Malaquías #3 – ¿Escucharán? (Malaquías 2:1–9)

El impacto de los maestros

Bien, ¿recuerdan en sus vidas quién era su maestro favorito, o su mejor maestro? Yo solo recuerdo una de de mis maestras de la escuela. Se llamaba la Sra. Hitchcock. Tenía pelo largo, rojo, usaba lentes; le gustaba vestirse de rojo, y manejaba un Volkswagen Escarabajo rojo. Tenía una gran personalidad, súper alentadora, y la quería mucho, me gustaba, la disfrutaba, la apreciaba.

Le preguntaba a Gracie ayer cuando salimos a buscar un árbol de Navidad. Y le pregunté: «¿Quién fue tu maestro favorito?». Ella recuerda todos los maestros que tuvo en la escuela. Yo solo recuerdo uno: La Sra. Hitchcock.

¿Cuál es el peor maestro que usted tuvo? No les diré el nombre de mi peor maestro, pero les contaré la historia. Era un maestro a punto de jubilarse que había colgado los hábitos un poco antes básicamente.

Y este maestro llegaba con un termo lleno de café reforzado. Era una un poco de café con mucho licor. Y no era muy buen maestro de primera hora. En la segunda hora, tampoco era muy buen maestro, pero se ponía más alegre. Para la cuarta hora balbuceaba palabras ininteligibles, pero era un maestro muy entretenido. Para la sexta hora, estaba roncando boca abajo en su escritorio, desmayado de tanto tomar licor. No, no fui educado en casa.

Y es sorprendente porque los maestros pueden impactarnos para bien o para mal. Un buen maestro puede cambiarnos mucho la vida, al igual que uno malo. Un maestro malo puede enseñarnos cosas que tenemos que desaprender el resto de nuestras vidas.

Aprendemos cosas en la vida mediante la experiencia, pero la mayoría las aprendemos mediante la instrucción. E incluso no sabemos interpretar ni responder a las experiencias sin la enseñanza.

Estudiantes, discernan bien

Y la Biblia tiene muchas enseñanzas, tiene muchos maestros, muchas amonestaciones y exhortaciones para los maestros, y en un sentido más general también para los padres, los abuelos, las tías, los tíos, los líderes de grupos pequeños, los líderes del Ministerio Estudiantil, del Ministerio para Niños, trabajadores, ancianos, diáconos, entrenadores, otros hermanos, maestros de escuela, autores que nos inspiran, mentores, pastores, predicadores.

Y en estos tiempos tecnológicos tenemos a nuestra disposición más maestros y más enseñanzas que en cualquier otro momento de la historia del mundo. Eso significa que los estudiantes deben discernir si son buenos o malos maestros, y que los maestros deben dar ejemplo de amara Dios, y amar a las personas, y no amarse ellos mismos y usar a la gente y usar a Dios, sino amar a Dios y a la gente.

Hoy nuestra instrucción se centrará más que todo en los maestros: vamos a aprender sobre los buenos maestros y los malos maestros. Los buenos maestros enaltecen a Dios y ayudan a las personas. Los malos maestros enojan a Dios y dañan a las personas.

Y no todos los maestros en la Biblia son buenos maestros. Hay malos maestros. Conocerán a algunos hoy en Malaquías 2:1-9.

¿Cuál es el tono de la Biblia?

Mientras buscan ese pasaje en sus Biblias, quiero que entiendan el tono del escrito. ¿Cuántos de ustedes han malentendido una comunicación, carta, correo electrónico, o mensaje de texto, por no discernir el tono? No venía acompañado de expresión facial ni emoción, y como usted no tenía acceso a ello, malinterpretó la información.

Al leer la Biblia, es importante entender no solo el contenido de lo que se dice sino entender el contexto en que se dijo para que no sean tan solo palabras, sino el tono y la expresión facial del Señor, si me permiten esa metáfora, y del autor humano mediante el cual Él está obrando.

Y cuando se trata de la Biblia a veces es como una boda, ¿verdad? La información es súper emocionante, todos la celebramos, Jesús está vivo, el pecado ha sido perdonado, alguien fue sanado, viviremos para siempre en el cielo: son cosas sensacionales.

Segundo, algunas porciones de la Biblia son como un funeral: murió alguien, Sodoma y Gomorra fueron destruidas, vino el diluvio en tiempos de Noé, asesinamos a Dios en una cruz, y el cielo se oscureció, y fue un funeral. Hay otras porciones en que es más como un salón de clase. No son porciones emocionalmente altas ni bajas, sino muy consistentes: «Necesitan aprender esto, saber esto, pensar en esto, trabajar en esto». Proverbios como ese.

Esto es lo que necesitan saber sobre las relaciones, el dinero, el matrimonio, el sexo, y las inversiones, y deben aprender y reflexionar en estas cosas. Oh, ya veo. Es como un salón de clase. Tengo que captar eso y tenerlo en cuenta.

A veces el tono de la Biblia se parece más al discurso de un entrenador de fútbol después del primer tiempo. ¿Cuántos hombres aquí han jugado fútbol americano? Todavía recuerdo, aunque nunca había jugado fútbol americano, apenas califiqué para el equipo de preparatoria, más que todo para quedarme parado en la línea lateral.

Creo que era nuestro primer encuentro. Al final del primer tiempo íbamos perdiendo. Entramos al vestuario, y el entrenador era un hombretón con un bigote enorme, casi como el de una morsa; se puso de pie y perdió los estribos, y sonrojado empezó a decir cosas que no puedo les puedo repetir: «Vamos a la guerra, caballeros. Vamos a la guerra. Tienen que estar dispuestos a morir por esto». Y como éramos adolescentes, «¡A la carga!». Estaba todo emocionado, salimos corriendo del vestuario… «¡Los vamos a matar!» ¿Saben? Y hay porciones de la Biblia que son así. Las leemos y pensamos: «¡A la guerra, muchachos! Vamos, ¡arriba!».

Imponente y exigente

Pero no siempre. Otras veces la Biblia suena más a un sargento instructor. ¿Alguno de ustedes ha tenido formación militar? ¿Para cuántos de ustedes el entrenamiento militar no fue así? Llegaron, y el sargento instructor les dio un abrazo cuando se bajaban del bus, les sobó la espalda y les dijo: «Cuéntame cómo es tu papá. ¿Has tenido problemas con tu padre? Háblame de sus experiencias. ¿Hay algo particular que quieres que ore por ti? ¿Puedo hacer algo para que tengas una estadía más cómoda?»

¿Ganó el derecho a ser escuchado y de darle consejos a usted en su vida? Le dijo: «¿Sabe qué? No quiero forzarte. Lo primero que tenemos que hacer es forjar una relación de confianza para que yo pueda darte consejos». No, le dijo: «¡Cállese gusano, y párase allá!». «Oh, sí señor. Está bien, está bien», ¿saben?

Y dan órdenes, y son exigentes, y a veces la Biblia es así. Y pasa lo siguiente: Los predicadores temáticos suelen escoger un tono con el que se sienten más cómodos y después enseñan porciones de la Biblia que se acoplan a esa categoría emocional.

Si vamos a estudiar libros enteros de la Biblia, vamos a ver mucha variedad. Hoy en realidad no es un sermón de bodas, sino más bien el sermón de un sargento instructor, ¿ven? Así que les van a gritar y Dios va a decirles cosas intensas, fuertes, y difíciles; pero óiganme bien, les habla con amor. Dice en el capítulo 1, verso 2: « Ese es el estandarte, la bandera izada sobre todo el libro.

Así que, por el hecho de que Dios use palabras fuertes no significa que no vengan de un Padre amoroso. Él nos dice en Malaquías que Él es nuestro Padre y que nos amó desde el comienzo. «Los amo. Soy su Padre». Y cuando Papá les dice algo un poco intenso, debe ser porque está muy apasionado, porque es muy importante, y porque hay sentido de urgencia.

Y óiganme bien, el Dios de la Biblia no suele usar este tono todo el tiempo con todas las personas, pero lo conserva la mayoría del tiempo para los hombres, sobre todo para los que son líderes. Dios sube el volumen para los varones líderes. Eso es lo que hacemos en Mars Hill, ¿verdad? Les grito más a los hombres que a las madres solteras, ¿verdad? Y aquí Dios va a subir el volumen, y es para todos, pero sobre todo los hombres en general, y concretamente para los líderes. ¿Están listos? Empecemos.

Los malos maestros bíblicos dañan a sus familias

Lo primero que aprendemos es que los malos maestros bíblicos dañan a sus familias. Malaquías 2:1-3: «Y ahora, para vosotros, sacerdotes», los sacerdotes del Antiguo Testamento son como los pastores. Tenían el templo, tenemos la iglesia. Tenían sacerdotes, tenemos pastores. Así es.

