Lucas 12:35–48 (RVR 1960)
35 Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas;
36 y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.
37 Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles.
38 Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos.
39 Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa.
40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
41 Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos?
42 Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración?
43 Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes.
45 Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse,
46 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles.
47 Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.
48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
Hola, Mars Hill. Soy el pastor Mark Driscoll y quiero presentarles a un buen amigo, el Dr. Ed Stetzer. Predicará por mí hoy continuando nuestro estudio del Evangelio de Lucas. Estoy predicando y enseñando en una pequeña gira con mi padre en Irlanda. Es una gran oportunidad para nosotros. Nunca hemos ido a Irlanda, y al igual que los O ‘Driscoll, me alegra mucho llevar a mi papá mientras predico y enseño. En mi ausencia, me alegra mucho y es un honor para mí que el Dr. Ed Stetzer cubra el púlpito por mí, y por nosotros. Fue uno de los miembros fundadores de la red sembradora de iglesias, Hechos 29. Ha escrito docenas de libros y artículos; tiene dos maestrías y dos doctorados. Ha dado conferencias en cinco continentes. Ha sembrado muchas iglesias. Es profesor adjunto en al menos 15 seminarios teológicos; se los digo para que sepan que están en buenas manos. Creo que con creces puede predicar un sermón de la Biblia. Es muy talentoso y es de gran ayuda. Es un querido amigo. Y desde que estuvo aquí para nuestro currículo de clases Re:Train, lo invitamos a quedarse para que predicara por mí los domingos. Así que estoy seguro que disfrutarán a mi buen amigo el Dr. Ed Stetzer Ed, gracias por predicar por mí, amigo. De veras te lo agradezco.
Gracias. Qué gusto estar aquí. Quiero darle gracias a mi madre por escribir esa introducción y que el pastor Mark la haya leído. Me parece genial. Muchas gracias. Gracias por la oportunidad de compartir el evangelio aquí en Mars Hill con Uds. y abrir juntos la Palabra de Dios. Estaremos leyendo Lucas 12. Quiero que vayan ahí. Lucas 12 será nuestro texto. Empezando en el versículo 35, así que abran sus Biblias, si tienen una Biblia. Si no tienen, arrepiéntanse y compartan con alguien que si trajo Biblia y juntos leeremos este pasaje de Lucas 12.
Es un pasaje largo, pero valdrá la pena el tiempo que invertiremos al leerlo. Es un pasaje que nos reta de muchas maneras. Habrá cosas que nos retan en este pasaje. De hecho, en este corto pasaje de Lucas 12: 35 al 48, vemos ilustraciones y parábolas que incluyen muchas cosas. ¿Están listos? Ropa, lámparas, siervos, bodas, ladrones y borracheras. Algunos son descuartizados. Muchos azotes y pocos azotes, todo basado en la mayordomía. Es todo lo que cubriremos en este mensaje. Así que me gustaría agradecer a Mark por invitarme esta semana para compartir con Uds. este pasaje. Y mientras está en Irlanda, escondiéndose de este texto detrás de su padre, abriré la Palabra de Dios y haré el trabajo difícil; y… mientras él pasa tiempo con los O ‘Driscoll, pasaré tiempo en el Nuevo Testamento. Así que quiero que saquen sus biblias y vayan a Lucas 12 conmigo.
Veremos cosas que nos desafían en este pasaje, pero también tiene cosas maravillosas. La Palabra de Dios es poderosa y aplicable y hoy veremos eso mismo en las Escrituras. Porque aquí veremos palabras muy fuertes, pero también muy importantes. Mientras preparaba este pasaje esta semana, luchaba con él; me retaba y me humillaba esta semana en mi propia vida sobre el significado de ser un administrador.
Gran parte de este pasaje está basado en el pasaje anterior. El tema principal en Lucas 12 ha sido hasta ahora sobre la mayordomía. Al leer este pasaje y la forma como describe esto, reta mi propia vida y creo que los retará a Uds. también. Porque en este pasaje nos presenta un cuadro de la mayordomía hasta el capítulo 12, ¿cierto? Los versículos 1–12 presentan la mayordomía del evangelio. Después seguimos la parábola del rico insensato y la muerte inesperada del rico que de repente lo hace enfrentar el juicio de Dios. Después Jesús nos dice justo antes que no nos afanemos por las cosas de este mundo, sino que seamos mayordomos de nuestra preocupación aun en medio de eso. Entonces llegamos a este pasaje que leeremos juntos. Después sigue con una sección que trata de la certeza del juicio de Dios, por lo tanto existe un tema continuo de mayordomía en este pasaje y creo que nos ayudará a formular preguntas y contestarlas. ¿Cómo somos administradores y administramos nuestro tiempo?
Este mensaje se titula, Esperando preparados: En medio de los tiempos. Esperando preparados: En medio de los tiempos. Como este pasaje trata el tema principal de cómo debe ser un administrador o mayordomo, a la luz de la certeza de tener que rendir cuentas en el juicio venidero, nos preguntamos: ¿Cómo se caracteriza un mayordomo a la luz de que un día daremos cuenta de nuestra vida en el juicio venidero? Por eso, puse por título a este mensaje, “Esperando preparados”. Esperamos el regreso de Cristo. Este pasaje nos dirá que estamos esperando preparados en medio de los tiempos.
Ahora, esa frase “en medio de los tiempos”, será de mucha importancia. Es una frase importante teológicamente porque vivimos en medio del tiempo de la primera venida y la segunda venida de Cristo. Tengo un blog en el sitio, betweenthetimes.com Y me encanta esa frase porque nos señala dónde vivimos ahora: en medio de los tiempos.
Quiero que tomen sus biblias y vayan conmigo a este pasaje que leeré primero completamente y después volveremos a repasarlo varias veces para analizarlo poco a poco. Dice lo siguiente, empezando en el versículo 35: “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá. Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”. Oremos juntos.
Padre háblanos por medio de tu Palabra. Al leer este pasaje ya somos retados por este pasaje, pero sabemos que nos has dado tu Palabra. Jesús, nos has dado esta enseñanza. Queremos aprender. Queremos conformarnos a tu forma de pensar. Queremos que nuestros pensamientos sean conformados por tu Palabra y por el principio de la mayordomía: que somos siervos, esclavos, y nos has encargado que esperemos listos en medio de los tiempos, para que durante esta temporada entre la primera y segunda venida de Jesús te representemos bien a ti y a tu reino, y que lo hagamos como buenos administradores de nuestro tiempo, nuestros talentos, y nuestro tesoro. Por lo tanto háblanos. Conforma nuestros pensamientos por tu Palabra. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén y amén.
