La mies es mucha (Lucas 10:1–16)

Lucas 10:1–16 (RVR 1960)

1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir.
2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
3 Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos.
4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino.
5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa.
6 Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros.
7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa.
8 En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante;
9 y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios.
10 Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid:
11 Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros.
12 Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad.
13 !!Ay de ti, Corazín! !!Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido.
14 Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras.
15 Y tú, Capernaum, que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades serás abatida.
16 El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió.

Introducción

Hola, Mars Hill. Hoy seguimos nuestro estudio del Evangelio de Lucas, investigando al hombre que es Dios. Estamos en Lucas 10:1–16, donde Jesús nos dice que la mies es mucha.

Es una palabra muy propicia para nosotros como iglesia. En junio y julio menos personas asisten a los cultos. Se supone que cuando sale el sol, la gente se va de vacaciones. Se van a descansar un poco. A principios de agosto, las cosas empiezan a estabilizarse La asistencia empieza a subir un poco. Los líderes empiezan a enfocarse en el otoño, y en el gran esfuerzo que deben hacer en septiembre y octubre cuando regresen los estudiantes. Así que nos gusta pensar que esta temporada del año es de cosecha. Esperamos y oramos para nuestra meta en septiembre y octubre, que más personas asistan a la Iglesia Mars Hill, que más personas conozcan a Jesús, que más personas se conviertan a Cristo y vean sus vidas cambiadas por Jesús.

La mies es mucha

Así que en la providencia de Dios, encontramos en el calendario anual de nuestra iglesia, una palabra oportuna de Jesús sobre la cosecha. De entrada, nos dice sencillamente que la cosecha es abundante. En Lucas 10:1–2, el Señor Jesús enseña a sus discípulos: “Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. Y les decía: ‘La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.’”

Aquí Jesús usa palabras de la agricultura y la labranza. Y está diciendo que hay una cosecha madura. Claro que habla en sentido espiritual. Lo que dice es que hay muchas personas escogidas, mucha gente predestinada. Aún hay muchos pre-cristianos que no han oído hablar de él. Así que Dios, que ejerce soberanía sobre el fin, o sea la salvación de las personas, también es soberano sobre los medios, o sea enviar cristianos a amar, servir y hablarles a los que no son cristianos acerca de Jesús, para que la semilla del evangelio se arraigue en sus corazones y sus vidas. Que produzca nuevo crecimiento y vida nueva. Que se vuelvan nuevas personas, que produzcan mucho fruto de buenas obras, fe, y amor, por el cambio que Jesús ha efectuado en sus corazones, en sus vidas.

Y dice que la cosecha es abundante. Que muchos tenemos una visión demasiado pequeña. Que muchos tenemos una expectativa demasiado baja. En el caso de algunos , podrían tener una actitud muy egoísta, y piensan que los cristianos en general, y las iglesias en particular, existen solo para reunirse, trabar amistad, el compañerismo, y la diversión. Y es cierto que los cristianos deben amarse unos a otros, y vivir en comunidad, y deben servirse unos a otros. Pero la iglesia existe, en gran parte, primordialmente para presentar a Jesús a quienes no lo conocen.

Como cristianos a veces somos muy egoístas. No queremos que nuestra iglesia ni nuestro campus crezcan. No queremos perder nuestra posición en la organización cuando surjan nuevas oportunidades. No queremos cambiarnos de local. No queremos servir con pasión o dar generosamente, para que más personas vengan a conocer a Jesús. Deberíamos arrepentirnos de este pecado, porque como dijo Jesús, la mies es mucha.

¿De qué tamaño creen que es la cosecha para la Iglesia Mars Hill? ¿A cuántas personas creen que Dios quiere alcanzar por medio de nosotros para darles fe, vida nueva, y vida eterna en Jesús?

Algunos de ustedes se preguntarán, ¿Qué tiene que ver esta historia conmigo? ¿Como puede beneficiarme? Y yo les diría, no se trata de nosotros. Se trata de Jesús y de las personas que aún no le conocen. Y que cuando nuestras vidas estén orientadas hacia esas dos causas y propósitos, entonces empezamos a tener relevancia, mérito y propósito. Porque no estamos viviendo una vida egoísta, egocéntrica, convirtiendo la iglesia en un lugar donde creemos poder satisfacer nuestras necesidades, en vez de un lugar donde somos entrenados, donde nos enseñen a salir de los confines de la iglesia a llevar el amor y la vida de Jesús a otros, y celebrar el hecho de que tenemos el privilegio de ver otras personas acercarse a Jesús, y que algunos lo reciban por fe.

Dios fue enviado y nos envía

¿Cómo puede suceder? Cuál es la estrategia que Jesús elige para comunicar esto; es decir, para que la gente se enfoque hacia otros lugares, no hacia adentro; para que amen a quienes no son cristianos y sus ciudades, y el deseo de sus corazones sea llevar el amor y la verdad de Jesús a todas las personas que puedan.

Pues, Jesús demuestra esta estrategia Él mismo. Fue enviado por Dios Padre. Él es Dios Hijo. Fue enviado a entrar en la historia de la humanidad. Fue enviado como misionero. Lo dice repetidas veces en los evangelios. Sobre todo en el evangelio de Juan, donde dice, El Padre me ha enviado. Por lo tanto Jesús es un misionero enviado a un tiempo y a un lugar, y a un pueblo, a una cultura, y a un idioma, a traer el amor y la vida de Dios entre ellos.

Jesús también es Dios que nos envía. Envía sus seguidores a las ciudades, a los pueblos, a las iglesias, a los negocios, a las casas, a amar, a servir, a buscar el bienestar de toda la gente, y para salvar a todas las personas que pueda. Y aquí leemos que Jesús empieza eligiendo a doce discípulos, líderes principales. Lo siguieron y Él los entrenó. Y ahora añade 72 a ese número. No reciben ningún salario. Hoy por hoy diríamos, en nuestro lenguaje cotidiano, que eran voluntarios. No se les paga, al igual que la mayoría de ustedes. No se les paga para ministrar. Ese no es su oficio.

En nuestra cultura diríamos que estos son voluntarios. Es alguien que dice, “quiero ser miembro de la Iglesia Mars Hill, o quiero dirigir un grupo comunitario, proveer el lugar para un grupo comunitario, o dirigir un grupo de redención, o dirigir un grupo de alabanza. Quiero servir de alguna manera. Quiero invertir una porción de mi tiempo específicamente para los propósitos de Dios. Quiero trabajar esas horas como un siervo, un líder voluntario, a ver si combino mis esfuerzos con los esfuerzos de los demás, para ayudar a la misión de Dios que siga adelante, para que más personas conozcan a Jesús”.