Líderes espirituales. «Es este mandamiento». Concretamente para los varones líderes del pueblo de Dios. «Si no escucháis, y si no decidís de corazón dar honor a mi nombre», no se trata de ustedes, «—dice el Señor de los ejércitos—», el Dios que reina sobre los ángeles y los demonios, «enviaré sobre vosotros maldición, y maldeciré vuestras bendiciones».

Los hijos son una bendición. Él va a maldecir sus bendiciones. « Y en verdad, ya las he maldecido, porque no lo habéis decidido de corazón´. He aquí, yo reprenderé a vuestra descendencia». Son malos maestros de la Biblia. ¿Cómo se volvieron malos maestros de la Biblia? Y somos capaces de hacer esto, somos susceptibles a esto. Les dice dos cosas: Cerraron los oídos y endurecieron el corazón. Cierran los oídos: no escuchan. ¿

A quién debemos escuchar? ¿Qué debemos escuchar? ¿Qué áreas o aspectos de nuestra vida cuando Dios nos habla de ellos por medio de su Palabra, por medio de nuestra conciencia, por medio de alguien más, decimos: «no quiero oír eso», no me hablen de…cualquier cosa: dinero, relaciones, actitud, sexo, teología, o lo que sea, no me hable de eso; no quiero oír nada de eso; no tengo oídos para eso»? Y tienen el corazón empedernido. Dios dice: «No decidís de corazón». La

Biblia conecta nuestro corazón con nuestros oídos, ya que necesitamos ambos oídos para escuchar para aplicar la verdad a nuestro corazón cuando la escuchemos. Con frecuencia, resistimos la verdad no porque no la entendamos, sino porque no nos gusta. Es como un niño que se tapa los oídos o se pone los audífonos, o tatarea: «La, la, la, la», haciendo mucho ruido para ahogar la voz de su padre; o se marcha, diciendo: «No voy a escucharte». Eso es lo que estos hijos adultos de Dios están haciendo, sobre todo los pastores, los líderes. Y dice que habrá consecuencias para su familia, que sus hijos serán malditos y serán reprendidos. Malditos y reprendidos.

Con tanto en juego pensaríamos que sus hijos sentirían la urgente necesidad de hacer bien las cosas, pero no lo hacen porque temen el cambio y el conflicto. Tapamos los oídos y cerramos el corazón porque no queremos cambiar y no nos gusta el conflicto. No queremos cambiar el significado: «Yo soy como soy. Estoy bien así. Me gusta así. Cuesta mucho cambiar. ¿Sabe cuánto me costaría cambiar?».

Cuando es malo evitar un conflicto

¿Cuántos de ustedes tienen áreas en su vida a las que Dios no puede hablar porque no quieren cambiarlas? No están escuchando. Y Dios quiere que estos líderes cambien para que sean agentes de cambio y les enseñan a otros lo que significa cambiar. Pero estos líderes no quieren cambiar ni decirles a otros que cambien, en parte porque produce conflicto.

Y lo demuestran al entrar en conflicto con Dios. Dios dice: «Quiero que cambien y que ayuden a esta gente a cambiar», eso es lo que los líderes deben hacer. Y le dicen: «Dios, no queremos cambiar y tendremos conflicto contigo, y no vamos a decirles a este pueblo que cambie porque tendrán conflicto con nosotros».

Óiganme bien. Si en su vida se compromete a resistir el cambio y a evitar el conflicto, terminará donde ellos están. Y ahora están afectando e infectando a sus hijos. Ahora sus hijos serán malditos y serán reprendidos. Tengo cinco hijos. En este momento soy todo oídos para con Dios.

Y algunos de ustedes han vivido con el mito de que son individuos y las decisiones que toman no afectan a otros. Y las mismas personas que dicen eso muchas veces están amargadas contra sus padres y dicen: «Las decisiones que ellos tomaron impactaron mi vida y estoy muy enojado por eso, pero como individuo las decisiones que tomo no afectan a nadie más.

Eso hacen los hipócritas ciegos. Ven claramente cómo los pecados ajenos los afectaron pero rehúsan ver cómo sus pecados afectan a otros. Cierran los ojos. Y aquí Dios trata de abrir sus ojos diciendo: «Lo que están haciendo está afectando su legado, sus hijos, su bendición».

Y algunos de ustedes se mostrarán emocionalmente renuentes a esto por esta razón. Pensarán que es injusto. Al leerlo pensarán: «Mi papá estaba manejando borracho y detuvieron a sus hijos. Eso no es justo. ¿Por qué deben castigar a los hijos por lo que hizo el padre?

Y esto es lo que pasa con los ateos cuando critican la Biblia diciendo: «Dios no es justo. Dios es injusto. Dios es malo. Dios está enojado. Dios es duro. El Dios del Antiguo Testamento es un ogro».

La única manera de asumir esa actitud es asumir incorrectamente que toda la familia es inocente. Pero no lo es. ¿Alguna vez han visto a una familia hacer algo juntos? Aquí habla de los sacerdotes. Provienen de ese linaje. Los va a llamar levitas que se remontan a los comienzos del Antiguo Testamento a un hombre llamado Leví.

Y el sacerdocio generalmente era un negocio familiar. El papá era el sacerdote, tenía hijos, estos se volvían sacerdotes. De sus hijos nacen sus nietos y ellos se vuelven sacerdotes. Están en esto juntos. No están en la nómina. No son parte del personal. Participan en los mismos eventos. Enseñan la misma doctrina. Todos trabajan juntos.

La razón que Dios está tan disgustado

Dios no puede decirles simplemente: «Mamá y papá están muy equivocados». Mamá y papá están guiando la familia, pero la familia los está siguiendo de cabeza por el despeñadero. Y estos no son todos niños, son adultos que deberían saberlo, y tienen acceso a las mismas Escrituras y al mismo Espíritu Santo.

¿Por qué está tan disgustado Dios? ¿Por qué está tan enfadado Dios? ¿Por qué trata de llamarles la atención Dios? ¿Por qué les alza la voz? ¿Por qué usa un tono intenso? Porque los ama, porque se preocupa por ellos, porque están a punto de tener una crisis. Un señor me dijo una vez: «Un padre nunca debe alzar la voz con sus hijos». Le dije: «¿Y si la casa se está quemando?». Hay situaciones de urgencia.

Eso es lo que sucede en Malaquías 2 y por eso está tan preocupado Dios. La próxima semana lo veremos en más detalle. Traigan un casco, ¿de acuerdo? Será intenso. La siguiente porción, Malaquías 2:10-16, esto es lo que están haciendo los pastores. Se casan con mujeres creyentes. A medida que van envejeciendo, se divorcian de sus esposas creyentes por cualquier motivo para casarse con una mujer impía, más joven, más sexy e incrédula, con la que han estado adulterando, y continúan siendo los pastores.

Y los hijos de estos pastores piden a su papá que oficie sus bodas con incrédulos, y su papá lo hace. Y estos hijos piden a su papá que bendiga su relación de convivencia y de dormir juntos y su papá lo hace. Y los otros líderes de la iglesia deciden: «Nos gustaría tener una esposa como trofeo en vez de un matrimonio exitoso, ¿por qué no cambiamos nuestras esposas por un par de opciones?». Y el pastor dice: «Me parece bien. ¿Quiénes somos para juzgar? Creemos en la tolerancia, en la diversidad, y en un Dios de amor». Y todos empiezan a divorciarse, y todos cometen adulterio, y los solteros salen con personas incrédulas, y todo eso empieza con la corrupción en las altas esferas.

Imagínense si yo llegara y les dijera esta semana: «Grace y yo tenemos 43 años y conocí una chica de 22 años y otra de 21 años y la voy a cambiar a ella por esas dos chicas. Vamos a divorciarnos, pero eso está bien. Seguiré predicando la semana entrante, traigan sus Biblias. Oh, a propósito, las chicas con las que me voy a ir no son cristianas. Y ya hablé con mis hijos y quiero que ellos se casen con mujeres no cristianas. Y mis hijas pueden casarse si quieren con no cristianos. Y hablé con unos ancianos de la iglesia que no se sienten muy satisfechos sexualmente y van a buscar novia y a divorciarse. Y todos los solteros que cohabitan y se acuestan juntos, si quieren pueden tomar la clase prematrimonial. Acabamos de editar nuestro currículo y a Dios le parece bien todo lo que estamos haciendo». Sí o no, ¿eso conlleva enormes consecuencias?

Es exactamente lo que está pasando en Malaquías. Lean más adelante la semana entrante hasta el final de Malaquías 2. Dios dice: «No, no me parece bien esto. Esto está mal. Están arruinando su matrimonio. Están arruinando su iglesia. Están arruinando su familia. Están arruinando su legado. Están deshonrando mi nombre. No podemos alcanzar a nadie si están perdidos». Es urgente.