Es lo que hace este pasaje. Nos señala el regreso de Jesús. Es algo clave que tendremos que entender porque uno de los versículos clave para entender todo esto y antes de poder profundizar más en el texto, es el versículo 40, que dice, “Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”. O sea, deben prepararse porque el Hijo del Hombre vendrá cuando menos lo esperan.
Aquí Jesús habla de sí mismo en tercera persona, lo cual puede confundirnos un poco. El Hijo del Hombre, que alude a una referencia en el libro de Daniel, es el título que la gente en aquellos días conocían para describir la venida del Mesías. Por lo tanto se refiere a sí mismo cuando dice ser el Hijo del Hombre, pero parece un poco raro referirse a uno mismo en tercera persona. Die que estemos listos porque viene el Hijo del Hombre. Parece un poco raro, pero no es algo inaudito. Ni siquiera es poco común. Lo único que tenemos que hacer es pensar como lo hacían hace unos años. Bob Dole siempre lo hacía. Decía: “A Bob Dole no le gusta ese proyecto de ley”. Y le decían, “Pero Ud. es Bob Dole. Mejor diga: ‘A mí no me gusta eso’.”. Siempre se refería a sí mismo de esa manera. No es poco común hacer eso. Jesús estaba diciendo que por lo tanto tenían que estar listos porque el Hijo del Hombre vendría cuando menos lo esperan”.
Pero no es lo único que debemos tomar en cuenta, aun al leer este pasaje. Porque si Jesús es el Hijo del Hombre, y obviamente lo es, esa es uno de sus apelativos predilectos. Por lo tanto, si Jesús es el Hijo del Hombre y dice que debemos estar listos, porque el Hijo del Hombre viene cuando menos lo esperamos, uno piensa en ese momento, “Pero ya estás aquí”. Tal vez sea algo… que nos confunda un poco. Quizás por eso Pedro hace la pregunta. Porque cuando dice que el Hijo del Hombre viene cuando menos lo esperamos, en parte eso incluye el hecho de que el Hijo del Hombre ya estaba ahí. Jesús ya está ahí.
Es tan importante que entendamos esto porque estamos hablando de la primera y segunda venida del Mesías. Estamos hablando de que el reino de Dios ha venido porque el Rey ha venido. En parte el reto al leer este pasaje es que en cierto sentido es solo una metáfora que al fin y al cabo pierde sentido, pero aparece en casi dos tomos. Porque lo que tenemos aquí— y le pedí al plantel que me dieran un comentario de dos tomos, algo que venden en dos tomos, y me dieron este titulado Calvin’s Institutes, (Los institutos de Calvino) en dos tomos; aquí están, lo cual no me sorprende porque sé que aquí a Juan Calvino lo consideran la cuarta persona de la Trinidad. Por lo tanto no me sorprendió que me dieran esos tomos. Así que aquí tenemos el Instituto Calvino.
Pero cuando entendemos lo que está pasando en cuanto a la venida de Cristo, la venida del Mesías, la venida del Hijo del Hombre, lo que vemos es que Jesús viene. Está estableciendo su reino, y ese reino es eterno. Pero la realidad es que hay una temporada entre los dos tiempos, entre la primera y la segunda venida de Jesús. Son dos tomos, es una historia en dos tomos. Nosotros vivimos entre la primera y la segunda venida ahora mismo; entre los tiempos.
El reino de Dios ya vino. Jesús lo dijo. Jesús dijo que el reino de Dios se nos había acercado y estaba hablando cronológicamente cuando lo dijo, infiriendo que estaba a punto de suceder, sino que Dios, que reina sobre la eternidad desde su trono en el cielo, y que envió a Dios el Hijo, y que Dios es Hijo nació en la Persona de Jesucristo. El Rey ha nacido en este mundo. A la venida del Rey, también ha venido el reino. Por lo tanto el reino de Dios ya está aquí. La Biblia lo enseña tantas veces. Ya está aquí, pero en cierta forma no está del todo porque el reino no ha sido consumado del todo. Será consumado a la segunda venida de Cristo, al regreso de Cristo; en ese momento los reinos de este mundo se convertirán en los reinos de nuestro Dios y Rey. Estamos viviendo en el período donde ya está aquí pero no se ha consumado. Vimos en medio de los tiempos.
Es lo que los teólogos llaman la escatología investida. Ahora, si uno puede pedir un café en Starbucks, puede aprender el vocabulario teológico de la iglesia. Repito, por lo importante que es esto. El Presidente fue investido. Fue investido al principio—fue investido al comienzo de su mandato. Por lo tanto su mandato ha empezado. Ha empezado, pero no se ha completado. De igual manera, el reino de Dios ha empezado. La escatología es el estudio del fin, por lo tanto lo que tenemos aquí es que el reino ha empezado, el final ha empezado, pero no se ha completado.
Jesús dice que el Hijo del Hombre viene cuando no lo esperamos. De manera que habla de la segunda venida. Habla de la consumación del reino, cuando los reinos de este mundo se conviertan en los reinos de nuestro Dios y Rey. Es un evento ciertísimo, en un momento incierto. El versículo 40 nos recuerda, “Deben estar listos. El Hijo del Hombre viene cuando no lo esperan”. Es un evento ciertísimo, en un momento incierto”. Jesús vino y estableció su reino espiritual, pero su promesa aquí es que volverá a completar su reino.
Quiero que observemos lo que eso implica al leer este texto. De acuerdo, dice que el Hijo del Hombre viene cuando no lo esperamos, pero la enseñanza principal de la parábola que nos da el Salvador sobre la mayordomía en medio de los tiempos es esperar listos, esperar listos en medio de los tiempos. Eso es lo que vamos a ver. Un par de cosas, dos títulos en letra grande si se puede. Hablaremos de dos grandes títulos o encabezamientos. El primero es la preparación. La primera parte del pasaje habla de estar preparados. La segunda parte del pasaje habla de la fidelidad. Desglosaremos ambas cosas al leer cada una de ellas, así que empecemos con la preparación.
En el versículo 35 comienza diciendo, “Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran enseguida. Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”.
Ahora bien, hay muchas ilustraciones en ese pasaje. Tenemos que hablar de estar vestidos y preparados. Estamos hablando de tener encendidas nuestras lámparas. Y estamos hablando de estar listos para nuestro Señor cuando regrese de unas bodas. Por lo tanto todas estas cosas están sucediendo. Hay ilustraciones, pero también hay tres temas. Quiero que veamos esos temas bajo la preparación.
La primera es la anticipación. La anticipación. Los versículos 35 y 36 hablan de esto. Dicen, “Estén vestidos para la acción, y mantengan encendidas sus lámparas, y sean semejantes a hombres que aguardan que su señor regrese a casa de las bodas”. Aquí hay varias cosas, ¿no es cierto?