Lo curioso es que no sabemos los nombres de estas personas, pero Dios sabe sus nombres. Son como muchos voluntarios fieles, constantes, y piadosos en las iglesias, en los ministerios, que trabajan muy duro, haciendo cosas difíciles con una buena actitud, porque aman a Dios. La Biblia no documenta sus nombres como lo hace con los 12, pero sí nos dice que Jesús les otorgó dignidad.

Fueron reunidos como grupo. Se identificaron como grupo, y después fueron enviados de dos en dos. Así es como debe ser siempre el ministerio. Es decir, somos desplegados, somos enviados, somos misioneros dispersos. Es bueno ministrar de dos en dos, para responsabilizarnos, para asegurarnos de no ceder y caer en el pecado; para tener otro testigo en caso de ser acusados falsamente. También para resolver las cosas, y hablar de los asuntos, para aprender juntos, amarnos, fomentar la amistad, y orar juntos. Claro que si se trata de marido y mujer, sería una pareja fabulosa. Además, podrían ser dos amigos que trabajan juntos.

Por esa razón, a menudo en nuestros ministerios, tenemos un líder de grupo de redención con un aprendiz, un líder de grupo comunitario con un aprendiz. Nos gusta colocarlos de dos en dos para que trabajen juntos. Es el modelo que nos dio Jesús. El ministerio no debe llevarse a cabo por un solo individuo, necesariamente, sino por un equipo de personas que trabajan juntas.

Él los envía. Y los que les dice es que la cosecha es abundante, que hay una gran oportunidad, que hay muchas personas que Dios ha estado preparando, obrando en ellos para que le abran su corazón a Jesús. Y necesitan que alguien que lo conoce y lo ama venga y les sirva y les hable, y conteste sus preguntas, para que entren en una relación que salve sus vidas, una relación eterna con Jesús, que les dé vida.

Mars Hill, quisiera hacerles esta pregunta, ¿Creen que hay una gran cosecha para ustedes? Creen que hay miles y decenas de miles de personas que Dios va a salvar, y que somos enviados para lograrlo? ¿Lo creen?

En una reunión que tuve hace poco con el pastor Bill Clem, que es uno de los pastores de un campus de Mars Hill, me preguntó: “¿tenías idea de que esto podía suceder? La iglesia Mars Hill, y el gran número de personas que hay, aunque habíamos empezado en nuestra sala con muy pocas personas. Le dije, “Sabes, no sabía lo que Dios iba a hacer, pero sí pude verlo. Vi que había una gran cosecha. Había una gran oportunidad”. Y me dijo, “¿Crees que todavía hay una gran cosecha?”. Sí, lo creo. Puedo vernos creciendo de 10.000 a 20.000 personas. Puedo ver el doble de personas, puedo ver eso. No va más allá de mi visión. No va más allá de mi enfoque. Tengo una idea de cómo sería, y de cuántas personas se necesitaría, en cuestión de dólares, locales, despliegues, sistemas, tecnología. Tengo una idea. Tenemos una idea. Los líderes superiores tienen una idea de lo que ocuparíamos.

Les cuento esto a riesgo de parecer arrogante u orgulloso, porque la cosecha es abundante. Y si consideramos que las palabras de Jesús son verdaderas, debemos anticipar un gran futuro. Necesitamos planear y prepararnos para él. Debería haber un sentido de esperanza, entusiasmo, y emoción. Que no existimos solo para sobrevivir, sino que existimos para la salvación de los demás. Debería haber gran gozo y expectativa, un sentido de urgencia y esperanza.

Cuando Jesús dice que la cosecha es abundante, quiere que eso resuene en nuestros corazones, para que alcemos la mano como los 72, y digamos, Entonces necesito encontrar mi parte en ese trabajo. Quiero formar parte de lo que Dios está haciendo. Quiero que las personas vengan y conozcan a Jesús. Quiero que las vidas sean transformadas. y quiero que las generaciones y los legados sean cambiados. La cosecha es abundante. Aún no hemos terminado.

De hecho, creo que estamos más fuertes que nunca como iglesia, en lo que respecta a los líderes, la humildad, la unidad, y el convenio doctoral, nuestro amor por las ciudades, la difusión de los campus, y las oportunidades que Dios nos ha deparado. Honestamente, es la temporada más emocionante que jamás he visto en la historia de la Iglesia Mars Hill. Sí, escasea el dinero. Sí, la economía está mal. Sí, las propiedades no se consiguen fácilmente, Sí, algunas cosas son difíciles, pero la mies está madura, y somos como los 72 que Dios envió a la mies.

Muchos de nosotros no tenemos experiencia en materia de agricultura, pero según tengo entendido, lo primero que uno debe hacer es conseguir un lote es limpiarlo, y deshierbarlo. Después se siembra la semilla, y hay que irrigar con agua, y cuidar los cultivos. Necesita protegerlo de los ladrones y los animales. Y espera mucho tiempo, y hay que trabajar muy duro, no parece que pasa nada. Y después viene la cosecha. Es emocionante, sobrecogedor, y hay vida.

Mars Hill, espero, confío, y pido a Dios que para nosotros este otoño sea una temporada de cosecha. Que muchas personas conozcan a Jesús. En realidad tuvimos la cosecha más grande durante este último año que jamás hemos tenido en la historia de la iglesia. Durante el último año, regresando doce meses atrás, hemos crecido por un margen de 1.500 personas. Hemos bautizado casi mil personas. La cosecha fue de casi mil personas. Es maravilloso. Es sorprendente. Nos regocijamos por cada profesión de fe. Nos regocijamos por cada vida cambiada. Nos regocijamos en cada persona que ha conocido a Jesús. Pero sí creo que habrá, en nuestro futuro, una cosecha mucho más grande.

Oren por más obreros

¿Entonces qué nos dice Jesús? Nos dice que oremos. Permítanme darles algunas cosas para que oren por ellas. Es exactamente lo que dice, “Rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies”. Que el Señor obre en nuestras ciudades, pueblos, comunidades, sitios de negocio y colegios Del pueblo de Dios, no hay suficientes personas trabajando donde Él está trabajando, por eso debemos orar que el pueblo de Dios sea obediente al llamado de Dios.

Algunas cosas por las que debemos orar en todo Mars Hill. Enviamos a las personas a los grupos comunitarios. Tenemos una razón muy intencional por la cual la mayor parte de nuestro ministerio no se lleva a cabo en la iglesia. Claro, nos reunimos aquí para los cultos, pero luego nos dispersamos para estar en grupos comunitarios. Reunimos a la gente para adorar a Dios, y oír la predicación d e la Palabra de Dios, y nos congregamos con el pueblo de Dios, pero luego nos dispersamos para estar en misión, como lo hizo Jesús. Reunió a los 72, y los envió.

