Jesús nos dio la comunión

El año más grande en la historia de la Iglesia Mars Hill

Bien, Mars Hill, Jesús los ama. Amén. Y vemos la evidencia del amor de Jesús en toda la iglesia Mars Hill, y tengo un gran gozo hoy de poder presentarles parte del fruto del pasado año. Y en el Nuevo Testamento vemos a Pablo y a Juan y otros escribir cartas a las iglesias para darles actualizaciones específicas. Cómo les va, lo que Dios está haciendo, y dónde hay más oportunidad.

En ese mismo espíritu, queremos informar a la iglesia cómo van las cosas. Eso incluye actualizaciones mensuales para todo Mars Hill. En cierto modo somos una iglesia, y en otro modo somos 14 iglesias locales esparcidas en 4 estados; estamos preñados con 5 iglesias más, y esperamos darlas a luz dentro de un año más o menos. Y nos gusta darles una actualización global del estado de Mars Hill y permitir al pastor líder de cada iglesia local darnos una puesta al día sobre cómo van las cosas en esa localidad.

Nuestro año fiscal, nuestro ejercicio presupuestario va desde julio hasta junio, o sea que justo terminamos nuestro ejercicio fiscal, y los que tienen dotes administrativas y nos permiten administrar los recursos que Dios nos ha dado han preparado el reporte final de fin de año y me complace mucho compartirlo con ustedes.

Antes de entrar en detalles, permítanme decirles que acabamos de completar nuestro año más grande en la historia de la Iglesia Mars Hill, en todas las formas mensurables en cantidad de personas, cantidad de bautismos, cantidad de grupos comunitarios, cantidad de personas en los grupos comunitarios, cantidad de grupos de redención, cantidad de personas en los grupos de redención, cantidad de bodas, cantidad de niños, cantidad de servicios, cantidad de localidades. Cualquier variable que quieran ver está en su punto más alto.

En los 15 años de la iglesia Mars Hill, acabamos de completar el año más grande que hemos tenido y puedo decirles con toda confianza son los primeros frutos pero tendremos muchísimo más. Quisiera empezar diciendo, gracias Señor Jesús por amar a la iglesia Mars Hill. Y quiero darles gracias a los que aman la iglesia Mars Hill, y en parte el amor de Jesús viene por medio de ustedes al dar, al servir, al orar, y mostrar interés.

Compartiré con ustedes algunas de las actualizaciones. Estas son algunas de las evidencias más recientes de la gracia de Dios: En el mes de julio tuvimos nuestro primer Retiro Estudiantil Mars Hill. Como 200 estudiantes fueron a Malibú, Canadá, más de 80 estudiantes hicieron su profesión de fe y entregaron sus vidas a Jesucristo, y nos regocijamos en eso. El pastor Tim Gaydos, nuestro pastor líder en Mars Hill Downtown, predicó, la banda Citizens de Mars Hill U-District dirigieron la alabanza; fue un esfuerzo conjunto entre todas nuestras iglesias.

Pienso que lo más significativo para mí fue el hecho de que unas de nuestras iglesias más acomodadas dieron para ayudar a unas de nuestras iglesias urbanas más pobres, porque así debe ser. Vimos que varios estudiantes tenían escasos recursos para ir, muchos de ellos de Mars Hill Rainier Valley, el código postal más diverso de Estados Unidos. Varios de esos estudiantes no tienen padres, y algunos viven en un refugio de la Union Gospel Mission con sus madres y no tenían los medios para asistir al retiro, por lo cual personas de otras iglesias Mars Hill dieron más de lo normal a fin de becar a cada estudiante que llenó la solicitud de asistencia y que no podía, de modo que nadie quedó descartado y muchos de ellos fueron niños que conocieron a Jesús. Y aunque no tienen padre, tienen a Dios como Padre celestial, y ahora además de tener mamá y quizás hermanos, la iglesia Mars Hill es su familia; y alabamos a Dios y nos regocijamos de haber jugado un papel en eso, y damos gracias a los que dieron y sirvieron.

Fue el año en que dimos más donativos. Ustedes fueron más generosos que nunca, y queremos regocijarnos en el hecho de fue el año que más dimos. No excedimos nuestro presupuesto e hicimos unos cambios significativos para vivir dentro de nuestras posibilidades y ser parcos para poder vivir generosamente en la obra del evangelio y la expansión de la iglesia.

Una iglesia es una familia, pero al igual que toda familia una iglesia necesita un hogar, por lo cual el edificio de una iglesia no constituye una familia, pero una familia sí necesita un hogar, y nuestro caso estamos orando por más inmuebles porque nuestras familias están creciendo y tenemos otras familias que queremos empezar, o sea, otras iglesias Mars Hill. Así que por favor oren con nosotros cuando vayan a cenar, con su familia, en sus grupos comunitarios.

No tengo todos los daros pero sé que el pastor Turner, el pastor ejecutivo, está negociando tratos para Mars Hill Everett porque ya no tienen campo para los niños, en Mars Hill Downtown tienen cinco servicios y tampoco caben en sus instalaciones, está negociando algo para Mars Hill Orange County, también está en negociaciones para Mars Hill Federal Way, también esperamos, confiamos, y oramos para que podamos abrir Mars Hill Tacoma, Mars Hill Renton, Mars Hill Kirkland/Bothell, más o menos, o sea que tenemos muchas negociaciones inmobiliarias en juego así como otras que seguramente se me olvidaron. Por favor oren por eso, que tengamos espacio suficiente para que más personas vengan a la iglesia a conocer a Jesús.

Pueden orar también por otras cosas como iglesia. Tenemos varios eventos en las comunidades y los vecindarios, parrilladas donde se reúne la gente a mostrar su amor por la comunidad y conocer a sus vecinos. Tendremos varios más adelante al igual que bautismos en las diferentes ciudades.

Tenemos 16 sembradores de iglesias por medio de Mars Hill Global que estamos patrocinando y enviando este verano a sembrar iglesias en toda Etiopía. También estamos patrocinando plantadores de iglesias en la India, y en otras partes.

Nuestra primera Conferencia Nacional de Resurgence será en octubre. El sitio Web de Resurgence es uno de los sitios cristianos más concurridos en la Internet y tenemos un gran evento enfocado en capacitar a los líderes y ayudar a levantar más líderes para Mars Hill. Será en el Condado Orange en California. ¿Quién no quiere asistir, es el 9 y el 10 de octubre? Estamos orando para que vengan más de 3.000 personas.

Tengo el gozo de enseñar y dar la bienvenida a hombres como el pastor Rick Warren, el pastor Craig Groeschel, quien quizás tenga la iglesia más grande de Estados Unidos, al igual que el pastor James McDonald, un querido amigo mío de Chicago, el pastor Greg Laurie quien ha ministrado a 4,5 millones de personas con sus Cruzadas de Cosecha. Me refiero a algunos de los maestros de la Biblia más importantes sobre la Tierra hoy, y es un verdadero honor darles la bienvenida al igual que otros, y un hombre llamado Lecrae, un gran músico y artista que de hecho es candidato para anciano en una de nuestras iglesias Hechos 29, y mi esposa y yo hemos pasado tiempo con él y su esposa. Son geniales, los queremos, o sea que estamos reuniendo un grupo de expertos de categoría mundial para ayudar a otros a aumentar su influencia y productividad para el Señor Jesús, así que oren por eso.

Este es el informe financiero de junio cotejado con mayo. Lo que suele pasar en verano es que las cosas decaen, al menos en el noroeste. Una bola misteriosa de gozo y calor aparece en el cielo de vez en cuando, y la gente sale a contemplar este objeto magnífico, único, y nunca antes visto. Lo que pasa es que tienden a no asistir a la iglesia, tienden a no ir al trabajo, y tienden a tomarse unos meses de descanso. Por eso para nosotros los meses de verano tienen a ser un tiempo de descanso, la asistencia baja, los donativos disminuyen. Pero este año no. Dios está haciendo algo inusual e inesperado. Supongo que Jesús es más popular que el sol. Eso es maravilloso.

En mayo el porcentaje de adultos que dieron cualquier cantidad a la iglesia Mars Hill fue de 47%. En junio ascendió al 49%. Gracias a los que están dando. En promedio que dio cada adulto ascendió de $35 a $41 dólares, lo quiere decir que los que estaban dando fueron más generosos, y estamos muy contentos por los que están ayudando a apoyar a la iglesia Mars Hill. Jesús ama la iglesia, y su amor viene por medio de su generosidad. El número de hogares que dieron entre mayo y junio aumentó de 4.800 a 5.300.

Y lo más fuera de lo común fue la asistencia semanal que aumentó en 600 personas de mayo a junio, y repito ese tiempo suele ser de descanso para nosotros, y estamos creciendo. Al prepararnos para Ester en otoño, estaremos en el libro de Ester, y después estudiaremos el libro de Efesios en enero con un importante libro de divulgación y una campaña completa más adelante en el nuevo año.

