Los Diez Mandamientos – 9. No Mentir (Éxodos 20:16)

Plumas en el viento

Hay un viejo proverbio judío sobre un rabino que vivía en un pueblito, y era un hombre de buen carácter. Había dedicado muchos años de su vida a servir al pueblo en esa comunidad. Lo consideraban un hombre honrado, sincero, digno de confianza, y trabajador. Hasta que un día un forastero vino al pueblo.

Se volvió residente de ese pueblito, y por razones que el rabino desconocía, empezó a decir falsedades y cosas horribles acerca del rabino, menoscabando así su credibilidad y carácter. Esto produjo especulación y división en la comunidad. Algunos sospecharon del carácter del rabino. Otros tomaron por sentado los comentarios negativos que oyeron y se pusieron en su contra. Esto destrozó a este hombre que había trabajado tan duro durante tantos años para establecer una reputación en esa comunidad. Esto transcurrió por algún tiempo. El forastero decidió quedarse y establecer su domicilio en ese pueblo.

Después de mucho tiempo, el hombre que se había mudado al pueblo y menoscabó la reputación del rabino, le dijo: «Lamento lo que dije y lo que he hecho. No tenía fundamento y no era cierto, y quiero compensarle. ¿Qué puedo hacer para enmendar el mal que hice, para rectificar lo que he tergiversado?».

Y el rabino le dijo: «Quiero que vaya a su casa y tome la almohada de su cama. Quiero que salga un día que esté venteando y arranque la funda de la almohada, y quiero que esparza todas las plumas de su almohada al viento».

El hombre hizo lo que le pidió el rabino, y volvió y le dijo: «Hice lo que me pidió. ¿Puedo hacer algo más?». Y el rabino le dijo: «Ahora tome la funda de su almohada y vuelva a meter todas esas plumas». Y el hombre dijo: «¡Pero eso es imposible!». Y el rabino le dijo: «Precisamente era lo que quería decirle»

¿La verdad y nada más que la verdad?

El tema de hoy es dar falso testimonio contra nuestro prójimo, mentir acerca de alguien. Cuando soltamos esa mentira, nunca podemos recuperar la verdad. Hasta cierto punto, siempre perdura y hace daño a quienes deberíamos amar.

Y nos encontramos en los Diez Mandamientos, en el noveno mandamiento. Estamos estudiando Éxodo 20. Hoy estamos en el verso 16, y el noveno mandamiento es: No dar falso testimonio. Dios lo dice exactamente así por medio de Moisés. Éxodo 20:16: «No darás falso testimonio contra tu prójimo». En cierto modo tiene que ver con el proceso legal. En esos días no tenían cámaras de video, ni CSI o investigación forense, y la justicia dependía del testigo ocular y la credibilidad.

Hoy por hoy muchas cosas siguen resolviéndose así. En un accidente de tránsito obtenemos el número telefónico de todos los involucrados para dárselo a la policía. Si alguien presencia un crimen, recopilan la información y los incluyen en proceso penal como testigos. Y para que haya justicia en una sociedad, tiene que haber credibilidad entre los testimonios.

Y aquí habla de esa clase de procesos legales donde—a algunos de ustedes han tenido demandas legales, o quizás los trajeron como testigos, o les pidieron que testificaran Esa clase de circunstancias concretamente están bajo la jurisdicción del Y el punto principal aquí es decir toda la verdad, decir toda la verdad y nada más que la verdad—. Y por lo general añadimos. Con la ayuda de Dios, aunque la Fuerza Aérea lo ha omitido y nuestra cultura tiende a restar veracidad al juicio de Dios.

Pero la idea principal es decir la verdad, toda la verdad, y nada más que la verdad. Eso es lo que Dios quiere y busca. Eso es lo que Dios ordena y exige, porque eso es lo que Dios demuestra.

Mintiendo en el trabajo

Esto incluiría nuestra fuerza laboral nuestro lugar de empleo, así que seamos lo más prácticos que podamos con esto. No alcen la mano, sobre todo si su jefe los trajo aquí hoy, pero ¿cuántos de ustedes mintieron en su currículum para tratar de conseguir trabajo? ¿Cuántos de ustedes, si Jesús regresara, no quieren que Jesús vea su currículum si se les cae al piso, porque contiene cosas falsas? Tendemos a mentir. Es violar el noveno mandamiento. Es dar falso testimonio. Es dar testimonio a algo que en realidad no ocurrió de la manera como decimos que ocurrió.

Y después lo que sucede en la fuerza laboral, al asumir nuestra posición a menudo pasa algo que llamamos intrigas de oficina, donde varias personas violan el noveno mandamiento de varias maneras tratando de evitar responsabilidad. «Oh, debes responsabilizarte por tu fracaso». «Ese trabajo era de otro, no era mi responsabilidad. Yo no sabía; nadie me dijo», hay varias maneras de decir la verdad a medias para renunciar a nuestra responsabilidad.

Y a veces incluye cosas formales como una evaluación completa en la que uno pude hablar de compañeros de trabajo y permanecer en el anonimato, impugnando su carácter, atacando su productividad. Aunque sea o no sea cierto, ignoramos las consecuencias porque lo hicimos anónimamente, y quizás al rebajarlos en la cadena alimentaria, pensamos que es nuestra oportunidad para ascender la cadena alimentaria. Y nuestra vida está llena de oportunidades que violan el noveno mandamiento, de levantar falso testimonio, de dar falso testimonio, de decir cosas que no son del todo verdaderas.

Dios odia las mentiras

¿Cómo se siente Dios al respecto? Dice en Proverbios 6:16-19 que Él detesta ciertas cosas, Él odia ciertas cosas, que Él aborrece ciertas cosas. ¿Qué tal usted? ¿Hay algo que lo enrabia? ¿Algo que lo frustra? ¿Algo que lo disgusta? ¿Hay algo para lo cual no tiene oídos para oír y ojos para ver; algo que le agota la paciencia, que no puede soportar ni tolerar?

Dios tiene una lista de cosas así. «Seis cosas hay que odia el Señor», son palabras muy fuertes, «y siete son abominación para Él». Y dice que entre ellas están: «La lengua mentirosa».

Les diré por qué. No es solo una ofensa contra la persona, es una ofensa contra Dios que hizo a esa persona. Porque la Biblia lo dice así en Tito 1:2: «Dios nunca miente». Algunas traducciones dicen: «Dios no puede mentir». Dios es solamente veraz. Dios es siempre veraz. Dios es enteramente veraz. No hay nada en el carácter de Dios que no sea digno de confianza o que no sea fiable. No hay engaño. No hay deshonestidad de parte de Dios, en absoluto.

Y Jesús dice, hablando de Satanás en Juan 8, que es un mentiroso y es padre de mentiras. Por tanto, cuando mentimos estamos dando a luz la muerte, con Satanás. Y dice que mentir es su idioma natal.

¿Cuántos de ustedes son bilingües, hablan varios idiomas? Su idioma natal es su idioma más fuerte. Es su primer idioma. Satanás es bilingüe. Puede comunicar mentiras a todo el mundo, pero su primer idioma, su idioma natal es la mentira. Eso es lo que Jesús dice. Dios dice: «Si perteneces a mi pueblo y rechazas la verdad y participas en la mentira, odio eso porque es satánico, demoníaco. Es una ofensa contra mí. Es una afrenta contra mí». ¿Captaron eso?

Dios ama a su prójimo

Por tanto, tenemos que salirnos de las categorías de: «Oh, qué pienso, y cómo me siento», y preguntar, ¿qué dice Dios? Y colocar la mentira en una categoría que Dios odia tanto, que nos obliga a verla como Él la ve, sentir lo que Dios siente, y responder como Dios quiere. Les diré por qué. Dios ama su gloria y Dios ama a su prójimo.

