Jesús se regocija en el Espíritu Santo (Lucas 10:17–24)

Lucas 10:17–24 (RVR 1960)

17 Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.
18 Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará.
20 Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos.
21 En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó.
22 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
23 Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis;
24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.

Introducción

¿Han tenido un mal día? ¿Un mal día? Vamos, no mientan. Están en la iglesia. ¿Un mal día? Los esposos se pelearon cuando venían en camino. Sé que lo hicieron. Sé que sus hijos se demoraron alistándose para venir. Sé que algunos de ustedes son solteros y que con solo hablar de cónyuges e hijos se deprimen. El día no iba tan mal hasta hace apenas un minuto. Algunos de ustedes están casados y tienen hijos, y el día no iba mal hasta que me oyeron hablar de los solteros. Ahora se preguntan si hubiera sido mejor quedarse solteros.

¿Es un mal día? Muchas personas están de mal humor y deprimidas. Oh, es una temporada difícil. La categoría más popular de recetas médicas, en Estados Unidos, son los antidepresivos. La gente está desanimada, están deprimidos, tristes. El segmento más creciente de la industria antidepresiva son los niños de edad preescolar. ¡Los preescolares! ¡Ja! Lo único que hacen es jugar con el Jell-O, con el LEGO y con el Play-Doh y eso los tiene desanimados. Todo el mundo está desanimado. Todo el mundo está desanimado.

Si vive en Seattle, está súper desanimado porque el tráfico es malo, el tiempo es malo, los equipos deportivos son malos, la economía está mal, la plusvalía de su casa está mal. No hay nada de qué gozarse.

Y sucede esto: La gente piensa encontrar el gozo en las personas y las cosas y no lo encuentran. “Oh, cuando llegue a esta etapa de mi vida, cuando tenga esta experiencia, cuando obtenga esta posición, cuando termine el grado, cuando supere esta temporada, entonces tendré gozo”. No. Si la búsqueda es inútil, no encuentra nada. ¿Cuántos de ustedes han descubierto esto? Después se sienten totalmente deprimidos, desanimados. Van y se compran un montón de ropa negra y vienen a Mars Hill, quizás al culto de la noche, bien gruñones. Bien gruñones.

Pues aquí tienen las buenas noticias: Su esperanza no está en su matrimonio. Lamento tener que decirles esto si están comprometidos. ¿Cierto? Lamento tener que decirles. Abrí el tarro. Saben, su gozo no está en su matrimonio. Su gozo no está en sus hijos. Su gozo no está en su trabajo. Su gozo no está en su salud. Su gozo no está en sus riquezas. Su gozo tiene que venir de alguna otra persona. Su nombre es el Espíritu Santo. Hoy aprenderemos acerca de Él.

Jesús se regocija en el Espíritu Santo. Lucas 10:17–24. ¿Tienen sus biblias? Ábranlas a ese pasaje. Aprenderemos del gozo en el Espíritu Santo. Hay que decirlo así. Tienen que animarse para no apagar el fuego. ¡Gozo en el Espíritu Santo! Aquí vamos.

Nos regocijamos porque Jesús vence

Lo primero que aprendemos, es que nos gozamos porque Jesús vence. Nos gozamos porque Jesús vence. Lucas 10:17–20, “Los setenta y dos”. Esos son sus discípulos. “Volvieron con ¿qué? Gozo.” Esa es nuestra idea principal. Díganlo con ahínco. ¡Volvieron los setenta con gozo! Así está mejor. “…diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí…”. Hay que decirlo así. “…os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo”, o Satanás, “ y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”.

Lo primero que Jesús dice es, “Les tengo malas noticias. Existe un enemigo”. Es una serpiente. Se presenta en Génesis 3 como una serpiente. En Apocalipsis 12:9 es una serpiente. En Apocalipsis 20:2 es una serpiente. La serpiente nos muestra, nos revela, tipifica para nosotros al gran enemigo de Dios, Satanás. Dios tiene un enemigo llamado Satanás. Es un ser espiritual. Fue creado como un ángel para adorar, servir, honrar, obedecer y glorificar a Dios, pero no quiso honrar a Dios. Quería ser como Dios. No quería glorificar a Dios. Quería la gloria de Dios. Le declaró la guerra a Dios y hubo una guerra en los cielos.

Y Jesús dice algo raro. Jesús está a punto de decir algunas cosas raras aquí. Verán por qué lo crucificaron. Dijo cosas que, o las podemos creer, o estaremos opuestos a ellas. No hay campo neutro con Él. Y dice, “Saben, yo estuve ahí. Estuve ahí cuando se libró esta gran batalla y vi la derrota de Satanás”. Las malas noticias son que Dios tiene un enemigo. ¿Creen eso? Creen que existe un enemigo llamado Satanás, que es una serpiente, y que hay serpientes y escorpiones, el lenguaje de los demonios, otros ángeles caídos que junto con Satanás están contra Dios y obran en el mundo.

Algunos de ustedes son cristianos y no toman en cuenta a Satanás como factor en sus vidas. Por lo tanto les pasa algo, y dicen, “Dios, por qué me estás tentando? ¿Por qué me causas dolor? ¿Dios, por qué me estás oprimiendo?”. Se les olvidó incluir la otra variable, que Dios tiene un enemigo, que el mundo es un campo de batalla, que Satanás ha caído del cielo y que esa batalla entre Dios y su enemigo ha llegado a su vida. Dios es bueno; Satanás es malo. Y las malas noticias son que Satanás está librando una guerra contra Dios.

Aquí las noticias son peores. Él está batallando contra nosotros. Quiere matarnos, tentarnos, devastarnos, y destruirnos. Quiere engañarlos, acusarlos, tentarlos, descarriarlos, robarles su gozo, ocultarles a Dios. Así que las malas noticias son que hay un enemigo, y peor aún, que él nos ha declarado la guerra también.

¿Dónde están las buenas noticias? Las buenas noticias son que Jesús lo ha derrotado. Jesús dice, “Yo estaba ahí como Dios el Creador antes de que el mundo existiera”. Es una declaración muy importante. “En la eternidad pasada, en los cielos, antes de que Génesis documentara a Adán, Eva, y Satanás en el huerto, estuve ahí antes de que Satanás declarara la guerra y fuera expulsado del cielo. Como un rayo fue enviado a la tierra”. Como la camiseta de Led Zeppelin, simplemente cayó a la tierra. Eso es lo que Jesús está diciendo. Así que las buenas noticias son que Jesús derrotó a Satanás en el reino celestial, y ahora Satanás ha sido expulsado con los demonios a la tierra.

Y después tenemos las buenísimas noticias de que Jesús viene al mundo, Dios se hace hombre, la segunda persona de la Trinidad, y entra a la historia para continuar la batalla contra Satanás y los demonios. Y las buenisisísimas noticias son que Jesús por fin va a destruir por completo y a desarmar a Satanás en la cruz. El derecho que Satanás ejerce sobre nosotros, por nuestro pecado, es removido en la cruz de Jesús, donde nuestro Dios muere en nuestro lugar, por nuestros pecados, cancelando nuestra deuda y aplastando nuestro enemigo. Esas son buenisisísimas noticias.

