Pues mi amor, de hecho fue hace más de un año que empezamos a escribir el libro, Real Marriage (El verdadero matrimonio). Hoy lo hemos completado y está disponible. El currículo para grupos pequeños está disponible con las guías de estudio y hoy iniciamos la campaña El verdadero matrimonio y quisiera darte las gracias en público por ser mi mujer y por escribir el libro conmigo. ¿Cuál fue tu capítulo favorito?
Grace Driscoll: Diría que el capítulo “Un amigo con beneficios.”
Ese fue mi favorito también. ¿Cuál crees que nos traerá más problemas?
_Grace Driscoll: El capítulo “¿Podemos ____?,” con las preguntas sexuales._
Seguro que sí. Estabas nerviosa al decirlo, y me pareció simpático. ¿Qué esperas o qué le has estado pidiendo a Dios que haga con esta serie en la vida de otras personas, casadas y solteras?
Grace Driscoll: Espero que ayude a las personas a ver que el mejor camino es la franqueza. Hemos tratado de ser muy francos con nuestra vida y con el bagaje que trajimos a nuestra relación, y hemos visto la maravillosa redención de Dios. Y quiero ayudarles a otras personas a hacer lo mismo en sus matrimonios para que sean libres de sus pecados pasados y presentes, y eviten cosas en el futuro.
¿Podrías empezar haciendo una oración por mi sermón y por nuestra serie?
Grace Driscoll: Con gusto. Querido Señor, gracias por todos en este lugar. Gracias porque te has valido de nuestras vidas para dar testimonio a estas personas y pido que sigas usando lo que hiciste en nuestras vidas, la redención, y la historia que creaste por medio de nuestra historia. Señor, úsala en los matrimonios de estas personas. Señor, pido que todos sigamos siendo francos y que nos permitas tener sanidad en todos nuestros matrimonios, Señor. Gracias, en el nombre de Jesús. Amén.
Gracias, mi amor. Nos vemos en un momentico.
Es un gran honor enseñar, y quisiera empezar donde empieza la Biblia, y la Biblia empieza: con una boda. La Biblia empieza con una boda, y rápidamente sigue con una guerra. ¿Cuántos de Uds. han tenido esa experiencia? La historia de Génesis dice que nuestros primeros padres estaban casados e inmediatamente Satanás, el enemigo de Dios, aparece y traslada su guerra del cielo a la tierra, y de agredir a Dios y los ángeles a agredir a un marido y su esposa.
En realidad el matrimonio se contextualiza en una guerra. Una batalla espiritual se libra entre el enemigo de Dios y Su pueblo y Dios y Su pueblo. Para los que somos cristianos, nuestros matrimonios están al frente de la batalla, y entre más cerca estemos al ministerio, más intensa es, porque Satanás odia muchísimo a Dios. Odia al pueblo de Dios, y en particular odia los matrimonios, y odia los matrimonios cristianos porque el matrimonio es un cuadro del evangelio.
Pablo dice en Efesios 5 que los maridos deben amar a sus esposas como Cristo ama a la iglesia. Entonces dice que un marido y una esposa en unión amorosa, comunión, y pacto, son más o menos como la relación que Jesús tiene con la iglesia, y que al guiar a la iglesia amorosamente, humildemente, y sacrificialmente, los hombres también deben guiar a sus familias amorosamente, humildemente, y sacrificialmente. Y que cuando las esposas respetan a sus maridos, muestran en cierto modo el respeto que tiene la iglesia o al menos que debe tener para con el Señor Jesucristo, como Cabeza de la iglesia.
Satanás ataca los matrimonios porque estos son una ilustración del evangelio; y además, si Satanás puede destruir un matrimonio cristiano, sobre todo uno que está en el ministerio, las parejas que desean honrar y servir a Dios con sus dones en el mercado, en el hogar, o en el ministerio y sabe que puede afectar generaciones. Puede apoderarse de sus hijos, sus nietos, y sus bisnietos.
Y algunos de Uds. tienen un dolor personal y un testimonio sobre sus familias que forman parte de esta gran batalla, y quizás fue su matrimonio, o el de sus padres, o el de sus abuelos que tristemente y trágicamente perdió una gran batalla, y Satanás logró una gran victoria en la historia de su familia. Es algo muy serio estar casado. Es algo muy serio estar casado como cristiano.
Y lo supe al leer la Biblia, que Satanás ataca las familias. Lo que se me hace curioso es que Satanás ni siquiera se presentó para atacar a Adán y Eva sino hasta después de casados. Y algunos pensamos ingenuamente que si tan solo nos casáramos nuestras pruebas y nuestros problemas y nuestras tentaciones desaparecerán. No, nuestro enemigo vendrá y de hecho la batalla intensificará.
Lo sabía teológicamente, y estaba consciente de ello bíblicamente, pero no estaba preparado para ello prácticamente, y Grace tampoco. Nuestra primera cita fue el 12 de marzo de 1988. Nuestra boda fue el 15 de agosto de 1992. Nos encomendamos con nuestro matrimonio a Dios, equivocadamente, ingenuamente pensando que seríamos como en uno de esos cuentos de adas que dice simplemente, «Y vivieron felices para siempre».
Pues en realidad no fue tan fácil para nosotros, y a decir verdad no era solamente Satanás quien nos atacaba, sino que habíamos hechos cosas perjudiciales a nuestro matrimonio dándole bastantes oportunidades. Compartiré algunas con ustedes.
Y les diré por qué. Estamos muy comprometidos en la Iglesia Mars Hill no solo para creer cosas sino para vivir a la luz de esas cosas. Lo que el mundo menos necesita es otra serie o conferencia teológica sobre el matrimonio. Necesita entrenamiento práctico, enseñanza, y modelos sobre el matrimonio. Queremos crear y durante años hemos trabajado para crear una cultura en donde queremos que la gente sea honesta. Cuando sufren, cuando son tentados, cuando pecan, y cuando pecan contra ellos, queremos que haya una cultura de honestidad, no una cultura religiosa que confiesa los pecados de otras personas y habla de ellos de una manera chismosa y condescendiente, sino de una manera en que todos podamos hablar personalmente de nuestras luchas, nuestros fracasos, y pruebas en forma humilde y arrepentida incentivando a las personas que hablen la verdad en nuestra vida, nos recuerden la instrucción de la Biblia, y la Persona y obra de Jesús, para que por la gracia de Dios, juntos en nuestra comunidad podamos ser personas humildes que buscan la santidad juntos.
Así que cuando Grace y yo compartimos algunos de los detalles más íntimos de nuestra vida en esta serie, en el libro que escribimos, y el currículo que grabamos, la meta es invitarlos a hacer lo mismo, ya sean solteros o casados, la comunidad que los rodea, sobre todo, si son casados, el cónyuge que vive con ustedes, que sean honestos.
La pura verdad es que cuando Grace y yo nos casamos, el enemigo ya había ganado varias grandes victorias en nuestra vida que causaron muchos daños en los primeros años de nuestro matrimonio. Los compartiré con Uds. Primero, antes de conocernos no estábamos caminando con Jesús fielmente y estábamos pecando sexualmente. Segundo, cuando nos conocimos en los primeros años que salíamos juntos, repito, ninguno de los dos caminaba fielmente con Jesús y empezamos a pecar juntos sexualmente. O sea que la relación empezó con el pie izquierdo.