Eso es lo que hacemos con los grupos comunitarios. Eso es exactamente lo que hizo Jesús. Él dijo, “Escojan un pueblo, y vayan de dos en dos. Vayan y empiecen un ministerio. Háganlo en un hogar. Vean si la gente no se congrega y vienen a conocerme”. En nuestro lenguaje actual, diríamos que Jesús está lanzando la fase de grupos comunitarios de su ministerio. Es exactamente lo que hace. Dice, “Pero no tenemos suficientes líderes. No tenemos suficientes personas. Así que oren por más”.

Así que oren por nuestros grupos comunitarios. Ahora mismo tenemos más de 400 grupos comunitarios en todo Mars Hill. Para fines de año, nos gustaría ver al menos 500 grupos. Entonces, digamos que necesitamos cien nuevos líderes de grupos comunitarios. También necesitamos aprendices y anfitriones. Pidan que al menos 300 líderes se presenten en todo Mars Hill para los grupos comunitarios, que se congregan en condominios, casas, apartamentos, cafeterías, y lugares de negocio. Como pueblo debemos vivir en comunidad, amarnos unos a otros, servirnos unos a otros, leer la Biblia, tanto cristianos como no cristianos, viviendo juntos, en misión, sirviendo sus comunidades.

Oren también por nuestros campus. También enviamos a los campus. Oren por el Campus Ballard. Después de enviar muchas personas a iniciar muchos campus e iglesias, Ballard está volviendo a crecer. Está muy fuerte. Les está yendo muy bien. Y estamos pidiendo una gran cosecha en el otoño. En el campus West Seattle, tenemos un edificio fantástico, un gran grupo de personas, buenos ancianos. Pero oren por el pastor idóneo para el campus West Seattle. ¿Por qué? Porque Jesús dice que los obreros son pocos. Necesitamos más líderes. West Seattle es una de las necesidades más apremiantes que tenemos ahora. Necesitan un pastor para su campus.

Oren por el campus Shoreline. Han excedido la capacidad de las instalaciones, y tenemos unas oportunidades muy emocionantes para trasladar el campus Shoreline a una localidad más grande y después dividirla en otros cuantos campus. Esa es la visión del pastor Steve, enviar a Shoreline a un edificio más grande, y después desde Shoreline a múltiples localidades. Por lo tanto nuestra oración es que en el próximo año Shoreline crezca y dé inicio a dos campus más, y que envíen personas a nuevas áreas.

Oren por el campus Bellevue. Repito, ha habido mucha abundancia en este campus. El campus está completamente lleno. No caben más personas. Les está yendo súper bien. Estamos muy emocionados. Estamos buscando unas instalaciones más grandes para que tengan una cosecha más grande. Creo que encontramos uno. Oren por los detalles y si es la propiedad que Dios quiere para nosotros. Creemos que es la mejor opción. Veremos si todos los pormenores se resuelven.

A partir de ahí nuestra visión para la zona este de Seattle es enviar los campus por toda el área 405. Y como hemos enviado ese campus a Bellevue, ellos han enviado grupos comunitarios por toda la zona este. Los grupos comunitarios se están aunando a nivel regional en los pueblos, y están ideando estrategias para llegar a esas áreas, y cómo tener una gran cosecha. Por último, oren para que iniciemos múltiples campus en la zona este.

Mars Hill envía los campus. Los campus envían grupos comunitarios. Después, los grupos comunitarios se congregan a nivel regional. Por último se convierten en otros campus, o iglesias iniciadas. A partir de ahí, envían más personas para que inicien más grupos, y así sucesivamente.

Oren también por el campus Downtown (del centro). Están llenos; están creciendo rápidamente. Tuvieron una gran cosecha el último año. Muchísima gente; relatos asombrosos de salvación y transformación, de drogadictos, pastores rebeldes, personas que nunca han oído hablar de Jesús, personas metidas en la brujería que vienen a conocer a Jesús en el centro de Seattle.

El pastor Tim Gaydos ahora tiene una visión de empezar a movilizarse más hacia el sur. Así que oren por más obreros para que vayan al Valle Rainier a empezar grupos comunitarios. Y que mientras esos grupos crezcan en forma multiétnica y multirracial, que en los próximos años, no sabemos cuántos, que Dios abra un campus en el Valle Rainier. Esa es su visión y su meta. Así que ahora están enviando líderes al Valle Rainier. Oren por ellos.

Oren también por la el campus de la Universidad de Washington. Enviamos al pastor Matt Jensen con un pequeño grupo de líderes, y ellos enviaron líderes de grupos comunitarios. Y esos grupos comunitarios se han multiplicado y después empezamos un culto en el campus UW el pasado año. Tuvieron una cosecha tan asombrosa; de hecho hicimos bautismos en la Red Square (Plaza Roja) de la Universidad de Washington donde celebramos la cosecha abiertamente y en público. El campus ha crecido a unas 400 personas.

Y en la providencia de Dios, al mismo tiempo que la Corte Suprema está dando su fallo, que los grupos estudiantiles no pueden discriminar en base a la orientación sexual y religiosa, estábamos negociando la compra de un edificio, una iglesia, uno de dos edificios que yo sepa, en los últimos 15 años y algo, que nos dé suficiente espacio en el University District, donde se pueda llegar a pie al campus. Redujeron el precio. Nos pusimos de acuerdo. Y ahora tenemos la oportunidad de abrir un campus justo al lado de la Universidad de Washington. Y si nos hubiéramos quedado en el campus, el fallo de la Corte Suprema hubiera hecho casi imposible que podamos ver una gran cosecha. Dios es quien coordina los tiempos.

Así que oren por el culto que hacemos en la Universidad de Washington que se transforma en un campus. Pida que puedan recaudar fondos, aunque son jóvenes universitarios que están sin cinco, para que acaben la renovación del edificio, permitiéndoles alojar internos, ofrecer entrenamiento, disponer de salones de clase, espacio para la alabanza, y que se ubique perpetuamente en el distrito universitario, río arriba, es muy importante que esté ahí junto a la Universidad. Es asombroso. Enviamos unas cuantas personas para empezar un estudio bíblico, y Dios lo bendice. Se convierte en más grupos comunitarios. Después se convierte en un culto. Y después se convierte en una oportunidad para adquirir un edificio donde entrenamos líderes jóvenes que después saldrán por todo el mundo.

Oren también por el Campus Olympia. Algunas personas del campus Ballard empezaron un grupo comunitario en Centralia, y en Chehalis, y en Olympia, y eso se convirtió en múltiples grupos comunitarios. Y siguieron enviando, enviando, y reuniéndose, cosechando, cosechando. Todo esto culmina en un campus que ha crecido. En cuestión de promedios, el Campus Olympia es el campus que ha crecido más rápido.

