Lucas 21:5–19 (LBLA)
5 Y mientras algunos estaban hablando del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
6 En cuanto a estas cosas que estáis mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada.
7 Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo sucederá esto, y qué señal habrá cuando estas cosas vayan a suceder?
8 Y El dijo: Mirad que no seáis engañados; porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”, y: “El tiempo está cerca”. No los sigáis.
9 Y cuando oigáis de guerras y disturbios, no os aterroricéis; porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no sucederá inmediatamente.
10 Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino;
11 habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo.
12 Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre.
13 Esto os dará oportunidad de testificar.
14 Por tanto, proponed en vuestros corazones no preparar de antemano vuestra defensa;
15 porque yo os daré palabras y sabiduría que ninguno de vuestros adversarios podrá resistir ni refutar.
16 Pero seréis entregados aun por padres, hermanos, parientes y amigos; y matarán a algunos de vosotros,
17 y seréis odiados de todos por causa de mi nombre.
18 Sin embargo, ni un cabello de vuestra cabeza perecerá.
19 Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas.
Esta es una Biblia. Aquí en Mars Hill amamos este libro, estudiamos este libro, y queremos, por la gracia de Dios, obedecer y seguir este libro. Cada domingo tengo el gran gozo de predicar y enseñar de la Palabra de Dios. Quiero que sepan que todo en la Biblia es igualmente verdadero. Todo en la Biblia es igualmente verdadero, pero no todo en la Biblia es igualmente claro.
Lo que quiero decir es que hay porciones de las Escrituras que son difíciles de entender, más difíciles de entender que otras. Pedro mismo, que es un discípulo de Jesús, el líder humano de los discípulos, que fue entrenado por Jesús y escribió unos cuantos libros de la Biblia, dice en 2 Pedro 3, en el versículo 16 donde habla de ciertas partes de la Biblia, dice que son «difíciles de entender». Entonces un discípulo de Jesús, Pedro, que era el líder de los discípulos de Jesús, el autor mismo de las Escrituras, dice que las Escrituras son verdaderas pero no siempre son claras.
Hay muchas razones para esto. A veces no son claras porque nos no nos gusta lo que dicen y las resistimos. Romanos dice que eso es restringir la verdad. A veces como vivimos miles de años después de aquellos tiempos y las diferencias culturales y coloquialismos no son tan claras como lo fueron a la audiencia original, por el solo hecho de vivir en otra época.
Hoy abordaremos una porción de las Escrituras que aunque verdadera, no es completamente clara. De hecho, algunos comentaristas dirían que es la porción más debatida de todo el Nuevo Testamento; que cuando llegamos a Lucas 21, los intérpretes dan varias interpretaciones. Permítanme decirles que voy a enseñar y predicar como tengo el gran honor de hacerlo, y quiero ser claro sobre lo que las Escrituras dicen ser claro, pero también quiero darles libertad a los que son bien estudiosos para que quizás discrepen amablemente. Creemos en la unidad en Mars Hill, pero no en la uniformidad. Estamos de acuerdo en los temas centrales, las doctrinas sobre Jesús y la Biblia, el pecado, el cielo y el infierno, y la necesidad de apartarnos del pecado y confiar en Cristo. También creemos en los temas dogmáticos, que se prestan para el diálogo, la discusión, el debate y los desacuerdos, sin causar división.
Hoy en Lucas 21 Jesús pide que nos pongamos las lentes bifocales. Las lentes bifocales ayudan a ver de cerca y de lejos, dependiendo cómo miramos. Lo que veremos en Lucas 21 es que Jesús habla de eventos que ocurrieron casi en sus días en el transcurso de unos 40 años, y después habla de un futuro muy distante de su segunda venida, el fin de la historia humana, y han transcurrido unos cuantos miles de años y no sabemos cuándo regresará.
Por tanto tenemos lo que está cerca y lo que está lejos, y el gran debate se centra en lo que sucede en el balde cercano y en el balde lejano. La categoría es algo que se llama escatología, que significa el estudio de las cosas postreras y el regreso de Jesús cuándo volverá, cómo volverá, qué pasará, y cómo será el mundo en los días antes de su venida. Todos tienen su opinión. Puede ser divertido hablar de esas cosas. Pero no son causa de división para nosotros aquí en Mars Hill.
Esta es la idea principal que quiero enseñarles hoy. Viene de Lucas 21: 5–19, y si son nuevos, llevamos casi dos años en este libro. Amamos mucho la Biblia, y apenas estamos examinando la vida de Jesús aquí en Lucas. Hoy la idea principal es que las peores tragedias pueden ser las mejores oportunidades. Aquí Jesús va camino a Jerusalén, va rumbo a la cruz donde será traicionado por una migo, ejecutado, asesinado; Dios en carne humana será muerto en nuestro lugar por nuestros pecados. La peor tragedia de la historia del mundo resultó siendo la mejor oportunidad para la esperanza del mundo.
Empezaremos viendo lo que dice Jesús y lo que hace en Lucas 21:5–7. Lo primero que Jesús nos dice es que el templo sería destruido. «Y mientras algunos estaban hablando del templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, «Jesús dijo: En cuanto a estas cosas que estáis mirando, vendrán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada. Y le preguntaron, diciendo: Maestro, ¿cuándo sucederá esto, y qué señal habrá cuando estas cosas vayan a suceder?».
Para nosotros la importancia de esta declaración se nos podría escapar. Pero en aquellos días el templo era una especia de icono. Representaba el pueblo de Dios y era su esperanza y su centro espiritual. En el Lugar Santísimo, en el centro del templo, era donde moraba Dios. El pueblo de Dios venía a la ciudad de Dios, a Jerusalén, a estar cerca de la presencia de Dios en el templo. Venían para las fiestas y las celebraciones a ofrecer sacrificios para el perdón de pecados. Venían a reunirse con los sacerdotes que eran los mediadores entre ellos y Dios. Venían como pueblo y esta era su esperanza, y era la casa de Dios sobre la tierra. No podemos recalcar demasiado la importancia del templo para el pueblo de Dios en esos días.