Y después Jesús nos da aún mejores noticias. Que si estamos en Cristo, la posición de autoridad de Cristo y la victoria de Cristo les pertenece a los hijos de Dios y podemos mandar a Satanás y a los demonios en el nombre de Jesús, y deben obedecernos y huir de nosotros.

Así que regresan los 72. Son los seguidores y discípulos de Jesús. Son como líderes de grupos comunitarios. Anteriormente en Lucas, había pocos discípulos que salieron a expulsar demonios, pero no les dio resultado. Fracasaron. Sin embargo, estos discípulos regresan y están rebosando de gozo, están emocionados, entusiasmados. Le dicen a Jesús, “A que no adivinas lo que nos pasó. Pudimos mandar a los demonios y nos hicieron caso”. Es asombroso. Es fantástico.

¿Cuántos de ustedes piensan que es algo increíble? Porque generalmente nadie nos hace caso. Nadie nos hace caso, ¿no es cierto? Sus hijos no lo hacen, “Oye, Johnny, ¿podrías dejar de encender esos cohetes de pólvora en la casa? Está bien…fue una sugerencia. Lo sé, no esperaba que me fueras a obedecer”. ¿No es así? El perro no nos hace caso. El gato, ese sí que menos. Nadie, nadie nos obedece. ¡Nada! Nadie nos obedece. ¿Se lo imagina? Y vienen los demonios y pensamos, “Ayayay. Esa persona está oprimida, poseída, enferma; necesita ser sanada. Está atormentada. No sé qué hacer. ¡Salgan en el nombre de Jesús! ¡Caray, se fueron! ¡Ahhh, esto es fabuloso! Oh, si tan solo tuviera la aptitud de hacer eso cuando la gente se me cruza en la carretera. Sería una aptitud fantástica”.

Entonces ordenan a Satanás y los demonios que salgan de las personas y son sanadas, y son curadas, y son liberadas, y libradas, y sus vidas son transformadas, sus almas son salvadas, sus cuerpos son sanados, y están lo más de emocionados; y usted y yo, en Jesucristo, tenemos la misma autoridad, pero no en nosotros mismos, sino que nos fue delegada por Él. Es absolutamente cierto.

Así que hagámoslo ahora mismo. En el poderoso nombre de Jesucristo, mandamos a Satanás y los demonios que se aparten de nosotros, individualmente y conjuntamente, e invitamos al Espíritu Santo a enseñarnos, instruirnos, y llenarnos en el nombre de Jesús. Satanás y los demonios tienen que obedecer en el poderoso nombre de Jesucristo.

Los discípulos están atónitos. Las malas noticias: tenemos un enemigo. Peor aún: está contra nosotros. Las buenas noticias: Jesús ejerce autoridad sobre él. Mejor aún: Jesús nos ha delegado su autoridad. Y Jesús dice, “les tengo algo mucho mejor que eso”. ¿Qué podría ser mejor que eso? Les dice, “Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”.

¿Cuántos de ustedes nunca han estado en una buena lista? Mejor dicho, tratan de integrarse al equipo del colegio, y publican la lista. Y piensan, “¿Estaré en la lista? No. Está bien, intentaré el grupo de teatro. Está bien. De acuerdo, trataré de participar en la obra de teatro. ¿Estaré en la lista? No. No lo logré. Solo quería hacer el papel de un árbol, y ni siquiera me dejaron hacerlo. No me pusieron en la lista. Está bien, ahora voy a intentar ir a la universidad. ¿Lo logré? No. Tampoco estoy en esa lista. Oh, pude ingresar a esta otra universidad. Está bien, ahora voy a tratar de meterme al departamento que de veras me gusta. ¿Lo logré? No. Tampoco me pusieron en esa lista, maldita sea. Voy a empezar a tomar. Eso es lo que voy a hacer”. Después va al bar… “Por favor, es que necesito empezar a tomar”. “Aquí no puede entrar”. ¿Por qué? Porque su nombre no está en la lista”. “No estoy en la lista. Vaya qué cosa. Está bien, de acuerdo, entonces voy a buscar algo de comer”. Llega al restaurante, y está atestado de gente. Encuentra al maestresala… “¿Pueden servirme algo de comer? Iba empezar a tomar, pero no estaba en la lista”. “¿Está usted en nuestra lista?”. “No, no estoy en su lista”. Entonces no puede comer. No está en la lista”. “¿Tampoco estoy en esta lista?”.

Pero sí hay una lista donde aparece… En la lista de correo basura. Sólo aparece en esa lista. Solo aparece en esa lista. La del correo no deseado, el correo basura. Y piensa, “¿Cómo me pondrían en esa lista? Solo estoy en esa lista. Nunca he estado en una buena lista”.

Pero Jesús le dice, “Sabes qué… Te pondré en mi lista; escribiré tu nombre en ella. Un reino te aguarda. Hay un Padre que te ama. Hay una heredad eterna. Estoy construyendo un lugar para ti. Después de la muerte podrás resucitar y estar delante del Dios vivo. Mirará tus ojos y te dirá, “Ja, ja, ¡estás en la lista!”. “Si, por fin estoy en una lista. Estoy en una lista del pueblo de Dios, y Dios no quita a nadie de su lista, puesto que Dios ama a todos los que están en su lista.

¿No les parece absolutamente asombroso que Dios los haya puesto en su lista? ¿Que los haya salvado, amado, perdonado, sanado, redimido, adoptado, bendecido, alcanzado, adorado, y que se haya regocijado en ustedes? Si son cristianos, sus nombres están en esa lista. Por eso pueden entusiasmarse. Pueden ser como Jesús espera que sean. [Aplaude la congregación]

Nos regocijamos porque conocemos a Dios

Ahora nos regocijamos porque Jesús ha triunfado y nos regocijamos por su victoria. Nos regocijamos por su autoridad, y nos regocijamos porque nos ha puesto en su lista. Después hallamos lo siguiente: Podemos regocijarnos porque conocemos a Dios. Lucas 10:21–22: “En aquella misma hora Jesús…”, ¿hizo qué? “…se regocijó “. Eso quiere decir que Jesús está sumamente entusiasmado. Está muy animado. Está feliz. No es un Emokid. Está de buen humor. Está regocijándose. Su voz es fuerte. Sus manos hacen ademanes italianos. Está muy emocionado.

¿Por qué se regocija tanto? Por el Espíritu Santo. Jesús no se regocija por las circunstancias. Está marchando. Camina de la región de Galilea hasta Jerusalén. Un recorrido de varios meses. Cuántos de ustedes, si les dijera, “Hagan un recorrido a pie por terrenos escabrosos, con el calor y un montón de discípulos, algunos de ellos raros, como Judas, que les robarán su dinero; estarán sin techo, y no sabrán qué van a comer; de vez en cuando habrá tipos religiosos o un tipo raro poseído por el demonio”, ¿cuántos de ustedes dirán, “Eso es lo que buscaba. Así la pasa uno muy bien”. Ustedes dirían, “No, no, no, yo no puedo regocijarme en eso”, ¿no es cierto? “¿Alitas de pollo y una siesta? Puedo regocijarme con eso”. Jesús no se regocija en el hecho de que está sufriendo y que marcha hacia Jerusalén para cumplir su último fin, ser asesinado y crucificado. Se está regocijando en el Espíritu Santo. El Espíritu Santo le da gozo. El Espíritu Santo quiere darles gozo a ustedes.