Lo asombroso es que de todos nuestros campus que tenemos todos crecieron en lo que va del año. Cada uno tuvo una cosecha. Y en cuestión de promedios, el Campus Olympia es el que creció con más rapidez. Creo que el segundo campus que promedia el mayor crecimiento podría ser Downtown (el Centro). Lo que ha pasado es que necesitaban más localidades. Mientras envían más grupos comunitarios, y más líderes de dos en dos, como lo hizo Jesús, están potenciando una cosecha más grande. Una buena oportunidad se presentó en un colegio donde pudieron tener más localidades, una mayor cosecha, enviar más gente a empezar más grupos comunitarios. Al fin y al cabo, creo que podríamos tener más campus hacia la parte sur de Puget Sound.

También oren por el Campus Federal Way. Con Samuel allá, está creciendo. Les está yendo muy bien. Ese campus tuvo un inicio muy fuerte, y la cosecha ha sido muy buena. Olympia ahora está creciendo y les está yendo muy bien. Con tiempo, veo la necesidad de establecer algo en el área de Tacoma, para consolidar los tres campus como estrategia regional a fin de enviar más grupos comunitarios y más campus e iniciar más iglesias, porque creo que también hay una gran cosecha en esa área.

En lo que respecta a este asunto de los líderes, ahora en el campus de la Universidad de Washington, y el Campus Olympia, y el Campus Federal Way, solo tenemos un anciano o pastor en cada uno de esos tres campus. Los ancianos de los otros campus están sirviendo y participando. Pero oren por esos tres campus: Olympia, Federal Way, y el de la Universidad de Washington, para que Dios levante en medio de ellos, personas piadosas, competentes, calificadas, valientes, hombres de Dios, para ser pastores y ancianos, asalariados o sin salario. Oren por los obreros. Oren por los líderes. Oren por los trabajadores. La mies es abundante, y ahora necesitamos más líderes.

Esto nos lleva por último al Campus Albuquerque, que está creciendo. Este verano, el Campus Albuquerque está creciendo. Nunca hemos visto que un campus crezca en el verano. Y el Campus Albuquerque está creciendo, y casi ha doblado su tamaño en lo que va del año. Ya tiene como 500 personas. Una gran cosecha multiétnica, una congregación bilingüe. Subtitulaje en español para el segundo culto, para que pueda ser una congregación multilingüe, bilingüe. Ese campus está creciendo. Necesita más localidades. Repito, la cosecha ha sido grande, y han usado todo su espacio. Están enviando grupos comunitarios. Hablé con el pastor Dave. Algunos de estos grupos tienen hasta 40, casi 50 personas, así que en este momento se están multiplicando, están replicándose, enviando nuevos grupos y gente nueva de dos en dos, tal como lo hizo Jesús.

Lo principal es esto: da resultado. Tome personas que aman a Jesús, póngalas en un grupo, y envíelas hacia otros lugares, y tendrá una gran cosecha. Ustedes necesitan más personas, así que oren por más líderes. Oren por la Iglesia Mars Hill. Nos hemos fijado metas ambiciosas que creemos, en lo posible, un día de estos, por la gracia de Dios, y si Él lo permite, que seamos una iglesia de 50.000 personas. En mi corazón aún creo eso. No sucederá pronto. No sucederá mañana, pero así es como puede suceder. Las personas salen, comparten el amor y la vida de Jesús, inician grupos en los hogares. Cuando esos se multiplican, se convierten en un campus, centros de envío de donde mandamos las personas.

Oren también por la Red de Iniciación de Iglesias Hechos 29. Enviamos grupos comunitarios. Enviamos los campus. Enviamos iglesias iniciadas. La Red Hechos 29, ahora opera bajo el liderazgo de Scott Thomas, y recibe casi el 10% de nuestros ingresos. Más de 300 iglesias han sido iniciadas por medio de la Red Hechos 29. No llevamos todo el mérito por todas estas cosas, somos parte de esa red. Aquí tenemos la sede, y le suplimos el personal. Contribuimos más de un millón de dólares a la sede cada año. Y más de 300 iglesias han sido iniciadas en Estados Unidos. Ahora iglesias están siendo iniciadas en 13 países. 13 Países.

La cosecha es ¿qué? Abundante. La oportunidad es enorme. El mundo no parece ser tan grande. La oportunidad no parece imposible, así que tenemos que estar orando por los líderes, por los iniciadores de iglesias, por los ancianos, los pastores de los campus, hasta los líderes de los grupos comunitarios. Estamos orando para que Hechos 29 consiga cierto número de obreros. En septiembre tenemos un Boot Camp (campo de reclutamiento) aquí en Seattle. Tenemos previsto una asistencia de más de mil personas. Será el evento de iniciación de iglesias más grande que hemos hecho. A partir de ahí, iniciaremos iglesias en Hechos 29, y el los campus de Mars Hill. Ahora mismo, estamos evaluando a más de 500 líderes potenciales que aspiran a ser iniciadores de iglesias o de un campus. Nuestra meta es tener mil iglesias con Hechos 29, un cuarto de millón de personas en más o menos 6 años, es un cronograma impreciso.

Algunos de ustedes dirán, ¿Eso le parece un plan ambicioso? ¿No está siento egoísta y soberbio? No. Nosotros creemos en la Biblia. Creemos en la Biblia. Creemos que la mies es abundante. La oportunidad está ahí. Pero necesitamos orar por más obreros, más siervos, más personas que sirvan.

Sigamos nuestro llamado

Jesús también dice que sigamos nuestro llamado. En Lucas 10:3–9, mientras salen a ministrar, a empezar sus grupos y a trabajar lo que en última instancia se convertirán en iglesias, les dice, “Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios”.

Jesús los llama a un ministerio muy específico. Les dice que hagan cuatro cosas, y que no hagan cuatro cosas. Les dice lo siguiente: Primero, cuídense de los lobos. Cuídense de los lobos. La Biblia usa un lenguaje especial que describe a Jesús es nuestro pastor principal, nuestro Pastor Superior. Los pastores, ancianos y líderes, son como los pastores de ovejas. Inclusive los diáconos, los líderes de grupos comunitarios, los líderes de los grupos de redención, son pastores que cuidan a la gente. La iglesia es como una grey, y los cristianos individualmente son como ovejas. Necesitan ser guiados. Necesitan ser alimentados. Necesitan ser protegidos. ¿De qué? De los lobos.

Los lobos siempre pelean contra los pastores, y siempre tratan de asolar la grey, tratan de llevarse las ovejas. A veces lo logran haciéndoles transigir moralmente, las falsas enseñanzas, las herejías, y el error. La Biblia usa una frasecita para describir a los lobos. Dice que les gusta cautivar a los discípulos para que los sigan.

Miren, somos una iglesia que envía personas. Enviamos líderes. Enviamos grupos comunitarios. Enviamos los campus. Enviamos iniciadores de iglesias. Enviar es algo que hacemos con gusto, pero a los lobos no les gusta enviar. Les gusta tomar, agarrar. Sin el permiso de los líderes de la iglesia, sin la bendición y la asociación y la amistad de los líderes de la iglesia, donde hay personas que van y trabajan con esa persona, porque son lobos, y los pastores saben que lo son. Por eso quieren proteger a las ovejas.