Primero, manténganse vestidos para tomar acción. Es como cuando leemos la Biblia del Rey Jacobo, traduzcámoslo de una manera un poco distinta. Los traductores aquí la han hecho más fácil de leer en nuestro contexto, pero lo que dice en la versión del Rey Jacobo, y en cierta forma el tema principal en el idioma original dice, Cíñanse sus lomos.
Es algo que podría asustar a la gente si uno empieza a decir eso delante de otras personas. De manera que la exhortación aquí podría ser, en materia de ceñirse los lomos, es el hecho de que vestían togas y uno no puede correr bien con una toga puesta. De modo que la idea aquí es que debían apretarse el cinturón y arregazarse la toga. Solo así podían estar listos para tomar acción. Cíñanse sus lomos para tomar acción.
Y dice, “y vuestras lámparas encendidas”. Lo que pasa aquí es que cuando esperaban que alguien regresara mantenían la lámpara encendida. No tenían postes de luz en las calles y al ver la lámpara encendida sabían dónde quedaba su hogar. Mantenían encendida la lámpara para que la gente pudiera llegar a casa. Todavía pensamos en ese concepto hoy en día. El Motel 6. Le dejan la luz encendida a uno. Por lo tanto la idea que tenemos aquí no es distinta a lo que hacían en aquella época, dejar la lámpara encendida, pero no quiero que olviden esto porque dejar sus lámparas encendidas, es como dejar una vela prendida para prepararse en medio de la oscuridad en medio de los tiempos, donde dejamos la lámpara prendida porque sabemos que el Señor regresa. Es un tema recurrente en este pasaje.
Dice que seamos como hombres que esperan que su Señor regrese de las bodas. En aquellos tiempos las bodas y los banquetes que hacían duraban varios días o semanas. Por lo tanto nunca sabían cuando vendría el Señor de la casa. Por lo tanto les tocaba anticipar su llegada y no equivocarse, porque de igual manera no sabemos el día en que Jesús regresa. Todo esto nos lleva al versículo 40 que dice que velemos y estemos preparados, y que esperemos la venida del Hijo del Hombre.
Por lo tanto todas estas ilustraciones de estar arregazados para la acción, y tener listas nuestras lámparas, esperando que el Señor venga a casa de sus bodas, todas estas ilustraciones hablan de estar preparados, anticipando en medio de los tiempos entre la primera y segunda venida de Cristo, preparados y anticipando, vestidos para tomar acción, con las lámparas encendidas, como siervos que esperan.
Pero no solo dice que es una anticipación, sino una garantía. No quiero que al leer este pasaje juntos nos enfoquemos solamente en las advertencias, sino el en foco central de este pasaje que es la fidelidad de esperar listos. Pero contiene tantas promesas aquí, y tantas garantías sobre las bendiciones y el galardón que conlleva la mayordomía.
Así que miremos al esperar listos. Miren lo que dice: Hay promesa de bendición para los que esperan bien. Dice que seamos como hombres que esperan que su señor vuelva a casa de unas bodas, para que le abran la puerta inmediatamente cuando venga y llame. “Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera”, no importa a qué hora, si es tarde en el día, si es a media noche, “si los hallare así, bienaventurados son aquellos”.
A todos nos toca esperar. Todo el mundo está esperando entre la primera y la segunda venida de Cristo. Algunos como creyentes, decimos: “_Maranata_”. “Ven pronto Señor Jesús”. Entonces esperamos y esperamos con gozo y anticipación. Pero otros no saben ni siquiera lo que esperan, sin embargo, el Mesías vendrá. Jesús regresará. A todos nos toca esperar. La pregunta es si esperamos bien, si estamos listos y esperando.
Para los cristianos en parte eso tiene que ver con la cuestión de la mayordomía. El asunto de la mayordomía. Estos versículos están en contexto con el tema recurrente de la mayordomía. Inclusive aquí en Mars Hill, están en medio del tema recurrente de la mayordomía con la Campaña Generosa. Una de las razones por las que vivimos generosamente es por la mayordomía bíblica en medio de los tiempos. Así que comenzando este pasaje, permítanme retarlos a tomar en cuenta mientras vivimos en medio de los tiempos es la mayordomía de las cosas que la gente llama a veces, nuestro tiempo, nuestro talento, y nuestro tesoro. Nuestro tiempo, nuestro talento, y nuestro tesoro. De manera que la mayordomía es un asunto importante que se repite en las Escrituras.
En parte el reto consiste en que perdemos la seguridad y la bendición cuando por ejemplo gastamos el tiempo en nuestros compromisos, tanto que quedamos demasiado ocupados para hacer lo que Dios quiere. Eso nos quita la bendición y menoscaba la seguridad. Ocurre cuando gastamos nuestros talentos en nuestras propias metas y no para estar en misión y en el ministerio. Ocurre cuando gastamos nuestro tesoro en nuestros propios deseos al punto que no queremos dar a la obra de Cristo a nivel global y local.
Sin embargo, la seguridad aquí consiste en que al vivir en medio de los tiempos como siervos fieles, esperando el regreso de nuestro Señor, tenemos una promesa. No nos perdamos la bendición que Dios nos promete aquí. Al estudiar el libro de Lucas, verán que Jesús siempre y consecuentemente promete sus bendiciones.
A veces eso nos pone nerviosos por unos locos que salen en la televisión, ¿cierto? Los vemos en la tele diciendo: “Miren, si nos envían una suma de dinero, nunca se enfermarán; vivirán para siempre, y aumentarán de estatura”. Tenemos todas estas promesas. Entonces al oír esas cosas pensamos, “Uy, entonces si doy, Dios me bendecirá y me dará un Hummer con 6 faros antiniebla”.
Sin embargo, estos abusos no deberían ahuyentarnos de las promesas de Jesús porque nos asegura que seremos bendecidos por nuestra fiel mayordomía en medio de los tiempos, por velar y esperar que el Señor regrese. Más adelante veremos con más claridad lo que nos acarrea nuestra mayordomía. Esta sección entera trata de la mayordomía.
Así que tenemos anticipación, seguridad, y también estar alertas que es otro principio, es un tema recurrente en todo este pasaje. Estar alertas. El versículo 39 dice: “Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir…”. Algo ha cambiado. No menciona ladrones en los versículos anteriores, así que Jesús nos está dando otro ejemplo. Este será un ejemplo interesante.
Dice, “Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa”. Después dice que debemos estar listos porque el Hijo del Hombre viene cuando no lo esperamos. Que estemos alertas. Viene cuando no lo esperamos.
Ahora entendieron; si yo fuera Uds. estaría preguntando, “Ed, ¿nos está diciendo que Jesús viene a robarse mis cosas?”. Porque Jesús es el ladrón en este pasaje, ¿cierto? Él es el tema principal. ¿Jesús viene a robarse mis cosas? ¿De eso se trata la Campaña Generosa? ¿Es como un ladrón que viene a robarse las cosas? No.