Bien, les diré esto. Como líder, vivo bajo una carga de responsabilidad. Todos los líderes deben vivir bajo esa carga de responsabilidad, y cuando no lo hacen dañan a sus familias.

Los malos maestros de la Biblia se dañan ellos mismos

Segundo, los malos maestros de la Biblia se dañan ellos mismos. Antes de leerlo, esto es muy intenso. En la siguiente sección, la cabeza de algunos de ustedes que son religiosos va a estallar, ¿de acuerdo? Si están sentados junto a una persona religiosa, inclínense hacia delante porque les va a estallar la cabeza dentro de un minuto.

Y como persona religiosa usted dice: «Nunca debemos decir cosas infames o malas, o usar palabras malas», pero aquí Dios las usa y sus cabezas estallan porque se creen más santos que Dios. ¿Debemos leer juntos la Biblia? ¿Sí o no, Mars Hill? ¿Debemos leer juntos la Biblia?

A ver, ¿qué dice Dios? «Os echaré estiércol a la cara». ¿Cuántos de ustedes no esperaban que dijera eso? ¿Cuántos de ustedes llevan mucho tiempo en la iglesia, y pensaron: «Nunca escuché el sermón sobre echar estiércol en la cara. Nunca lo escuché. Nunca me tocó ese».

¿Cuántos de ustedes pensaron: «No vi ese VeggieTales. ¿VeggieTales habrá recogido ese tema? No, no creo que lo hayan recogido». Estuve en una iglesia bautista, teníamos un gráfico de franela No teníamos un…en nuestro gráfico de franela para ponerlo en sus caras. Es incómodo, ¿verdad? Eso fue hace 2.500 años. Entonces era más apropiado que ahora.

¿Cuántos de ustedes, si sus hijos dijeran esto, les pondrían una barra de jabón en la boca, ¿verdad? Si tuvieran dos hijos y uno mirara al otro y dijera: «Voy defecar en tu cara», usted diría: «No puedes decir eso». Está en la Biblia. Lo leí en Malaquías. Es bíblico. Algunos de ustedes de inmediato lo buscan en hebreo y dicen: «¿Qué significa estiércol en hebreo?». Tratan de buscar una salida porque piensan: «No me gusta lo que esto implica. Necesito una salida». Significa estiércol, heces, mojones, caca. Sí, eso es lo que dice.

Algunos de ustedes dirán: «No puedo creer que haya dicho eso». Está en el Libro. Ahora saben por qué algunas personas no predican sobre libros enteros de la Biblia. «¿Qué hacemos con eso? Le damos la vuelta, lo esquivamos. ¿Piensan que fue un día extraño para Malaquías? –Malaquías. –Sí, Señor. –Necesito que escribas unas cosas. –¿En serio? Está bien. ¿Y qué tal los sacerdotes, acaso no pueden hacerlo ellos? –No, es que es para ellos. Busca algo con qué escribir, hijo. –Muy bien, de acuerdo Padre. Está bien, está bien.

Y Malaquías se sienta y dice: –Estoy listo, Señor. Estoy listo, estoy listo. ¿Qué quieres que escriba? –Bien, quiero que les digas… ¿estás listo, hijo? –Sí, estoy listo, Papá. ¿Qué quieres que escriba? –Bien, escribe esto: «¡Os echaré estiércol a la cara!». –¿En serio? ¿Vamos a hacerles eso? ¿En serio? Es el primer libro que escribo. ¿Tengo que empezar con eso? Oh, esto será muy popular en Twitter. No puedo creerlo. O sea, este Tweet será horrible. ¿Estás seguro, Señor, porque la cobertura celular allá afuera es terrible. Pensé que dijiste estiércol. Oh, ¿sí dijiste eso? Oh, de acuerdo, ¿devengaré regalías por escribir este libro? –No. –¿En serio? Ah caray. ¿Entonces qué quieres que haga con él? –Quiero que hagas una gira para presentar el libro. Vamos a llamarlo: Gira para echar estiércol en la cara. Irás de una ciudad en otra y les gritarás a las personas, y les dirás que yo les echaré estiércol a la cara.

¿Cuántos de ustedes si anunciaran ese puesto en Craigslist, no lo tomarían? Dirían: «Buscaré otra carrera». Buscamos un profeta loco que no le tema a las heces. O sea, es un texto extraño, ¿amén? Sí.

¿Cuántos de ustedes se adelantaron a la lectura y sabían lo que iba a decir, y por eso están aquí? Dijeron: «Me muero por ver lo que hará con esto». Dios no se vale mucho de este lenguaje. No es como una festividad para untarse la cara de estiércol, ¿verdad? Dios usa un lenguaje fuerte muy pocas veces y solo en casos extremos en que la gente no está escuchando, ¿entienden? Y ustedes los jóvenes no vayan a decir: «Eso es. Tengo un pasaje que habla de excremento y lo voy a usar». No hagan eso, ¿de acuerdo? Él no lo hace siempre. Es un caso muy particular porque las circunstancias terribles, pero usa palabras malas para las cosas malas.

«Os echaré estiércol a la cara, el estiércol de vuestras fiestas, y seréis llevados con él. Entonces sabréis que os he enviado este mandamiento para que mi pacto siga con Leví —dice el Señor de los ejércitos—. Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él me reverenció, y estaba lleno de temor ante mi nombre. La verdadera instrucción estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad. Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría» — él es un maestro— «y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el mensajero del Señor de los ejércitos».

No es un contrato, sino un pacto

Habla de un pacto. Dios dice: «Hice un pacto con los levitas, los sacerdotes, los líderes». Y un pacto es esto: Dios nos bendice y nos da cargas. Las cargas requieren obediencia y van a ser difíciles. Nos costará algo. Dios bendice y nos da cargas. Y las bendiciones aquí son: «Te bendeciré a ti y a tu familia», pero la carga es: «Serás mi mensajero. No te permito decir lo que quieras. No te permito decir lo que piensas. Necesitas hacerme eco de lo que he dicho».

Como un padre que enseña a su hijo a caminar. Papá dice algo y el niño repite lo que dice Papá. Así aprendemos a hablar. Dios dice: «Así será. Voy a decir algo y tú lo dirás al pueblo. Y cada acción tiene su reacción. Habrá repercusiones contra ti. Tendrá un precio».

O sea, exilian a los profetas, los marginan, los odian, los asesinan. Eso conlleva una carga. La bendición es: «Te cuidaré a ti y a tu familia». La carga es: «Necesitas ser mi mensajero». Ellos quieren renegociar sus acuerdos y en un pacto eso no se puede. No es un contrato, es un pacto. Y ellos decían: «De acuerdo, Señor, ¿si decimos lo que queremos nos bendecirás aún? ¿Trato hecho?».

La respuesta es no. Sería como un esposo y su esposa, al casarse, los términos del pacto son de fidelidad. Si la esposa mirara al esposo y dijera: «¿Qué te parece si tú guardas todos tus votos y yo reescribo los míos, e incluyo novios y otras cosas?». No, no podemos reescribir el pacto una vez que estamos en él. Necesitan saber que el cristianismo es un pacto, que Dios tiene una relación con su pueblo bajo los términos que Él impuso, y que ustedes no son una excepción a la norma: no pueden beneficiarse de las bendiciones como la vida eterna, sin asumir las cargas y obligaciones y sin caminar fielmente con Él. Es todo o no hay trato.

Y ellos querían recibirlo todo de parte del Señor sin darle nada al Señor. Dios dice: «No». A consecuencia de invalidar el pacto, Dios los amenaza con echarles estiércol a la cara. Y después van a untarse los labios con eso, ¿no es cierto? Los labios que usan para enseñar.

Y lo que Dios está diciendo es: «Por muy malo que les parezca, su instrucción la dirigen a mí». Dios está diciendo: «Como lo que dicen es estiércol, de paso untemos todo lo demás con estiércol para que todos sepan que lo que sale de sus bocas es puro excremento». Son palabras fuertes. Un par de cosas sobre esto. Dios responsabiliza a los líderes porque los alumnos siguen a su maestro, y si su maestro se tira por un precipicio, eso no conviene a los alumnos.

Veo sus corazones y me da asco

Segundo, Dios no solo ve lo externo, sino lo interno. Externamente, si vemos estos profesionales religiosos, oh, parecen ser tan santos. Antes de entrar al templo se lavan las manos se cambian la ropa, hacen oraciones. Visitan a los enfermos en el hospital. Sonríen. Tienen esos ojos convincentes. Son tan compasivos.

Y Dios dice: «Veo sus corazones y me da asco. No me están amando, me están usando. No están amando al pueblo, están usando a las personas. Y las personas están confundidas porque no pueden ver sus corazones. Lo único que ven son sus rostros, por eso tomaré lo que tienen en su corazón y lo untaré en sus caras para que la gente los vea como yo los veo».