Entonces, lo que tratan de hacer los lobos es manipular con mentiras, falsas enseñanzas, carisma, con amistad, servicio, u hospitalidad. Cosas que pueden usarse piadosamente para el evangelio, son usadas con impiedad para oponerse al evangelio, para que uno por uno el lobo pueda apartar a la grey del pastor, y la grey del Pastor Principal. Los aparta. ¿Para qué? Para usarlos y abusar de ellos.

Hay lobos que son moralistas, que quieren hacerles comprometer su santidad. Hay lobos doctrinales que quieren que comprometan la verdad de la sana doctrina. Les harán cuestionar ciertas enseñanzas en la Biblia. Los líderes de las sectas también son así. También hay lobos de poder. Quieren estar al mando de todo, tener autoridad. Quieren ser el encargado. Recelan de los otros pastores con gran escepticismo, y solo quieren tratarlo como si ellos fueran pastores.

También, lo curioso de este lenguaje es que esto es muy común en el Medio Oriente. Hace unas años fui a rodar un video en Pakistán, y algunos de los hombres que iban conmigo, me dicen que allá es supremamente ofensivo llamar a alguien lobo. Es muy ofensivo. Fueron testigos de una conversación en la que le dijeron a un hombre que era un “mentiroso, un ladrón, y un estafador, y que no tenía carácter; que era un lobo”, y eso fue lo que lo enfureció. “No me diga que soy un lobo”. Es el insulto más grande.

Y Jesús está diciendo aquí, Estos falsos maestros, estos líderes falsos, no son nada más que lobos. No se me ocurre un peor insulto que ese. No se me ocurre una advertencia más fuerte. Esto supone también que se burlarán de ustedes y tendrán oposición. Se mofarán de ustedes. Serán rechazados. Podrían ser varios grados de sufrimiento emocional, o si tiene que ver con algún negocio, el sufrimiento económico. Esto podría culminar en el martirio. Lo que pasa cuando un cordero se enfrenta a un lobo es que el lobo destruye el cordero.

Jesús dice, primero, cuídense de los lobos. Segundo, busquen la salvación y la paz de todos. Eso es lo que dice. A cualquiera que conozcamos, a cualquier hogar que entremos tratando de llevarles la paz. Y aquí se refiere a la paz de la salvación. Es paz con Dios. Dígale que nuestra naturaleza nos pone en guerra contra Dios. Estamos enemistados con Dios. Hemos pecado contra Dios. Háblele a esa persona de Jesús; ame a esa persona. Dígale: “Dios no le agrada quién es usted y su manera de vivir, pero puede ponerse en paz con Dios por medio de Jesucristo. Él es Dios y le ama; vino a vivir como usted debería vivir y a morir como usted debe de morir. Resucitó para amarle, aunque usted no se lo merecía. Por medio de Jesús, el pecado y la enemistad y la animosidad entre usted y Dios pueden ser quitados, y aún puede haber paz entre usted y Dios”.

Por lo tanto, Mars Hill, cuando vayan al trabajo, a estudiar, al mercado, o a sus barrios, no sean cristianos pesados y ordinarios, sean cristianos amorosos que desean llevar el amor, y la paz de la vida en Jesús a la gente que no conoce a Dios y no saben que Dios los ama.

Tercero, les dice, reciban cualquier ingreso que Dios les depare. Les dice, “No traigan dinero. No traigan la billetera. No traigan las tarjetas de crédito. No traigan las carteras. No traigan las tarjetas para el cajero automático. No. No traigan nada. Solo vayan. Vayan a un pueblo, “Ustedes dos, vayan a un pueblo y preséntense de repente, tomen por sentado que el Espíritu Santo fue delante de ustedes. Den por hecho que Dios está obrando en el corazón de alguien, y entablen conversaciones con alguien a ver si alguien no los invita a su casa. Hablen con ellos de Jesús, y coman lo que les den de comer. Compartan el amor de Jesús con ellos. Y si vienen por fe, empiecen un grupo comunitario en ese hogar. Y si el grupo comunitario florece y esas personas quieren darles un poco de dinero como salario, tomen cualquier salario que les den”.

Cuarto, sanen a los enfermos y hagan que el reino invisible sea visible. Si están enfermos, ore por ellos. “Dios, demuestra tu poder. Demuestra tu vida y tu amor. Hazle saber a esta persona que tú eres el Gran Médico”. Oren por los enfermos. Esto incluye expulsar los demonios de quienes padecen opresión o posesión demoníaca, expulsen los demonios, diciendo: “Las voces que usted oye, esa espiritualidad en la que se encuentra, esa brujería que tanto le gusta, ese sufrimiento que soporta, esas voces que oye, sobre todo si le dicen, ‘usted, usted, usted’, esas acusaciones, son condenaciones. Usted tiene un enemigo que se le opone. Dios es el Dios verdadero. Esos son dioses falsos. Aquellos son seres espirituales falsos que tratan de descarriarlo, acosarlo. Déjeme orar por ellos a ver si usted no se sana. Déjeme orar por usted. En el nombre, el poderoso nombre de Jesús, mando que todo y todos, menos el Espíritu Santo, se aparten de usted, y veamos lo que hace Dios. Veamos si el reino invisible se hace visible en su vida”.

Jesús dice que hagamos esas cosas. Cuidado con los lobos. Busquen la salvación para todos. Reciban cualquier ingreso que Dios les dé. De todas maneras, sanen a los enfermos y oren por los que sufren.

También dice que hay cuatro cosas que no deben hacer: No traigan dinero, provisiones, ni siquiera otro par de zapatos. Eso es lo que Jesús había dicho. Cuando emprendían un largo viaje en esa época, era común llevar otro par de zapatos, a menos que uno fuera muy pobre. Si se le gastaban los zapatos que llevaba puestos andando por el camino, traía otro par de zapatos por si acaso. Jesús dice, “No traigan provisiones. Ni siquiera traigan otro par de zapatos”.

Segundo, no se distraigan hablando de cosas sin importancia. Dice, “Cuando vayan por el camino, no se enreden en conversaciones largas, complicadas, e innecesarias”. No lo hagan. En aquella época cuando se saludaban por el camino, podían demorarse horas. Lo que está diciendo es, no busquen solo tener conversaciones largas y tendidas. No es pecado tener amistades. No es pecado ser paciente con las personas. Pero en esta ocasión, dice que conozcan a las personas. “Soy cristiano. Me gustaría hablarle de Jesús. ¿No le interesa eso? Bien, permítame hablarle a este otro”.