Una de las cosas que suceden en nuestra cultura al pasar de la teología a la terapia, es que nuestras vidas dejan de ser teocéntricas y se vuelven egocéntricas; y lo que nos falta entonces es amar a nuestro prójimo. Usamos a la gente, no los amamos. Y cuando mentimos, lo que estamos diciendo es: «La mentira me beneficiará a expensas de ti, y eso está bien porque soy más importante que tú.

Se acercaron a Jesús y le dijeron: «Resúmenos los Diez Mandamientos». Y Jesús les dice: «Si van a twitear los Diez Mandamientos, aquí están: Ama a Dios y Ama a tu prójimo». Ese es el resumen. Los primeros cuatro mandamientos se tratan de amar a Dios, y los últimos seis se tratan de amar al prójimo. Y Dios no los ama a ustedes únicamente, ama a su prójimo. Y aunque usted mienta pensando beneficiarse, su prójimo tendrá que pagarlo de su propia cuenta.

Leámoslo juntos: «No darás falso testimonio contra tu prójimo», porque Dios ama a su prójimo, y a Dios le importa su prójimo, y una mentira es una ofensa a su gloria, y es una ofensa al bienestar de su prójimo que lastima a la gente.

Al decir esto, me siento profundamente compungido por este sermón. Me lo he estado predicando toda la semana, por lo tanto los invito a compartir mi convicción. Me comunico bastante, ese es mi trabajo, y llevo 17 años o más filtrando contenido por el filtro del noveno mandamiento. Mis manos están sucias, al igual que las de ustedes, ¿cierto? Isaías dice: «Soy hombre de labios inmundos, y habito en medio de un pueblo de labios inmundos habito». Ahí está. Pero mentir acerca de alguien, decir algo falso a los ojos de Dios, equivale a atacarlos.

Proverbios 25:18 lo declara de esta manera: «Como maza y espada y aguda saeta es el hombre que levanta falso testimonio contra su prójimo. Es golpear a alguien, es agredir a alguien, es asesinar su reputación. Si usted miente acerca de alguien, en realidad lo que está haciendo equivale a atacarlos con arma de fuego. Intenta maliciosamente causarles daño. Es un esfuerzo intencional de causarles daño.

Por tanto, la definición de la mentira tiene dos aspectos: Significa decir cualquier cosa que no sea verdad o que no sea del todo veraz. Significa decir algo falso o algo que no es del todo verdadero. Les daré dos ilustraciones:

Chismes en Internet

La primera: es decir algo falso. Hace unos años supe que mi vida se pondría más difícil. Empezamos la iglesia, Internet se volvió más popular, empezaron con algo nuevo llamado blogging, y después todo el concepto de los medios sociales. Tengo edad suficiente, y suficiente experiencia. Y una abuela vino a mí cuando predicaba en Mars Hill Ballard; era una abuela muy dulce y amable, y se veía muy bien, de cara simpática, sonriente; era una abuelita feliz. Llevaba tiempo en la iglesia y yo la conocía. Vino a mí después del sermón. «Pastor Mark, quería decirle que me voy de la iglesia y jamás volveré».

Me sentí destrozado. « ¿Y por qué?». Me dijo: «No puedo pertenecer a una iglesia que acepta hombres que golpean a sus esposas». Le dije: «No está hablando de nuestra iglesia. Eso no lo hacemos… Dígame cuál hombre golpea a su esposa y le prometo que me encargaré de él». Me dijo: «Me refiero a usted». Le dije: « ¿Está diciendo que yo golpeo a mi esposa?». Me dijo: «Sí». Le dije: «Señora, nunca he levantado la mano contra una mujer en mi vida, y nunca lo haré, sobre todo a mi esposa». Le dije: « ¿Dónde escuchó eso?». Me dijo: «Lo leí en Internet».

Eso fue en los primeros días del Internet, y ella, siendo abuela, pensó: «Debe ser cierto». Para ella no había diferencia alguna entre el Internet y el periódico, y he hallado que los periódicos tampoco son completamente veraces, ¿cierto que no? Yo escribí para el periódico. Les recomiendo que no crean todo lo que leen.

Y le dije: «Señora, ¿quién dijo eso?». Me dijo: «La persona que escribió esto. Esto fue lo que dijo…». Le dije: «No lo conozco. No vive en nuestra ciudad. Nunca ha asistido a nuestra iglesia. Y él no conoce a mi esposa». Le dije: «Eso es mentira». Ella dijo: «Pienso que es verdad, por lo tanto me voy», y se fue, y no he vuelto a verla. Han pasado muchos años. Una mentira es cuando decimos algo que no es verdad o no decimos toda la verdad.

Mencionar, Guardar, Acomodar

¿Cuántos de ustedes mencionan apenas unos hechos, no comparten otros tantos, y les dan un orden particular para ofuscar la verdad, pensando que podría beneficiarlos y que podrían salirse con las suyas? He usado esta analogía, esta ilustración antes, pero aprendí esto muy rápidamente en el ministerio. En los primeros días de Mars Hill, Grace y yo estábamos ayudando a una pareja. La señora me llamó: «Pastor Mark, mi esposo se ha vuelto físicamente abusivo. Me agarra y me restringe. Tiene que confrontarlo». Pensé: «Quizás sea un caso de una esposa abusada. Quizás sea alguna clase de crimen, y que tengamos que llamar a la policía. No sé»,

Entonces lo llamé, y le dije: «Quiero que venga a mi despacho de inmediato. Y traiga a su esposa. Necesitamos llegar al fondo de esto». Se presentó con ella y le dije: « ¿Es cierto que agarró a su esposa y la restringió físicamente? Me dijo: «Sí, eso es cierto», y me dijo: « ¿Pero le contó todo lo demás?». Y le dije: «No». Me dijo: « ¿Ve esta enorme cortadura en mi cabeza? «Sí, ya la vi». «Fue porque ella me quebró un plato en la cabeza». Estaban cenando y ella se disgustó, tomó el plato y se lo quebró en la cabeza dejándole un corte. Y me dijo: «Entonces tomó un cuchillo y me iba a acuchillar la cara, por eso le agarré la muñeca».

La miré y le pregunté: « ¿Fue así?». Ella me dijo: «Pues, más o menos». Y le dije: «Sí o no». Era como preguntarle: « ¿Está embarazada?». «Más o menos». O está embarazada o no está embarazada. Le dije: «Usted no mencionó esos detalles». Para un juzgado serían factores importantes. Ella iba a asesinarlo apuñaleándolo en la cara y él le agarró la muñeca para salvarse la vida. ¿Lo consideran un factor para nuestro fallo? Por supuesto.

Le dije: « ¿Alguna vez le había hecho eso? «No, fue la primera vez». «Me arriesgo a decir por qué empezó la riña ese día, porque usted iba a acuchillarlo en la cara». Es un enorme factor, ¿verdad? Pero ella no dijo nada falso: «Mi esposo me agarró la muñeca». Lo que ella dijo no fue del todo cierto, no dijo toda la verdad. Tomamos el abuso conyugal muy en serio, y también el intento de homicidio. Así que, mentir es cuando no decimos la verdad o no decimos toda la verdad.

La diferencia entre errores y malicia es el motivo

Ahora permítanme decir esto porque algunos de ustedes son religiosos, y son muy organizados. Son muy pero muy organizados. Su especiero lo tienen en orden alfabético. Tienen todas sus camisas planchadas, hasta sus camisetas. Son muy organizados. Son ingenieros, contadores, dominantes, obsesivos. Ahora mismo están pensando: «Oiga, continúe ya con el sermón. Está tardando demasiado». ¿No es cierto? Son pulcros, por eso toman el noveno mandamiento y con él le niegan la gracia a todos. Se aferrarán a la letra de la ley y violan el espíritu de la ley. Así que permítanme decirles que hay una diferencia en cuanto a mentir, entre la malicia y cometer un error.