Originalmente había un templo que fue construido más o menos en el mismo sitio, y que había sido destruido. Después hubo un esfuerzo gigantesco para reconstruir sobre lo que llaman el Segundo Templo, el Templo Herodiano, durante el reinado de Herodes. Fue un proyecto monumental. Duró años, décadas.
Tenemos a la ciudad de Jerusalén, la gran heredad del pueblo de Dios. Tenemos este gran lugar donde Abraham casi sacrificó su hijo Isaac, el padre del pueblo de Dios. Se dijo que habría otra provisión para el pecado, que Dios Padre, como Abraham, enviaría a Dios el Hijo, a Jesucristo, para tomar la posición de Isaac, y llevara su propia madera sobre su espalda, como Isaac, para ir al lugar de ejecución, como Isaac se dispuso hacerlo. Toda la historia del padre Abraham era que habría un Padre más grande enviaría un Hijo perfecto a poner su vida por los pecados del mundo. Ese lugar se convirtió en el sitio donde el templo básicamente fue construido. El pueblo de Dios le daba un alto honor a ese lugar.
Incluso tuvimos el privilegio de ir a Israel hace unos años y es una ciudad sobre una colina, como dicen los Salmos y otras porciones de la Biblia. Está magnífica y majestuosamente ubicada arriba, hacia Dios. El templo fue construido sobre piedra. En tiempos de Herodes, cuando estaban por completar su construcción, se consideraba una de las maravillas del mundo. Como dije, se duraron décadas en construirlo. Cada año los que estaban dispuestos a venir, hacían sus peregrinajes a alabar a Dios en los días santos más importantes, como la Fiesta de Pascua, que es la temporada que vemos aquí en Lucas 21, se entusiasmaban de ver qué otra se había hecho en el templo, y el progreso que habían hecho.
Estamos hablando, amigos, de personas generalmente pobres, sencillas, del campo; gente corriente. Vivían en casas del tamaño de la mitad de uno de nuestros puestos de estacionamiento, la mayoría de ellos. Sus casas eran hechas de paja, madera, ladrillo, o piedra. Eran muy sencillos, vivían con lo mínimo, eran muy primitivos. Y mientras viajaban a veces días enteros a pie para ir al templo para reunirse como pueblo de Dios, se abrumaban y sobrecogían ante el esplendor del templo.
Estaba rodeado de puertas de oro que brillaban en el sol, y destellaban por lo brillantes que eran. Era lo más grandioso que jamás habían visto. Era la cosa más extravagante y lujosa que jamás habían visto. Tan solo las piedras de los cimientos del templo eran como del tamaño de un vagón de ferrocarril. Tuvimos el privilegio de ir debajo de las viejas ruinas del templo y vimos unas piedras enormes. El mármol que usaron para los cimientos era tan grande que las losas individuales pesaban más de cien toneladas. Había joyas, oro, y plata; fue una inversión enorme que hicieron al construir el templo. Era el orgullo del pueblo.
Francamente no tenemos nada con qué compararlo. La Casa Blanca no es tan amada e icónica como el templo. En Gran Bretaña, el Palacio de Buckingham ni siquiera puede compararse con el lugar que el templo ocupaba en el corazón del pueblo de Dios. Es así, pero a una escala mucho más grande.
Cuando llega Jesús, y dice: «Este templo será destruido». Está haciendo una declaración que sin duda preocupó mucho al pueblo de Dios, los israelitas, los cuales habrían llevado el escándalo a Herodes, al gobierno romano, y a los líderes políticos. No solo era un lugar de adoración era un lugar de negocios. Era un lugar donde se realizaban transacciones comerciales y a donde venían los turistas.
En cierto modo, sería como si Jesús viniera hoy al sur de California, y dijera: «Destruiré a Disneylandia». De repente, todos esos negocios auxiliares que obtienen sus ingresos de aquel destino turístico tienen un interés. Es como Jesús viniera a Estados Unidos y dijera: «Me voy a deshacer de la Casa Blanca porque no la necesitamos». O si fuera a Gran Bretaña y dijera: «Ahora acabaremos con el Palacio de Buckingham y lo derrumbaré ladrillo por ladrillo. No quedará nada».
Las personas tienden a relacionar la santidad con un lugar. Tienden a ser idólatras y a adorar las cosas creadas como las iglesias, o a los líderes elegidos por los hombres, o los espacios sagrados, sean iglesias, templos, mezquitas, o sinagogas. Piensan que esos lugares son santos y que los acercan a Dios. La verdad es que si trata de quitarle el ídolo a alguien reaccionan violentamente. Lo mismo pasa con todo, el alcohol, las apuestas, el sexo, la religión. Nos aferramos a nuestros ídolos, alguien trata de quitarlos, y los atacamos. Es exactamente lo que va a pasar aquí.
Jesús está diciendo, «El templo ya no estará aquí». Necesitamos saber esto también. Ni siquiera habían acabado de construir el templo. Lo habían estado construyendo durante décadas y casi lo terminan, pero no lo han terminado. Llega Jesús y condena todo su sistema religioso, y declara que ya no necesitan sacerdotes, sacrificios, el templo, porque Él es nuestro Sumo Sacerdote. Él es nuestro sacrificio. Él es nuestro templo y la presencia de Dios sobre la tierra.
Lo curioso fue que los que le oyeron le creyeron y confiaron en Él y creyeron en su Palabra. No protestaron diciendo: «Jesús, no puedes hacer eso». En cambio dijeron: «¿Cuándo sucederá esto? ¿Cómo sucederá esto?». No preguntan si iba suceder, sino cómo y cuándo. Querían prepararse para esta épica transición histórica.