De acuerdo, si es tiempo de cosecha, uno busca los frutos maduros. ¿Quiere hablar de Jesús? Si le regalo una Biblia, está dispuesto a leerla? Mejor dicho, he hablado con tantas personas en los últimos meses y les digo, “Si le regalo una Biblia, la leería?”. “No”. De acuerdo, a ver, “si le regalo una Biblia, la leería?”. “No”. Si le regalo una Biblia, la leería?. “No”. Un par de personas, “Si le regalo una Biblia, la leería?”. “Sí, me encantaría una. Lo que pasa es que no sé cuál debo comprar. No conozco a Jesús, y no conozco la Biblia, pero estoy dispuesto a leerla. ¿Podría darme una buena?”. Oh, ¿en serio? Está bien. Ahí está el fruto maduro. Ahí está el fruto maduro.

Jesús está diciendo, cosechen primero los frutos maduros. Porque hay personas que están muy, pero muy apartadas de la fe. Hay otras que están más cerca. Dios ya está obrando en ellos. Ya están en proceso. Ya están haciendo buenas preguntas. Ya están dispuestos a recibir respuestas que los ayuden. No está diciendo que hagamos caso omiso de las otras personas, sino que cosechemos primero el fruto maduro.

¿Quién en su vida no está tan apartado de la fe? ¿Quién en su vida…permítanme preguntarles …quién en su vida, si ustedes le preguntaran, “¿Quiere ir a la iglesia conmigo?”, irían con ustedes? ¿Sabe qué debería hacer? Pregúnteles. ¿Cuántas personas en su vida, si les comprara una Biblia, una Biblia bonita…no les regale una barata… Les recomiendo la Biblia de Estudio ESV. Désela como un regalo. Dígale, “Lo quiero mucho, no estoy tratando de ser prepotente o grosero. Pero quiero mucho la Biblia y lo quiero a usted también. Por eso gasté mucho dinero en un regalo forrado en cuero que le compré. Quizás no deba empezar en Lucas. Pero si le gusta, venga a la iglesia conmigo”. ¿Quién empezaría a leer la Biblia si usted le regalara una? ¿Quién vendría a la iglesia con usted si los invitara? ¿Quién asistiría a su grupo comunitario si usted se lo pidiera?

Algunos de ustedes dirán, “Es que no quiero que nadie se me oponga”. Pues encontrará lobos. Las personas se opondrán un poco. Pero también encontrará muchos frutos maduros. Muchas personas, estadísticamente, posiblemente la mayoría que reciben a Jesús por fe, fueron invitados a un grupo o a un culto por alguien que los ama. Lo único que tiene que hacer es preguntar.

Pero, tercero, no pierda su tiempo. No falta el amigo que siempre quiere discutir. Ámelos, invierta poco tiempo, pero encuentre otras personas que están un poco más preparadas y más abiertas. También les dice, “No pierdan el tiempo con los que los oponen y rechazan la salvación”. Si solo quieren discutir y pelear y son hostiles y se oponen, no es que deba ignorarlos o no amarlos, debe orar por ellos e invertir su tiempo en personas que no son cristianas, que están más cerca. O puede que sean nuevos cristianos y están confundidos.

Y si no sabe quiénes son esas personas, dígale al pastor de su campus, “Tengo tiempo para salir a conocer a la gente. Póngame a trabajar cuando vayan entrando las tarjetas de visitantes, y la gente nueva. Déjeme hablar con ellos”. ¿Sabe lo que va a suceder? Algunos llegan y llenan la tarjeta, y marcan la casilla que dice, Me interesa volverme cristiano. Ese fruto está madurísimo. Vaya de voluntario a conocerlos si aún no tiene personas que conocer.

Y cuarto, les dice, no se trasladen de un lugar a otro. Encuentren un lugar donde alguien venga a conocer a Jesús. Donde le amen y digan, Ahora mi casa le pertenece a Jesús. Quiero usarla para su ministerio”. Básicamente Jesús les enseña que pongan un grupo comunitario ahí. Oren. Estudien las Escrituras. sírvanse unos a otros, amen su comunidad. Busquen las necesidades más obvias. Ayuden a los que sufren. Den de comer a los hambrientos. Conviertan esa casa en un puesto de avanzada para el reino de Dios, y dejen que el amor y la luz de Dios brille de la vida de las personas que se reúnen ahí. Es un grupo comunitario.

Les dice, “No se trasladen de un lugar a otro. La gente no podrá encontrarlos”. Es demasiado confuso. Muy complicado. Ministren ahí donde están. Después, imagínense que se llena esa casa y ya no caben más, pues van y empiezan otro grupo, y otro grupo, y abren sus casas, y cuando esas se llenen, nos multiplicamos, los enviamos a otros lugares, y más personas abren sus casas. Esta es la eficacia ministerial de la multiplicación.

Pero esto es lo que tiene que pasar: tienen que estar dispuestos a dejar que su grupo comunitario se divida. Tienen que estar dispuestos a experimentar cambios en sus relaciones, porque si no serán como Pedro, Jacobo y Juan en el monte con Jesús, Moisés y Elías. O sea, “No queremos que nos manden. No queremos que nos separen. Seamos un grupo comunitario en la cima de esta montaña para siempre”. Jesús está diciendo, “No, las cosas no van a funcionar así. Tenemos que bajar y dispersarnos. Tenemos que empezar ministerios en otras partes”.

Amigos, si son cristianos su casa le pertenece a Jesús. Un grupo comunitario debería reunirse ahí, y deberían estar dispuestos a reconocer que habrá una cosecha, que vendrán más personas, y tendrán que dividir ese grupo y enviar personas a otros lugares. Los que encuentran en esos grupos, considérenlo un gran honor, no una carga. “Vaya, tengo el privilegio de ser como uno de los 72. Yo y otra persona, el anfitrión o el asistente, empezaremos otro grupo. Abriremos nuestro hogar. Veremos la cosecha del reino de Dios en nuestro sofá. En nuestro sofá veremos el reino de Dios. Veremos que la gente pasa de muerte a vida. Veremos generaciones y legados cambiados ahí en nuestro sofá”. Para que lo sepa, por eso fue que Dios le dio ese sofá.

Así era como Jesús hacía las cosas. Trabajaba en los hogares. Cuando estaba en Capernaúm, estaba en la casa de Pedro. Cuando va a Jerusalén, establece una base de operaciones en la casa de María, Marta, y Lázaro en Betania. La iglesia incipiente se congregaba de casa en casa. También se reunían en el patio del templo. Se reunían como lo hacemos hoy, para los cultos y las grandes reuniones. Se reunían para adorar a la Mesa del Señor, para la comunión, la predicación, cantar, y amarse. Pero después se dispersaban y volvían a sus casas. Exactamente así fue como Jesús estableció su ministerio.