El verdadero problema es el motivo. Cuando hay malicia, el motivo es engañar, pero la gente también se equivoca, ¿verdad? La gente se equivoca, así que permítanme decirles algo acerca de mi esposa. Tiene una habilidad peculiar como Spidey para encontrar cosas perdidas.

Si uno de los niños pregunta: « ¿Dónde está mi zapato?». «Está en el desván debajo de las maletas, en la zona roja». Y pensamos: « ¿Cómo lo hacer? Qué maravilla». Es como Spidey que puede ver muchas cosas y siempre encuentra las cosas perdidas. Siempre que algo se pierde, hace poco fue el control remoto del Roku. « ¿Dónde está el control remoto del Roku, mamá? Oye». Simplemente le preguntamos, y aunque nunca usa el control remoto del Roku, lo encuentra. Así es mi esposa. «Oh, está debajo del sofá, en el lado izquierdo, el lado oscuro. Seguramente no lo vieron. Usen la linterna. Levanten el sofá», y ahí estaba. Qué maravilla.

Siempre que se me pierde algo, lo busco diligentemente por 5 o 6 segundos, y después grité: «Oye, Grace, sabes dónde están las llaves del carro?», porque sé que ella lo sabe. Tiene una habilidad increíble. Y hace poco le pregunté: « ¿Sabes dónde están mis llaves?». Las volví a perder. Me dijo: «Están sobre el mostrador». Fui al mostrador, y no estaban ahí. ¿Debo invocar el noveno mandamiento? « ¡Mentirosa, me casé con una mentirosa! ¡Mi esposa es una mentirosa!». « ¡La esposa del pastor es una mentirosa! ¿Cómo voy a confiar en ti? ¡Nuestra relación entera está basada en el engaño!». Probablemente no, ¿cierto? Seguramente estaban sobre el mostrador, y yo las moví, o estaban ahí hace dos días, o el perro se las comió. Algo pasó. Fue un error.

Hay una diferencia entre eso y la malicia. Les daré un ejemplo de malicia de mi propia vida. Mi padre y mi madre, Deb y Joe, me criaron. Asisten a Mars Hill y los amo, y quiero disculparme públicamente con ellos por mi infancia, porque criarme a mí era como criar un pequeño abogado con intenciones malvadas. Aunque era pequeño, era un gran fiscal. Sé que les cuesta imaginarlo. « ¿Qué? ¿Mark argumentaba su caso tenazmente y era muy difícil disuadirlo? Es difícil imaginarlo». Estiren su imaginación un poco y consideren que esa era la realidad, por dura que haya sido.

Como niño, lo negociaba todo con mis padres. Y ellos discutían, y yo defendía mi caso. Y podía hacer de fiscal o defensor, dado el caso.

Y en una ocasión, yo era un chiquitín y quería salir a montar bicicleta, y divertirme, y jugar con mis amigos. Y como era verano, quería salir a disfrutar el tiempo. Fui y le dije a mi madre: «Oye, mamá, ¿puedo montar bicicleta? ¿Puedo ir a la casa de fulano? Vamos a jugar y a hacer esto y lo otro». Ella me dijo: «No puedes ir a ninguna parte hasta que limpies tu cuarto, ¿vale?». Me miró y dijo: ¿Ya limpiaste tu cuarto?». Y le dije: «Debe estar limpio». Mi madre dijo, Deb dijo: «Está bien, ve y diviértete con tus amigos».

Me monté en mi bicicleta, y a toda velocidad le fui a pasar un día agradable con mis amigos. Me fui hasta tarde, había oscurecido. Llegué a la hora de la comida, entré a la casa y Deb me dijo: «Me mentiste, Marky», todavía me llama así, « ¡Me mentiste!». Y como pequeño abogado que era, le dije: «Explícame eso, mamá. Presenta tu caso. ¿Cómo crees que te mentí?». «Dijiste que tu cuarto estaba limpio». «No Deb, no dije eso». «Dije que debe estar limpio. Ambos sabemos que no está limpio, pero no dije que estuviera limpio. Dije que debe estar limpio».

¿Fue un error? No, Deb, Joe, el cucharón de madera de Deb, tres testigos hubieran testificado que mi intención era engañar. Eso fue lo que le pasó a Marky. No fue un error, fue malicia. Mi motivo era manipular y engañar. Hay una diferencia.

A veces debemos ser clementes unos con otros. «Fue un error, pensaste que las llaves estaban en el mostrador, y no estaban». A veces pensamos: «Hombre, trató de engañarme. Su motivación fue impura».

5 áreas en las que la mentira puede se meter sigilosamente

Y quiero que veamos cinco áreas donde una mentira puede introducirse sigilosamente en nuestra vida. El pecado es como el agua. Siempre encuentra la grieta. Siempre encuentra la parte baja. Siempre encuentra la oportunidad. Se acomoda para poder erosionar. Por eso estamos estudiando los Diez Mandamientos. Estoy explicando el principio y después quiero abordarlo con una perspectiva muy práctica para lidiar con las áreas en nuestras vidas donde el pecado puede colarse. Por eso sellamos nuestros mostradores, sellamos nuestras cubiertas, y sellamos la entrada para los carros, para que no se cuele el agua y encuentre el punto bajo.

Pues hay puntos bajos en nuestra vida y en nuestras almas donde el pecado entra, y quisiera que veamos cinco de estos juntos. Son áreas donde violamos frecuentemente, y no tan fácilmente, el noveno mandamiento.

1. Adulación

El primero es la adulación. ¿Han disfrutado los Diez Mandamientos? ¿Se los estoy explicando bien? ¿Les gusta el chaleco? Es una nueva pinta para mí, saben. ¿Qué tal la barba? ¿Les gusta la barba? Es como la de un padre a la moda. Me siento como si estuviera juntando dos mundos. Y ustedes, durante la serie, han sido maravillosos. Ha habido mucha asistencia, muchas ofrendas, y muchos han respondido porque ustedes son de lo mejor. Tengo las mejores personas en la tierra. Gracias por ser las mejores personas de la tierra. Una de las maneras en que violamos el noveno mandamiento es con la adulación, Salmo 12:2.

¿Ven lo fácil que fue eso? Por un instante pensaron: «Esto me está gustando, pero creo que nos está engañando porque no suele ser tan amable. Seguro que está a punto de darnos un puñetazo». Pues aquí está: Salmo 12:2: «Falsedad habla cada uno a su prójimo; hablan con labios lisonjeros y con doblez de corazón».

Uno puede tener doblez de ánimo, decir mentiras, tener un corazón falso. Así es la lisonja. La lisonja es encomiar falsa y excesivamente con la intención de manipular, ¿verdad solteros? ¿Cuántos de ustedes los solteros dicen: « ¡Oiga, ese era mi plan para casarme!»? «Eres tan inteligente. Te ves sensacional. ¿Has rebajado de peso? Fue increíble verte en el trabajo. ¿Estás con ese tipo? Es un tonto. Alguien debería tratarte mejor», ¿verdad? «Sí, está bien».

¿Cuántos de ustedes tuvieron hermanos en la familia a quienes mostraban favoritismo porque le lamían las botas a sus padres? «Mamá, que linda te ves, ¿has bajado de peso? ¿Podrías darme una galleta ya que obviamente nadie se las comiendo?». Al mirar ese hermano o a esa hermana, usted piensa dos cosas: Es malo, y debí imaginarlo. ¿Verdad?