Pero la ilustración que nos da aquí es la de un ladrón en la noche y lo que quiero que vean es que cuando usa la ilustración de un ladrón en la noche, se refiere a la rapidez y la sorpresa de su venida, no al carácter de alguien que roba y se toma las cosas. ¿Puedo decirles algo? Dios no necesita robarles sus cosas porque si son cristianos todo le pertenece a Dios. Así que viene como ladrón en la noche, haciendo hincapié en la rapidez y la sorpresa de ese evento. Por lo tanto no es que Jesús venga a robarse sus cosas, sino que nos advierte para que estemos alertas porque no sabemos cuándo vendrá. Hace hincapié en la preparación, esperar estando listos y alertas.
Miren lo que dice Jesús otra vez en Apocalipsis 16:15. Dice, “He aquí, yo vengo como ladrón Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo y vean su vergüenza”. De todas maneras es un buen consejo, ¿cierto que sí? Probablemente no necesitan este versículo en sus vidas, porque piensan, “ya sabía eso”. Así es, no queremos que alguien nos sorprenda cuando estamos desnudos. Eso es cierto. Tal vez digan, “Ed, ¿eso significa que no puedo dormir desnudo?”. No, este versículo no está hablando de eso. Este versículo se refiere a que vamos a estar listos, vestidos y listos espiritualmente por causa de la mayordomía en medio de los tiempos. Él viene como ladrón, con rapidez y sorpresa.
El punto de este versículo es que Jesús regresará sorpresivamente. Ahora escuchen, es importante pensar y entender la importancia del regreso de Cristo en las Escrituras. Repito, por el hecho de que haya muchos locos que manejan gráficos y cronogramas y cosas grandes como los dragones con coronas y toda la parafernalia, a la gente le gusta eso, le gustan los últimos tiempos. John Oroport dijo una vez “Si uno quiere que una multitud venga a la iglesia, debe hablar de tres cosas: La gente llenará su iglesia si habla del sexo, los últimos tiempos, y tercero, si habla del sexo en los últimos tiempos. Si habla de cualquiera de esas cosas, multitudes vendrán a los cultos”. Si hace gráficos y dragones y todas esas cosas, porque la gente tiene toda clase de ideas descabelladas sobre cuándo regresará Jesús.
Pero óiganme, eso no significa que es importante, que no importa que Jesús regrese. Uno de los principios fundamentales de nuestra fe es la resurrección corporal de Jesús. Regresará y será una sorpresa. Jesús enseña a sus discípulos, y por ende a nosotros, que saber que vendrá como ladrón en la noche debería motivarnos a vivir como buenos mayordomos en medio de los tiempos. Entonces hablamos del final de los tiempos, ¿cierto?
¿Estamos al fin de los tiempos? La gente siempre me pregunta como pastor, ¿Estamos viviendo en el final de los tiempos? Voy a aclararlo de una vez por todas. Sí, estamos viviendo en los últimos tiempos. Por favor no me envíen correos electrónicos, ni me llamen, ni me manden e-mails. La gente me remite correos electrónicos diciendo que el Presidente Obama o Newt Gingrich es el anticristo. No me manden más de esos. Oigan, en serio, ¿pueden calcularlo? Permítanme mostrarles. Puedo decirles ahora mismo quién fue. Aquí está. ¿Listos? ¿Están listos? Ahí va. Ronald, R-O-N-A-L-D. Wilson, W-I-L-S-O-N. Raegan, R-A-E-G-A-N, 666. ¿Qué más necesitan saber? Vivía, no les miento, en la 666 St Cloud Lane hasta que cambiaron su dirección porque no querían vivir en el número 666; pueden imaginarse por qué. Pues no me contestaron los e-mails pero eso fue porque no teníamos correo electrónico en esos días. Pero la gente estaba loca preguntándose si eran los últimos tiempos. Se preguntaban si podían mirar esta señal o aquella.
¿Saben cómo sabemos que estamos en los últimos tiempos? Por la escatología investida. Los últimos tiempos han empezado porque Jesús es Rey y ha venido a establecer su reino. Es un reino espiritual, pero después vendrá a establecer su reino, y los reinos de este mundo se convertirán en los reinos de nuestro Dios y Rey. Así que los últimos tiempos han empezado. Estamos en ellos.
De hecho, todos los locos allá afuera en este momento están poniendo sus carteleras. Miren estas carteleras que están poniendo en todo Estados Unidos. “Marquen la fecha”. Como si fuéramos a sacar la agenda y poner que sucederá a las 8 de la mañana: qué persona tan específica. Ahora quiero que sepan, se los digo ahora con absoluta certeza que Jesús no regresará el 21 de Mayo de 2011. Porque si planeara hacerlo acaba de cambiar sus planes para que la gente loca no diga que tenían razón. Porque la Biblia dice que nadie sabe el día ni la hora, ni siquiera el Hijo del Hombre. De manera que nadie sabe, de manera que repito, vemos estas personas y pensamos: “Esta gente está loca. No pensemos en la segunda venida de Cristo”. No cometan ese error.
Estamos en los últimos tiempos. Y como estamos en el fin de los tiempos, debemos vivir diferentemente en medio de estos tiempos. 1 Pedro 4:7, lo dice así: “Mas el fin de todas las cosas se acerca”. El fin de todas las cosas se acerca. ¿Cierto? El fin de todas las cosas se acerca. ¿Por qué? Porque Jesús ha venido. Vivió sin pecado. Murió en la cruz por nuestros pecados. Dios lo resucitó de los muertos al tercer día. Ha establecido su reino. Ahora está reconciliando a las personas del mundo consigo mismo. El fin ha empezado, pero el fin no ha terminado. El fin de todas las cosas se acerca.
Así que no lo pasen por alto. “Tened, pues, dominio propio”. Ahora estamos viviendo en medio de los tiempos. “Tened, pues, dominio propio y velad en oración”. Por lo tanto en el contexto de Lucas 12 y la enseñanza de Jesús sobre los siervos y los señores, de lo que estamos hablando aquí es de vivir en medio de los tiempos y de nuestro llamado a administrar nuestra vida, nuestro tiempo, nuestro talento, y nuestro tesoro, como quienes viven en la luz inminente del regreso de Jesús. Eso significa que debemos dejar de buscar el anticristo y empezar a esperar con entusiasmo al Salvador.
Por lo tanto debemos tener dominio propio y ser sobrios. Hay cosas que deben ser de dominio propio y sobriedad, y sí, hay cosas que hacer, trabajo ministerial, la fiel mayordomía, el buen manejo del tiempo, del talento, y de nuestro tesoro, mientras esperamos listos. Por lo tanto hay cosas que deben ser, y hay cosas que debemos hacer mientras esperamos listos.