Al fin no solo sería destruido el templo, Jesús les dice que se levantarían falsos profetas. Y dice en Lucas 21:8–9, «Dijo: Mirad que no seáis engañados; porque muchos vendrán en mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”, y: “El tiempo está cerca”. No los sigáis. Y cuando oigáis de guerras y disturbios, no os aterroricéis; porque estas cosas tienen que suceder primero, pero el fin no sucederá».
¿Ven la perspectiva de las lentes bifocales? Jesús dice, «Muy pronto el templo será destruido». Finalmente el templo fue destruido en el año 70 d. C. Como Jesús prometió, todas las piedras fueron derribadas al suelo, y ya no existe. El Monte del Templo hoy está controlado por musulmanes y el Islam. No hay sacerdotes, no hay sacrificios. No hay templos. Jesús conoce el futuro. Jesús controla el futuro. De hecho, Jesús profetizó algo que nadie pensaba ser posible: la destrucción del templo. Esa es la profecía cercana.
Y después nos da aquí una profecía lejana: que además habrá falsos maestros, y empezarán en los días de Jesús, y continuarán hasta la segunda venida de Jesús. Quiero que oigan esto. Dice que de hecho hay falsos maestros ¿Y después qué hacen? Engañan. Lideran, pero engañan a la gente.
Amigos, no todas las religiones son correctas. No todo líder espiritual dice la verdad. No toda persona poderosa y dotada nos lleva hacia la verdad de Dios. Algunos engañan. Es un tema muy controvertido en nuestros días decir que no basta con ser espiritual; necesita estar en la verdad. No es suficiente ser sincero, también debe saber con certeza quién es Dios y en qué dirección va su vida. Jesús dice aquí que hay falsas religiones y maestros, y personas con influencia espiritual que vendrán a engañar a la gente. A engañar a la gente. Solía ser que todo se centraba en el templo, que todo giraba en torno al judaísmo. Como Jesús cumplió eso, de repente hay una oportunidad para que los falsos maestros entren y compitan con Él para ganar influencia y guiar el corazón y las almas y las mentes de las personas.
Necesitan saber esto. Hay falsos maestros. Engañan. Dice que se aprovecharán de las emociones de las personas temerosas. En aquellos días, las personas estaban devastadas emocionalmente. La vida que conocían cambió para siempre. Sus fiestas, sus días santos más importantes, su devoción étnica, su identidad nacional, su historia espiritual fue cambiada para siempre. Eso produce ansiedad.
Como hoy que estamos en una temporada de ansiedad. Son tiempos difíciles económicamente. Son tiempos difíciles, por el terrorismo. Son tiempos difíciles, por la incertidumbre. Son tiempos difíciles. El mundo se siente inestable. Las cosas cambian, y en gran parte están empeorando. La gente pierde dinero, pierden ayuda, pierden el ánimo y la esperanza, pierden su cónyuge. La vida se desmorona de mil y una maneras. Y Jesús dice que cuando eso suceda, habrá una oportunidad para que los falsos maestros entren y den falsa esperanza y engañen a la gente porque son muy vulnerables en tiempos de crisis. Eso sucedió en lo cercano, en los días de Jesús, antes de la destrucción del templo, y sucederá en lo lejano, incluyendo nuestra era.
Jesús profetizó que algunas personas predicarían dos cosas: Primero, el fin del mundo, y segundo, que eran Él. Lo interesante es que grandes líderes espirituales y fundadores trágicamente cumplieron la profecía de Jesús que vendrían y dirían, «Sé cuándo será el fin del mundo».
Les daré algunos ejemplos. El fundador del mormonismo, Joseph Smith, dijo que el fin del mundo ocurriría antes de que muriera, creo que fue en 1891. Ellen White, la fundadora del movimiento Adventista del Séptimo Día tuvo múltiples y repetidas profecías de cuándo se acabaría el mundo. Todos estaban equivocados. Si alguna vez pasa por una iglesia Adventista del Séptimo Día, algunas son sectas, algunas son cristianas. Hay una panoplia de creencias en la IASD. Pero frecuentemente hacen conferencias sobre profecía donde toman la Biblia y el noticiero de la noche y los juntan tratando de predecir cuándo será el fin del mundo, y dicen «Estas son señales del fin», causando temor, preocupación, y ansiedad en la gente. Eso crea una oportunidad para los falsos maestros.
Recientemente nos llegó a la casa en el correo otra invitación de estas. La Iglesia Adventista del Séptimo Día tal hace una conferencia sobre profecía con el tema la bestia y la marca de la bestia, y el 666 y el fin del mundo, y Armagedón y la crisis global y la escasez del petróleo. Puede asustarlo mucho a uno. Jesús dice, eso es lo que pasa. Los tiempos se ponen difíciles y algunos piensan, «Si puedo asustar a todos, me seguirán».
Lo mismo pasó en 1914 con los Testigos de Jehová, una secta que se desprendió del cristianismo, predijo la segunda venida de Jesús en 1914. La Sociedad Bíblica y de Tratados Atalaya lo hizo. Obviamente estaban equivocados. Después dijeron, «Oh, fue una venida espiritual». Como en la película, El emperador está desnudo. «Oh, de veras es un hecho, pero no se puede ver». Desde entonces han predicho más de nueve veces el fin del mundo, y obviamente todas fueron falsas.
Aun dentro del cristianismo, como Hal Lindsey, puede que no lo conozcan, pero les gusta tener programas de televisión y libros best seller. Él y tipos como Jack Van Impe y otros, les gusta predecir el fin del mundo, o al menos hablan de las señales del fin del mundo. La gente se asusta y se preocupa mucho. En 1991, el líder de la Nación del Islam, Louis Farrakhan, predijo que la guerra de Armagedón ocurriría ese año en torno a la crisis del golfo.
Hace poco lo vimos también, ¿no es cierto? Harold Camping. Es un maestro bíblico autonombrado. Predijo el fin del mundo en 1994, primer strike. Hace poco predijo otra vez que ocurriría el 11 de mayo de 2011. Hubo carteleras en las ciudades más grandes de Estados Unidos. Sus seguidores y admiradores hicieron giras en bus y repartieron folletos y se pusieron camisetas, y salían en el noticiero. Segundo strike. Se equivocó de fecha.