¿Cuántos de ustedes conocieron estudiantes que se congraciaban con los maestros? «Maestra, llegué temprano. Te traje una manzana. Oré por ti esta mañana. ¿Puedo limpiar basureros? ¿Tengo que tomar el examen?». «No, no tienes que tomar el examen, sabes». ¿Cuántos de ustedes conocen a alguien así en el trabajo? Son los que le lamen las botas al jefe. Siempre están lamiendo las botas al jefe, para que les dé un aumento, un ascenso, o para no tener que trabajar. Siempre lo hacemos. Es lisonja.

Algunos de ustedes han forjado una vida exitosa basada en gran parte en la lisonja. Y de paso les digo que la lisonja es una violación del noveno mandamiento porque no están diciendo la verdad, están diciendo lo que otros quieren escuchar para poder manipularlos. El móvil del corazón es engañar, y lisonjear, ese es el motivo. Pero se distingue del don de dar ánimo. Quiero distinguir entre los dos. Porque la lisonja es tratar de animar a alguien a base de mentiras, para manipular el resultado.

Pero algunos de ustedes tienen el don de dar ánimo. Dar ánimo es natural para ustedes. Por lo general son personas alegres y miran el lado bueno. Y dicen: «Me chocó un carro. Alabado sea el Señor que no fue un camión. Imagínense lo terrible hubiera sido si fuera un camión». Dicen cosas como: «Nunca se me ocurrió eso, gracias. Sí, un camión hubiera sido mucho peor. O un bus. Pues sí, un bus hubiera sido horroroso. Y solo fue un pequeño…», y tienen el don de dar ánimo. A cada situación le ven el lado positivo, pero algunos no somos así.

Tenemos el don de desalentar, ¿no es cierto? Pero los que tienen el don de dar ánimo, es un Dios espiritual que Dios da. Es diferente a la lisonja. Alguien que verdaderamente tiene el don de dar ánimo está dispuestos a decir cosas verdaderas y dolorosas, pero lo hacen con amor para el bien de la persona. El que usa palabras lisonjeras, no lo hace para el bien de la otra persona, están usando a esa persona. No los están ayudando, los están lastimando. No los están amando, los están usando.

Mi hija Alexi tiene el don de dar ánimo. Ella sabe que mi semana es dura, y ayer en mi portátil vi que ella hizo un dibujo de ella sonriendo conmigo, tomados de la mano. Papito, te amo. Te irá lo más de bien esta semana. Estoy orando por ti». Ella da ánimo. No es lisonja. El motivo del corazón es distinto entre dar ánimo y la lisonja, y sabemos cuándo lo hacemos, ¿verdad? Sabemos cuándo lo hacemos, y la lisonja es una violación del noveno mandamiento.

2. Decepción

Segundo, el engaño. 1 Juan 3:7: «Hijos míos, que nadie os engañe». La idea principal es esta. ¿Cuántos de ustedes sienten que son niños pequeños? Por lo general no, ¿verdad? Piensan: «Soy un adulto». Dios es nuestro Padre y, en cierto modo, nos ve como si aún fuéramos niños. Aquí Juan es un hombre de casi 100 años de edad. Es uno de los discípulos de Jesús. Está mirando a la iglesia que incluye personas de todas las edades, como la nuestra. Y dice: «Hijos míos, que nadie os engañe».

¿Han notado que los niños pueden ser engañados fácilmente? Podemos engañar a un niño muy fácil, ¿verdad? Son un poco crédulos, un poco ingenuos. Podemos decirles cosas falsas y las creen. A veces somos así. No solo tenemos fe como la de un niño, tenemos una fe infantil, y si confiamos en un engañador nos metemos en circunstancias peligrosas. Y está diciendo: «Es pecado engañar a alguien y es pecado dejarse engañar por alguien». Eso significa que ellos son responsables por engañarnos, y nosotros somos responsables por creer el engaño.

No siempre somos las únicas víctimas, también somos moralmente culpables y responsables por creer mentiras. El engaño es tergiversar la verdad y usarla como arma de destrucción o para hacer daño.

¿Cuántos de ustedes no creen en los anuncios políticos que salen durante el ciclo de campañas electorales? ¿Cuántos de ustedes al ver la televisión piensan: «Ah, caray, qué terrible», e inmediatamente piensan: «Eso no es verdad»? No nos dan todos los detalles. Omiten algunos hechos. Siempre que omiten palabras y ponen puntos suspensivos, y añaden otras cuántas palabras, puede que sea una cita vieja de hace 50 años con una nueva de hace 15 minutos, y las empalman para comunicar algo que la persona nunca dijo.

Tomamos por sentado que nuestros políticos mienten. Políticos mentirosos, ni siquiera tenemos que decir ambas palabras. Con una sola, basta. ¿Qué tal criminales? ¿Qué tal la publicidad? ¿Cuántos de ustedes no confían en el marketing y la publicidad? Al ver televisión no dicen: «¡Huy, vean eso! ¡Qué maravilla!». Es mentira. La letra pequeña al final menoscaba todo lo que están tratando de decir.

Esto incluye el fraude académico. ¿Es posible que un estudiante viole el noveno mandamiento plagiando algo y entregándolo como si fuera su propio trabajo? Sí, es engaño. Es fingir que es su trabajo cuando no lo es. ¿Qué tal un estudiante que copia en un examen? «Aquí tiene mis respuestas».

No, esas no son sus respuestas. Usted las copió. Esto es engaño. Está tratando de presentarse como alguien fiable, confiable, pero está mintiendo en sus respuestas. Esto siempre sucede. Sucede en el trabajo con las malversaciones falsificando reportes para ganar más de su empleador. Sucede también con los clientes cobrándoles el doble. Cobrar a dos clientes por el mismo tiempo trabajado.

Hay muchas maneras en que practicamos el engaño, y repito, es un problema demoníaco, satánico. Se remonta a Génesis 3. Dios crea a nuestros primeros padres, les dice la verdad, y Satanás viene y les miente, y ellos pecan contra Dios. Y Pablo dice más de una vez sobre Eva en particular, que Satanás ¿qué? La engañó. El engaño es demoníaco. El engaño es tratar de fingir comunicar la verdad sabiendo en nuestro corazón que es mentira.

3. Calumnia/Difamación

Tercero, la calumnia, que es la forma hablada, y la difamación que es la forma escrita. Levítico 19:16: «No andarás de calumniador entre tu pueblo». La calumnia es información falsa que a menudo se usa para causar daño.

Algunos de ustedes son difamadores y acumulan información para usarla contra otros. Esperan, miran, buscan, y organizan información para impugnar y atacar el carácter y la integridad de alguien porque decidieron que era su enemigo.

En nuestro día tenemos la oportunidad de difamar a la gente con más inmediatez y eficacia que en cualquier otro tiempo de la historia mundial por medio de la tecnología. Hoy la comunicación es instantánea, constante, global, permanente. Instantánea: podemos estar molestos y diseminarlo. Constante: 24 horas al día, 7 días a la semana, y todos pueden saberlo, comentar, y añadir algo. Global: todo el mundo puede participar. Permanente: al publicarlo queda allá afuera para siempre.

Es muy preocupante, sobre todo en los medios sociales. Piénsenlo– y me usaré a mi mismo como ejemplo– toda la información que disemino. Ustedes por ejemplo, toda la información que diseminan. Mensajes de texto, correos electrónicos, llamadas, conversaciones, los medios sociales, publicaciones, bitácoras, o lo que sea.

