a Jesús, Él sí le ama. Entiende lo que estoy diciendo pero nunca ha sido bautizado. ¿Por qué está siendo desobediente? Obedézcale. Es para la gloria de Dios, para su bien, y para nuestro gozo, y será un gran día para usted. Sea obediente.
Alguien dirá: «Es que no siento deseos de hacerlo». No siente deseos de ser obediente, porque si no, no sería desobediencia. La definición de la obediencia implica que hacemos algo que no sentimos ganas de hacer, confiando en que si obedecemos, dios cambiará nuestros sentimientos. No base sus decisiones en ninguna otra cosa que no sean los mandamientos de Dios. Jesús dijo: «Bautícense». Es lo que Él quiere para usted. Obedézcale en eso hoy. Háganoslo saber para que podamos bautizarlo.
Y si fue bautizado en una secta, o mucho antes de conocer a Jesús, o como bebé sin tener nada que ver con eso y no llegó a conocerlo sino hasta mucho más adelante en su vida, hoy sería un buen día para presentarse al bautismo y ser bautizado, para que dé su propio testimonio en público de su relación con Jesús.
Algunos de ustedes se preguntarán: «¿Qué pasa con los que no están de acuerdo con nosotros, como Martín Lutero y Juan Calvino? ¿Les impediría hacerse miembros de Mars Hill? Están muertos, pero si estuvieran vivos, les daría la bienvenida. Ante todo me sentaría con ellos, abriría la Biblia y discutiría con ellos. Puede que no gane, pero al menos lo intentaría. Y les diría: Saben qué, hay tantos unicornios en este libro como bautismos infantiles». O sea ninguno, ¿de acuerdo? O sea que contendería por la postura bíblica.
Si está aquí y no está de acuerdo con nosotros, y no se pone difícil o trata de causar discordia, lo amamos, le damos la bienvenida a Mars Hill. No queremos pelear, ni discutir, ni dividirnos sobre este asunto, pero todos queremos obedecer las Escrituras, y la enseñanza clara y sencilla de la Escritura es: arrepentirse de pecado, confiar en Jesús, y ser bautizado. Algunos de ustedes necesitan hacer eso porque Jesús los ama y quiere que lo compartan con nosotros. ¿Amén?
Y cuando las personas son bautizadas en Mars Hill, ¿saben qué hacemos? Nos alegramos.
Dios Padre, te doy gracias por las Escrituras. Te doy gracias tengo el privilegio de enseñar la Palabra de Dios libremente y sin obstáculos en Mars Hill. Dios, te doy gracias porque aunque hagamos una conferencia sobre algo que sea un poco más teológico, el tema principal sigue siendo Jesús, y es inminentemente práctico. Jesús, pido por los que no te conocen y te pido Espíritu Santo que traigas la vida de Jesús a aquellos que aún no han nacido de nuevo y les des fe salvadora ahora mismo, en el nombre de Jesús. Señor Dios, para los que fueron rociados de niños pero no fueron salvos hasta después, pido que se adueñen de su propia fe y den testimonio de ella por medio del bautismo. Por aquellos, Señor Dios, que no te conocen y han sido desobedientes al no dejarse bautizar, pido que vean hoy que es un asunto importante y que es asunto de obediencia, y pido que les instes a obedecer, no para que los ames sino porque ya los amas. Jesús, para los que están en las sectas o en las enseñanzas abusivas, o en lugares, pido Señor Dios que entiendan que es por gracias, que se trata de Jesús, y que somos una iglesia que los ama y les da la bienvenida, y que se sientan seguros aquí, que amen a Jesús y crezcan como discípulos, y sean bautizados en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Y Dios, por nuestros hijos y nietos, claro que queremos que conozcan a Jesús. Tampoco queremos darles falsa esperanza y que piensen que una decisión ajena, de sus padres, está bien aunque no haya sido una decisión propia. Dios, pido por mis hijos. Pido por todos los hijos en Mars Hill. Pido por los 2.000 hijos menores de 10 años en nuestra iglesia ahora mismo, que conozcan a Jesús, que amen a Jesús, y que sean bautizados en base a una relación personal con Jesús, en su nombre lo pedimos. Amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.