Desgracia y gracia

«Eres víctima de la agresión sexual»

Dios Padre, te pido que pueda enseñar bien hoy. Y Dios, espero que ayudes a Mars Hill a ser un lugar donde la gente herida sea servida Y pido, Señor Dios, por quienes escucharán este sermón. Ayúdales a algunos en su recorrido hacia la sanidad y a los que empezarán su recorrido de sanidad en el cual el primer paso es supremamente doloroso. Dios, gracias por la valentía de mi esposa al escribir el capítulo 7 del libro Real Marriage (El verdadero matrimonio), y te doy gracias por el gran honor de enseñar ese contenido hoy; y gracias, Señor, porque ella es un gran regalo que me has dado. Dios pido que este momento esté enfocado en ayudar a los demás y que me permitas terminar este sermón. Amén.

Este es el sermón que nunca quise predicar. Grace y yo estábamos sentados en un sofá. Era una noche, tarde, y pasábamos el tiempo juntos; nos estábamos haciendo la visita. No era nada profundo en particular. Y empecé a hacerle unas preguntas sobre unos asuntos en su pasado y las experiencias que había tenido, y las contestó en forma muy natural, informalmente, desapasionadamente.

Y empecé a llorar profusamente lo cual la dejó atónita. No entendía por qué me conmoví tanto. Generalmente no me conmuevo así. Casi siempre si lo hago es cuando las mujeres y los niños están en peligro. Y ella me dijo, «Oh, lo siento mucho». Le dije, «No hay por qué. No hiciste nada malo. No dijiste nada malo, pero eres víctima de la agresión sexual». Y me dijo, «¿Quién yo? ¿De qué estás hablando?». Le dije, «Sí, lo que acabas de explicar es un caso muy claro de agresión sexual».

De repente, todo en nuestro matrimonio y en nuestra relación tenía sentido. Hasta ese entonces llevábamos casi, creo que fue hace como seis años. Este año celebramos nuestro 20 aniversario de bodas. O sea que entonces llevábamos quizás 13 o 14 años de casados. Habíamos salido como novios cuatro años y medio antes de casarnos o sea que habíamos estado juntos 17 o 18 años. Es decir, había conocido a Grace en la preparatoria, y éramos buenos amigos.

Y ahora la conocía. Lo sabía todo. Nunca me ocultó las cosas, por tanto nunca fue deshonesta conmigo; es que nunca había visto la realidad de lo que era. Y pienso que es muy común con las víctimas no solo de la agresión sexual sino de otras clases de agresiones también que a veces logran tener una perspectiva más clara de lo sucedido al ver la vida de otros, pero interpretan los datos en su vida de forma distinta.

A veces tienen la memoria reprimida, no recuerdan ciertas cosas, y de pronto algo lo provoca por disociación un término clínico en donde alguien que fue agredido de alguna manera se disocia, mentalmente se desconectan como un mecanismo de supervivencia. A veces las personas no están listas emocionalmente para recordar y lidiar con ciertos traumas o problemas. Y creo que Dios no nos da una carga más pesada de la que podemos soportar, y los que llegan a entender ciertas cosas que les hicieron es porque finalmente llegaron a un punto de madurez en Cristo en que pudieron manejarlo. Entonces en cierto modo supongo que nos anima porque pensamos, «finalmente podemos resolver esto».

Fue uno de esos momentos en que sabía lo que le había pasado a mi esposa y… y fue algo devastador. Porque para mí, no soy como muchos hombres. Soy defensor y protector. Es decir, la seguridad de esposa y mis hijos tiene la más alta prioridad y al pensar que no estuve ahí hasta que ella tenía 17 años, y las cosas que le sucedieron a ella antes de los 17 años, antes de conocerla, me causó mucha angustia el no haber podido estar ahí para ayudarla. Todavía me angustia.

Empezamos a leer y a hablar y a orar, y a tratar de averiguar, «¿Qué podemos hacer ahora?» Le pedí a Grace que anotara en un diario todas las experiencias relacionadas con eso en su vida, porque en realidad no lo había pensado mucho. De vez en cuando lo pensaba o le dolía pensarlo a veces, y el ajetreo de la vida la obligaba a seguir adelante. Oh, le dije: «Mi amor, de veras necesito que tomes un par de días». Y la puse en un hotel callado y seguro y me mantuve en contacto con ella, pero cuidé a los niños y cuidé la casa y le dije, «Cariño, necesito que te enfoques y que anotes todo en el diario, y que lo pienses, y que ores, para hacernos una idea de lo que estamos enfrentando». Porque ella nunca se había dado tiempo para procesarlo todo y a sentir el dolor.

Entonces empezamos a estudiar y a averiguar la manera de resolver lo que le había pasado a ella. Nos reunimos un par de veces con un consejero bíblico. «¿Qué debemos hacer, y qué no debemos hacer? ¿Qué medidas podemos adoptar para que pueda amar, servir, y ayudar a mi esposa?» Y en la gracia de Dios, unos años más tarde, nuestra amistad es sensacional. Nuestro matrimonio es fantástico. Fue un momento muy revelador en la Navidad cuando estábamos en un círculo con los niños y hablábamos y orábamos, y les pregunté a cada uno de los niños ¿qué los hacía sentirse más agradecidos? Y mi hija mayor sonrió y dijo, «Estoy agradecida porque tú y mamá nunca van a divorciarse, porque son mejores amigos». Así estamos ahora.

Dicho lo cual, al empezar a escribir el libro El verdadero matrimonio, Grace quería ayudarles mucho a las personas porque ama mucho a las personas y es muy valiente, y quería decir básicamente, «Si soy franca, otras personas podrán ser francas, y si esto les ha pasado a otras personas, quiero ayudarlas e instarlas a buscar ayuda». Por tanto sus motivos son muy buenos y puros y agradezco mucho su valor. El tema para este sermón es el contenido de lo que ella escribió.