Ahora escuchen estas palabras del Señor Jesús en Mateo 12:36: «Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio». Oh, no. ¿Cuántos de ustedes no sabían que Jesús ahora mismo tiene acceso a Internet? Y piensan: «Si lo hubiera sabido, hubiera lo hubiera publicado de otra manera».

Imagínense si murieran y comparecieran ante Jesús, y Él sacara todas sus cuentas en los medios sociales. «Vamos a investigar LinkedIn, después Twitter, después Facebook, después Pinterest, después Instagram. Bien, vamos a mirar tus blog, a propósito, grabé todas tus conversaciones. Soy mucho peor que la NSA. Lo tengo todo». ¿Eh? ¿Qué? «Y eres responsable de todo eso». Pues, Jesús, no creo que nadie más haya oído eso.

Jesús dice: «Yo escuché. Era calumnia, era difamación. Lo que dijiste de esa persona era falso, y aunque dijiste la verdad, la dijiste con motivos falsos para hacerles daño. No amaste a tu prójimo. No amaste la verdad».

¿Charles Spurgeon, el mujeriego?

Les dará un ejemplo de un amigo mío. Es un amigo difunto. Se llama Charles Haddon Spurgeon. Deseo encontrarme con él en el cielo. Es uno de los maestros bíblicos más importantes de la historia del mundo, alguien a quien estudiado diligentemente. Empezó a los 18 años de edad como predicador en Londres, Inglaterra. Una iglesia que había sido grande estaba muriendo, y contrataron a este joven predicador ungido del Espíritu Santo a enseñar la Biblia en su iglesia y ésta creció grandemente.

Pero por varios años al comienzo de su ministerio, aún era soltero. Y el periódico local lo atacó con vehemencia en Londres, y una de las cosas que reportaron fue que era un mujeriego, que se aprovechaba de las mujeres jóvenes. Y publicaron una historia en que las mujeres jóvenes llegaban temprano a la mega iglesia a escuchar las prédicas del pastor. Tenía una iglesia de 5.000 o 6.000 congregantes, y se consideraba una de las más grandes de la historia del mundo hasta ese día.

Y el reportaje decía que las mujeres jóvenes llegaban temprano bien arregladas, y se sentaban en la banca del frente y adulaban al pastor, y subían a la tarima como la Cenicienta y se quitaban una zapatilla y la dejaban en la tarima esperando que él se la llevara a la casa, y que les quedara a su pie, y que vivirían felices para siempre.

En esos días eso era escandaloso, y eso nunca pasó. Nunca sucedió. Ninguna mujer dejó su zapatilla, y no tuvo ninguna relación inapropiada con ninguna. Fue una mentira que lo destrozó. Luchó contra la depresión toda su vida. Dijo que era como pelear contra la neblina. Y lo mató una historia reportada falsamente en el periódico de Londres. Después fue difundida por el servicio internacional de noticias.

O sea por agencias como Reuters o la Associated Press. De repente la historia fue impresa en centenares y miles de periódicos en todo el mundo, incluyendo los de Estados Unidos de América. Hizo un seguimiento con la prensa de Londres, y finalmente publicaron una reacción: «Lamentamos haber mentido sobre Charles Haddon Spurgeon». Pero el periódico nunca recogió la reacción. Y lo único que supo la gente alrededor del mundo era que se aprovechaba de las mujeres jóvenes y las manipulaba.

Dijo que fue algo que lo torturaba toda su vida porque cuando viajaba y hacía entrevistas para los medios, sobre todo los de América, siempre retomaban ese punto. «Spurgeon, ¿por qué se aprovechó de las mujeres jóvenes?». «¿Otra vez? No». Imagínense si estuviera vivo hoy. Si hubiera vivido hoy. Nos incumbe como adoradores del único Dios verdadero adorarle en Espíritu y en ¿qué? Verdad. Es lo que dice Jesús.

4. Falsas enseñanzas

Cuarto, también incluye las falsas enseñanzas. El Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento, y el Señor Jesús hablan mucho de esto. Es una violación del noveno mandamiento. El Dios que nunca miente es objeto de mentiras. las que llamamos falsas enseñanzas. Y las peores mentiras son las que se dicen contra el Dios que nunca miente, y las llamamos falsas enseñanzas. 2 Pedro 2:1 «Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo», se refiere al Antiguo Testamento, «Así como habrá también falsos maestros entre vosotros». Están aquí, ya vienen, el último libro, las causas populares, los maestros espirituales raros, que están de moda, «os cuales encubiertamente introducirán herejías». Herejías no son violaciones de asuntos secundarios sino de asuntos primarios.

Está bien, luteranos, bautistas, presbiterianos, Asambleas de Dios, ellos aman a Jesús, creen en la Biblia, no son herejes. Quizás discrepen sobre varias cosas con nosotros, pero son asuntos secundarios de mano abierta. No son asuntos primarios de mano cerrada.

La palabra herejía es una palabra grande. Se aplica a temas como la Biblia es la Palabra de Dios. Jesús es el Hijo de Dios, Jesús es plenamente hombre y Dios, vivió sin pecado, murió en la cruz por nuestros pecados, resucitó de la muerte como nuestro Salvador, está juzgando a vivos y muertos sentenciándolos al cielo eterno o al infierno, esa clase de temas. Y lo que pasa indefectiblemente es que los falsos maestros son motivados muchas veces por su esfuerzo peculiar de ayudar a Dios. Piensan que están ayudando.

Y a menudo leen la Biblia y dicen: «Es un libro anticuado. Dios dice algunas cosas que sabemos no son verdaderas porque hemos evolucionado». C.S. Lewis lo llama esnobismo cronológico. «En esa época esa gente estúpida y crédula creía eso, pero ahora somos inteligentes y sabemos que no es cierto».

Y tratan de ayudar a Dios. «Hay cosas en la Biblia que a estas personas inteligentes no les gusta, por lo tanto vamos a ser editores de Dios no mensajeros de Dios. Tenemos que actualizar la enseñanza para que sea más aceptable al oyente. Estamos aquí para ayudarte, Señor. Estamos tratando de ayudar». Pero da como resultado las falsas enseñanzas, esa son las herejías destructivas. En la era moderna cuando Hume y otros filósofos de la Ilustración llegaron a su apogeo, la gente dejó de creer en lo sobrenatural y lo milagroso.

Ciertos comentaristas bíblicos llegaron y dijeron: «No creemos necesariamente en los milagros de la Biblia. Cuando dice que Jesús anduvo sobre el agua, en realidad está diciendo…»; de hecho les estoy diciendo lo que un comentarista famoso escribió en esos días. «En realidad Jesús no anduvo sobre el agua. El agua era poco profunda, la marea estaba baja. Jesús anduvo sobre agua poco profunda, pero a la distancia los que lo vieron pensaron que estaba andando sobre el agua. Esto tiene su explicación lógica. Reportaron haberlo visto, pero en realidad eso no fue lo que pasó porque sabemos que nadie puede andar sobre el agua»,

Hay un hombre que sí puede, por eso es especial. Por eso es especial, muy especial. Usted dirá: « ¿Cuántos hombres han andado sobre el agua?». Uno solo. «Eso no puede ser». No, la verdad es que no sucede mucho. Por eso lo escribimos, porque es especial. Así es, el agua era suficientemente profunda y dice que Pedro trató de andar sobre el agua, y como no pudo estaba a punto de ahogarse. Había al menos suficiente agua paga eso. Es un esfuerzo por ayudar a Dios.