Tercero, esto es el colmo. El sacerdote debía mantenerse limpio, ritualmente hablando, para poder estar en la presencia de Dios. ¿Cuántos de ustedes han ido a pecar, y le han sacado las vísceras a un pescado, o han ido de cacería y le han sacado las vísceras a un animal, o como carniceros le han sacado las vísceras a su propia carne? Lo primero que aprenden es que guardamos esta parte y esta parte no. ¿De qué estoy hablando? No nos comemos todo el pescado. Botamos ciertas partes del pescado.

Lo mismo en el sistema sacrificatorio. El sacerdote ofrecía sacrificios de animales y los ofrecía al Señor, pero había partes que eran ritualmente inmundas, partes sucias. Según la ley, debían llevarlas fuera del campamento y quemarlas.

Y Dios está diciendo: «Voy a tomar esas partes inmundas y las untaré en sus rostros porque ustedes son inmundos y los daré a conocer como tal». Significa que están contaminados. Significa que se han deshonrado. Significa que se han descalificado. Ya no pueden ser sacerdotes.

Dios está amenazando aquí, y lo dice dos veces la palabra ‘si’ antepuesta. Les está dando la oportunidad de arrepentirse, pero está diciendo: «Despediré a todos los sacerdotes. Todos quedan sin empleo. Los expulsaré de mi presencia. Son antiguos ministros míos. Me voy a deshacer de todos». ¿Por qué? Es el colmo cuando alguien se hace daño, pero cuando les hacen daño a los estudiantes, Dios lo toma muy en serio.

Los malos maestros de la Biblia dañan a los estudiantes

Ese es su siguiente punto que los malos maestros de la Biblia dañan a los estudiantes. Malaquías 2:8-9: «Pero vosotros os habéis desviado del camino». O sea, iban caminando por el camino recto y ahora van por otro camino. «Habéis hecho tropezar a muchos en la ley». Están haciendo tropezar al pueblo con el pecado, la locura, y la rebeldía. «Habéis corrompido el pacto de Leví —dice el Señor de los ejércitos—. Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y hacéis acepción de personas en la ley». Un maestro de la Palabra de Dios debe impartir vida y alimento al pueblo. Por eso fue que Jesús miró a Pedro después de resucitar y dijo: «Pedro, alimenta mis ovejas». El alimento que da Pedro es la enseñanza.

La enseñanza de la Palabra de Dios tiene que ser alimento y sustento para que el pueblo crezca en semejanza a Cristo. Por eso dice Pablo a un hombre joven que enseñe la sana doctrina, y esa palabra sana literalmente significa saludable.

Dios está muy frustrado porque imagínense una madre que cambia el pañal a su niño y se lo da a comer a su niño. No hay alimento en eso. El niño va enfermarse y finalmente va a morir. Algunos líderes espirituales son así. Alimentan al pueblo con puro excremento y hace que el pueblo se enferme, espiritualmente, y muera.

Y nosotros diríamos: «Oh, pero hay diferentes interpretaciones y perspectivas, y pluralismo, y tolerancia, y diversidad, y ¿quiénes nos creemos para juzgar?, eso no es amoroso». Y Dios dice: «Les diré qué es amoroso: No alimentar con excremento a la gente, enfermándolos».

Y aquí habían subido a servir bandejas de excremento, estiércol, mediante lo que Él califica como corrupción y parcialidad. La corrupción, o sea: «Gano un buen salario y si les digo a estas personas que están equivocadas dejarán de dar y empezarán a irse, y podría afectar mi balance y hacerme la vida más difícil; tendré que trabajar más duro, y no quiero hacer eso». Parcialidad, o sea: «Oh, ¿es correcto o incorrecto? Pues, dígame: ¿quién es usted? Si es rico y poderoso, puede hacer lo que le dé la gana. Si es pobre e impotente, las normas son distintas para usted. Tenemos diferentes normas para diferentes personas porque mostramos parcialidad. Somos parciales en ciertas doctrinas.

Oh, nos gustan ciertas doctrinas: Dios nos ama. No nos gustan otras doctrinas: Dios está enojado con nosotros. Nos encantan ciertas doctrinas: El cielo existe. Oh, pero otras como el infierno, no nos gustan esas, por lo cual vamos a constituirnos en editores de Dios y no en mensajeros de Dios. Queremos que esto sea fácil para nosotros como líderes. Queremos convertir esto en un trabajo». Y es sorprendente que aunque el libro tiene 2.500 años, los problemas no.

No nos gusta hablar en forma negativa de otras iglesias, pero permítanme decirles que por el hecho de tener una cruz arriba no significa que al entrar los escuchemos predicar a Cristo desde el púlpito. Hay iglesias que odian el pecado, aman a Jesús, y enseñan la Biblia. Hay muchas. Y hay muchas que apestan a Malaquías capítulo 2.

Pastor, vas al infierno

Les daré un ejemplo, una ilustración de un instante en Malaquías 2. Empezamos Mars Hill cuando yo tenía 25 años. Empezamos a enseñar la Biblia, la mayoría de ustedes conoce la historia del pequeño grupo comunitario, del estudio bíblico en nuestro sofá que hicimos Grace y yo con unas doce personas. Algunas de ellas todavía asisten a Mars Hill y los apreciamos.

Y los primeros 3 años éramos pequeños y no recibí salario, no había entrada de dinero. No sabía si al fin podría dejar mi trabajo alterno, el cual me parecía bien. Solo quería enseñar la Biblia, por eso tenía un trabajo alterno. Entonces tuvimos a Ashley, y Grace se quedaba en casa siendo madre, y yo predicaba donde podía. Predicaba en el campamento para jóvenes, en el ministerio estudiantil, en cualquier parte. Quería trabajar más horas y aprender a enseñar la Biblia.

Y conseguí algo que me pareció un gran evento. Iban a pagar mi vuelo a la Florida, lo cual me pareció grande, y me mandaron a una conferencia nacional de la principal denominación protestante liberal, de la cual yo no sabía nada porque de niño no había sido protestante, sino católico.

Y querían que diera un seminario en grupos sobre cómo alcanzar a la gente joven; y como yo era joven, estaba listo para hacer eso aparentemente. Esto fue hace mucho cuando no tenía canas en la barba y podía ingerir carbohidratos sin acostarme antes de las 10. Fue hace mucho.

Cuando llegué, me habían programado varios sermones para ese día, y empecé la primera en Romanos 1 con el tanque reabastecido y listo para empezar. «No me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree». Todo asciende y desciende, todo comienza y termina con las buenas nuevas del Evangelio de Jesucristo. ¡El murió en nuestro lugar por nuestros pecados! ¡Resucitó de la tumba! ¡Solo Él salva!».

Iba viento en popa. «Y tienen que predicarles esto a los jóvenes para emocionarlos con Jesús». Y un pastor alzó la mano y dijo: «¿Qué pasa si en realidad uno no cree eso?». Y dije: «¿Qué?». Y él dijo: «La parte de la resurrección». Le dije: «¿Usted no cree en la resurrección?». Y dijo: «Pues, no estoy seguro». Le dije: «¿A qué se dedica?». «Soy pastor», dijo. Era como enseñar en una conferencia para vegetarianos que no están seguros si existen las verduras. O sea, ¿cómo? ¿Qué hace aquí? ¿Qué está haciendo? ¿Cómo pudo entrar a este lugar? «Pues, no estoy seguro si creo en la resurrección de Jesús. ¿Hay otra manera de alcanzar a la gente joven?», dijo. Le dije: «Si usted va para el infierno, no puede alcanzar a los jóvenes».

Pues bien, hoy por hoy esta es la versión santificada de mi persona. Imagínense hace 15 años cómo me veía yo. Estaba dos personas más atrás en la escala evolutiva, con la frente inclinada diciendo locuras, ¿saben? Y le dije: «Usted va para el infierno. No debería enseñarle a nadie. Si lo siguen a usted, lo seguirán al infierno. Arderá en el infierno».

Y seguí echándole ganas frente a los demás pastores colegas suyos. Y se fijaron que la audiencia no me estaba dando la oleada de apoyo que yo esperaba. Y me miraban pensando: «Mmm». Y les dije: «Bien, ¿cuántos de ustedes no están seguros que Jesús resucitó de los muertos?». Y muchos pastores alzaron la mano. Y les insistía más aún. «Todos ustedes van para el infierno. ¡Van a arder para siempre!». Como si no pudiera dar marcha atrás, ¿verdad? Iba hacia delante, saben.