Nos está encantando la serie Jesús ama su iglesia. Es una iniciativa para que se conecten a los grupos comunitarios, con los líderes, diáconos, ancianos miembros, y con todos los participantes mientras nos preparamos para el otoño que tiende a ser nuestro mayor periodo de crecimiento: septiembre, octubre, noviembre, después merma un poco en los feriados y después, en enero, históricamente hemos tenido tenemos una oleada de crecimiento.

Pero ahora hay más participación que nunca. Tenemos 600 grupos comunitarios, con 8.000 personas en total, los servicios están llenos, la gente está conociendo a Jesús. Tan solo este año tuvimos 1.300 bautismos porque muchos están llegando a conocer a Jesucristo. Quiero darle las gracias a Jesús y a ustedes Mars Hill, Dios ama al dador alegre, así que cuando den, den con alegría, ¿cierto? Dios está haciendo grandes cosas y es un gran honor para nosotros formar parte de eso.

Por último, cómo damos. Durante la recolecta de ofrendas de nuestro servicio, que será al final del sermón, los invitamos a dar. Pueden dar dinero en efectivo, en cheque, pueden llenar el sobre de las ofrendas donde tendrán otras opciones para dar también. También pueden dar en línea en MarsHill.com con tarjeta débito, o de crédito. Pueden hacer un pago por giro electrónico CCA, como cuando paga sus cuentas u otros honorarios. Puede configurarlo de tal manera que descuenta regularmente para que no se pierda un diezmo u ofrenda. También lo invitamos a llevarse el sobre a su casa para que envíe su donativo además de la ofrenda.

Si usted es nuevo y no es cristianos, se preguntará_ ¿Yo qué puedo dar? Queremos que dé lo siguiente. Dénos su información para que sepamos quién es, para que lo amemos, para que oremos por usted, para hacerle seguimiento, para que se conecta a la iglesia y hable de Jesús. Si usted es nuevo o no es cristiano, ese es nuestro principal objetivo. Más que su dinero, queremos que tenga una relación amorosa con la iglesia mediante el amor de Jesucristo. Y si nos permite saber quién es usted, podemos darle la bienvenida a nuestra familia.

Para los que son cristianos y la Iglesia Mars Hill es su hogar, den generosamente, con alegría, con sacrificio, mientras nos alistamos para lo que yo considero el año más grande que hemos tenido, empezando este otoño; estoy muy emocionado. Dicho lo cual, voy a orar de una vez y comenzaremos el servicio de hoy, pero espero que eso los haya animado. ¿Sí o no? ¿Los anima? O sea, no sé qué piensen ustedes pero vean el ambiente político, el ambiente económico, el ambiente de las finanzas personales, si se fijan en las corporaciones y no están diciendo que es lo mejor que ha sido. Pero aquí sí, porque Jesús está vivo. ¿Amén? Estamos bastante emocionados. Si no, nos encanta que hayan venido de todas formas. Está bien.

Dios Padre, gracias, gracias, gracias por el mejor año en la historia de la iglesia Mars Hill. Señor Jesús, tú amas a tu iglesia. Tú amas esta iglesia y vemos tu gracia sobre nosotros, y te decimos: Gracias por amarnos, y queremos que más personas te conozcan. Queremos que más iglesias sean plantadas, Queremos que más vidas sean cambiadas, Queremos que los que te conocen te conozcan mejor y disfruten de ti más plenamente. Señor Jesús, gracias porque tengo la oportunidad de enseñar la Biblia. Tengo el mejor trabajo en la Tierra. Gracias porque no tengo que crear la verdad, solo necesito comunicar la verdad que tú ya revelaste. Así que, Padre, al abrir las Escrituras, por favor Espíritu Santo unge mis palabras y abre nuestros oídos para que Jesús nos hable; en su nombre lo pedimos. Amén.

La mejor comida que han comido

Pues bien. Quiero que hagan esto: piensen conmigo acerca de la mejor comida que han comido. No piensen mucho, finalmente tendrán que volver a escuchar lo que queda del sermón, pero piénselo. ¿De acuerdo? Le hice esta pregunta a mi familia, porque las cenas en la casa Driscoll son algo grande. Mi esposa Grace y nuestra hija mayor Ashley, cocinan de primera. Al mirarme ustedes dirán: «No se le nota». Lo sé. Sé que no se me nota, pero cocinan súper bien. Cocinan de maravilla. Son de categoría mundial. Ya ni me gusta ir a los restaurantes porque la comida en mi casa es mejor. Es mejor.

Cuando me siento a comer con mi familia, es un momento sagrado, es un gran momento. A veces también cuando viajamos, por la pura gracia de Dios viajamos a veces, salimos a comer en grande y a crear recuerdos fabulosos en torno a la comida. ¿Cuál es su mejor recuerdo de comidas?

Hace poco les preguntaba a Grace y a los niños, creo que estábamos en Turquía; estábamos juntos en Turquía, y nuestro guía turco dijo: «¡Los llevaré a la mejor comida de todas! ¡La mejor comida de todas!» Y nos llevó a la mejor comida de todas. Fue asombroso. Fue en casa de una señora, lejos, en medio de la nada. Ella cultivaba todo en su propio terreno, y lo preparaba. Lo servía al estilo familiar. No podíamos pedir a la carta, puesto que ella preparaba lo que quería, y todo lo que preparaba era maravilloso.

¿Cuál es la mejor comida que ha comido? Por lo general hay tres variables: El espacio, el lugar físico, como un lugar por ejemplo con un payaso afuera, jóvenes de preparatoria uniformados que preparan y sirven la comida con un Spork mientras uno se sienta en una caseta clavaba al piso; es decir, no se presta para disfrutar la mejor comida porque el ambiente no es propicio. Hay ambiente y hay comensales, o sea con quienes comemos. ¿Fue una comida navideña, en casa de su abuela, o en casa de su mamá? ¿Dónde fue? Y quizás lo más importante para tener la mejor comida es con quién comemos. Familiares, amigos, compañeros de trabajo, vecinos; quizás fue la primera cita en la que empezó una amistad.

¿Cuál ha sido su comida más memorable? Quiero que se enlacen emocionalmente con esto porque pasan dos cosas cuando comemos. Primero, disfrutamos de nuestras amistades, y segundo, invitamos a las personas a ser nuestros amigos. ¿Cierto? Por eso la Biblia habla de comunión. Es cuando el pueblo de Dios comen juntos y comparten la vida como amigos. La Biblia también habla de la hospitalidad lo cual significa literalmente dar la bienvenida a un forastero, o sea que invita a comer a personas que aún no conoce porque eso es sí es un acto de amistad. Decimos: «Venga a mi casa, siéntese a mi mesa, y empezaremos a desarrollar una amistad».

Al comer juntos, lo que hacemos en realidad es forjar amistades. Por eso hasta en Corintios Pablo dice que hay un tipo que no se arrepiente de su habitual pecado sexual. Lo llamaban tolerancia, diversidad, hicieron un desfile, ostentaban el arco iris. Era algo muy complicado, pero indecente. Por eso Pablo les dijo: «Ni siquiera coman con tal hombre. No coman con ese hombre».

¿Por qué? Porque dice ser cristiano, pero no se arrepiente del pecado, vive en rebelión abierta y desafiante, así que no finjan que sea un buen amigo de Dios o un buen amigo de ustedes. Dejemos que coma solo un rato a ver si reflexiona, se arrepiente, y vuelve al Señor y a la iglesia. Los cristianos deben comer con los no cristianos y con los cristianos arrepentidos, pero con los cristianos que no se arrepienten, que a costillas del cristianismo desean seguir viviendo en rebelión abierta, el Señor no tolera eso.

Las comidas en la Biblia

Así que en la Biblia hay muchas comidas, festines, verbenas. Hacían mucho. El primer milagro de Jesús fue en la comida de una boda. Una y otra vez en la Biblia, verán que se sientan a comer: algunos comen con Dios, otros sin Dios.

Hay muchas maneras en que las personas le instarán y le exhortarán a examinar las Escrituras. Algunos dirán que debemos leer la línea argumental de la Biblia por la lente de los pactos. Otros dirán que debemos mirarla por la lente de las dispensaciones y las épocas, o periodos de tiempo.

Una manera de examinar las Escrituras es mirar las comidas, una serie de comidas con o sin Dios que culminan en la comida de comunión cristiana llamada la Cena del Señor, la Mesa del Señor, o la Eucaristía. Tiene varios apelativos según la tradición o legado, pero es una comida con Dios y su pueblo.

Cuando comemos, debemos hacerlo con cristianos como amigos del Señor y amigos de otros, amigos que conocen al Señor y amigos que invitamos a conocer al Señor Jesús. Así que lo que vamos a hacer es hacer un recorrido de Génesis a Apocalipsis. Lo haremos antes del próximo desayuno. No nos quedaremos aquí toda la noche, pero veremos cinco comidas.