Definir qué es la agresión sexual

Empezaré haciendo algo que creo importante, o sea, definir qué es la agresión sexual. Proviene de este libro titulado, Rid of my Disgrace (Libre de mi desgracia) escrito por Justin y Lindsey Holcomb. Es un pastor aquí en Mars Hill y nos dirige Resurgence. Su esposa Lindsay también es una líder en la iglesia. Es diaconisa y fue coordinadora de servicios de un centro para víctimas de violaciones, y Justin fue profesor de estudios femeninos en la Universidad de Virginia y es especialista en agresión sexual y violencia doméstica. Grace y yo les pedimos que escribieran este libro porque queríamos tener en nuestra iglesia un buen recurso bíblico, enfocado en Jesús, que ayudara a las personas que habían sido agredidas sexualmente. Nos encanta ese libro, lo aprobamos y todo eso, y es una honor que venga de aquí de la Iglesia Mars Hill.

Su definición es: «Cualquier clase de comportamiento sexual o contacto donde el consentimiento no es dado libremente u obtenido logrado mediante la fuerza, la intimidación, la violencia, la coerción, la manipulación, las amenazas…». Paren ahí, muchachos. «El engaño o el abuso de autoridad». Y de eso estábamos hablando.

Es muy importante, porque antes se usaba mucho la palabra «violación», y todavía se usa mucho, pero esta es una definición legal más larga y clínica, y es importante que al observar su vida, o la de su cónyuge, o de la gente que conoce y ama, que entienda lo que ha pasado y tenga el lenguaje correcto. No queremos acusar a nadie falsamente; y al mismo tiempo no queremos excusar falsamente a nadie.

Se manifiesta en tres maneras: «Los ‘actos’ pueden ser físicos, verbales, o sicológicos». En la era del acoso y de la Internet, en una era donde ciertas maneras de hablar ciertas conductas son inapropiadas, el solo tocar a una persona puede implicar agresión sexual, pero no tiene que ser así necesariamente. También puede ser verbal o sicológico.

La agresión sexual es una epidemia

Algunos de Uds. se preguntarán, «Hombre, ¿un sermón entero sobre esto? ¿Qué relevancia tiene? He estado en muchas iglesias y nunca los oí hablar de este tema». Les diría que aunque los amo, es una falla de su parte. Estaba hablando con un pastor muy conocido de una iglesia de buen tamaño y hace varios años me había preguntado, «¿Por qué hablan tanto de la agresión sexual en su iglesia?». En parte tiene que ver con la historia de mi esposa. En parte, como verán en uno momento, es una epidemia.

Le dije, «¿No le parece que es un problema en su iglesia?». En ese momento creo que tenía unas 800 personas. Me dijo, «Conozco dos o tres mujeres que fueron agredidas sexualmente, pero no es un problema grande en nuestra iglesia». Le dije, «No ha investigado bien. No conoce a su gente. Está haciendo caso omiso al problema al tomar por sentado que no existe. Significa que tiene una cultura donde la gente no puede ser sincera sobre lo que les ha estado pasando para conseguir la ayuda que necesitan». Le dije, «Entonces no es que no tenga un problema; ignora la crisis en que está».

En realidad es un problema. La agresión sexual es una epidemia. Son una de cuatro mujeres. ¿Cuántas mujeres conoce? Una de cada cuarto. Estadísticamente entre más jóvenes, más probabilidades tienen. Lo mismo ocurre con uno de cada seis hombres, y es muy improbable que estos lo reporten por motivos de vergüenza, por pena; o sea que no son solo las mujeres.

Entre el 10% y el 14% de las esposas son agredidas por sus esposos lo cual significa que algunas esposas no solo son víctimas, están casadas con su abusador, cosa que equipararía con el tormento. El abuso es lo que pasa cuando alguien le hace algo a uno y logra salirse de eso. El tormento es donde le sigue ocurriendo a uno, y está atrapado. Para algunas mujeres, el matrimonio es un tormento. Viven con su abusador. No fue sino hasta los años 70 que las leyes empezaron a reconocer la agresión sexual en los matrimonios, y hasta era un crimen que un hombre abusara a su esposa.

La agresión es más común si hay cohabitación que en el matrimonio. Algunos de Uds. dirán, «Por eso no quiero casarme. Solo quiero vivir con mi novio». Un novio tiene muchas más probabilidades de agredir sexualmente a su novia que un marido a su esposa.

Esta estadística es sorprendente. Solo se reportan entre el 5% y el 40% de los casos. El de Grace sería uno de ellos. Criminalmente hablando, nunca se han reportado. Al ver la inexactitud y el subregistro de casos reportados estadísticamente significa que un alto porcentaje de mujeres y hombres que se consideran miembros de la Iglesia Mars Hill han sido agredidos sexualmente.

Lo que eso significa es que si no ha sido parte de su historia, al menos forma parte de la historia de alguien que conoce. Es decir, ¿cuántas mujeres conocen? ¿Cuántos hombres conocen? ¿Cuántos conoce estrechamente, íntimamente, y personalmente? Estadísticamente conocemos muchas víctimas sin saber que son víctimas porque a veces ni siquiera tienen el lenguaje para entender lo que les ha pasado o la vergüenza que les ha causado para hablar de ese tema.

En la Iglesia Mars Hill queremos ser un lugar seguro para que la gente pueda ser franca sobre lo que les pasó para que encuentren esperanza, ayuda, y sanidad mediante Jesucristo y su pueblo. Es gran parte de lo que hacemos.

Y les diré esto prácticamente. Veo que está detrás de muchos problemas. Lidiamos con personas adictas a las drogas, al alcohol, al sexo; personas con depresión, no siempre pero a menudo la causa subyacente es la agresión sexual pasada. Es asombroso como esta epidemia se manifiesta en otras clases de sufrimiento.