Hebreos 10:24 lo explica de esta manera: Dice lo siguiente: “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”. Por lo tanto debemos estimularnos al amor y a las buenas obras, “no dejando de congregarnos”. Todo esto está muy bien, pero no dejen de ver el propósito de todo esto…”como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Debemos vivir a la luz del inminente y pronto regreso de Jesús.
Esto nos cambia, porque muchos de nosotros, Uds., yo, y tantos de nosotros postergamos la fidelidad. “Ah es que soy estudiante y no tengo con qué ser generoso. Estoy empezando una familia y no tengo tiempo para servir, en misión y en el ministerio. Estoy empezando un nuevo trabajo, por lo tanto debo usar todos mis talentos ahí. No puedo usar mis talentos para servir a Dios y su reino”. Entonces postergamos la fidelidad. Y el punto que Jesús quiere hacer aquí es que al vivir en la luz del pronto e inminente regreso de Jesús, no debemos postergar la fidelidad. Vivimos a la luz de esa realidad.
Pues no es siempre tan fácil. ¿Qué significa eso para nosotros? Hay una pegatina que está pegando mucho por todo el país y tal vez Uds. también la habrán visto. ¡Jesús viene! ¡Manos a la obra! Todos la tienen. Y en cierta forma, tiene razón, ¿cierto? Pero si no ha nacido de nuevo y está aquí en Mars Hill, en uno de nuestros campus, si no han nacido de nuevo, no quiero que pongan manos a la obra. Quiero que se pongan a cuentas con Jesús. El evangelio no es lo que uno hace, es lo que Jesús hizo. No necesitan salir de aquí listos para darle nuevo rumbo a su vida. Al contrario, necesitan recibir vida nueva y vivirla, entonces se volverán ciudadanos del reino de Jesús en medio de los tiempos, y serán administradores en esa temporada.
Hablamos un poco acerca de su iglesia, ¿está bien? Hablemos de la fidelidad de Mars Hill en medio de los tiempos. He estado siguiendo y aprendiendo en cierta forma sobre Mars Hill desde el 2002. De hecho, en el 2004, fui consultor para un programa del noticiero ABC que salió al aire en todos los canales de la ABC. Era un programa de una hora, y una de las iglesias que recomendé que escogieron para ese proceso fue la iglesia Mars Hill. En aquel tiempo tenían un quinto del tamaño que tienen ahora, y ver cómo Dios ha obrado es algo maravilloso.
A los pocos años después de eso, estaba con Mark en el porche de su casa y le pregunté, “¿Cómo quieres que te conozcan?”. Y me dijo, “Quiero que me conozcan como alguien que siembra iglesias y tiene buena teología”. Y al ver cómo Dios ha usado esa pasión de su iglesia por la teología y ver cómo su iglesia ha estado, en cierta forma, trabajando para el reino en medio de los tiempos, es algo sorprendente.
Permítanme citarles unas estadísticas, ¿de acuerdo? Soy el Presidente de LifeWay Research. Cada vez que cito una estadística, un ángel recibe sus alas, así que permítanme citarles dos: Uds. son la 54a iglesia más grande según la lista de las 100 iglesias más grandes, la 54a iglesia más grande del país; y la 30a de más rápido crecimiento. En asistencia semanal tienen como 10.000 personas. Hace poco alcanzaron esa cifra de 10.000 personas cada semana, 1.500 personas más que el año pasado. La iglesia está creciendo.
Les dije que me mandaran estas estadísticas. Quise saber, quise celebrarlas con Uds. Es difícil cuando uno es pastor aquí. Pero quiero que sepan, como alguien de afuera, que es sorprendente cómo Dios ha bendecido su iglesia. Es sorprendente. Tienen más de 420 grupos comunitarios. Piensen en Hechos 29. Casi 300 iglesias sembradas en Estados Unidos; han donado más de $1,4 millones de dólares para sembrar iglesias. O piensen en Re:Train. Tuve el privilegio hace poco de enseñarle a más de 100 estudiantes de Re:Train; y hacen estudios a nivel de maestría para profundizar en la teología. He dado clases de Misiología, pero para profundizar pienso en cosas en línea como marshillchurch.org theresurgence.com, y el acts29network.org. Casi 9 millones de visitas por año pasan por esos sitios. Más de 4,6 millones de descargas al año. Es algo sorprendente.
Deberían dar gracias a Dios por la manera como los ha bendecido y por dejar que sean mayordomos de sus bendiciones como lo son ahora. Esto es mayordomía como iglesia, tomar acción medio de los tiempos. El punto de este pasaje es que la mayordomía y la acción en medio de los tiempos—y no se trata solo de este pasaje ni de nosotros como grupo—sino de ustedes como personas, de yo como persona.
Por eso me entusiasma ver que se encuentran en medio de esta Campaña Generosa. He estado leyendo el libro del pastor Jamie, el libro de Jamie Munson, El dinero: Dios o don, y espero que Uds. también. De hecho pueden recogerlos gratuitamente en los pasillos y llevárselos a la casa. ¿Por qué? Espero que también hayan estado leyendo. Porque puede ayudarlos a ser buenos mayordomos de su vida, porque la mayordomía es un asunto relacionado con los últimos tiempos.
Cuando se los dije y empecé a hacerle a Jamie unas preguntas sobre si creían en los últimos tiempos, empezó a ponerse nervioso. Dijo, “¿Va a hablar sobre los últimos tiempos?” Esperaba que trajera mis gráficos y que predijera quién sería quién. Pero al pensar en los últimos tiempos, Jesús habla de nuestra mayordomía en estos últimos tiempos.
Así que en este pasaje, Jesús enlaza las tres cosas. Oigan, demasiadas personas están esperando el anticristo en vez de esperar en el Salvador como buenos mayordomos. Escriben libros sobre él, y especulan sobre las cosas, pero la respuesta no es la ficción sobre los últimos tiempos, sino la fidelidad en estos últimos tiempos. La respuesta no es la ficción sobre los últimos tiempos, sino la mayordomía en estos últimos tiempos. De modo que la fidelidad y la mayordomía es lo que Jesús nos señala en este pasaje. Es lo que empezamos a ver en medio de los tiempos. Estamos esperando preparados, esperamos listos en medio de los tiempos.
Ahora hablemos sobre ese asunto de la fidelidad. La fidelidad. Porque la segunda parte del mensaje esta noche trata el asunto de la fidelidad. Hablamos de estar preparados, pero ahora cambia el tema. Puede que cambiar no sea el término adecuado, pero el tema cambia un poquito y vemos un enfoque en la fidelidad, los galardones en proporción a la fidelidad, y empezamos a verlo cuando Pedro hace una pregunta.