El cristianismo se volvió algo irrisorio para muchos. «Oh, esos cristianos tontos con sus falsas predicciones». Cuando uno de ellos dice: «¡Sé lo que dice la Biblia, y si creen en la Biblia, tienen que creerme!». Toda la Biblia es igualmente verdadera. No toda la Biblia es igualmente clara. Corintios dice: Ahora vemos por un espejo veladamente, como por un vidrio empañado. Lo que vemos es real, pero puede que nuestra vista no sea completamente clara. Eso hace que las personas desconfíen de la Biblia.
Pero permítanme decirles, amigos, hay una diferencia entre lo que dice la Biblia y la interpretación que pueda darle un hombre. Es triste cuando pasan cosas así porque los animadores de programas nocturnos de entrevistas se burlan de los cristianos idiotas con sus predicciones descabelladas. Pero la verdad es que Jesús sí viene. Habrá una resurrección de los muertos. Habrá cielo e infierno. No sabemos cuándo, pero sabemos que sucederá. Por lo tanto, debemos ser humildes en la predicción de cuándo podría ser y evitar especulaciones innecesarias, sin pasar por alto las grandes verdades. Al incluirlas todas en nuestras propias predicciones, menoscabamos la credibilidad de todo lo que enseña la Biblia a los ojos del mundo espectador.
Lo veremos otra vez el año próximo, amigos. Pero no se asusten. Porque el 2012, según algunos, es el fin del calendario maya. Algunos dicen que por esa razón el fin del mundo es el año entrante. Y la gente ya se está asustando, ¿cierto? Guardan municiones, enlatados, agua embotellada. Verán que saldrán películas, algunas ya están por salir sobre el fin del mundo, temas cataclísmico, épicos, para asustarlo a uno, para que duerman con un ojo abierto, sobre el fin del mundo.
Pero Jesús dice aquí mismo que el fin no sucederá de una sola. Es lo que dice. Dice que no sucederá en un solo instante. La Biblia dice en otra parte que Dios es paciente. Dios tiene un plan para la historia humana. Además, dijo Jesús en otra parte «Nadie sabe el día ni la hora». ¡Nadie! ¿Saben a quién incluye eso? A todos. Nadie sabe el día ni la hora. Alguien escribe un libro y sale en la tele o predice una fecha o dice que estamos cerca, o «será durante mi vida», Jesús dice que nadie sabe.
Por lo tanto esta es la postura de la Iglesia Mars Hill. Estamos en el comité de bienvenida, no en el comité de planificación respecto a la segunda venida de Jesucristo. Cuando aparezca, le daremos la bienvenida. No planeamos la fiesta ni conseguimos los mirlitones, no comisionamos los pastelillos y lo preparamos todo porque sabemos cuándo será. Estamos en el comité de bienvenida, no en el comité de planificación.
Jesús dice que habrá falsos maestros que se aprovechan de nuestra inseguridad y temor. Predicarán el fin del mundo o dirán al mundo que ellos son la segunda venida de Jesucristo. Porque amigos, si no lo saben, no quiero suponer nada: Jesús vino, vivió, murió, resucitó, conquistó a Satanás, el pecado, la muerte, el infierno, y la ira de Dios. Apareció 40 días, es un hecho histórico basado en los hechos. Tenía las cicatrices de la crucifixión, dio testimonio a multitudes de más de 500 personas incluyendo familiares, compañeros de trabajo, vecinos, y enemigos. Todos lo vieron, lo tocaron, lo oyeron, y lo verificaron. Él es Dios, como lo dijo; conquistó la muerte como dijo que lo haría, después subió al cielo y volverá. Lo prometió. Lo prometió.
Nosotros los cristianos estamos en el tiempo entre los tiempos. Estamos en los tiempos entre la primera y la segunda venida de Jesús. Jesús dijo que algunos tratarían de asustarnos mucho, diciendo: «Regresaré en cualquier momento. El fin del mundo se acerca». Otros dirán, «Yo soy Él, soy Jesús, he regresado». Muchas sectas, líderes religiosos falsos, y falsas religiones han dicho esto.
Les daré unos ejemplos. Arnold Potter vivía en los años 1800 se separó de los Santos de los Últimos Días, o sea del mormonismo, una secta que se separó del cristianismo fiel. Dijo que el Espíritu de Jesucristo entró en su cuerpo y que se convirtió en Cristo Potter, hijo del Dios viviente. Estas cosas no son nuevas. Es decir, muchísimo antes, justo después de la resurrección y la ascensión de Jesús, la gente predecía el fin del mundo. Aun Pablo tuvo que corregir a los Tesalonicenses, «Oigan, no sucederá en cualquier momento así que por favor regresen al trabajo». Muchas personas decían, «Soy Jesús, soy Jesús, soy Jesús. He regresado». Por lo tanto este tema tiene una larga historia de falsas enseñanzas.
Bahá’u’lláh nació como shiita y vivió a fines del siglo XIX. Se convirtió en el padre fundador de la fe bahai, dijo que él era el cumplimiento profético de lo que se había prometido, el que uniría a todas las religiones del mundo. Eso fue lo que dijo, pero no es cierto.
Sun Myung Moon y su Iglesia de la Unificación es una secta, dice ser el Mesías y la segunda venida de Jesucristo. Jim Jones dijo que era la reencarnación de Jesús, Buda, y Vladimir Lenin. Es un “trifecta” interesante. Organizó el asesinato suicida en masa en Jonestown.
Marshall Applewhite, esto pasó hace unos años, a fines de los 90, dijo que era Jesús. Fundó la secta Puerta del Cielo. Dijo que cuando el cometa Hale-Bopp pasara, que habría una nave espacial detrás de él, y organizó un suicidio en masa para que sus almas pudieran ser llevadas en ese transbordador espacial a donde quiera que el reino espiritual los llevara.
