El capítulo 10 del libro es el que nos ha metido en todos los problemas. Hace poco fui a un partido de fútbol. Casi nunca voy al fútbol, pero me dieron boletos gratis y quise llevar a mi familia. En realidad me pareció súper, súper, súper, muy, muy, genial haber ido. Hicieron algo llamado el tiro libre. ¿Alguna vez han visto un tiro libre en el fútbol? Es cuando el tipo trata de colocar el balón en la malla y otro tipo hace barrera frente a él con el objeto de parar el balón, pero saben que viene el tiro y que les va doler. Los hombres tienden a pararse así. Debería predicar este sermón en esa postura. Este es el que me mete en todos los problemas. Se trata de la pregunta «¿podemos?». Les pediré que oren por mí en esta sección. Si lo hago mal, tendré que despedirme a mí mismo.
La idea principal es esta. La Biblia es perfecta, inspirada por Dios, y verdadera. Contesta muchas preguntas. No contesta todas las preguntas. Y la pregunta es , «Si tenemos una pregunta, sobre todo acerca de la intimidad conyugal, y la respuesta no está en la Biblia, ¿a dónde la buscamos?». Ahí es donde estamos tratando de brindar ayuda con la pregunta «¿podemos hacer tal cosa?”, que tienen los matrimonios. A veces la Biblia sí tiene respuesta, a veces la Biblia las contesta en principio. A veces puede que la Biblia no las conteste en forma específica para darnos claridad.
He enseñado este contenido en muchas naciones. Lo he enseñado por todo Estados Unidos. Y he lo he usado en parte cuando coauspicio Loveline con el Dr. Drew. Hemos hecho muchísimas entrevistas en los medios. Los temas que estamos tratando no son temas poco comunes, solamente son pocos comunes en la iglesia. Las revistas en la fila del supermercado a la vista incluso de los niños escritas para mujeres, tienden a contestar muchas de las mismas preguntas, y solo estamos tratando de ayudar a las personas con la Palabra de Dios y darles alternativas a la pornografía y la cultura y a las revistas degradantes para hombres y mujeres.
Pensarán, ¿por qué semejante introducción? Parece que tiene miedo. Sí, tiene miedo. De acuerdo, así que…
Les diré por qué escribimos esto capítulo y por qué predico esta versión PG (para menores acompañados). Primero, el sexo es un aspecto singular de la relación conyugal. No forma parte de ninguna otra relación, es una característica que distingue el matrimonio, por tanto es importante.
Como dije, segundo, la Biblia contesta muchas preguntas pero no todas las preguntas que tenemos.
Tercero, queremos que las parejas piensen, hablen, y oren sobre la intimidad en su matrimonio. Queremos que hablen de ciertas cosas. Y en realidad muchas parejas están pensando, «Me gustaría hablar de eso pero me siento incómodo (a) y sería mejor que tú abordaras el tema, o quizás debo abordarlo yo. No, los Driscoll lo abordaron por nosotros. Le quitaron la incomodidad y ahora podemos hablar tranquilamente. Oye, estaba leyendo el libro. Notaste en la página tal y tal, ¿has pensado en eso alguna vez? ¿Podríamos hablar de eso?».
Además, cuarto, queremos ayudar a las personas a saber en el matrimonio lo que pueden hacer, no lo que tienen que hacer. Hay una gran diferencia. Estamos diciendo, «Esta es toda su libertad—y no necesitan usarla toda—pero aquí está toda su libertad. Siéntanse libres conforme a su consciencia y convicción con acuerdo mutuo y oración de considerar con cuidado, de decir, ‘Haremos esto, no aquello. Porque esto nos parece bien, no aquello’».
Además, quinto, creemos que el ministerio público y privado deben ser lo mismo. Las preguntas que contestamos son preguntas que la gente le hace a su consejero o a su pastor en privado, y queremos que esos temas sean tratados en público para que más personas puedan recibir respuestas y ayuda. Por lo tanto no distinguimos entre el ministerio público y privado.
Sexto, las preguntas que contestaremos son un punto de inicio, no un punto final. No estamos dándoles todo lo que dice la Biblia al respecto. Estamos diciendo, «Aquí tienen unos lugares donde los dos pueden empezar a estudiar y a dialogar».
Séptimo, pensamos que nada debe ocurrir en el lecho matrimonial a menos que Dios, el gobierno, el marido, y la mujer estén de acuerdo.
Octavo, creemos que el qué y el por qué son importantes. No se trata solo de lo que uno quiere, sino por qué lo quiere hacer. La motivación es importante.
Y noveno, creemos que los padres de familia necesitan ser más precisos en hablar sobre temas sexuales con sus hijos. La edad promedio de exposición a la pornografía en Internet es de 11 años. Los mayores consumidores de pornografía son los niños de 12 a 17 años, y la persona promedio pierde su virginidad a los 16 años. Es muy común que los estudiantes de secundaria y preparatoria se manden mensajes con contenido sexual y compartan fotos explícitas de sus novios y novias y de unos con otros. Y muchos estudiantes de secundaria y preparatoria consideran sexo únicamente un solo acto, y hacen toda clase de cosas diferentes mientras ostentan el anillo de celibato que les regaló su padre, sin saber que en efecto están pecando. Por eso debemos ser específicos en instruir desde temprano a nuestros hijos.
Bien, esa fue la introducción. El asunto es este. Las preguntas sexuales que tienen las personas, incluso Uds., son generalmente algo poco novedoso. La tecnología, la Internet, y algunas cosas han creado nuevas preguntas, pero muchas de las preguntas son muy viejas.
Había una ciudad en la Biblia llamada Corinto. Allá, Pablo escribió muchas cartas. Tenemos primera y segunda de Corintios. Escribió al menos una carta adicional. Pero no la tenemos. Estaba tan enfadado. No fue escrita bajo la inspiración del Espíritu Santo, por lo cual el Espíritu Santo se encargó de perderla en beneficio nuestro. Sí, el pastor Pablo se frustró un poco.