Cuatro máscaras que se ponen las víctimas

Lo que les pasa a las víctimas de la agresión sexual—es que podría ser agresión sexual, agresión física, varias clases de abuso—y lo que suele suceder muchas veces, básicamente, una crisis de identidad, «¿Quién soy?». Grace da a conocer esto acertadamente en el capítulo diciendo que se ponen cuatro máscaras o identidades que asumen. Como un actor y una actriz que lee el guión y juega un papel, tratan de sobrellevar lo que les pasó haciendo uno de estos cuarto papeles.

1. La buena persona

La primera es la buena persona. La lógica subyacente es básicamente: «Algo muy malo me pasó, pero soy una buena persona. Aquellas son malas personas. Yo soy una buena persona. Me hicieron algo malo, por lo tanto haré cosas buenas. Soy una buena persona».

Son la clase de personas que llegan temprano al trabajo y salen tarde, trabajan duro, son súper fieles, hacen de voluntarios para todo son completamente fiables, a veces son muy organizados, porque el asunto es estar en control. Sienten que gran parte de su vida estuvo fuera de control y quieren mantener todo lo que puedan bajo control. Son personas morales, obedientes, acatadoras, confiables, responsables. Por fuera son buenas personas.

No tiene nada de malo ser bueno, pero el motivo que tienen detrás de ser buenos, es malo. Tratan de demostrar, «Soy una buena persona y lo que me hicieron no afecta lo bueno (a) que soy». A veces los que más hacen de voluntarios y los que más dan, y los que más sirven son los que más sufren y se esconden.

2. La persona religiosa

Segundo, está la persona religiosa. Estas personas hacen que todo sea demasiado espiritual. Siempre toman pasajes bíblicos fuera de contexto. Hablan de Satanás y los demonios y la soberanía de Dios, y que «Él lo va arreglar todo» y que «cuando cierra la puerta abre una ventana», y que «mayor es el que está en uno que el que está en el mundo», y que «son más que vencedores en Cristo».

Y les pregunta, «¿Cómo está?». Y le dirán, «Dios hace que todas las cosas ayuden a bien a los que le aman». Mejor dicho, «Ni siquiera contestaste mi pregunta. Estás usando la teología como si fuera una hoja de higuera, para esconderse. Ni siquiera puedo conocerte. Sé lo que piensas pero no sé quién eres». A veces sus intenciones son buenas, y a veces aman al Señor, pero no saben qué hacer.

A veces es un error en su forma de presentar el evangelio, porque a veces presentan el evangelio solo de esta manera: «Si uno peca, Jesús murió. Dígale su pecado. Él lo perdonará». Es cierto, pero no solo los pecados que ha cometido sino los pecados que cometieron contra Ud. ¿Qué hace con esos? Al orar no puede decir, «Querido Dios, por favor perdóname por haber sido violada», porque Ud. no tuvo nada que ver con eso. Ud. es la víctima no el victimario que causó la ofensa.

Pero algunos se vuelven excesivamente religiosos, y yo diría que algunas de las personas más devotas y religiosas, más hiperespirituales con las que Grace y yo hemos lidiado, al irlas conociendo, han sido agredidas y aún no han resuelto eso.

3. La persona fiestera

Está la persona fiestera. Una chica vino a una trágica sesión de consejería a principios del ministerio y articuló lo que le pasó de una manera devastadora. Todavía oro por ella y últimamente me topé con alguien que la conoce y no está caminando con Jesús pero la gente sigue hablándole más de una década después. Fue víctima de la agresión. Era una joven de unos 20 años de edad, si mal no recuerdo, y nos estábamos reuniendo.

Estaba haciendo unas cosas vergonzosas y peligrosas. Recuerdo que le pregunté, «¿Por qué haces eso?», Me miró y me dijo, «Soy una muchacha sucia, por eso hago cosas sucias». Es lo que su abuelo la hacía decir cuando salía de su cuarto de noche.

Ella decidió que esa sería su identidad para que fuera el alma de la fiesta. Es sociable, chistosa. Es divertida. Tiene el mejor sentido del humor, pero todo es un chiste, y siempre está lista para tomarse una bebida y convertirse en el centro de atracción.

No es pecado tener buen sentido del humor, y no es pecado salir y disfrutar de la compañía de otras personas; pero con ella, es algo trágico. Algunos de Uds. son así. Todo es un chiste. Empiezan a hablar de cosas personales, cambian el tema, rematan con el chiste. «Ah, hagamos algo divertido. ¿Por qué están tan serios?».

4. La persona fuerte

Cuarto, la persona fuerte. La persona fuerte ha aprendido: «Alguien se me acercó y me causó mucho dolor. me aseguraré de que nadie jamás se me vuelva a acercar». Pueden ser físicamente intimidadores. Pueden ser emocionalmente intimidadores. Pueden ser verbalmente intimidadores: «Guarda tu distancia».

A veces son fríos y distantes. O sea, «Hombre, ni siquiera conozco a esa persona. No son francos, nunca se abren». Otras veces tienen un aura que los rodea. que dice: «No te acerques mucho». Si uno empieza a importunarlos de alguna manera se sienten incómodos, y las va a pagar.

¿Qué tal Uds.? Para los que son víctimas de la agresión de diferentes clases, ¿qué máscara se ponen; qué papel juegan; qué identidad han asumido?

Cuando se trata de nuestra identidad, nuestra identidad determina nuestro testimonio. Quienes pensamos que somos determina cómo vivimos. En realidad solo hay tres opciones: Lo que hice. Lo que me hicieron. O lo que Dios hizo. Si se trata de lo nosotros hacemos, tratamos de ser buenas personas, o personas religiosas, «Trataré de ser una mejor persona». Si es por algo que nos hicieron, «Seré una persona fiestera o una persona fuerte. Ya estoy estropeada pero al menos puedo divertirme». O «Me lastimaron una vez pero me protegeré de aquí en adelante». Su identidad nace de lo que ha hecho, de lo que le hicieron, o de lo que Dios hizo.