Y pensé: «Voy a hace un llamado para recibir a Jesucristo. Y voy a invitarlos a apartarse de su pecado. Haremos las de Billy Graham aquí con los pastores. Será el mejor día de siempre. Todos los pastores fueron salvos». Y dije: «Bien, ¿quién quiere entregar su vida a Jesús?». No respondieron como yo había pensado. Algunos sí se pusieron de pie pero para salir del seminario que yo estaba enseñando, no para pasar al frente a recibir a Jesús.

Enseguida entró una persona mayor de edad y dijo: «Mark, agradecemos tu tiempo. Si quieres tómate el resto del día libre». Y pensé: «Hombre, me faltan dos sermones». Y dijeron: «No, no puedes».

Y hablaba con uno de los pastores sinceros después y le dije: «Hombre, ¿cómo es posible que sea pastor si no cree en la resurrección?». Yo tenía veinte y pico de años. No entendía eso. Me dijo: «Medio me crié en la iglesia. Después fui al seminario bíblico y conseguí un título. Y sabe, he leído mucho y no estoy seguro si Jesús resucitó de los muertos, y tengo muchas preguntas. Y cuando uno consigue el título del seminario, no puede salir a buscar otro trabajo. No hay forma de pagar las cuentas así. Y mis cuentas de retiro están reservadas, y estamos viviendo en la casa de la iglesia, en la casa pastoral. Y sabe, tengo mis beneficios, mi esposa está enferma, y todo lo tengo comprometido. Y estoy tratando de hacer un buen trabajo y no darme por vencido y ayudar a la gente».

Eso es lo que está pasando en Malaquías 2. Eso es lo que está pasando en Malaquías 2, y la gente seguía el ejemplo de estas personas que iban rumbo al precipicio.

Al decir esto no quiero dar esta impresión. Quiero tener cuidado con esto. No estoy diciendo: «El mundo está lleno de malos maestros de la Biblia, excepto yo», porque estaría enseñando mal la Biblia. En realidad hay muchos maestros buenos de la Biblia y hay otros que no lo son.

Algunos de ustedes están de visita. Necesitan encontrar una iglesia. Dios moverá a algunos de ustedes, porque hay otras iglesias que aman a Jesús y predican la Biblia, y los necesitan mucho a ustedes para ayudarlos a crecer, y eso está bien. Dios cambiará la institución académica o el trabajo de algunos de ustedes. Los podcasters escucharán esto. Necesito conectarme con una iglesia local. Porque nuestro trabajo no es predicar la Biblia en la iglesia local y difundirlo al mundo para que las personas dejen de dar importancia a su iglesia local.

5 Carateristicas de un buen maestro de la Biblia

Dicho lo cual, me gustaría darles cinco características de todo buen maestro de la Biblia, y las encontramos en Malaquías 2:5-7. Y en verdad me encantan las personas a las que enseño, y aunque nunca vuelva a enseñarles de nuevo quiero que aprendan la Palabra de Dios. No importa necesariamente quién está enseñando, lo que importa es lo que están enseñando. Y si soy yo, genial; si es otro, genial. Siempre y cuando la Biblia esté abierta y se trate de Jesús. Quiero que coman bien, ¿de acuerdo?

Y estas son cinco características de un buen maestro de la Biblia. Y les digo esto también porque algunos quieren enseñar la Biblia. Quieren dirigir grupos comunitarios, grupos de redención, el Ministerio Estudiantil, el Ministerio para Niños, el Ministerio para Mujeres, la tutoría. Algunos quieren ser diáconos, algunos quieren ser ancianos, algunos quieren ser plantadores de iglesias, o lo que sea. Bien, deben aspirar a estas cosas los que se sienten llamados a enseñar, y estos son los rasgos que deben observar los que están bajo un maestro.

1. Carácter

Dice en Malaquías 2:5-7 que Leví: «Me reverenció», dice Dios, «y estaba lleno de temor ante mi nombre». El asunto con Leví era que se preguntaba: «¿Qué dice esto acerca del Señor? Mi manera de vivir, dice algo acerca del Señor». Nosotros diríamos que él vivía coram Deo. Vivía ante el rostro de Dios. Malaquías también era un hombre de carácter- Teme a Dios y ama al pueblo. No tenían fundamento para decirle: «Cometiste adulterio. Dejaste a tu esposa. No eres mejor que nosotros». No, no pueden culpar a Malaquías de nada así porque aunque no era perfecto era un hombre de carácter.

Bien, permítanme decirles esto. Quiero decirlo con cuidado. Algunos de ustedes son unos perfeccionistas religiosos y fueron lastimados por alguna autoridad espiritual o no quieren someterse a ninguna autoridad espiritual. Encuentran cualquier falla o defecto en cualquier líder. Incluso, si Jesús regresara, ustedes dirían: «No me gustan sus sandalias. No me gusta su aspecto. Parece un hippie, me recuerda a los izquierdistas. No me gusta». Encuentran la manera de criticar a todos.

No les estoy hablando para darles permiso de ir a desacreditar a los maestros para que sientan que son una autoridad autónoma y que no están bajo ninguna otra autoridad. Aquí el problema no era pequeño, eran el adulterio y el divorcio no bíblico, y volver a casarse con mujeres no creyentes. Es enorme. No era solo: «Tengo una crítica para este líder». Era algo enorme. El carácter, el carácter, el carácter. ¿Está siendo fiel a su esposa? ¿Está robando dinero? ¿Está fuera de control?

2. Claridad

O sea, entendemos lo que dicen. Dice de Leví: «La verdadera instrucción estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios». Sabían de qué estaba hablando. Falso o verdadero, ¿sabemos prácticamente todo lo que Malaquías estaba diciendo?

¿Cuántos de ustedes al leer Malaquías dicen: «Pienso que Dios está airado y que los sacerdotes son asquerosos. Eso fue más o menos lo que aprendí». Bien. Recuerdo hace unos años había un maestro nuevo, a la moda, muy prometedor, y todos decían: «Hombre, tan creativo, tan genial, tan poético; cuenta historias asombrosas, alucinantes, increíbles». Y yo pensaba: «¿Qué está diciendo? ¿Qué está diciendo?». Y decían: «No sabemos, pero es tan maravilloso».

Eso es un mojón espolvoreado, no una chocolatina. No hay nada ahí. No tiene nada nutritivo, ¿verdad? Está bien ser un buen comunicador, pero también necesita buen contenido. Claridad.

Bien, permítanme dejarlo claro. Hay un solo Dios; Él lo creó a usted; usted pecó contra Él. Él le ama y vino en la persona de Jesucristo a salvarle. Jesús vivió sin pecado, murió en la cruz en su lugar, por sus pecados y a los 3 días resucitó de la muerte. Ascendió, y está sentado ahora mismo en el cielo, y vendrá otra vez a juzgar a vivos y muertos.

En última instancia, usted tiene dos alternativas: Cierra los ojos y endurece su corazón; vive en su pecado, y comparece delante de Él y va para siembre a los eternos y conscientes tormentos del infierno, o abre los oídos, ablanda su corazón, confiesa sus pecados, lo recibe como Señor y Salvador, y al morir cierra los ojos y despierta viéndolo a Él cara a cara y a estar con Él para siempre en el cielo. Claro.

O sea, no hay nada peor que cuando alguien abre un libro y sale neblina. O sea: «No sé para dónde vamos». No veo de qué estamos hablando. El tipo abrió el libro y salió niebla». Claridad. Yo trato de hablar claro, y a todos no les gusta eso.

Mi personalidad, os sea en mi personalidad resurrecta, seré un hombre dulce, ese hombre. Y por la gracia de Dios, estoy volviéndome más dulce. Los que han estado aquí un rato les contarán: «Es un tipo amable comparado con lo que era antes». Pero yo nunca quiero apartarme de la claridad. Siempre me siento frustrado viendo una entrevista en los medios, cuando el entrevistador dice: «Bien, millones de personas están viendo. ¿Jesús es Dios?». Y contestan: «Pues, hay varias perspectivas, y los críticos creen, y los jeroglíficos antiguos…». Y pienso: «¡Diga que sí!», y golpeo el televisor y digo: «¡Diga que sí! ¡Vamos!». «¿Qué pensará de mí la gente?». Que habló con claridad.

La labor del maestro bíblico no es siempre caer bien a la gente sino siempre hablar claro.

3. Consistencia

Dice de Leví: «En paz y rectitud caminaba conmigo». Cuando la Biblia usa el lenguaje de ‘caminar’, se refiere a un estilo de vida, a caminar con Dios. No es caminar con Él un rato y después caminar con la novia cuando su esposa no está mirando, y después caminar a la iglesia a malversar dinero, y después dejar el camino del ministerio porque se le dio la gana, y regresar a ese camino a volver a pedir su trabajo. O sea, ese no es caminar bien. «Caminó conmigo».