Me pregunto si Pedro se sentiría un poco incómodo con todas estas advertencias cuando Jesús hablaba de ellas: el ladrón, el señor, el siervo. Y puede que la primera parábola sobre el señor que tardaba abarque el tema de los siervos, pero la segunda habla de la venida del ladrón, y tiene que ver con el dueño de la casa. Y creo que Pedro quiere saber si Jesús lo dijo para beneficio de ellos o de los demás. Creo que en cierto modo está diciendo, ¿Jesús, nos metimos en problemas? Mejor dicho, parece no estar seguro.
Y Jesús no contesta su pregunta directamente. Es bastante interesante. En cambio le da otras dos parábolas sobre cómo ha de esperar y estar listo. Creo que Jesús los estaba preparando para la tardanza de su regreso. Creo que uno de los temas que vemos en todo el Nuevo Testamento, es que los discípulos parecen haber tenido una percepción de la segunda venida de Cristo—que es una historia, como dije, casi en dos tomos—es que pensaban que lo que los sucesos acontecerían mucho antes que ahora. Porque muchas veces la gente dice, “No se desesperen si el Señor tarda su regreso”. Por lo tanto creo que muchos de ellos se desesperaron porque esperaban que sucediera inmediatamente.
Esto lo vemos en Hechos 1 donde los discípulos le preguntan a Jesús después de la resurrección algo que en cierta forma son las últimas palabras de Dios en la Tierra. Y los discípulos le dicen, “Señor, restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”. Porque lo que ellos anticipaban era que vendría, pero vino como un Salvador que sufre, que muere en la cruz por los pecados de la humanidad, pero después le preguntaron, “¿Lo harás ahora? ¿Restaurarás tu reino en Israel ahora? Pensaban que sucedería a los pocos días o semanas. Pero Jesús les dijo, “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones que el Padre puso en su sola potestad”. Les dice, “Uds. no pueden saberlo”.
Y les dice: “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”. Entonces empieza a augurar el futuro; empieza a hablar del futuro que está a punto de suceder en el libro de los Hechos. Dice esto, “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. Porque así se desenvuelve el libro de los Hechos: Jesús habla en Hechos 1:8, después describe el movimiento de la iglesia de Cristo bajo el poder del Espíritu Santo de ahí en adelante.
Entonces se dan cuenta que están viviendo en medio de los tiempos, y para nosotros ahora han pasado 2.000 años, pero la Escritura es tan veraz hoy como lo era en aquel entonces. Hemos de vivir con la expectativa y la esperanza del regreso inminente de Jesús. Veamos lo que dice el texto. “Entonces Pedro le dijo: Señor, ¿dices esta parábola a nosotros, o también a todos? Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. Mas si aquel siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a los criados y a las criadas y a comer y beber y embriagarse, vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no esperaba y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles. Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”.
¡Ah! Ahora cuando hablamos de mayordomía y teología no basamos toda nuestra teología sobre un asunto que gira en torno a una parábola, sin embargo, tampoco queremos perdernos las importantes e increíbles verdades de la mayordomía en proporción a los galardones en estas parábolas. Por lo tanto veamos cuáles son.
Lo primero que vemos es que el siervo fiel es alabado. El siervo fiel es alabado. En los versículos 42 y 43 dice, “Y dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así”.
Nos ilustra varias cosas en los versículos 42 y 43, sobre un mayordomo fiel y sabio. Recuerden que el administrador mayordomo no es el dueño. El dueño es que posee. El Señor es el dueño, pero el administrador ejerce la mayordomía. Las palabras “administrador” o “mayordomo”, a menudo son traducidas de la misma palabra original. Por lo tanto, el mayordomo, o el administrador debe administrar los asuntos y las posesiones de su Señor, esperando, fielmente preparado. Es bendecido por su mayordomía.
En esta ilustración vemos la promesa de la bendición de la mayordomía en forma evidente. El versículo 44 lo dice así: “En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”. Por lo tanto este administrador, este mayordomo está siendo bendecido o ascendido, lo cual es un tema recurrente que menciona Jesús; que quienes son fieles en lo poco son galardonados.
Lucas 16:10 lo dice así: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”. Entonces entendemos por la ilustración que Jesús nos llama a ser fieles, a tener fidelidad en medio de los tiempos. Estas parábolas nos señalan una y otra vez a un señor que pone a su siervo—una mejor traducción sería “a su esclavo”—que no posee nada, a cargo de las posesiones del señor. Si uno es seguidor de Jesús, si le ha entregado todo, ya no le pertenece. Él es dueño de nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestro tesoro. Y nuestro papel es ser fieles mayordomos de lo que nos ha prestado. A la hora de la verdad, es algo duro.
Miren, está muy bien que digamos “solo se trata de Jesús”, pero esto habla de vivir como si “solo se tratara de Jesús”. Esa es la diferencia. Podemos decir fácilmente, “todo se trata de Jesús”, pero si no lo reflejamos en nuestra mayordomía, si no lo reflejamos en nuestras ofrendas, en nuestro servicio, en el uso de nuestros dones y talentos; si decimos que “solo se trata de Jesús” y no reflejamos esa verdad en nuestro tiempo, con nuestros talentos, y nuestro tesoro, entonces pondría en tela de juicio si en verdad creemos que “solo se trata de Jesús”. Está bien que apreciemos las frases como “solo se trata de Jesús”, pero en la mayordomía es donde las implicaciones de esa declaración se vuelven personales y prácticas.
Pero el galardón está prometido. La bendición está prometida. El mayordomo fiel es alabado y recibe la bendición aquí mismo en este pasaje. “En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes”.
Sin embargo, el reto es que demasiadas personas quieren postergar la fidelidad, e inclusive en esta serie Generosa sé que muchos de Uds. han dicho “Voy a postergar mi fidelidad”. ¿Saben por qué no pueden postergar la fidelidad? Porque Jesús les está enseñando que no saben cuándo regresará, por lo cual deben vivir a la luz de Su regreso inminente.