Jesús perdona todo pecado

¿Entonces qué papel juega Jesús en todo esto? Hasta ahora no hay buenas noticias, ¿cierto? Necesitamos buenas noticias. Hasta ahora todo lo que tenemos son noticias. Quiero decirles tres cosas relacionadas con Jesús, y la primera es que Jesús perdona todo pecado.

Algunos de Uds. al oír esto dirán, «Yo no soy la víctima. Soy el pecador». O puede que sea ambas cosas. «Puede que me hayan hecho algo y después le hice lo mismo a alguien; o me hicieron algo y estoy amargado desde que me lo hicieron. ¿Cómo hace con eso?

1 Juan 1:7–8, «Si andamos en la luz…», y esto tiene que ver con ser abiertos, con la honestidad y la autenticidad, lo cual requiere mucha humildad para decir, «Está bien, esto es lo que soy, y esto es lo que hice». Es ser honesto y transparente.

Una de las razones por las que admiro tanto a Grace por escribir este capítulo en el libro y por ser tan franca con su historia, porque está caminando en la luz. Está diciendo, «Me pasó esto». Y al hacerlo está invitando a otros a hacer lo mismo. Ha sido extraordinario. El respaldo que hemos recibido por lo general sobre este tema particular ha sido muy alentador.

Dice, «Si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros». La honestidad acerca a las personas, no fingiendo las cosas, haciendo papeles, escondiéndose detrás de hojas de higuera. Al ser honestos y decir, «Esto fue lo que hice, y esto fue lo que me hicieron». Deben hacer esto con su cónyuge, no hagan esto necesariamente con personas desconocidas, o peligrosas, o con su abusador, sino con su cónyuge, con su padre o con su madre, con un consejero bíblico o un líder piadoso de la iglesia, o con un amigo de confianza. Hay comunión. Tendrán una relación más estrecha.

Ha sido muy interesante esta semana. Emocionalmente ha sido una semana de naufragios para mí por muchas razones, pero todas tenían que ver con el hecho que debía enseñar este contenido. Sin embargo, muchas mujeres vinieron y me hablaron en tiendas y cafeterías, me miraron a los ojos empezaron a llorar y me dijeron, «Dile a Grace que “gracias por el capítulo 7”». Sienten una comunión con ella. Una mujer joven me dijo, «Sabe qué, esa es mi historia. Y cuando Grace contó la suya eso me ayudó, por lo tanto contaré la mía para encontrar ayuda». Alabado sea el Señor por eso.

Al hablar de los pecados que hemos cometido y de los pecados que cometieron contra nosotros, andamos en la luz. Tenemos comunión unos con otros. Desarrollamos relaciones. Vamos más allá de un simple saludo, «Hola, ¿cómo estás?». «Muy bien, ¿y tú?». «Muy bien». «Ambos estamos muy bien. Menos mal, no hay nada más qué decir. Adiós, que tenga una buena vida». Uno de los tipos en el equipo de rodaje antes del sermón me preguntó, «¿Cómo te va?». Le dije, «No te miento; no estoy muy bien». Me dijo, «Entiendo».

«Si andamos en la luz, como Él está en la luz, tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de…», ¿cuánto pecado? «Todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado», «Oh, no he hecho nada tan malo, y nadie me ha hecho nada malo». «Nosotros mismos nos engañamos».

De hecho podríamos empezar a creer esa mentira. «Nada malo me ha pasado, y no me han hecho nada muy malo, así que menos mal que nos es nada muy grave. Nuestra vida es bastante sencilla. Siga con los necesitados que tienen grandes problemas, porque los nuestros son bastante fáciles». Nosotros mismos nos engañamos. Satanás, dice la Biblia, es llamado el engañador. La gente también puede engañarse.

«Y la verdad no está en nosotros». No estamos diciendo la verdad. Cuando se trata del pecado que cometemos, y el pecado que cometen contra nosotros, tenemos que ser honestos y no minimizarlo. A la gente les gusta confesar solo parte de su pecado, o les gusta confesar solo parte del pecado que cometieron contra ellos, por sentirse avergonzados. No quieren decir toda la verdad. Pero Dios nos pide que digamos toda la verdad para que podamos lidiar con la realidad y no engañarnos nosotros mismos.

La clave es que, «La sangre de Jesús, su Hijo, nos limpia de todo pecado». La idea aquí es esta, que por causa de los pecados que cometimos todos merecemos la muerte y el infierno. Sé que no es popular decir eso, y en muchos sitios les dirán, «Eres básicamente una buena persona, no te preocupes mucho por eso. Dios ama a todo el mundo. Estarás bien». Permítanme decirles que toda persona es mala y va rumbo al infierno a una velocidad pasmosa. El infierno es la ira activa de un Dios justo y santo contra el mal.

Y alabo a Dios porque no mira este mundo con toda su injusticia, tiranía, opresión, violaciones, agresión, abandono, y dice, «Son personas buenas». Menos mal que Dios lo mira como un padre miraría a sus hijos cuando son agredidos, y dice, «Eso me duele y me enoja. No puedo tolerar eso para siempre. Pondré fin a esto».

Algunos de Uds. están en grave peligro. Van rumbo al infierno. Están viviendo en el camino de la ira de Dios. Pero las buenas noticias es que Dios vino en la Persona de Jesucristo. Dios viene como hombre. Vive como nosotros, pero sin pecado, y se sustituye por nosotros en la cruz y sufre y muerte en nuestro lugar por nuestros pecados, para que en la cruz de Jesús la justicia y la misericordia se besen, y nuestro pecado es pagado mediante la sangre de Jesús, mediante la sangre de Jesús.