Eugene Peterson lo llama “La obediencia larga en la misma dirección”. Así es, un verdadero maestro de la Palabra de Dios no puede dar marcha atrás. Los otros dicen: «Amo a Jesús, y ahora no; estoy caminando con Jesús, y ahora no». O sea, tienen que seguir hacia delante.

Como Billy Graham: coherente. ¿De qué ha estado hablando Billy Graham toda su vida? De la cruz de Jesucristo. Billy predicó su último sermón hace poco. ¿De qué se trató? De la cruz de Jesucristo. Bien hecho Billy. Alabo a Dios por Billy. Así es, decimos: ¿De qué está hablando Billy? Del pecado, de Jesús, y de la Salvación. ¿Algo más? Eso es todo. Y cuando muera, Jesús le dirá: «Bien hecho, Billy. Tu vida fue coherente».

Algunos de ustedes se enamoran de lo nuevo y se aburren con lo eterno. La clave es ser coherentes a largo plazo. Personas llegan y me dicen: «Pastor Mark, lo que nos dijiste hoy, yo ya lo sabía». Quizás tenga que escucharlo otra vez –por eso la Biblia dice cosas más de una vez– o quizás alguien acaba de llegar y nunca lo habían oído. Coherencia.

4. Valentía

Dice que Leví: «Apartaba a muchos de la iniquidad». Esto requiere valentía. Significa que, y aquí está, la mayoría de los problemas doctrinales históricamente son de índole sexual, aun en nuestros días. La gente quiere experimentar el sexo de una forma contraria a la voluntad de Dios, y de repente lo plantean como si fuera un problema teológico. Eso es lo que está pasando en Malaquías. Los hombres dicen: «Quiero acostarme con esa chica, no con mi esposa. Tenemos complejos teológicos». No, tenemos complejos sexuales con implicaciones teológicas. Tenemos complejos sexuales. Y cuando todos tienen deseos pecaminosos, apartarse de su iniquidad, oh, eso requiere valentía.

Solteros: No, no, no, no, no, y no pueden acostarse con otros, no pueden convivir con otros. No son creyentes, no pueden salir con ellos. No, eviten eso, eviten eso, eviten eso. Parejas casadas: no, no, y no adulterio. No, no, y no a codiciar el cónyuge de otro. No, no, y no a la pornografía. No, no, no, y no, eviten eso, eviten eso, eviten eso, eviten eso. La gente se resiste porque sus malos deseos pueden ser muy fuertes, y reorientarlos puede ser muy complicado.

Falso o verdadero: ¿Malaquías tiene valentía? O sea, dice lo que tiene que decir, tiene valor. Ustedes los jóvenes, óiganme bien. No basta con ser valiente, hay que ser valiente en lo correcto. Esa es la diferencia entre un soldado y un terrorista. Ambos son valientes, pero se equivocaron de causa, al menos el terrorista. Tan pronto digo valentía, hay jóvenes que dicen: «Sí, voy a pelear con todos los líderes religiosos. Voy a ser como Malaquías». No, no lo hará, no lo hará. Sea valiente para la gloria de Dios y el bien de otros, no para su propia prepotencia.

5. Cristo

Todo buen maestro de la Biblia nos señala a Jesucristo. Si olvidan todo lo que dije, y lo más probable es que olviden todo menos lo de las heces, recuerden esto: un buen maestro de la Biblia entiende que las Escrituras son para nosotros; no se tratan de nosotros, se tratan de Jesús. Cada vez que abran la Biblia sin proclamar a Jesús, no abren bien la Biblia. Malaquías se trata de Jesús exclusivamente. Lo verán en las próximas semanas y pueden adelantarse a la lectura. Malaquías 3: « Y vendrá de repente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis».

Mmm, entonces el Señor se volverá hombre y caminará en la tierra, e irá a un lugar llamado el templo que fue destruido en el año 70 d. C., del continuo histórico. El Señor Jesús vendrá a su templo. ¿Cómo sabremos que vendrá? Capítulo 4, al final de Malaquías, un profeta como Elías vendrá a predicar arrepentimiento y hará volver el corazón de la gente para la venida de Jesús. ¿Cuál es su nombre? Juan el Bautista.

Y después Dios dice esto y no dice nada más por 400 años. Les dice: «¡Prepárense para la venida de Jesús!». Y nos encontramos en la misma posición que ellos. Ellos esperaban la primera venida de Jesús. nosotros esperamos su segunda venida. No sé si lo sabían, pero estamos esperando el regreso de Jesucristo en que vendrá a juzgar a vivos y muertos. Ellos esperaban su venida; nosotros esperamos su regreso. Y ellos se aburrieron, fueron tentados, se volvieron indiferentes, y se acomodaron y se fastidiaron.

Y Dios está tratando de llamarles la atención diciendo: «No, no, no, no, y no todavía faltan 400 años. ¿Qué hay de su legado? ¿Qué hay de sus hijos y sus nietos? ¿Qué hay de las personas en su grupo comunitario? ¿Qué hay de las personas en la iglesia? ¿Qué hay de aquellas personas? ¿Serán fieles? Cuando usted muera y se vaya, ¿quién esperará el regreso de Jesús?».

Está tratando de levantarlos de sus circunstancias para que pongan los ojos fijamente en el horizonte de oportunidades de nuestro futuro. Y Jesús vino, y nos damos cuenta por qué Dios estaba tan frustrado con los sacerdotes. Los sacerdotes eran el referente hasta la venida de Jesucristo, nuestro Gran Sumo Sacerdote, que vino a mediar entre Dios y el hombre. Eso es lo que hacen los sacerdotes. Y Dios lo hace volviéndose hombre.

Estos sacerdotes no estaban mediando entre Dios y el hombre. No eran santos; eran impíos. Necesitamos que Jesús sea nuestro Mediador. Jesús también vino a enseñar. Ellos debían enseñar, pero no eran buenos maestros. Jesús como rabino, fue el Maestro Perfecto, y nos enseña que todas las Escrituras se tratan de Él. Y ofrecían sacrificios pero eran sacrificios mediocres. Y Jesús viene y se ofrece a sí mismo como sacrificio perfecto en nuestro lugar, por nuestros pecados.

El propósito, entonces, del sacerdocio era augurar a Jesús como Mediador, Maestro, Sacrificio. Como dice en Hebreos: nuestro Gran Sumo Sacerdote. Y estos sacerdotes se valen de esta oportunidad para corromper el ministerio que a fin de cuentas pertenece a Jesús.

Óiganme bien, el ministerio pertenece a Jesús. El problema con los sacerdotes fue que pensaron que el ministerio era de ellos. Es el ministerio de Jesús. No podían hacerlo como ellos querían. Tenían que llevarlo a cabo como Él quería. Mars Hill no es mi ministerio, es el ministerio de Jesús. No es de ustedes, no es nuestro, es su ministerio. Ellos perdieron de vista ese objetivo. Lo perdieron de vista y como consecuencia no estaban listos para recibir a Jesús en su venida.

Si me permiten, me gustaría fijar sus ojos hacia el horizonte. Eso es lo que Dios está haciendo aquí. Trata de preparar a las personas durante 400 años. No sé cuántos años serán hasta que Jesús vuelva, pero desde ahora hasta entonces queremos edificar y dejar un legado. Mirando hacia atrás y hacia delante, los que conocen mi historia saben que no se trata de mi historia, pero les daré unas cosas para que oren por mí.

Mirando hacia atrás

Dios me salvó a los 19 años de edad. Era un tipo religiosos, moral, y espiritual, pero no conocía a Jesús. Era como los varones en Malaquías. Decía que creían en Dios y que iba a hacer lo que me diera la gana. Y cuando me volví cristiano a los 19 años de edad, Dios me habló en un retiro para varones de mi iglesia. Y era una iglesia genial. Menos mal que no tuve que desaprender muchas cosas que me enseñó mi primer pastor. Él era espectacular.

Dios me habló. Me dijo: «Cásate con Grace, predica la Biblia, entrena a los hombres, y planta iglesias», cuatro cosas. Dios no habla en voz audible muy a menudo. Por eso, no estaba seguro. Eso nunca me había pasado, y se lo dije a mi pastor. Le dije: «Ben, esto fue lo que escuché. ¿Qué debo hacer?».

Porque no hay nada peor que un joven de 19 años ondeando una bandera que dice: Jesús me dijo. Los que tienen 19 años dicen: «Jesús me dijo. Jesús me dijo que serás mi esposa». No me digas, ¿en serio? Pregúntele a su papá a ver si Jesús puso eso en la bandera. O sea, vaya y pregúntele. Jesús me dijo que yo sería un anciano de la iglesia. Jesús me dijo que demoraría 50 años. Mmm, interesante que nos hubiera llamado al mismo tiempo. O sea, no hay nada peor que alguien ondee una bandera que dice: «Dios me dijo». Y si piensa que tiene una bandera que dice: «Dios me dijo», llévela a un líder piadoso a ver si coincide con usted en que Jesús le dio esa bandera.