Permítanme explicarles: “Se regocijó en el Espíritu, y dijo…”, esta fue su oración: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.

Aquí está toda la Trinidad. ¿Pueden verla? Un solo Dios, en tres personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Alabado sea el Padre. Jesucristo es el Hijo, y se regocija en el Espíritu Santo. Aquí vemos toda la Trinidad. ¿Pueden ver la Trinidad completa aquí? ¿Qué relación hay entre la Trinidad y el gozo? La persona más feliz es Dios. La persona más alegre es Dios. Algunos de ustedes no lo saben porque se han juntado con personas religiosas. Piensan, “Dios no puede ser feliz. He conocido a su gente. Esa gente no es feliz. No son nada divertidos. No son divertidos. Si están en el cielo, pediré mi propio cuarto”. ¿Cierto que sí? Mejor dicho, no son gente divertida. Dios es gozoso. Dios está lleno de gozo. Nadie es tan feliz como el Dios Trinitario de la Biblia.

Permítanme explicarles esto. Dios Padre, Dios Hijo, y Dios Espíritu Santo, coexisten por la eternidad compartiendo atributos, compartiendo amor, comunicándose, y glorificándose mutuamente. No hay pecado. No hay codicia. No hay engaño. No hay mentiras. No hay traición. Solamente hay amor, afecto, y comunión con Dios. Por lo tanto Dios es la persona más alegre que hay. Dios es la persona más alegre que hay. No hay nadie más feliz que Dios.

Dios Padre

Y Dios se nos revela, ante todo se nos revela como Padre. Es un concepto deslumbrante. Hasta ese momento, los judíos no eran propensos a llamar a Dios “Padre”. Y Jesús empieza a decir que Dios es su papá, o sea Abba o Padre, o Papi. No era una forma normal de referirse a Dios. No era algo típico. Cuando oraba, Jesús decía ¿qué? ¿Cómo? “Padre nuestro” Era poco usual. Sin precedentes. Sin igual. De todos los apelativos que Dios pudo haber escogido para revelarse a nosotros, qué majestuoso que hubiera escogido llamarse Padre. Qué majestuoso que hubiera escogido llamarse Padre.

Hoy en día es común con la nueva espiritualidad y la nueva era, el panteísmo, y el panenteísmo, decir que Dios está en todo y todo está en Dios, y que Dios no es un Padre, Dios es una fuerza. Pero no necesitamos una fuerza. Necesitamos un Padre. Somos como unos niños huérfanos locos. Lo que menos necesitan esos niños es una bebida energética. Lo que necesitan es un Padre. No necesitamos más poder. Necesitamos un Padre. No necesitamos poder para vivir impíamente. Necesitamos un padre que nos dé vida nueva. Dios no es una fuerza. Es un Padre. No es impersonal. Es personal. Nos ama.

¿Cuántos de ustedes, los que son padres… …cuántos de los padres, cuando piensan de Dios como Padre, o cuando los padres piensan de Dios como Padre, aman a sus niños? Me encanta, muchísimo, muchísimo ser padre. No sé si alguna vez lo mencioné, pero me fascina ser padre. Tengo cinco niños. Los amo, disfruto estar con ellos y divertirme con ellos. La pasamos súper bien. Me encanta criarlos, orar con ellos, estar con ellos, acurrucarme con ellos, y revolcarme con ellos. Los adoro; me gusta estar con ellos. Sin duda alguna. Cuando empieza el colegio me da una leve depresión Porque no me gusta para nada que se vayan. Me gusta tenerlos por aquí.

Empezamos a pensar de esta manera, si Dios es un Padre, y su corazón de Padre se inclina por nosotros, y es por nosotros, y su corazón de Padre es perfecto, entonces hasta los mejores padres que tenemos solo tienen una trisca del afecto que el Padre Celestial tiene por nosotros. Mejor dicho, si Dios me ama como yo amo a mis niños, pero perfectamente e infinitamente, sé que me irá más que bien.

Hace poco alguien me preguntó, “¿Será que Dios nos necesita?”. No. Dios no nos necesita. Dios no necesita a nada ni a nadie. Es autosuficiente, todopoderoso. Le dije, “No, Dios no nos necesita. Y si nos necesitara, parece que hubiera a alguien más eficiente”. ¿No es cierto? Me dijo, “¿Entonces por qué nos hizo, si no nos necesita?”. Le dije, “Él no nos hizo porque nos necesita. Nos hizo porque nos quiere”. Mars Hill, eso es mucho mejor. ¿Saben qué es mejor que lo necesiten y lo quieran a uno?

Hace poco, como soy el más joven de cinco hijos, uno de mis hermanos menores que tiene dos hijos con su esposa, sintieron el deseo de tener una hija. De veras querían una hija. Entonces pensaron, “Saben qué, pondremos una solicitud con la casa de amparo, y quizás Dios nos dé una hijita”. Entonces entregaron la solicitud pensando, “Puede que la aprueben. Y después de un año puede que tengamos una niñita”. Así que entregaron la solicitud, y ese mismo día sonó el teléfono a escasas horas de haberla entregado. “Tenemos una niña chiquita.”.

Llegaron a la casa, empezaron a amarla. A las pocas horas empezó a llamar a mi hermano, “papi”. A las pocas horas. Papi. No usa muchas palabras, pero se aprendió esa bien rápido. Mi hermano no la necesita. La quiere. Entonces la agencia estatal los llamó en cuestión de días o semanas, y les dijeron que “si querían adoptarla y tenerla para siempre y ser sus padres”. Contestaron, “Claro que sí, claro que sí”. Necesita un padre que la ame, que la alimente, que la proteja, que la adore, que ore por ella, que la sirva, que la críe, que la disfrute, que le infunda ánimo. Lo único que necesita esta niña es un padre. Y desde luego, una madre. Así que la van a adoptar. Ayer me presentaron a mi nueva sobrina, una niñita encantadora.

Es un cuadro o un retrato de cómo es la adopción, del corazón de padre que tiene Dios. Él nos mira y ve que algunos somos como niños abandonados, niños abusados, niños rebeldes, malcriados, irritantes, horribles, niños traviesos, y lo que dice es, “Saben, lo que ustedes necesitan es un Padre”. Entonces envía a Jesús como al hermano grande para expiar nuestros pecados, para poder ser adoptados. Nos da el nombre de la familia: Cristiano. Nos da la herencia de la familia: el reino. El Padre nos ama. Así que cuando Jesús ora al padre, nos está dando ejemplo de que Dios en realidad es un Padre quien nos ama.