Algunos dicen: «Caray. Hombre, esta gente soltera. Uno no puede ser soltero sin tener relaciones sexuales. No es razonable, así que hablaremos quizás de otra perspectiva de Dios sobre esto, la homosexualidad, los matrimonios homosexuales, otras religiones, y digamos que nadie va al infierno, que todos son básicamente buenos. Cuando hablamos de pecados, eso es muy negativo y daña la autoestima. Y aquello de que la gente está luchando mucho, y que tal vez debemos reformar a Dios». Dios no necesita su ayuda. Cuando comunicamos la verdad, su verdad, Dios sabe que la respuesta inicial será negativa. Porque la gente está equivocada y necesita cambiar.

¿Cuántos de ustedes, al escuchar la Biblia por primera vez pensaron: «No estoy de acuerdo con eso»? Porque la Biblia es un yunque, saben, sobre el cual Dios pone nuestra vida y la amolda con su martillo. Y Dios sabe que habrá conflicto, y nos ama lo suficiente para dárnoslo. Y la persona que viene y dice: Reemplacemos el yunque con una bola de algodón, no está ayudando. No está ayudando. Eliminan el conflicto que nos ayuda a ser las personas que Dios quiere que seamos. Y esto concluye también, por si no están compungidos todos aún y piensan: «Hasta ahora no me has convencido. No me has dicho nada nuevo, Mark, no me has convencido». Sabemos que eso no es cierto, está mintiendo,

5. El Chisme

Pero este es el quinto punto, el chisme. Oh, se quedaron callados. «Hombre, ¿en serio? ¿Vamos a hablar del chisme?» 1 Timoteo 5:13: «Y además, aprenden a estar ociosas». No están suficientemente ocupados, no tienen suficiente qué hacer, tienen demasiado tiempo libre. «Yendo de casa en casa; y no solo ociosas, sino también charlatanas entremetidas», ¿ven cómo van de la mano las dos? Si no se mantienen ocupados se vuelven entrometidos. Y un entrometido es alguien que busca los chismes.

¿Cuántos de ustedes piensan: «Es increíble, todos me cuentan sus asuntos». Eso no es bueno necesariamente. Si vienen y le cuentan sus asuntos y los de todo el mundo es porque usted es un depósito de chismes.

Cierto, lo han nombrado oficialmente el entrometido. «Pastor Mark, pero yo oro por las personas». Entonces usted es un depósito de chismes religioso y entrometido. Esto los va ofender mucho.

¿Cuántos de ustedes cuentan chismes como motivo de oración? «Oren por Sally, su marido está cometiendo adulterio». «Sí, oraré por ella y por el problema que usted tiene con los chismes, entrometido. Si ella quisiera decírmelo, me lo hubiera dicho personalmente. Ella no le contó eso para que se lo dijera a todo el mundo. No está ayudando. Eso no es oración, es chisme. Es una violación del noveno mandamiento». «Pues, dije que orara». No puede incluir una palabra cristiana en un hecho no cristiano y esperar engañar a nadie. Si alguien tiene un motivo de oración, pueden compartirlo con los que quiere que oren específicamente por lo que necesita que oren. Usted no tiene que decirle a todo el mundo los asuntos de los demás. «Hablando de cosas que no son dignas». No está diciendo que lo que ellos dicen no sea cierto. A veces el chismoso dice cosas falsas, pero a veces dice cosas verdaderas con un corazón falso. O sea, no deberías decir eso a esas personas. No es de su incumbencia. No es amar a su prójimo.

El chisme es compartir información dañina con la intención de difamar la reputación de alguien. A veces asesinamos a alguien físicamente a veces las asesinamos emocionalmente. Y en nuestros días, reconozcamos que tenemos una cultura de chismes sobre celebridades que nos motiva a hacer lo que los acosadores solían hacer, y los medios sociales nos permiten hacerlo. ¿Qué comen? ¿Qué visten? ¿Dónde viven? ¿Qué hacen? ¿Qué y qué y qué y qué y qué? «Solo quiero saber, solo quiero saber, solo quiero saber, como un acosador para el Señor». No.

¿Cuántos de ustedes siguen a la gente y necesitan dejar de seguirlos, porque aunque la información no sea mala, sus móviles no son buenos? Me puse a pensarlo y mentimos por muchas razones, y me estoy incluyendo en la categoría de los culpables, ¿cierto? Me incluyo con los culpables juntamente con ustedes.

Razones por las que mentimos

Estas son unas de las razones por las que mentimos.

Primero, mentimos para evitar consecuencias negativas para nosotros mismos. Si sale la verdad, caray, eso no me conviene. Necesito mentir para cambiar el futuro». Estoy tratando de ser Dios.

Segundo, mentimos para crear o proteger una ilusión de quiénes somos. Si se enteran de la verdad, pensarán que soy terrible. ¿Sabe por qué? ¿Sabe por qué? Porque usted es una persona terrible. Esa es la realidad. Bien, parece que eso los convenció.

Tercero, mentimos para conseguir lo que queremos. «Quiero tal cosa. Sí miento puedo conseguir algo que no me corresponde».

Cuarto, mentimos para permanecer en control de la situación. «Sé que debo pensar que Dios es soberano, pero yo quiero ser soberano. No me gusta cómo pueda resultar esto, por lo tanto cambiaré la información para cambiar el resultado».

Quinto, mentimos para hacer las de Dios y castigar a otros. «Me las pagará. Me hizo daño, y voy a hacerle daño». Sexto, mentimos sobre otras personas para ser aceptados por alguien que los desprecia. La presión de grupo, temor al hombre. Este no le cae bien a este, y esta persona calumnia a esta persona, Este castiga a este, y usted conoce a ambos y necesita elegir uno o el otro. «Está bien, me apunto a tu lado para que no digas cosas malas de mí ni me castigues. Y yo contaré chismes acerca de ellos, así que yo te doy las piedras para que tú las tires. ¿Qué te parece? Para que seamos amigos y no estemos solos, y no me hagan daño». Si tiene un amigo así, en realidad no es su amigo.

Preguntas a considerar antes de decir cualquier cosa

Estaba pensando en ello tomando notas, y me las metí al bolsillo. Les insto a considerar esto. Pienso que hay una serie de preguntas que si las hiciéramos cambiaría cómo nos comunicamos y nos ayudaría a dejar de violar el noveno mandamiento.

Aquí están: ¿Esta información exacta, exactamente como es, necesita ser comunicada? ¿Necesita ser articulada por mí, o deben articularla ellos y no lo hacen porque son cobardes, y me la están dando a mí porque no quieren tener conflictos, pero necesito decirles que están pecando y que ellos son los que deberían comunicar la información?

¿Necesito comunicar esta información exactamente como está a esta persona o a estas personas? Es exactamente el grupo que necesita saberlo o se lo ventilé a otros que no tienen derecho a saber en este momento, o quizás no sea el tiempo apropiado? ¿Qué quiero conseguir con esta motivación? ¿La gloria de Dios y el bien de otros? Por este medio: ¿llamada telefónica, mensaje de texto, e-mail, medios sociales, los blog, discusiones, motivos de oración? ¿Cuál medio? ¿Necesito comunicar esta información exactamente a estas personas, en este momento, con este motivo, por este medio? Si nos preguntáramos eso, reduciríamos grandemente las veces que violamos el noveno mandamiento.

3 categorías que los padres pueden enseñarle a sus hijos

Permítanme darles un consejo brevemente a los padres. ¿Cuántos de ustedes tienen niños pequeños? ¿Cuántos de ustedes descubrieron que no tienen que enseñar a sus hijos a mentir? pensaron: « ¿Donde aprendió mi hijo a mentir?». En el Huerto. Ha sido así por mucho tiempo. Lo aprenden. Es parte de su naturaleza. Por eso necesitan una nueva naturaleza. Por eso necesitamos una nueva naturaleza.

Pero al enseñarles a los niños sobre las mentiras, pueden confundirse mucho así que permítanme darles tres categorías a los padres. Mentiras, secretos, y sorpresas.