David Koresh y la secta Rama Dividiana, sucedió en los 90 y puede que lo hayan visto en televisión o YouTube. Dijo que era el Hijo de Dios y el Cordero de Dios. Se encerró en Waco, Texas con sus seguidores, y 52 adultos y 21 niños murieron en las llamas.
En estos días apareció otro hombre que dice ser Jesucristo. Hay una secta llamada Creciendo en Gracia. Empezó, creo que fue en el sur de la Florida por Miami. José Luis de Jesús Miranda. Dice, «Hago cosas mayores de las que hizo Jesús de Nazaret». Dice básicamente que él es la segunda venida de Jesús y que hace cosas más grandes que Jesús hizo en su primera venida. Ha estado en las noticias, ha recibido atención, es un hombre que básicamente dice ser Dios entre nosotros.
¿Qué significa esto? Significa que cuando los tiempos son difíciles, la gente se asusta, y los lobos se levantan a engañar a las ovejas. Necesitan saber esto, amigos. En la Biblia hay ovejas, los cristianos. Hay lobos, los falsos maestros. Y hay pastores, los que aman a su gente y aman las Escrituras, y aman a Jesús, y mediante las Escrituras tratan de guiar a las personas para que amen, sigan, y sirvan a Jesús. Ese es mi trabajo, es nuestro trabajo, y es lo que queremos. No quiero que se asusten cuando los tiempos se pongan difíciles. No significa que las cosas van a mejorar, sino que no deben abrirse emocionalmente a ser engañados, a ser atemorizados innecesariamente y perder su esperanza que Dios los ama y está involucrado sus vidas.
Lo que puede suceder cuando los tiempos se ponen difíciles, es que empezamos a correr detrás de los salvadores falsos y mesías funcionales. A veces puede ser la religión que nos engaña, y a veces, o más prácticamente, puede ser: «Mi cónyuge será mi salvador. Mis hijos serán mi salvador. Mi trabajo será mi salvador. Mi dinero será mi salvador. Mis inversiones serán mi salvador. El valor líquido de mi casa será mi salvador. Mi promedio de calificaciones, mi cartera, mi historial de trabajo, mi currículum, mi salud será mi salvador. Alguien o algo me ayudará a superar este tiempo tan duro». Lo más importante es que hay un solo Salvador, y se llama Jesús. Cualquier salvador funcional, cualquier persona o cosa a la que nos aferramos pensando que al final nos librará de estos tiempos tan duros, es demoníaca, es falsa. No es que la persona o la cosa sean malas en sí, pero las ponemos en el lugar de Dios esperando que nos libren.
Por eso cuando se desploma la economía, la gente pierde la esperanza. Cuando el valor líquido de sus casas se desvanece, pierden la esperanza. Cuando pierden su trabajo, pierden la esperanza. Cuando pierden la salud, pierden la esperanza. Cuando su matrimonio se disuelve, pierden la esperanza. Cuando sus hijos desaparecen, pierden la esperanza. No es que no debamos desesperanzarnos, y no es que los tiempos no sean duros, sino que necesitamos la certeza de que nuestra esperanza es en Jesús y que estamos corriendo hacia Él, confiando en Él, y apoyándonos en Él, y no lamentarnos de que nuestro salvador no nos salvó cuando resulta que teníamos un salvador falso.
Por lo tanto les insto que siempre guarden su corazón. Cuando los tiempos son duros, ¿a dónde corren? Cuando los tiempos son duros, ¿en quién confían? Cuando los tiempos son duros, ¿dónde está su refugio? Jesús dice que en los tiempos duros se levantan los falsos maestros para engañar a la gente. Cuidado que no sean ustedes.
Entonces dice también que el pecado seguirá. Sucedió en su día, en nuestros días, hasta el día postrero. Lucas 21:10–12, «Entonces les dijo: Se levantará nación contra nación y reino contra reino; habrá grandes terremotos, y plagas y hambres en diversos lugares; y habrá terrores y grandes señales del cielo». Desastres naturales, cataclísmicos. Tsunamis, huracanes, y cosas así. «Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles, llevándoos ante reyes y gobernadores por causa de mi nombre».
Otra vez la perspectiva bifocal. Jesús dice que en breve, en los años siguientes, las cosas se pondrían difíciles hasta el fin del mundo. Que habría temporadas de grandes cataclismos, sufrimiento global. Es por causa del pecado. Amigos, necesitan saber esto. Es por causa del pecado. Cuando Dios creó el mundo, dijo que todo era, «Bueno en gran manera», Génesis 1:31. Muy bueno. Eclesiastés dice que Dios nos hizo rectos, y nosotros torcimos la vida. Todo lo que Dios hizo fue bueno y todo lo que hemos hecho es malo. En Romanos 8 dice que el anhelo profundo de la creación aguarda ansiosamente que seamos librados porque nuestro pecado afectó e infectó a todos y todas las cosas.
Al ver las cosas y lo horribles y cataclísmicas que son, tuve la oportunidad algunos de ustedes lo saben, de ir a Haití después del terremoto. Había cadáveres por todas partes. Apestaba a muerte en las calles. Personas sin techo, devastadas, pobres, sufriendo. Volví un año después y no habían progresado casi nada. Los apoyamos económicamente y servimos en aquella región por medio de Iglesias Ayudando a Iglesias. Pero con solo ver lo que pasó en unos pocos segundos. Personas murieron; nunca sabremos cuántas. Casas fueron destruidas. Familias quebrantadas. Mujeres viudas. Niños huérfanos. No podemos apelar a Dios y decir, «¿Qué has hecho?». Tenemos que mirarnos a nosotros mismos y decir, «Vean lo que hicimos». Vean lo que el pecado ha hecho al mundo. Estamos trabajando contra Dios el Creador y su creación. Como resultado, todo lo que Dios hizo bueno se ha corrompido. Es un recordatorio de lo pecaminoso que es el pecado.