Fui con mi pastor y con los ancianos y les dije: «Me parece que Jesús me dijo esto, pero tú eres mi pastor, y no sé. ¿Qué piensas?». Me dijo: «Voy a pensarlo, voy a orar, y después te digo». Está bien, gracias. Después me dijo: «Me parece que palabra del Señor. Eso es lo que debes hacer el resto de tu vida. Oraré por ti». Está bien.

Empezó a hacerme discípulo y a animarme. Me dijo: «Se supone que vas a enseñar la Biblia, pero no estás listo. Que vas a plantar una iglesia, pero no estás listo en lo más mínimo. Que debes casarte con Grace si ella acepta, y no estás listo». Y le dije: «Bien, hay mucho que hacer». Por el hecho de que Dios lo llame no significa que esté listo. Tenía mucho trabajo que hacer.

Me casé con Grace a los 21 años de edad, y el pastor ofició el servicio. Nos graduamos, regresamos a Seattle. Estuve en el ministerio universitario un rato. A los 25 años de edad empecé la Iglesia Mars Hill en el otoño de 1996, y no estaba listo. Debí haber esperado más. Debí prepararme mejor. Aprendía a volar, saben, en el aire con los pasajeros. Los que llevan tiempo aquí dirán: «Oh, sí, me enfermé mucho». Les diré por qué. Porque yo era un piloto principiante. Debía haberme sentado en otra silla con un piloto experimentado antes de pilotear mi propio vuelo, pero Dios en su gracia no dejó que me estrellara contra los árboles.

Empezamos la iglesia al mismo tiempo que empezó algo llamado Internet. No sé si habrán oído hablar de eso. Se ha disparado verdaderamente, eso del Internet. Y muchos de nuestro grupo central trabajaban en una compañía que quizás conozcan llamada Microsoft.

Salimos braceando en nuestras tablitas de surf y de pronto vino una ola enorme y empezamos a poner sermones en línea en los años 90. En los años 90. En ese tiempo las iglesias tenían ministerios ¿Recuerdan estas cosas? No tuvimos un ministerio de audiocintas porque no nos alcanzaba la plata para comprar la grabadora y la duplicadora. Y dijeron: «Los pondremos en Internet a ver si hay alguien allá afuera».

Y sí había alguien. Y me sorprende que Dios fuera tan misericordioso de permitirnos vivir un momento en la historia en que la enseñanza bíblica puede ser difundida más lejos y más rápido que nunca. Por eso les pregunté a los técnicos esta semana ¿qué hemos hecho por la gracia de Dios? Y estimaron que he predicado como 3.000 sermones y al menos 7 de ellos fueron sensacionales. He predicado 15.000 horas. He predicado 21 libros enteros de la Biblia. Malaquías es el vigésimo segundo. En enero empezamos Santiago, el vigésimo tercero. Recogeremos una porción de Hechos después de la Pascua, mientras trabajamos en el vigésimo cuarto libro.

He escrito o contribuido en 21 libros. Ni siquiera sé cuántas guías de estudio he escrito. He escrito 1.400 blogs. Cada año descargan mis sermones entre 15 millones y 18 millones de veces. He tenido 16 millones de resultados en YouTube . También hago entrevistas para el entrenamiento de líderes y hago entrevistas en los medios de comunicación, mensajes de conferencias, dicto clases, escribo artículos para Fox o CNN, o para que me reciba, y estoy en los medios sociales también.

Siempre hemos creído en Mars Hill que la enseñanza bíblica sobre Jesús es central y esencial, que una iglesia es más que un sermón, y que una iglesia ciertamente no es menos que un sermón. Es un sermón más una cantidad de cosas más que giran en torno a amar y servir a las personas.

Quiero darles las gracias por dejarme enseñar estos 17 años. Pienso que soy mejor de lo que era hace 17 años, y por la gracia de Dios espero ser mejor dentro de 17 años y seguir enseñando en Mars Hill. Vivo bajo una carga, que cometo errores, y a veces me causa angustia y a veces me causa depresión. Me esfuerzo todo lo posible, y a veces me equivoco y necesito rehacer las cosas. Por favor oren por mí. Tengo bastantes críticos y podría ayudarme si oraran un poco por mí.

Por la gracia de Dios, me encanta mucho poder hacer lo que hago: enseñar la Biblia en la Iglesia Mars Hill. Me encanta que podamos hacer campañas, edificar grupos comunitarios y la vida de la iglesia en torno a la enseñanza de la Biblia. Si van a poner alguna cosa como fundamento, pienso que la enseñanza de la Biblia, acerca de Jesús, es como debe ser y así es como debe empezar. Y les diré esto también: En Mars Hill, mi labor principal es sacerdotal, si usamos el lenguaje de Malaquías. Amar a las personas, organizar sistemas, tratar de ayudar a las personas.

Fuera de Mars Hill, mi labor es más que todo profética, como Malaquías. Decir cosas un poco incitantes y ver el hongo atómico, ¿ven? ¿Alguno de ustedes ha notado eso? Y vivo en esos dos mundos, pero no dejen que ese mundo los distraiga de ninguna manera. «Ámense unos a otros, sean el pueblo de Dios, y no pierdan el tiempo con argumentos estúpidos e insensatos», dice la Biblia.

Dicho lo cual, hace unos años cuando empezaba a enseñar en Mars Hill, estuve con un grupo de pastores jóvenes quienes se habían descarriado con doctrinas raras y aborrecibles en nombre de lo genial e innovador. Y pensé: «No quiero tomar parte en eso». Niegan el infierno y la Biblia y la resurrección. O sea, ¡qué caray! De ninguna manera.

Era joven y carecía de entrenamiento, y traté de buscar un seminario. Pero no pude encontrar uno en Seattle que me emocionara mucho, y encontré el Seminario Western en Portland, Oregón. Me subí a mi camioneta Chevy 1978, a la que afectuosamente llamábamos Chuck the Truck. Me subí a Chuck the Truck. Tenía baja relación de engranaje y no pasaba de 55 millas por hora; rendía solo 2 millas por galón, no tenía aire acondicionado, regulador de velocidad, apoyabrazos, y era tan ruidoso que en él no se podía hablar por teléfono.

Me subí a Chuck the Truck, mi conductor diario en ese entonces, y manejé hasta Portland, Oregón al Seminario Western. Me senté con un profesor y le dije: «Necesito más entrenamiento bíblico», y me dijo: «He oído hablar de ti, y es cierto». Le dije: «Pero no puedo dejar mi iglesia para asistir al seminario», y me dijo: «Entonces desarrollaré un programa para ti, y seré tu tutor, e investiré en ti». Se llamaba Gary Breshears, y me enseñó mucho y trabajó en unos libros conmigo.

Y fui el que más tiempo tardó en obtener su maestría de todas las personas en la historia del universo. E iba una vez al mes en Chuck the Truck por la mañana, y regresaba por la noche; lo hice por muchos años para sacar mi maestría.

Mirando hacia adelante
Por fin saqué mi maestría y en parte mi esperanza era construir un instituto bíblico en Mars Hill que durara más que todos nosotros; algo para que cuando no estemos aquí y nuestros hijos y nietos nos hayamos ido, sea un lugar que enseña la Biblia fielmente, sólidamente, y donde preparamos maestros de la Biblia. Esa era parte de mi visión hace 17 años cuando organizamos la versión original de la Iglesia Mars Hill.

Me complace mucho reportar que Dios contestó todas esas oraciones hace poco. Comenzando el próximo otoño, ofreceremos educación acreditada para licenciatura, en Mars Hill Bellevue, por medio de la Universidad Corban. Empezaremos con un certificado de un año en Biblia y Teología, y ya alcé la mano para ser uno de los profesores junto con otros.

También daremos la bienvenida al Seminario Western que ofrecerá una maestría en divinidad plenamente acreditada (MA y Mdiv) para educación teológica, en Mars Hill Bellevue. Estas dos instituciones otorgarán los títulos. Tienen una larga historia y una buena asociación. Seremos los anfitriones y también participaremos en la institución.

Para los que desean aprender más de la Biblia, aquí está. Para los que quieren volverse maestros de la Biblia en alguna capacidad, aquí tienen. Estamos esperando la aprobación final del Estado de Washington para todo lo referente a la acreditación. Les pido que oren por eso. Estoy muy emocionado por eso. Si desean más información, vayan a MarsHill.com/Schools.

A la luz de eso, uno de los grandes problemas en Malaquías era que quienes les estaban enseñando a los maestros lo estaban haciendo mediocremente, y el pueblo sufrió por eso.