Ahora bien, al decir eso, sé que algunos de ustedes están confundidos porque su padre terrenal no es nada como Dios Padre. Algunos des ustedes no tuvieron papá. El 40% de los niños esta noche, ustedes se acostaron sin tener papá. Como la joven que dio su testimonio hoy más temprano, tu padre te violó, te golpeó, te abusó física, emocional, espiritual, mental y sexualmente. Al oír la palabra “Padre” de inmediato retrocedes porque has experimentado tanto mal y negativismo en torno a ese nombre.

Yo te diría que no juzgues a Dios Padre en base a lo que te hizo tu padre terrenal, juzga a tu padre terrenal por medio de Dios Padre, quien es un padre para los huérfanos de padre. Los padres deberían ser como el Padre Celestial. Pero cuando no lo son, se están portando como si su padre fuera el diablo, como dijo Jesús en Juan capítulo 8. Por lo tanto deben perdonar a sus padres, para que puedan ver al Padre, al de la “P” mayúscula. Superen su amargura y conozcan a su verdadero Padre. Jesús nos dice que Dios es un Padre, y que el corazón paterno de Dios es el afecto que Dios nos tiene.

Nadie conoce a Dios aparte de Jesús

Y después Jesús dice algo que nos deja atónitos, algo trascendental, algo que cambia la historia. Lo que dice es, “nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre”, y esta es la idea principal, nadie conoce al Padre excepto el Hijo. A veces podemos leer las palabras de Jesús sin mucha reflexión. No, apliquen los frenos, oríllense, échenle un vistazo.

Lo que está diciendo es esto: Yo soy la única persona en el mundo que conoce a Dios. Es una declaración enorme. ¿Se imaginan si Jesús dijera eso hoy en día? Se imaginan lo que dirían los titulares: “Jesucristo dice que solo Él conoce a Dios”. ¿En serio? ¿Cómo se sentirá el Dalai Lama? La señorita Oprah, ¿tiene alguna opinión? ¿No es cierto? Provocaría un gran debate. Jesús dice, “Nadie conoce al Padre excepto yo”. Es una gran declaración. Jesús está diciendo, “como hijo de Dios, como la segunda Persona de la Trinidad, el Padre y yo hemos estado juntos perfectamente, sin interrupción, eternamente. Él me conoce como nadie más me conoce, y yo le conozco, y nadie puede conocerle a menos que yo se los revele”.

Lo que eso significa es esto: Nadie conoce a Dios Padre, aparte de Dios el Hijo. Nadie conoce a Dios aparte de Jesús. Jesús fue crucificado por decir cosas como estas, y si estuviera en el mundo hoy, en vez de estar sentado en el cielo, lo crucificarían otra vez. Lo que esto significa es que son judíos pero no aman a Jesús, no tienen idea de quién es el Dios de la Biblia. Los que son musulmanes y dicen, “Creemos que Dios es como un padre, pero no creemos que Jesús sea el Hijo de Dios”, no tienen idea de quién es Dios. Los testigos de Jehová que dicen “Creemos en Dios Padre, pero no creemos que Jesús sea Dios”, no tienen idea de quién es Dios. No hay conocimiento de Dios, no hay revelación de Dios, no hay declaración de Dios aparte de Jesús.

Alguien dirá, “Eso es muy ofensivo”. Lo que es más ofensivo para Dios son las religiones falsas que instan a las personas a conocer a Dios Padre sin conocer al Hijo, o sea para que no lo conozca en lo absoluto. No queremos la moralidad, la religión, ni la espiritualidad para ustedes. Queremos el amor del Padre. Queremos que sean adoptados en la iglesia, la familia del Padre. Queremos que reciban la herencia del Padre, que comienza con las arras del Espíritu Santo; y eso solo es posible al aceptar y probar que Jesús es el Señor, Dios, Salvador, y Cristo.

¿Conocen a Jesús? ¿Han conocido a Jesús? Mars Hill, ¿aman a Jesús? Algunos que están aquí hoy dirán, “Yo creo en Dios. Pues necesitan conocer a Jesús. Algunos de ustedes dirán, “Pero yo soy muy espiritual”. La espiritualidad sin Jesús es pura demonología. Conozcan a Jesús. Nadie puede conocer a Jesús sin el Espíritu Santo. Nadie puede conocer al Padre sin Jesús. Necesitan conocer a Dios completamente, la plenitud de Dios. Solo existe un Mediador entre nosotros y Dios, Jesucristo hombre. Ustedes no pueden, y nunca se conectarán con Dios sin Jesús. Sus pecados necesitan ser expiados, y Dios necesita revelarse a ustedes. Si olvidan todo lo que les dije hoy, recuerden, ¡necesitan a Jesús! ¿Me hago entender con mi idea principal?

Ahora, algunos han venido hoy, y están pensando, “No conozco a Jesús. No quiero conocer a Jesús. No quiero…”. Las buenas noticias son, que esto es lo que Jesús dice: Nadie conoce al Padre excepto el Hijo, y a quienes el Hijo quiera revelarlo. ¡Felicitaciones! ¡Es fabuloso! Ahora mismo Jesús ha decidido revelarles al Padre. Están aquí oyendo la predicación de la Palabra de Dios. Están escuchando la revelación del Hijo de Dios. Han sido invitados a conocer a Dios como Padre. Puede que no lo hayan conocido. Puede que no hayan sabido nada de Él. Puede que no hayan conocido nada de su amor y su perdón, su adopción y su salvación, pero Jesús los ha escogido este día para revelarse. Eso es lo que dice. No pueden conocer al Padre a menos que Jesucristo, el Hijo de Dios, decida revelárnoslo.

Mire, Él los ama. Miren cuánto los ama. Se está revelando a ustedes ahora mismo. Algunos no saben lo que está pasando dentro de ustedes. No saben por qué su vida no está funcionando. No saben por qué están aquí. No saben lo que están sintiendo. Permítanme decirles esto: Jesús está revelándose a ustedes para que puedan ser adoptados en la familia de Dios, para que conozcan el amor del Padre.

Todo esto sucede en el Espíritu Santo. Eso es lo que dice Jesús. “En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu”. ¿Saben lo es muy triste el día de hoy? El 52% de quienes se consideran cristianos evangélicos entre 18 y 29 años de edad, según un estudio Pew, dijeron que no necesitan a Jesús para ser salvos, para conocer al Padre, o ir al cielo. El 52% de las personas que se consideran cristianas, dirían, “Sí, yo creo en Jesús, pero no creo que lo necesite para conocer al Padre”. Jesús dice que esto es demoníaco. Eso es lo que el mentiroso, el padre de mentiras quiere decirles.

Mars Hill, se trata totalmente de Jesús. Siempre se trata de Jesús, y solo se trata de Jesús. Se trata completamente de Jesús. Y si entiende eso, el Espíritu Santo se aviva en usted con regocijo. Hay entusiasmo. Hay emoción. “¿Qué dijo? ¿Que Jesús es Dios? ¿Que Jesús es Salvador? ¿Que Jesús es Señor? ¿Que Jesús venció el pecado? ¿Que Jesús derrotó al enemigo? ¿Que Jesús resucitó de los muertos? ¿Que Jesús fue a prepararme un lugar? ¿Que el Padre quiere adoptarme en su familia? ¿Que tengo un Papá que me ama? ¡Vaya, son excelentes noticias! ¡Buenísimas noticias!”.