Así que, amigos, permítanme decirles que habrá justicia para todos nosotros, ya sea en la cruz de Jesús o en el infierno, y nadie se saldrá con las suyas en lo absoluto. Para quienes son víctimas de la agresión y el abuso de varios tipos, al perdonar a alguien no están diciendo que está bien. Lo que están diciendo es que lo dejan en manos de Dios. Lo dejan en manos de Dios, lo cual significa que Jesús murió por eso, o ellos morirán e irán al infierno por eso; pero de cualquier manera se resolverá.

Todos somos pecadores por naturaleza y por voluntad, y necesitamos saber que nuestro pecado es algo tan grave que requirió la muerte de Dios. Por tanto es una farsa para que hasta una víctima diga, «Sí, lo que me pasó es un hecho innegable, pero no fue tan grave». Sí, lo fue. Dios tuvo que morir por eso. Así de grave es. Pero Jesús puede perdonar y perdona todo pecado. No importa lo que haya hecho. Jesús puede perdonar y perdona todo pecado, hasta los horribles pecados de agresión sexual; sí, aun contra las mujeres; sí, aun contra los niños. No solo perdona a la gente, las cambia para que dejen de pecar y empiecen a servir.

¿Conoce a Jesús? ¿Sus pecados han sido perdonados, o está viviendo en el camino de la ira de Dios? Pero Jesús sí perdona todo pecado. Pero necesitamos hablar de ese pecado. Necesitan hablar con Dios acerca del pecado. Esa es la Palabra, «Andar en la luz» significa ser honestos con Dios, ser franco con los demás; si están casados, significa ser honestos con sus cónyuges. ¿Quién eres, y qué hiciste?

Jesús sobrelleva toda la vergüenza

Segundo, Jesús sobrelleva toda la vergüenza. Una de mis grandes frustraciones con la presentación del evangelio es cuando dicen, «Ud. es pecador, y si se arrepiente de su pecado y confía en Jesús, Él lo salvará». Eso es absolutamente cierto, ¿pero qué pasa con los que no son pecadores sino víctimas del pecado de otros? ¿Qué hace? ¿Qué hace cuando lo golpean; cuando lo traicionan, cuando lo abusan, o cuando lo (a) violan? ¿Qué hace? No puede arrepentirse de su pecado porque ha sido víctima del pecado. Ud. no pecó. Fue víctima del pecado. ¿Qué hace?

Jesús no solo perdona pecadores sino limpia a las víctimas tomando su vergüenza. Porque ¿saben lo que el pecado produce? Vergüenza. Pueden ser pecados que cometimos o pecados que cometieron contra nosotros. Crea vergüenza. Lo vemos al principio de Génesis 2 donde Dios crea nuestros primeros padres perfectos. Y dice que estaban desnudos y no se ¿qué? Avergonzaban. O sea que antes de que el pecado entrara al mundo, no había vergüenza. Tan pronto pecaron, se taparon se escondieron el uno del otro y se escondieron de Dios.

¿Saben qué es eso? Vergüenza. «No quiero que Dios me vea. No quiero que tú me veas. No quiero ser conocido». Porque la intimidad significa «lo que ves en mí», y a ellos no les gusta ser vistos. Las personas avergonzadas tienden a recluirse, apartarse, esconderse; o se esconden como dije detrás de una máscara o una identidad y presumen que es un esfuerzo para defender quiénes son y defender la vergüenza que sienten.

¿Cuántos de Uds. sienten vergüenza por lo que han hecho? ¿Cuántos de Uds. sienten vergüenza por lo que les hicieron? Se sienten sucios. Toda mujer que he asesorada que fue víctima de la agresión sexual lo primero que hicieron después de ser agredidas fue ¿qué? Ducharse. No recuerdo una mujer que no haya dicho, «Tuve que ducharme». ¿Qué es eso? Es que se sienten, como dice Génesis 34 en la historia de Dina, «deshonradas», inmundas, sucias.

Hebreos 12:1–2, «Despojémonos también de todo peso». Su vergüenza, el pecado que cometieron contra Ud. es como un peso? ¿No siente que es como una carga agotadora, o como un ancla emocional? «Y el pecado que tanto se aferra» ¿siempre siente que está ahí? «corramos [no cojeando sino] con paciencia [con perseverancia; es decir, sigamos adelante] la carrera que tenemos por delante»; o sea la que Dios propuso para nuestra vida no solo para sanarnos sino para ayudar a otros a ser sanados por medio de Jesucristo.

«Puestos los ojos en», ¿quién? «Jesús». Si tan solo se ven como víctimas, o si miran solo a su abusador, y no miran a Jesús, no podrán correr. Seguirán cojeando el resto de sus vidas. «El autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él»; es decir, aunque fue doloroso y derramó lágrimas, Jesús con gozo salvó a los pecadores. Con gozo tomó la vergüenza, «soportó la cruz menospreciando la» ¿qué? «La vergüenza».

Tenemos un Dios—para los que luchan contra la vergüenza del pecado que cometieron contra Uds., o que Uds. mismos cometieron—tenemos un Dios que ha entrado en la historia humana por voluntad propia y decidió ser avergonzado y victimizado. Jesús fue victimizado emocionalmente, verbalmente, espiritualmente, fue abusado físicamente. Fue agredido. Fue a la cruz y fue avergonzado. Dijeron cosas horrendas de su carácter; cosas completamente falsas. Fue desnudado casi por completo; algo tan vergonzoso para un hombre. Fue condenado como un criminal. Fue golpeado. Fue maldecido. Le escupieron. Se burlaron de Él. Lo crucificaron. Fue avergonzado.

Pero la Biblia dice que fue a la cruz menospreciando la vergüenza. Algunas traducciones dicen «desdeñando la vergüenza». Ustedes, pecadores, necesitan saber que cuando Jesús fue a la cruz tomó sus pecados. Ustedes, víctimas, necesitan saber que cuando Jesús fue a la cruz tomó su vergüenza. Y que ambas cosas murieron en el cuerpo de Jesús aquel día, por lo cual hay perdón por el pecado, y la vergüenza es quitada por medio de la obra y la Persona de Jesús.