La intimidad más profunda de todas es la intimidad espiritual. Y si no construye una relación basada en la intimidad espiritual, con Dios al centro, invariable, será una relación débil e inmadura; y aunque parezca cercana, íntima, y emocionante, es solo por la presencia del pecado, no por la presencia del Espíritu de Dios que en realidad junta a dos personas.
Tercero, nosotros éramos muy distintos. Yo era el hermano mayor, el religioso. Ella era el hijo pródigo rebelde. Si conocen la historia del hijo pródigo, es una historia donde un gran padre tiene dos hijos: uno era religioso, santurrón, moral, obediente, conformista, y no se rebela necesariamente contra el padre, pero tampoco es humilde. Es muy condescendiente, crítico, mojigato, santurrón. Así era yo cuando no era cristiano. Creía en Dios pero no conocía a Jesús, y ciertamente no lo amaba, pero me creía mejor que todos los demás porque guardaba una lista muy moral y me consideraba un hombre de gran dominio propio. Estaba lleno del pecado de la soberbia.
Por otra parte, Grace era como el hijo rebelde de la historia que sin más deja a su padre, peca abiertamente, en público, y al final llega a arrepentirse. Eso fue lo que le pasó a ella. Creció siendo la hija de un pastor. Creció conociendo a Jesús. De niña se la pasaba sentada en un culumpio en su traspatio cantando a Jesús las canciones de Keith Green, cuando era niña. Después maduró y entre sus años de secundaria y preparatoria se apartó del Señor. Cayó en el pecado y las locuras, tomando y pasando el tiempo con amigos y cosas así.
Éramos un desastre completo porque ella era cristiana y no estaba caminando fielmente con Dios, y yo no era cristiano y aunque por fuera aparentaba ser más moral que ella por dentro era religioso, santurrón, soberbio, sentencioso, y condescendiente. Así que ni el uno ni el otro andábamos fielmente con Jesús.
Cuarto, había un secreto. Grace y yo habíamos salido por algún tiempo, y Dios me salvó como a los 19 años de edad en la universidad y ella volvió a tener una relación muy entrañable con el Señor. Entonces tuvimos que reiniciar nuestra relación. Y Dios me habló audiblemente y me dijo que me casara con Grace, que predicara la Biblia, que entrenara hombres y plantara iglesias. Me dijo que hiciera cuatro cosas. Entonces Grace y yo levantamos una familia. Predico la Biblia en la Iglesia Mars Hill, entrenamos gente con Resurgence, y plantamos iglesias con Hechos 29. Desde que Dios me habló a los 19 años he tratado por la gracia de Dios ser obediente y hacer lo que Él me dijo, y toda mi vida consiste en eso.
Cuando Dios me salvó por fin empecé a asistir a la iglesia, y a recibir enseñanza bíblica sobre Dios, el pecado, el matrimonio, la muerte de Jesús por el pecado, y su resurrección la cual nos permite tener vida nueva por medio del Espíritu Santo. Entonces Grace y yo llegamos a arrepentirnos: «Tenemos que estar juntos en Cristo. Necesitamos estar juntos en la iglesia. Necesitamos orar juntos. Necesitamos estar en pequeños grupos juntos. Necesitamos estar juntos en la Palabra de Dios, con frecuencia».
Y lo estábamos haciendo, y crecimos espiritualmente a tal punto que estábamos listos para casarnos. Estábamos entre el último y penúltimo año de la universidad a los 21 años de edad y nos reunimos con nuestro pastor por muchas semanas para un proceso prematrimonial muy bueno, y nos dijo: «Tienen que confesar todos sus pecados». Y le dije, «¿Todos? ¿Hasta los pecados más repugnantes?». «Deben confesar todos sus pecados».
Hacemos lo mismo en la Iglesia Mars Hill. Tenemos un proceso prematrimonial bastante completo, y algo que hacemos es pedirles que confiesen todos sus pecados el uno al otro para que sepan con quién están lidiando y a lo que se están metiendo, para que podamos ayudarles a empezar bien.
Grace y yo lo hicimos. Pero en realidad hubo algo que ella no me dijo. Nos casamos y ella quedó embarazada, y estábamos empezando la iglesia, cuando el secreto salió a la luz. Hablamos de esto en el libro; o sea, ella habla de esto. Es su historia y debe contarla, y lo hizo valerosamente.
Pues en ese momento me sentí humillado y creo que francamente mi orgullo fue sufrió tremendamente porque era un hombre orgulloso en el peor sentido de la palabra. Porque si hubiera sabido lo que ella no me dijo no me hubiera casado con ella. Pero ahora éramos cristianos, estábamos casados, soy un pastor, y ella está embarazada. Tenemos que quedarnos juntos. Tenemos que quedarnos juntos.
Pero en ese momento reaccioné pecaminosamente. Reaccioné vergonzosamente. Reaccioné amargamente. Primero estaba amargado contra Dios.
Permítanme decir esto. Durante esta serie El verdadero matrimonio voy a preguntarles voy a preguntarles que les pregunten a sus cónyuges ¿cuál es tu secreto? Muchas parejas tienen un secreto, o muchos, muchos cónyuges tienen un secreto, algo que no les han dicho, y puede que gran parte de su matrimonio esté funcionando en torno a ese secreto; podría ser un pecado que ha cometido, o un pecado que cometieron contra Ud. Puede que se estén preguntando «¿Por qué no tenemos una relación estrecha? ¿Por qué no está funcionando? ¿Dónde está el gozo? ¿Qué pasó con la amistad?». Puede ser que el secreto todavía no se haya sacado de la oscuridad a la luz.
Permítanme decirles que deben decir la verdad, no de una manera enojada, devastadora, sino humildemente, con arrepentimiento. ¿Tienen algún secreto? O permítanme decirlo de otra manera. ¿Qué secreto tienen? ¿Cuál es su secreto? Hasta que ese secreto, esa vergüenza, ese pecado no salga a la luz, no tendrán comunión o una amistad estrecha e íntima el uno con el otro.
1 Juan lo dice así: «Si andamos en la luz, como Él está en la luz, confesamos nuestros pecados los unos a los otros, no guardamos ningún secreto, decimos la verdad, tenemos comunión el uno con el otros. Así podemos ser amigos, tener una relación muy estrecha, conocernos mutuamente, y la sangre de Jesús nos limpia de toda nuestra maldad». Así es como funciona. Es la única manera como funciona.
No reaccioné bíblicamente, humildemente, con gracia. Me amargué. Me amargué contra Dios cuando el secreto salió a la luz, y pensé, «Dios, me dijiste que me casara con ella. Soy un hombre piadoso. Leo la Biblia, oro, estudio, sirvo, doy. Aquí está mi currículum vitae. Soy súper dedicado, una persona extremadamente competente. ¿No merezco mejor que esto?». ¿Cuántos de Uds. aunque nunca han dicho eso definitivamente lo pensaron? «No es justo. Merezco algo mejor».