Ese es el reto, ¿no es cierto? Porque lo que pasa es que empezamos a pensar que estas cosas nos pertenecen y postergamos la fidelidad. Pero óiganme bien, cuando pensamos que estas cosas nos pertenecen—y estoy hablando a los cristianos, no a los incrédulos—hablaré de eso más tarde, pero cuando pensamos que las cosas son nuestras en vez de vivir como si le pertenecen a Dios, al poco tiempo les damos más importancia a las cosas. Porque notarán que el siervo principal, o sea el esclavo, empieza a abusar a la gente porque deja de cree que es un siervo y se convierte en un dueño abusivo. Pues lo mismo nos puede suceder a nosotros. Oigan, cuando pensamos que las cosas nos pertenecen en vez de vivir como si le pertenecen a Dios, al poco tiempo le damos más importancia a las cosas y no a Dios. Aquí el siervo vive para sí mismo y no para agradar a su señor que regresa. Entonces lo que pasa es que empiezan a vivir para el dueño y que deben servir al dueño de las cosas. Pero sucede esto: Cuando no somos buenos mayordomos, cuando regrese el Señor, ese día habrá graves consecuencias. No hagan caso omiso. Cuando vivimos en medio de los tiempos y no somos buenos administradores, la pasaremos muy mal. Esta parábola dice que ese día habrá graves consecuencias. El siervo aquí usa los bienes de su señor para su propio placer.
¿Entonces qué le pasa al siervo infiel? Veamos el versículo 46, que dice: “vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le castigará duramente, y le pondrá con los infieles”. Me gustaría darle las gracias a Mark Driscoll por invitarme hoy a compartir este mensaje con Uds. Porque este es uno de mis pasajes favoritos de las Escrituras. Es como un versículo vital para mí. Lo tengo enmarcado. Lo tengo en mi casa. Lo tengo pegado a la nevera. Mis hijos y yo lo estamos aprendiendo de memoria. “Muchachos, leamos este versículos”. Este versículo es difícil, ¿no es cierto?
Lo que no debemos obviar aquí, creo, es que cuando enfrentamos algo difícil de entender, debemos aplicar lo que llamamos una regla interpretativa o un principio hermenéutico; es decir, cuando algo no está claro, tratamos de interpretarlo a la luz de algo que sí está claro. Este pasaje es muy parecido a un pasaje paralelo en Mateo. En el pasaje paralelo de Mateo, las palabras “y le pondrá con los infieles”, nos servirán de referencia y clave, ¿no es cierto? El Señor pondrá este siervo con los infieles. Por lo tanto esa frase será clave para nosotros; pero en Mateo, en el pasaje paralelo, nos dice dónde estaremos y que habrá llanto y crujir de dientes.
Entonces lo que empieza a salir a colación aquí, creo, es que le da su parte con los infieles. Pone a este siervo con los infieles, porque no son creyentes. Las consecuencias son eternas y severas cuando regresa el Señor. Este siervo no es un creyente. No todos los siervos en esta parábola representan a los creyentes. Entonces lo que creo que vemos aquí son las horribles consecuencias. Cuando Jesús regrese para nosotros, habrá celebración. Pero para el mundo significa juicio y consecuencias. Esto sale a colación en esta frase que nos reta.
Veamos algo más. La fidelidad es recompensada proporcionalmente. El versículo 47 lo dice así: “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes será azotado poco”.
Entonces vemos que da un par de azotes aquí. Parece que le da muchos azotes al siervo que intencionalmente no hace la voluntad de su Señor. Es decir, dice, “Sí, lo sé, lo sé, lo sé. Sé que debo hacer esto, pero no lo haré”. Después el siervo malo, que sin saber la voluntad de su Señor sin mala intención le desobedece, recibe pocos azotes. No sabía, pero hizo algo que le acarrea azotes. Recibirá pocos azotes. Parece que hay un siervo que intencionalmente desobedece y es duramente castigado, y un siervo que sin saber la voluntad del Señor desobedece y recibe pocos azotes.
Eso está muy bien, pero les tengo malas noticias: Ahora Uds. lo saben. Lo siento. Pero creo que debemos leer este pasaje, no a la luz de nuestras sensibilidades modernas, sino dentro del contexto de cómo lo hubieran entendido en aquella época. Cristianos y estudiosos se debaten sobre el significado de este pasaje. “¿Qué significa; qué dice?”. Al leerlo, mi mejor interpretación es que nos señala la disciplina de Dios, sobre todo aplicada a la vida del creyente. Es decir, si Dios no lo pone con los infieles, tendrá que soportar su disciplina. Vemos estas cosas a través de nuestras sensibilidades modernas y a veces hasta nos ofendemos; pero no juzguen este pasaje por lo contemporáneo. Juzguen este pasaje por las Escrituras, porque un Padre amoroso disciplina a sus hijos. Y lo que vemos en la Biblia es aquel dicho que muchos usan por ahí: “Escatima el palo, y malcría al hijo”.
Eso lo sabemos, por lo tanto creo que aquí nos deja entrever que la fidelidad es proporcionalmente galardonada. El versículo 48 lo dice así: “porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”. Esto lo oímos antes. “A quien mucho es dado, mucho se le demandará”. Es casi como lo que la gente dice en nuestra cultura. Que el juicio y los galardones son proporcionales a lo que se nos ha dado.
Sin embargo, la motivación principal aquí no es el juicio. La motivación principal es la gloria y la bondad del Señor. Por lo tanto, al analizar este pasaje, deberíamos enfocarnos en la bendición y la seguridad de vivir como buenos mayordomos en medio de los tiempos.
Compartí con Uds. algunas de las cosas maravillosas que su iglesia ha estado haciendo en medio de los tiempos, y creo que Dios ha bendecido su iglesia porque su iglesia ha decidido ser de bendición. Pero solo puedo hablarles un momento porque le pedí al plantel que me diera a conocer algunas estadísticas. Porque su iglesia ha sido un maravilloso administrador y su iglesia es sorprendente, y tienen un patrón regular de donativos y ofrendas entre las familias de su iglesia. ¿Dar en forma “regular” es bueno? En cierta forma lo es. Cuando estaba en el colegio decían que el “60% otorgaba títulos”. Y esa fue más o menos mi estrategia cuando estaba en el colegio. Sin embargo, como Uds. son una iglesia sorprendente como administradores, les insto que recuerden que pueden ser buenos administradores ahora.
A decir verdad, hicimos una investigación: estudiamos 7.000 iglesias, y descubrimos que en la mayoría de ellas la mayoría de las personas no participan en el ministerio ni están en misión. Eso debería rompernos el corazón, porque son llamados a vivir como mayordomos en medio de los tiempos. Quiero que oigan esto porque a mí no me afecta si Uds. sirven más, o dan más, o si usan más sus talentos. No tengo ningún interés personal en esto, pero quiero decirles lo siguiente. No me ayudará a mí personalmente pero les ayudará a Uds. si viven como mayordomos sabios en medio de los tiempos. Porque Jesús regresa y quiere que esperen preparados. Que vivan como si Jesús estuviera a punto de volver mañana, para que se regocijen y digan, “Señor, estaba postergando mi fidelidad, y casi me sorprendes”. Porque dice que nos sorprenderá. Y lo dice para que nos acordemos de vivir como mayordomos a la luz de la inminente y pronta venida de Cristo.
