Los hombres y el matrimonio

«¿Dónde estás?»

Está bien, hombres. ¡Hombres! Uds. saben quiénes son. Cuando una compañía lucha o fracasa, finalmente ¿quién debe hacerse responsable? El director ejecutivo. Cuando una nación lucha o fracasa, finalmente ¿quién debe hacerse responsable? El presidente, el rey, o el que esté a cargo. ¿Qué tal un equipo deportivo que lucha o fracasa? Otra manera de decirlo es un equipo deportivo de Seattle. ¿Quién se hace responsable de eso? Finalmente es el entrenador o el gerente general. Digamos que se trata de una unidad militar que sale a la guerra y lucha o fracasa. Finalmente, ¿quién toma responsabilidad? El oficial de más alto rango. ¿Por qué es eso? Porque son cabeza. Otros bajo su autoridad podrían tener cierta responsabilidad, pero como ocupan la autoridad más alta, tienen la mayor responsabilidad.

Así que permítanme preguntarles, cuando nuestro primer padre y su esposa, nuestra primera madre, estaban en el Huerto del Edén, ¿quién pecó primero, Eva o Adán? Eva. Eva comió y él observó. Y después viene Dios en Génesis 3 ¿y por quién pregunta? Por Adán. Pregunta por Adán, «¿Dónde estás?».

¿Por qué hace eso? ¿Acaso no la hacía responsable por su pecado? No, leemos en Génesis 3 que Dios vino a ella y le habló de su pecado, y hay consecuencias para las mujeres hoy por causa del pecado de de nuestra primera madre, Eva. Pero Dios hizo principalmente que el hombre fuera responsable porque es la cabeza de su familia.

Por eso leemos en Romanos 5:12–21 que por el pecado del hombre toda la raza humana cayó. Las mujeres son responsables por su pecado. Las esposas son responsables por su pecado, pero sus esposos, además, también son responsables. ¿Qué significa eso para su familia? ¿Qué significa para mi familia? Significa que el bienestar de nuestra esposa es nuestra responsabilidad.

Lo dice así en 1 Corintios 11. Pablo dice que la mujer es la gloria del hombre. Eso significa que ella es el reflejo de su afecto, que si ella florece, debe ser por su amorosa inversión y participación. ¿Cómo van las cosas?

Los hombres debemos saber que compareceremos ante Dios. Los maridos en particular necesitan saber que compareceremos delante de Dios, el Hacedor del cielo y la tierra, quien sabe y lo ve todo, y tendremos que dar cuenta de nosotros como hombres. Si tenemos el privilegio de ser esposos, también daremos cuenta por nuestra esposa. Y se nos ha dado el gran privilegio de tener hijos, también tendremos que dar cuenta por nuestros hijos. Ellos tendrán que rendir cuentas también, pero nosotros daremos cuenta de todo, por todos los que están bajo nuestra autoridad.

Esto es lo que significa cuando la Biblia usa palabras como ‘cabeza’, que somos responsables a los ojos de Dios por el bienestar de nuestras esposas e hijos. Así que los hombres, en este sermón sobre los hombres y el matrimonio, necesitan saber que si su esposa lucha o fracasa y no crece en piedad, si sus hijos luchan o fracasan y no crecen en piedad, es su responsabilidad a los ojos de Dios; además de ser responsabilidad de ellos, pero es su responsabilidad también, y eso es lo que la Biblia quiere decir cuando usa la palabra ‘cabeza’, como lo hace en tantas partes.

Efesios 5

Les daré una, y la leeremos extensamente. Efesios 5:22–33, una porción de las Escrituras que si casualmente la leen en una boda unos se burlan y otros se ríen entre dientes, pero si Ud. cree en la Biblia, dele gracias a Dios por ello. Efesios 5:22–33, lo leeremos de una vez.

«Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es», ¿qué? «Cabeza de la mujer, así como Cristo es» ¿qué? «Cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo. Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra», ahí están las Escrituras, «a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama». Después de todo son uno.

«Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la porque somos miembros de su cuerpo. «POR ESTO», cita Génesis 2, «EL HOMBRE DEJARÁ A SU PADRE Y A SU MADRE, Y SE UNIRÁ A SU MUJER», eso es el matrimonio, «Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE». Esa es la consumación de su pacto. «Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido».

Hay algunas instrucciones aquí para las esposas, y trataremos con ellas en el próximo sermón. En este sermón, quiero mirar las exhortaciones, amonestaciones, que Dios tiene para los hombres, por medio de Pablo. En su mayoría, esta exhortación aquí es para los hombres, porque como cabeza tenemos la principal responsabilidad.

El matrimonio es un pacto

Y lo que está diciendo, ante todo, es que el matrimonio debe ser de pacto. Este es el contexto bíblico del pacto, y es de suma importancia que los hombres lo entiendan porque ¿cuántos hombres aquí trabajan en algún negocio? Y en los negocios hay contratos. Los hombres celebran contratos. Si solicita una tarjeta de crédito, eso es un contrato. Si compra una casa o un carro, eso es un contrato. Lo que funciona en los negocios no funciona en el matrimonio. El matrimonio no es contractual.

Quizás el ejemplo más grotesco de un matrimonio contractual es el acuerdo prematrimonial, que dice: «Asegurémonos de tener organizado nuestro divorcio antes de nuestra boda. Asegurémonos de tener un acuerdo absoluto sobre la disolución del vínculo matrimonial antes de nuestra unión matrimonial».

Cuando se trata del matrimonio, la Biblia no lo presenta de manera contractual, sino como un pacto. Cientos de veces, la Biblia habla de un pacto. No sería falso decir que la Biblia, en gran parte se trata de pactos.

En el pacto más sencillo y fácil de entender, es un acuerdo entre dos personas. A veces podría ser entre dos seres humanos, o entre una persona (o un grupo de personas) y Dios. La salvación se denomina el nuevo pacto. Dios celebra un pacto con nosotros, y el pacto de Dios con nosotros es, «Yo seré su Dios, y Uds. serán mi pueblo, y nunca los dejaré ni los abandonaré». Ese es el lenguaje de los pactos. En forma parecida, un marido debe mirar a su esposa y decirle, seré tu marido, y tú serás mi esposa, y formaremos un pueblo, y nunca de dejaré ni te desampararé». Ese es el lenguaje de los pactos. No es un lenguaje contractual.

Al menos dos veces, la Biblia dice explícitamente que el matrimonio es un pacto. Lo hace en Proverbios 2:17 y el Malaquías 2:14. Lo dice explícitamente, y después lo infiere repetidas veces en toda la Biblia. Hay una palabra particular en la Biblia que explica un pacto, y en el Antiguo Testamento es la palabrita ‘hesed’. Es una palabra hebrea muy importante y significativa.

Les daré algunas de las traducciones en varias traducciones de la Biblia. A veces se denomina amor de pacto, misericordia, amor inquebrantable, fiel devoción, amor leal, entrega, lealtad, o responsabilidad. Me encanta como lo dice La Biblia Jesus Storybook (Biblia libro de cuentos de Jesús) Es una gran Biblia para niños y usa el lenguaje del término ‘hesed’ para entrelazar los temas de las historias de la Biblia, y dice que un pacto de amor es algo «interminable, que nunca se da por vencido, inquebrantable, un amor eterno y para siempre». Se lo leo a mis hijos y los beso, y les digo, Dios te ama así, y yo te amo así. Sin parar, sin darse por vencido, inquebrantable; un amor eterno y para siempre.

Lo primero que necesito que los hombres entiendan es que Uds. son la cabeza de ese pacto. Antes de entrar en materia de jefatura, quiero desglosar la palabra pacto. Lo que esto significa es que su entendimiento del matrimonio debe ser de pacto, no de contrato. Si lo desglosara en su forma más sencilla, lo expresaría de esta manera. Un contrato es cuando uno negocia condiciones que lo benefician. Es egoísta. El pacto es cuando uno se entrega a sí mismo a la otra persona para su bienestar. Es servir. El pacto es para beneficio de la otra persona; el contrato es para beneficio propio.

Cuando oímos a la gente decir cosas como, «Creo que debemos divorciarnos; quiero empezar de nuevo; Dios quiere que yo sea feliz», están pensando en forma contractual, no como pacto, porque lo que están diciendo es, «Yo». Es lo único que están diciendo. «Dios quiere que yo sea feliz. Dios quiere que yo consiga lo que quiero. Dios quiere que yo consiga lo que necesito». Una pensamiento de pacto dice, «Dios quiere que yo sea lo que tú necesitas. Dios quiere que te ame como tú lo necesitas. Dios quiere que yo te sirva, como tú lo necesitas. Dios quiere que yo invierta en ti, como tú lo necesitas». El pacto se trata de lo que es mejor para la otra persona; el contrato se trata de lo mejor para uno. Es la diferencia entre el egoísmo y ser un siervo.

En un matrimonio de pacto, un marido y una esposa tienen un pacto con Dios por medio de la fe en Jesucristo, y deben tener un pacto el uno con el otro. Y la Biblia dice que así como Jesús ama y sirve a la iglesia, el hombre también, como cabeza de ese pacto, en forma similar debe amar y guiar a su esposa a fin de que florezca y crezca en la gracia de Dios.

Todo pacto tiene una cabeza

Entonces, primero, se trata de un pacto; y segundo, todo pacto tiene una cabeza y la cabeza finalmente es el líder principal, la alta autoridad, el responsable de la supervisión, la administración y el bienestar del pacto. De modo que en nuestra nueva relación de pacto con Dios, por medio de Cristo, Jesucristo es nuestro Cabeza de pacto. Es nuestro Cabeza . Al ser parte de la iglesia de Jesucristo, el Cabeza de la iglesia es Cristo. Es exactamente lo que leemos en Efesios 5. «Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia».

Hombres, por el hecho de ser cabeza de familia o del hogar no significa que seamos el jefe. Somos cabeza. No somos un jefe como el jefe del trabajo, delegando deberes a nuestra esposa y a nuestros hijos. En cambio, debemos ser cabeza como Cristo es Cabeza, y que de todas formas la relación entre Jesús y la iglesia debe ser un modelo para la relación de pacto.

Suena raro porque Jesús nunca salió a una cita, y nunca se casó. Y la pregunta es ¿qué puede saber Él del matrimonio? Sin embargo, en el argumento bíblico el matrimonio refleja un poco la relación que Jesús tiene con la iglesia. Y algunos de los hombres dicen, «Tengo una esposa muy difícil». Pero no es nada tan difícil como la esposa de Jesús. ¿Cierto? Algunos de Uds. dirían, «Pero mi esposa es muy incumplida y desagradecida». Oh, pero no tanto como la esposa de Jesús. La esposa de Jesús es todo un personaje. ¿Amén?

La iglesia de Jesucristo no siempre es la novia hermosa, radiante, y gloriosa. Cae en el pecado, la locura, la rebeldía, el egoísmo, pero Jesús ama su novia, la iglesia. Leemos algunas cosas sobre cómo Jesús ama a su novia, la iglesia, y cómo los hombres han de amar a su novia, sus esposas. Leemos en Efesios 5 que la ama y la lava con la Palabra de Dios, la santifica, la nutre, la quiere, se vuelve uno con ella. Ese es el lenguaje del pacto.

Entonces aún en el pacto matrimonial, Jesucristo es Cabeza, con C mayúscula. El Cabeza de su matrimonio es Jesús, y el cabeza con c minúscula es el marido, y el marido debe ser parte de la iglesia y aprender acerca de Jesús, y ver cómo Jesús ama y sirve y santifica la iglesia. Y debe tomar esos ejemplos de Jesús, y por el poder del Espíritu Santo, ser algo como Jesús a su esposa, para que ella sea querida, cuidada, amada, deseada, perdonada; para que crezca en piedad en gracia y gloria; porque la mujer es la gloria del hombre, y ella es el reflejo de su inversión. Al ir madurando y creciendo una iglesia, va reflejando el servicio y el sacrificio de Jesús. Lo mismo pasa con la mujer. Al crecer y florecer, y cuando sus hijos crecen y florecen, demuestra el servicio y sacrificio de su esposo y su Señor.

Hombres, esto es lo principal. Su esposa es su jardín. Si no les gusta cómo se ve su jardín, Uds. son los jardineros. No pueden no hacer nada y gritarles, o exigirles cosas, o juzgarlas. Necesitan amarlas como Cristo amó la iglesia. Necesitan asumir responsabilidad como Jesús asumió responsabilidad. Necesitan dedicarse a ellas. Necesitan invertir en ellas. Necesitan quererlas. Necesitan cuidarlas y nutrirlas con la gracia que Dios les da a Uds.

Como la Biblia dice esto en Efesios 5 y Colosenses 3, y 1 Pedro 3, y 1 Corintios 11, tantas y tantas veces, cuando dice que el marido es cabeza de la esposa, no significa que los hombres están sobre las mujeres ¡Que Dios nunca permita tal cosa! Tengo dos hijas. Lo que más temo es que los hombres en general ejerzan autoridad sobre ellas. No significa que los hombres sean más importantes que las mujeres. Significa un hombre, una mujer, marido y mujer en un matrimonio de pacto, que el hombre es cabeza. Toma responsabilidad y la carga delante de Dios para guiarla con amor, humildad; y que por la gracia de Dios desea revelarle a Jesús continuamente con sus palabras y obras. Eso es lo que quiere decir. Es para proteger a las mujeres de otras relaciones.

Digamos por ejemplo que hay una hija y tiene una buena relación con su padre que es cabeza del pacto. Como el que dirige la protege de otros muchachos que quieren ser cabeza de ella, decirle lo que debe hacer, asignarle una identidad, abusarla, ponerla en peligro. La protege de otros hombres jóvenes que podrían venir a tomar el lugar de dirección en su vida.

De modo similar con una esposa. Si el marido la ama como Cristo ama la iglesia, y se hace responsable de ella, la protege contra hombres malos, jefes, hombres malintencionados o perversos. La protege. La coloca en un contexto donde es querida amorosamente y protegida. En nuestros días, donde una de cada tres mujeres son abusadas sexualmente, y las mujeres son maltratadas, y calumniadas, y abusadas, es bueno saber que el propósito de Dios es que los hombres sean la cabeza, que los maridos y los padres sean cabeza de su hogar, y que amorosamente guíen y protejan a sus hijos, sin duda, pero a la luz de este sermón, sobre todo a sus esposas.

El marido es cabeza de la esposa

Lo que no dice tampoco es que tal vez, quizás, si piensan que es culturalmente aceptable leer unos cuantos libros después de asistir a la universidad, y haber sido criadas en el feminismo, y haber leído revistas de mujeres, y visto telecomedias que se burlan de de los hombres; si con todo eso les parece buena idea porque Uds. y sus amigas votaron que entonces tal vez, quizás, posiblemente el hombre en teoría podría ser cabeza del hogar. No, eso no es lo que dice. Dice que el marido es cabeza de la esposa, como Cristo es ¿qué? Cabeza de la iglesia. Lo que no vamos a hacer hoy es hacer una votación y decir, «Cuántos de Uds. piensan que Jesús debe estar a cargo de la iglesia?». No vamos a votar. Él es Cabeza de la iglesia. Hombres, Uds. son cabeza de su hogar. El marido es cabeza de la esposa.

Nos metemos en grandes problemas cuando Dios dice que somos algo y nos podemos a debatir si debe o no debe ser así. Desperdiciamos tiempo y energía innecesarias. Hombres, Uds. son cabeza de su hogar. Son cabeza de su esposa, como Cristo es Cabeza de la iglesia. No es un «No». Es un «Sí». Entonces la pregunta no es si el hombre es el líder, o si en hombre es cabeza, sino si el hombre es responsable. La pregunta es, ¿está haciendo un buen o un mal trabajo? Esa es la única pregunta.

Y mi pregunta a los hombres sería: ¿Cómo les está yendo? ¿Cómo les está yendo? ¿Cómo están sus hijos? ¿Cómo está su esposa? No estoy hablando solo de provisión económica, aunque eso es parte; estoy hablando de darles provisión emocional, provisión espiritual, y provisión mental, de darse Ud. mismo y proveerles lo necesario para que florezcan. ¿Cómo va eso?

Gastamos tanto tiempo y energía en nuestros días: Iglesias que debaten, discuten; cristianos que debaten y discuten. «¿El hombre debe ser cabeza de la esposa? Él ¿qué? Él ¿qué? ¡Ya lo es! ¡Ya lo es!

Tome responsabilidad

Por eso es que continuamente en la Iglesia Mars Hill atenemos a los hombres a un criterio más alto. Y cuando su esposa no está floreciendo, y sus hijos no están floreciendo, le preguntaremos lo mismo que Dios le preguntó a nuestro primer padre, ¿Dónde estás? ¿Dónde estás? Y querremos que tome responsabilidad.

La esencia de la masculinidad es tomar responsabilidad. No importa cuánta cerveza pueda tomar, cuánta carne pueda comer, o lo duro que pueda eructar. Eso no lo hace hombre. Un mico puede hacer eso. Un gorila puede hacerlo mejor que Ud. Eso no lo hace hombre. Vivimos en un día en que la masculinidad se define por un machismo cuasi ridículo. Finalmente, la masculinidad se trata de tomar responsabilidad. Puede que Ud. no sea grande. Puede que no sea fuerte. Puede que no sea capaz de ganar una pelea de pulgares, y mucho menos una pelea enjaulada. Pero si toma responsabilidad, es un buen cabeza, y es un hombre masculino.

Necesito que los hombres oigan eso, porque hay tipos ahora que manejan camiones, disparan armas de fuego, y golpean a las mujeres. Eso no es un hombre. Hay otros hombres que manejan carros híbridos. Dios los bendiga. Oraremos por Uds. Estos hombres no disparan armas de fuego, pero aman a sus esposas, y aman a sus hijos, y toman responsabilidad, y como resultado las personas bajo su liderazgo están bendecidas, florecen y ven a Jesucristo en ellos. Esos son hombres. Esos son hombres.

Y esto fue lo que Jesús hizo por nosotros, esto es lo que Jesús hace por la iglesia. Esto es el evangelio. Estas son las buenas noticias. ¡Esto es asombroso! Dios viene a la tierra como el hombre Jesucristo. Dios se hace hombre y vive sin pecado, ¡sin pecar! ¡Es crucificado y muere! ¿Por qué? ¿Por qué murió? La Biblia lo dice así una y otra vez, una y otra vez: «Por nuestros pecados». Ven, la paga del pecado es muerte. Todos debemos morir. En cambio fue Jesús quien padeció la muerte.

¿Qué significa esto? Jesús sobrellevó algo que no fue su culpa, y se hizo responsable por ello. Por eso es que Jesús es el Dios-hombre, es el hombre perfecto. ¿Es culpa mía que yo peco, o es culpa de Jesús que yo peco? Es culpa mía. No puedo decirle a Jesús: «Mira lo que me hiciste hacer». Jesús es crucificado y se sustituye por mí, en mi lugar, por mis pecados. Al hacerlo está haciéndose responsable por mí. Entonces es culpa mía, pero Él se hace responsable. Eso es lo que Jesús hace por la iglesia, por lo tanto eso es lo que los esposos deben hacer por sus esposas. Lo que los padres deben hacer por sus hijos, no para salvarlos, sino para servirles.

Cuatro responsabilidades

Así que, hombres, permítanme decirles cuáles son sus responsabilidades; y estás aplican también a las damas. Les daré cuatro responsabilidades. Primero, su primera responsabilidad como cristianos es arrepentirse del pecado, confiar en la muerte, sepultura, y resurrección de Jesús, leer su Biblia, crecer en la gracia, orar, participar con el pueblo de Dios en la iglesia. Cristiano, debe darle prioridad a su relación de pacto con Dios. Si está aquí hoy y está tratando de arreglar su matrimonio, y no conoce a Jesús, esa no es su primera prioridad. Su primera prioridad es ponerse en una relación con Jesús, y a partir de esa relación con Él, Él empezará a cambiarlo para que pueda ser un mejor cónyuge.

Su segunda responsabilidad es para con su cónyuge. Eso significa que para los maridos, es su esposa; y para las esposas, es su marido. Esa es su siguiente prioridad y responsabilidad: su cónyuge.

Y tercero, ser padre o madre. Si Dios decide bendecirlos con hijos, significa amarlos, servirles, criarlos, invertir en ellos, y ayudarles a crecer. Y permítanme decir esto. Si cambia el orden de estas prioridades, destruirá a sus hijos y su matrimonio. Para algunas personas, sus hijos son su Dios; o sea su más alta prioridad. Para algunos, su cónyuge es su Dios, o sea su más alta prioridad.

Y cuarto, su cuarta prioridad es la de trabajador. Podría ser su trabajo fuera del hogar, su vocación. Va al trabajo a pagar sus cuentas. Podría ser su trabajo en el hogar. Quizás sea una ama de casa, y su trabajo consiste en amar a su familia y dedicarse al hogar.

Sean cuales sean sus responsabilidades, este debe ser el orden. Y sucede que si en algún momento cambia el orden está siendo irresponsable. Los hombres, como cabeza del pacto matrimonial, son responsables ante Dios de asegurarse que su vida refleje estas prioridades, que la vida de su esposa refleje estas prioridades, que la vida de sus hijos refleje estas prioridades, lo cual significa que ser trabajador no es la cosa más importante en el mundo de un hombre. Tiende a ser donde el hombre busca su identidad. Debería buscar su identidad en su relación más importante. «Fui hecho por Dios. Dios me ama. Dios me ha dado dignidad, y valor. Dios me ha redimido. Soy un hijo de Dios. Esa es mi identidad; mi empleo no. Mi Creador determina quién soy».

Veo constantemente que los hombres dicen, «Sí, tomo responsabilidad», pero puede que tomen responsabilidad por sus trabajos. Puede que tomen responsabilidad por sus hijos, pero puede que sus responsabilidades estén fuera de orden, donde su relación de pacto con Jesús y su relación con su esposa prácticamente, al ver su horario, su energía emocional, su rendimiento e inversión, no son las prioridades más altas de su vida.

Si Ud. es ese hombre, está en pecado y no ha tomado responsabilidad por el bienestar de su esposa, no ha tomado responsabilidad por el bienestar de sus hijos, porque ha cambiado el orden de sus prioridades y quiero que Ud. ahora mismo tome la mano de su esposa en señal de arrepentimiento y que le diga que está escuchando este sermón y que está arrepentido, y que promete hacer seguimiento y hablar con ella de esto.

Lo que sucede es que los hombres rehúyen de sus responsabilidades, se las imponen a otros hombres. «Oh, mi señora está muy dolida. Iré a buscarle un buen ministerio para mujeres». ¿Y Ud. qué? ¿Dónde está Ud.? Sus hijos no están bien. «Mejor busquémosles un buen pastor de jóvenes. Mejor que él arregle el problema». ¿Dónde está Ud.? «Oh, mis hijos, solo tengo que buscarles un buen colegio y allá los arreglarán». ¿Dónde está Ud.? «Pues, no hay problema. Vendrá la policía a recogerlos y los pondrán en la cárcel» ¿Dónde está Ud.? Porque esa es la tendencia.

Inclusive vivimos en un mundo donde el 40% de los niños en nuestro país se acuestan sin un papá. En ciertas comunidades étnicas, es el 70%, el 80%, el 90% porque les cargan esa responsabilidad a las mujeres, a los niños, al colegio, y al estado. «Que otro les dé a mis hijos el desayuno. Que otro eduque a mis hijos. Que otro lleve a mis hijos a Cristo. Que otro consuele a mi esposa. Que otro haga un discípulo de mi esposa».

Déjenme decirles que los programas no tienen nada de malo, sobre todo en la iglesia, para niños y mujeres. ¡Pero deberían ser principalmente para quienes todavía no tienen un marido o un padre cristiano, y debe ser suplementario para los que sí tienen uno! Efesios 6: «Padres, criad a vuestros hijos en la disciplina e instrucción del Señor». En 1 Corintios 14, Pablo dice que si cualquier mujer tiene una pregunta bíblica, ¿a quién debe acudir? Vaya y pregúntela a su marido, y él debe saber; pero si no sabe, él debe a averiguar el asunto y debe asumir responsabilidad, y decir, «Es mi responsabilidad ser el pastor de esta pequeño rebaño llamado hogar y familia».

Hombres, les digo esto no como deber, sino como un deleite. Es mejor que sus hijos vengan a Ud. Es mejor que su esposa venga a Ud. Si necesitan oración, si necesitan ayuda, si necesitan ánimo, si han pecado, si pecaron contra ellos, siempre debe decirles, «Te amo como Cristo me ama, y Él me envió aquí, y estoy aquí para Uds. con el amor de Cristo».

Hombres jóvenes, hombres solteros, hay una cultura que los hace pensar en términos de pacto o a prepararse en a manera de pacto. Hay una cultura que quiere que extienda su adolescencia lo más posible, que se aproveche de las mujeres, que se meta a la pornografía y no en el matrimonio, que sea un tipo que solo quiere renunciar a sus responsabilidades y a menudo cargárselas a su madre. «Oye, mamá, ¿me prestas dinero? Oye, mamá, ¿puedo irme a vivir contigo? Oye, mamá, ¿puedo manejar tu carro?». Cuando tienen 16 años, es simpático. Cuando tienen 26, es fastidioso. Cuando tienen 36, es humillante. Cuando tienen 46, deberían darse un puñetazo en la cara. Después su mamá por fin se harta y Ud. va y se encuentra una chica dispuesta a cuidarlo. «Oye, ¿puedo quedarme contigo? Oye, ¿tienes buen trabajo? Oye, ¿no tienes discernimiento? Genial, esperaba conocerte».

Hombres, necesitan arrepentirse de toda una cultura de adolescencia que dice, «No tomo responsabilidad por mí mismo». Lo primero es lo primero. Tomen responsabilidad económicamente, espiritualmente, y totalmente. Después cásense. Tomen responsabilidad por el bienestar de esa mujer. Después tengan hijos. Tomen responsabilidad por el bienestar de esos hijos. En su trabajo, tomen responsabilidad por el bienestar de su compañía para que sirvan bien, para que provea lo necesario para la vida de su familia.

Lo que esto significa, hombres, francamente, es que no les va a quedar mucho tiempo para los pasatiempos. Algunos hombres dirán, «¿Qué tal volar en ala delta?». ¿En serio? «¿Qué tal jugar golf? ¿Qué tal la pesca? ¿Qué tal ir de cacería? ¿Qué tal todos mis juguetes y mis pasatiempos?». Lo principal es que si hace que sus prioridades sean sus prioridades si hace que sus responsabilidades sean sus responsabilidades, no es pecado tener pasatiempos, pero puede que no le quede tiempo para ellos y que deba encontrar actividades que incluyan a su esposa y sus hijos. Seguramente a su hijo de 6 meses no le guste ir de escalada, ¿cierto? Seguramente a su hija de 6 años no le guste ir de cacería. Puede que tenga que encontrar algo más que hacer para que sus prioridades sean sus prioridades, y sus responsabilidades sean sus responsabilidades. No trate de hacer que sus responsabilidades giren en torno a sus aficiones. Deje que sus responsabilidades sean sus primeras prioridades.

Fuerte y tierno, como Jesús

Ahora también quiero decirles que en cuanto a los hombres, al enseñar esto, siempre hay malentendidos. Creo que en toda entrevista que he hecho en los medios me han golpeado como una piñata sobre este tema. «Mark es un machista. Es un misógino». Que ni siquiera sé dar un mensaje. Y todas las cosas horribles que dicen de mí. No soy un masajista. Y lo que pasa es que lo malinterpretan completamente, porque fuera del pensamiento cristiano, la cultura no tiene categorías para lo que enseña la Biblia.

Así que déjenme decirle a los hombres que la esencia de la masculinidad es ser como Jesucristo. Jesús es el hombre perfecto, y eso significa, y lo he dicho antes y lo diré otra vez, es simultáneamente ser fuerte y tierno. Para ser un hombre verdadero debe ser fuerte y tierno, como Jesús.

Permítanme preguntarles. Al pensar en la vida de Jesús, ¿recuerdan alguna vez en que fue fuerte? Sí. Tontos religiosos: Jesús se mete argumentos, No cede terreno. Lo arrestaron. Dice la verdad en el juicio. Lo crucifican. Es bastante fuerte, bastante fuerte.

¿Recuerdan las veces que Jesús fue muy tierno? Dulce. Había una mujer que tenía flujo de sangre por muchos años, y la sanó. Unos niños vienen y cantan y bailan a su alrededor, y los acoge, es súper tierno.

Les haré una pregunta. ¿Es masculino que uno hombre vaya a patinar en el hielo y a ver la obra de teatro «La cenicienta»? ¿Sí o no? Todo depende, ¿no es cierto? El contexto lo es todo. Si son los tipos que conozco, «Hola, hermano, ¿qué hay? ¿Qué está haciendo?». «No lo sé. Se me ocurre una pelea enjaulada, unas alitas de pollo, o Hank quiere ir a patinar en el hielo y ver ‘La cecinicienta’. Yo y los muchachos, hablamos de eso en el sitio de trabajo y pensamos que eso sería increíble. Podríamos ir a patinar en el hielo y practicar nuestras movidas y después podemos ir a ver ‘La cenicienta’, y tomar té verde y hablar de nuestros sentimientos. Eso sería fantástico». No es muy masculino—pero permítanme decirles. Yo hice eso hace poco. No exactamente así. Permítanme explicarles lo que pasó.

Todos los años, una de mis tradiciones con mis hijas al prepararlas para que se casen un día de estos es ser para ellas el hombre más importante de su vida después del Señor Jesús. Para que cuando otro hombre venga con la aprobación de Jesús, y yo, y su mamá, y ellas podamos hablar de lo que sigue. Así que saco a mis hijas. Pasamos tiempo juntos, pero cada Navidad, es como una gran tradición. Se visten todas, y yo me visto. Nos sacamos la foto, y salimos a una cita navideña con papá.

A mi hija de 8 años, Alexie, le pregunté, «¿Qué quieres hacer este año, mi amor?». Y ella me dijo: «Quiero ir a patinar en el hielo. Quiero una bonita cena de lujo a la luz de unas velas» Le encanta ir al Space Needle. «Y después me gustaría ir a ver la obra de teatro, ‘La cenicienta’». Y eso fue lo que hice. Fui a patinar en el hielo, y lo diré públicamente, si ser predicador no funciona, ese no sería un buen plan vocacional para mí. No sirvo para eso. Pero me encantó patinar con mi hija. Le tomé la mano. Pudimos patinar en el hielo.

Salimos a comer, y tuve el privilegio de sacarle la silla y sentarla, y pasar un tiempo con ella a la luz de las velas. Empecé a llorar durante la cena. Miré a mi hijita, y ella me sonreía. Me miró. Empezó a hablarme. «Papi, te amo. Estoy tan contenta de tener un papá cristiano». Empecé a llorar. Oramos juntos. Le tomé la mano.

Salimos al carro y fuimos a la obra de teatro, entramos. Le dije, «Mi amor, aquí está tu asiento». Me dijo, «No, este es mi asiento». Estuvo sentada en mi regazo dos horas. Vio La cenicienta; y yo la miré a ella. Se inclinaba hacia delante, sonriendo, fascinada todo el tiempo. Me encanta ser tierno con mis hijos. Los abrazo, los beso. Soy un padre tan súper afectuoso que parece ridículo. Soy un tipo así. Pero también puedo ser bastante fuerte para mi familia, y puedo ser bastante tierno con mi familia.

Unas cosas que les ayudarán como cabeza

Aquí tienen unas cosas que les ayudarán como cabeza, porque, hombres, Uds. necesitan algo que hacer. Necesitan algo bien práctico. ¡Lo que no necesitamos es otra generación de idiotas que tienen una teología del matrimonio y una mujer que no es amada! ¡He conocido hombres que escribieron libros sobre el matrimonio, y sus esposas no están floreciendo, no son amigos, y las cosas no van bien! ¡No he conocido solo uno, sino a muchos! Hombres, lo que no necesitamos es solo una teología del matrimonio. Necesitamos una teología del matrimonio que conduce a una biografía en el matrimonio.

Así que les daré algunas cosas que hacer. Y para los idiotas, para los tipos que leen todas las notas al pie de página y piensan, «Pues, yo sé lo que kephale significa en griego». Si su esposa no está sonriendo, Ud. es un hipócrita. Me enoja, por eso lo digo un poco fuertemente. Seré tierno otra vez ahora. Estas son cosas que pueden hacer para hacer una gran diferencia.

1. Participen en una buena iglesia.

Primero, participen en una buena iglesia, porque en una iglesia recibirán enseñanza, tendrán buenos modelos a imitar. Construirán amistades y comunidad. Llegarán a conocer otras familias. Verán como ellos hacen las cosas, y les ayudarán a ser más como Jesús con sus esposas y sus hijos.

Los hombres deben escoger la iglesia. ¡Esposos, los padres deben escoger la iglesia! Muchas veces la esposa escoge la iglesia. Dicen, «Tienen un gran ministerio para mujeres, y para los niños». Llega el hombre y dice, «Eso no funciona para mí». Porque la razón principal de que el hombre escoja la iglesia es porque ve al líder principal o a los líderes y dice, «Lo seguiré a Él». La mayoría de los hombres toman la decisión en el primer minuto. Ellos piensan, «Es tierno, pero no es la clase de persona que yo quiero ser».

Hombres, escojan la iglesia, y mujeres, sí, está bien que tengan programas para mujeres. Está bien que tengan programas para los niños. ¿Pero saben qué es mejor? Un hombre muy piadoso que tiene mucho fervor por Jesús y toma responsabilidad por Ud. y los niños. Es mucho mejor ir a una iglesia que lo entusiasma a él y le provoca menos entusiasmo a Ud. que tratar de arrastrarlo a una iglesia que la entusiasma a Ud. y que no lo entusiasma a él porque siempre escogerá “el fútbol americano”.

Así que, hombres, participen en una buena iglesia. Permítanme hacerles esta pregunta. ¿A qué iglesia pertenecen? ¿Dónde están participando? ¿Están en comunidad? ¿Dónde están sirviendo? ¿A qué grupo comunitario asisten? ¿Quienes son los amigos de su familia? ¿Con quién le insta a su esposa que desarrolle amistades, y a quién quiere que conozcan sus hijos para que vean otros sistemas familiares a fin de que su familia crezca en piedad? ¿Está ayudando a despertar a los niños para llevarlos al culto o a la clase que haya, o espera que a su esposa se le haya olvidado otra vez que es domingo?

2. Pónganse de acuerdo sobre lo que dice la Biblia.

Segundo, pónganse de acuerdo sobre lo que dice la Biblia. ¿Quieren un matrimonio brutal? Cásense con alguien—los que son solteros óiganme bien. Estadísticamente, si pertenecen a una religión y se casan con alguien que no pertenece a esa religión, sus probabilidades de divorcio aumentan en un 120%. Un matrimonio brutal sería como un cristiano que se casa con un ateo, agnóstico, budista, judío, o lo que sea. Un matrimonio malo es cuando son de la misma religión pero tienen creencias teológicas distintas, y quieren asistir a distintas iglesias. Esos matrimonios tienen muchas más probabilidades de terminar en divorcio. Por tanto, no es suficiente solo casarse con un cristiano. Deben casarse con un cristiano que está de acuerdo con Uds.

Los mejores matrimonios, los que menos probabilidades de divorcio tienen, y gozan del más algo nivel de gozo tanto para maridos como esposas, entre todas las categorías, es cuando él es cristiano y ella es cristiana. Coinciden teológicamente en sus creencias, y quieren asistir a la misma iglesia. Son los más felices de todos.

Quiere decir que deben estar de acuerdo en los temas principales: Que la Biblia es la perfecta Palabra de Dios. Que Jesús es el Hijo perfecto de Dios. Que la cruz es Su plan perfecto, pero también quiere decir que deben coincidir en temas secundarios. Los temas secundarios pueden ser aceptables en cuanto a su cristianismo, pero pueden causar grandes problemas en su matrimonio. Porque si ella dice, «Quiero asistir a una iglesia donde el pastor es una mujer», y él no quiere, tendrán problemas, porque significa que ambos interpretan la Biblia de manera completamente distinta. Si ella dice, «Quiero ser católica», y él dice, «Quiero ser evangélico», será muy difícil. Si él dice, «Quiero asistir a una iglesia donde los hombres son líderes», y ella dice, «No puedo irme de esta iglesia porque el estudio bíblico para mujeres es lo más importante del mundo para mí», tendrán un problema.

Tienen que estar de acuerdo en lo que dice la Biblia. ¿Tendrán hijos o no? La Biblia dice que son una bendición. ¿Quién irá a trabajar para pagar las cuentas? Él o ella, o él y ella, o como sucede con menos del 1% de los hombres, ¿se quedará él en casa como un amo de casa? Todo esto es teológico. No es solo cultural. No es solo práctico, está enraizado profundamente en la Biblia. Tienen que coincidir en lo que dice la Biblia. Mi siguiente pregunta para Uds. es: ¿En qué coinciden?». Porque si ni siquiera coinciden en lo que Dios dice, se la pasarán peleando uno con otro, no el uno por el otro.

3. Adoren juntos en casa.

Tercero, adoren juntos en casa. Hombres, dirijan con el ejemplo. Oren frente a su familia. Algunos de Uds. dirán, «No sé hacerlo». Entonces oren mal. Sean francos. Tomen una Biblia. Ábranla. Dejen que vean a papá abrir la Biblia y someterse a la Palabra de Dios. Sométanse a la autoridad de un predicador. Sométanse a la autoridad de un maestro como un acto de adoración para que puedan estar en autoridad y bajo autoridad. Hombres, a algunos de Uds. les encanta estar en autoridad, pero se burlan de estar bajo autoridad.

También significa que compren buenos libros para todos en su familia. Compren libros para su esposa. Compren libros para sus hijos. Ponga buena literatura en sus manos. Ínsteles que lean, que le hagan preguntas y trátelo con ellos. Lea libros o capítulos de la Biblia durante la semana, y pídale a su esposa que haga lo mismo, y cuando salgan una noche de cita hablen sobre lo que aprendieron.

Si no sabe cuáles libros comprar, les hice una lista al igual que Grace y nuestros hijos en PastorMark.tv. Si oprimen «libros», hay toda una sección con lecturas recomendadas. Tenemos libros para hombres, y libros para mujeres, y les pregunté a todos nuestros hijos, «¿Cuáles son tus libros favoritos?». Animen, animen a su familia a leer, porque los líderes son lectores, y queremos que levanten una familia de líderes, por lo tanto deben ser lectores.

Un par de cosas más. Rediman su tiempo cuando estén manejando. Pueden bajar sermones, conferencias, cursos enteros de seminario, como del Seminario Covenant (Pacto) y Reformed Theological Seminary (Seminario Teológico Reformado). Son gratuitos en Línea Hombres, así que cuando vayan manejando, rediman su tiempo. Asistan al seminario gratuitamente en su carro. Es mucho mejor que escuchar un programa radial de entrevistas. Se lo aseguro.

Pasen el tiempo juntos cenando casi todas las noches. Oren juntos. Anoten juntos en su diario de oraciones. Oren juntos. Oren con sus hijos todos los días. Oren por ellos. Oren con su esposa todos los días. Cúbranla con sus oraciones. Cada noche, Grace y yo acabamos el día acurrucándonos, orando, roncando para la gloria de Dios y el gozo de toda la gente.

Ella es el árbitro

El punto final es este. ¿El esposo es qué? Cabeza. ¿Quién decide si está realizando un buen trabajo? La mayoría de los hombres diría, «Yo soy cabeza. Yo decido». ¡Ajá! No. ¡Efesios 5:21 dice que ella es el árbitro! En esa sección completa leemos, Efesios 2:22–33, lo introduce con esta declaración: «Sometiéndoos unos a otros en el temor de Cristo». Lo que eso significa es que si ella dice, «No eres lo suficientemente tierno», es porque no es suficientemente tierno. «No inviertes suficientemente en los niños». Eso significa que no invierte suficientemente en los niños. Ella es el árbitro.

Así que les voy a pedir a los hombres que hagan esto. Pueden comprarle una camisa de estas a su esposa, como su manera de decirle, «Creo en Efesios 5:21. soy cabeza del hogar, pero tú eres el árbitro. Tienes el privilegio de decirme si estoy triunfando o fracasando, si estoy ayudando o haciendo las cosas difíciles. Y permítanme sugerirles que este camisón es muy simpático. ¿Cierto? No diré más, porque si no tendré que despedirme.

Preguntas y respuestas con Grace

Grace, mi amor, por qué no sales; haremos preguntas y respuestas. Le pediré a mi esposa que salga [Aplausos] ¿Estás lista para responder a algunas preguntas, amor?

Grace: Seguro.

Bien, tomaremos las preguntas. Las leeré en la pantalla. Bien, adelante.

«Si un amigo que dice ser cristiano está viviendo con su novia, quien también dice ser cristiana—». O sea, si dos vegetarianos comen carne… Ni siquiera entiendo la pregunta. Cómo… «¿Cómo debemos confrontarlo como hermano que profesa estar en Cristo?»

¿Quieres contestarla?

Grace: ¿Por qué no empiezas?

Está bien. Sé fuerte. No puedes entrar y ser tierna. Oh, amigo, siento mucho decepcionarte. No, Ud. ha tomado una de las hijas de Dios, y está quebrantando el pacto que tiene con Dios, y está participando la fornicación, y 1 Corintios dice que los fornicarios van al infierno. Puede ser perdonado, pero es un problema tan grande que Jesús tuvo que morir. No siga en eso, diciendo: «A los ojos de Dios estamos casados». Los ojos de Dios están al rojo vivo. Ni siquiera está pestañeando.

O sea que sí, aquí es donde lo saca a un lado y trata con él. Si es amigo de ella, envíe a las mujeres a reunirse con ella. Envíe a los hombres a reunirse con él y de todas maneras trate de intervenir. Si están en una iglesia, que el liderazgo tome parte. Si tienen una buena familia, que tome parte la familia.

Y en realidad, estadísticamente los que viven juntos antes de casarse tienen un índice más alto de divorcio. Porque vivir juntos y dormir juntos no los prepara bien para el matrimonio y el pacto. Los prepara para el divorcio y el contrato. Si ama a la otra persona y ama a Jesús, debe decirle que Él dijo que no. Si le dicen, «No nos importa», puede que tenga que evangelizarlos ya que tal vez no sean cristianos.

Grace: Eso era lo que iba a decir. Creo que empezaría—al menos con la chica, si estuviera hablando con ella por separado—empezaría a hacerle preguntas sobre el evangelio a ver si verdaderamente conoce a Jesús o si eso es solo un lastre de su crianza o algo que alguien le dijo que dijera, si de veras creía que era una creyente, si iba a decir eso, y apenas empezar ahí. Y si al darse cuenta que en realidad no conoce la Biblia y a Jesús, uno puede empezar a—

Instruirla.

Grace: A ser evangelismo.

Damas, Jesús siempre debe ser el hombre más importante de su vida, y su marido el segundo hombre más importante, pero en esta ocasión, la mujer puso al hombre por encima de Jesús. Y tuvo que decidir: «¿Obedeceré a Jesús, o al hombre; serviré a Jesús o al hombre; me acercaré a Jesús o al hombre?». Y escogió a Jesús—no, escogió al hombre. Eso es idolatría, porque convierte al hombre en Señor, algo que no es apto para él.

La Biblia dice que debemos ofrecer nuestros cuerpos como un sacrificio vivo y santo, aceptable al Señor. A lo que ofrezcamos nuestro cuerpo es una acto de adoración. Significa que son paganos, que su cama es un templo, y cuando se juntan es un acto de adoración a un dios demoníaco. No es solo un estilo de vida alternativo. Es profundo. Es un pecado profundo. Es una rebeldía profunda.

Antes de ser salvo, estábamos durmiendo juntos, y tu te reconciliaste con Cristo y nos arrepentimos, y dejamos de dormir juntos, y aprendimos lo que dice la Biblia. Buscamos la ayuda de nuestro pastor. Así que, si están dispuestos a hacer eso veremos lo que Dios hace, pero la meta nunca puede ser, «Debemos salvar esta relación». La meta tiene que ser, «Necesito construir aquella relación [con Dios], y después veremos lo que pasa en esta relación».

Segunda pregunta.

«¿Cómo puedo como esposa instarle amorosa y respetuosamente a mi esposo que sea fuerte y tierno, como el líder, sobre todo cuando lucho con la necesidad de liderar, y la convicción de no hacerlo?».

Grace: He hablado con muchas personas acerca de este tema. Mark y yo tuvimos que aprender más que todo, como él dijo esta noche, a ser tierno y apacible, y siempre nos ha amado a mí y a los niños, pero aprender cómo hacer eso en nuestro caso ha sido una nueva experiencia. Creo que las mujeres quieren tomar las riendas y proteger cuando no se sienten protegidas, por eso al pedirle que sea fuerte y tierno, es decir, son dos temas diferentes. Por eso es que animarlo cubre ambas cosas. Debe animar a su marido constantemente. Si hay cosas en él, aunque parezcan pequeñas, comience ahí. Anime esas cosas, y él querrá tomar responsabilidad y ser más para Ud.. y si tienen hijos, ser más para sus hijos. Y después, por la gracia de Dios, querrá leer las Escrituras a ver qué dicen sobre ser fuerte y ser tierno.

También ore por él, para que su corazón esté abierto a aprender esas cosas. No es algo que sucede de la noche a la mañana, y Ud. puede ayudar o interferir con ese proceso como esposa. Como ayudadoras, como esposas, debemos ayudar a nuestros esposos hacia la piedad, así como ellos deben ayudar, deben guiar y enseñarnos lo que significa el respeto. Necesitamos ayudarles a ver cómo es ese amor, esa ternura, y esta fortaleza; con solo decir, por ejemplo, «¿Puedo explicarte una situación a ver qué opinas, y podemos hablar de ello?». El solo abrir la conversación podría ayudar mucho al principio.

Diría que anime a su marido a tener amistades piadosas con otros hombres que son quizás más maduros en ciertas áreas, y reafirme esas amistades, sin condescendencia materna, sino que tenga parejas de amigos, que esos sean amigos de la familia, y las personas a quienes uno acude para pedir consejo, y animarlo a que haga eso. Porque a veces los hombres oyen las cosas de manera distinta y lo entienden diferente que el otro; mientras que cuando lo oyen de la esposa una y otra vez, podría parecer un fastidio. Pero cuando otro hombre lo dice, dicen, «Oh, sí ya entiendo». O el tipo puede darles ejemplo de ello. Porque muchas veces, no siempre, los hombres piensan que están haciendo las cosas bien y no lo es así, porque no lo han visto, y verlo les ayuda a asimilarlo y hacerlo ellos mismos.

Haré otra más.

«¿Cómo le ayudo a mi esposa a superar su pecado, como cabeza de ella, mientras la llamo al arrepentimiento sin posibilitar su pecado?».

Grace: Más o menos depende de la personalidad de la mujer, pero hasta las mujeres que parecen ser fuertes al llamarlas al arrepentimiento no siempre son tan fuertes como aparentaban serlo. El arrepentimiento es algo que todos deben hacer, sean maridos o esposas, pero como maridos necesitan orar para que su esposa sea compungida por el Espíritu Santo. Puede señalar el pecado, pero no puede forzarla a arrepentirse. Eso es lo que hace el Espíritu Santo.

Francamente para que una mujer se arrepienta, la clave es sentirse segura. Si va ser transparente con su pecado, ser transparente para querer cambiar y verla en un estado muy abierto, muy vulnerable, necesitará hacer que ella se sienta segura con Ud. Si ha sido abusada o lastimada en el pasado, ya sea por su familia o por medio de relaciones de cualquier tipo, podría ser una situación aún más difícil. Por tanto es muy importante diría yo estar seguro y cubrirla con sus oraciones. Ore con ella. Ore por ella. Si siente que no puede hablarme de ciertos temas, sobre todo cuando en ese momento ella rehúsa hablar, ore. Ore para que Dios ablande su corazón en el momento idóneo para que pueda oír el pecado que sea.

Creo que Mark y yo, cuando él viene a mí y no estamos en medio de una discusión o argumento, cuando viene y me dice, «Sabes, noté tal cosa el otro día, y estoy preocupado por ti». O, «Te amo, y quiero verte florecer en esta área». O si la esposa siente que el marido la quiere mucho y que no es que se sienta incomodado por el pecado de ella, se sentirá más dispuesta a arrepentirse.

Eso estuvo bien. Bien hecho. Bien, hagamos uno más.

«¿Si un niño cuando crece toma malas decisiones en las relaciones, siempre significa que es culpa del papá? Es posible que uno sea un gran padre, que les enseñe la Biblia a sus hijos, etc., etc., etc. y que aún así de descarríen».

Es posible. Hay ejemplos en la Biblia de padres piadosos que tuvieron hijos que se portaron de una manera impía. Lo que les diría otra vez a los padres es que puede que no sea su culpa. Como padres siempre podemos decir: «Hasta cierto punto sea mi culpa, quizás en el 2%, 3%, 10% de las oportunidades no hice esto bien, no dije aquello otro bien. No lidié con esos problemas en sus años de formación, así que puede que sea responsable hasta cierto punto, y puedo arrepentirme por mi hijo, o por mis hijos por eso. Sabes, no te serví bien en este aspecto. Cometí un error aquí, o fui perezoso y escogí la comodidad más que a Cristo en esa temporada de tu vida y no busqué una relación contigo como debía». O sea que como padres podemos hacernos responsables por nuestros fracasos y pecados. Pero aunque no sea su culpa como padre, hágase responsable de eso. Ellos también son responsables, pero hágase responsable de eso.

Les daré un ejemplo: Estuvimos en Albuquerque, Nuevo México, no hace mucho, y tuve el honor de predicar el evangelio en Mars Hill Albuquerque, y presencié 42 bautismos ese domingo en nuestra iglesia, y muchos de ellos eran de familias hispanas. Lo que noté de las familias hispanas es que son muy diferentes porque cuando uno de ellos pasa al frente a ser bautizado, toda la familia pasa al frente, y hay como 40 personas alrededor del tanque bautismal. ¿Cierto? Estoy en Seattle donde viene un tipo soltero y manda un mensaje por Twitter para que los otros se enteren. O sea que no tiene una comunidad de qué hablar. Allá vienen familias y generaciones enteras. Vimos a los abuelos bautizar a sus hijos, nietos, nietas, e hijas. Mejor dicho, fue algo hermoso.

Y había un patriarca, un hombre hispano de mayor edad que vino a mí y estaba ahogado de la emoción. O sea, un hombre muy varonil. Y me dijo, «Pastor, por favor ore por mí». Le dije, «¿Por qué? Me dijo, «Mis hijos ahora caminan con el Señor, y mis nietos están caminando con el Señor, pero uno de mis hijos no». Y me dijo, «Es mi familia, es mi responsabilidad». Me dijo, «Voy a verlo dentro de una semana, y le voy a hablar de su pecado y de Jesús, y le estoy pidiendo a la gente que ore para que Dios me dé las palabras que decirle y que le dé a mi hijo los oídos para oír». Lo que no estaba diciendo era, «Mi hijo no está caminando con el Señor, y todo es mi culpa»; pero lo que sí estaba diciendo era, «Amo a mi hijo, y hasta cierto punto quiero tomar responsabilidad y traerle a Jesús y llevarlo a Jesús». ¿Tiene sentido? Aquí hay gloria, no culpabilidad, y es lo que estoy diciendo aquí.

A veces hasta los padres malos pueden tener hijos buenos. A veces hasta los padres buenos pueden tener hijos malos. Pero aunque sea un padre con hijos descarriados, y no siente que fue principalmente su culpa a los ojos de Dios, su corazón debe al menos quebrantarse lo suficiente para tomar responsabilidad y orar, para tomar responsabilidad y alentar, tomar responsabilidad y buscar, tomar responsabilidad y llevarlos a Jesús de cualquier manera posible. De eso estoy hablando. De eso estoy hablando.

«Tuvo un divorcio antes por causa del adulterio. ¿Cómo supero eso para guiar bien a mi familia?».

Grace: Sí, repito, creo que el temor puede tener algo que ver con eso. Para romper el ciclo, al pensar en el legado y lo que Dios puede lograr por medio de Ud. para poner fin a lo que pasó en el pasado, si tiene temores acuda al Señor con esos temores, y pídale que le dé fortaleza y sabiduría y lea las Escrituras para ver cómo ser un líder piadoso y tener un matrimonio piadoso para no incurrir en el adulterio y en algunos de los pecados de su pasado. Todos tenemos cosas que traemos a nuestros matrimonios, y tenemos que lidiar con esas cosas para no caer en lo mismo. Por lo tanto diría que si hay temores, déselos al Señor. Pídale que quite esos temores y que los reemplace con su confianza, su justicia, y su fortaleza para que deje un legado diferente.

La pregunta no lo da a entender, pero parece que su cónyuge cometió adulterio. Le diría que perdone a la otra persona para no dejar que la amargura se arraigue en su corazón, y si con el paso del tiempo quizás empiecen otra relación, lo cual podría ocurrir en el futuro, que incluya a su familia y a su familia de la iglesia en eso y proceda lentamente, con cautela, con cuidado, sobre todo si tienen hijos para no entrar en una relación prematuramente y repetir ese mismo dolor.

En realidad la Biblia dice que el adulterio es potencialmente una condición para el divorcio. Sin embargo, en Mars Hill, hemos visto perdonar el adulterio y parejas reconciliadas. He visto parejas divorciadas llegar a tener fe en Cristo en arrepentimiento, y he celebrado su segundo matrimonio con sus hijos actuando como pajes con las flores y portando los anillos. No estoy diciendo que pase eso. No estoy diciendo que no haya condiciones para volver a casarse, pero les diría que perdonen al otro. Si en su propia vida contribuyó de cualquier manera a la destrucción del matrimonio, ahora crezca en piedad sea franco con sus hijos no para amargarlos contra su cónyuge, sino para instruirlos e informarles sin mentirles.

Y si Dios le permite volver a casarse, cuando eso suceda, continúe con mucha cautela a entablar esa relación potencial con cuidado y oración en el contexto comunitario. Pero si es soltero o soltera, como padre o madre, creo que es uno de los trabajos más difíciles del mundo porque ahora tiene que hacer el trabajo de una madre y de un padre, que es mucho, ahí es donde necesitará a su familia y a la familia de la iglesia para que inviertan mucho y ayuden a cubrir lo que falta por no haber dos padres. Si están en Mars Hill, los amamos, y para eso existen los grupos comunitarios, y las relaciones, y las familias.

Y saben qué, diré esto en público de mi esposa porque ella nunca lo diría. Algunas mujeres están muy apegadas a nuestra familia cuyos maridos han muerto, o las mujeres son viudas, o los maridos adulteraron, y ahora estas madres son solteras, y juegan mucho con nuestros hijos, y Grace invierte en ellas, y tratamos de ayudar y apoyarla de varias maneras estas familias, porque las amamos y queremos que nuestros hijos y nuestro hogar, y a veces hasta mi presencia, que sean parte de la contribución al servicio de esa familia.

También instaría a los otros hombres de la iglesia que sí aman a sus esposas y a sus hijos y tienen familias intactas, que siempre mantengan abiertos su corazón, y su puerta, y su billetera a las viudas, a los huérfanos, a los necesitados—que incluye las madres solteras hoy en día—para que la familia de nuestra iglesia ayude a llenar el vacío de afecto masculino y liderazgo, de una manera aproximada en sus familias. Es un gran honor como hombre, poder hacer eso, y hombres, yo les instaría a aceptarlo como un manto de oportunidad y responsabilidad, porque en realidad la iglesia es una familia, y estos en realidad son hermanos y hermanas, y sus hijos en realidad son parte de nuestra parentela.

Creo que terminaremos ahí. Es un buen lugar donde terminar. ¿Podrías acabar con un tiempo de oración, mi amor? Gracias.

Querido Señor, gracias por los hombres y las mujeres que están aquí. Señor, gracias por tu Palabra que instruye a los hombres que deben liderar. Pido que cargues sus corazones aún más para que vengan a ti a pedir sabiduría para saber cómo hacer eso con la esposa y los niños que tienen concretamente, si los tienen. Señor, pido que el deseo de sus corazones sea guiar esta próxima generación, guiar un nuevo legado de niños que se convierten en hombres que te aman, que te honran, y que respetan a las mujeres y las guían bien como nos has amado, y que vivan eso delante de sus familias. Muchísimas gracias. En el nombre de Jesús. Amén.

Responder

Amén. En este momento les daré unos cuantos puntos de acción. Le pediremos a los administradores financieros que tomen la ofrenda, y mientras empiezan a hacer eso, estamos dando a la familia de la iglesia para que esta familia quiera amorosamente a todas las personas posibles. Esta serie obviamente sacará a la luz muchos temas profundos, lo cual significa que debemos abrir las puertas para ayudarles a todas las personas que podamos. Muchas de esas personas no son cristianas, o recién se han convertido a Cristo. Así que los que somos cristianos damos para ayudarle a la familia de la iglesia a crecer al invitar a otros a conocer a Jesús y a nosotros. Así que por favor den generosamente ahora.

Además, los llamaremos a responder, y puede que algunos de Uds. no sean cristianos, y en realidad esa es la relación más importante. Primero lo primero, apartarse del pecado, confiar en Jesús. Él se hizo responsable, aunque su vida y su pecado son su responsabilidad. Así que denle su pecado por fe, y reciban de Él perdón y amor, y empiecen hoy esa relación con Dios por medio de Jesucristo. Y antes de entablar cualquier otra relación recuerden que esa es la relación más importante.

Además, para los que son maridos, antes de participar en la comunión donde recordamos el cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús y que Él es nuestro Cabeza de pacto, quiero que pidan perdón a sus esposas por la forma en que no han sido un buen cabeza, y oren juntos antes de celebrar la comunión.

Esposas, si de alguna manera han sido cómplices en que sus maridos hayan abdicado su responsabilidad, no le han contado toda la verdad, no lo han animado como deben o reprendido como él lo necesita, quiero que sean honestas con él y digan, «Mi amor, estas son áreas en donde puedes mejorar como cabeza, o nosotros, o yo, de veras necesitamos inmediatamente ser responsables y hacer lo que Dios te diga».

Además, para los que son solteros, aquí es donde deben preguntarse, «¿Estoy siendo responsable conmigo mismo? ¿Y de qué maneras estoy siendo irresponsable?» Si es así, necesito arrepentirme por causa de mi relación con Jesús. Aunque me case o no, es un requisito para esa relación, y es lo primero que uno debe hacer en preparación para la relación matrimonial que Dios pueda tener para mí en Cristo».

Después vamos a celebrar la comunión recordando que Jesús murió, Jesús resucitó. Él toma responsabilidad por el pecado que es culpa nuestra. Él es Cabeza de nuestro pacto con Él. Y al cantarle, cantamos con gran entusiasmo y gozo. Así como hay música en una boda, estamos en una iglesia, que es la novia de Cristo en forma colectiva. Y Jesús es el gran Esposo, y toda buena boda necesita una banda sonora, y nosotros somos la banda. ¿Amén? Está bien, gracias.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.