Me volví amargo con Grace y le guardé rencor por muchos, muchos años. Como resultado nuestro matrimonio se estancó por completo. Salíamos de noche. Servíamos a Jesús. El ministerio crecía. O sea, no había violencia física ni pornografía, o adulterio, ni nada por el estilo. Solo coexistíamos buscando una existencia paralela escasamente funcional con momentos en que se manifestaba la amargura resultando en conflicto. Mi tono reflejaba mi amargura, y le hablaba a Grace de una manera que le permitía abrirse, sino que callaba.
Así que quiero decir cuidadosamente al desglosar el contenido de la campaña El verdadero matrimonio que necesitan dar a conocer su secreto y tendrán que lidiar con la amargura que son los grandes temas del libro que trataremos en las próximas semanas. Pero por ahora les daré Proverbios 18:21. «Muerte y vida están en el poder de la lengua». ¿No es cierto? Lo es. Al dar a conocer su secreto, pueden hacerlo de una manera que trae muerte o vida al matrimonio. Al oír los pecados y las luchas de so cónyuge puede responder de una manera que trae vida y los acerca más a usted o muerte, alejándolos de usted.
Les diré que por una década estuvimos estancados en un lugar muy solitario para ambos donde mis palabras a menudo traían muerte en vez de vida. Entre tanto, soy un predicador conocido por todo el mundo. Y mi tono empezó a volverse más chovinista, más áspero, y era toda la amargura en mi corazón, algo que siempre lamentaré. Si estuvieron en Mars Hill, quiero pedirles perdón públicamente por eso, y por la gracia de Dios quiero darles un mejor ejemplo.
Otra cosa en la cual hemos fallado, que el enemigo usó, fue que no dejamos nuestros padres y nuestras madres. Dice al comienzo de Génesis que dejemos padre y madre. Eso significa dejarlos físicamente, emocionalmente, económicamente, espiritualmente. Literalmente significa seguir con su vida, porque al casarse, su familia ahora no es una mera extensión de la familia donde nació. Es una nueva familia.
Por mucho tiempo esto no funcionó muy bien para ambos. Algunos de Uds. tienen familias muy amorosas, pero son tan amorosas que la línea entre su familia y la de ellos se confunde. O sea que no puede celebrar cumpleaños, feriados y tomar vacaciones juntos usted, su esposa, y sus hijos, si Dios se los depara en Su gracia. En cambio, forman parte de una grande y extensa familia, y uno debe ceñirse a esas reglas de esa familia extensa para bien o para mal. Algunos de Uds. tienen familias muy dramáticas, controladoras, chismosas, demasiado metidas. Los ama pero solo porque la Biblia dice que debe hacerlo, ¿cierto? Siente como si sus suegros estuvieran al margen de la ley, y siguen irrumpiendo en su vida, en su horario, en sus días libres, en su hogar, en su presupuesto.
Fue muy difícil para Grace dejar su padre y su madre. Tan pronto nos peleábamos ella llamaba a su mamá. Eso de qué sirve ¿cierto? Nunca metan a su familia extensa en los conflictos familiares de su familia inmediata. Las cosas nunca resultan bien. Tuvimos que hacer mucho esfuerzo para poder decir «Necesitamos nuestras propias tradiciones. Necesitamos nuestra propia familia. Necesitamos nuestros propios feriados». Ahora amamos a nuestra familia, y a nuestra familia extensa, alabado sea Dios, de ambos lados; todos son cristianos. Ellos nos aman. Son misericordiosos y bondadosos con nosotros, pero también necesitamos tener nuestro propio matrimonio y nuestra propia relación no solo una añadidura a un sistema familiar preexistente. Pero no nos fue tan bien.
Tampoco nos pusimos de acuerdo al comienzo sobre cómo organizar nuestro hogar. Yo odiaba mi hogar, no la casa física, sino odiaba estar en casa. En sociología hay tres clases de hogares: Hogares cerrados, abiertos, y aleatorios.
En un hogar cerrado las cosas son muy estrictas, rígidas. Los niños se levantan a las 7 en punto, desayunan a las 7:15, almidón y proteínas, ¿sabe? Se ponen los zapatos a las 7:27. Les llenan la botella de agua a las 7:28. A las 7:29 están en el carro, y mamá pone el carro en revesa a las 7:30, a menos que los esté educando en el hogar. Y lo que pasa es que todo está tan regimentado. La cena se sirve a las 6:00, no a las 5:55, no a las 6:05, a las 6:00. Los martes es la noche del guiso. Los jueves, carne de cerdo. «Cállate y cómetelo. Estamos bajo el nuevo pacto. Alabado sea el Señor». No podían hacer esto en tiempos antiguos. Además, se empijaman a las 7:30. Se cepillan los dientes a las 7:35. Leen la Biblia a las 7:45. Cierran los ojos a las 8:00, ¿cierto? Porque si no, le pegarán con un largo cucharón de madera a las 8:07, ¿cierto? O sea que todo es muy regimentado, estricto, el presupuesto, el horario, hay reglas, un gráfico, y alguien debe hacer ciertos quehaceres, y nadie puede venir sin antes llamar y programar de 7 a 12 meses por adelantado. ¿De acuerdo? Un hogar cerrado.
Un hogar abierto es organizado, pero no tan pulcro, ¿cierto? Los niños se levantan por ahí a las 7:00. Cenan entre las 5:30 y las 6:30. Los amigos pueden venir sin aviso, pero no todos. La lista es corta. Algunos pueden pasar la noche pero tampoco es un albergue, ¿cierto? Es un poco más abierto.
Y está el hogar aleatorio, que es una locura. Los niños duermen hasta la hora que quieren. Toman Mountain Dew para el desayuno. No hay horario fijo. No hay presupuesto. Hay caos. La familia no se sienta junta a cenar. Comen lo que pueden cuando pueden, o el televisor siempre está prendido. Se acuestan cuando les da la gana. La gente viene. Ni siquiera llaman a la puerta. Entran sin pedir permiso, sacan algo de la nevera. Niños que uno no conoce se quedan toda la noche. Es una casa verdaderamente aleatoria.
Grace se crió en un hogar ministerial que tiraba más hacia lo aleatorio. Siempre venía la gente a cenar, mucha gente pasaba por su casa. Yo me crié en un hogar que era un poco aleatorio. Las familias eran muy pobres en nuestro barrio. Mi papá trabajaba duro, mi mamá se quedaba en casa con los cinco hijos, o sea que mi casa se convirtió más o menos en el centro comunitario donde todos pasaban el tiempo. Todos los niños estaban ahí en todo momento. Los niños entraban cuando querían. Se ponían un abrigo, porque no tenían abrigo. Mi mamá compraba abrigos de sobra. Sacaban algo de la nevera. A veces los niños pasaban la noche en su casa, porque había abuso y violencia en su casa; y era un hogar aleatorio, pero era así con buena razón.