Jesús dice que en aquellos días, y en los días que continuarían hasta su segunda venida, el mundo será así. Tendremos temporadas y ciclos de crisis como estas y tragedias por causa del pecado hasta que venga Jesús y acabe con todo pecado, y tome este mundo corrompido por el pecado y lo libre, y traiga un nuevo cielo y una nueva tierra, la Nueva Jerusalén, el Reino de Dios, una nueva creación, y nos resucite de la muerte en cuerpos nuevos. Dios dice en Apocalipsis, «He aquí yo hago nuevas todas las cosas». Esa es la promesa y la esperanza de la Biblia.
Entonces, cuando veamos lo que llamamos desastres naturales y actos de Dios, huracanes, tsunamis, terremotos pestilencia, plagas, hambre, injusticia, la tiranía, el mal, y la guerra, es todo un ensayo general para el fin del mundo. Cuando el mal haga su último asalto, cuando Satanás, los pecadores, y los demonios conspiren para hacer guerra contra Dios y el bien. Entonces para siempre serán muertos para que el Reino de Dios pueda reinar para siempre. Por tanto, amigos, al ver estos tiempos, es un ensayo general. El gran predicador bautista, Charles Haddon Spurgeon dice que son ensayos generales, anticipos y preparativos para el fin del mundo, la segunda venida de Jesús.
Es más, dice habrá guerras. Encontré una cita de Will Durant, un historiador muy respetado. Dice, «La guerra es una de las constantes de la historia, no ha disminuido con la civilización ni la democracia. En los últimos 3.421 años desde que existe la palabra escrita, solo 268 años no han visto guerra». Desde que existe la palabra escrita. Hay muchos países, lugares que no figuran en lo que generalmente se considera el canon de la historia occidental y la civilización. Pero dice que ha habido guerra constante y casi sin tregua, al menos desde que existe la palabra escrita, por más de 3.000 años.
El punto es que las palabras de Jesús son verdaderas. Algunos se preocupan mucho y al leer la Biblia y las noticias, dicen: «Debe ser el fin. El fin debe estar cerca». Todos esos libros sobre la segunda venida y el fin del mundo fueron muy populares entrando al nuevo milenio. Fueron muy populares, repito, a la luz de algunos desastres naturales y crisis.
Jesús dice, además, que habrá persecución. Es lo que dice. Dice, «Les echarán mano y los perseguirán». Es lo que dice. Los cristianos sufrirán. Los cristianos serán perseguidos. Los seguidores de Jesús serán perseguidos. Dice que serán entregados por sus familiares, amigos, compañeros de trabajo, y vecinos. Es algo muy grave.
Hay dos clases de persecución, amigos. Encubierta y explícita. La encubierta es la clase de persecución que enfrentamos en occidente. No lo matan a uno, lo despiden. Si uno es profesor y saben que es cristiano evangélico en una universidad estatal, no lo dejan ser profesor titular. No los dejan estar en el salón de clase, no les permiten promover sus creencias, o pierden el trabajo. Si está en algún negocio y ama a Jesús, y desea vivir conforme a los principios cristianos, bíblicos, su conciencia, y no robar, no ser corrupto, ni convertir su organización en una estafa piramidal y aprovecharse de la gente. Es una persecución encubierta. Lo echan, lo despiden, no lo ascienden, lo bajan. ¿Por qué? Porque afecta las ganancias. Y si las ganancias son su dios tienen que sacrificarle al dios de las ganancias y podría ser el cristiano que quiere vivir conforme a su conciencia y las Escrituras, con integridad.
Podría haber persecución encubierta en su propia familia si se vuelve cristiano. Como un amigo mío que acaba de conocer a Jesús y su familia le dijo, «Más te vale que no seas uno de esos malditos fanáticos de la Biblia nacidos de nuevo». Eso le dijo su familia. ¿Por qué? «No vamos a hablar contigo ni estaremos contigo. No queremos oír nada de Jesús. No nos hables de eso». Es algo encubierto. Significa, «No vengas en Navidad a celebrar el nacimiento de Jesús, ni digas nada de Jesús. Si no, la familia te perseguirá. No te llamaremos, no te hablaremos, no te invitaremos a los eventos y asuntos familiares. ¿Qué haremos? Te vamos a excluir. Te vamos a criticar. Te vamos a marginar».
Lo mismo puede pasar con sus amigos. «Oh, ahora asisto a la iglesia, estoy en un grupo comunitario, leo la Biblia». «Ahora no te invitaremos, nos apartaremos de ti socialmente, no nos relacionaremos más. Te vamos a criticar personalmente. Encontraremos la manera de marginarte prácticamente». Todo eso es encubierto. Es encubierto. Es persecución encubierta.
Sí, a veces Dios nos llama a morir por la causa de Jesús. A veces Dios nos llama a vivir por la causa de Jesús. Las dos pueden ser difíciles. Hay personas en Mars Hill que conocieron a Jesús y sus familias los repudiaron, sus empleadores los despidieron, y sus cónyuges los dejaron. Así es la persecución encubierta. Jesús dijo que sucedería.
Hasta la persecución explícita, de la cual todavía no vemos mucho en occidente. Puede que con la legalización de los matrimonios gay en Nueva York y las leyes sobre el discurso de odio y ciertas expectativas culturales, no es inconcebible que tal vez un día los que creen las enseñanzas de la Biblia se consideren al margen de la ley. No es imposible.
Sin embargo, hoy alrededor del mundo hay persecución explícita. Si no están familiarizados con el tema, visiten persecution.org. Es un gran sitio. Hablan del martirio y del sufrimiento y de los cristianos que son perseguidos alrededor del mundo. Tienen libros muy buenos y boletines de noticias, y por lo general mantienen informada a la gente del acontecer global. En realidad solo hay una Iglesia, con I mayúscula, una iglesia universal conformada por todo el pueblo de Dios. Somos varios miles de millones de personas profesantes en la tierra, y no importa cuál país, cultura, idioma, o tribu a la que pertenezcan esas personas, al fin forman parte de la Iglesia con I mayúscula; son nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Por eso debemos enterarnos de lo que pasa en el mundo. Por eso, si desean educarse, persecution.org es un buen sitio para ver la persecución de los cristianos.