1ª comida – El fruto prohibido

La primera es el fruto prohibido; es la primera comida sin Dios en Génesis 3. La mayoría de ustedes quizás conocen esa historia. Dios creó nuestros primeros padres, Adán y Eva, a su imagen y semejanza. Los coloca en un lugar perfecto, en un huerto asombroso. ¿A cuántos de ustedes les encantan las buenas comidas, cocinar, e idóneamente prefieren tener su propia huerta orgánica y maravillosa? Ahí es donde los pone. Los pone en el huerto. Eso significa que tiene todos los frutos, todas las verduras, todas las hierbas. Todo lo imaginable para banquetear y celebrar.

Y Dios les dice: «Pueden comer lo que quieran de este magnífico huerto, con una excepción, el árbol del conocimiento del bien y del mal. No coman de ese árbol. No tomen parte de ese fruto prohibido». Es lo que Dios les dice. Algunos opinan que Dios básicamente crea la vida como una huerta de leyes con un árbol de gracia, o sea que la respuesta es a todo es “no”, y que solo se les permitía hacer un par de cosas. Pero Dios creó al mundo con un huerto de gracia y el árbol de la ley al centro. Muchísima libertad y gozo con una sola cosa prohibida.

Sucede que Eva tiene una conversación con Satanás, la serpiente, el enemigo. En Apocalipsis 12 y en Apocalipsis 20 dice que esta serpiente, este dragón que viene a conversar con ella es Satanás. Es el enemigo de Dios. Es un ángel rebelde. La invita a comer el fruto prohibido. Y la Biblia dice que Adán, su marido, era un cobarde pasivo. Él estaba ahí con ella como cómplice en todo eso, y comieron del fruto, del fruto prohibido.

Como resultado, recibieron una naturaleza pecadora. Dios vino a buscarlos y se escondieron de Él y uno del otro. Se echaron la culpa. Dios tuvo que tapar su desnudez. Fueron expulsados del huerto, fueron separados de la vida eterna y experimentaron la muerte. En el siguiente capítulo sus dos hijos están peleando y uno mata al otro.

Heredamos una naturaleza pecadora «de Adán», como dice en Romanos 5:12 al 21 y en 1 Corintios 15:45. Por causa de su rebeldía, todos morimos. ¿Les parece mucho que comerse un fruto resulte en eso? ¿Se come algo de la nevera que no debe comer y todo ser humano en la historia del mundo hereda una naturaleza pecadora, va rumbo al infierno y muere?

Pero no se trataba de una comida solamente, se trataba de escoger a un amigo. Lo que Adán y Eva estaban haciendo era: «Decidimos no ser amigos de Dios. Decidimos ser amigos con Satanás. Decidimos desobedecer a Dios y obedecer a Satanás. Sacaremos a Dios de nuestras vidas y daremos la bienvenida a Satanás». No solo comemos, adoramos; y a veces comer es adorar. Por eso dice Pablo en el Nuevo Testamento que para algunas personas su Dios es su apetito.

Comer es una forma de adorar, y cuando comemos no solo escogemos una comida escogemos una relación. Por eso los cristianos oran antes de comer. «Señor Jesús, gracias. Te damos la bienvenida». Por eso es que algunas tradiciones cristianas oran después de la comida dando gracias a Dios por lo que más disfrutaron de ella. Comer es algo muy sagrado. Es un acto de adoración.

Y lo que pasa en Génesis 3 es que comen sin invitar a Dios y forjan una relación rebelde contra Dios; y después Dios promete que Jesús vendrá a renovar y mejorar las cosas. Después son expulsados del Huerto del Edén, echados fuera y apartados del Árbol de la Vida, porque si hubieran comido del Árbol de la Vida no hubieran vivido para siempre en pecado, separados de Dios. Fue un acto de gracia que Dios los expulsara.

2ª comida – La Pascua

Esta familia crece y se convierte en la nación de Israel, como sigue el relato, y de uno de los descendientes, Abraham, sale una nación llamada Israel. Y la nación de Israel entra en un periodo de hambre; gran parte de la Biblia se centra en el concepto o tema de las comidas, ayunar, y comer. Hay una hambruna; no hay comida, y el pueblo de Dios se refugia en Egipto.

Permanecen ahí 440 años, y hubo una serie de faraones en sucesión, reyes a quienes adoraban como dioses. Algunos faraones fueron buenos con el pueblo de Dios pero otros fueron crueles. Terminan con un faraón muy cruel que abusó y trató duramente al pueblo de Dios; los maltrató, fue abusivo. No quería que adoraran a su Dios; quería que ellos lo adoraran a él como Dios.

Lo cual nos trae a la segunda comida, la Pascua. Lo leemos en el siguiente libro de la Biblia, Éxodo, que también fue escrito por Moisés. Si quieren estudiarlo más a fondo y estudiarlo en su grupo comunitario, vayan a Éxodo 12 e investíguenlo por su cuenta esta semana. Por cuestión de tiempo, permítanme resumir lo que pasó.

Dios levanta un hombre llamado Moisés para confrontar a este rey llamado Faraón, y Moisés viene en nombre del Señor. Y el Señor le decía: «Ve y dile a Faraón esto…», y vemos una y otra vez que Dios le da mucha gracia a Faraón por medio de Moisés, y cada vez que Moisés viene a Él de una manera u otra le dice: «Tú no eres el Dios verdadero. Solo eres un hombre. Al Dios verdadero, el Dios que creó los cielos y la Tierra, le desagrada tu comportamiento. Estás maltratando y abusando a la gente. Los has esclavizado quitándoles su dignidad. Son pueblo de Dios y Él ama a su pueblo, por tanto Él quiere que dejes de hacerte pasar por Dios y que pongas en libertad al pueblo para adorarlo a Él». Eran varios millones de personas, una enorme pérdida económica para los egipcios y para Faraón.

Una y otra vez Faraón dice: «No, no libraré al pueblo de Dios de la esclavitud y el cautiverio. Son mí pueblo, no de Él». Y cada vez, Dios envía a Moisés a prometerle una serie de plagas. «Líbralos, o el río se convertirá en sangre. Líbralos o tendrás un grave problema de insectos. Líbralos o habrá alguna consecuencia. Todas tus cosechas morirán en el campo. Ya verás».

Una y otra vez Dios le dice a Moisés: «Está bien, subiré el listón». Como un interruptor con graduación de luz. «Aumentaré las consecuencias. ¿Cierto? Las cosas van a empeorar, van a empeorar, van a empeorar», y después les da otra oportunidad. Cada vez que lo hace, Faraón dice que no.

A veces en Éxodo leemos que Dios endurece el corazón a Faraón. A veces dice que Faraón endureció su propio corazón. La verdad es que ambas cosas pasaron. Dios fue bondadoso, amoroso, benigno, paciente, y bueno con Faraón, pero eso le provocó más ira y amargura, más pretensión moral y terquedad. ¿Han conocido a alguien así? ¿Han sido alguien así?

Faraón dice que no y Egipto empieza a sufrir el juicio de Dios el cual culmina con la plaga final. Si no libras al pueblo de Dios, la muerte vendrá a todo hogar en Egipto y el primogénito de cada hogar morirá en una noche». Faraón endurece su corazón. Dios es muy paciente y benigno. Faraón es muy terco y duro de corazón. Al leer la historia hay que entender que todos somos como Faraón. Necesitamos un cambio de corazón.

La muerte viene a Egipto. La Palabra de Dios se cumple. Dice que se podía oír a toda la nación de luto. Imagínese si mañana…por ejemplo, yo que soy el primogénito, o mi hijo Zac que es mi primogénito, algunos de ustedes son el primer hijo y tienen primogénitos. Digamos que nos levantamos mañana y todos los primogénitos de nuestro país están muertos. Es un día de luto a nivel nacional. Las salas funerarias no pueden con tanto muerto. No les da para cavar suficientes fosas para enterrar a los hijos, porque la paga del pecado es muerte, y no ha acepciones. Por medio de Moisés, Dios permite una provisión para salar la vida, pero requiere fe.

A veces en la Biblia la fe es una convicción interna, a veces es una acción externa. A veces notamos quién tiene fe por lo que hacen. En el Éxodo Dios dice «Demuéstrenme su fe en mí tomando un cordero sin defecto y sin mancha y sin tacha, que representa perfección sin pecado, y este cordero será el sustituto porque la paga del pecado es muerte. Sin derramamiento de sangre no hay perdón de pecados. Toda familia tenía que reunirse y por fe matar a aquel animal inocente y limpio, llevar la sangre afuera y pintar con ella la entrada de la casa, mostrando que: «Confiamos en el Dios de la Biblia. Sabemos que todo el mundo es un pecador con el corazón empedernido. Sabemos que el pecado resulta en muerte, y sabemos que aparte de la gracia de Dios, nosotros también sufriremos justa condenación».