Estamos tratando de construir nuestro ministerio en base al modelo de Jesús. Miles de personas venían a oírlo predicar, y después los mandaba de dos en dos, a empezar un grupo comunitario en sus casas. En nuestros días modernos, estamos tratando de hacer exactamente lo mismo que hizo Jesús, obedecer exactamente lo que Jesús dijo. Y Jesús dice, “si hacen esto, vendimiarán…”, ¿qué? una cosecha. La gente se salva. Las vidas son cambiadas. Así empiezan los campus. Los grupos se multiplican y se replican. Hay fruto. Las cosas suceden.

Algunos de ustedes dirán, o son propensos a decir, “Sí, pero es que no me gusta cambiar”. Vean, hay dos clases de cambios: el crecimiento y la muerte. Todo ministerio tiene una clase de cambio o la otra. La cosecha y el crecimiento provocan cambios. La muerte y el deterioro provocan cambios. La pregunta no es si vamos a cambiar. La pregunta es: ¿será un cambio, producto de la cosecha, o un cambio de funeral? La clase de cambio que queremos es el de la cosecha.

Lucas 22

Ahora, esta es la pregunta: ¿Es esta la manera de hacerlo? Pues, diría principalmente que tienen que salir, tienen que abrir sus hogares, tienen que empezar grupos, no cabe duda, porque eso no cambia. Lo vemos en el libro de Hechos. Lo vemos a lo largo del Nuevo Testamento. Esto se convierte en el paradigma de la iglesia. Pero qué hay de, “Oigan, no traigan su bolso ni su billetera. No se preocupen por traer otro par de zapatos, y no lleven almuerzo”. ¿Es pecado que alguien tenga apoyo o que haga gestión de recursos en el ministerio? No necesariamente. Repito, siga su llamado.

Un poco más adelante leemos esto, en el mismo libro, en Lucas. El mismo hombre, el Dios-hombre, dice en Lucas 22:35–36, “Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo?”. Vuelve a la porción en Lucas 10. De acuerdo, es un poco más tarde, algunos meses más tarde les dice, “Recuerdan que hace unos meses cuando primero los mandé, les dije que no llevaran provisiones. ¿Recuerdan eso?”. Sí, lo recordamos. ¿Les faltó algo, o proveyó Dios lo necesario?. Dijeron, “No nos faltó nada”. “Y les dijo: Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela”. Ahora no olviden de llevar su bolso, traigan sus tarjetas de crédito. Échenle mano a la billetera, “y también la alforja”. Empaquen las provisiones y traigan almuerzo. “Y el que no tiene espada, venda su capa y compre una”. Es decir, “Mientras hacen eso, traigan un arma”. Pues esta es otra manera de tratar con los lobos. Jesús les dice, “Los envié como ovejas entre lobos. Ahora los estoy enviando como guerreros entre lobos”.

Algunos de ustedes dirán, “Qué es esto, ¿una contradicción?” No. Son distintos llamados. La primera vez los envía con una serie de órdenes. Después vuelve a enviarlos con otra serie de órdenes. Sencillamente es buen liderazgo. Aquí Jesús está analizando las circunstancias y la necesidad, y les dice, “Este es el plan para esta misión. Para esta misión, todos necesitaremos un plan completamente distinto”.

Cuando los envió sin provisiones, creo que les enseñó a los 72 a depender de Dios. Dios me ama, Dios proveerá todo lo que necesito. Y Jesús les pregunta, “¿Sucedió eso? Y le dicen, “Sí, Dios suplió todas nuestras necesidades”.

Además, para los que eran nuevos cristianos, les enseñó a servir y a dar. Son dos cosas muy importantes porque vivimos en una cultura consumidora, no en una cultura cristiana. Una cultura cristiana está basada en el servicio y la generosidad. Quiero ayudar. Quiero contribuir. Mientras que una cultura consumidora dice, “Quiero que me sirvan. Quiero recibir”. Una cultura consumidora está centrada en el yo. Una cultura cristiana está dirigida hacia los demás. Entre más tiempo lleva como cristiano, si no ha dado o servido, se volverá más egoísta, más carnal, más mundano, menos devoto y más crítico. Por eso pienso que no solo estaba enseñándoles a los 72 a confiar en la provisión de Dios, también les enseñaba a los nuevos cristianos a dar y a servir.

Permítanme preguntarles, ¿dónde sirve usted? ¿Cuándo está ofrendando? ¿Dónde sirve; cuánto ofrenda? Estas personas que abrieron sus hogares, habían sido cristianos por 15 minutos. y se volvieron anfitriones de un grupo comunitario; y tuvieron que abrir su hogar, pagar el ministerio, invitar a la gente, servirles, darles de comer, amarlos, alojarlos, y recaudar fondos para pagar el salario del líder, de la cantidad que fuera, sea grande o pequeña.

Por eso debemos orar por los obreros, y debemos exigir al pueblo de Dios a ser siervos que sacrifican, dadores generosos. Esta vez, sin embargo, Jesús está diciendo, “Muy pronto, me ejecutarán, me van a matar, y las cosas se pondrán muy difíciles. Así que para esta misión, lleven provisiones. Para esta misión, lleven espada. Para esta misión, estén preparados”. A veces Dios envía a las personas, solo por fe, sin provisiones, y suple lo necesario. En otras ocasiones, Dios envía a las personas con muchas provisiones y recursos. Ambas cosas están bien. Todo depende de lo que el Espíritu Santo quiera para esa misión.

Honestamente, cuando empezamos Mars Hill, yo estaba como en Lucas 10, no como en Lucas 22. Grace y yo estábamos en la quiebra, recién egresados, recién casados. No teníamos apoyo ni financiación. Teníamos un pequeño grupo central que daba una pequeñísima suma de dinero. Yo trabajaba. Grace trabajaba. No ganábamos mucho. No nos alcanzaba para rentar un local de reunión, así que conseguimos un cuarto gratis para reunirnos en la iglesia. Ambos trabajábamos. Empezamos sin nada. No teníamos proyectores. No teníamos equipo de sonido. No teníamos sillas. No teníamos sitio de Internet. No teníamos nada. Ni siquiera teníamos cuenta de ahorros. No teníamos ni un dólar. No teníamos nada. Al igual que Lucas 10, “no teníamos nada pero Jesús dijo que fuéramos”.

Así que Grace y yo, ahí estábamos los dos, dijimos, “Esto es lo que haremos porque ese es el llamado de Jesús para nuestras vidas”. Y por el camino, Dios sí proveyó. Proveyó un lugar para congregarnos. Proveyó sillas donde sentarnos. Con el tiempo proveyó el equipo de sonido. Y alguien construyó un sitio de Internet, y empezó a moverse en la medida que el pueblo de Dios servía y daba. La Antioch Bible Church donó un poquito de dinero. Y después, de repente, empecé a recibir un pequeño salario los primeros años porque a la iglesia no le alcanzaba para pagarme. Creo que la iglesia no me pagó por espacio de tres años. No había dinero.