Tenían una lista de preguntas para él. Vivían en una ciudad muy sexual. Tenían preguntas sobre la vestimenta transexual. ¿Los hombres pueden vestirse como mujeres y las mujeres como hombres? Tenían preguntas sobre la homosexualidad, y la fornicación, que es el sexo antes de casarse. Tenían preguntas sobre el adulterio y el incesto, y un tipo estaba cohabitando parece que con su madrastra, y no pensaban que eso tenía nada de malo porque estaban abiertos a la tolerancia, la diversidad, y todos tenían calcomanías de arco iris en el parachoques, detrás de sus camellos y carros.
De modo que Corinto era una ciudad muy moderna. También tenían un templo para una religión pagana que empleaba más de 1.000 prostitutas y prostitutos; y básicamente convertían un club de striptease en una «iglesia», entrecomillas. Mejor dicho, era una ciudad muy confundida llena de nuevos cristianos. En aquellos días, si una mujer era muy licenciosa moralmente en la jerga de aquella época la llamaban una chica corintia. No estoy diciendo que eso sea bueno, sino que eso era lo que decían en esa época.
Pablo pastoreaba una iglesia ahí, y se había ido por una temporada, y le habían hecho una cantidad de preguntas, muchas de ellas sobre el sexo y el género. Y les da respuesta en 1 Corintios en particular en una sección sobre todas sus preguntas sexuales. Escribe en 1 Corintios 6:12: «Todas las cosas me son lícitas, pero no todas son de provecho. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna». Algunas traducciones dicen, «no me volveré esclavo de nada».
O sea que no estoy diciendo que esto es lo único que dice la Biblia al respecto, sino que a partir de esto podemos sacar tres buenas preguntas para hacernos pensar, orar, estudiar, y dialogar con nuestro cónyuge sobre las preguntas particulares que surgen sobre lo que podemos hacer.
La primera pregunta es, «¿es legal?». Estamos viendo, primero, ¿qué dice el gobierno? Si ilegal, como dice Romanos 13, debemos obedecer al gobierno. Si uno tiene 35 años y quiere salir con alguien de 15 años, es ilegal. ¿Cierto? Es ilegal. Hacemos preguntas así, porque ciertas cosas son ilegales. Hacemos preguntas sobre lo que dice el gobierno.
Pero además, sobre lo que Dios dice. Porque hay cosas que aunque no son ilegales, son pecaminosas. El gobierno no las considera malas, pero Dios sí, como el adulterio. O sea, si su cónyuge trágicamente comete adulterio, no puede llamar al 911… «Aló, ¿qué emergencia tiene?». «Mi cónyuge cometió adulterio». Le dirán, «No mandamos a la policía por cosas así. No es un crimen. Ud. no puede completar el formulario y presentar cargos porque no es ilegal». No es ilegal, pero es pecado. El gobierno no lo considera necesariamente hacer algo malo, pero Dios sí.
Por tanto debemos preguntarnos dos cosas: «¿Qué dice el gobierno? y ¿qué dice Dios? En realidad es lícito?».
La Biblia dice lo siguiente. La Palabra de Dios dice, el Dios de la Palabra dice que son pecado. El pecado sexual incluye la homosexualidad, el erotismo, la bestialidad, la bisexualidad, la fornicación, amigos con beneficios, el adulterio, el libertinaje, la prostitución, el incesto, violaciones, poligamia, poliandria (que es una mujer casada con varios esposos), lujurias pecaminosas, pornografía, pedofilia, tocar a alguien sexualmente de cierta manera con o sin ropa si no está casado (a) con esa persona, y mirar o hablar sexualmente con otra persona que no sea su cónyuge, incluyendo en uso de tecnología.
Y me imagino que uno de Uds. habrá pensado, «Se le olvidó una». Es desagradable. Hay que incluirlo también. ¿De acuerdo? La Biblia usa una palabra rebuscada llamada «pornea», y Jesús usa esa palabra, que traducida significa inmoralidad sexual. Representa una categoría grande de toda clase de pecados sexuales, porque si Dios nos diera solo una lista de cosas los pecadores se idearían otra manera de hacerlo, por su corazón pecaminoso. Por eso Dios dice, «etcétera», y la palabra griega «pornea» es la raíz de nuestras palabras pornográfico o pornografía obviamente.
Por tanto, si quieren hacer cualquiera de estas cosas, se preguntan, «¿Podemos hacer tal cosa?», o «¿Puedo hacer tal cosa?». La respuesta es no, no puede. No pueden hacerlo y ser fieles a Dios. No pueden adorar a Dios y hacer esas cosas. Porque al hacer esas cosas, están adorando el sexo como un dios, y pecan contra el Dios verdadero.
Básicamente estamos hablando de la intimidad conyugal para un esposo y su esposa dentro del pacto matrimonial sin adicionar a nadie más de ninguna manera: solo marido y mujer. ¿Bien? Esas son las limitaciones, las restricciones, y la protección que Dios de pone a este don del sexo para que no se convierta como en un dios y no lo veamos como algo que da asco, sino como algo que recibimos como un don para ser disfrutado y administrado para la gloria de Dios y nuestro propio placer.
Segunda pregunta, ¿ayuda? Es lo que pregunta Pablo. ¿Ayuda? Digamos que contestan la primera pregunta y dicen, «No es ilegal, pero la Biblia no lo prohíbe. ¿Podemos hacerlo?». La siguiente pregunta es: ¿Ayuda, o perjudica el matrimonio?». Hay cosas que puede que no sean pecaminosas, pero puede que tampoco ayuden a su matrimonio. ¿Ven la diferencia?
Volviendo a por qué Dios creó el sexo. Hay seis razones, según la Biblia. El placer. En los Cantares de Salomón, no mencionan a los niños, aunque son una bendición. Se tratan únicamente de los placeres de la intimidad conyugal. Si uno de Uds. siente dolor, malestar, le hacen daño o lo (a) lastiman, o es abusado (a) de alguna manera, la respuesta es no.
También es para hacer hijos. La Biblia dice: «Sed fecundos y multiplicaos; poblad en abundancia la tierra, y multiplicaos en ella». Los hijos son una bendición. No siempre que una pareja esté junta tienen que concebir hijos tener hijos, pero sí, es perfectamente aceptable decir: «Queremos empezar una familia, y una de las razones por la que queremos ser íntimos es porque nos gustaría ser padres de familia». Eso es perfectamente aceptable a los ojos de Dios, y de hecho puede ayudar.