Y Dios dice: «Cuando la muerte pase en medio de la nación, veremos aquellos hogares que por fe tuvieron un sustituto que muere por sus pecados, que esos hogares están cubiertos esa sangre, y que la ira de Dios…». De lo que estamos hablando amigos es la ira de Dios. Algunos de ustedes no se han arrepentido, son rebeldes y están en pecado. Están viviendo en el camino de la ira de Dios, al igual que muchos en aquel día, y pensaron que Dios no se encargaría de ellos rápida y justamente, pero lo hizo. Algunos de ustedes están peligrosamente cerca de experimentar la ira de Dios. Viven en el camino de la ira de Dios.

Pero quiero que escuchen esto: Tienen una vía para escapar la ira de Dios y ustedes tienen una vía para escapar la ira de Dios. En fe, aquella sangre podía ser derramada como sustituto sin pecado, y mediante la fe, la ira de Dios pasaría literalmente sobre uno. Por eso se llama Pascua.

Por tanto, en los hogares donde había fe en el Dios de la Biblia demostrado por el acto de sacrificio, la muerte no vino. Vino la vida. No hubo luto. Hubo regocijo. No hubo funeral. Hubo fiesta. Y a partir de ese momento surge el mes Nisan que equivale a marzo o abril si mal no recuerdo, dependiendo cómo establecieron el calendario año con año. Cada año, el pueblo de Dios celebraba la fiesta de la Pascua. ¿Alguna vez han oído de ella? En eso consiste; en eso consiste. Porque Dios sí los libró. Faraón sí los puso en libertad. Finalmente trató de perseguirlos y Dios cerró el Mar Rojo y ahogó a los soldados y salva al pueblo.

Y finalmente sí llegaron a su tierra prometida a su hogar, y cada año Dios dijo: «No olviden cómo los salvé. No tienen poder. Están esclavizados. Su pecado es como un faraón que los gobierna. Son duros de corazón y tercos. Merecen la muerte. Pero hice provisión para que por medio de la fe y un sustituto, y el derramamiento de sangre, la ira les pase por encima y sea vertida sobre otros, y ustedes puedan ser salvos».

Así que cada año, el pueblo de Dios se reunía para la Pascua. Pueden leerlo en el Éxodo, pero Dios dio instrucciones específicas. Casi como un manual. «Hagan esto, no hagan aquello. Digan esto, no digan eso. Así sucederán las cosas». Si mal no recuerdo, lo hicieron cada año durante casi 1.440 años. Digamos que toda familia judía lo hacía cada año por más de 1.000 años. Es como la Navidad y el Día de Acción de Gracia: un gran banquete, una gran comida de carácter teológico. Están diciendo: «¿Cómo nos salva nuestro Dios?», Por sustitución, por el derramamiento de sangre, por un cordero y nuestra fe en el cordero sacrificado.

Después llega Jesús. ¿Están listos para escuchar esto? Llega Jesús y empieza su ministerio público. Su primo Juan mira a Jesús y le dice en Juan 1:29: «¡… el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!». Al principio del ministerio de Jesús, se declara públicamente: «¡Ahí está! ¡Ahí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!». Aquí está la verdadera Pascua. Aquí está el verdadero Israel. Aquí está el verdadero sustituto. Sin pecado. No tiene mancha y sin tacha. Él será nuestro sustituto. Él morirá en nuestro lugar. Él derramará su sangre. Por fe en Él la ira de Dios pasará encima de nosotros».

Si usted es judío y está aquí o está escuchando esto, la Pascua se trata de Jesús. La Pascua nos prepara y nos hace anticipar. Es una señal que indica una realidad más grande: Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Aunque usted coma la Pascua, si no lo hace con fe regresa a Génesis 3 otra vez, a una comida sin Dios.

En 1 Corintios 5:7 Pablo dice: «Porque aun Cristo», ¿nuestra qué? «Nuestra Pascua, ha sido sacrificado». Todo esto habla de la cruz de Jesús. Sin mancha y sin tacha, sin pecado y sin defecto, Jesús va a la cruz y se sustituye a sí mismo, muere en nuestro lugar por nuestros pecados. Amigos, por eso es que hoy no les pedimos que trajeran un sacrificio. El sacrificio ya se dio, como dice en Hebreos: «Una vez para siempre». No se trata de señales y símbolos. Se trata de Jesús, nuestro Salvador y sustituto. No necesitamos ofrecer sacrificios. Jesús murió una vez para siempre. Él es nuestro Cordero de Pascua. Es el cumplimiento de 1.000 años de comidas.

En Apocalipsis 5:12, al final de la historia, la culminación, el ápice, el eterno punto de entrada, ¿qué pasa? El pueblo de Dios, cada tribu, idioma, lengua y nación, toda la gente, como dice en Apocalipsis 5 están cantando: «El Cordero», o sea Jesús, «que fue inmolado». Jesús es nuestra Pascua. ¿Entienden eso? Jesús es nuestra Pascua.

3ª comida – La Última Cena

Sigamos adelante. Jesús vive sin pecado. Predica, enseña, sana, expulsa demonios, y después llega el momento de la Pascua. Obedeciendo las Escrituras, en Mateo 5 Jesús dice: «No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir». Jesús cumple todo lo que fue prometido, profetizado y predicho en el Antiguo Testamento respecto a Él.

Es temporada de Pascua y Jesús se prepara a celebrar la Pascua en cumplimiento de la expectación. Lo cual nos lleva a la comida número 3, la Última Cena. Mateo 26:26–28: «Mientras» ¿qué? comían, Están comiendo. Es una comida. Repito, comemos con Dios o sin Dios. Aquí está Jesús, que es Dios, comiendo con sus discípulos. «Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo».

Bien, al leer esto como no somos judíos y no hemos celebrado la Pascua toda la vida con nuestros padres y abuelos, y como la mayoría de nosotros somos gentiles, nuestra mente no estalla completamente en este momento porque aquí Jesús deshace más de 1.000 años de historia. Nadie dijo esto jamás. Es algo completamente nuevo. En la historia del pueblo de Dios ¡nadie decía esto en la Pascua! Pero Jesús lo dijo.

Y permítanme decir esto antes de explicar la relevancia de lo que está diciendo. Algunos de ustedes dirían: «Jesús me cae bien. Es un buen hombre, un maestro moral». No reduzcan a Jesús a algo que no es. Recíbanlo como es o rechácenlo como es, pero Él es quien es. Y lo que está diciendo eso: «Yo soy Dios. Soy el cumplimiento de la profecía. Todo el Antiguo Testamento se trata de mí. La Pascua se trata de mí. Todos los que se reúnen en sus casas hoy en todo el país me están celebrando a mí y ahora estoy aquí».

Jesús tomó el pan, y les dijo: «Esto es mi cuerpo». Quiero que recuerden esto, Mars Hill. Cada vez que coman pan, recuerden el cuerpo de Jesús, quebrantando por nosotros. «El cuerpo de Jesús quebrantado por mí». Fue a la cruz, se sustituyó Él mismo. Sufrió. Dios hecho hombre, sufrió físicamente en su cuerpo por mí. Es lo que Jesús está diciendo.

Nadie dijo eso jamás. Era algo que nunca se decía. Dios escribió un libro. En el libro dijo lo que se debía decir, pero no dijo que dijeran eso, y ahora viene Dios mismo y cumple la Pascua. ¿Entienden lo que eso significa?

Continúa la historia. «Tomando una copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella porque esto es mi» ¿qué? «Sangre». ¿Quién dice eso? ¿Quién dice esto? ¿Por qué debemos tomarla? Dice: «Que es derramada por muchos para», ¿qué? «Para el perdón de los pecados».

Finalmente todos somos pecadores. Usted es pecador, yo soy pecador. Todos somos como Faraón, duros de corazón, queremos ser nuestro propio Dios: Déjame hacer lo que quiero, no me diga cómo vivir, estas son mis perspectivas, mis valores, este es mi reino, y soy el encargado». Y Jesús viene y dice: «No, eres un pecador. Tienes el corazón duro y necesitas un nuevo corazón. Necesitas que tus pecados sean perdonados».

Solo Dios puede perdonar nuestros pecados. Creo que fue en el Salmo 51 que David dijo: «Contra ti, contra ti solo he pecado». Nuestro pecado es contra Dios, por tanto solo Dios puede perdonarnos, y llega Jesús y dice: «Yo perdono pecados». Está declarando ser Dios. En otra ocasión, creo que fue en el Evangelio de Marcos, dijeron: «Este hombre blasfema. Dice que puede perdonar pecados. ¿Quién puede perdonar pecados sino Dios?». La respuesta es, nadie. Aquí Jesús dice: «Soy Dios, perdono el pecado. El Antiguo Testamento se trata de mí, la Pascua se trata de mí, el pan se trata de mí, el vino se trata de mí. El cuerpo quebrantado, la sangre derramada. Soy el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo».

Les digo: eso es falso o es verdadero. Él es el Dios sin pecado que quita los pecados del mundo, o no lo es. En la Iglesia Mars Hill creemos profundamente, sinceramente, continuamente, apasionadamente, que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, que Él es nuestra Pascua, que Él es sin mancha y sin tacha, que es nuestro sustituto, que es Dios entre nosotros, que su cuerpo fue quebrantado y su sangre fue derramada, y en Él, por medio de Él, para Él, y por Él solamente hay perdón de pecados. Es lo que creemos.

«Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre».

Cuando tomamos la comunión, se trata de ¿quién? ¡Jesús! Y necesito saber esto porque en tantas iglesias o no toman comunión o la toman y no le dicen a uno de que se trata.

Jesús dice ciertas cosas aquí que son difíciles de entender. Dice: «Esto es mi cuerpo, esta es mi sangre». La pregunta es, y voy a ver si puedo regresar la pasta dental otra vez al tubo teológicamente, o sea, porque lo que pasa es que Jesús dice esto y resultan un montón de interpretaciones. Y la pregunta es si quiso decir eso literalmente.

¿Cuántos han escuchado que la Biblia no se puede tomar literalmente? Cada vez que alguien dice eso, les pregunto. ¿Quiero que tome lo que está diciendo literalmente? En la universidad tuve un debate con un tipo, y más o menos fue en público. Y Él decía: «La Biblia no puede tomarse literalmente», Y le dije: «Ah, ¿entonces a usted no le gustan los ponis?». Me dijo: «No dije eso». Le dije: «Pues así lo entendí». El punto era que queremos que nos tomen literalmente. Usted quiere que lo tomen literalmente, y Dios también. Bueno.

Por tanto en Mars Hill ¿creemos que la Biblia debe tomarse literalmente? ¿Sí o no? Sí. Pero hay dos clases de formas literales. Sé que estamos en verano y que no deben estar en clase, y ustedes dicen: «Oh, no». Está bien. No, no, pongan cuidado. Está el literal llano y el literal figurado. Esto lo hacemos en la Biblia y en toda la literatura y el diálogo.

Si le digo: «Tengo tanta hambre que podría comerme un caballo», ¿sí o no quiero comerme un caballo? No. Si me trae un caballo, le diré: Eso no, quería una hamburguesa con queso. ¿Saben? Pero usted dirá: «¡Oh, usted es un hipócrita!». No, estoy usando una metáfora, ¿entiende? Y usted está siendo religioso y no es nada divertido. Bien, así que usamos metáforas, ¿cierto? Usamos analogía, símil, y modos del discurso pero no significa que no estemos comunicando una verdad literal. Una comunicación figurada, no obstante, puede articular una verdad literal en forma poética.

Les daré un ejemplo. Lo he usado antes, pero mi hija Alexie, es maravillosa y dulce y la adoro totalmente. Es más o menos poética, a veces es creativa con las palabras. Un día me miró con sus grandes ojos azules, es idéntica a Tinkerbell, o ella dice: «Tinkerbell se parece a mí». Y me dice: «Papá Daddy, mi amor por ti es tan grande como el cielo y tan profundo como el mar». Lo que no dije fue: «¿7,4 mil millones de pies cúbicos?». ¿Entienden? No sé qué tan grande es. En realidad nunca lo he medido. Pero entendí que me ama con todo. ¿Entienden eso? Lo mismo pasa en las Escrituras.

Nuestra postura es tomar por sentado que es literal llano. Jesús murió. ¿Saben qué significa eso? Muerto. ¿Entienden? ¿Qué tal en griego? Muerto. Cuando dice algo en forma poética, sigue siendo literal, pero se articula de una manera creativa para articular una verdad literal. Por tanto damos por sentado que es literal llano, y si no tiene sentido, pasamos a literal figurado.

Bien, esta es una gran batalla teológica. ¿Cuán literalmente debemos tomar las palabras de Jesús? Porque, ¿cuántos de ustedes crecieron siendo católicos? Bueno. Bienvenidos. Está bien. Yo crecí siendo católico. Era un monaguillo; le ayudaba al sacerdote a servir la comunión. No lo entendía plenamente y no culpo a nadie, solo a mí mismo. Supongo que no hice mis tareas. Pero la iglesia católica enseña básicamente una postura llamada la transubstanciación, y dice que los elementos literalmente se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, y de alguna manera Jesús vuelve a ser crucificado en cada misa por el sacerdote. ¿De acuerdo?

Lo que eso significa es que si uno se come los elementos, supongo que se come a Jesús, tanto así, que en la iglesia primitiva se corrió la voz: «¡Son caníbales! Sí, se comen en cuerpo de un hombre y toman su sangre. Es como una película de terror con zombis. Ese cuento del cristianismo es tan espantoso como Scooby Doo. Haga lo que haga, no vaya. Le pondrán salsa de barbacoa encima y su madre jamás lo volverá a ver. Es un lugar horrible», ¿saben?

También hay otra postura que sostienen los luteranos, los anglicanos y otros. Es la consubstanciación. Usan el lenguaje de una verdadera presencia, pero no es que los elementos del pan y del vino literalmente se conviertan en el cuerpo físico de Cristo, usaré el lenguaje que usan para asegurarme de decirlo bien. Los cito textualmente: «Jesús está presente en, con y bajo la forma de pan y vino». Por tanto es como si hubiera una presencia misteriosa de Jesús en torno a los elementos, aunque no son en realidad su cuerpo físico y su sangre.

La tercera postura es la de un hombre llamado Huldrych Zwingli. Seguramente tuvo un kínder horrible ese tipo. Está bien, ¡escribe tu nombre! La postura que se ideó Huldrych Zwingli básicamente se llama fiesta en memoria, y él dice que no es literalmente el cuerpo ni la sangre de Jesús. Él no está físicamente ni espiritualmente presente. Es una fiesta in memoriam. Es una conmemoración. Es un mirar atrás».

Así que en la Iglesia Católica es de suma importancia tomar comunión cada semana. El la Iglesia Luterana y Anglicana, es muy importante tomar comunión cada semana. Si pertenece a una iglesia que lo interpreta como Huldrych Zwingli, no es algo tan importante. Los que crecieron bautistas están pensando: «Sí, creo que hicimos la comunión una vez». Nos dieron una cosita con jugo y una galleta salada más vieja que yo, y no sé por qué lo hicimos, pero definitivamente no me llenó ni me satisfizo». O si asiste a una iglesia de tradición carismática o pentecostal toman comunión una vez al mes o una vez al año, o cada vez que hay elecciones presidenciales. No es gran cosa. No lo hacen muy a menudo.

Para los que llevan tiempo en la iglesia, ¿qué hacían? Usted dirá: «Sí, nunca tomamos la comunión, o no recuerdo, o lo hacíamos cada semana, pero era algo un poco misterioso, sobrenatural, o era algo católico para el perdón de pecados y matábamos a Jesús de nuevo, y es como un funeral. Se supone que uno se sienta triste». ¿Cómo lo hacían?

En la iglesia Mars Hill creemos que esto debe interpretarse en sentido figurado. ¿De acuerdo? Les daré otros ejemplos. Jesús dice: «Yo soy la vid, vosotros los sarmientos». ¿El tiene hojas? Piensen si lo miraran dirían «Ese hombre está repleto de hojas». No, porque es una figura retórica, ¿cierto? Otra muy buena. Jesús dice: «Yo soy la puerta». ¿Si levantara su túnica, le vería bisagras? ¿Sí o no? No, no hay bisagras. Está libre de bisagras. Es el sentido literal figurado, Mark tenía razón, ¿de acuerdo? Entienden lo que estoy diciendo, ¿verdad? Así que cuando dice: «Este es mi cuerpo, Esta es mi sangre», son figuras retóricas.

Pero nuestra postura es de la línea interpretativa de un tipo llamado Juan Calvino, mi segundo hijo lleva su nombre. La perspectiva de Calvino es que el pueblo de Dios debe tomar la comunión con regularidad, por eso lo hacemos cada semana. Jesús dijo: «Haced esto en memoria de mí», por eso lo hacemos. Y que cuando la tomamos, no es literalmente el cuerpo de Jesús y la sangre, pero Él está presente no tanto en los elementos sino en la presencia del Espíritu Santo.

Que cuando el pueblo de Dios está lleno del Espíritu Santo y se congrega como pueblo de Dios, y Jesús es honrado, y recordado, y celebrado, y hay arrepentimiento de pecado, y la cruz de Jesús es adorada, el Espíritu Santo verdaderamente está presente con el pueblo de Dios, y es un momento sagrado en que como familia honramos a nuestro hermano mayor, Jesús. Es lo que creemos.

No es solo remembrar y hacer una fiesta en memoria, pero tampoco vamos a crucificar nuevamente a Cristo cada domingo, porque en Hebreos dice: «Una vez para siempre su sangre fue derramada y entregó su vida».