Lo hemos visto prácticamente con personas que conocemos. La red sembradora de Iglesias Hechos 29 por la gracia de Dios hemos visto casi 400 iglesias sembradas en Estados Unidos, y muchas iglesias están participando. No nos llevamos el crédito, pero participamos y contribuimos generosamente a eso, ahora se ha expandido e inclusive estamos sembrando iglesias en 13 países ahora. Los lugares donde hemos visto la mayor persecución explícita son: India, Pakistán, donde hay hindúes y musulmanes radicales y extremistas que si una aldea se convierte a Cristo, sin reparos vienen a quemar las casas y a masacrar a la gente. Ha habido casos así, inclusive algunos donde pastores estuvieron involucrados.
Uno de nuestros pastores, por ejemplo, mientras hablaba con la gente acerca de Jesús, fue acusado falsamente creo que por hindúes extremistas, y lo acusaron. De hecho fue arrestado. El pastor fue encarcelado; era uno de los nuestros. Su caso duró tres años, solo por hablar de Jesús. Al final, algo asombroso pasó, los extremistas que querían acallarlo fueron salvos, conocieron a Jesús, se volvieron cristianos, y comparecieron ante el juez y declararon abiertamente «Eran cargos falsos, hemos mentido estos tres años, conocimos a Jesús, el pastor no hizo nada malo». Pueden alegrarse si quieren, es asombroso.
Una historia más trágica le sucedió a un pastor que conocemos, también, en esa misma región de India y Pakistán. Los acusaron con su hermano por predicar a Jesús. Tuvieron que comparecer en corte. Un extremista entró con una AK-47, disparó y los mató a ambos. Eran sembradores de iglesias que conocemos. Salió en las noticias nacionales e internacionales. No fue un secreto. Sucedió hace unos años. Les dispararon y ambos hermanos murieron. Así que hay persecución explícita, y persecución encubierta, y lo que Jesús dijo se cumplió, de cerca y de lejos, en aquel día y en nuestros días.
¿Qué hacemos con esto? Es decir, el templo será destruido. Los maestros falsos se levantarán, ¡y el pecado continuará! Son cosas miedosas, ¿no es cierto? ¿Qué hacemos como creyentes? ¿Qué tal si empeoran las cosas? ¿Qué tal que haya más terremotos, hambre, pobreza, ataques terroristas, y todo se venga abajo y todos estemos patas arriba económicamente. ¿Qué tal que se levanten los falsos maestros y las sectas se vuelvan más poderosas y las religiones falsas del mundo aumenten y el islam siga expandiéndose y creciendo en los centros urbanos? ¿Qué tal que del cristianismo fiel se desprendan sectas y que los líderes jóvenes que antes eran pastores evangélicos se vuelvan cada vez más populares y nieguen las doctrinas esenciales? ¿Qué tal si resultan siendo líderes de sectas, una versión actual de Joseph Smith y Charles Taze Russell, y que la gente joven sea engañada en grandes cantidades y se formen sectas? ¿Qué hacemos?
Jesús lo dice. Aprovechen cada oportunidad. Esto me encanta. Lucas 21:13¬–19 «Y esto os será—», ¿Será qué? ¿Esto será qué? «¡Su ocasión!» No será su tragedia, sino su oportunidad. No será su fin, sino su comienzo. No será lo peor que le pudo haber pasado, sino la oportunidad más grande que jamás se le ha dado. ¿Será su oportunidad para qué? «Para dar testimonio. Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de responder en vuestra defensa; porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual no podrán resistir ni contradecir todos los que se opongan. Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros». La persecución explícita y encubierta. «Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre». Muchos nos aborrecerán. «Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas».
¿Qué está diciendo? Las peores tragedias pueden ser las mejores oportunidades. Cuando al mundo se le acaba la esperanza y la ayuda, entran corriendo los cristianos. Sí son días difíciles, sí, los días son oscuros, sí, parece que el mundo se desmorona. Sí, las naciones están temblando, literalmente. Terremotos, tsunamis, pobreza. Es una pandemia global. Estados Unidos sigue imprimiendo dinero, pensando que de alguna forma un día vendrá un salvador en la forma de un repunte económico, o un candidato presidencial, o un cese global de esta dolorosa recesión. ¿Qué tal que no suceda? Es nuestra oportunidad.
Es nuestra oportunidad para decir que hay un mundo después de este mundo. Hay un Rey más allá de nuestros reyes y reinas, y príncipes y princesas y políticos. Su nombre es Jesús. Ese Rey tiene un reino que nunca se acaba. Que al fin y al cabo, esta vida, aunque es sumamente importante, dura solo un momento, y la vida venidera es la que dura para siempre. Hay una vida después de este mundo. Este mundo no es nuestro hogar. Este mundo no es nuestro cielo. Este mundo no es nuestra esperanza. Que a fin de cuentas las cosas no van como Dios quería y Jesús viene a renovar todas las cosas.
¡Tenemos un mensaje de esperanza! ¡Tenemos un mensaje de ayuda! ¡Tenemos un mensaje de sanidad! ¡Que Jesucristo está vivo! ¡Que Jesucristo es Rey de Reyes! ¡Que Jesucristo es Señor de Señores! ¡Que Jesucristo da sentido a la vida! ¡Que Jesucristo da sentido a la muerte! ¡Que Jesucristo da sentido al sufrimiento! ¡Que Jesucristo da sentido a la persecución! ¡Que un día de estos moriremos y lo dejaremos todo aquí, y estaremos con Él! ¡Todo lo que necesitamos Él nos lo dará! ¡Todo lo que hemos sufrido Él lo sanará! ¡Todo lo que hemos anhelado Él lo cumplirá!