Tenemos por meta y esperanza crear un lugar de buena enseñanza para formar buenos maestros, que enseñen cosas buenas para que las personas tengan vidas buenas por la gracia de Dios. Espero que eso los emocione, porque yo sí que lo estoy, y quiero que dar la bienvenida a Corban y a Western.

Una oportunidad de responder

Me pasé del tiempo, sé que no les sorprende, así que ahora vamos a recoger nuestros diezmos y ofrendas para contribuir al legado de nuestro futuro y a lo que Dios tiene para nosotros. Además, participaremos en la Cena del Señor donde damos a Dios lo peor que tenemos: nuestro pecado, y recibimos lo mejor de Dios: la muerte de Jesús en nuestro lugar, por nuestros pecados como nuestro Sustituto y nuestro Salvador. Y en esta transición de nuestro tiempo de adoración, quiero que vean lo que Dios está haciendo y espero que esto abra sus corazones. Así que abran los oídos y los corazones y escuchen y vean lo que Jesús está haciendo ahora.

[Video]

Pastor Sutton: Hola, Iglesia Mars Hill, soy el pastor Sutton. Estoy aquí con mi familia. Mi esposa Marcy, mi hija Grace, mi hija Faye, y Joe Joe. Estamos aquí para darles las gracias por ser parte de la familia ampliada de Mars Hill Global.

Y Jesús ha hecho cosas asombrosas por medio de Mars Hill Global este año. Como ustedes saben, apoyamos plantadores de iglesias y evangelistas en Etiopía y en la India. En los últimos 12 meses, hemos apoyado a 20 evangelistas en Etiopía. Predicaron el evangelio a 11.000 personas conozcan a Jesús, y 890 personas fueron salvas, es simplemente asombroso.

Y en la India en colaboración con Arjuna y Vision Nationals hemos plantado más de 53 iglesias. Y el año entrante, algo súper emocionante es que nuestros 43 plantadores de iglesias y evangelistas aumentarán en número y serán 73. Así que les pido que sigan orando y dando a Mars Hill y a Mars Hill Global. Y estoy orando para que por medio de la iglesia Mars Hill, los legados sean transformados y cambiados por Jesús, no solo en Estados Unidos, sino en Etiopía y en la India. Gracias.

Pastor Seth Winterhalter: Hola, soy el pastor Seth Winterhalter en la iglesia Mars Hill de Olympia con mi familia: mi esposa, Rachel, mis niños, Raelynn, Rebecca y el bebé, Samuel. Les hablamos del edificio nuevo en Mars Hill de Olympia. Estamos al punto de trasladarnos en los finales de este año. Y gracias por orar, saben. Cosas maravillosas estan pasando aquí como seguimos llegando a los cuatro condados, más que 12 ciudades y 500,000 personas que oramos que se impacten por Jesús Cristo.

Gracias por juntarse con nosotros y oramos que ustedes sigan orando por nosotros como vemos que más gente se transforma en líderes de CG, líderes de RG, líderes del equipo de servicio como impactamos al Sound del sur para la gloria de Jesús. Nuestra gran meta es ver cambiado los legados y oramos que junten con nosotros como continuamos ver a Dios haciendo su obra aquí en el Sound del sur y en la ciudad capital, Olympia.

Pastor Bubba: Soy el pastor Bubba con mi esposa Shelly, nuestro hijo Jones, nuestro hijo Jackson, y estamos en Tacoma Washington donde la necesidad es mucha. Hay más de un millón de personas en esta área que todavía no conocen a Jesús. Y digo todavía porque estamos plantando Mars Hill Tacoma en el área para que sea una con alcance regional para muchas ciudades. Y les pido que estén orando por nosotros. Oren por más líderes. Necesitamos 10 pastores más, 60 grupos comunitarios más. También les pedimos que oren por más conversiones, que las personas conozcan a Jesús, que Jesús salve a las personas. Estoy orando por 200 bautismos en 2014.

Y queremos darles las gracias. Gracias por orar, gracias por dar, gracias por ayudar a construir el legado en Tacoma.

Pastor Matt Wallace: Hola, Mars Hill. Soy el pastor Matt Wallace, con mi nueva esposa, Meg, y nuestros cinco niños, Kate, Kai, Corban, Canon y Crew. Estamos muy emocionados a decirles que tenemos un lugar nuevo. Oramos que cuando lanzamos Mars Hill de la playa Huntington el 12 de enero más que 900 personas viniera. Sólo es 900 de las 3 mil millones que viven en Orange County. Y casi 20 por ciento de esllos que viven dentro de 5 milas de este nuevo lugar. Mas, como ven, tenemos mucho que hacer, así por favor oren por nosotros.

Oren que tengamos líderes. Oren que tengamos voluntarios Oren que tengamos la audacia para el objectivo que está adelante de nosotros. Y queremos construir un legado aquí en el sur de California, haciendo dicípulos y plantando iglesias en los próximos 20 o 30 años. Así, les damos las gracias, Mars Hill, por dar y gracias por orar.

Pastor Ryan: Hola, Mars Hill. Soy el pastor Ryan desde Phoenix. Esta es mi familia: mi esposa Kate, nuestra hija Ella, nuestro hijo Liam. Estamos aquí en nuestro edificio. Es una galería de arte. Queda en el centro de Phoenix. Es un lugar genial donde reunirnos y estamos muy emocionados de estar aquí. Más de 4 millones de personas viven en las áreas aledañas al centro de Phoenix, y muchas de ellas no conocen a Jesús, por lo tanto tenemos una maravillosa oportunidad de invitar a las personas a tener una relación con Jesucristo. Hasta ahora hemos estado muy bendecidos aquí en Phoenix: 386 personas vinieron a nuestra reunión del primer trimestre hace unas semanas. Y la semana pasada, lanzamos nuestros primeros 14 grupos comunitarios, y casi 100 personas vinieron a nuestra primera semana de Comunidad. Así que, Dios está haciendo cosas maravillosas, pero necesitamos muchos líderes más para nuestro lanzamiento público el 12 de enero. Necesitamos más ayuda en producción, más voluntarios para los niños, más seguridad, más líderes de grupos comunitarios. Así que por favor oren por eso mientras seguimos adelante hacia nuestro lanzamiento público. Gracias por orar, gracias por dar mientras vivimos para un legado aquí en Phoenix.

Pastor Ryan: Hola, Mars Hill. Soy el pastor Ryan. Esta es mi maravillosa esposa, Natasha, y estamos en el auditorio de la Iglesia Mars Hill Everett, en la armería. Está a punto de ser transformada en un lugar donde tendremos 700 sillas disponibles para que la gente venga a escuchar la proclamación del Evangelio de Jesús en el corazón de Everett. Estamos súper emocionados de estar aquí. Se nos ha dado una oportunidad tan maravillosa aquí en el corazón de Everett para ministrar a esta ciudad y a este país. Confiamos que Jesús seguirá haciendo lo que ha estado haciendo en los últimos 2.000 años: edificando su iglesia. Por eso queremos invitarlos a orar por nosotros. Necesitamos muchísimos voluntarios. Tanta gente nueva ha venido a nuestra iglesia que no cabemos en el espacio que teníamos. Estamos a punto de mudarnos a otro espacio. Así que oren para que vengan y participen más voluntarios. Creemos que este edificio quedará en pie otros 100 años más, y creemos que aquí Jesús cambiará los legados, para su gloria, y que las familias, generación tras generación de familias, adorarán a Jesús aquí en este espacio, y que sus corazones serán cambiados, y que miles de personas van a ser bautizadas para la gloria de Dios.

Pastor Mark: Hola, soy el pastor Mark con la familia. Parte de la serie Vivir para un legado, es prepararlos para lo que se avecina el próximo verano. Tenemos algo nuevo y súper genial que llamamos el Festival de Jesús. Escogeremos un día bonito para estar afuera. Tendremos casa inflables para los niños, muchas cosas divertidas. También habrá bautismos, predicación, y música de Marymoor Park. Todas las iglesias Mars Hill son bienvenidas. Queremos verlos a todos ahí.

Además, comenzando este otoño, me alegro anunciar que oficialmente decidimos llevar la Universidad de Coran y el Semenario Western a Mars Hill Bellevue. Empezamos la iglesia hace 17 años. No teníamos hijos. Ashley fue uno de los primeros niños que nacieron, y ahora esa primera generación se está preparando para la universidad, y es hora de prepararnos para ayudarles a prepararse para su futuro.

Así que ofrecemos una educación plenamente acreditada de grado y posgrado, basada en la Biblia, y enfocada en Jesús en Mars Hill. Los créditos serán transferidos a otras universidades. Ambas instituciones son acreditadas. Estamos emocionados por eso, y con 3.000 niños menores de 10 años, tenemos que alistarnos para los líderes del futuro. Y la familia Driscoll desea dar a la familia de la iglesia una felicísima Navidad. Bien hecho.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.