¿Qué nos dice la Biblia? En Lucas 21:34 dice, “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. Mejor dicho, qué versículo tan maravilloso. Habla de glotonería. ¿Cuál fue la última vez que oyeron esa palabra? Entonces no lo hagan. Embriaguez y los afanes de esta vida. Porque vendrá sobre Uds. de repente. Porque necesitamos esa luz, esa lámpara encendida en medio de las tinieblas en medio de los tiempos. Necesitamos tener esto en medio de los tiempos porque un día de estos Jesús regresará y, sí, el mundo se acabará. Será recreado. Todo a su tiempo.
Hay una historia fascinante que quiero compartir con Uds. que puede ayudarnos a pensar en cómo vivimos a la luz del inminente regreso de Cristo. Aconteció el 19 de mayo de 1780. Pueden buscarlo en Google. Llegó a llamarse el “Día oscuro en Nueva Inglaterra”. Ese día—permítanme se los leo. Lo encontré en Wikipedia, por lo tanto ya saben que es exacto. Permítanme se los leo. Dice lo siguiente: “El Día oscuro en Nueva Inglaterra se refiere a un evento que ocurrió el 19 de mayo de 1780, en que un inusual oscurecimiento del cielo fue observado sobre los estados de Nueva Inglaterra y partes de Canadá. Se piensa que la causa principal de este acontecimiento se debió a una combinación de factores como el humo producido por los incendios forestales y una densa niebla. La oscuridad fue tal que a partir del medio día necesitaban velas para poder ver. No se disipó sino hasta el medio día del día siguiente”.
Qué tal que Ud. viviera en Nueva Inglaterra en ese tiempo. No hay incendios forestales cerca de Ud. Algo viene de muy lejos en Canadá y se fue propaga en medio de todo esto. Ud. está tranquilo ese día, el 17 de mayo de 1780, cuando de repente, a medio día, el sol se pone bermejo como las sangre, el cielo se oscurece, y por lo visto parece ser el fin del mundo. De hecho hasta hoy los adventistas del séptimo día más conservadores consideran que ese día fue el cumplimiento de una profecía bíblica que conduce al fin del mundo. Hasta hoy creen eso.
Ese día el pleno de la asamblea legislativa de Connecticut estaba en sesión. Hubiera sido asombroso verlo, ¿no es así? Están reunidos. De repente, el sol se pone rojo, el cielo se oscurece, y tienen que sacar la velas en la oscuridad. Se llenan de temor. Piensan que es el fin del mundo porque no pueden poner el noticiero para ver si está sucediendo en Chicago. Lo único que saben es que ayer el sol brillaba y ahora es de color rojo, el cielo está oscuro, y el temor se apoderó de la asamblea legislativa ese día. Acudieron a un cristiano llamado Abraham Davenport y le preguntaron, “¿Clausuramos la junta? ¿Cerramos la sesión? ¿Regresamos a casa con nuestras familias para que venga el fin?”
Escuchen lo que dijo: “Puede que este sea la clase de Día del Juicio que el mundo aguarda”, dijo: “Si es o no es el fin, no lo sé; solo sé que mi deber y el mandamiento de mi Señor es ‘ocupar hasta que Él venga’. De modo que el puesto que me ha dado en su providencia es donde decido quedarme hasta verlo cara a cara. No seré un siervo infiel, atemorizado en mi deber, sino listo estaré cuando el Señor de la cosecha llame. De modo que con toda reverencia diría que dejemos que Dios haga su obra y nos encargaremos de la nuestra. Traigan las velas”. Y eso fue lo que hicieron.
Quiero que nosotros vivamos de tal manera que si supiéramos que Jesús viene mañana, digamos: “Seguiremos haciendo lo que Dios nos ha llamado a hacer hoy”. Esa es la enseñanza a la cual Jesús nos llama. Es un tema recurrente en todas las Escrituras. Vean lo que dice en Tito 2:11–13. “Porque la gracia de Dios se ha manifestado “. Jesús, el Hijo de Dios, que nació como Jesucristo, “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos…”, en medio de los tiempos, “sobria, justa, y piadosamente [en este siglo], aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo”.
Estamos viviendo en medio de los tiempos, y Dios nos llama a utilizar nuestro tiempo, nuestros talentos, y nuestro tesoro como mayordomos; que los usemos generosamente para su gloria, su reino, y su honor. La pregunta que quisiera instarles que se hagan es esta: ¿Vivirían y darían de la misma manera si pensaran que Jesús regresará mañana? Si la respuesta es no, entonces el mensaje de Jesús por medio de su Palabra hoy es vivan a la luz del inminente y pronto regreso de Cristo. No sé cuánto tiempo será. Y cualquiera que piensa saber cuánto tiempo es, no lo sabe. Podría ser un año. Podría ser un siglo. Podría ser más que eso. Pero sigo viviendo a la luz del pronto e inminente regreso de Cristo.
Les insto que examinen sus vidas como he examinado la mía mientras preparaba y luchaba con este pasaje, y que se pregunten: “¿Estoy viviendo como un mayordomo fiel? ¿Estoy preparado, esperando?” El gran problema con nuestro tiempo, nuestros talentos, y su tesoro, es que en realidad no es nuestro tiempo, ni nuestro talento, ni nuestro tesoro. Por lo tanto estamos administrando el tiempo de Dios, los talentos y el tesoro de Dios ahora. Nos los ha encomendado. Oremos juntos.
Padre, pido que nos recuerdes una vez más por tu Palabra la Palabra de Dios que es más aguda que una espada de dos filos, que penetre nuestros corazones ahora mismo, Padre. Porque creo que hay hombres y mujeres que oyen este mensaje hoy que necesitan contestar la pregunta, “¿Viviría diferentemente, si viviera a la luz del pronto e inminente regreso de Cristo?”. Han postergado la fidelidad. No pueden decir, al igual que Abraham Davenport, “Dejemos que Dios haga su obra, si está regresando, pero yo seguiré haciendo lo que debo hacer”. En la quietud y el silencio de este momento, hablen al Señor y oren diciendo, “¿Qué quieres que administre ahora?”. Puede que Dios los esté llamando a servir de una manera distinta. A dar como nunca lo han hecho. A usar sus talentos como nunca lo han hecho. Pregúntenle al Señor, “Señor, cuál es el siguiente paso que quieres que tome?”. Si Ud. no es creyente, clame al Señor Jesús, y dígale: “Perdona mis pecados”. Confíe en Él y sígalo. Pero si es cristiano, para Ud. la pregunta debe ser: “¿Viviría diferentemente si creyera que Jesús viene mañana? ¿Cómo viviría mañana en base a esa verdad?” En el nombre de Jesús. Amén.
[Fin del Audio]
Nota: Esta transcripción ha sido editada.