Cuando nos casamos, sé que no parece pero soy introvertido. Por eso no estamos hablando. Yo estoy hablando, ¿cierto? Soy un introvertido. Soy un introvertido, y me gusta el silencio y estar a solas. Me gustan libros escritos por personas que ya murieron, y me gusta que me dejen en paz; y Dios se ríe de mí todos los días con el trabajo que me ha dado. Y yo quería que mi hogar fuera un lugar tranquilo, donde pudiera llegar a casa, leer los puritanos, tomar té, dejar que mi esposa me masaje el cuello hasta que sintiera que era hora a acostarme. Yo oraba por algo así.
En cambio, Grace tuvo la idea de que como íbamos a trabajar en el ministerio tenía que ser un hogar aleatorio. Así que en los primeros años siempre había gente viviendo con nosotros: becarios, niños huérfanos. Un año, entre los estudios bíblicos que enseñábamos y la consejería que hacíamos, tuvimos más de 2.000 personas en nuestro hogar, y ella estaba resuelta a alimentarlos a todos, y estaba decidida a cocinarlo todo desde cero, mientras ella mantenía un trabajo muy estresante a tiempo completo.
Yo seguía trabajando a tiempo completo y estábamos juntos en el ministerio por la noche y los fines de semana. Cuando ella dejó su trabajo, dedicó todo su tiempo al ministerio y yo dediqué todo mi tiempo al ministerio. Creo que para nosotros el ministerio se volvió idolatría, y nuestras prioridades se descontrolaron por completo. Nuestra amistad y nuestro matrimonio eran básicamente una asociación. No era una conexión estrecha y afectuosa.
A veces peleábamos en el trascurso de los años. «¿Por qué viene esa gente? ¿Por qué tienes que irte? ¿Por qué no pueden preparar su propia lasaña? ¿Por qué tenemos que estar metidos en esto? ¡No todos los que vienen a la iglesia necesitan comer algo que preparaste! ¡Siéntate, Marta, siéntate!». Entonces lo decía ásperamente y me frustraba, y en parte era culpa mía porque no me sentaba con Grace a explicarle que quería un hogar más abierto o cerrado en otro estado en una montaña sin carreteras. O sea, en serio.
Éramos un desastre, cierto, con una iglesia que crecía rápidamente. No teníamos pastor, mentor, consejeros. Algunos de Uds. dirán, «¿Por qué no hablaron con consejeros?». Nos reunimos con unos cuantos pastores, al menos yo lo intenté. El primero que fui a ver en ese tiempo, sentí que debía hablar con alguien, me dijo, «¿Por qué quiere que hablemos?» Le dije, «Ud. escribió un buen libro sobre el matrimonio, y me gustaría hacerle unas preguntas. Estamos pasando un momento—» Lo miré, y le dije: «Permítame preguntarle». Le dije: «¿Ha sido fiel con su esposa?». Me dijo: «Pues, no». «Entonces esta sesión de consejería será muy corta. ¿En serio, Ud. escribió un libro sobre el matrimonio es un libro muy bueno, y le está siendo infiel a su esposa ahora?». «Sí». «Ay, Dios mío».
O sea que las pocas personas con las que tratamos de hablar francamente no pudieron asesorarnos muy bien y en algunos casos fue algo abrumador. Algunos amigos trataron de aconsejarnos y darnos consejos, pero francamente o no estábamos oyendo, o eso no nos estaba ayudando.
Entonces decidimos perseverar, y resguardarnos. Estuvimos así una década. Algunos de Uds. se estarán preguntando, «¿Y cuál es la parte feliz?». Eso viene más tarde, ¿cierto? Esta es la parte verdadera del matrimonio. Durante casi una década, ahora tenemos cinco niños. La iglesia está creciendo mucho. Físicamente estaba quebrantado. Las glándulas suprarrenales las tenía fatigadas al igual que los neurotransmisores. Estaba cansado, no podía pensar claramente, pero mi trabajo es predicar todo el día los domingos mientras mis críticos tratan de verme cometer algún error. Mucha presión y estrés. Las cosas estaban creciendo rápidamente.
Y tuvimos uno de esos días de gran éxito o fracaso en nuestro matrimonio. Estábamos sentados en un sofá arriba. Todas estas son historias que—y algunos de Uds. se preguntarán, «¿Por qué nos cuenta esto Mark? ¿En realidad viene al caso?». Grace lo escribió todo en el libro, y nunca he compartido estas cosas, porque es su historia, no la mía, y quiero honrarla a ella y confesar mi propio pecado, pero no hablar de las cosas en su vida. Está en su derecho que comparta lo que ella quiera en público. Es muy valiente y quiere ayudar a la gente, por eso ahora ha decidido compartir estas cosas en público por primera vez.
Pero una noche estábamos sentados en un sofá arriba y los niños estaban en la cama. Estábamos pasando el tiempo juntos. Y quiero decirles que nuestro matrimonio no era hostil, pero tampoco era cariñoso. Era más bien tibio. Estábamos sentados en el sofá y empecé a preguntarle cosas de sus experiencias en el pasado y sus relaciones. Era un área que habíamos explorado antes, pero por algún motivo empecé a indagar otra vez en esa área.
Y Grace [Gracia], como su nombre lo indica, fue lo suficientemente cortés para contestarlas. Me explicó algunas cosas que le habían pasado. Me miró, y yo estaba llorando profusamente. En ese momento no era un llorón. Ahora que por la gracia de Dios me he recuperado de mi amargura y me arrepentí de ella como pecado, y el Espíritu Santo me está conformando más a Jesús, lloro mucho más, francamente, sobre todo cuando se trata de mujeres y niños que han sido perjudicados. Es algo devastador para mí basado en lo que he visto en mi historia y lo que ahora sé de mi esposa—no me refiero a mi historia personal. Nunca le hice daño a una mujer o un niño, pero lo que he presenciado en otros hombres.
Y mirándome me dijo, «Ay, Dios mío. Lo siento mucho. ¿Dije algo malo?». Y le dije, «No dijiste nada malo, mi amor. Eres víctima de la violación. Eres víctima del abuso sexual». Le dije, «No sabía eso de ti. Te he conocido—». Caray, en ese momento, fue hace seis años. Nos conocimos en 1988, y esto fue en el 2006 por ahí, hace 5 o 6 años. Estuve con ella 18 años sin conocerla. No sabía. Y francamente ella no sabía. Nunca conectó su historia con la realidad de lo que le hicieron.
Y recuerdo que pensé, «Está bien, fue hace mucho tiempo, pero ahora conozco a mi esposa». Lo que pasa a veces cuando estamos saliendo con alguien, hacemos un papel como un actor o una actriz, cierto, que aparenta ser alguien. Y después de estar casado algún tiempo uno se da cuenta con quién se ha casado en realidad.
Pues ahora conocía a mi esposa, y sabía cuál era la causa de nuestra lucha. Sí, yo tenía amargura. Sí, habíamos tenido un secreto. Sí, la vida era complicada. Sí, no teníamos un pastor. Sí, no teníamos buen asesoramiento. Pero el problema en realidad era que habían pecado contra mi esposa y por eso podía enfadarme en cualquier momento o irritarme, o mi voz reflejaba una emoción tal que ella se quedaba callada y le daba mucho miedo, lo cual se entiende perfectamente y es bastante razonable. Indicaba la razón por la que yo sabía que ella me amaba, y yo sabía que la amaba a ella, y sabía que queríamos estar juntos, pero nos era difícil tener esa intimidad estrecha que pensábamos que podíamos tener como cristianos, y ahora sabía por qué.