Como pastor de Uds., con desespero y gran anhelo deseo que reciban a esta gran verdad; porque si no, se sentirán perdonados pero avergonzados, y cojearán en vez de correr la carrera que les fue puesta por delante.

Jesús limpia la deshonra

Tercero, Jesús limpia la deshonra. Entre el Antiguo y el Nuevo Testamento la Biblia usa como doce palabras para denotar la mancha que deja el pecado—deshonra, suciedad, inmundicia—sobre todo para los pecados cometidos contra nosotros. Si leen el Antiguo Testamento se preguntará, «¿Por qué tienen que limpiar sus casas tantas veces y seguir los ritos de limpieza y todo este sistema por el cual libraban sus hogares, sus dietas, y sus vestidos de la inmundicia y la mugre?». Es para mostrarnos que el pecado es así. El pecado se mete en todo y lo ensucia, lo profana, lo hace asqueroso. Y mientras tratamos de mantener limpios nuestros cuerpos y nuestras casas, Jesús necesita limpiarnos de toda nuestra injusticia. Algunos de Uds. se sienten muy deshonrados, perjudicados y quebrantados.

Y 1 Juan 1:9 dice, «Si confesamos nuestros pecados», lo cual significa que lo hablamos con Dios y con gente piadosa, de confianza, empezando con nuestro cónyuge; ese es mi deseo y oración. «Él es» ¿qué? «Fiel», ¿entienden? Y doy fe en mi vida y en la vida de mi esposa y de centenares de personas que han podido servir de diversas maneras en estos casos, en el transcurso de los años, que Él es fiel.

«—para perdonar nuestros pecados». Cualquier pecado que Ud. haya cometido, Jesús puede perdonarlo y lo hará hoy si se aparta del pecado y confía en Él. ¿Para qué? «Para limpiarnos». Las víctimas de las violaciones que se meten a la ducha lo que en realidad necesitan es a Jesús, pero no saben cómo limpiarse hasta el alma, por eso hacen todo lo que pueden, o sea, limpiar el cuerpo.

«Perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad». Quiero que los que han sido víctimas de aprendan de memoria «Limpiarnos de toda maldad». Toda. Lo que eso significa es que pueden haber tenido memorias reprimidas o disociación y están haciendo algo y de repente algo les vuelve a la memoria, y piensan, «Hombre, pensé que ya había resuelto esto, pero ha vuelto, o debe ser algo que no sabía y ahora lo sé».

Hace poco hablé con una víctima, una mujer, y alguien vino por detrás, un amigo suyo, y le puso la mano en el hombro, y ella se desplomó en el piso y empezó a llorar amargamente sin saber por qué. Le trajo algo a la memoria que no había recordado en años de algo que le había pasado, algo en que se sintió agredida.

Es limpieza de toda maldad, toda. En la Biblia esto funciona por medio de actos simbólicos. Al pueblo de Dios a menudo le decía: «Laven su ropa», para mostrarnos lo que Jesús hace. Quiero que cada vez que laven la ropa recuerden que Jesús limpia de toda maldad. Cada vez que leven los trastes, Jesús limpia de toda maldad. Cada vez que barran o pasen la aspiradora, Jesús limpia de toda maldad. Esto también está simbolizado en el bautismo cristiano que Jesús vivió, murió, fue enterrado, y resucitó. Y así como el agua nos limpia la mugre, Jesús nos limpia de toda maldad.

En la Biblia también el pueblo de Dios suele vestirse ¿de qué color? Blanco. ¿Alguna vez se han preguntado por qué? Para mostrarnos que Jesús limpia de toda maldad. Hasta en Apocalipsis 19 la iglesia es tipificada en el fin del mundo como una esposa. Jesús es como un esposo y hay una enorme celebración, un banquete, una boda, que concluye la historia humana. Y dice que le fue concedido vestirse de lino fino, resplandeciente y limpio.

Damas, no importa lo que hayan hecho o lo que les hayan hecho a Uds. El día de su boda Uds. se visten ¿de qué color? De blanco, si están en Cristo. Porque si están en Cristo, son limpias. Esa es su identidad. Su identidad no depende de lo que hicieron o lo que les hicieron. Está determinada por lo que Jesús ha hecho por Uds., lo cual nos limpia de toda maldad.

Por eso es que hasta el pueblo de Dios en el Antiguo Testamento iban al templo y tenían el privilegio de estar ahí al menos en el sitio donde el templo había morado, y es literalmente una ciudad sobre una colina. Está alta y exaltada, y el templo está en la cima de una roca muy visible. Y había ciertos salmos del ascenso que cantaban las personas cuando iban a adorar a Dios y a lidiar con el pecado. Al pie de la montaña, antes de ascender a adorar a Dios, cantaban varios salmos del ascenso: primero paraban y lavaban sus ropas, se lavaban el cuerpo y se ponían ropa limpia de lino blanco y seguían a adorar a Dios. Imagínense decenas de miles de personas vestidas de blanco. Era para recordarnos que Jesús limpia de toda maldad.

Una misión

Para los cónyuges de víctimas de la agresión, primero, Dios no le ha dado una aflicción; le ha dado una misión. O debería decirlo de esta manera. Dios no nos ha dado una aflicción; Nos ha dado una misión. Tengo dos hijas que aprecio y adoro mucho. Y Dios tiene hijas que Él aprecia y adora. Y si Él le pidiera a algunos hombres aquí que se casaran y amaran y sirvieran a esas mujeres, no sería una aflicción; sería una misión a la que el Padre los ha enviado porque confía que amarán a sus hijas con Su afecto. En los momentos egoístas podríamos pensar: «Esto es más difícil de lo que otros podrían experimentar. Esto no es lo que hubiera esperado». Al contrario, deberíamos dar gracias a Dios por habernos encomendado una misión tan sagrada y nunca considerarla una aflicción.