Fe como la de un niño

Al oír esto, a algunos de ustedes no pueden exteriorizarlo. ¿no es cierto? Piensan, “Mmm”. Quieren celebrar y exteriorizar ese gozo, y no pueden. No pueden entusiasmarse porque viven dentro de sus mentes. Están atascados en sus mentes. Entonces dice Jesús, que tenemos que ser más como niños. Pero no infantiles, ¿cierto que no? Infantiles, no. Por ejemplo, no queremos que tipos de 27 años piensen, “Ah, ahora tengo rueditas de aprendizaje, y LEGOs. Jesús me ama”. No, no sean infantiles. Tengan fe como la de un niño.

Entonces dice, “Padre, gracias porque hay personas educadas más allá de su inteligencia, con más grados que un termómetro, que por alguna razón no han podido caer en cuenta de que Tú los amas. pero gracias que los que tiene fe como la de un niño, lo reciben”.

Ahora bien, sucede esto: Se les ha pegado mi enfermedad. ¿Está bien? Tiendo a vivir en mi mente. Soy más que todo introvertido. Me gustan los libros. Me gustan las notas. Me gustan los tipos muertos. Me gusta pensar en cosas. Tengo una biblioteca enorme. Me encanta estudiar. ¿De acuerdo? Mejor dicho, sé que he sido educado más allá de mi inteligencia, pero aún así estoy contemplando hacer un doctorado. Estaba examinando uno esta semana, y no es que tenga tiempo para eso. Es que me gusta estudiar, y me gusta pensar.

Y como estoy en Seattle, es peor aún. Porque Seattle es donde vienen a parar todos los pensadores. ¿Cierto? Es la ciudad más educada, y alfabetizada de Estados Unidos, porque hace mal tiempo, y todo el mundo se la pasa adentro con sus audífonos puestos, sentados en la cafetería, ignorando a la gente, leyendo libros, publicando blogs, enviando mensajes por Twitter, pensando y… Por lo tanto, pido disculpas al pastor Dave, en Albuquerque, porque es posible que les hayamos exportado esta enfermedad. Por eso es que oímos aquel indie rock deprimente y toda la gente que nos cae bien están súper irritados, y así es como lo hacemos. Por eso será que todos nuestros edificios son negros, nuestras sillas son negras, y solo me visto de negro, y las cosas siempre son oscuras. Tenemos la cabeza estancada.

¿Han visto a unos niños con su papá? No tienen la cabeza estancada. Ellos no. Simplemente confían en su padre y se divierten con él. Algunos de ustedes necesitan salirse de sus mentes. No estoy diciendo que sean anti intelectuales, antiacadémicos. Pero algunos de ustedes no deberían tomarse las cosas tan en serio. Sé que yo los contagié con eso. Así que permítanme arrepentirme públicamente. ¿Cierto? Permítanme les insto a no tomar las cosas tan en serio. Así es. Está bien. Siéntanse un poco entusiasmados. ¿No es cierto? Oigan, miren, vean, escuchen, Jesús está vivo, ¿no es cierto? ¡Oigan! Estas son manos, y pueden aplaudir o levantarlas, o lo que quieran. [Aplaude la congregación]

Esto me lo enseñó mi hijo Gideon, que tiene cuatro años. Gideon es asombroso. Tiene como un brohawk más o menos, él es asombroso. Solo viste jeans ajustados. Es asombroso. Le dimos unos jeans ajustados hace poco y me dijo, “Oye papi, tú te pones los jeans ajustados? Y le dije, “Eh, no. Si me quedan bien, solo son jeans”. A él le gustan los Vans con calaveras y una cachucha de béisbol puesta de lado, y es un joven muy emocionado y feliz. Y uno se da cuenta cuando Gideon aprende o tiene una experiencia, porque viene y se la cuenta a uno. Uno puede oírlo. El otro día, no les miento, estaba en la casa y oí, “¡Qué dicha! ¡Qué alegría!”. ¿Qué pasa Giddy? ¡Encontré un gusano! Eso es todo. Encontré un gusano. ¡Qué alegría!”. Estaba emocionado. Tiene la fe de un niño, “Que alegría, qué gusano más bonito”. Está emocionado.

Puedo acercarme a Giddy y decirle, “Oye, Giddy, Sabes qué, tú eres mi hijo, y yo soy tu padre, te quiero con todo mi corazón, vamos a pasar el tiempo juntos”. ¿Saben lo que no hace? No pregunta, ¿qué quieres decir con eso de que me amas? ¿_Eros_, agape, o fileo? ¿Cómo así, padre? ¿Qué quieres decir con eso de “padre”; estás hablando de Dios Padre, o de un padre sustituto? ¿Cómo así que vamos a hacer algo? ¿Tu amor por mí depende de mi amor por ti? ¿Tú y yo tenemos una relación arminiana? ¿Te amé yo primero, papi? ¿O tenemos una relación calvinista? ¿Me amaste a mí primero? ¿Tenemos una relación eternamente segura, o algún día vas a cambiar el nombre de mi licencia de conducir? O papá—” ¡Uuff!

¡Algunos de ustedes son así con su Papá! Su Papá les dice, “¡Qué alegría! ¡Te amo, te perdono! ¡Vamos a pasar tiempo juntos!”. Y ustedes piensan, “Quisiera hablar sobre las notas que tengo en la cabeza”. Saben, el Padre tiene que darles un empujoncito, tienen que salirse de sus mentes.

Mars Hill, por lo general somos el grupo de personas bien informadas que menos puede exteriorizar las cosas que el mundo jamás ha conocido. Somos una iglesia llena de personas que no pueden exteriorizar las cosas. Estamos tan tensos y preocupados. Jesús dice, Si saben que el Padre los ama, ¡regocíjense! si el Espíritu Santo mora en ustedes. Porque el Espíritu Santo toma el amor, el gozo, la paz, y la vida del Dios trinitario de la Biblia, los coloca dentro de los hijos de Dios, y ¡bum! estalla en sus corazones. Nuevo amor, nueva vida, nuevo gozo. ¡Ah puedo ver a Jesús! ¡Ah, el Padre me ama! ¡Qué alegría! Anímense un poco. [Aplaude la congregación]

Nos regocijamos porque viene el reino de Dios

¡Oh, tenemos que recargar! Lucas 10:23–24, Regocíjense porque viene el reino de Dios. “Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron”.