Grace escribió un capítulo entero en el libro sobre esa experiencia, y lo que aprendió, y cómo ayudarles a otros. Por eso tenemos los grupos de redención en la Iglesia Mars Hill. Algunos de Uds. se preguntarán, «¿Por qué fueron creados los grupos de redención? Y por qué hacemos tanto hincapié en las mujeres que han sido abusadas, al igual que los hombres?». Fue por eso, ya que no contábamos con los recursos que yo pensaba podían ayudar más a mi esposa. Conseguimos apoyo como iglesia y quisimos ayudar a crear una iglesia donde pudiéramos ayudar a las personas y proveer recursos a otras iglesias.
En ese momento, todo estaba en una etapa muy delicada, frágil y peligrosa en nuestro matrimonio. Y recuerdo que pensé, «Si ahora que sabemos todo lo que tenía que saberse resolvemos esto, las cosas podrían mejorar, pero requerirá años. Pero si no, las cosas van a empeorar, y será así el resto de nuestras vidas». Y recuerdo que oré por Grace, y que tuvimos muchas conversaciones como esta. Cualquiera que sea el problema en su matrimonio: adulterio, infidelidad, pornografía, fornicación, aventuras amorosas emocionales, amargura, temor a su familia de origen, o lo que sea, no es solo tener una conversación y seguir adelante. Tendrán una serie de conversaciones que podrían ser muy dolorosas, y podrían ser duras y provocarles mucho llanto, y podrían ser frecuentes, y en el trascurso de los años podrían ser menos frecuentes. La verdad es que es un proceso de toda la vida llamado santificación en el cual juntos como amigos aprendemos a ser como Jesús y aprendemos a ser como Jesús el uno con el otro.
Y me di cuenta en ese momento que la causa fundamental de mi pecado contra Grace, al menos el pecado que albergaba en mi corazón, era que yo había idolatrado a Grace. La había convertido en un ídolo. La Biblia dice en Romanos 1:25 que a Dios solamente debemos adorar y que no debemos adorar ninguna otra cosa creada, lo cual incluye nuestro cónyuge. Jonathan Edwards, el gran teólogo estadounidense, dijo: «Si uno idolatra, demoniza». Es una buena perspectiva. Es una buena perspectiva. Por eso es que los Diez Mandamientos empiezan con: Hay un solo Dios, adórenlo a Él solamente. Porque finalmente todo pecado proviene de la idolatría.
Dios me compungió mucho porque lo que yo quería era que Grace fuera una amiga perfecta. Quería que nunca me dejara ni me desamparara. Quería que me animara cuando estaba decaído, y me corrigiera cuando estaba equivocado. Quería que ella fuera Jesús. Y cuando ella no actuaba como Jesús, pasaba de idolatrarla a demonizarla. Eso suscitó en mí gran egoísmo, juzgando a Grace por sus defectos en vez de amar a Grace e identificando mis propios defectos para ser un mejor amigo con ella por la gracia de Dios.
No creo que eso sea fuera de lo común en un matrimonio, pero pienso que es un tema tácito en la iglesia. En ese momento le dije a Grace so sea, le pedí disculpas, me arrepentí. Lloramos y oramos, y le dije, «Esto es lo que vamos a hacer. Haremos todo de una manera distinta». Porque en ese momento no estaba bien estructurada la cosa. No era un plan para, «Cincuenta años más tarde, son mejores amigos, y todo el mundo lo ve».
En realidad nunca me hubieran corrido del ministerio porque nunca hubo un pecado que me descalificara: No hubo pornografía, adulterio emocional, adulterio físico. No hubo pecados que me descalificaran. Al igual que muchos matrimonios cristianos, nos encontrábamos en un lugar donde en realidad no podíamos ser disciplinados, pero no teníamos mucho deleite. Queremos mucho más para ustedes que estar en un lugar donde no puedan ser disciplinados. Queremos que se estén en un lugar donde puedan deleitarse.
Y le dije a Grace, «Está bien, como somos personas completamente comprometidas con la Biblia, nuestras prioridades bíblicas son: Primero, Jesús, nuestra amistad con Jesús; segundo, nuestra amistad entre los dos; tercero, nuestra amistad con nuestros hijos; y cuarto, mi trabajo como pastor y tu trabajo como esposa y madre. Organizaremos nuestra vida de tal manera que nuestro horario y nuestras emociones reflejen las convicciones que tenemos, basadas en las enseñanzas de la Biblia».
Lo que eso significa es que otras personas se sentirán incomodadas y muy infelices porque descubrimos que cuando empezamos a cambiar nuestra vida y a decir, «Lo siento, no puedo hacer eso. Lo siento, no puedo ir a ese lugar. Lo siento, la respuesta es no. Lo siento, las cosas han cambiado. Mi esposa me necesita, y yo la necesito a ella»; que cuando la Biblia dice que no es bueno estar solo, está hablando de nosotros. Lo que descubrimos fue que otras personas nos idolatraban y tan pronto no recibían lo acostumbrado en cuestión de la relación, la intimidad, el acceso, y la emoción, ellos también nos demonizaban.
Permítanme decirles que si van a darles prioridad a Jesús y a sus cónyuges, otras personas van a enojarse. Otras personas se van a disgustar. Los miembros de su familia podrían juzgarlos de muchas maneras. Personas allegadas en el trabajo que han pasado a otro plano relacional, «En este momento no puedes venir a visitarme. No puedes mandarme textos. No puedes mandarme email. En este momento estoy muy enfocado en mi relación con Jesús y con mi esposa, y esas son mis primeras prioridades». Es asombroso como otras personas quieren que uno sea su ídolo, y ellos quieren ser nuestro ídolo, y quieren colarse en las prioridades que Dios nos ha dado.
Pero vale la pena, vale la pena, porque el camino de Dios es siempre el mejor camino para hacer lo necesario por la gracia de Dios para acercarnos más a Jesús y a nuestro cónyuge con Jesús. Y por la gracia de Dios hicimos eso. Hicimos cambios enormes, gigantescos. Lo que pasó fue que empezamos a tener más tiempo juntos, un buen tiempo. Empezamos a sentir más emoción el uno por el otro. En vez de tratar de averiguar quién va a recoger a los niños, tuvimos verdaderas conversaciones. Empezamos a enfocarnos en construir nuestra amistad. Hablaremos de eso en el siguiente sermón, y todo eso está en el capítulo dos.
Y les cuento todo esto porque es un testimonio y queremos que ustedes también tengan un testimonio. Y la diferencia entre un testimonio y una biografía es este: la biografía se trata de mí y el testimonio se trata de Jesús. Y una biografía se trata de los cambios que hice en mi vida y lo feliz que estoy ahora. Pero el testimonio se trata de que me he arrepentido del pecado y ahora soy más como Jesús ahora, aunque me sienta más feliz o no. Una biografía se trata de lo que nosotros hacemos. Un testimonio se trata de lo que Jesús hace. En una biografía nosotros somos el héroe. En un testimonio, Jesús es el héroe. Y usted puede ser un cristiano que aunque tiene una buena teología del matrimonio no tiene un buen matrimonio porque para Ud. es solo teología y no un testimonio.
Empecé diciendo que Satanás procede de una boda a una guerra en el primer libro de la Biblia, y el último libro de la Biblia nos dice cómo derrotar nuestro enemigo. En Apocalipsis 12:11, dice, «Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero, y por la palabra del testimonio de ellos». ¿Quieren derrotar a Satanás en su vida y en su matrimonio? Esta es la manera de hacerlo: El Cordero, la sangre del Cordero. Jesús como sacrificio expiatorio Jesús es quien muere por el pecado, para que no tengan que matarse unos a otros, o matar su amor, su gozo, su confianza, o su matrimonio. Jesús muere por sus pecados para que hagan morir su pecado, incluyendo el pecado del egoísmo, y la idolatría, la amargura, como yo.
Porque la sangre del Cordero tiene un testimonio, y el testimonio aquí es que debemos hablar acerca de por qué murió el Cordero, Jesucristo, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Nuestro testimonio nunca puede ser solo «Jesús fue a la cruz a morir por los pecadores». Debe ser, «Jesús fue a la cruz a morir por mis pecados, que son estos, y la sangre del Cordero fue derramada literalmente por mí por mi transgresión y mi culpa para darme perdón y limpiarme de mi vergüenza, de mi suciedad, para que yo tenga un testimonio, hablando de la victoria de este Cordero como guerrero triunfante». Son imágenes asombrosas.
¿Cuál es su testimonio ahora? ¿O es su vida solo una biografía? «Hice tal cosa, ellos hicieron tal cosa, y estamos aquí estancados». ¿O es su historia en realidad la historia de Dios? «Yo hice tal cosa, ellos hicieron tal cosa, Jesús murió, por tanto tenemos esperanza, tenemos perdón, tenemos vida, tenemos a Cristo». No estoy hablando solo en el sentido teórico, teológico. Estoy hablando en un sentido práctico del día a día. Estoy hablando de integrar Jesucristo vivo, resucitado, al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo en las cosas duras de la vida diaria; no solo algo etéreo, teológico, teórico, sino de lo práctico y doloroso. Eso es un testimonio.
Grace y yo tenemos un testimonio. La biografía no era gran cosa, pero el testimonio, aunque es muy difícil para mí francamente porque me gusta ser líder. Me gusta ser respetado. Pero más que eso, me gusta que Dios sea glorificado. Y no puedo ayudarles de ninguna manera a menos que sea franco con Uds. Y Uds. no pueden ayudarse de ninguna manera a menos que sean francos con Uds. mismos.
Y si decimos que Jesús murió por nuestros pecados, pero no hablamos de nuestro pecado, lo que estamos diciendo es que en realidad no creemos que Su muerte haya sido por nosotros, y no creemos que Su resurrección es la esperanza para nuestra vida nueva juntos. Tenemos mucha esperanza para Uds. Les contamos nuestro testimonio, no porque con él solamente pudiéramos escribir un gran libro. No hubiéramos podido. Más bien una gran película de horror. Sino porque puede que Uds. estén viviendo un momento difícil y lo que no necesitan es otro predicador con su esposa diciéndoles que todo está genial, y que si compra sus productos, su matrimonio puede ser genial también. Creo que lo que necesitan son dos pecadores arrepentidos que les digan que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, y juntos con Él pueden tener un testimonio e invitarlos a ustedes a Él para tener ese testimonio. Si la historia de su vida y de su matrimonio concluyera ahora mismo, ¿se sentiría feliz si sus nietos la leyeran? Si no, incluyan a Jesús y sigan escribiendo esa historia por la gracia de Dios.
También quisiera mencionar unas cosas, que en nuestro testimonio Dios nos ha dado un nuevo matrimonio con el mismo cónyuge. Ese es el lenguaje que usamos en el capítulo uno. Al enseñar este contenido y compartirlo con las personas, muchos nos han dicho, «Necesito un cónyuge». Pues primero necesita ser un nuevo cónyuge. No se ponga a juzgar a su cónyuge, júzguese a usted primero. Segundo, no necesita un nuevo cónyuge. Necesita un nuevo matrimonio, y puede conseguir un nuevo matrimonio con el viejo cónyuge. Si Jesús lo cambia, y Jesús cambia su cónyuge, tendrá un nuevo matrimonio con el mismo cónyuge. Esa es nuestra historia.
Grace es diferente; yo soy diferente, el matrimonio es diferente. Francamente estamos muy alegres. Ella piensa que soy chistoso, ¿cierto? Digo locuras y ella suelta la carcajada más grande que he oído. No aguanto las ganas de ir a casa. Le mando textos durante todo el día. Quiero estar conectado. Odio viajar más que nunca porque no puedo estar con ella. Me pongo de mal genio, temperamental, frustrado. Quiero que los dos lleguemos juntos a la vejez. Nos encantaba la temporada en que los niños eran pequeños. Es sensacional, y tenemos unos chicos fabulosos, y alabamos a Dios por ellos, pero cuando crezcan y se vayan de la casa, eso también estará bien. ¿Saben?
Gideon acaba de empezar el colegio, así que los niños están en el colegio al menos la primera mitad del día. Podríamos tomarnos un café juntos. Hacernos la visita. Podríamos caminar juntos. Hasta voy al supermercado con ella. Odio el supermercado. No me gusta ir al supermercado. Pero a veces ahora le digo: «Oye, ¿a dónde vas?». «Al supermercado». «Espera un momento, necesito ir también». Y ella me dice, «Pero tú no vas al supermercado». Lo sé, pero tú estarás ahí, y solo quiero estar donde quiera que estés». Me gusta estar con ella. Uno de sus ministerios más grandes para mí ahora es solo su presencia, solo tenerla ahí.
Queremos que Uds. tengan un testimonio. Nuestro testimonio es que Él perdonó nuestros pecados, y nos ha permitido perdonarnos unos a otros. Puedo decirles que no hay amargura en nuestro matrimonio, pero Jesús está ahí. Que nos ha dado el Espíritu Santo para andar en novedad de vida. Que no nos estamos amando con el amor que tenemos. Que no nos estamos sirviendo con el poder que tenemos. Que el Espíritu Santo verdaderamente es Dios. Que está vivo y se encuentra bien. Que de veras está vivo y se encuentra bien en nosotros. Que Jesús de veras ha sido nuestro amigo perfecto, de tal manera que Él se ha encargado de aquella amistad perfecta y nos está ayudando a ser mejores amigos uno con el otro.
También ha traído a nuestra vida personas que han pasado por situaciones muy duras y difíciles y aprendieron algunas lecciones y fueron muy atentos con nosotros al compartirlas con nosotros a veces en consejería o amistosamente, de viaje, o enseñando. Estamos muy emocionados de compartir nuestro testimonio y sus testimonios con Uds.
Para cerrar quisiera decirles un par de cosas más. Para los que son solteros y de pronto sintieron: «Oh, estamos en El verdadero matrimonio. ¡Oh, la miseria de todo esto? ¡Me recuerda que soy soltero!». Algunos de Uds. ya se encresparon y rechazaron esto diciendo, «Nos vemos en 11 semanas. Tomaré este tiempo para leer el libro de Lamentaciones». Unas cuantas cosas para los que son solteros.
Primero, esta serie se trata de relaciones bíblicas en general. Uds. tienen relaciones, por lo tanto algunos de estos principios les ayudarán.
Segundo, en la guía de estudio que escribió el pastor Brad que usarán en su grupo comunitario escribió preguntas para casados y solteros. Por primera vez en la historia de este país, la mayoría de los adultos mayores de 18 años son solteros. No los hemos omitido. Los amamos.
Además, estadísticamente más de nueve entre diez de Uds. se casarán. Por lo tanto, esta es una preparación. Créanle a un tipo que descubrió las minas manejando sobre ellas. Un poco de enseñanza de antemano rinde mucho.
Cuarto, les ayudará a aconsejar a otros. Algunos de sus amigos están comprometidos, o saliendo, o casándose, o ya están casados. Y por el hecho de ser soltero no significa que no tenga sabiduría. Pablo era soltero. Habla mucho del matrimonio. Jesús era soltero. Habla mucho del matrimonio. Por el hecho de ser soltero no significa que no pueda tener sabiduría. Puede dar buen consejo.
Quinto, le ayudará a evaluar su familia de origen contemplando el pasado y preguntándose, «¿Qué clase de matrimonio o relación tuvieron o no tuvieron mis padres, o qué clase de relación tuvieron o no tuvieron mis abuelos?» ¿Cómo me ha afectado eso en forma positiva o negativa, cómo me ha amoldado, dado forma, o quizás cómo me ha perjudicado?».
Sexto, les permite explorar sus ídolos de independencia y dependencia. Algunos de Uds. eran solteros. Tienen ídolos de independencia. «No quiero casarme. No quiero sentirme amarrado. Quiero ir y venir cuando quiera. Quiero hacer mis propias cosas. Me gusta ser independiente». Algunos de Uds. tienen ídolos de dependencia. «No puedo estar solo. Necesito una cita. Siempre necesito estar en una relación con alguien. Qué horror estar solo». Jesús dice que nunca los dejará ni los desamparará. No están solos. Y Jesús es Dios, y su vida entera fue creada por Él. Tampoco es independiente. Le permite examinar esos ídolos gemelos de la dependencia y la independencia.
También esperamos que esta serie les ayude a lidiar con los pecados que han cometido contra Uds. Tratamos mucho el tema del sexo y el pecado sexual y la agresión sexual y sé que como tenemos un alto porcentaje de solteros en el país y en Mars Hill, algunos de Uds. hicieron cosas de las que ahora están arrepentidos, y no saben cómo experimentar la sanidad y la esperanza y la plenitud después de esas cosas. En otros casos han pecado contra Uds., como en el caso de mi amor, y necesitan ayuda, y estamos aquí para ayudarles. Por eso tenemos grupos comunitarios. Por esto tenemos grupos de redención. Porque francamente cuando pasábamos por nuestros momentos más difíciles no sabíamos con quién hablar, y queremos que Mars Hill un lugar así para Uds., por la gracia de Dios.
Octavo, les ayudará a aprender cómo vivir plenamente como solteros. Adoramos a un hombre soltero llamado Jesús, quien nunca se casó, pero vivió plenamente y perfectamente. La mejor vida que vivió es la de Dios encarnado, y queremos que vean, por medio de Jesús, que no son inferiores por ser solteros.
Noveno, hasta podrían encontrar un cónyuge. ¿Cierto? Piénselo un momento. Estoy hablando del matrimonio, y los solteros vienen a escuchar. Algunos de ellos, en teoría, podrían encontrarse. Y los hombres necesitan saber que si una mujer viene a Mars Hill y me oye hablar del matrimonio por 11 semanas, obviamente tiene una tolerancia muy alta para el dolor. Sería una gran esposa.
Vamos a hacer esto. El sermón no ha concluido, porque francamente necesito que ustedes lo acaben. Les he contado nuestro testimonio. Por la gracia de Dios, ustedes juntos, si son casados, o en su propia vida, si son solteros, necesitan desarrollar su testimonio. ¿A dónde necesitan invitar a Jesús? ¿Cuál secreto deben contar? ¿Necesitan lidiar con la amargura? ¿Hay ídolos que necesitan ser aplastados, destrozados, y destruidos?
No quiero que digan solamente, «Pues tienen un testimonio interesante». Quiero que Uds. tengan un testimonio interesante del cambio que Jesús hace cada día, prácticamente en la vida de alguien que lo invita no a ser parte de su vida, sino su vida entera, a los lugares oscuros, a los lugares vergonzosos, los lugares solitarios, y a los lugares devastados.
Algunos de Uds. tienen miedo y timidez de hacerlo porque piensan que empeorará. ¿Saben qué? Puede que sí. Y algunos de Uds. dirán, «Pero si digo la verdad, mi cónyuge me abandonará». Podría ser. Nuestra meta no es destruirlo. Nuestra meta es dejar entrar a Jesús a ver qué pasa, y en eso consiste la fe. Queremos que arriesguen ser honestos con Jesús y el uno con el otro, a ver qué hace Jesús, a ver cuál testimonio tendrán, para que vean a Jesús acabar los últimos capítulos de la historia de la vida que vive con ustedes, por ustedes, en ustedes, y por medio de ustedes, juntos.
Así que hagamos esto ahora. Los invitaremos a responder. Y la historia de la Biblia es que Dios inicia y nosotros respondemos. Me alegra mucho pedirles a los ugieres que tomen su posición, al igual que los mayordomos de la ofrenda, que recolecten la ofrenda en este momento.
Al recolectarla quiero que piensen en nosotros, la Iglesia Mars Hill, como si fuera una novia, juntos. Individualmente hay testimonios que están siendo escritos. Sus vidas son una historia de la gracia de Dios; pero colectivamente también tenemos nuestro testimonio, y nuestro testimonio es según la Biblia, que colectivamente la iglesia es como una novia, muy amada por nuestro Novio, llamado Jesús. En este momento responderemos conjuntamente a Jesús, como una novia responde a su marido.
Eso incluye en este momento, dar generosamente económicamente, diciendo, «Mi relación con Jesús es la relación más importante de mi vida, y quiero que esta sea una iglesia donde otros conozcan a Jesús y encuentren esperanza y sanidad, y quiero que esta iglesia crezca y se multiplique, y quiero que otros vengan a conocer a Jesús, y quiero ver el testimonio de sus vidas, y la diferencia que Él hace». Por ese motivo damos, porque amamos a Jesús.
Si están comprometidos, su testimonio ahora debe incluir el proceso prematrimonial en la Iglesia Mars Hill. No saben lo que están haciendo. No lo saben. No lo saben. Ustedes dirán, «Sí sé lo que estoy haciendo». No lo saben, no lo saben. Necesitan que alguien más haga las preguntas difíciles, para guiarlos por un proceso y ayudarles. Hacemos cientos de bodas al año en Mars Hill. Si está comprometido o casi comprometido, su testimonio debe incluir ahora participar en el proceso prematrimonial.
Si no es cristiano, su testimonio ahora debe incluir volverse cristiano, entregarle su pecado a Jesús, aceptar Su perdón y Su justicia, invitarlo a ser el Héroe de su historia y el autor de su testimonio, como Señor de su vida.
Para los que están desconectados, quiero que se conecten participando en un grupo comunitario o en un grupo de redención, o en ambos. No podemos funcionar solos en la vida. Ud. no tiene toda la sabiduría, los dones espirituales, el entendimiento, la energía, y el consejo. No solo necesita la gracia de Dios, necesita la iglesia de Dios. Los amamos y queremos conectarlos y ayudarles a andar en comunidad con otras personas.
Necesitan arrepentirse; arrepentirse es reconocer su pecado. ¿Cuál es su secreto? ¿Qué es lo que nunca le ha dicho a Dios porque se siente demasiado avergonzado? ¿Qué es lo que nunca le ha dicho a su cónyuge? ¿Cuál es el secreto? Necesita decirle a él o a ella, y él o ella necesita decirle a Ud., y necesitan hacerlo pronto porque de otra manera lo único que están haciendo es vivir una mentira. No están estarán lidiando con lo que han sido o con lo que les han hecho. Solo pretende ser alguien que no es. Deje que Jesús trate su pecado, deje que Jesús trata con su cónyuge, y deje que Jesús escriba el testimonio de su vida.
También haremos la comunión mediante la cual recordamos el cuerpo quebrantado y la sangre derramada de Jesús, y después cantaremos. Al empezar a cantar piénselo así: Siempre que hay alguien glorioso, y algo glorioso, cantamos. Por eso cantamos en las bodas. Por eso es que la novia no camina hacia el altar en completo silencio. Cuando hay amor debe haber una banda sonora, y el ser amado debe estar presente, y algo maravilloso está pasando.
Jesús es nuestro Amado, y está presente aquí con nosotros, mediante la presencia y el poder del Espíritu Santo, y está haciendo algo maravilloso. Está cambiando a las personas. Está derrotando a nuestro enemigo. Está reescribiendo nuestro legado. Así que cantaremos juntos, y mientras cantamos, quiero que los maridos tomen de la mano a sus esposas, y quiero que levanten la otra mano entregados a Jesús, y quiero que su esposa vea que Ud. adora a otra persona que no es Ud. y alguien que no es ella, y quiero que juntos adoren a Dios como pecadores perdonados, por la gracia de Dios.
Y por último, voy a pedirle a los hombres que hagan votos conmigo y que me hagan un favor. Primero, el voto. Para los hombres cristianos que hoy están dispuestos a comprometerse públicamente a amar a sus esposas, como Cristo amó a la iglesia, pase lo que pase, y guiar a su familia en la gloria de Dios, pase lo que pase, les voy a pedir que se pongan de pie; solo aquellos hombres, casados o solteros, y que hagan este voto conmigo hoy, un voto sagrado en presencia de Dios y Sus hombres. No es solo un sermón que trato de presentarles, sino un legado donde Jesús es el autor del testimonio de Uds.
Así que quiero que los hombres cristianos se pongan de pie y quiero que se identifiquen públicamente con Jesucristo. Si su esposa está con Ud., o su prometida, quiero que la tome de la mano y que repita conmigo, y quiero que los hombres lo repitan en voz alta:
Serviré a mi iglesia.
bq. Amaré a mi esposa.
bq. Serviré a mi esposa.
bq. Guiaré a mi familia.
bq. Oraré por mi esposa.
bq. Leeré la Biblia en nuestro hogar.
bq. Y mis nietos adorarán el mismo Dios que yo adoro, porque mis hijos adorarán el mismo Dios que yo adoro.
Hombres, voy a orar por ustedes ahora. Como cabeza de nuestro hogar, como líder de nuestra familia, Dios nos ha dado una maravillosa oportunidad de ser Cristo con nuestra esposa, con nuestros hijos, si en su gracia nos los depara. Oraré por ustedes, y después les pediré a todos los hombres casados que oren por sus esposas. Delante de todos los otros hombres, impondrán las manos sobre sus esposas y orarán por ellas.
Algunos de ustedes nunca han hecho eso porque no saben cómo hacerlo, o les da vergüenza, o se sienten inseguros. Su esposa lo necesita desesperadamente, lo quiere, anhela que guíe su familia espiritualmente, pero eso empieza cuando Ud. ora por ella e invita a Jesús a entrar en su relación. No puede seguir amargado con la mujer por la que está orando. No puede seguir amargado con la mujer por la que está orando. No puede seguir separado de la mujer por la que está orando.
Al orar por ella, si no sabe qué decir, empiece con esto. «Lo siento. Lo siento por no hacer esto siempre. Lo siento por no hacer esto frente a los niños; pero a partir de hoy, lo haré». Oraré por Uds., y después quiero que tomen unos minutos y quiero que los hombres se den vuelta e impongan las manos sobre sus esposas amorosamente. ¿De acuerdo? No es una noche para salir de cita. Amorosamente oren por ella, y denle gracias a Dios por ella, y exprésenle a Jesús su agradecimiento por ella.
Y cuando estén listos, pueden recibir la comunión, y quiero que los maridos sirvan a sus esposas. Quiero que tomen el pan, que representa el cuerpo de Cristo, mojado en vino o jugo que representa la sangre de Cristo, conforme a la consciencia, y quiero que primero le sirvan a su esposa, y que esa sea la forma en que Ud. le dice públicamente «Jesús será el centro de nuestro matrimonio, y por causa de Él, tendremos un gran testimonio, por la gracia de Dios». ¿Serían tan amables de hacerlo? Después pueden tomar la mano de su esposa, y cantaremos.
Dios Padre, pido contra el enemigo, sus siervos, sus obras, y sus efectos. Dios, te doy gracias por el poder del Espíritu Santo que nos reprende. Dios, públicamente confieso que he pecado contra mi esposa, y que por años vivimos de una manera que no es de tu agrado, y era más como una biografía que un testimonio. Pero Dios, te doy gracias por el Señor Jesús. Ciertamente es la sangre del Cordero que quita el pecado del mundo y el pecado de nuestras familias. Y Dios, te doy gracias porque por medio de Jesús tenemos un testimonio, un testimonio donde Jesús es el Héroe, Jesús es el Salvador, donde Jesús es el Amigo, donde Jesús es quien reconcilia a los pecadores y los hace aliados en una gran guerra contra su enemigo. Jesús, pido por estos hombres para que lideren bien con humildad. Pido por estas esposas que ahora están esperando, confiando, y orando, para que este compromiso no cambie, que por el poder del Espíritu Santo y el ánimo que les dan, sea así. Y Dios, pido por los hombres solteros, que no pequen, que no se conformen sino que perseveren a amar una sola mujer como Cristo ama a la iglesia. Y Dios, pido por nuestro legado, que nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos al contemplar el pasado digan que las cosas cambiaron aquel día, cuando aquel hombre con mi apellido entregó con devoción toda nuestra familia y nuestro linaje a Jesús, en cuyo nombre oramos. Ahora los hombres pueden orar por sus esposas, recibir comunión y cantar.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.