Segundo, el afecto y la intimidad demoran más tiempo, pero es aún más profundo porque alguien que ha sido herido será renuente y cauteloso al confiar mucho en alguien, aun en su cónyuge. Por tanto demora más pero va mucho más profundo porque confiarán en Ud. de una manera en que jamás han confiado en alguien y se mostrarán vulnerables con Ud. de una manera que únicamente ha sido traicionada.

Y para los que se estarán preguntando, Dios no causa estas cosas pero las usa para bien. Dios no hace que sucedan estas cosas, pero las utiliza para el bien. Por eso Grace escribió el capítulo.

Dios Padre, al traer a Grace, pido por nuestra iglesia para que seamos un lugar seguro un lugar de ayuda, y un lugar de sanidad. Dios, para los que acaban de darse cuenta que esta es su historia, pido por el tiempo y la energía que van a necesitar para procesar esto, y también para las personas de confianza, incluyendo sus cónyuges, para que hablen de esto. Dios, es una epidemia. Es una epidemia que está creciendo, por lo cual oramos contra el enemigo, sus siervos, sus obras, y sus efectos. Oramos por el poder del evangelio de Jesucristo para que haga su obra, y oramos por el pueblo de Dios para que sean un medio por el cual la gracia y el amor de Dios sean compartidos. Gracias por la valentía y el denuedo de Grace y por su amistad conmigo. Dios, te doy gracias por el privilegio de ser su esposo, y pido por los hombres solteros en la iglesia que no los veamos hacer víctimas. Pido por los hombres en la iglesia que están casados, que no hagan ninguna víctima. Pido por las personas en la iglesia, tanto hombres y mujeres que son víctimas, que conozcan a Cristo, que sepan son perdonados, que en Cristo su vergüenza fue menospreciada; y que en Cristo son limpios. en el nombre de Jesús. Amén.

Pastor Mark y Grace

Gracias por acompañarme, cariño. En vez de hacer preguntas y respuestas hoy, no creo que pueda manejarlo emocionalmente para serte franco y no quería exponerte a esa clase de situación. Gracias por escribir este capítulo. Creo que hiciste un excelente trabajo, y gracias por ser mi amiga.

Grace: Gracias por andar conmigo en todo este proceso.

Haría cualquier cosa por ti. Claro que sí. Empecemos con esto: ¿Cómo te sentiste, o tuviste alguna inquietud o reserva después de que logramos entenderlo todo, y empezaste a trabajar para integrarte en un grupo de redención hablar con la gente y resolver ese asunto? ¿Describe cómo fue eso para ti?

Grace: Hay muchos temores. Siempre fui una persona muy privada y callada, y cuando Dios empezó a revelar, a abrir mis ojos a ciertas cosas que me habían pasado, fue muy difícil para mí compartirlo aun contigo. Y la idea de seguir compartiéndolo con otras personas para sanarlas me atemorizaba mucho; y el no mantener esas cosas en privado y pensar que cualquier sanidad podría surgir de hablar más del asunto me tenía confundida. Me parecía que podía confesarlo, o hablar de ello, dar vuelta de hoja, y que todo estaría bien; que eso sería todo. Pero Dios tenía mucho más que sanar en el proceso de resolver el asunto.

Entonces al entrar al grupo con otras mujeres que conocía, y otras que casi no conocía, fue una experiencia súper vulnerable para mí. Muchas veces quise darme por vencida y decir, «Esto es demasiado difícil»; y el temor a ser rechazada por la gente era enorme. Es porque había tenido muchas relaciones en mi vida y pensar que debía compartir esto con las personas y la posibilidad que resultaría de ser rechazada.

Pero al compartir y al ingresar al grupo en realidad fue un proceso de sanidad, porque al compartir cada una nuestra historia y las cosas que habían sucedido y los diferentes aspectos, me di cuenta que no estaba sola. Y sabía que no estaba sola porque tenía al Señor, y te tenía a ti, pero creo que hay algo entre las mujeres concretamente pero para todos en general, que es vivir en comunidad, eso nos ayuda realmente a querer ser fortalecidos por ese camino de sanidad, así que el solo compartirlo—y las mujeres compartían sus historias, y no pude identificarme con cada detalle de la de ellas. Y ellas no podían identificarse con cada detalle de la mía, pero sí había partes de la historia de cada una, ya sea la vergüenza o querer suprimir la verdad o el bochorno. Hubo muchos elementos con los que pudimos identificarnos en la historia de cada cual. Y fue de mucha ayuda poder hablar con esas personas en un entorno grupal.

Para los que no están familiarizados, por eso fue que empezamos los grupos de redención francamente. Queríamos un acercamiento basado en la Biblia, enfocado en Jesús y conectado con la iglesia para ayudar a quienes han sido abusados, a los adictos, o a los que tienen heridas y dolencias muy profundas, y sé que lo trajiste. El Pastor Mike Wilkerson, un amigo mío, tú y su esposa Trisha son buenas amigas, y ella ha sido una buena amiga contigo—él escribió el libro Redemption (Redención) que sirve como base para nuestros grupos de redención, y estamos muy agradecidos con ellos por hacernos ese trabajo, y les pedimos que lo hicieran, para que Mars Hill pudiera ser un lugar donde pudiéramos establecer grupos para ayudar a la gente. Creo que más de 700 personas han pasado por los grupos de redención y creo que al menos esa cantidad pasó por otras iglesias esperamos establecer grupos de redención en otras iglesias bajo el liderazgo del pastor Mike y otros.

Toma unos momentos quizás para explicar a las personas qué es un grupo de redención. Es diferente a un grupo comunitario. Un grupo comunitario se reúne regularmente y habla del contenido del sermón. Quizás puedas explicar cómo los grupos de redención funcionan con los grupos comunitarios.