Se parecía mucho a Lucas 10, pero ahora muchas de las cosas que hacemos se parecen más a Lucas 22. Si vamos a iniciar un campus, si vamos a iniciar una iglesia, si vamos a enviar personas, si nuestra gente, que son tantas, si somos dadivosos y buenos siervos, deberíamos enviarlos con algún apoyo. Pero a veces, seguimos enviando a la gente sin nada. Vayan y empiecen un grupo comunitario. ¿Cuánto dinero nos dará?. Nada. ¿Qué provisiones nos dará?. Los amamos, oraremos por ustedes. Los entrenaremos. Vayan y empiecen un grupo comunitario. Páguenlo ustedes. Abran su hogar. Arréglenselas ustedes, porque le pertenecen a Jesús y ese sofá le pertenece a Él, y esa es su casa.

Por lo tanto es una gestión de recursos para una misión diferente. Quiero que entiendan esto. Porque si no, algunos que son jóvenes e idealistas dirán, “Oh, entonces es pecado llevar almuerzo. Es pecado ponerse zapatos. Es pecado tener un plan”. No. Todo depende del llamado de Dios. Aquí, en los primeros capítulos de Lucas, el llamado era confiar en Dios, que los cristianos fueran generosos y siervos fieles.

Esto se pondrá difícil más adelante

Después Jesús cierra, diciendo, Esto se pondrá difícil más adelante. Lucas 10:10–16, “Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban…”. Si hablan de Jesús, y por eso no le caen bien a la gente, “salgan a las calles y digan: Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros. Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad”. Es una ciudad del Antiguo Testamento que Dios destruyó. “¡Ay de ti, Corazín¡! Ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y en Sidón…”, dos ciudades impías del Antiguo Testamento que Isaías reprendió y otros, “…se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habrían arrepentido”. Solo para mostrarles lo arrepentidas que estaban. “Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro y Sidón, que para vosotras. Y tú, Capernaum”, el pueblo natal de Pedro donde Jesús ministró, “que hasta los cielos eres levantada, hasta el Hades serás abatida. El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha. y el que me desecha a mí, desecha al que me envió”.

Jesús está diciendo aquí que está haciendo las cosas como un profeta del Antiguo Testamento. Los profetas decían, “Ay de ti. Ay de ti. Ay de ti”. Y llamaban al pueblo al arrepentimiento. Pedían el juicio de Dios sobre los impenitentes. Y Jesús viene como un fuerte profeta y dice que los pueblos y las ciudades tienen una oportunidad de recapacitar, y si no, ay de ellas.

Él es Dios. Él es Rey. Él es señor. Él es Juez. Y todos estaremos delante de Él. El Padre envía a Dios el Hijo, y después Dios el hijo envía a los cristianos. Y si las ciudades y la gente rechazan el mensaje, rechazan la invitación de salvación, rechazan la oportunidad de arrepentirse de su pecado, rechazan la oportunidad de venir por fe a Cristo y a nacer de nuevo como cristianos, ¡ay de ellos; el juicio recae sobre ellos! ¡Los aguarda el infierno! El tormento los aguarda, porque Dios les ha ofrecido paz, y han escogido la guerra, y en esa batalla llevan las de perder.

Está diciendo que para algunas ciudades y personas, el juicio será mayor. Por ejemplo, de Capernaúm dice, “No hay excusa para ustedes. Pedro vivió ahí. Yo viví ahí. Empezamos un grupo comunitario en esta casa. Invitamos a todos a venir. Estuve enseñando y ustedes no me estaban poniendo cuidado. Por lo tanto su juicio será más estricto y duro que los que tuvieron menos oportunidad”.

Permítanme preguntarles: Si de veras hay solo dos categorías de personas, las que rechazan a Jesús como Dios, Salvador, y Cristo, y los que lo reciben como Dios, Salvador, y Cristo, ¿a cuál pertenece usted? ¿Rechaza o recibe a Cristo? ¿Rechaza o recibe a Cristo? Para los que viven en estos días en que podemos prender la radio y oír un sermón. Pueden meterse a Internet, y bajar una lección bíblica. Les regalamos una copia gratis de la Biblia. Recojan una cuando salgan. Con gusto se la daremos. Pueden asistir a una iglesia y no les cuesta nada. A diferencia de un teatro o una sala de conciertos, o un evento deportivo, uno puede asistir gratuitamente a la iglesia. Uno puede asistir gratis a un grupo comunitario. Puede comprar libros cristianos buenos y baratos. En estos días de incontables oportunidades para conocer a Jesús y aprender y crecer, si usted lo rechaza, ¿cuán severo será su infierno?

Se los digo porque los amo y me preocupo por ustedes. Dios les ha dado tantas oportunidades a tantas personas. Pero permítanme cerrar con algo positivo. La cosecha es ¿qué, Mars Hill? Abundante. Hay muchas personas que recibirán a Jesús que no lo rechazarán y no tendrán guerra sino bendición, y disfrutarán a Dios, con el lenguaje de la paz de Jesús. Él nos ha mandado, y Él los manda a ustedes. Necesitamos más obreros, así que oremos por más obreros.

Señor Jesús, te damos gracias porque fuiste enviado por el Padre a llevar a cabo una misión para salvar a los que estábamos perdidos. Te damos gracias porque no solo eres Dios que fue enviado, eres Dios quien nos envía a la misma misión, de llevar las buenas nuevas de tu Persona y tu obra a todas las personas posibles. Gracias por enviarnos de dos en dos. Pido por aquellos ahora, Señor Dios, en cuyos corazones amplificarás la voz de tu llamado, mostrándoles cuál es su ministerio, y en qué parte de la cosecha deben servir. Jesús, es maravilloso poder ser parte de lo que estás haciendo. Presenciar las vidas cambiadas. El privilegio de ver a personas que te conocen, y volvernos una familia, hermanos y hermanas. El privilegio de verlos para siempre. El privilegio de ser levantados de la muerte y estar para siempre con el pueblo que nos deleita ver recibir a Cristo por fe por medio de la cosecha. Dios por lo tanto, oramos por nuestros campus. Oramos por nuestros líderes. Oramos por nuestra gente. Oramos por la oportunidades. Oramos por la temporada de otoño. Oramos para servir con pasión y generosidad, y que tengamos siempre presente, Señor Jesús, esta gran visión de una magnífica cosecha, porque creemos en la Biblia, que la mies es mucha, pero también que los obreros son pocos. Dios, por eso te pedimos, que envíes más obreros para que veamos una cosecha más grande, y algunas de las personas que oyen este mensaje. Amén.

[Fin del Audio]

Nota: Esta transcripción ha sido editada.