1. Mentiras

No puede dejar que sus hijos mientan. «Está bien, dime la verdad. Si no me dices la verdad, te vas a meter en problemas por lo que hiciste y por mentir para encubrirlo. Tienes dos alternativas. Decir la verdad y afrontar las consecuencias, o no decir la verdad y después decir la verdad y afrontar las consecuencias y las otras consecuencias. Tienes dos alternativas: malo y muy malo. Esas son tus opciones. Te amo, viva Jesús», trátelos con ternura, pero de esa manera, ¿de acuerdo? «No mientas».

2. Secretos

Secretos: no permita a sus hijos guardar secretos. Cualquiera puede llegar y decirle a su niño: «Quiero contarte un secreto», su hijo debería decir: «No. Yo no guardo secretos». ¿Porque saben qué? Eso es lo que los pederastas les dicen a los niñitos. «No le digas a tu mami. No le digas a tu papi». No, no, no, no, no. Lo que están diciendo es: «Miéntele a tu mami. Miéntele a tu papi». Un secreto es algo malo que no queremos que otros sepan. Una sorpresa es algo bueno que queremos que sepan en el momento idóneo.

3. Sorpresas

Digamos que usted tiene niños pequeños, y mamá tuvo unos partos espontáneos y ahora se entera que está embarazada, y mamá les dice a los niños: «Mami está encinta, vamos a tener un bebé, pero no le digan a todo el mundo todavía. Esperemos hasta después del primer trimestre». Es una sorpresa. Papá sale con los niños en Navidad. «Oigan, vamos a comprarle algo muy lindo a mamá. ¡Le va a encantar! Pero no le digan nada, niños, porque es una sorpresa». Es algo bueno que vamos a decirle en el momento apropiado. No es algo malo que no queremos que ella sepa en absoluto. Eso sería un secreto. En la crianza de niños son las mentiras, los secretos, y las sorpresas.

Sigamos, ¿estamos listos? No ha terminado el sermón, porque esta semana vamos a instarles que vayan a su grupo comunitario y que hablen sobre las mentiras. E inmediatamente, algunos de ustedes que son abogados como yo, o filósofos, o culpables, tratarán de cambiar el tema o de hablar de situaciones hipotéticas, teóricas, o filosóficas. Dirán: «Pastor Mark, eso de mentir y no mentir. ¿Y si los Nazis llegaran a su puerta? ¿Qué tal si los Nazis llaman a la puerta y le preguntan si está albergando judíos, porque van a matarlos. ¿Qué hace?». Usted responde: «En primer lugar, no hay muchos nazis que digamos. En segundo lugar, no hay muchos judíos en mi casa. Y tercero, está tratando de cambiar el tema».

Algunos de ustedes aprendieron eso cuando eran niños. Llega su papá y dice: « ¿Quién incendió el perro? Ay, papá, ¿sabes cómo está la economía? Está en muy mal estado». «Sí, ¿quién incendió el perro?». Solemos cambiar el tema cuando somos culpables. Y a veces lo hacemos de una manera casi filosófica, está bien.

Mentiras “buenas”

Y surge la pregunta. ¿Qué tal las mentiras buenas? Sea honesto, no mienta. O sea, ¿cuántos de ustedes se estaban haciendo esta pregunta, en serio? Están buscando la cláusula de exención. Son como el abogado que lee la letra pequeña. ¿Hay excepciones en la Biblia que nos permiten decir “mentiras buenas”, sí o no? Permítanme explicar esto.

San Agustín dijo: «A veces podemos quedarnos callados». Nunca se me ocurrió hasta que leí lo que Agustín escribió. Si me hubiera quedado callado me hubiera ahorrado tanto dolor, si hubiera hecho eso. Es una gran idea. Y la anoté. La comparto hoy con ustedes. A veces podemos pensar: «Me quedaré callado. No me meto en esto». Martín Lutero distinguió entre mentiras dañinas, humorosas y útiles.

Las dañinas: en la Biblia, la esposa de un hombre muy poderoso en la Biblia quiso cometer adulterio con un hombre llamado José. Está en Génesis 39. José la rechaza, ella se ofende, lo acusa falsamente de violarla, y lo mandan a la cárcel. Esa es una mentira dañina.

Es una mentira dañina. Por tanto, las mentiras dañinas violan el noveno mandamiento. ¿Qué tal las otras dos categorías? El humor. ¿Cuántos de ustedes esperan que no nos deshagamos del humor para guardar el noveno mandamiento? ¿Cuántos de ustedes ya lo hicieron porque son religiosos? Dicen: «Nunca diré una mentira, o una falsedad, por chistosa que sea. Estoy solo en esto, pero mi postura es bíblica». ¿No es cierto? Martín Lutero dejó abierta la posibilidad de una buena mentira respecto al humor, contar un chiste, ¿verdad? Busqué en Google «El chiste más cómico de todos los tiempos». No les diré todo lo que leí. Algunos son muy inapropiados.

No les recomiendo que lo hagan, pero les daré un ejemplo que salió casi en la punta de la lista. Dos tipos iban andando en el bosque y una culebra llega y muerde a uno en la nalga y lo infecta con un veneno mortal. De inmediato cae al suelo casi paralizado. La muerte viene sobre él y sin duda va a morir, y estaban a 10 millas del pueblo más cercano.

Mirando a su amigo, le dice: «Necesito que vayas al pueblo a buscar el único doctor y que lo traigas para salvar mi vida». Y le dijo: «Está bien, ya voy». Corre 10 millas hasta el pueblo y encuentra el único doctor, quien se encuentra en medio de un parto complicado. Y el doctor dice: «No puedo irme. Necesito que sigas mis instrucciones al pie de la letra. Vuelve corriendo a donde está tu amigo, con una cuchilla corta la piel donde fue mordido y con tus labios sobre sus nalgas chúpale todo el veneno y escúpelo en el suelo para salvar su vida.

El tipo recorre las 10 millas y vuelve con su amigo que lo mira y le dice: « ¿Qué dijeron?». «Dijo que te ibas a morir». ¿Acabamos de violar el noveno mandamiento? Pregunto al jurado, ¿acabamos de violar el noveno mandamiento? No, porque es humor. Dios tiene sentido del humor.

Mentiras útiles

¿Hay mentiras útiles? Pues, sí hay varias ocasiones en la Biblia… en Éxodo 20, vemos los Diez Mandamientos. Volviendo a Éxodo 1 vemos un poderoso líder político, líder de las parteras, las que ayudan con el nacimiento de los niños. Y dice: «Si nace un niño hebreo, mátenlo. ¿Harían eso, señoras?». «Oh, sí, lo haríamos. Seguro que sí. No, no vamos a hacer eso». Y después les ayudan a los niños a nacer y no los matan.

Porque la Biblia no dice solamente «No mientas», también dice «No cometas homicidio», y era un tema muy espinoso, un dilema ético terrible para ellas. «Si decimos la verdad un montón de niños van a morir. Si mentimos, salvaremos muchas vidas. Vamos a obedecer el mandamiento que dice no matarás». Y la Biblia dice que Dios bendijo y honró a las parteras porque hicieron lo correcto.

Lo mismo pasó con Rahab, una mujer que había escondido al pueblo de Dios porque venían a matarlos. Y cuando llegaron le dijeron: « ¿Los has visto?», y ella contestó: «No, no los he visto; no sé dónde están». Y la nombran en Hebreos 11 como una mujer de gran fe, porque hizo lo correcto.