También es para el conocimiento. Génesis 4:1 dice que «El hombre se acostó con su esposa, Eva, y la conoció». Si les permite conocerse a un nivel más profundo de intimidad, para atesorar, disfrutar, y explorarse uno al otro, y sus conciencias están limpias, y no es pecado contra Dios y no infringe las leyes del gobierno, entonces tal vez podría ser algo que les ayude. Pero si los separa, si uno siente que el otro se está aprovechando de él o de ella, o se siente abusado (a), descuidado (a), o usado (a), eso no ayuda a desarrollar el conocimiento entre los dos. No es invitar a la otra persona a ser más transparente para llegar a conocerla. Es usar y abusar a la otra persona.
Cuarto, es para protegernos. 1 Corintios 7:2–5 dice que el marido y la mujer están obligados a cumplir su deber conyugal, pero no deben privarse uno al otro excepto por común acuerdo y por cierto tiempo para dedicarse a la oración, a fin de que no sean tentados por su falta de dominio propio. A veces el esposo tiene ánimos pero la esposa no y se juntan los dos. Después, ella tiene ánimos pero él no y se juntan los dos. Es una pareja que se sirve mutuamente uno al otro sin tomarle en cuenta esas cosas, diciendo, «No hay excusa para el pecado sexual fuera del matrimonio, pero si te sirvo, y tú me sirves, es salvaguarda y protección contra la tentación». ¿Cierto? Es una razón perfectamente aceptable. Por tanto, eso podría ayudar.
Quinto, es para el consuelo. En segundo de 2 Samuel 12:24, hay un relato donde muere un niño, y la pareja tiene relaciones íntimas para consolarse porque, como he dicho muchas veces, no tiene remedio y ya no quieren hablar de eso. No quieren soportarlo solos por lo tanto se juntan. Podría ser una ocasión perfecta para que una pareja se junte.
Sexto, es para la unidad. Génesis 2:24 dice que los dos serán una sola carne. Entonces, la pregunta es, ¿los une o los separa? ¿Ambos tienen la conciencia limpia o uno de Uds. quiere hacer algo que le remuerde la conciencia al otro? Ambos sienten que es algo que quieren hacer juntos, o se sienten conminados o empujados a hacerlo, o están siendo abusados y acosados, o inclusive agredidos y forzados? ¿Hace que sean uno o dos? ¿Hace que su cónyuge se sienta más cerca a Ud., o a sentirse más en peligro, más abusado, que se aprovecha, lo descuida, lo usa y lo abusa? No sé qué problemas puede tener en su matrimonio.
Y para los solteros, Uds. ni siquiera conocen esta clase de sexo si han estado fornicando antes de casarse, o si han estado metidos en la pornografía. No entienden las razones bíblicas del sexo. Necesitan renovar la mente para que al prepararse para una relación sexual en el matrimonio puedan empezar a pensar bíblicamente antes de llevarlo a la práctica.
Ante todo, ¿es legal? ¿Qué dicen Dios y el gobierno al respecto? Segundo, ¿ayuda? ¿Edificará nuestro matrimonio, o lo quebrantará? ¿Nos unirá más o nos apartará más? ¿Ambos tenemos la conciencia limpia, o no? ¿Cuál es el móvil de nuestro corazón? ¿Por qué queremos hacer o no hacer esto? Esa clase de preguntas.
Lo que les estoy pidiendo que hagan las parejas casadas y a los comprometidos que esperan casarse es ponerse cara a cara, como amigos, y que hablen de esto. Algunos de Uds. dirán, «Me siento muy incómodo (a) hablando de eso». Pues se sentirá igual de incomodo (a) cuando lo haga, así que de paso hable primero del asunto.
Conozco muchas parejas casadas cristianas, a veces por el hecho de que uno de ellos siente que el sexo da asco, no hablan del asunto. He estado en sesiones de consejería con parejas amargadas, frustradas, y separadas, y les pregunto, «¿Qué les gustaría hacer?». Y uno de ellos me dice, «Me gustaría hacer tal cosa». Y el otro dice, «No tengo inconveniente con eso». «¿En serio?». «Sí». «¿Entonces, porqué vinieron a verme? O sea, los amo y me encanta estar aquí, pero quieren hacerlo; no tienen inconveniente en hacerlo. Podían haber resuelto esto en su hogar sobre el sofá». Dejémoslo así. Quiero decir, que hablen del tema… y de otras cosas.
Bien, la tercera pregunta es, «¿los esclaviza?». Puede que les suene rara la pregunta. Algunas traducciones dicen, vencido o «dominado por ello». Es el lenguaje que usa la Biblia para describir la esclavitud. Y al pensar en la esclavitud, por lo horrorosa que es en Estados Unidos, tendemos a pensar en una persona que se apodera o abusa de otra persona, tratándola como una propiedad aunque son portadores de la imagen de Dios.
Y ciertamente existe esa clase de esclavitud, y trágicamente continúa hoy en el comercio de esclavas y esclavos del sexo, en la industria del entretenimiento para adultos y en la pornografía donde las mujeres jóvenes, incluso las niñas son esclavizadas, son compradas y vendidas. Es un mal horroroso, y es una clase de esclavitud.
Otra clase de esclavitud, según la Biblia, es perniciosa, frecuente y más sutil y por eso es menos vista, que es cuando escogemos esclavizarnos a un amo. Decidimos esclavizarnos a algo o a alguien. En nuestra cultura usamos el lenguaje de la adicción. Ser adicto, según la Biblia, es ser esclavizado. Es el lenguaje bíblico de la adicción.
La adicción es un término más terapéutico que “víctima”, “soy débil”, o “algo se ha apoderado de mí”. La esclavitud contextualiza con el evangelio, «Pertenezco a Dios, pero Satanás le ha puesto la carnada al anzuelo», si puedo usar una ilustración puritana. «Vi la carnada. Ignoré el anzuelo. Mordí, y ahora me está arrastrando para hacerme su posesión, para hacerme daño y destruirme. Ahora me controla y es mi amo».