Grace: Sí, un grupo de redención empieza con un fin de semana de entrenamiento en donde escuchamos a otros líderes y personas con experiencias similares, y después sigue cada semana para un cuarto, y se basa en la historia del Éxodo en la Biblia, por tanto es un entrenamiento muy bíblico pero también es muy práctico. Habla de ser librados y que Dios quiere librarnos de la esclavitud del pecado que hemos cometido o que han cometido contra nosotros. Después habla del rescate que Dios ya pagó para que podamos experimentar el siguiente tema de la renovación. Todas esas cosas ocurren durante todo entrenamiento del grupo de redención.

Uno llega a oír historias reales de personas que han pasado por unos procesos muy dolorosos; después uno se divide en grupos más pequeños en los cuales colocan a las personas con mucha oración. El grupo está integrado por un líder y un aprendiz quienes explican a las personas las historias y cómo hablarse unos a otros sin lastimarse más haciendo comentarios indebidos sin acogiéndose y amándose a través del proceso por tanto es un proceso muy relacional. Uno conoce personas de las que no conocía nada antes, y después sigue recorriendo ese proceso.

Y después al final, hacen una celebración, tienen un tiempo de celebración, como dijo Mark para vestirnos de blanco, celebrar, hacer un festín en que podemos celebrar lo que Dios ha hecho en el proceso de renovación; y no es que termine después de ese cuarto de semana. Uno sigue, pero bajo los auspicios de una nueva identidad. Ya no somos víctimas del abuso. Somos personas renovadas en Cristo, y Él quiere seguir sanándonos; por eso la parte de la identidad es tan importante para librarnos de los ídolos y andar en nuestra nueva identidad en Cristo.

¿Qué significa para ti que haya grupos de redención en Mars Hill?

Grace: Oh, significa todo para mí, porque sé que las personas pueden ser sanadas y no tienen que quedarse estancadas en la vergüenza y el dolor de haber sido víctimas de la agresión sexual. Al ser entrenados, pueden ayudar a otras personas. Es un proceso continuo para ellos. Y obviamente tantas personas no saben qué decir al oír mencionar las historias de agresión sexual, por eso es una parte esencial de nuestra iglesia poder amar a las personas que no se sienten amadas. Por eso significa todo para mí que tengamos un recurso como este porque tantas personas tampoco sabían qué decirme.

Sí. ¿Qué le aconsejarías a un cónyuge, un amigo, o un padre de familia que conoce a alguien que comparte esta historia o que es parte de la historia de alguien que confía en ellos? ¿Qué sería beneficioso que dijeran o hicieran y qué no sería beneficioso que dijeran o hicieran?

Grace: Creo que orar por ellos, saber escucharlos, ser alguien de confianza, un confidente; no alguien que ventila lo que les han dicho en confianza. Recordarles el amor que Dios tiene por ellos; recordarles de Su deseo de sanarlos y renovarlos y limpiarlos de toda maldad. Necesitaba que me recordaran esas cosas regularmente, porque nuevas memorias o mentiras trataban de invadirme durante el proceso de sanidad y la verdad tiene que decirse no de una manera fría o sin sentimiento, sino de una manera genuina abrazando de pronto a la persona si les incomoda eso, si se trata de alguien como una novia, otra mujer, o su propia esposa. Pienso que son maneras muy importantes para ayudarle a esa persona a saber que sí nos importan.

Y si necesitan ayuda, ayúdelas a integrarse a un grupo de redención. Ayúdenlas a integrarse a una comunidad confiable o que vayan con un consejero bíblico si no están en la comunidad de Mars Hill, orando por ellos, orando sobre ellos, estar pendiente de ellos para cerciorarse de que estén bien en el proceso de sanidad. Muchos amigos me mandaban mensajes de texto o me llamaban a decirme, «¿Cómo puedo orar por ti hoy?. ¿Estás luchando con algo particular hoy?». Y oraban conmigo al instante, y oraban por mí por muchas semanas. El hecho de que no me hubieran rechazado fue algo súper importante. Y sí, sabe escuchar.

Creo que vamos a dejar ahí. No creo que pueda más.

Haremos una transición ahora. Recolectaremos la ofrenda para adelantar el ministerio de Jesús porque queremos que la gente reciba ayuda. Como acabamos de añadir 5.000 personas en dos semanas tenemos muchas personas que ayudar por lo tanto agradecemos sus oraciones y su apoyo económico.

Si son nuevos y quieren conectarse, entréguennos la tarjeta de visitante porque de veras queremos hacerle seguimiento y hacer cualquier cosa para conectarnos con Ud. Póngala en la ofrenda para que podamos servirle.

Celebraremos la comunión por la cual recordamos el cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús. La sangre de Jesús nos limpia de toda maldad. Al celebrar la comunión estamos diciendo públicamente que Él murió para que pudiéramos ser perdonados y limpiados. Es identificarse poderosamente en público con Jesús.

Por último, vamos a cantar. Para nosotros hoy cantar es una forma de orar. Es sacar a colación con la voz lo que siente el corazón. Por tanto, al cantar oramos conjuntamente como pueblo de Dios, hoy, algunos oramos y nos lamentamos por nosotros mismos, y algunos por personas que conocemos y amamos, o algunos por ambos. Así que, sí cariño, si estás dispuesta a cerrar con una oración. Te lo agradecería.

Grace: Señor, gracias. Gracias por darme la fortaleza para escribir esta historia que sigues entretejiendo y desenvolviendo en mi vida. Gracias porque la estás usando para ayudar a otras personas y pido que sigas haciendo eso. Pido por hombres y mujeres en cuyas historias ha habido agresión sexual, Señor, que sigan adelante y sean liberados de las cadenas que los tienen atados. Señor, pido contra las mentiras del enemigo y la división que les causa en la comunidad. Señor, pido que confíen en ti como su Padre Celestial, que seas la fuente de su identidad, y su gozo, y su sanidad. Señor, gracias porque no dejas que sigamos quebrantados y sin ser sanados, porque deseas mucho más. Pido por ese sendero para todos nosotros, en el nombre de Jesús. Amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.