4ª comida – La comunión

Por tanto, en Mars Hill lo hacemos de dos maneras distintas. Los domingos, en cada servicio, o el sábado, o cuando nos congreguemos para el servicio de la iglesia, tomamos la comunión cada semana. Y lo hacemos en la mitad del servicio para que la Palabra de Dios sea proclamada, y después hay una respuesta. En ese momento, si uno no es cristiano se aparta del pecado, confía en Jesús por fe, toma la comunión como acto de fe, en demostración de fe. Y nos levantamos de la silla y lo celebramos juntos recordando a Jesús que se levantó de la tumba y un día nos levantaremos de la tumba y estaremos juntos con Él para siempre.

Tomamos la comunión cada semana, de esa manera, al igual que en los grupos comunitarios que son más de 600 con más de 8.000 personas, ¡nos encantaría que participara en uno! Lo que hacen los grupos comunitarios es estudiar la Biblia, orar, estar en misión llegando a su comunidad, sirviendo y ayudando a los necesitados y a los pobres, y frecuentemente se reúnen para comer, y esa es una comida de comunión. Es una comida de comunión.

También servimos vino y jugo por causa de la conciencia. Hay personas que antes fueron alcohólicos y luchan con eso por lo cual les ofrecemos ambos para que vivan conforme a su conciencia. Tenemos pan, y hasta creo que tenemos pan sin gluten. O sea, son los días en que vivimos, ¿saben? Supongo que algunos si comen gluten se hinchan como un pez globo y tenemos que llevarlos urgentemente al hospital, y vaya qué cosa. Por eso tenemos pan sin gluten, y lo siento, sé que sus sándwiches son horribles. Un día de estos tendrán un cuerpo resucitado y un sándwich tremendo y todo estará mejor. Per hasta entonces, hasta entonces Jesús no es el pan sin gluten de la vida, pero saben lo que tienen que hacer, ¿cierto? Así que, hagan lo que deben hacer.

De modo que los dejamos participar conforme a su conciencia y convicción, y todo eso sigue después de la Última Cena de Jesús, y fue la iglesia incipiente que empezó esta clase de comunión, la cuarta comida.

Y permítanme decir esto: Al tomar la comunión como pueblo de Dios mostramos que somos amigos con Jesús y su pueblo. Usted no puede ser cristiano y no estar conectado con la iglesia. No entiendo esto. Es como un padre con cinco hijos que va y adopta otro hijo, y el hijo dice: «Es mi padre, pero no tengo hermanos y hermanas y no soy parte de la familia». Debería ser todo junto. Dios es un Padre que lo adopta y ahora usted pertenece a una familia. Tiene hermanos y hermanas. No entiendo este cristianismo rebelde de estar solo, independiente, con un Jesús enfocado en mí, y podcasting. No tiene sentido. La Biblia desconoce eso. Si está conectado con Dios, está conectado con su pueblo.

Y cuando tomamos parte en la comunión en el servicio, en los hogares, lo hacemos juntos, y al hacerlo estamos diciendo: Soy amigo de Jesús, soy amigo de ustedes, soy parte de la familia». Esto pasó en los albores del cristianismo. Dice en Hechos 2 que cuando los cristianos empezaron a congregarse, se reunían en el templo para las grandes reuniones como lo hacemos en los servicios, y de casa en casa, que es como nuestros grupos comunitarios. Solo tratamos de hacer las cosas bíblicamente.

Leemos esto en Hechos 2:42: «Se dedicaban», o sea que era algo continuo, algo habitual, algo común, algo regular. «A las enseñanzas de los apóstoles». Lo primero, según la Biblia, ¿es qué? La comunión. Es estar con otros cristianos y llegar a conocerlos.

¿Y saben qué? Van a enloquecerse unos a otros, ¿verdad? Algunos de ustedes viene aquí, y permítanme decirles que esto no es el Cielo. Esta es la Iglesia Mars Hill. En el Cielo, la Iglesia Mars Hill será mucho mejor. Pero hasta entonces, se van a fastidiar unos a otros porque ahora están en familia.

¿Alguno de ustedes viene de una familia? ¿Qué hacían en su familia? Lo fastidiaban. ¿Qué hacía usted? Fastidiaba a su familia. ¿Está bien? Así que piénsenlo así: Todos vamos a la casa de Papá para una gran fiesta, un banquete, y vamos por el camino en una furgoneta molestándonos unos a otros, ¿entienden? Eso se llama ‘vivir’. ¿De acuerdo?

Así que permítanme reducir sus expectativas del cristianismo. Usted dice: «Me estás molestando. Me están volviendo loco, no son más que unos tira-mocos, fastidiosos, que te hacen el calzón chino. Bienvenidos a la familia de Dios. Bienvenidos. Eso es estar en comunión. Cuando la Biblia habla de estar en comunión no significa que seamos perfectos, en relaciones reconciliadas, que vistamos las mismas sudaderas, que vayamos al estudio bíblico montados en bicicletas para dos, citando Levítico y cantando las canciones de La novicia rebelde. No significa eso. Lo que significa es que voy a fastidiarlos a ustedes y ustedes me fastidiarán a mí, y si terminamos matándonos, nos veremos en el Cielo. Eso es estar en comunión, ¿de acuerdo?

«Al partimiento de», ¿qué? «Al partimiento de pan», o sea a comer juntos y a orar. Les cuento que la manera más fácil de desarrollar una relación con alguien es comer y orar juntos. Coman juntos, oren juntos. Digamos que están aquí. Están casados. No se la llevan bien. Coman juntos, oren juntos y su amistad crecerá porque Dios siempre bendice esos momentos de conexión. Si tiene problemas con sus amigos, trate de resolverlos invitándolos a comer. Tome la iniciativa, báñelo en oración, y acabe. Así se resuelven las cosas a nivel relacional.

¿Pero qué hacían ellos? Partían el pan. Entonces nosotros les diríamos: Si usted es cristiano, tome comunión el domingo. Si no, vuélvase cristiano y tome comunión el domingo. Intégrese a un grupo comunitario. Si no está en un grupo comunitario, cuéntenos y nos encantaría conectarlo a un grupo.

Y para los que están en un grupo comunitario… coman algo. ¿De acuerdo? No somos legalistas ni dados a las reglas. No sé dónde queda el comité legalista. Que no pueden bailar, que no pueden divertirse, que no pueden sonreír. Espero que quienquiera que esté en el comité legalista haga reglas como esta: Coman. Si van a escoger una regla, escojan una buena como hagan una parrillada de barbacoa o algo maravilloso como cuatro postres, porque el postre es una delicia.

Les insto a que esta semana piensen en quién necesitan invitar a cenar. Familiares, amigos, vecinos, colegas de trabajo, a sus enemigos. ¿Cuántos de ustedes ni siquiera conocen a sus vecinos? Invítenlos a cenar. Si le preguntan ¿por qué? Díganles: «¿Saben por qué? Porque así es el reino de Dios. Es como una gran comida, y Jesús nos ama, y los ama a ustedes, y los amamos, y ¿qué les gustaría comer?». Si son vegetarianos, prepáreles algo vegetariano. Si les gusta el churrasco, maten algo. Sea lo que sea, ámenlos, sírvanles, denles la bienvenida, practiquen la hospitalidad.

Para los que están en grupos comunitarios, esta es una gran temporada del año. Parrilladas, inviten a la gente, vayan al parque, háganlo a lo grande. A lo grande. Es un acto de adoración. Es para la gloria de Dios y el bien de otros. Demuestra que Dios nos ama y es bueno con nosotros como Padre que ama a su familia y los reúne para cenar, y queremos que otros conozcan a nuestro Padre y se unan a nuestra familia. ¿Amén?

Al tomar parte, comemos y recordamos. Cada vez que coman, quiero que recuerden la comida en Génesis 3 que comieron sin Dios. Quiero que recuerden la Pascua. El pueblo de Dios cada año durante 1.000 años esperaron a Jesús. Después quiero que piensen en la Última Cena. Jesús vino, Jesús vivió, Jesús murió. Podemos cenar con Él. Quiero que piensen en la iglesia primitiva. Creció y floreció a base de comidas, amistad con Dios, y amistad unos con otros.

Una manera digna e indigna

Una palabra de precaución que provoca miedo: Hay una iglesia en Corinto. No es una gran iglesia. Se están emborrachando, se están demandando, tienen relaciones sexuales ilícitas, contratan prostitutas. Un tipo tiene relaciones sexuales con su madre o con su suegra. ¿Cara o sello que da asco? Lo llaman pluralismo, diversidad, ser abierto, tolerancia, hacen su desfile, tienen su revista, su sitio de Internet, todo un grupo en Facebook, y saben, tenían camisas. O sea, parecía algo muy oficial, pero a Dios no le agradaba. Les dijo: «No se están arrepintiendo. Dicen que me aman pero después desobedecen todo lo que les digo. Son unos hijos rebeldes e irritantes». Así lo traduzco yo.

Entonces, por medio de Pablo, Dios les habla y dice esto acerca de la comunión: «De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente…». Así que les digo que hay una manera digna e indigna. En nuestros días de pluralismo, tolerancia, diversidad, era: «Oh no, no, todos somos…». No. Hay una manera digna e indigna. Una manera correcta e incorrecta. Hay obediencia y desobediencia. Estar calificado y no calificado. La gracia de Dios no solo perdona su pecado, la gracia de Dios nos da poder para hacer morir nuestro pecado porque Jesús murió por él.