Ahora lo que necesitamos es no solo superar la adicción, sino que Jesús sea nuestro Salvador, nuestro Libertador, nuestro Redentor, para sacarnos el anzuelo de la boca y apartarnos de nuestro enemigo, de la esclavitud, y de nuestra miseria. Necesitamos a Jesús. Vino a librar a los cautivos. Lee del rollo Isaías al comienzo de su ministerio terrenal, y en parte dice «El Espíritu del Señor está sobre mí. Me ha ungido para predicar las buenas nuevas y librar a los cautivos». Librar a los cautivos incluye las drogas, el alcohol, el sexo, las apuestas, la violencia, y toda clase de esclavitud y cautiverio.
Por tanto, aunque ciertas cosas no sean pecaminosas, pueden esclavizarlo a uno. Les daré algunos ejemplos. Algunos de Uds. no deben tomar alcohol en absoluto; no porque sea pecado, sino porque puede volverse su amor y esclavizarlos, controlarlos, y dominarlos. No pueden controlarlo; los controla a Uds. Puede que sean libres para tomar si conforme al gobierno (tienen más de 21 años de edad) y conforme a la Biblia (no emborracharse ni tentar a otros a hacer lo mismo gloriándose en su libertad). Algunos de Uds. dirán, «Tengo libertad, pero uso toda mi libertad porque soy débil, no fuerte, y conduciría a la esclavitud». ¿Entienden?
Por ejemplo, en mi familia ha habido muchos alcohólicos y como resultado hombres con temperamentos violentos, malgeniados, y abusivos, y muchas cosas horrendas. Por eso no tomé. Cuando me volví cristiano, sabía lo que dice la Biblia, o sea que Jesús hizo el alcohol y que tomar no era necesariamente pecado; pero para mí, era cuestión de conciencia. Por eso no tomé. Nunca tomé hasta que cumplí 30 años de edad, y sentí que no quería dejarme esclavizar por algo.
Ahora, de vez en cuando me tomo un vaso de vino con la cena. Y no quiero hacer tropezar a nadie ni gloriarme en mi libertad, o emborracharme, ni nada por el estilo, pero fue por razones de conciencia para mí por cuanto no usé toda mi libertad por muchos años, porque temía que perdería mi libertad y terminaría esclavizado. ¿Entienden?
Así que permítanme tomar ese principio y volvamos al tema de la sexualidad. Puede que en el matrimonio haya cosas permisibles, pero no son beneficiosas porque podrían ser cosas que no podemos dominar. Son cosas que podrían dominarnos por la siguiente razón: Nuestro cuerpo, con ciertos placeres, libera lo que llaman una pócima bioquímica de amor. Es como el lenguaje común para muchas cosas que ocurren biológicamente y neurológicamente en nuestro cuerpo, y conseguir lo que uno quiere biológica, química, y neurológicamente produce la misma clase de euforia que el opio o la heroína. ¿Alguna vez han visto a alguien adicto al opio o a la heroína? Las personas adictas al sexo consiguen un efecto muy similar en una parte muy similar del cerebro. Como resultado, se vuelven adictos en forma similar. Esto pasa sobre todo con la pornografía.
Dios creó este gran placer para conectarnos, ligarnos, hacernos desear a nuestro cónyuge, que es como la gravedad que atrae a marido y mujer. Y si hay castidad antes de casarse, fidelidad en el matrimonio, tendrá dos siervos amantes que son amigos y obedecen la Palabra de Dios, que viven dentro de su libertad y se disfrutan mutuamente.
Están conectados absoluta e inexplicablemente en todo nivel. Teológicamente, adoran a Dios. Emocionalmente, se aman uno al otro. Económicamente, experimentan juntos la vida. Físicamente, pasan tiempo en presencia del otro. Verbalmente, se hablan uno al otro. Y sexualmente, disfrutan el uno del otro. Están conectados en todos los niveles de una manera profunda. Esa fue la gloriosa intención de Dios.
Y cuando pecamos, tomamos esa poderosa conexión y nos unimos a la personas con la que estamos saliendo, nos unimos a la pornografía, nos unimos a varias clases de pecados sexuales que resultan en esclavitud y adicción. Estamos jugando con algo, sexualmente hablando, muy poderoso para bien o para mal. Por tanto debemos ser sabios administradores de este gran don. Puede conectar a una pareja en forma absoluta o puede tomar a ambas personas en el pacto matrimonial y puede conectarlas con alguien o algo más de una manera mortífera, destructiva, y abominable.
Por eso dice en Job 31:1, «Hice pacto con mis ojos, ¿cómo podía entonces mirar a una virgen?» Lo que está diciendo es, «No voy a conectarme con nadie más». Por eso los requisitos para ser anciano en 1 Timoteo 3 y Tito 1, también llamado pastor en el Nuevo Testamento, el más alto líder espiritual, ha de ser, «Marido de una sola esposa». En griego, traducido literalmente significa que es hombre de una sola mujer. Piensa en ella. Le habla. La busca. La disfruta. Sus deseos son para ella. Y esos líderes espirituales deben dar ejemplo a todo el pueblo de Dios que todos los hombres han de ser hombres de una sola mujer, y todas las mujeres han de ser mujeres de un solo hombre. Es lo que Dios desea.
Por tanto, debemos preguntarnos, «Si hacemos esto—» y digamos que es legal a los ojos de Dios y del gobierno. En segundo lugar, digamos que pueda ser útil para una de las seis razones por las que Dios nos dio el don del sexo, tenemos que hacer la tercera pregunta. Básicamente, ¿vamos a meternos en problemas? Vamos a volvernos adictos a algo impío, que no ayuda, y que por ende nos hará infelices?
Porque lo que pasa es que creamos algo llamado un camino neurológico cuando buscamos esa clase de placer. Un biosicólogo cristiano llamado Struthers ha hecho una investigación muy útil en esta área dice, «Si encontramos placer por algún camino, nos aventuraremos con más frecuencia por ese camino más frecuentemente. Finalmente, lo convertimos en un camino bien trillado de placer, hasta que indefectiblemente nos consume, o quizás nos volvemos adictos».
De una manera muy buena y saludable, ese camino podría ser su cónyuge. Ud. piensa, «Necesito a mi cónyuge. Me gusta mi cónyuge. Pienso en mi cónyuge. Me siento atraído (a) a mi cónyuge. Deseo a mi cónyuge. Quiero estar junto a mi cónyuge». Eso no es malo. ¿Amén? Es algo bueno.
Pero si en el camino del placer hay algo más o alguien más, creamos un camino neurológico, biológico y sicológico que se convierte en un ciclo de adicción. Nuestro ciclo de esclavización. Por tanto debemos entender esto. Algunos de Uds. saben a qué me refiero porque han dormido con muchas personas. Han mirado pornografía. Se han vuelto adictos a ciertos juguetes. Ahora no disfrutan de su cónyuge únicamente porque en realidad ya no es el objeto de su afecto donde ha puesto su más fuerte deseo. Eso es lo que ha pasado.
Por eso debe evitar el camino viejo y necesita crear un nuevo camino. Para los solteros, no hay camino, ¿de acuerdo? Para los casados, tienen que crear caminos de placer nuevos, saludables, y santos, para que puedan tener esa conexión solamente con su cónyuge y evitar los viejos atolladeros.
Y para algunos de Uds. que les gusta hacer cosas prohibidas, cosas innombrables, cosas pecaminosas, o sucias, o quizás hasta los puedan pescar in fraganti, porque no solo disfrutan del placer, la culpa y la vergüenza les provoca una descarga de adrenalina que los hace más adictos mientras su cuerpo se une fuertemente a los efectos de la droga.
¿Alguna vez han oído a alguien con sensación endorfínica? Eso sucede porque en cierto momento el cuerpo libera una cantidad de adrenalina y les gusta la sensación que produce. Por eso ciertas personas se vuelven adictas a cosas como el paracaidismo, las carreras de motos, y algunas actividades de alto riesgo que no siempre son pecaminosas, pero uno sí puede volverse adicto al torrente de adrenalina.
Si combina eso con el placer de la intimidad, añade ese elemento de lo prohibido con el subidón de adrenalina. Ahora tenemos a una persona que puede volverse muy adicta y algunos de Uds. están es ese estado, y algunos de Uds. encuentran difícil salirse de ese estado. Les sugiero que sean sinceros antes de ser sorprendidos y que consigan ayuda para que puedan salir de su esclavitud.
Patrick Carnes es un investigador que hizo unos de las primeras investigaciones de larga trayectoria sobre la adicción sexual. Muchos famosos siguen acudiendo a él hoy. No sé si conoce a Jesús, pero ha planteado alguna pautas y advertencias y se las presento a Uds. para que las consideren.
Primero, un patrón de comportamiento fuera de control que demuestra que está esclavizado.
Segundo, consecuencias severas por causa del comportamiento sexual que indica que está esclavizado.
Tercero, la incapacidad de parar pese a las malas consecuencias. Cosas malas le siguen pasando, pero sigue con lo mismo. Esclavizado.
Cuarto, cambios severos del estado anímico en torno al comportamiento sexual. Si no consigue lo que quiere, actúa como un adicto que busca desesperadamente el “remedio”. Si consigue lo que quiere, siente los efectos un rato. Esto indica que está esclavizado.
Quinto, búsqueda permanente de comportamientos de alto riesgo. Sigue rebasando los límites. Nunca está satisfecho. Las actividades se vuelven más peligrosas, más oscuras, más mortíferas. Está esclavizado.
Sexto, un esfuerzo recurrente de parar o limitar comportamientos. «Nunca volveré a hacer eso. Lo volví a hacer. Está bien, no lo volveré a hacer tan frecuentemente. Lo haré menos para controlarlo». Ud. no lo controla, aquello lo controla a Ud. Indica que está esclavizado.
Séptimo, pasa demasiado tiempo enfocando cuestiones sexuales. De repente, solo piensa en eso. Se la pasa en Internet mandando correos electrónicos, mensajes de texto, mirando cosas, obsesionado. Empieza a gastar dinero. Empieza a encarnar sus fantasías. Sigue en espiral. De repente, se convierte en un alto porcentaje de su vida. Indica que está esclavizado.
Octavo, empiezan a aumentar las experiencias sexuales. «Estoy aburrido con eso. Necesito hacer más. Necesitamos exceder los límites. Tenemos que ir más allá. No es suficiente para mí. Más, más, más, más». No estamos hablando de alguien ignorado en su matrimonio, sino alguien enfermo que excede los que es razonable. Asumen una postura en que el sexo es como dios, y finalmente se vuelven esclavos.
Noveno, la obsesión sexual y la fantasía es un mecanismo para sobrellevar la carga. Se obsesionan. «Tengo que hacer esto». No puedo dejar de hacerlo. Eso conduce a la fantasía. Empieza a pensar en otras personas y cosas y obsesiones. Lo que me parece raro en nuestra cultura, la gente no siempre lo considera pecado.
Grace y yo estuvimos en el show del Dr. Drew en la televisión hace algún tiempo, y este fue uno de los temas que discutimos un poco con el terapeuta sexual no cristiano quien preguntó: «¿Qué tiene de malo fantasear? Está diciendo que está mal que una pareja de casados fantaseen con alguien con quien no están casados de todas las cosas que les gustaría hacerles?». Sí, porque Jesús dijo que eso es lujuria del corazón. Dijeron, «Oh, eso es ridículo. Eso está mal. Es demasiado conservador. No es razonable». No, no lo es.
Si tiene deseos, debe reservarlos exclusivamente para su esposa. Si le interesa alguna cosa, dígale a su cónyuge. Hay cosas que querrá hacer? Con amor, con oración, hablar de ello bíblicamente con su cónyuge. No piensen en nadie más, definitivamente no hable de nadie más, y no obviamente no haga nada con nadie más.
Espero que vean que quiero que aquellos cuyo dios es el sexo, que tienen un ciclo de adicción, que están esclavizados o que van por ese rumbo, o que van por un camino neurológico hacia el placer malsano y además esperan que anime a su cónyuge a andar por el mismo camino, «¡Dile que lo haga! ¡Dile que lo haga! ¡Dile que lo haga! ¡Dile que lo haga! ¡Dile que lo haga!», quiero que retrocedan y se pregunten: «¿Esto es santo? ¿Esto es santo? ¿Esto es humilde? ¿Es lo que Jesús quiere?».
Algunos de Uds. dirán, «¡La Biblia no dice que sea malo!». Puede que no, pero para Ud. puede que sí sea malo si su corazón se encuentra en este estado. Porque podría esclavizarlo. En ninguna manera quiero darle poder a un cónyuge para que abuse a otro. Es exactamente lo que estoy tratando de evitar.
Pero digamos, «Primera pregunta, que es legal. Dios y el gobierno no se oponen a ello ni tienen problemas con ello. Segundo, basado en las seis razones que da la Biblia, podría ayudar nuestro matrimonio. Y tercero, no creemos que nos pueda esclavizar, o si lo estamos haciendo, no nos esclaviza. Está bajo control. No nos controla a nosotros. No es el centro de obsesión de nuestra relación. Es parte de lo que disfrutamos juntos». Entonces les diría, sean libres en Cristo y disfruten el uno del otro, y válganse de la libertad que los dos determinen aceptable para Uds., con oración.
Tan pronto diga esto, los que consideran el sexo como algo asqueroso dirán, «¡Dijiste demasiado!». Los que ven al sexo como dios dirán, «¡No dijiste lo suficiente!» Y les diría que es un don de Dios para ser disfrutado y administrado de una manera santa y útil. Tiene significado y propósito. Es apasionado y placentero. No quiero meterme a sus dormitorios con una camisa rayada y un silbato a marcar faltas. A tirar banderillas blancas para revisar más la jugada. No quiero ser así.
Pero algunos de Uds. ya están haciendo cosas sin orar siquiera, ni pensar, ni mencionarlas, y quiero que sean más considerados y contemplativos de esas cosas. A algunos de Uds. les interesan ciertas cosas y quiero que con oración y mucho cuidado consideren el por qué, no solo el ‘qué’ antes de hablar contra esas cosas con su cónyuge.
Algunos le han hecho cosas a su cónyuge, presionándolos a hacer cosas de las cuales necesitan disculparse y arrepentirse, pedir su perdón y hacer morir esas cosas. Algunos de Uds. han sido tan temerosos y tímidos que no han hablado mucho o no han explorado mucho el tema y como resultado están un poco aburridos uno con el otro, y les insto que exploren y a disfruten de su libertad en Cristo.
Todos vienen de lugares distintos y no hay una respuesta para todos, pero quiero abrir estas categorías amorosamente basadas en 1 Corintios 6:12 para invitarlos a ese lugar donde el sexo es un don, y su cónyuge es un tesoro, y los dos trabajan con convicción bíblica y compasión amorosa. ¿Amén?
Bien. Dicho lo cual, iré a buscar a Grace, y contestaremos sus preguntas. Me preocupa un poco qué preguntas harán, pero ya veremos en un momento. Ya regresamos. [Aplausos]
Respira profundo. Bien, vamos a hacer esto, ¿cierto? Gracias. La mayoría de las madres con cinco hijos que se quedan en casa no tienen que hacer esto delante del mundo, así que muchísimas gracias. Empezaremos de una vez con las preguntas.
«¿Por donde canalizo mis pasiones sexuales si soy soltero y estoy saliendo con alguien?».
Grace: Deberías empezar esa.
¿Quieres que empiece con esa? Está bien. Diría un par de cosas. Primero, el Señor Jesucristo era soltero y era virgen. Ese pudo haber sido uno de sus milagros. Resucitó de los muertos y ascendió al cielo sin haber tenido contacto sexual con nadie. Eso significa que una vida perfecta no tiene que incluir el matrimonio y el sexo.
Los que son solteros, quiero que entiendan que eso no los hace ciudadanos de segunda clase. No restringe su capacidad de glorificar a Dios o vivir con pasión, significado, y propósito. A veces cuando uno es soltero, parece que estuviera en una espera constante hasta que de veras comienza. Pues no es así.
O sea, no desperdicien su soltería. Úsenla para la gloria de Dios y el bien de otros. Por tanto, al contemplar al Señor Jesús, vemos que pasaba el tiempo estudiando. Pasaba el tiempo enseñando. Pasaba el tiempo trabajando, trabajó como carpintero. Pasaba el tiempo orando. Pasaba el tiempo sirviendo a otros. Pasaba el tiempo luchando contra la injusticia.
Pasaba el tiempo dedicándose en los niños. Muchos solteros, sobre todo los hombres, no hacen eso. Siempre animo, exhorto y amonesto a los hombres solteros que trabajen en la guardería. Trabajen en la guardería. Vayan a un culto y sirvan en la guardería durante el otro culto. Hay muchos niños sin padre ahí a quienes les encantaría luchar con Ud. Además, en la guardería trabajan una cantidad de mujeres solteras que aman a los niños y aspiran a ser madres. Mientras juega con los niños, y ellas juegan con los niños, de pronto los dos hasta podrían empezar a hacer niños. Después de casarse. Eso también les permite conocer y amar a los niños. Si aspiran a ser padres sería una buena forma de abrir sus corazones. Es interesante cuántos niños estaban interesados en y atraídos a Jesús—un hombre soltero—porque también amaba y servía a los niños.
O sea, cosas como esas. Sé que le va a sonar muy simplista. Le diría que lea los evangelios. Vea la vida de Jesús. Como persona soltera pregúntese, ¿a qué le dedicó su tiempo, su talento, y sus tesoro? Son buenos ejemplos de cosas que hacer.
Le diría también que guarde su corazón contra la lujuria, evite la pornografía y las relaciones ilícitas de carácter sexual con los demás Y si de veras se siente atraído al matrimonio y desea casarse, prepárese y ubíquese de tal manera que sepa que puede casarse más temprano que tarde. Por eso fui salvo a los 19 años pero nos casamos cuando tenía 21 años, porque lo hicimos mal. Pero al conocer a Jesús, sabía que quería estar con Grace, sabía que casarnos era nuestro futuro por lo cual quise consumarlo desde el principio y eso fue lo que hicimos.
Grace: Es practicar dominio propio. El dominio propio es uno de los frutos del Espíritu, y hasta en el matrimonio debe practicar el dominio propio sexual a veces, porque después de tener un hijo, o una enfermedad…
Sí, explica eso. Eso pasa. Creo que la gente soltera piensa que cuando uno se casa hace el amor todos los días, ¿cierto? Se ríen. ¿Por qué se ríen? Entonces, ¿qué significa? Que el dominio propio debe practicarse también en el matrimonio.
Grace: Sí, o sea hay temporadas en que por una enfermedad o alguien se lastima, un embarazo, a veces reposar en cama, o después de un parto, de 4 a 6 semanas, dependiendo de lo que el médico recomiende. Siempre hay razones—
Viajes de negocios, un despliegue militar.
Grace: Sí, todo eso exactamente. Necesita tener dominio propio en el matrimonio; por tanto, antes de casarse es una buena oportunidad practicar eso para que no se amargue rápidamente en el matrimonio. Pero no es algo malo. Nos es que pueda tomar esto y decir, voy a canalizar esta energía sexual hacia esta área. Se guarda para el matrimonio, por tanto no es la energía la que se canaliza a otra área de su vida. Es practicar el dominio propio en su vida. No está apagando todas sus emociones, pero hace otras cosas para servir al Señor hasta que introduzca alguien en su vida como cónyuge.
También le instamos siempre que no haga morir su deseo. Muchos solteros dirían simplemente, «Hice morir mi deseo, por tanto no puedo ser tentado». Pues, va a casarse. Si espera casarse, y en la gracia de Dios se casa, no querrá que sus deseos estén muertos. No se trata de matar sus deseos, sino dirigir sus deseos hacia cosas piadosas hasta que se case y después hacia su cónyuge.
Los solteros que han intentado matar sus deseos evitan el pecado mientras son solteros, pero les quita el gozo después de casados. Creo que a veces cuando instruimos a los adolescentes en la iglesia, por ejemplo, les decimos que «Hagan morir sus deseos para no meterse en problemas», y eso podría evitarles ciertos problemas cuando son solteros, pero les causa problemas en el matrimonio. Por tanto los deseos son buenos. Después, encontrar como dijo Grace, la forma de apasionarse por Cristo en su vida y guardar una expresión de esa pasión para su matrimonio es como debería ser.
Hagamos otra.
«¿Podemos casarnos sin la intención de tener hijos?».
Dejaré que la mujer con cinco hijos conteste esa pregunta. «Queremos casarnos y tener relaciones sexuales, pero no nos interesa tener hijos».
Grace: Antes creía que todos debían tener hijos, pase lo que pase, y pienso que todos deben desear hijos porque es lo que Dios manda, que seamos fecundos y nos multipliquemos. Pero hay situaciones, sin duda, donde las personas no deben tener hijos.
Explica eso. ¿A qué viene eso? ¿Por la forma como tratan a los niños?
Grace: Sí, cuando son personas terribles. O sea, muchos que tienen hijos los tratan horriblemente. Pero la gracia de Dios puede cubrir eso y sanar a esos niños, claro que sí.
Para mí la pregunta radica en el tema del egoísmo. No querer tener hijos, diría yo, es algo egoísta porque los niños son una bendición. Dios dice que son una bendición, y nos enseñan tanto. Las mujeres son salvas engendrando hijos, lo cual significa que no somos salvas eternamente—nuestra salvación eterna no se basa en eso pero somos salvas, somos redimidas día con día, al criar a nuestros hijos, porque nos muestran nuestro pecado de una manera, y nada más en mi vida puede mostrarme mi pecado como mis hijos. Nos da la oportunidad de arrepentirnos y esforzarnos a ser santos como Dios quiere.
Para mí, la pregunta suscita el tema del egoísmo. Hemos oído a muchas personas, o sea hay muchísimas parejas en nuestra iglesia, por lo cual hemos hablado con muchas personas de esto que se han casado que dicen, «En ninguna; nunca tendremos hijos». Y después tienen varios hijos y se sienten agradecidos por haber resuelto el asunto, porque sus vidas no estarían tan bendecidas sin los hijos que tienen ahora.
Sí, pastoralmente creo que me preguntaría ¿por qué? ¿Será porque ambos son egoístas, tienen sus carreras y no quieren ese inconveniente? Si es así, el problema subyacente es el egoísmo, y es un pecado del cual deben arrepentirse. Lo que está diciendo es, «Los hijos me obligan a no ser egoísta, así que en vez de librarme del egoísmo, quiero librarme de los hijos». Le diría: más bien tenga hijos y líbrese del egoísmo.
Si dice, «Fui muy abusado y traumatizado como niño, me cuesta mucho traer a los niños al mundo porque me preocupa el problema de su seguridad». Le diría, «Entonces es un temor que podría estar arraigado en una realidad muy dolorosa y busquemos la raíz del problema para darle esperanza, ayuda, y sanidad en esa área a ver si no cambia su corazón». Puede que bajo esas circunstancias no sea cuestión de egoísmo. Podría ser un problema de protección. «No quiero que lo que me pasó a mí le pase a ningún otro niño». Entiendo eso. Es decir, trabajamos con muchas víctimas del abuso sexual y por eso Grace tuvo el valor de escribir el capítulo en el libro que trata ese problema.
Si dice, «No creo que el hombre con quien me voy a casar sea confiable, o que provea, o que pueda depender de él». Entonces no se case con ese tipo. Si no confía en él, no se case con él. Si no puede depender de él, no se case con él.
También podría ser que uno de los dos es infértil, ante lo cual diríamos que sería bueno considerar la adopción. Jesús fue adoptado por su padre José. La adopción es una metáfora de la salvación en la Biblia. Si hay problemas de infertilidad, quizás la adopción amerite su consideración.
Son asuntos pastorales, y aquí es donde vamos a decirles muchas veces. Amamos la iglesia. Queremos que estén en una iglesia donde se enseña la Biblia y Jesús es amado. Queremos que estén en comunidad con el pueblo de Dios y reciban consejería, y queremos que tengan líderes espirituales piadosos con quienes puedan hablar y orar, porque a veces estas preguntas son muy complicadas. Cuando nos mandan algo así es como si no conociéramos a la persona. Podría ser cualquier cosa, desde el egoísmo, problemas de abuso no resueltos, hasta la infertilidad. Podría haber muchas razones. Tampoco queremos ser legalistas y decir, «Si no está embarazada, no estamos contentos». ¿Entiende?
Grace: Tampoco creo que todos deben tener cinco hijos. Porque la gente me pregunta, «¿Cuántos hijos debemos tener?». Depende de Ud. y su marido. O sea, no estamos diciendo, «Sí, deben tener hijos; y tienen que tener cinco hijos». Todas esas cosas son guidas por el Espíritu Santo al orar y hablar con nuestro cónyuge, buscando lo que el Señor tiene para nuestra vida.
Sí, sin embargo les diría que si son dos personas egoístas y se casan, y son tan egoístas que el egoísmo los hace no tener hijos, no crean que van a tener un matrimonio de servicio que dure toda la vida porque son dos personas egoístas. Podría ser así. Por eso en nuestra iglesia, si fuera por puro egoísmo no casaría una pareja que rehúsa tener hijos por motivos puramente egoístas. Los reprendería, pero no los casaría. Algunos de Uds. dirán, «No asistiremos a su iglesia». No, deberían venir. Porque necesitan ser reprendidos. O sea—
Ha sido tan intenso para mí. Quizás no debo compartir esto, pero algunos hombres que cuando eran solteros querían acostarse con todas las mujeres que podían, sin preocuparse de tener hijos y se hicieron la vasectomía como a los 20 años. Después son salvos y se dan cuenta que son egoístas y pecadores y renuevan su mente por medio de las Escrituras, y después quieren casarse, amar una mujer y ser maridos.
De hecho he asesorado unos hombres, y les dije: «No oficiaré sus bodas hasta que se hagan la reversión». Lo callados que se quedan. La mirada en los rostros de los hombres dicen, «Vaya, esta conferencia estaba muy divertida, hasta ahora». Les he dicho a los hombres que si cambian de parecer y cambian su corazón y quieren casarse con tal mujer y ella quiere tener hijos, y Uds. le dicen que quieren tener hijos, si se hace la reversión antes de la boda es una forma de hacerle saber, «No ve a engañar. De veras ha cambiado su corazón». ¿Ven lo que estoy diciendo? Mejoré las cosas.
Está bien. La siguiente.
«¿Qué podemos hacer si ya tuvimos relaciones sexuales antes de casarnos? ¿Hay algo más que el arrepentimiento o la confesión?».
Esa es nuestra historia.
Grace: Creo que hay que estar dispuesto a dialogar hasta que sientan paz al respecto y los conduzca hacia el proceso de sanidad. Creo que podemos reconocerlo, confesarlo, y parar sin volver a mencionarlo y aun sentir vergüenza, remordimiento, dolor, y todas esas cosas. Hemos tenido que hablar para resolver eso. Es decir, una y otra vez, en distintos momentos las distintas partes que Dios quiere sanar en nosotros. El arrepentimiento es lo principal y después pedirle al Señor que sane el dolor y la pena y le de fuerzas para no… el enemigo nos condena pero Jesús no. Quiere librarnos de nuestro pecado. No hay condenación en Jesús, hay que vivir a la luz de eso y confiar que él seguirá sanando eso. Pero también hay otros problemas detrás de eso por el pasado de los que también deben hablar. Puede abrir otros diálogos que necesitan tener.
¿Cómo qué?
Grace: Como la agresión sexual u otras relaciones que han sacado de sus mentes porque no quieren pensar que eso es pecado o no quieren tratarlo como un problema. Hubo cosas que te oculté en cuanto a información de mi pasado, y no pensé que te lastimaría, o pensé que te lastimaría demasiado para decírtelo por lo cual decidí no hacerlo y por muchos años mentí sobre ello y traté de ocultarlo y eso causó cosas horribles en nuestro matrimonio. A menudo cuando pecamos juntos aun antes de casarnos en otras relaciones, hay oportunidades para arrepentirnos de ese problema específico, pero también puede conducirnos a hablar del pasado si ha llegado al punto en que sabe que su relación seguirá adelante; es poder hablar de esas cosas abierta y honestamente.
Sí, esas conversaciones son para las parejas comprometidas que quieren casarse, porque abre su pasado, confiesan cosas y las ponen al descubierto para que «sepas quién soy yo, y quién eres tú, al acercarnos más al matrimonio». Hacer eso demasiado temprano es asumir una postura muy peligrosa, vulnerable, y malsana.
No sé si tendrán otra. No, señora.
Quiero darle las gracias, cariño, por ser mi chica y por amarme y ser mi amiga, y quiero darte gracias por estar dispuesta a arriesgarte a ser honesta conmigo, por escribir el libro y contestar las preguntas de las personas. Sé que tu corazón es querer ayudar a la gente. Hacemos esto porque queremos ayudar, y sabemos que no somos la Biblia. No acertamos siempre, pero nos da gozo poder ayudar de alguna manera. Gracias. Por casualidad podrías cerrar esta sesión en oración, sobre todo por los solteros que necesitan renovar mucho sus mentes y arrepentirse en sus corazones, y por los casados que tienen mucho de qué hablar.
Grace: Querido Señor, gracias por tu Palabra. Gracias porque podemos proclamar tu Palabra y escucharla y vivir lo que nos pides, no solo escuchar la Palabra engañándonos a nosotros mismos, sino haciendo lo que dice. Señor, pido por los solteros aquí. Pido que al hablar de estas preguntas y ponderar las cosas que fueron enseñadas, que de veras te busquen, Señor, que no sean distraídos por las expectativas del mundo, o las mentiras del enemigo, o por los estándares culturales, porque son todos distintos a lo que nos pides, Señor. Pedimos que renueves sus mentes por tu Palabra y por medio de relaciones buenas y piadosas. Señor, oramos por los casados mientras van a casa a hablar de temas importantes, que les permitas ser humildes en su diálogo y no estén resentidos. Señor, si hay resentimiento, por favor permite que sea sanado, para que puedan conversar de una manera alentadora el uno con el otro, sin condenarse. Señor, pido que haya corazones arrepentidos. Pido por los maridos y las mujeres, que puedan llegar a ser amigos, y que a partir de esa amistad puedan disfrutarse íntimamente sabiendo que tú los creaste para eso. Gracias, Señor, porque guiarás a estas personas cuando salgan de aquí hoy. Gracias porque vinieron. En el nombre de Jesús. Amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.