Les dice a los discípulos aparte. Puedo verlo desde el punto de vista de un entrenador de la liga de menores. Siempre que un entrenador de las ligas menores tiene algo importante que decirles a los muchachos, los lleva aparte. “Bien, no dejen que el otro equipo oiga lo que decimos. Muchachos, tengo que decirles algo. Déjenme explicarles esto”. Todos se agrupan en un círculo. Dice que Jesús tuvo una conversación privada con los discípulos. Había una gran multitud presente. “Está bien muchachos, se trata de lo siguiente. Ustedes no tienen idea de lo que está pasando. No saben lo que está pasando. Esto es algo muy importante. Es algo muy importante. Ahora, ¿recuerdan algo llamado el Antiguo Testamento? ¿Recuerdan eso?”. Es una conversación estupenda. “Oh, sí, Jesús, recordamos el Antiguo Testamento”. “Pues bien, yo soy su tema central. Todo eso habla de mí. Durante miles de años, los profetas dijeron que una virgen daría a luz un hijo, que nacería en Belén y [silbido] ¿adivinen quién es? Aquí estoy. Entonces, como han estado esperando miles de años y estoy aquí, ustedes deberían estar sumamente entusiasmados.

“Oh, ¿y los reyes? Los reyes. Los reyes no quieren conocer a nadie. Los reyes quieren conocerme porque soy el Rey de reyes. Deberían ver mi trono. Es asombroso. Así que quiero decirles esto, muchachos. Está sucediendo. El reino de Dios está entre ustedes, porque el reino de Dios está aquí, y el reino de Dios está manifestándose. ¿Saben por qué les obedecieron eso demonios? Porque el reino de Dios ha llegado. ¿Saben por qué la gente se está sanando? Porque el reino de Dios ha llegado. ¿Saben por qué la gente se está salvando? Porque el reino de Dios ha llegado. ¿Saben quién soy yo? Soy el Rey de reyes. Muchachos, ¿tienen alguna idea de lo privilegiados que son ustedes?”.

Se supone que esto debería avivar en ellos un asombro lleno de gozo. “¡Uy, Dios! Me muestras lo que estás haciendo y me dejas participar en ello”. ¿Saben lo que me fascina? Que ni siquiera lo habían visto resucitar de los muertos. O sea que nuestra posición en la historia es aún más privilegiada. No había llegado a Jerusalén. No había muerto en la cruz y expiado nuestros pecados. No había resucitado de los muertos. No había vencido a Satanás, el pecado, y la muerte. No había ascendido al cielo. No había enviado al Espíritu Santo.

Tenemos una posición más privilegiada. Mars Hill, ¿tienen alguna idea de lo privilegiada que es esta posición que tenemos de ver a Jesús resucitado, reinando, y gobernando? Una de las maneras que Dios el Espíritu Santo aumenta nuestro gozo es invitándonos a buscar y saborear la evidencia de la gracia de Dios en nuestra vida, en nuestra iglesia, y en nuestro medio. Mars Hill, ¿tienen alguna idea del privilegio que podemos presenciar? ¿Sí? Saben cuántas iglesias… y no quiero despreciar, desanimar, o desacreditar ninguna iglesia. Sin embargo, ¿saben cuántas iglesias han dejado de crecer y van en declive? La mayoría. ¿Saben lo pocas que son las iglesias que ven a alguien convertirse a Cristo? ¿Saben lo pocas que son las iglesias donde celebran bodas, y bautismos, y los bautismos, y los bebés; donde las víctimas del abuso sexual pasan al frente y reciben ayuda, y los que están adictos a los estupefacientes son redimidos? Tenemos el privilegio de ver vidas cambiadas, iglesias iniciadas, campus iniciados.

Es como si Jesús les dijera cuando van rumbo a Jerusalén, “Está bien, muchachos, detengámonos un minuto y reunámonos haciendo un círculo. Tenemos que detenernos y poner atención a lo que está pasando”. Y después regocíjense en eso. Hagan una fiestecita.

Mars Hill, es asombroso lo que tenemos el privilegio de presenciar. Es asombroso lo que podemos ver. Hoy una persona ya se mudó de Japón para asistir a la iglesia. Del Japón. Algunos de ustedes dicen, “No pude venir hoy”. ¿En serio? ¡Este vino del Japón! Hace poco conocí un tipo, “Hola, soy de Francia”. “Hola”, le dije, o “bonjour”. Alguien de Ucrania. “¿Qué está haciendo aquí?”. “¿Oí que Jesús estaba haciendo cosas, y vine a pasar el tiempo con ustedes”. La gente viene de todas partes del mundo a pasar el tiempo con nosotros y ver lo que pasa. La gente nos sintoniza por todo el mundo. No tomamos crédito por lo que está pasando, pero estamos muy entusiasmados.

Hoy más temprano vi a un tipo que entró “Quiero entregarle mi vida a Jesús y ser bautizado hoy mismo”. “¿Cuánto tiempo lleva asistiendo?” “Eh, hoy no más”. “¡Caramba! ¡Bienvenido! Es un gran comienzo. Es un gran comienzo”. Hoy oí a una chica que dijo, “Mi padre me violó, me golpeó, abusó de mí sexualmente. Conozco el amor del Padre, y quiero ser cristiana”. Fue bautizada. Esto lo vemos centenares de veces aquí. Lo vimos casi mil veces el año pasado. Tenemos el privilegio de ver cosas que son fuera de lo normal. Cosas descomunales, del tamaño de Dios. Así es. Es increíble.

Mejor dicho, empecé el ministerio universitario en el Distrito-U en 1994. Seguí tratando y obrando por conseguir un lugar donde reunirnos, y tuvimos un espacio por algún tiempo, pero no pudimos quedarnos con él, y nada daba resultado. Y solo conozco dos edificios en en el Distrito-U que han estado disponibles en los últimos 20 años. Acabamos de comprar uno. Una iglesia zonificada para nuestro uso. Pasé manejando por ahí ayer, para asegurarme de que está ahí. Todavía estoy…literalmente… Pensé, “Esto sucedió. Esto sucedió”. Ni siquiera hemos empezado los cultos allá porque los estudiantes universitarios aún no han regresado. Los estudiantes universitarios vienen a arreglar el lugar, a limpiarlo, y a botar cosas. Aunque no se ha dicho oficialmente cuándo es, la primera reunión que tendrán ahí ya está llena. Tendrán que asistir a varios cultos. Ni siquiera han empezado y ya está lleno. Y… [Aplaude la congregación]

Les tengo una bien descabellada. Oí un relato. Siempre oigo relatos descabellados. Algunos de los voluntarios, estudiantes universitarios que caminan a Mars Hill a organizar el edificio para la primera reunión inicial e informal en el sitio de limpieza y construcción. Ven a una señorita de unos 19 años y a instancias del Espíritu Santo sienten el deseo de hablar con ella. Y le dicen, “¿Sabes que Jesús te ama? ¿Sabes que Dios se interesa por ti? ¿Lo sabes?”. Y esta chica, enternecida, dice, “Eso me suena bien. Tengo 19 años y trabajo en la calle como prostituta para pagar las cuentas, porque me escapé de la casa donde fui abusada sexualmente por mi padre. ¿Dicen que hay otro Padre que me ama, y me perdonará por lo que he hecho, y me limpiará de lo que me han hecho, y quiere el bien para mí? De acuerdo, sí. “¿Dónde queda esta iglesia?”. Mars Hill, una persona se convirtió antes de que tuviéramos el culto. Cuando íbamos a colocar las sillas, alguien se convirtió.