Algunos de ustedes están participando indignamente. Están en rebelión abierta y en pecado. Vienen a la iglesia y toman la comunión y vuelven a la casa a acostarse con ella. Es una manera indigna.

«Será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa». Está diciendo esto: Algunos de ustedes dirán: «¡Usted no me puede juzgar a mí!». Entonces júzguese a usted mismo. Si se juzga a usted mismo nadie más tendrá que juzgarlo. Verá su propio pecado, su locura, su rebeldía. Será sincero con Dios y con su pueblo. Usted dirá: «Saben qué, tengo un problema. Necesito ayuda. Necesito la gracia de Dios y el pueblo de Dios para ayudarme con mi pecado». Eso es humildad, integridad, honestidad, para que no tenga que tomar parte de una manera indigna de ninguna manera.

Antes de tomar comunión, ¿se examina a usted mismo? ¿Examina su vida? ¿Toma en cuenta su pecado? Toma un momento para pedir: Espíritu Santo, tu trabajo es convencerme de pecado. Hazme saber si algo anda mal, quiero hacer las cosas bien, lo siento. Si hay alguien aquí con quien necesite reconciliarme, les pediré perdón. ¿Hay algo que impida que participe de una manera digna?».

Dios siempre contesta esa oración. Dios nunca mira a un niño humilde con el corazón dispuesto y le dice: «No te ayudaré ni te hablaré». Dios nunca responde así. Es un buen padre. Júzguense a ustedes mismos. Dejen de juzgar a otros. Júzguense a sí mismos. Dejen de sentirse frustrados con los que los juzgan. Júzguense a sí mismos.

Usted dirá: «¿Y qué pasa si no hago eso? Mi novia es muy bonita». «Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí. Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos», ¿qué? «Duermen». ¿Literal llano o literal figurado? Es un verdadero funeral. Imagínense un domingo en que la gente viene a tomar comunión y se mueren. Tienen que pasar por encima del cuerpo para tomar la comunión. Y piensa: «Saben qué, voy a orar un poquito más. Regreso en un minuto».

Algunos de ustedes dirán: «Eso es falto de amor, cruel, muy malo. Lo que hizo Dios es muy cruel». No, de hecho lo que hace es muy amoroso, benigno, y bondadoso, porque Dios trata a las personas como trató a Faraón, rogándoles, esperándolos, aumentando las consecuencias, y finalmente el corazón se les endurece tanto que ambos saben que no van arrepentirse.

¿Qué le pasa a una iglesia que no guarda la santidad? Resulta en comidas que se comen como la de Génesis 3. «Quiero el pecado, quiero a Satanás». Y participamos, participamos públicamente. Es su manera de decir: «Pertenezco personalmente a Jesús, y personalmente pertenezco al pueblo que pertenece a Jesús».

Les daré un ejemplo. Acababa de empezar en el ministerio, Era un nuevo cristiano, bastante nuevo en el ministerio, estaba internado en una iglesia; recién empezaba. O sea, no tenía ninguna trayectoria en la iglesia evangélica y como era miembro del personal, aunque no era anciano todavía, no estaba preparado para asumir esa clase de liderazgo. Sabía, sin embargo, por las juntas del personal que teníamos una situación en la iglesia en que un hombre casado, con niños, decía ser cristiano, llevaba cuatro años asistiendo a la iglesia y muchos lo conocían, había cometido adulterio con otra mujer en la iglesia. Se fue de la casa de su esposa, abandonó a sus hijos, y se fue a vivir con su novia, y asistía al mismo servicio con su esposa e hijos.

La mamá y los niños se sentaban en una fila y este tipo a veces se sentaba frente a ellos con el brazo alrededor de su novia en la iglesia. Nunca olvidaré ese domingo cuando servían la comunión. La esposa destrozada y los niños lloraban y pasaron al frente para tomar la comunión, y este tipo se levanta con su novia a hacer la comunión y toda la iglesia estaba mirando.

Todos, mejor dicho, muchas personas sabían lo que estaba pasando. ¿Qué hacemos? Salimos con eso de: «Oh, no juzgues a nadie. Es un estilo de vida alternativo. ¿Quienes somos para juzgar? Creemos en ser abierto, en la tolerancia, y la diversidad». ¿O creemos en el amor? En el Dios amoroso que ama su Palabra, que ama esa mujer, a esos hijos, a ese hombre que se ha puesto en el camino de la ira de Dios, y que ama a esa mujer adúltera que está siendo usada por un hombre horrible, mientras ella misma hace algo horrible.

Recuerdo que me quedé en pie donde estaba, pensando «No sé que hacer ahora». Es en público, todo el mundo está mirando, estamos en la iglesia. ¿Qué hacemos? Los ancianos hicieron un buen trabajo; un excelente trabajo. Cuando el tipo pasó al frente, uno de los ancianos lo miró al ojo y le dijo: «En ninguna manera. No puedes tomar la comunión». Puso los elementos a un lado, tomó al hombre y a la mujer, los llevó al vestíbulo, los reprendió por su pecado, los llamó al arrepentimiento, y los removió de la Mesa del Señor, y fue algo hermoso porque Dios fue honrado.

La mujer fue reivindicó su dignidad en público, y los niños aprendieron que Jesús los ama pero que odia lo que su padre estaba haciendo, y que hay una autoridad más alta que su padre y su nombre es Jesús, y que a Él no le agrada eso. Me regocijo en que la iglesia haya hecho eso, y estoy seguro que tal vez hubo quejas. «Oh, son una secta. Es la disciplina de la iglesia. Se propasaron, están tratando de controlar a la gente». Seguramente dijeron muchas cosas, pero fue algo hermoso. Fue hermoso.

De eso está hablando Pablo exactamente. No está hablando de los que tienen una conciencia súper sensible porque se les olvidó poner el direccional cuando venían a la iglesia y empiezan a temblar al tomar comunión. pensando que van a quemarse. No, está hablando de los que son como Faraón. Tienen el corazón duro, desafiante, se creen moralmente superiores. Son su propio Diosito con su propio reinito, y aparecen de vez en cuando diciendo: «El rey ha hablado. Sírvanme. Quiero que todos piensen que pertenezco a Jesús mientras lo desobedezco en público». La respuesta es: «No en la Iglesia Mars Hill». Si se arrepiente, le damos la bienvenida.

En 2 Corintios vemos que esto funcionó de veras. Al uno que le habían negado la comunión llegó a arrepentirse, y en 2 Corintios lo vemos restaurado en la iglesia otra vez en comunión comiendo con la gente. La idea principal es nunca castigar. Es corregir, pero si usted sigue reprendiendo a Dios con su comportamiento, podría hasta quitarle la vida.

Así que quiero que hagan esto. Antes de tomar comunión, júzguense a ustedes mismos y arrepiéntanse de sus pecados. Es una cosa seria que da de qué pensar. También es algo maravilloso y glorioso.

5ª comida – La Cena de las Bodas del Cordero

La quinta comida, es la Cena de las Bodas del Cordero. ¡Esto es asombroso! Historia. La Biblia empieza con una comida que comen sin Dios, la comida más trágica, horrible, y dolorosa de la historia del mundo, la comida que lo destruyó todo y ha contribuido en toda forma al mal, al sufrimiento, a la injusticia, y a todo funeral en la historia del mundo.

Después, en el último libro de la Biblia, Apocalipsis, termina con otra comida. Una comida no de muerte sino de vida; no de condenación, sino de salvación; no de condenación sino de perdón de pecados; no de llanto y luto, sino de risa y regocijo; no de hambre y de ser expulsados del huerto, sino de banquetear en presencia del huerto donde el Árbol de la vida aparece otra vez y tomamos parte de él para siempre en presencia del Señor.

¿A cuántos de ustedes les gusta una buena fiesta? ¿A quién no le encanta una buena fiesta? El Cielo es maravilloso, y es la resurrección de los muertos, así como Jesús resucitó y hay una Tierra nueva sin pecado, sin enfermedad, sin muerte, y es una fiesta. ¿A quién no le gusta una buena fiesta? Pienso que todos los que ven el Food Network en lo más profundo de su ser quieren ser salvos. Es lo que pienso. Anhelan la comida perfecta, en el ambiente perfecto, con los invitados perfectos, donde todo es fantástico. Aquí está. Aquí está la culminación de toda la historia humana. Este el sueño del Food Network.

Apocalipsis 19.6–9: «Y oí como la voz de una gran multitud». Habrá mucha gente en el Cielo, y muchos que Jesús ama, y muchos que Jesús salva.

«Como el estruendo de muchas aguas y como el sonido de fuertes truenos». Hay entusiasmo. Alguna vez han estado en un concierto y todo está callado, y cuando sale la banda hay un crescendo, mucho bullicio y emoción. O digamos que fuera un evento deportivo que no sea en Seattle ¡donde ganan! ¡ Y todos esperan ansiosos que suceda! Así no es como vamos a…de todas maneras será sensacional. Después sigue el silencio, y salen los atletas, y el lugar se ¡aviva como un rugido!

Así es el reino de Dios. Es la resurrección de los muertos. «¡Todos, ahí viene Jesús! Nuestra fe se hace vista. ¡Ahí está! ¡Está vivo! ¡Él es Dios! ¡El es Dios! ¡El sí nos ama! ¡Está sonriendo! ¡Sus manos horadadas por los clavos están abiertas para abrazarnos! ¡Nos está sentando a la mesa! ¡Es asombroso! ¡Moisés y mi abuelo! ¡Vaya! ¿Dónde empezamos? ¡Vamos a comer! Jesús lo ha organizado todo y Él paga la cuenta. A eso lo llaman ‘gracia’.

«Que decía: ¡Aleluya! Porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina». El reino de Dios es una enorme comida. Es una enorme fiesta. Es para que el pueblo de Dios estén juntos para siempre con Él, ¡para siempre! ¡Es asombroso! Nuestra perspectiva del reino de Dios es tan pequeña. Por eso es que los cristianos no se divierten. No comemos ni tomamos bien. Nadie nos acusa de organizar demasiadas fiestas.

Jesús se metió en problemas, ¿no es así? «Siempre iba a las fiestas con la gente menospreciada a quienes Él ama. No son como nosotros». Sí, ellos son divertidos. Son la clase de personas que si enderezan sus caminos agradecerían una invitación a un evento como este. Quítenles la pantalla de la cabeza, encuentren sus pantalones, mejor dicho, y enderécenlos. Podrían ser divertidos en una fiesta de verdad, y una verdadera fiesta es donde no hay pecado.

La historia sigue: «Regocijémonos y alegrémonos». O sea ser alegres. Así que ensayen esto en su mesa. Coman buena comida, tomen algo bueno. Cuando vengan sus hijos y le pidan: «¿Papá puedo comer el postre?», ¡Sí, sí, sí! «Cómete dos. ¡Jesús está vivo! Estamos ensayando, ¿de acuerdo? Estamos ensayando».

«Porque las bodas del Cordero han llegado y su esposa se ha preparado». ¿Cuál es la mejor boda a la que ha asistido? Las bodas son asombrosas, ¿cierto que sí? Todos se reúnen. O sea: «¡Oh, todos se aman!», y «¡Están sonriendo!» y «¡Están juntos!», y «¿Qué habrá planeado Dios para su futuro?». Toda la historia termina con una fiesta de bodas. El ministerio de Jesús empieza con una fiesta de bodas, y toda la historia termina en una fiesta de bodas. ¿Hay algo más hermoso que una boda?

En el cuadro que pinta aquí Jesús es como el novio y la iglesia es como la novia, y todo termina cuando el novio viene a llevarse a su novia al reino celestial, por eso celebran. Como toda niña que crece leyendo cuentos de hadas y novelas de príncipes, y de vestirse, esperando que venga un hombre a salvar el día, sus ansias son verdaderamente bíblicas. Tiene el corazón de la iglesia, y está buscando a alguien como Jesús. Y Jesús ama su iglesia. En Efesios 5 dice: «Cristo ama a su iglesia y se entregó a sí mismo por ella». Es hermoso.

Y su novia se ha ataviado, se ha alistado; «Y a ella le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio». Algunas traducciones dicen que ella se viste de blanco. ¿Por qué se viste de blanco la iglesia? Porque somos sin pecado, sin mancha, somos mejores que todo el mundo? No, sino porque Jesús no solo perdona el pecado, limpia a las personas.

En el Antiguo Testamento cantaban el Salmo de ascenso, y subían al templo a adorar a Dios y todos vestía de blanco. Todos nos vestiremos de blanco en el Cielo. Será una locura de fiesta. Miles de millones de personas vestidas de blanco. Limpios, limpios, limpios, limpios, limpio, limpios, limpios, limpios. Justos en Cristo, perdonados en Cristo, hechos nuevos en Cristo.

No me importa quién sea usted, no me importa qué haya hecho. No hay mesitas para niños en esta fiesta. «Oh, usted estaba sucio e inmundo. Usted hizo tal cosa, siéntese allá». No hay mesita para niños. Nadie se viste de gris, están medio limpios, medio sucios. No, todos están vestidos de blanco y están completamente limpios. Porque Jesús murió, perdonó todos sus pecados, la justicia de Jesús fue cambiada por su condenación. Por eso es que el pueblo de Dios se viste de blanco.

Damas, escúchenme. No importa lo que hicieron, si están en Cristo y se han arrepentido, en su día de bodas vístanse de blanco, porque en Cristo ¿son qué? Limpias. Son limpias. No hay condenación en Cristo. No hay vergüenza en Cristo. No hay culpa en Cristo. No hay suciedad en Cristo, y ustedes lo verán, lo sentirán, lo conocerán, les encantará, y verán a Jesús cara a cara. Suena maravilloso, ¿verdad que sí?

Sofonías 3 habla del entretenimiento que habrá en esta fiesta. ¿No les encanta cuando hay una gran fiesta con gente maravillosa, comida perfecta, un ambiente fabuloso, y una banda? Qué maravillosa sorpresa. En Sofonías 3 dice: El Señor mismo « Se regocijará por ti con cantos de júbilo». Mientras comemos, en algún momento Jesús se pondrá en pie y todos dejaremos de hablar, y Él cantará. Él cantará. Habrá momentos en que le cantaremos a Él. Habrá un momento en que Él nos cantará.

«Porque las acciones justas de los santos son el lino fino. Y el ángel me dijo*: Escribe: “Bienaventurados los que están invitados a la cena de las bodas del Cordero». Bienaventurados son ustedes, Mars Hill. Bienaventurados son ustedes señor y señora. Bienaventurados son. Bienaventurado soy. Bienaventurados somos. ¿Por qué? Porque fuimos invitados a la cena de las bodas del Cordero.

Todos están invitados

Hoy, el Señor Jesús les da la invitación. Les dice: «Apártense de su pecado, confíen en mí. Los invito a ser mis amigos. Los invito a comer conmigo. Los invito a levantarse conmigo y con mi pueblo. Los invito a sentarse a mi mesa, a cenar conmigo, a ser amados por mí para siempre. Los invito a ser perdonados. Los invito a ser hechos nuevos. Los invito a ser limpiados. Los invito a vestirse de blanco. «Bienaventurados los que están invitados».

Todos están invitados al Señor Jesús, pero al igual que toda invitación, deben contestarla. Deben apartarse del pecado y confiar en Él por fe, de que su sangre los cubre para que la ira de Dios pase por encima de ustedes, para que les dé un corazón nuevo en lugar de su corazón empedernido, que tome parte de la comunión como demostración externa de su fe en Jesús, y que lo haga entre el pueblo de Dios, demostrando que no solo está reconciliado con el Padre, pero ha sido adoptado en la familia de Dios, y está tomando parte, diciendo: «Soy pecador, y Jesús es mi Salvador, y me regocijo en su cuerpo quebrantado y en su sangre derramada. Está vivo, está bien, y sé que un día lo veré cara a cara, y hasta ese día, quiero que ser su amigo en todas las comidas que coma todos mis días, con su pueblo, para regocijarnos juntos para siempre». ¿Amén? Voy a orar.

Dios Padre, me encanta predicar las Escrituras. Dios, para mí esto es un acto de adoración. Por lo cual estoy muy agradecido de poder enseñar la Biblia. Dios, adoro al héroe que es Jesús. Me encanta cómo narra la historia de la Biblia, que se trata solo de Jesús. Dios, te doy gracias porque hay una fiesta perfecta que dura eternamente a la cual hemos sido invitados. Dios, algunos nunca hemos sido invitados a nada increíble y nos estás invitando. Señor Jesús, te doy gracias porque pagas la cuenta. Perdonas el pecado, creas un reino, das justicia, y preparas la mesa. Pido por mis amigos. Te pido Espíritu Santo que por favor des fe a aquellos que no la tienen. Por favor concede arrepentimiento a los que se oponen. Por favor saca el corazón duro, la naturaleza de piedra y reemplázala con un corazón amoroso y una nueva naturaleza. Jesús, confesamos que a veces hemos comido en pecado, hemos bebido en pecado, hemos invitado a Satanás, hemos tolerado el mal. Señor Jesús, tienes tantas cosas mucho mejores que ofrecer Te invitamos, Señor Jesús, al tomar parte hoy y durante toda la semana. Por favor, al comer y al vaciar nuestras copas, al vivir nuestros días, que vivamos a la luz de aquel día en que te veremos cara a cara, cuando vestidos de blanco no sentemos a tu mesa a regocijarnos en tu gracia, y cantemos de tu bondad callando después para oírte verter más gracia sobre nosotros nuevamente, cuando nos cantes. Amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.