¡Lo que está diciendo es que las peores tragedias pueden ser las mejores oportunidades! ¡Amigos, cuando los tiempos se ponen duros, no hagan preguntas equivocadas! «¿Dónde está Dios? ¿Le importa? ¿Es bueno? ¿Está poniendo cuidado? ¿Me desamparará? ¿Me ha abandonado?». Todas esas son preguntas equivocadas. En cambio pregunten esto: «¿Dónde está la oportunidad? ¿A quién puedo ayudar? ¿A quién puedo servir? ¿Qué debo decir? ¡Esta es mi oportunidad!».
Esas personas en aquellos días pensaron que todo se les vino abajo. El templo fue derrumbado piedra por piedra, casi 40 años después de que Jesús lo profetizara. Poco después de construirlo, fue desmantelado. Ya no podían adorar en la presencia de Dios como lo hacían antes. Los sacerdotes ya no estaban.
¿Saben qué le pasó a la ciudad de Jerusalén? Los romanos la sitiaron. O sea, la rodearon. Bloquearon la entrada de toda la comida, el agua, y las provisiones por un mes. Los historiadores como Josefo, y Tácito, documentaron lo ocurrido fuera de la Biblia. La ciudad empezó a morirse de hambre y los romanos esperaron pacientemente. La gente empezó a morirse de hambre y deshidratación. Algunos empezaron literalmente a comerse el polvo del suelo. Las madres embarazadas perdieron sus bebés por la desnutrición. Los niños que nacieron saludables, murieron porque sus madres carecían de nutrientes, tanto que no podían alimentar a sus propios bebés. Se reportaron actos de canibalismo donde las personas se mataban y se comían unos a otros en la ciudad de Jerusalén.
Todo se les vino abajo peor de lo que jamás hemos visto o vivido. Josefo dice que más de un millón de Judíos murieron. ¡Fue un holocausto! Tácito vino en el siglo IV otro historiador respetado y dijo que el número pudo haber sido medio millón. Jamás lo sabremos. ¡El punto es que cientos de miles de personas murieron de hambre!
Y cuando los romanos tomaron la ciudad, no hubo resistencia porque el pueblo ya no podía pelear. ¡Sus vidas fueron destruidas! ¡Sus negocios, destruidos! ¡Sus casas, destruidas! ¡Su religión, destruida! ¡Su ciudad fue destruida! ¡Su nación fue destruida! Fue la mejor oportunidad, porque los cristianos se fueron con la historia de Jesús, que aparentemente el mundo había cambiado. Como conocíamos a Dios antes no es como lo conocemos ahora porque las tinieblas se han desvanecido, y el Hijo de Dios ha venido.
De repente, la peor tragedia se convirtió en la mejor oportunidad. De repente, los cristianos fueron esparcidos. Hasta el día de hoy estamos esparcidos por toda la tierra. Somos miles de millones, no solo judíos sino gentiles de todas las naciones. La peor tragedia se convirtió en la mejor oportunidad.
Esta es la idea principal, amigos. Dios no hace el mal, pero lo usa. Dios no hace el mal, pero lo usa… para bien. Dios hace que todas las cosas ayuden a bien a los que le aman, como nos promete de la Biblia. Dios toma lo malo y lo encamina para bien, para salvar muchas vidas, como dice la Biblia.
Amigos, si no están viviendo un tiempo semejante podría llegar el día en que les toque pasar por un tiempo así donde siente que su vida ha terminado, que todo se le vino abajo, que el mundo que usted conoce está patas arriba. Su jefe le dice, «¡Está despedido!». Su esposa le dice, «Me voy a divorciar». Sus hijos le dicen, «Odio a Jesús». Su doctor le dice, «Tiene cáncer». Podría ser una oportunidad para dar testimonio. Es lo que dice Jesús. «Le diré quién es Jesús. Le diré quién soy yo en Jesús. Esta es la esperanza que tengo. Este es el propósito que tengo en mi vida. Esta es la eternidad que me espera». Las peores tragedias pueden ser las mejores oportunidades.
Dios Padre, gracias por las Escrituras. Dios, no nos prometiste que si te pertenecemos la vida sería fácil. Pero nos prometiste que si te pertenecemos la vida será significativa, la vida tendrá propósito, la vida será fructuosa. Dios, creemos que eres bueno y que no haces lo malo, sino que eres soberano y poderoso y que aun así utilizas el mal para hacer el bien. Dios, esta es la historia de Jesús. El peor mal en la historia del mundo fue que la creación asesinó a su Creador; que los pecadores asesinaron a su Salvador. Dios, la peor tragedia, la cruz de Jesús, se convirtió en la mayor oportunidad. Señor Dios, cuando sus amigos lo traicionaron, cuando sus discípulos lo abandonaron, cuando su familia lo repudió, cuando los soldados lo arrestaron, lo golpearon, se burlaron de Él, lo menospreciaron, le arrancaron la barba, lo azotaron y finalmente lo crucificaron, fuiste tú, Señor Jesús, quien testificó. El Espíritu Santo te dio las palabras: «Padre, perdónalos. Consumado es. En tus manos encomiendo mi Espíritu». Jesús, te damos gracias porque moriste por nuestros pecados, porque resucitaste como nuestro Salvador, y que vuelves pronto. No sabemos cuándo, pero sabemos que sucederá. Y cuando suceda, pido que nos halles a cada uno individualmente y conjuntamente, gozosos sobremanera, no en un comité de planificación discutiendo los detalles, sino en el comité de bienvenida, celebrando tu llegada. Jesús, te damos gracias porque tomaste la peor tragedia y la convertiste en la oportunidad más grande. Pedimos que cuando nuestros días se tornen oscuros y nuestros cuerpos débiles y nuestro corazón se desanime, y nuestra alma se entristezca y nuestra vida se ponga confusa, que nos recuerdes esa maravillosa palabra, «Esta es tu oportunidad». Amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada.