El pueblo de Dios estaba estancado. Durante siglos habían vivido como esclavos bajo espantosos amos cuya crueldad era superada solo por su poder. En esos días lúgubres, el pueblo de Dios dio a luz a hijos que heredarían solo la miseria. Su aliado más fuerte era un Dios que ellos pensaban se había olvidado de ellos. Lejos de haber sido olvidados, el pueblo de Dios fue rescatado por su poderosa mano. Expuso a sus amos a vituperio y los llevó al desierto. Aunque habían sido puestos en libertad, aún no vivían libres. Empezaron a vivir como esclavos a su propio pecado. Lo que sucedió después ha repercutido a lo largo de 3.000 años de historia hasta nuestros días. Como un Padre amoroso, Dios instruyó a sus hijos dándoles los Diez Mandamientos. Bien, hoy estamos en el mandamiento número cuatro. Si tienen sus Biblias, vayan a Éxodo 20:8-11. Y el tema hoy es el día de reposo, dejar de trabajar. Y a veces podemos pasar por alto lo absolutamente esencial y central que era este concepto del día de reposo para el pueblo de Dios del antiguo pacto, del Antiguo Testamento. Durante mil años celebraron el día de reposo con absoluta devoción, Era lo más céntrico de la semana. La vida giraba en torno a él, el comercio giraban en torno a él, la adoración giraba en torno a él.
Era esencial y central, y podemos pasarlo por alto fácilmente, a menos que tengamos amigos judíos o que hayamos ido a un lugar como este donde predominaban los judíos. Y si tienen amigos judíos que de veras guardan el día de reposo con devoción, estrictamente, ellos no usan electricidad, usan velas o dejan las luces prendidas desde la noche anterior. No comen nada que hayan cocinado ese mismo día, porque tendrían que prepararlo el día anterior para asegurarse de no realizar ningún tipo de trabajo. No viajan largas distancias. Incluso los que son muy devotos no abren la nevera ni para sacar un tentempié, a no ser que le hayan sacado el foco, porque si abren la puerta y se prende el foco, podría considerarse una violación del día de reposo.
Nosotros los gentiles, no entendemos eso. La mayoría no estamos comprometidos con casi nada hasta ese grado de devoción. Me chocó mucho cuando estuve en Israel hace unos años, llegó el día de reposo, que cae el viernes y va hasta el sábado por la noche; de la puesta del sol hasta la puesta del sol, todo estaba cerrado. No había taxis, los negocios se cerraban, no podían hacer transacciones de negocios, no podían hacer nada porque todo paraba literalmente, todo cambiaba.
Yo estaba alojado en un hotel con mi familia, y aprendimos muy rápido cómo funcionaba esto. Los judíos ortodoxos devotos no usan nada eléctrico, ni lo hacen trabajar oprimiendo un botón, y tuvimos una experiencia genial en un ascensor. Estábamos esperando en el atrio del hotel y había dos ascensores. Uno decía Elevador para el día de reposo, y el otro no decía nada, y había una cola larga de gente que llegaba bien, bien, bien atrás, muchísima gente. Y estábamos en la cola preguntándonos: «¿Por qué se demoran tanto para tomar un ascensor en Israel, y por qué nadie ocupa el otro ascensor?». Todos se hacinaban únicamente en el elevador para el día de reposo. El otro elevador estaba ahí abierto, desocupado. Nadie lo estaba usando. Y como gentil curioso que soy, quise averiguar el asunto.
Me salí de la cola y pregunté: «¿Este ascensor no funciona?». Y dijeron: «No, ese funciona». ¿Y por qué no lo usa nadie? «Oh, ese no es para el día de reposo». Parece que el ascensor para el día de reposo lo tenían programado para que parara cada cuarto piso y así no tuvieran que oprimir el botón.
Pues yo soy gentil. Voy a montarme en ese ascensor de Jesús para ir a mi cuarto. Entonces fui y les dije a mis hijos: «Oigan hijos, vean, aquí hay un ascensor». De pronto nuestro ascensor se llenó de judíos que decían: «¿Podría oprimir el botón del tercer piso? ¿Podría oprimir el botón del cuarto piso? ¿Podría oprimir el botón del quinto piso?». Y pensé: «Ah, ya entiendo. “Es una ofensa contra Dios, y necesito que usted lo haga por mí”. Ya veo cómo es esto. Como ya estoy condenado− ahí está−. Jesús le ama, Jesús le ama, Jesús le ama. El nuevo pacto, el nuevo pacto, el nuevo pacto, el nuevo pacto. ¿Quiere un pedazo de mi sándwich de jamón? El nuevo pacto». Saben, el nuevo pacto, ¿verdad? Y uno se da cuenta que, caray, toman esto muy en serio.
Y surgen toda clase de preguntas. ¿Debemos observar el día de reposo? Sí, ¿entonces qué día y cómo lo hacemos? ¿Cómo lo aplicamos a nosotros, cómo no lo aplicamos a nosotros? Muchas preguntas surgen del cuarto mandamiento, así que leámoslo juntos. Desglosémoslo juntos. Leámoslo juntos simplemente. Éxodo 20:8-11: «Acuérdate», aquí acuérdate significa tomar algo del pasado y hacer que siga viviendo en el presente, que siga viviendo en el futuro. No es solo recordarlo mentalmente, es celebrar y dar ejemplo de algo que ya pasó para seguirlo haciendo en el futuro. «Acuérdate del día de reposo para santificarlo». Día de reposo significa descansar o dejar de trabajar. En nuestro vernáculo común diríamos día libre.
«Para santificarlo». La santificación es un concepto sumamente importante. El atributo principal y más mencionado de Dios en toda la Biblia es su santidad. Significa que Él está aparte, es diferente a nosotros. Somos pecadores, Él no lo es, ¿verdad? Somos creados, Él es eterno. Tenemos que aprender las cosas, Él sabe todas las cosas. Él es diferente a nosotros, y este concepto de la santidad nos recuerda que debemos trabajar 6 días. Hacemos lo mismo, nos levantamos y vamos a trabajar. El séptimo día es santo, lo apartamos, es diferente. Es diferente a los otros 6 días.
Y una manera de saber si estamos violado el día de reposo es si vez tras vez, tras vez, los 7 días son iguales. Si es así, estamos violando el día de reposo. Pero si 6 días son iguales y uno es diferente, es posible que estemos acatando el principio del día de reposo. Trataremos ese tema más adelante.
«Seis días trabajarás y harás toda tu obra». Permítanme desglosar esto. Muchos dicen: «Oh, este es el mandamiento sobre el día de reposo». Se trata del día de reposo, pero también se trata del trabajo, y esto nos protege contra dos ídolos. Recuerden, el primer mandamiento es que hay un solo Dios. El segundo mandamiento es que solo adoramos a Dios, no adoramos a los ídolos. Establecimos que un ídolo es una cosa creada, y algunos de nosotros adoramos nuestro trabajo. Adoramos nuestra faena. Y nos burlamos de los paganos que solían hacer sacrificios sobre un altar, y colocaban encima a una persona o animal y lo sacrificaban a sus dioses.
Pues a veces nuestro Dios es el trabajo, y a veces nuestro sacrificio es nuestra salud, nuestro matrimonio, nuestros hijos, o nuestra familia, o el día de reposo, o el grupo comunitario, o el día libre. A veces nuestro trabajo puede volverse dios, y ofrecemos varios sacrificios para apaciguar a nuestro dios. O sea que los principios del cuarto mandamiento nos protegen contra adorar nuestro trabajo o adorar nuestra comodidad.
Y algunos adoramos la comodidad y tratamos de trabajar lo menos posible. Tratamos de ser lo más improductivos que podamos. Algunos trabajamos demasiado, y descansamos, jugamos, y nos recuperamos muy poco; y nos guarda contra los ídolos gemelos del trabajo y la comodidad: de matarnos trabajando o de no trabajar lo suficiente para poder adorar a Dios efectivamente. Y a veces aquí es donde cae la gente, por lo cual les pregunto:
¿caen más hacia delante: «Voy a adorar el trabajo y voy a trabajar a cada rato hasta morir de agotamiento», o tiende a ser como los que dicen: «Oh, no, no hay problema. Me quedo durmiendo, tomo siestas, tomo el día libre, tomo otro día libre, tomo muchos días libres. De hecho acabo de graduarme tratando de conseguir trabajo a tiempo medio que paga en dólares de tiempo completo porque toco en una banda y soy bueno para el Golf-frisbee, y tengo muchos amigos y actividades recreacionales. No creo que me vaya a agotar. De hecho, me está yendo muy bien»?
Las generaciones mayores tienden a adorar el trabajo. Las generaciones jóvenes tienden a adorar la recreación. Algunos de ustedes dirán: «Estás generalizando demasiado». Es una generalización demasiado exacta, sí, tiene razón. Como lo que pasó con la generación de la guerra que Tom Brokaw llamaba la mejor generación, tenían que decirles: «Oye, tómate un día libre, siéntate, tómate una siesta, toma un descanso». Pero a sus nietos y bisnietos ahora les dicen: «Oye, busca trabajo. Trabajo a tiempo completo.
Y no pongas al centro de tu vida la comodidad y la diversión, y el ocio, y la recreación. Al centro de tu vida pon la productividad y al Señor, y el trabajo, porque es pecado adorar tu trabajo; pero si lo haces correctamente, el trabajo es una forma en que puedes adorar a Dios. Así que en realidad debemos adorar al Señor 7 días a la semana. Adoramos a Dios en el trabajo, y un estudiante puede adorar a Dios en el colegio, y una madre puede adorar en casa con los niños, y cualquier persona en un lugar de trabajo. Todo eso constituye trabajo y también la adoración a Dios, pero de una manera distinta en el Día del Señor. ¿Entienden eso?
Necesito perfeccionar esto porque algunos de ustedes al escuchar este sermón piensan: «Me encantó ese sermón sobre tomar siestas. Nada me gusta más». Bien, pero también necesita escuchar la parte del sermón sobre conseguir trabajo. Algunos de ustedes son perezosos, no trabajan duro, no son particularmente devotos ni productivos. No necesitan más días libres sino más días de trabajo.
Algunos de ustedes van a matarse, van a agotarse porque no hay cabida en su vida para la recuperación y para el Señor, y necesitan arrepentirse al disfrutar el día de reposo. Y cada uno de nosotros tenemos fortalezas, debilidades, y tendencias, ¿no es cierto? Y tenemos que saber dónde estamos y reconocer la parte del sermón que más énfasis hace en nosotros.
Y tengo que decir eso antes de abordar el día de reposo porque todos ustedes, los que se levantan a la hora del almuerzo y se aseguran de tomar dos siestas al día, y que trabajan a tiempo medio, necesitan escuchar la parte del sermón sobre el trabajo, ¿amén? Y en distintas porciones, en distintas iglesias Mars Hill, habrá diferentes énfasis, frecuentemente y generacionalmente afiliados.
Algunos de ustedes dirán inmediatamente: «¿Trabajar 6 días a la semana? ¿Trabajar duro? ¿Qué tal si me agoto?». Si algunos de ustedes están a punto de agotarse, yo estoy a punto de quedar embarazado. En realidad no es nada. de qué preocuparse. Todavía les falta mucho para llegar a ese punto. Teóricamente, hipotéticamente, podría pasar, pero probablemente no le pasará a usted, ¿amén? Oiga, despierte, ponga atención. Sé que algunos de ustedes están diciendo ahora: «¿Cómo? ¿Eh?». Lo que quiero decir es que necesitan seguir adelante y perseverar y aprender a trabajar. Y algunos de ustedes de veras necesitan aprender a trabajar, ¿cierto? Por eso es que sus mamás los trajeron a escuchar este sermón. Mamás, a la orden.
Bien, empecemos. «Seis días trabajarás y harás toda tu» ¿qué? «Toda tu obra». Tienen mucho que hacer. «Mas el séptimo día es día de reposo para el Señor tu Dios; no harás en él obra alguna». Este es un buen principio. ¿Entonces qué podemos hacer y no hacer en el día de reposo? Pues, no podemos trabajar. No quiere decir que no podamos hacer actividades, pero lo que sea que hagamos en los otros 6 días, debemos dejar de hacerlo en el séptimo día. «Tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo». Incluso personas de otras religiones, sus empleados, sus colegas de trabajo, visitantes de otras naciones, esta bendición recae sobre todos.
Después pasa a Génesis 2:2 y vuelve a la creación y al ejemplo que nos dio Dios. «Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el Señor bendijo el día de reposo y lo santificó».
Un pequeño excurso teológico gratuito, hay un gran debate en Génesis sobre si los 7 días de la creación− los 6 días de la creación− y el séptimo día, de reposo, fueron días de 24 horas literalmente. Aquí en Éxodo 20:11, parece indicar claramente que fueron días de 24 horas, literalmente, porque Dios establece una semana de 7 días en base al precedente y al patrón que nos dio en Génesis 2:2, en el que trabajó 6 días y tomó el séptimo para cesar de sus labores, un día de día de reposo y descanso, por lo cual debemos basar nuestros ritmos en los ritmos de Dios. Es la idea principal del cuarto mandamiento.
Eso genera una cantidad de preguntas y hablaré de las primeras dos porque ayudan a explicar muchos los otros asuntos, y después veremos unas implicaciones y aplicaciones muy prácticas del día de reposo.
La primera pregunta que surge, quizás ustedes la tuvieron o quizás alguien que conozcan. ¿Nuestro día de reposo es el sábado o el domingo? Hagan esto, vayan en sus Biblias a Génesis 2:2, donde dice: «Dios trabajó 6 días y al séptimo día descansó». ¿Qué día era el séptimo día? El sábado. Dice en Éxodo: «Trabajen 6 días y descansen el séptimo día». ¿Qué día es ese? El sábado. Durante miles de años, el pueblo de Dios del antiguo pacto dejó sus labores y adoró a su Dios el día sábado. ¿Qué día es hoy? Domingo.
¿Lo estamos haciendo bien o mal? Esa es la pregunta. ¿Lo estamos haciendo bien o mal? ¿Debemos observar el sábado o el domingo? ¿Por qué observan los cristianos el domingo? Y si tienen amigos judíos o adventistas del séptimo día, ellos dirán: «Es el sábado, el sábado, el sábado.
Siempre ha sido el sábado. Lo hacen solo el domingo, debería ser el sábado. Está mal el domingo, está bien el sábado. No deberían guardar el Día del Señor el domingo, deberían hacerlo el sábado». Y les mostrarán en la Biblia, y ustedes dirán: «¿Sabes qué? Es exactamente lo que la Biblia dice».
Todo cambió cuando Jesús vino, no solo el día de reposo, sino todo. Jesús vino después de mil años en que el pueblo de Dios observaba el día de reposo los sábados. Jesús guardaba el día de reposo. No guardaba las reglas religiosas que ellos se habían inventado para añadirlas a las reglas de Dios, por eso entraba en conflictos con algunos, como cuando vinieron a reprenderlo por sanar a alguien en el día de reposo. Pero Jesús guardó el día de reposo y murió y resucitó.
Jesús murió en nuestro lugar, por nuestros pecados y resucitó como nuestro Salvador ¿qué día de la semana? El domingo. Mateo, Marcos, Lucas, y Juan, cada una de las cuatro biografías que cuentan la historia de la vida, muerte y resurrección de Jesús, dicen que Él resucitó de la muerte, y lo cito textualmente, «el primer día de la semana». En el calendario judío, ¿cuál es el primer día de la semana? El domingo. Era como nuestro lunes. Era el día en que todos volvían al trabajo, después del día libre.
Juan, en Apocalipsis, lo llama el Día del Señor, o sea, es el Día del Señor Jesucristo. La iglesia primitiva empezó a reunirse no los sábados, sino los domingos. En Hechos 20:7 menciona una ocasión. Dice: «Y el primer día de la semana», o sea el ¿qué? El domingo. En el calendario judío es el domingo. Era cuando nos reuníamos. Dice que la iglesia se reunía el domingo.
Para los curiosos e indagadores de la muerte y resurrección de Jesús, esta frase es prueba contundente de que Jesús resucitó de la muerte. Dios tomó el día libre el sábado. El pueblo de Dios tomó el día libre por mil años y después empezó a tomar libre el día domingo. ¿Por qué? Causa y efecto, ¿por qué? Jesús resucitó de la muerte. Tuvieron que reorientar todos sus asuntos, toda su semana, toda su estructura social. Tuvieron que cambiar mil años de autogobierno. Esos cambios gigantescos no ocurren a menos que algo haya causado ese efecto, y la causa fue que Jesús murió, y el día domingo, resucitó.
Y el antiguo pacto fue cumplido el nuevo pacto ha llegado, todo lo que anticipaba y preparaba la venida de Jesús se satisfizo en la resurrección de Jesús. Y el mundo entero ha cambiado, y todo es nuevo, y todas las cosas son hechas nuevas, y todas las cosas están en el proceso de volverse nuevas por medio de la resurrección de Jesús, por eso necesitamos un nuevo día para representar la nueva realidad que fue introducida mediante la resurrección de Jesús. Por tanto cambia al día domingo, y para ellos habría sido un gran sacrificio, porque en su cultura probablemente seguía siendo un día de trabajo.
Imagínense si viniéramos a la iglesia los lunes. O sea, imagínense las decisiones que tendríamos que tomar para que nuestras vidas se correspondan con congregarnos los lunes. Probablemente significa que se congregaban de mañana o por la noche. O sea, fue un ajuste, un cambio y un sacrificio enorme el que hicieron para honrar la resurrección de Jesús.
Por lo tanto, ¿el día de reposo es el sábado o el domingo? Pues, para nosotros es el domingo. Es el Día del Señor. Es el primer día de la semana porque no nos importa solo cuándo adoramos, nos importa a quién adoramos. Adoramos a Jesús, y el domingo es el día que escogimos, basado en la enseñanza de la Biblia, para congregarnos.
Y el día de reposo siguió siendo, generalmente, el día sábado hasta que el emperador romano Constantino supuestamente se convirtió. Este punto se debate. Gobernó el Imperio Romano, la nación más poderosa de la tierra en esos días. Y después legalizó el cristianismo en torno al año 321 a. C., por cuanto estaba prohibido, y declaró que el domingo era el nuevo día libre, era el nuevo día de reposo. Entonces cambió en el Imperio Romano del sábado, día al que se adherían los judíos, al domingo, día al que se adhería la nación romana.
1.400 años después surgen los Estados Unidos de América, y tuvimos un gran debate. ¿Debemos descansar el sábado o el domingo? Y como no pudieron decidir, tenemos ambos días. Si se preguntan cómo llegamos a tener un fin de semana de dos días, esa es la razón. Pero eso es muy nuevo. Repito, el Éxodo fue escrito a ex esclavos que nunca tuvieron un día libre. Para ellos, un día de descanso hubiera suscitado: «¿En serio, un día entero? Qué don del Señor. Debe amarnos mucho para darnos este gran don». Los estadounidenses suelen tomar dos días libres, y quiero que vean lo atípico que es esto en la historia del mundo.
No es un mandato bíblico. Y he trabajado− y vamos a cumplir 18 años en el ministerio. Por lo general he trabajado 6 días a la semana, a veces 7, y eso casi me mata, y hablaremos de eso en un momento porque está mal, pero 6 días a la semana. No he tomado un fin de semana de dos días, ¿por qué? Porque no pienso que ese sea el precedente bíblico. Pero algunos de ustedes necesitan entender lo bendecidos que son porque tienen más días libres que Dios. Tienen más días libres de los que Dios decreta o exige. Un fin de semana de 2 días es una enorme bendición.
Significa que están recibiendo el doble de días libres al año más de lo que Dios dijo que debían tomar. Eso es mucho. Así que empecemos entendiendo que vivimos en un lugar único en la historia. Y algunos de ustedes tienen carreras que les permiten más tiempo libre de lo que Dios ha decretado, por lo que deben administrarlo bien. ¿Qué voy a hacer con ese tiempo? ¿Cómo usaré ese tiempo y en qué lo invertiré? Por eso es que a veces los que dan un día libre trabajan como voluntarios en el ministerio, y les queda un día libre, pero toman el día extra y lo dedican al servicio del Señor además del día de descanso con el Señor.
Así que a la salida, cuando recojan a sus niños, o a los ujieres, o a los saludadores, o a los que sirven, sepan que ellos están dándoles uno de sus días libres, y aún así Dios les está dando un día libre y ellos lo usan de una manera que honra a Dios y enfoca el ministerio. Y quiero agradecer a los voluntarios públicamente quienes con dos días libres muchas veces dan uno de esos días para servir en la iglesia, ¿amén? Es un verdadero don, por lo tanto, gracias.
Esto nos lleva a la siguiente pregunta. ¿El día de reposo es vinculante para los cristianos? Hay un debate ahora que dice: Hay Diez Mandamientos. El Nuevo Testamento menciona explícitamente 9 de ellos. Pero hay una omisión muy curiosa. El cuarto mandamiento, el tema de nuestro enfoque hoy. El día de reposo. ¿Entonces es vinculante o no? Esa es la pregunta. No es vinculante para nosotros como lo era para los que vivían bajo el Antiguo Testamento.
Romanos 14:5-6 lo dice así: «Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir. El que guarda cierto día, para el Señor lo guarda». Esto es lo que está diciendo. El sábado, está bien. El domingo, está bien. ¿Cuántos de ustedes su trabajo les permite tener libre los martes? Eso está bien. Algunos de ustedes, el jueves es su día libre. Eso está bien. Lo que Dios está diciendo es que nuestro enfoque es a quién adoramos más que cuándo adoramos. Es más importante que tomemos un día en vez de discutir cuál día debemos tomar.
Esto nos lleva a un asunto más grande, o sea, como cristianos ¿cómo debe ser nuestra postura ante ley del Antiguo Testamento? Y los Diez Mandamientos están en la mitad de los primeros 5 libros del Antiguo Testamento. Jesús los llama la ley porque contiene 613 leyes. ¿Cuántos de ustedes creen que las leyes del Antiguo Testamento ya no son vinculantes para nosotros, que no tenemos que ponerles atención? Pero si les hablo de asesinar o robar, dirán: «Sí, guardemos esas». O sea, dicen: «Está bien, deshagámonos de las leyes del Antiguo Testamento, pero guardemos algunas de ellas».
¿Cuántos de ustedes dicen: «No, ya no son vinculantes para nosotros»? ¿Cuántos de ustedes dirían: «Sí, todas son vinculantes para nosotros»? E inmediatamente alguien dice: «No podemos comer mariscos. No podemos ponernos ciertas camisas con varias clases de telas». Usted dice: «En realidad no las leí todas, solo me sé− más o menos− Medio me leí Levítico. Sabe, no sé».
Y es algo muy confuso y complicado para los cristianos, porque queremos obedecer toda la Biblia, ¿no es cierto? Queremos obedecer toda la Biblia. Al leer la Biblia no queremos decir: «Eso suena raro, descartémoslo. Eso suena raro, descartémoslo». Esto suena raro, descartémoslo». ¿Algunas cosas aplican o no aplican a nosotros?
Todo aplica a nosotros, pero les explicaré cómo. Jesús dice: «No he venido a abolir la ley o los profetas, sino a cumplir». Lo dice en Mateo 5:17. Por tanto, Jesús es el cumplimiento de toda la ley. Algo radical sucede en la ley en lo que respecta a Jesús. Por eso es que Romanos 10:4 dice «Porque Cristo es el fin de la ley para justicia», ¿cierto? Piénselo así. Pablo usa una analogía en una epístola a un grupo de personas llamados los gálatas, y dice que en el Antiguo Testamento la ley es como un ayo o maestro.
¿Recuerdan cuando iban al colegio? Uno va al colegio para que le enseñen ciertas cosas para que pueda graduarse y salir a vivir el resto de su vida. El colegio es algo muy bueno e importante, pero el colegio no dura para siempre, ¿amén? Me gusta haberme graduado. Pienso que por ahora no necesito más grados.
Piénsenlo así. Si usamos la analogía que Pablo usa para educación, yo me gradué de preparatoria. Sé que algunos no pueden creerlo, pero es verdad. Y cuando estaba en preparatoria, teníamos− usemos el lenguaje bíblico para esto−. Teníamos leyes. Teníamos que llegar a tal hora. Teníamos que asistir tantos días. Teníamos que completar tantas horas de clase. Teníamos que sacar cierto promedio de calificaciones. No podíamos fumar adentro. No podíamos matar a nadie. No podíamos robar nada. No podíamos parquearnos en el parqueadero de profesores, ¿verdad? Había una cantidad de reglas.
Y en un momento dado, reuní los requisitos para graduarme, y cuando reuní todos los requisitos estaba libre para seguir adelante, y esas leyes para mí ya no eran vinculantes. Por eso no tengo que ir al colegio mañana, no necesito estudiar sociología mañana, no necesito tomar un examen mañana. Pero algunas de las leyes siguen siendo vinculantes. No puedo matar a nadie, sacar un arma de fuego, fumar adentro y cosas así. Todas las leyes fueron cumplidas, pero algunas todavía aplican.
Para nosotros funciona de esta manera: Jesús viene sin pecado. Dios se hizo hombre, llevó una vida completamente perfecta, obedece la ley totalmente. Fue crucificado, se sustituyó a sí mismo, padeció y murió en nuestro lugar por nuestros pecados como nuestro Salvador. Resucitó de la muerte el domingo y Jesús nos da su justicia.
Utilizo la analogía de Jesús que nos da su boleta de calificaciones, o su certificado de estudios. Para que al comparece delante del Padre, no lleguemos con nuestra propia boleta de calificaciones o certificado de estudios, diciendo: «He cumplido todas las exigencias de la ley. No he pecado». Venimos diciendo: «Traigo la boleta de calificaciones y el certificado de estudios de Jesús. Él es mi perfección, Él es mi justicia, Él obedeció toda la ley, y Él es mi Señor soberano y vivo», y hay cosas que Él todavía me pide que no haga, como asesinar, adulterar, robar, mentir, o adorar dioses falsos. ¿Entienden?
La ley anticipaba, preparaba. Era para mostrarnos nuestro pecado y nuestra necesidad de un Salvador para que cuando viniera el Salvador nos diéramos cuenta que sin Él nunca podríamos cumplir las exigencias de la ley.
Dicho lo cual, el día de reposo no es vinculante para los cristianos porque en Cristo ya se ha cumplido. Jesús lo dice así: «Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré», ¿qué? Descansar. Dice Él: «Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera. Y en mí hallaréis descanso para vuestras almas». Por eso nuestro descanso hoy es en Jesús. Jesús satisface la ley y nosotros descansamos en Jesucristo; Él es nuestro Salvador, Él es nuestro día de reposo.
Por tanto, para nosotros el día ya no es vinculante, pero permítanme hacer algo. Permítanme explicarlo desde el ámbito de la ley. pasando al reino de la sabiduría. Además de la categoría de la ley, en la Biblia está la categoría de la sabiduría. Como Proverbios. Por lo cual yo diría que el día de reposo ya no es vinculante para nosotros como ley, pero es buena sabiduría. Proverbios está repleto de cosas como: «Hijo mío, mira»− un padre que habla con sus niños−. «Ves ese tipo allá con el techo cubierto de musgo, maleza por todas partes, y el revestimiento de la casa cayéndose, está desbaratando su capital». Hay un axioma, un principio, y la moraleja de la historia es no aplazar el mantenimiento de su propiedad. Poco a poco, un hombre sabio aumenta su dinero. Oye, muchacho, ¿quieres enriquecerte? −Sí. Pues pasarán 70 años y el dinero se duplicará cada 7 años si lo inviertes sabiamente. Así que hagamos la cuenta. Si ponemos esta cantidad en el banco hoy, y le añades más con el transcurso del tiempo, si la cantidad duplica cada 7 años, ¿cuánto tendrás cuando te jubiles? −Oh, buena idea, papá». Así es la sabiduría.
Ven, una iglesia nunca los disciplinaría por no cortar el césped o por no depositar suficiente dinero en su cuenta de retiro, pero si no lo hace, usted mismo se perjudica. Por lo tanto se trata menos de la ley y más de la sabiduría. Se trata menos de: «Tienes que hacer tal cosa», y más sobre: «Sería inteligente que hicieras esto». ¿Entienden?
Y pienso que como la ley fue cumplida en Cristo, y como 9 de los Diez Mandamientos siguen siendo vinculantes para nosotros hoy, me parece que este mandamiento es que pasa de la categoría de la ley a la categoría de la sabiduría. No les estoy diciendo que a la fuerza deben tomar un día libre. Les estoy diciendo que si no lo hacen van a perjudicarse ustedes mismos.
Porque repito, el contexto aquí es que están reunidos al pie del Monte Sinaí, Dios los reúne, y como un padre que instruye a sus hijos, les dice a sus hijos cómo vivir. Acababan de salir de la esclavitud, trabajando 7 días a la semana. No les daban el día libre. Se estaban agotando. Papá los sienta y les dice: «Los amo. De veras necesitan tomar un día libre porque si no, van a hacerse daño». Hay sabiduría en eso. Falso o verdadero, ¿hoy por hoy aún hay sabiduría en eso? Hay mucha sabiduría en eso, pero no es ley. Es cuestión de sabiduría.
Ahora quiero que pasemos a algo muy pero muy práctico. Hablamos del aspecto teológico, el cual puede ser complicado, y ahora vamos a tratar con lo práctico. 7 razonas para tomar el día de reposo, y 7 maneras de echar a perder el día de reposo. 7 razones para tomar el día de reposo.
Dejamos nuestras obras para recordar la obra de Jesús. Falso o verdadero. ¿Los cristianos creen que somos salvos por obras? Sabían que sería una pregunta capciosa. Algunos de ustedes piensan: «No lo sé». Falso o verdadero, los cristianos son salvos por buenas obras. Verdadero, por las obras de Jesús. ¿De acuerdo?
Porque lo que pasa es que a veces el predicador se para y dice: «Somos salvos por gracia, no por obras». No, somos salvos por Cristo. Somos salvos por la gracia de Cristo, y por las obras de Cristo, no por las nuestras. Repito, hay que cumplir las exigencias de la ley, y Jesús cumplió las demandas de la ley.
Cuando Dios se hizo hombre, vivió sin pecado, resistió la tentación, fue crucificado, padeció y murió en nuestro lugar por nuestros pecados, fue sepultado, y resucitó al tercer día evidenciando su resurrección, y pienso que Jesús nos diría que eso fue trabajoso. Fue mucho trabajo expiar los pecados del mundo.
Por eso lo que hacemos en el día de reposo es algo que no hace ninguna otra religión, porque las demás religiones enseñan que si uno quiere ser salvo, necesita hacer obras. Necesita reencarnarse, pagar su deuda kármica, ser una buena persona, llevar una vida moral; que sus buenas obras deben exceder sus malas obras, o lo que sea. El cristianismo no enseña que debemos obrar para ganar la salvación, sino que Jesús obró para nuestra salvación y confiamos en su obra consumada. Por eso dijo en la cruz: «Consumado es». Toda la obra está hecha. Toda la obra está cumplida.
Y si la obra ya está cumplida, solo nos resta confiar en su obra consumada. Por eso, en nuestro día de reposo, recordamos que nuestra relación con Dios no empieza con lo que yo haya hecho, no se mantiene por lo que yo haga, y no está garantizada hasta el final por mi esfuerzo y trabajo. Soy salvo de principio a fin por la obra de Jesús. Él me salva, habla conmigo, y compareceré delante de Él al final.
Esto nos permite dejar nuestras propias obras y nos recuerda que nuestra salvación no es por obras. Es por la obra de Jesús, y por la gracia que Él nos da por su obra consumada. ¿Entienden eso? A veces algunos de ustedes son hacedores. Hacen, hacen, hacen, hacen, hacen, y necesitan reconocer lo que ya se hizo, se hizo, se hizo, se hizo, se hizo.
Segundo, nos conectamos con Jesús y su pueblo. El día de reposo nos obliga a pasar tiempo con el Señor y con su pueblo. Es un tiempo en que leemos la Biblia, oramos, estamos en silencio y a solas, hacemos una caminata, hablamos con el Señor, o lo que sea, tocamos guitarra, cantamos en voz alta, o como sea que ustedes se conecten con el Señor y su pueblo en la práctica.
A veces, estamos tan ocupados que tenemos tiempo para las cosas, no para las personas. Estamos tan ocupados arreglando la casa, el carro, y en el trabajo, que se nos olvidan las personas. Y les cuento que hay una sola cosa que podrán llevar al reino de Dios, e pueblo de Dios. Todo lo demás se quedará aquí. Como pueblo de Dios, estamos unidos para siempre. Las personas son lo más importante. Las cosas importan, pero las personas importan muchísimo. Jesús murió por las personas, no por las cosas. Jesús puede reemplazar las cosas, pero no podemos reemplazar a la gente.
Como personas debemos tratar de vivir sin remordimientos. «Nunca le hablé a fulano. Nunca le hice seguimiento. Nunca los invité a comer. No quise entablar una relación con ellos porque no me quedaba tiempo, porque las cosas en mi vida tenían prioridad sobre las personas en mi vida». Es el momento de conectarnos con las personas.
En la práctica, ¿cómo maneja usted estas cosas? ¿Se reúne con viejos amigos, o con familiares? ¿Organiza una gran fiesta o una comida? En nuestra familia nos sentamos a cenar juntos. Es eso. Es un tiempo sagrado, y es un tiempo importante para que las personas que se aman estén juntas. Es incluir a otras personas en su vida, dando lugar a la hospitalidad, las relaciones, y la amistad, y llegar a conocer a las personas que aún no conocemos, pero Dios quiere que las conozcamos, y tomará tiempo para que sea una posibilidad.
Hoy por hoy la vida es superficial e indiferente. O sea, lo que la mayoría de nosotros sabe de la gente, es lo que publican en Internet, pero una persona no es eso realmente, ni refleja su verdadero estado. Necesitamos estar con ellos cara a cara para hacer crecer la relación, y el día de reposo nos permite, nos capacita, y hace cumplir estas cosas.
Tercero, nos prepara para el descanso eterno. En Hebreos 4:8-10, compara el cielo con el eterno día de reposo, pero no quiere decir que no habrá trabajo, sino que el trabajo no será maldito, será más fácil. No tenemos que hacer todo siete veces. Es muy frustrante cuando tratamos de hacer algo, y se quiebra, deja de funcionar perpetuamente. En el cielo habrá trabajo, pero no será maldito. Y si usted no puede tomarse una siesta, o tomarse un día libre, se volverá loco en el cielo. El cielo lo volverá loco. El día de reposo es el día para dormir tarde. Es el día para dormir tarde.
Algunos de ustedes dirán: «Pero se supone que debo servir al Señor». Sírvale durmiendo. No todos los días, porque algunos de ustedes necesitan dejar de dormir tarde. Pero los que se levantan y van al trabajo, dormir tarde es un acto de adoración, porque así decimos: «Creo que cuando duermo, Dios sigue siendo soberano, y no necesito levantarme a controlarlo todo porque el que está en control, lo controla todo». Y a veces significa tomarse una siesta.
Jesús tomaba siestas. A veces necesitamos tomar una siesta. Me tomé una siesta ayer. Dios se glorificó tanto en mi siesta como se glorifica en mi sermón, quizás más aún dependiendo cómo resulte este sermón. ¿Pero cuántos de ustedes no piensan que tomarse una siesta glorifique a Dios ni que sea un acto de adoración? ¿Cuántos de ustedes piensan que no adoramos durmiendo o tomando un día libre? Lo hacemos. Adoramos a Dios 6 días trabajando. adoramos a Dios el séptimo día al no trabajar. Todo es adoración, solo que adoramos al mismo Dios en distintas maneras. Adoramos reflejando como espejos el ritmo de Dios.
Ya examinamos esto. En Génesis 2:2 dice que Dios hizo su obra en 6 días, y tomó el séptimo día libre. Adorar es reflejar como espejos a Dios. Dios es nuestro Padre, nosotros somos sus hijos, y debemos seguir el ejemplo de nuestro Padre, debemos imitar el patrón de vida que Él nos da. Él obró 6 días y descansó el séptimo y debemos adorarle tomando un día de reposo, o día de descanso. Y si la gente pregunta ¿por qué hace eso? «Porque Dios lo hace, y Él me ama y me dijo que yo tenía que tomar un día libre, es por eso». Lo interesante es que parece que Dios creó el mundo y el cuerpo humano de esta manera, y los dos se corresponden rítmicamente.
Es interesante hoy. O sea, vivimos en un mundo donde mucha gente no cree en el Dios de la Biblia, pero observan una semana de 7 días. Históricamente se llevaron a cabo dos experimentos, uno en Francia y otro en Rusia, donde en base a la revolución comunista y atea trataron de instaurar una semana que no fuera de 7 días porque no querían que nada en su cultura se basara en la instrucción de la Biblia.
¿Y adivinen qué pasó? Fue un fracaso y la gente siguió con las semanas de 7 días. Parece ser la manera y el ritmo con que Dios nos ha creado, y parece que nuestra alma encaja bien en esa rutina, porque así es Dios. Dios nos hizo a su imagen y semejanza y funcionamos mejor cuando armonizamos con la forma de ser de Dios y como Él nos hizo.
Nos salvamos a nosotros y a otros de nosotros mismos. Para serles franco, la persona más destructiva en mi vida soy yo. Me esfuerzo en maneras que nadie me esforzaría, me esfuerzo en maneras que nunca esforzaría a mis hijos, nunca. Tiendo a ser mi propio faraón, tratante de esclavos, tratante de esclavos, tratante de esclavos, tratante de esclavos. ¿Cuántos de ustedes son así? Algunos de ustedes no son así, ¿pero cuántos de ustedes son como yo? Son tipo A, con propia iniciativa, emprendedores. ¿Cuántos de ustedes son así?
La idea principal es esta. Si no toman un respiro, exhalarán su último suspiro. Si no toman un día de reposo voluntariamente, tomarán un día de reposo involuntariamente. Lo llamamos estrés, depresión, úlceras, agotamiento, paro cardíaco, hospitalización. La pregunta no es si va a parar. La pregunta es si va a parar lleno de gozo o dolor. Esa es la pregunta. Y podemos esforzarnos, y cuando nos esforzamos esforzamos a todos en nuestro mundo. Si usted es padre de familia, esforzará a sus hijos. Si es empleador, esforzará a sus empleados. Entonces tienen que marchar hasta la muerte para seguirle el ritmo a usted.
Hombre, esto lo aprendí a las malas. Y algunos de ustedes dirán: «Menos mal que aprendió». Todavía lo estoy aprendiendo, saben. Siempre ponemos a los hipócritas adelante como buenas ilustraciones, ¿cierto? Me han fallado las glándulas suprarrenales, he padecido fatiga crónica, tuve una úlcera intestinal. Me he desgastado muchísimo. A veces necesitamos salvarnos de nosotros mismos. Y algunos de ustedes no son tan clementes, amables o sabios o misericordiosos como Dios, su Padre Celestial, quien, mientras ustedes se esforzaban, les decía: «Siéntate. Tómate una siesta. No te dije que hicieras eso. Deja que otro lo averigüe o déjame encargarme de ello».
Por lo general Dios es más clemente con algunos de nosotros que nosotros mismos. Y he fracasado en esto, pero sigo aprendiendo, y a veces me equivoco y voy en reversa. Y para los que son como yo, es algo que siempre debemos tener en cuenta y de lo cual siempre debemos arrepentirnos, porque de repente la productividad se vuelve idolatría. ¡Puedo hacer más! Y Dios dice: «Una de las cosas más importantes para mí, es el tiempo que paso contigo».
Ven, piénsenlo. Tengo cinco niños, los amo con todo mi corazón, y no quiero que solamente hagan todos sus quehaceres, sino que pasen tiempo conmigo. Uno de los momentos más lindos de mi vida últimamente es cuando Gideon y Alexi, los dos más jóvenes, vienen y se encaraman conmigo en el sofá por más de una hora. Los otros niños son bastante grandes y tienen que sentarse junto a mí, porque si no de golpe me cortan la respiración.
Pero me sentiría muy desanimado, angustiado y triste si mis niños nunca vinieran y se sentaran conmigo. «Ay, papá es que tengo que lavar los trastes. Ahora tengo que deshierbar. Ahora tengo que hacer las tareas. Ahora voy a lavar el carro, y tengo que limpiar el garaje, y tengo que, tengo que, tengo que». «Sabes qué, soy tu papá. Necesitas hacer tus quehaceres, necesitas hacer tus tareas, pero también necesitas pasar tiempo con tu papá porque te hace bien, y tu papá te ama, y tu papá quiere pasar tiempo contigo. Tu papá quiere hacer recuerdos contigo».
Y quiero que escuchen esto, no como si un legislador les estuviera dando la ley, sino como un padre que da consejo sabio a sus hijos, como un padre que mira a sus hijos y les dice: «Hijos, van a agotarse por completo. Vengan un rato y siéntense en el sofá con Papá». «No nos queda tiempo». «No, confíen en mí, sí les queda tiempo». Es salvarnos a nosotros mismos de nosotros mismos.
Número seis, nos divertimos y hacemos recuerdos. La gente religiosa no es divertida. No lo son. No son divertidos. Llega Jesús y los niños corren a su alrededor, queriendo estar con Él. ¿Saben por qué? Porque Él es divertido. No sé si lo sabían, pero los niños suelen escoger a los adultos más divertidos por sobre los que no lo son. ¿Lo han notado? ¿Cuántos de ustedes− digamos que están casados y tienen niños− son los más divertidos? Los niños quieren estar con esa persona. Pero no tanto con el otro. O sea, los niños lo aman, pero se les dificulta más, ¿verdad?
Dios es un Padre a quien le gusta que sus hijos se diviertan, por eso es que cuando Jesús se presenta, la gente religiosa se pone celosa porque a Jesús lo invitan a las fiestas pero no a la gente religiosa. Y lo que hace la gente religiosa, es decir siempre: «Algo anda mal con Jesús». ¿En serio? ¿No existe otra posibilidad, que ustedes no sean divertidos, y por eso no los invitan, así que puede que algo ande mal con ustedes. Sabemos que vamos por buen camino cuando los no cristianos nos invitan a pasar tiempo con ellos y no es para salir a hacer alguna perversidad. Les caemos bien, les parecemos agradables.
Jesús era así. A la gente le gustaba pasar el tiempo con Él. Por eso lo invitaban a las fiestas, a pasar el rato con Él, y lo rodeaban, y pasaban el tiempo con Él. En parte lo hacían por sus enseñanzas, sus milagros, y todo eso; pero en parte pienso que Jesús era un hombre que cuando lleguemos al reino de Dios si pasamos un rato con Él, diremos: «Qué día tan bueno. Qué divertido. Fue mucho mejor que ir al dentista. Qué día tan bueno». No es por ofender a los dentistas, pero fue un buen día.
Para entender el día de reposo en parte hay que saber que a veces trabajamos, trabajamos, y trabajamos, pero hay que jugar un poco.
Volviendo otra vez a mi primer punto. Algunos de ustedes están juegue y juegue y juegue, y necesitan volver al trabajo. Pero para los que somos propensos al trabajo, tenemos que aprender a jugar. Usted dirá: «Pero es que no quiero perder el tiempo». Claro que sí, porque es una de las cosas que Dios le pide que haga, que gaste un poco de tiempo haciendo algo divertido.
¿Qué es divertido? El día de reposo es para divertirse. Es para jugar, es para descansar, es para rejuvenecerse, es para recargar las pilas, es para hacer recuerdos. Me encanta estar con mis niños. Me parecen muy vivificantes. Me encanta planear cosas divertidas y tomar fotos para poder verlas después. ¿Recuerdas cuando estuvimos ahí? ¿Recuerdas cuando hicimos eso? ¿Recuerdas cuando hicimos esto? ¿Recuerdas cuando hicimos aquello?
Pueden ser cosas pequeñas, o pueden ser cosas grandes. No sé qué le gusta a usted, pero ¿qué le parece divertido? ¿Qué disfruta hacer? ¿Qué recuerdos tiene? ¿Con quién los puede compartir? ¿Cómo los puede captar, y alabar a Dios por ellos, y hacer que sean momentos de adoración? Saben qué, me encanta cuando mis hijos hacen sus quehaceres, pero lo que más me encanta es escuchar su risa en mi casa. ¿Están de acuerdo conmigo, padres? Cuando escuchan la risa de sus niños, es como un regalo para el alma. Si mis hijos nunca se rieran y siempre trabajaran, estaría agradecido por su productividad y esmero en el trabajo, pero me preocuparía por sus almas. Dios es un Padre que quiere que sus hijos trabajen, y quiere que se rían y se diviertan y hagan recuerdos.
Además, aprendemos la diferencia entre el manejo del tiempo y el manejo de la energía. Esto lo aprendí de mi amigo Rick Warren hace unos años. Hay cosas que requieren poco tiempo pero mucha energía. Hay cosas que requieren mucho tiempo, pero no tanta energía. Es solo manejar el tiempo.
Vivimos en un día en que todos dicen: «Maneje su tiempo, maneje su tiempo, maneje su tiempo». Y yo les diría que hay algo más difícil y más importante: manejar su energía. Si les dijera a todos ahora mismo, «Bien, corran lo más rápido que puedan», algunos llegarían hasta la puerta y no más, porque fuman, y hasta ahí llegarían. Algunos de ustedes [falta de aire]. correrían una milla, otros 5, otros 10. Algunos de ustedes correrían una maratón ahora mismo, pero en algún momento a todos se nos agota la energía.
Solo podemos correr a cierta distancia y después paramos a recuperarnos. Todo lo que sube, tiene que bajar. Es como enchufar sus dispositivos tecnológicos, las pilas se gastan, tenemos que recargarlas. Y cuando guardamos el día de reposo, tenemos un día diferente, no es un día de trabajo, y de repente adquirimos una nueva perspectiva sobre los otros 6 días. «Fueron una pérdida de tiempo Fueron una pérdida de energía. Me dejaron agotado, por lo tanto debo encontrar la forma de conseguir suficiente energía para hacer o sobrellevar eso. Debo encontrar la manera de hacer esto a toda costa. Debo encontrar la manera de dejar de hacer esto a toda costa». Nos enseña no solo a manejar nuestro tiempo, sino nuestra energía.
Permítanme realizar un pequeño experimento. ¿Cuántos de ustedes son introvertidos? Los introvertidos no son personas a quienes no les gustan las personas, son personas que no se energizan con las personas. Uno puede amar a las personas, y querer irse a casa a estar solo. ¿Cuántos de ustedes son extrovertidos? Las personas los energizan. Si se sienten cansados y agotados, van y buscan sus amistades. Tenemos que hacer algo. ¿Cuántos de ustedes se casaron y los dos se enloquecen? Es lo que suele pasar, ¿verdad?
Así que, hay que manejar la energía. Y si usted es extrovertido, querrá salir con una muchedumbre o un grupo. ¡Wau! ¡Qué maravilla! Y dicen: «No, necesito irme a la casa a acostarme. Me siento exhausto. ¿Cierto? Y viceversa: «Oye, hoy es nuestro día de reposo, voy a leer un libro. Por qué no lees un libro». «¿Leer un libro?», y se sienta a leer un libro, y piensa: «No puedo sentarme más. No puedo leer más. Necesito interactuar con alguien. Necesito hacer algo. Necesito ser activo. No soy una persona contemplativa, soy dado al activismo.
No quiero que esto se vuelva solo una cantidad de leyes, quiero que averigüen cómo hacerlo funcionar para ustedes, y que otros averigüen como hacerlo funcionar para ellos, y que aprendamos los unos de los otros. Algunos de nosotros necesitamos trabajar más. Otros, descansar más. Algunos necesitamos manejar mejor nuestra energía. Algunos necesitamos manejar mejor nuestro tiempo. Y este será el tema principal en su grupo comunitario esta semana.
Dicho lo cual, siete maneras de echar a perder el día de reposo: Así echamos a perder el día de reposo.
Primero, la mala ética de trabajo. Si usted no acaba su trabajo entresemana, terminará haciendo su trabajo en su día libre. Si es desorganizado, perezoso, lento, y trata de incluir la recreación durante toda la semana, no le quedará tiempo para disfrutar su día libre. Trabaje duro y descanse bien.
Segundo, las reglas religiosas. A la gente religiosa le encanta inventarse reglas para todo y echan a perder toda la diversión. Algunos de ustedes son religiosos, y piensan: «Solo estoy tratando de organizarme». Ese es el problema, sabe. No necesita organizar un regalo, necesita jugar con él. El día de reposo es un regalo de Dios para que sus hijos lo disfruten.
Jesús dijo, creo que en Marcos 2:27: «El día de reposo se hizo para el hombre, y no el hombre para el día de reposo». Está diciendo que lo más importante no es el día de reposo, que nos gobierne. Es un don que Dios nos da para disfrutar más la vida.
Y lo que puede suceder− y aquí es donde quiero que tengan cuidado− no quiero que vayan a sus grupos comunitarios y a sus casas a hablar de esto y de repente se pongan a crear una cantidad de reglas y a juzgarse unos a otros. «¿Trabajaste? ¿Sudaste?». Porque puede volverse muy raro rápidamente, así que saquémoslo de la categoría de la ley. Todo se cumple en Cristo. Dejémoslo en la categoría de la sabiduría. Dejemos campo para que el Espíritu Santo nos guíe, nos instruya, y nos dirija.
Y lo que pasa con la gente religiosa es que quieren quitar al Espíritu Santo y reemplazarlo con reglas, y sus reglas nunca funcionan porque no debemos ser llenos de reglas, sino llenos del Espíritu Santo quien nos ayuda a obedecer la Palabra de Dios. Y el día de reposo de algunos de ustedes será diferente al de otras personas. Pueden hacer reglas para ustedes mismos: «Esto funciona para mí», pero no pueden imponer sus reglas a todos los demás porque ustedes no escribieron la Biblia. No tienen derecho a hacer reglas para imponerlas a otras personas.
Les daré un ejemplo raro. Uno de los grandes debates históricamente sobre el tema del día de reposo era este: si su abuela atraviesa un campo a pie en día de reposo, y su abuelita va caminando, y abuelita tropieza y se cae. Su abuelita se va de bruces y cae en el campo. El gran debate teológico era este, ¿se considera trabajo y por ende una violación del cuarto mandamiento ayudar a la abuelita y llevarla a la casa? Esto produjo un enorme debate. ¿Se va morir la abuelita? Si va a morir, entonces quizás Dios nos permitiría levantarla y llevarla a casa. Pero si la abuelita no va a morir, quizás debemos dejarla en el campo hasta acabar el día de reposo, ¿de acuerdo?
Solo una persona religiosa se mete en una de esas, ¿verdad? «El Espíritu Santo nunca permitiría que se cayera en esa zanja, o sea, no sé. ¿Debemos levantarla? ¿No debemos levantarla? No lo sé. ¿Abuela, te vas a morir? ¿Te fracturaste la cadera? ¿Te estás desangrando?». Y sabemos con certeza que la abuelita no formaba parte de ese comité, ¿amén? O sea, no hubiera sido largo del debate.
La moraleja de la historia es que el día de reposo es un don que Dios da, y le imponemos tantas reglas que deja de ser una bendición, se vuelve una carga. Para ustedes y las personas que conocen y aman, dejen que el Espíritu Santo los guíe. Tomen todos estos principios bíblicos, pero aun así, tengan cuidado con los principios que les doy, para que no vayan a convertirlos en otra forma de ley. No hagan eso.
No observen el día de reposo sin un corazón de reposo. ¿Cuántos saben a qué me refiero? O sea, toman su día libre y siguen ansiosos y estresados, no pueden dormir, no pueden sentarse, no pueden disfrutar. Tienen demasiado que hacer. Su corazón no puede disfrutar el día de reposo.
Esto es sumamente importante para mí. Vivo en mi mente, me la paso estudiando, y tengo responsabilidades. Cuento con ayuda excelente para esas responsabilidades, pero con 5 niños y lo demás, siempre estoy pensando en algo.
Y quisiera darles un par de cosas que me han ayudado. Siempre llevo una libreta conmigo, y cuando algo me viene a la mente, siempre lo anoto, porque si pasa en el día de reposo puedo recopilar todo mi trabajo y hacerlo después, por que si no, trato de mantenerlo organizado en mi mente y se vuelve un distracción. El ritual sagrado es importante. Algunos de ustedes necesitan cortar leña para hacer fuego. Algunos necesitan ir a caminar. Algunos necesitan prepararse un buen café. Algunos necesitan leer su Biblia. Algunos necesitan empezar un libro nuevo tal y tal día de la semana. Algunos necesitan reunirse con sus seres queridos para cenar tal día de la semana. Es un ritual sagrado. Es poner esos hitos en la vida que vivifican.
Algunos de ustedes, también, necesitan entender que si trabajan con sus mentes, en su día de reposo deben hacer algo con las manos. Si usted es contador, ingeniero, o alguien que se sienta detrás de un escritorio toda la semana, en su día de reposo podría desmalezar, trabajar con madera, tejer, pintar, tomar fotos, o simplemente cocinar o hacer algo con las manos.
Los que ya trabajan con las manos, querrán pasar el día de reposo haciendo algo con la mente. Quizás quieran leer, sentarse, y no hacer mucho para aprovechar el día de reposo y descanso, y en la práctica será diferente para cada personas, y eso está bien en la gracia de Dios.
Otra cosa también es que para cambiar de ritmo, necesitan un cambio de lugar. A veces para cambiar nuestro ritmo necesitamos cambiar de lugar. ¿Cuántos de ustedes no pueden descansar en su casa porque tienen demasiados proyectos ahí?
Esta es mi esposa. Mi esposa quiere acabar de lavar toda la ropa. Nuestros niños asegurarse de que ella nunca haga eso, ¿entienden? Por eso a veces digo: «Salgamos a desayunar. Vayamos a caminar. Vayamos a otro lugar. Salgamos de la casa», porque en la casa generalmente están todos los quehaceres, ¿verdad? Tenemos que discernir si tenemos o no un corazón de reposo. Descansar no es solo allá afuera. Descansar también es acá adentro. En el alma.
Un faraón. Ellos tenían un faraón que reinaba sobre ellos, y nuestro faraón hoy por lo general cabe en nuestro bolsillo. Siempre está ahí dominando nuestra vida entera, interrumpiendo siempre, y lo llamamos el celular. Les aseguro que uno de los objetos que más echan a perder el día de reposo hoy es el celular. Correos electrónicos, los medios sociales, gente que trata de contactarnos, o sea, que el correo, que los post en los medios sociales, que las llamadas, que los mensajes de texto, hay mil y una maneras en que la gente pueden irrumpir en nuestras vidas en un instante.
Algunos de ustedes dirán: «Oh, pero es muy importante». No, no lo es. Casi siempre son los Pájaros Enojados, las fotos de su gato en YouTube, y travesuras. Saben, cosas de poca importancia. Este verano se me cayó el celular a un lago, para la gloria de Dios, y tardé dos semanas en reemplazarlo. Sí, eso mismo− y ahora lo tengo otra vez, y estoy triste. Algunos de ustedes dirán: «Ah, ¿no quiere que tengamos celulares?».
No estoy diciendo que sí ni que no los tengan. No estoy diciendo que vayamos a crear una ley, pero creo en la providencia de Dios. El mío cayó en el lago, ¿sí? Y alabo a Dios por eso. Las primeras dos semanas sin su celular, falso o verdadero, ¿los vuelve locos? Porque si pierden su celular, se sienten como niños perdidos. Cierto, y se dan cuenta que en realidad no es para tanto. La tecnología los puede matar.
Un par de cosas más. Planifiquen su día de reposo con lápiz. El problema de algunos de ustedes es que no planifican su día de reposo. Llega el día y no saben ni siquiera qué hacer, y lo echan a perder. Otros, planifican tanto que deja de ser divertido. Es como si fuera otro día de trabajo. ¿Han ido de vacaciones con gente así? Se encuentra con ellos en el aeropuerto y les pregunta: «¿Qué es eso?». «Es tu carpeta. Ahí organicé el itinerario de nuestras vacaciones». «Oh, ¿en serio? ¿Incluiste un día en que yo te mato y quemo la carpeta? Porque esto no funciona para mí. Lo tienes tan organizado que no vamos a poder divertirnos». O sea que hay que planificar con lápiz, con un poco de flexibilidad, con un poco de espontaneidad, hacer ajustes por el camino.
Sexto, descansar de nuestro trabajo en vez de descansar para nuestro trabajo. En Génesis, este es el patrón que Dios nos da. Dice que fueron la noche y la mañana, el primer día, la noche y la mañana, el segundo día, la noche y la mañana, el tercer día. En esos días no había electricidad, era una sociedad agrícola. Se ponía el sol, concluía la jornada, y se iban a la casa. Cenaban a la luz de una vela y pasaban el rato juntos; leían junto al fuego quizás, y se iban a la cama a dormir. No tenían una cantidad de tecnología para quitarles el sueño toda la noche.
Y el patrón de Dios es este: Nuestro primer día empieza al ponerse el sol, lo cual significa que la parte más importante del día no es la madrugada. Por lo general pensamos: «Mi día comienza en la madrugada, cuando suena el despertador». No, en realidad mi día empieza por la noche cuando ceno y me voy a dormir.
Algunos de ustedes necesitan organizar la cena e irse a dormir mucho mejor porque así retomarán fuerzas. O sea, llenan su cubeta, vacían su cubeta, llenan su cubeta, vacían su cubeta. Dios diseñó el mundo, y su perspectiva de un día es distinta a la nuestra, en que llenamos nuestra cubeta de noche y la vaciamos el día siguiente en el trabajo. Si empieza vaciando su cubeta, morirá. Morirá. Es una de esas personas que se matan trabajando y después tratan de reponer fuerzas. Así no se vive.
Hay que cambiar de parecer, cambiar el ritmo. En promedio, una persona necesita dormir entre 8 y 9 horas cada noche. En promedio, la gente duerme entre 6 y 7 horas cada noche, lo cual significa que la persona promedio está privada de sueño. Cuando somos jóvenes, podíamos esforzarnos un poco más, pero al ir envejeciendo, es más difícil, ¿verdad? ¿Cuántos de ustedes son mayores de 40 años? Se dieron cuenta que su nivel energético no es el mismo, y terminamos violando el principio del día de reposo.
Séptimo punto, usamos estimulantes en vez del día de reposo. No tengo suficiente energía para hacer el trabajo que tengo que hacer hoy, por lo que empiezo el día con una tasa de café, o con varias tasas de café, y varias medidas de café expreso, y «Por favor póngale un poco de chocolate a eso, y cocaína, y metanfetaminas. ¿Y qué más tiene allá atrás? ¿Qué más tiene allá atrás?», ¿verdad?
Y empieza su día pensando: «Hombre, me siento un poco cansado, voy a comer carbohidratos simples porque se metabolizan en glucosa en la sangre. Y ahora me voy a sentirme estresado y usaré la tecnología para mantenerme alerta. Ahora está fluyendo la adrenalina y ahora necesito más azúcar, comeré más basura, y estoy adicto a los M&M, y los tengo en mi escritorio, y voy a merendar todo el día. Y ahora, caray, son las 3 o 4 de la tarde y me siento completamente agotado. Mi cuerpo dice: “Ya no doy más”». Y usted dice: «No, para nada». Y se toma un Monster y un Red Bull, y más café. «Oh, ahora me siento bien.
Por fin voy para la casa, y estoy en tráfico, y estoy estresado, y suena mi celular. Y tengo una gaseosa tan grande que un niño pequeño podría tomar clases de natación en ella, y voy a tomármela toda de camino a casa».
Y llega a la casa y dice: «Hombre, estoy tan cansado, pero no puedo dormir. No sé por qué, pero no puedo dormir», ¿no es así? Algunos de ustedes− «Oh, me pondré a ver TV. Oh, eso no me ayudó porque estimuló mi mente. Ahora creo que voy a navegar en Internet.
Y me quedo despierto toda la noche, y ahora estoy alucinando. ¿Saben qué? Voy a tomarme un trago». Y se toma un trago, y se duerme, pero el alcohol se vuelve azúcar y horas después está despierto otra vez, ¿verdad? Y se ha vuelto un violador del día de reposo lleno de cafeína, borracho, malhumorado, que contesta celulares, y a eso lo llamamos Estados Unidos.
Eso no está dando resultado, ¿verdad? No está funcionando. Algunos les dicen: «Es que estás deprimido». «Creo que sé por qué, pero el camino de Dios es un mejor camino, ¿amén? Y no quiero convertirlo en ley, quiero convertirlo en sabiduría. Dios Padre dice: «Al contemplar tu vida entera. considera si está organizada de una manera fructífera y gozosa, para que cumplas tus deberes, y uno de esos deberes es que descanses en mí y disfrutes el tiempo que pasas conmigo, la vida que te he dado, y las personas que he puesto en derredor tuyo», ¿amén? Ese es el corazón del día de reposo.
Para los que no son cristianos, quiero que sepan que lo demás solo se encuentra en Jesucristo, que lo que sea que estén haciendo para organizarse en la vida, lo primero que deben hacer es entregarle su vida y dejar que Él sea el que perdone sus pecados, y cambie su corazón, y rediseñe su vida.
Para los que somos cristianos, debemos preguntarnos: ¿Tiendo a adorar el trabajo o la comodidad? ¿Tiendo a matarme por mi trabajo y tiendo a poner la recreación al centro de mi vida al punto de volverme inmaduro e irresponsable? ¿Y cómo es el arrepentimiento en la práctica para nosotros?
Dicho lo cual, quisiera compartir un par de cosas con ustedes sobre lo que está pasando en la Iglesia Mars Hill. No cojan sus teléfonos y salgan disparados por la puerta. Eso violaría todo lo que estoy tratando de hacer aquí. Quédense sentados, pónganse cómodos y relájense.
Al recoger nuestra ofrenda, también vamos a participar en la Cena del Señor para recordar la obra consumada de Jesús, su cuerpo quebrantado, su sangre derramada. También vamos a cantar y celebrar porque tenemos a Dios que quiere que encontremos nuestro descanso en Él.
Y mientras nos preparamos para responder, quiero compartir con ustedes un poco sobre lo que está pasando en la Iglesia Mars Hill. Lo hacemos de vez en cuando. En agosto, antes de la vuelta al colegio, más de 9.000 adultos, y más de 2.000 niños. Oren por esos pequeñuelos, amén. Amamos a nuestros niños en la Iglesia Mars Hill. Ahora que el año escolar ha empezado, la asistencia ha aumentado más aún, pero la iglesia está creciendo, está saludable, alabado sea Dios, hay mucho de qué gozarse.
Al recoger nuestros diezmos y ofrendas, quizás se pregunten: «¿Y cómo va eso?». Un tercio de las personas en Mars Hill están dando, y a los que están dando, les damos gracias. Para los que no son cristianos, queremos que se entreguen a Jesús antes de que le den alguna otra cosa a Jesús. Y para los que son cristianos, queremos invitarlos a participar y a tomar parte en la familia de Dios, y que participen por medio de sus ofrendas también.
En el aspecto financiero estamos así: Nuestras ofrendas y gastos están básicamente parejos. Si estuviéramos viendo esto como un presupuesto familiar, ustedes dirían: «¿Cuántas entradas tenemos, y cuántos gastos tenemos?». Están parejos. Tenemos un pequeño margen. Eso está bien, estamos viviendo dentro de nuestras posibilidades. En cuestión de donativos estamos en un 80% Eso está bien. No es genial, pero está bastante bien.
Lo que me gustaría ver es más participación de la gente, pero las cifras en general son saludables y bastante buenas, y están mejorando por la gracia de Dios y la fidelidad de ustedes. Y nuestros gastos también, al administrar nuestros recursos, vivimos dentro de nuestras posibilidades, y eso siempre beneficia el presupuesto familiar
Un par de cosas también, ha habido buenas noticias hace poco. Empezamos Mars Hill Students hace solo un año, por lo tanto es un ministerio nuevo que estamos lanzando bajo el liderazgo del pastor Adam Ramsey. Dimos inicio a la vuelta a la escuela aquí en Puget Sound la semana pasada y vinieron casi 900 personas, una cantidad de jóvenes de secundaria y preparatoria, y muchos de ellos conocieron a Jesús. Y ahora estamos iniciando el ministerio estudiantil en la mayoría y creo que en todas nuestras localidades, así que por favor oren por el ministerio estudiantil. Está en su infancia, pero ha tenido un comienzo excelente.
Dustin Kensrue, el pastor Dustin Kensrue, el otrora cantante del grupo Thrice y un gran hombre, está lanzando su álbum de alabanza esta semana: The Water & The Blood, (El agua y la sangre). Pueden conseguirlo en Mars Hill y todas las ganancias son para la iglesia. Pueden descargarlo en línea también. Mientras seguimos lanzando nuestra música Mars Hill, sigan orando por los músicos. Y estoy súper emocionado. Llevo meses escuchando este álbum y francamente es fantástico.
Próximamente, del 5 al 6 de noviembre, pueden orar por este evento: Tendremos la Conferencia Nacional Resurgence. En vivo en el Centro de Seattle, con transmisión simultánea a Bellevue, Mars Hill Albuquerque, y también a Reno y a Orlando. Estarán con nosotros: Rick Warren, Matt Chandler, Greg Laurie, James McDonald, y Crawford Loritts. Si son líderes o aspiran al liderazgo, es un evento muy importante para ustedes y nos gustaría que nos acompañen en alguna de nuestras localidades. Oren para que todo salga bien porque estamos invitando iglesias de toda la región, del país, y del mundo a acompañarnos. Hicimos organizado almuerzos como presentación preliminar de pastores, en los que servimos a cientos de pastores a la vez, porque amamos todas las iglesias que aman a Jesús y queremos invitarlos a un tiempo de enseñanza por parte de varios líderes en todo el mundo evangélico. Eso nos tiene súper emocionados.
Además, quiero anunciar que Mars Hill Phoenix es la iglesia que plantamos más recientemente. Nos encanta plantar iglesias. Eso es lo que estamos haciendo. Entonces, está la zona de lo lindo y lo precioso, y a la izquierda está el pastor Ryan, bendecido de vivir en la zona de lo lindo y lo precioso. Tiene una familia muy hermosa y dulce, y alabamos a Dios por ellos. Y los enviamos a Phoenix a iniciar lo que esperamos se convierta en Mars Hill Phoenix.
Y para darles una pequeña indicación de lo que pusimos en los medios sociales: «Oigan, si quieren formar parte del grupo central, llenen un formulario». Casi 700 personas lo llenaron, lo cual es asombroso. No tenemos un edificio todavía, no empezamos nada todavía, apenas estamos en las etapas iniciales. Y pedimos a personas que querían que los entrenáramos a ser líderes de grupos comunitarios que también se apuntaran, y estos representan las localidades de nuestros primeros grupos comunitarios que tendremos en Phoenix, y están esparcidos por toda la región ya que estamos formando un grupo central enorme por la gracia de Dios de cientos de personas para lanzarla el año próximo. Súper genial, ¿no? Alabado sea Dios por eso.
Por último, en cuanto a las ofrendas, obviamente lo hacemos los domingos pero también pueden enviarlas entresemana a marshill.com/give, donde encontrarán todo. Hay un boletín informativo mensual aplicable a todas nuestras localidades. Les instamos que tomen uno, y queremos ser una iglesia generosa para ayudar a empezar otras iglesias. Mars Hill Phoenix es una extensión de la generosidad de ustedes, y quiero agradecer su fiel contribución para que podamos plantar más iglesias. Tenemos muchas cosas más, próximamente, y por la gracia de Dios y la generosidad de ustedes vamos a lograrlo, ¿amén?
Bien, dicho lo cual, gracias por dejarme enseñar. Me encanta enseñar la Biblia en la Iglesia Mars Hill. Durante 18 años− vamos a cumplir 18 años de ministerio, y cada semana, me emociona mucho enseñar. Nunca ha habido una semana donde no he tenido nada que decir, obviamente, o una semana en la que no estuviera emocionado de venir a enseñar.
Y una serie como los Diez Mandamientos es una de esas cosas en que la gente dice: «Creo en los Diez Mandamientos». ¿Sí? ¿Puede nombrar cuatro siquiera? «No». O sea, no sabemos mucho sobre ellos, pero les agradezco que estén dispuestos a estudiar conmigo y a dar consideración a las riquezas de la Palabra de Dios. Y les insto que hablen de esto en sus grupos comunitarios, y que resuelvan cosas, y que se pregunten: ¿En la práctica, cómo es esto en mi vida? Y nos encantaría que se conecten así si aún no lo han hecho. Voy a orar y después respondemos.
Dios Padre, gracias por la oportunidad de enseñar la Biblia en la Iglesia Mars Hill. Señor Dios, te doy gracias porque amo mi trabajo, y Dios, pido por los que no aman su trabajo, que te amen lo suficiente para trabajar como un acto de adoración. Dios, pido por los que trabajan demasiado y que necesitan aprender a aprovechar el día de reposo. Te has preocupado por ellos y nos hemos preocupado por ellos. Dios, por los que descansan demasiado y trabajan muy poco, pido que esto sea correctivo para ellos también.
Y Señor Jesús, te damos gracias porque en ti hallamos nuestro reposo. y porque no hacemos nada para salvarnos, sino que tú haces todo para que podamos ser salvos. Gracias, Señor Jesús, porque hoy no tenemos que tratar de cumplir 613 leyes a la perfección, y que en cambio sabemos que tú ya las cumpliste y confiamos en ti, y te damos gracias por ser nuestra boleta de calificaciones, te damos gracias por ser nuestro certificado de estudios. Te damos gracias por enviar el Espíritu Santo para que podamos vivir con sabiduría y disfrutar la vida que nos diste trabajando 6 días a la semana como acto de adoración, descansando 1 día a la semana como otro acto de adoración.
Y Jesús, al venir ahora, por favor danos refrigerio. Ayúdanos a encontrar en ti nuestro descanso. Y al salir hoy de aquí, ayúdanos a no hacer nada. Ayúdanos a no hacer nada, y que sea un tiempo para disfrutarte a ti, y la vida que nos diste. En tu buen nombre, amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.