¿Saben lo que es? El Padre que busca adoradores. El Padre que sale a adoptar, y a reunir a sus hijos. A muchos de ellos. Tenemos el privilegio de ver cosas así. Ocupamos una posición privilegiada, y sagrada. No solo lo está haciendo en Mars Hill, Hay otras iglesias que están creciendo que aman a Jesús. Hasta estamos viendo unidad espiritual. Estoy enseñando para las Asambleas de Dios, los Foursquare, los bautistas, iglesias independientes, toda clase de grupos. ¿Sabe lo que siguen diciendo? Solo queremos que la gente conozca a Jesús, y queremos que las iglesias sean saludables y crezcan, y queremos que enseñen la Biblia”. Alabado sea Dios. Y puede que tengamos nuestras diferencias, pero esas diferencias son entre miembros de la familia, no entre enemigos, sino entre hermanos y hermanas.

Jesús nos está apartando hoy, y Él quiso que yo les dijera, “¡Miren lo que está pasando! Esto es fantástico. Vean lo que Dios está haciendo. El Padre está amando, adoptando, salvando, y abrazando a una cantidad de chicos”. Mars Hill, esto no solo debería llenarnos de gozo, entusiasmo, esperanza, y expectativa.

Y pido disculpas porque no los he guiado históricamente con verdadero entusiasmo y pasión, con una respuesta afectuosa al Padre. Pero, vaya si estoy lleno del gozo del Espíritu Santo, porque el Padre nos ama, el Hijo nos ha redimido, el Espíritu está en nosotros, Dios está obrando entre nosotros y tenemos el privilegio de ver el reino de Dios revelado a nuestro alrededor. ¿No les parece asombroso?

Regocijándonos en el Espíritu Santo

La Biblia dice que estemos muy atentos a nuestra vida y doctrina. Hemos visto doctrinas como la Trinidad, y la salvación por medio de Jesús, el Padre, y el Espíritu, pero quiero que veamos la parte vital, y quiero compartir con ustedes algunas cosas que he aprendido por experiencia. Esta es la parte vital. Regocijándonos en el Espíritu Santo. He descubierto lo siguiente, Mars Hill. Y se los comparto como un acto de arrepentimiento, y espero que les dé esperanza.

Encuentro que mi gozo en el Espíritu Santo aumenta cuando suceden ciertas cosas. Primero, cuando dedico suficiente tiempo a las Escrituras que fueron escritas por el Espíritu Santo. Si su gozo ha disminuido, podría ser que no está leyendo su Biblia lo suficiente. ¿Me están oyendo? ¿De acuerdo? El Espíritu Santo mora dentro de cada hijo de Dios. El Espíritu Santo inspiró las Escrituras. El Espíritu Santo habla por medio de las Escrituras para instruirnos en el Padre y llenarnos de gozo. por lo tanto, si está desanimado, tome su Biblia. Antes de desanimarse, tome su Biblia. Estoy completamente convencido de que la lectura bíblica está conectada al gozo. Oír que Dios nos habla.

Segundo, encuentro que mi gozo aumenta cuando me arrepiento de algún pecado del cual Él me ha redargüido. Cuando el Espíritu Santo me redarguye por mi pecado, como Jesús dijo que lo haría, me arrepiento de ese pecado. Quito esas barreras que impiden que reciba la plenitud del Espíritu Santo y su gozo. El pecado interfiere con el Espíritu Santo que imparte su gozo en nuestra vida. El arrepentimiento, o reconocer que nuestro pecado es algo muy grave, que Jesús tuvo que morir por ese pecado, y que tenemos que dárselo y hacerlo morir porque Jesús murió por él. Esto nos permite recibir la plenitud del Espíritu Santo y su gozo. ¿De qué pecados deben arrepentirse? En primer lugar, ¿han estado leyendo sus biblias? Segundo, ¿se han arrepentido de su pecado?

Tercero, cuando sirvo a Dios con los dones que me ha dado. La Biblia enseña que el Espíritu Santo nos da a cada uno, cierta capacidad sobrenatural, o dones para ministrar. Algunos de ustedes son administradores, animan a las personas, son consejeros bíblicos, líderes de grupos comunitarios, artistas, músicos, o lo que sea. Cuando hacen aquello para lo cual Dios los hizo, comparten Su gozo. Algunos de nosotros, al no sentir gozo, pensamos, “Saben, necesito que más personas me sirvan. Podría ser que necesito servir”. ¿Cuántos de ustedes encuentran su gozo al usar sus dones y talentos? “¡Oigan, soy parte del reino de Dios! ¡Oigan, voy a trabajar con mi Papá! ¡Oigan, podré ver el fruto de mis esfuerzos! Alabado sea Dios, esto es genial!”.

Quiero que sepan esto, que me encanta mi trabajo. Me encanta. ¡Me encanta estudiar, predicar, enseñar, orar, escribir, me encante, me encanta, me encanta! Hace poco alguien me preguntó, “Si fuera capaz de hacer cualquier cosa en este momento, ¿qué haría?”. ¡Lo que estoy haciendo! ¡Esto me encanta! Porque esto es lo que el Espíritu Santo me encargó, y cuando lo hago, Él me llena de gozo. Hay gozo al servir a Dios conforme a los dones que tenemos.

Cuarto, además, hay gozo cuando perdonamos a los que pecan contra nosotros y cuando oramos por nuestros enemigos. No sé cómo lo hará usted, pero si yo no perdono a la gente, me pongo amargo, furioso, se me endurece el corazón, me vuelvo insensible, y antipático. Y eso bloquea la plenitud de la obra del Espíritu Santo en mi vida, y restringe el raudal de Su gozo. Pero al perdonar a otros como Dios en Cristo me perdonó a mí, Efesios 4, no estoy diciendo que lo que me han hecho está bien, sino que estoy confiando en Dios para que haga justicia y juicio, y espero que se arrepientan. Así que al perdonar a otros y orar por nuestros enemigos, nos abrimos a la plenitud del Espíritu y no le damos cabida al enemigo. ¿A quién necesitan perdonar?

Hoy más temprano hablé con un hombre mayor que sintió amargura contra su padre durante muchísimos años. Por lo que me dijo, su padre era un hombre muy malo, cruel, y antipático. Y me dijo, “Me volví cristiano, pero no experimenté el gozo del Espíritu Santo por la amargura que seguía sintiendo contra mi padre”. Me dijo, “Oí un sermón sobre perdonar a los que han pecado contra nosotros, y salí corriendo a la casa de mi padre, y le pedí que me perdonara”. Y me dijo, “Fue como si una carga fue levantada y me llené del gozo del Espíritu Santo y después de eso ya no volví a ser igual”. ¿A quién necesitan perdonar?