Por tanto, hay ocasiones en que hay mentiras buenas, pero permítanme decirles. Es probable que nunca tengan que contar una, nunca. Pero hay ocasiones en que es difícil ser cortés. Por tanto, hipotéticamente, si son casados. ¿Hay casados aquí? Llega su cónyuge y van a salir, tienen cita esa noche. Su cónyuge compró unos pantalones de mezclilla nuevos y lo mira a usted y le dice: « ¿Estos pantalones de mezclilla hacen que mi trasero se vea grande?

Y usted dice: «Oh, el noveno mandamiento. El noveno mandamiento. Déjame pensar. ¿Qué estaba diciendo el pastor Mark? Agustín dijo que no dijéramos nada, así que me quedo callado». Pero su cónyuge insiste más: « ¿Estos pantalones de mezclilla hacen que mi trasero se vea grande?». Y usted dice: « ¿Qué le digo?». Puede decirle algo útil como: «Me encantan los pantalones de mezclilla », y ojalá con eso supere las preguntas, y continúe con su relación.

Digamos que eso no funciona. «No, necesito saber si estos pantalones de mezclilla hacen que mi trasero se vea grande». Entonces dígale simplemente. Podría decirle: «No, esos pantalones de mezclilla no hacen que tu trasero se vea grande. Tu trasero grande hace que tu trasero se vea grande». El noveno mandamiento, ¿de acuerdo? ¿No es así? A veces somos corteses, ¿no es cierto? Somos corteses. Llega su cónyuge y le da un beso. « ¿Me apesta el aliento?». «No, y de todas maneras odiaba mis cejas». A veces tenemos que ser corteses, ¿amén? Corteses simplemente.

El éxito o fracaso del cristiano dependen del Noveno mandamiento

Ahora permítanme decir esto, amigos. El éxito o el fracaso del cristianismo dependen del noveno mandamiento, porque la Biblia fue escrita por testigos oculares, o por testigos oculares que fueron entrevistados por los autores, quienes a su vez fueron supervisados por Dios el Espíritu Santo, por Dios que no miente.

Y lo que está en juego realmente con el noveno mandamiento al leer la Biblia, es esto: si decimos que hubo gente, y tiempos, y lugares, y eventos, ¿vamos a creerlo o no? Y si usted vino hoy y no es cristiano, son 66 libros escritos por unos 40 autores en el transcurso de unos 2.000 años, que vieron las cosas que ocurrieron y escucharon las cosas que dijeron. Y las escribieron para que tengamos un registro fidedigno de lo ocurrido, porque el cristianismo no es como la filosofía o la espiritualidad. Es historia: gente, tiempos, lugares, circunstancias, y eventos que en realidad sucedieron. Y si el testimonio no es creíble, todo el cristianismo se derrumba.

Pero es creíble, y es verdadero, y tenemos testigos fieles que estuvieron ahí. Por eso es que casi en el 40% del Evangelio de Juan el Señor Jesús dice: «En verdad, en verdad os digo. En verdad os digo. En verdad os digo. En verdad os digo». Encontré tres lugares donde el Apóstol Pablo, que escribió gran parte del Nuevo Testamento, dice: «No miento». En 1 Juan él dice: «Estamos hablando de las cosas que hemos escuchado con nuestros oídos, y visto con nuestros ojos acerca de Jesús; este es un hombre que abrazamos con nuestras manos. Estuvimos ahí. La madre de Jesús estuvo ahí. Los hermanos de Jesús estuvieron ahí. Los enemigos de Jesús estuvieron ahí y lo vieron resucitar de la muerte».

Y la resurrección de Jesús es un hecho histórico. Él murió en la cruz en nuestro lugar, por nuestros pecados, por nuestros pecados. Y Él nos dice: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida», ¿cierto? Y se trata solamente de Jesús. Él es la verdad, y dice la verdad, hace la verdad, y Él es la verdad. Y murió en nuestro lugar por nuestros pecados– todos somos mentirosos–y resucitó para conquistar el pecado y la muerte, y pagó nuestra deuda a Dios. Después 500 personas a la vez lo vieron resucitado de la muerte. Son testigos oculares. Se les apareció por más de cuarenta días. Son testigos oculares. Personas como Tomás vinieron a ver las llagas. Son testigos oculares. La madre de Jesús, los hermanos de Jesús lo vieron vencer la muerte, comprobando que Él es Dios y Salvador, y ellos son testigos oculares, y todo el testimonio es verdadero.

Por tanto, Mars Hill, necesito que ustedes testifiquen, y testificamos diciendo la verdad. El hermano de Jesús, Santiago, nos dice: «Sea vuestro sí, sí, y vuestro no, no». El Evangelio de Dios debe hablarse, comunicarse claramente, como Él es claro.

Oportunidad de testificar

Y les vamos a dar la oportunidad ahora de hacer algo grande y glorioso, una buena oportunidad para testificar. Al tomar parte en la Cena del Señor, estamos dando testimonio. Jesús conquistó el pecado y la muerte. Jesús está vivo y sano. Su cuerpo fue quebrantado, su sangre fue derramada por mí, y me paro a testificar que eso es verdad, y no solo eso, que Él ha sido completamente fiel conmigo. Y cuando cantamos, y cuando celebramos, estamos testificando. Somos testigos de que Él está vivo, que Él perdona, y que nos busca y nos cambia, ¿amén? Y todo eso forma parte de la verdadera identidad de Jesús y de las obras de Jesús.

Y al recoger nuestros diezmos y ofrendas, estamos dando a la causa y por la causa de la verdad. Estamos diciendo que el mundo está lleno de engaño y mentiras y que Dios es el que dice la verdad, y que las Escrituras son veraces, y queremos que la verdad de Jesús se difunda.

Por tanto, al dar, están contribuyendo a ese esfuerzo, están dando a esa misión, y eso es parte de su testimonio, es parte de su testimonio mediante su generosidad. Y mientras hacemos eso, quiero que vean lo que está pasando en Mars Hill Phoenix. Por medio de su generosidad, Dios sigue expandiendo nuestro ministerio y hay una gran ciudad donde Dios mediante se inaugurará la próxima Iglesia Mars Hill el 12 de enero. Y quiero alegrarlos un poco por eso quisiera reportarles buenas noticias.

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Pastor Mark: Hola, soy el pastor Mark y estoy con el pastor Ryan en Phoenix. Estamos preparándonos para la reunión del grupo central de Mars Hill Phoenix, Scottsdale, y el área metropolitana. Estamos justo en Chase Field. Queremos darles a todos quizás un pequeño recorrido del terreno, de cuántas personas hay aquí, y las ciudades circundantes.

Pastor Ryan: Claro que hay como 4 millones de personas en el área de Phoenix, más de 500 millas cuadradas, es enorme.
Estamos en el centro de Phoenix. Tenemos una cantidad de ciudades a nuestro alrededor también. Aquí en la parte sudeste, tenemos Mesa, Tempe, Gilbert, Chandler, y Scottsdale. Casi todos están como a 20-25 minutos de esta localidad.

Pastor Mark: ¿Cuántos líderes de grupos comunitarios tienen potencialmente ahora?

Pastor Ryan: Ahora tenemos 43 personas siendo entrenadas. Ahora, más allá de la temporada Navideña ¿cuándo piensan iniciar la iglesia oficialmente? El 12 de enero. Pueden orar, pueden dar, orar, mostrar interés. La esperanza y la oración tiene que empezar aquí, y él dijo, a comienzos de enero, y tenemos muchas cosas que resolver. ¿Por cuántas personas quieren que oremos para el día de apertura? ¿Con cuántos quisieran empezar? 150 miembros y 25 grupos comunitarios, y quizás ese domingo atraer 800 personas que vengan a echarnos un vistazo. Genial, veremos cómo les va. Gracias hermano, te amamos, muchas gracias.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.