Quinto, encuentro que mi gozo en el Espíritu Santo aumenta cuando disfruto lo que tengo y doy generosamente. Cuando Dios nos da algo, es un Padre que nos bendice, así que ¡disfrútenlo! Disfruten sus posesiones, sus ingresos, lo que Dios les dé, disfrútenlo y compártanlo. Sean generosos con ello. Por eso Dios ama al dador alegre. Por eso más bienaventurado es dar que recibir. ¡Por eso es que Dios es el más feliz de todos! Dios da más que cualquier persona. Por eso dice la Biblia que de tal manera amó Dios al mundo que…¿qué Mars Hill? ¿Qué hizo? ¡Nos ha dado! ¡Nos ha dado! Nuestro Dios es un dador. Cuando damos, recibimos gozo del Espíritu Santo. ¿Cuántos de ustedes piensan que esta ha sido su experiencia? Disfrutan lo que Dios les da, y comparten los que Dios les da, y Dios les da gozo.

Sexto, cuido mi salud. Para algunos de ustedes, no es que Dios esté lejos, o que no los esté bendiciendo, o que el Espíritu Santo no les está impartiendo su gozo, sino que están enfermos. Están cansados. No están comiendo bien. No están durmiendo bien. No están tomando su día libre. No están haciendo lo que hizo Jesús. Anteriormente en Lucas aprendimos que a menudo Jesús se retiraba a lugares desiertos a estar a solas con el Padre. Algunos de ustedes dirán, “Espíritu Santo, no siento el gozo”. Y Él les dirá, “Quiero reunirme con ustedes. Aquí estoy. Apaguen su teléfono; desconecten la portátil, dejen de mandar mensajes por Twitter sobre su depresión. Vengan y tómense su día libre, coman algo natural, tomen agua, tómense una siesta, lean sus biblias, mejoremos su salud”. No sé qué les pasará a ustedes, pero cuando estoy cansado o enfermo, me pongo de mal humor y soy un gruñón. O me pongo más de mal humor, y más gruñón.

Séptimo, encuentro que mi gozo aumenta cuando recuerdo que mi gozo es una emoción que Dios me da. Uno no puede estar gozoso en todo momento. Los capítulos 40 al 66 de Isaías dicen una y otra vez que Jesús es varón de dolores, experimentado en quebranto. El pasaje más corto de la Biblia dice que “Jesús lloró”. Lo hemos visto enojarse, frustrarse, cansarse y sentirse molesto, ¡y aquí vemos que tiene gozo! Hay una amplia variedad de experiencias emocionales para nosotros, como las que tiene Jesús. Pero cuando llega el gozo, agárrelo, recíbalo, ámelo, vaya en pos de él, gócese en el don del Espíritu Santo.

Octavo, encuentro que mi gozo aumenta cuando me regocijo en el gozo de los demás. “¿Se salvó? ¡Qué dicha!”. “¿Se casó? ¡Me alegro! ¡Felicitaciones!”. “¿Está embarazada? He estado orando para que lleve su bebé a término y pueda tenerlo en sus brazos”. “¿Ya lo tuvo? ¡Alabado sea Dios!”. “Usted tiene un amigo, sus pecados han sido perdonados, encontró un grupo comunitario, está participando en el ministerio, está acabando sus estudios, está aprendiendo la verdad, se ha memorizado un versículo, ¡alabado sea Dios! Me alegro por usted”. No codicien. Celebre la bondad de Dios en la vida de otras personas. Tenemos tanto que celebrar, para que nos gocemos con los que se gozan.

Noveno, encuentro también que mi gozo aumenta cuando respondo físicamente, confiando que mis emociones me alcanzarán. ¿Saben qué? Habrá días en que no sentirá deseos de leer la Biblia. Léala. Habrá días en que no sentirá deseos de arrodillarse para orar. Arrodíllese y ore. Habrá días en que no sentirá deseos de ir al grupo comunitario. Vaya al grupo comunitario. No sentirá deseos de ir a la iglesia. Vaya a la iglesia. Cuando llegue a la iglesia, no sentirá deseos de levantar la manos. Levante las manos. No sentirá deseos de cantar. Cante. El Espíritu Santo honra nuestra obediencia. Se presenta y bendice esa obediencia. Lo hace. Él lo hace. ¿Cuántos de ustedes están casados y se han dado cuenta de que algunos días no sienten con deseos de ir a la casa? ¿Algunos días no siente deseos de abrazar al otro? ¿Algunos días no siente deseos de hablar con el otro? Pero si es obediente y se va para la casa, camine hacia ellos, abrácelos y mírelos, y le aseguro que sus emociones lo seguirán. Lo seguirán. Así ocurre en las relaciones.

Y décimo, hago planes para divertirme y capto los momentos sagrados cuando vengan. Me gusta hacer planes para divertirme en la vida. Invito al Espíritu Santo a que deje caer una bomba de gozo en este lugar. Tengo este día, esta oportunidad. ¿De acuerdo? Si yo, los niños, y Gracie, vamos a hacer algo. Decimos, “Espíritu Santo, deja caer una bomba de gozo sobre ese día”. Y cuando llegue, tome esos momentos sagrados. “Oh, esta es una oportunidad para el gozo del Espíritu Santo”.

Eso es lo que está sucediendo. Van camino a Jerusalén para que Jesús sea crucificado, y está tomando una oportunidad sagrada, un momento de gozo. ¡Qué alegría! “Pueden expulsar demonios. Sus nombres están escritos en el cielo. ¿Saben quién es su padre? ¡Permítanme contarles algo de él! El Espíritu Santo está en ustedes. Las naciones están maduras para la cosecha. ¡Gócense y alégrense!”.

Así que vamos a hacer eso ahora mismo. Vamos a retirarnos. No chequeen su teléfono. No chequeen su correo electrónico, su Twitter, su Facebook. Apáguenlo, y suéltenlo. No se vayan a ninguna parte. Les daremos una oportunidad de responder. Vamos a orillarnos al lado de la carretera, a celebrar una fiestecita. Vamos a aplaudir, vamos a cantar, vamos a orar. Les mostraré cómo hacerlo en un momento. Primero voy a orar, y después vamos a divertirnos. ¿Les parece bien? ¿Quién no quiere que nos divirtamos un poquito?

Oramos contra el enemigo y sus siervos, sus obras y sus efectos. Satanás, eres un mentiroso, un tentador, un engañador, un acusador, un condenador, un destructor. Confesamos que en la cruz de Jesús, fuiste derrotado, desarmado, que en Cristo compartimos su posición de autoridad. Señor Jesús, te damos gracias porque solo tú conoces al Padre y que has decidido revelarlo a nosotros. ¡Son buenas noticias! Padre te damos gracias porque nos amas, que nos adoras, que estás loco por nosotros. No es porque lo merezcamos, sino porque eres bueno. Gracias por adoptar hijos a tu familia. Espíritu Santo, te invitamos a caer sobre nosotros. Te invitamos a anegarnos. Te invitamos a llenarnos con el gozo del Dios Trinitario de la Biblia para que podamos, así como los discípulos de Jesús, gozarnos hoy, así como Jesús hoy se regocijaba en el Espíritu Santo, en su nombre lo pedimos. Amén.

[Fin del Audio]

Nota: Esta transcripción ha sido editada.