Diez Mandamientos – 6. No matarás (Éxodos 20:13)

El pueblo de Dios estaba estancado. Durante siglos habían vivido como esclavos bajo horribles amos cuya crueldad era superada solo por su poder. En esos tiempos lúgubres, el pueblo de Dios dio a luz hijos que heredarían solo la miseria. Su aliado más fuerte era Dios, el cual ellos pensaban los había abandonado. Lejos de haber sido olvidados, el pueblo de Dios fue rescatado por su poderosa mano. Él expuso a sus amos a vituperio y los condujo al desierto. Aunque habían sido puestos en libertad, no vivían libres aún. Empezaron a vivir como esclavos a su propio pecado. Lo que sucedió después ha repercutido por más de 3.000 años de historia hasta el día de hoy. Como un Padre amoroso y paciente, Dios instruyó a sus hijos, dándoles los Diez Mandamientos.

Hoy decidimos quién vive y quién muere. Abran sus Biblias. Vamos a continuar en nuestra serie Los Diez Mandamientos. Hoy nos encontramos en el sexto mandamiento, en Éxodo 20:13. El mandamiento dice: Lo leeremos juntos. Es muy sencillo y muy complicado. «No matarás».

Fue escrito en hebreo originalmente, y fue traducido al inglés. No se preocupen por eso. Este es el libro mejor traducido de la historia del mundo. Son dos palabras: No asesines. La primera palabra no se ha debatido mucho. Mi sermón entero se basará en la segunda palabra. Pasaremos la mayor parte de una hora juntos viendo el significado y las implicaciones de una sola palabra en la Biblia, porque toda la Escritura fue inspirada por Dios y es útil, y Jesús dijo que todas las palabras importan y cuentan, y posiblemente, muy pocas palabras sean tan importantes como esta.

He encontrado como 8 palabras distintas en el Antiguo Testamento cuando estudiaba esta semana, que aludían a matar de varias maneras y formas. La pregunta es, ¿qué quiere decir Dios cuando dice matar?

En parte la confusión viene de la Biblia del Rey Santiago que es otra buena traducción inglesa, pero fue escrita en un inglés más antiguo. Es una traducción más antigua. Dice: «No matarás», y la mayoría de las personas conocen el sexto mandamiento por el lenguaje de la Biblia del Rey Santiago. No matarás.

Esto podría generar toda clase de razonamientos falsos, que nunca debemos defendernos, que debemos tomar posturas sumamente pacifistas, que si alguien invade nuestro hogar debemos dejar que le hagan daño a nuestra familia, en vez de quitarles la vida. Esas son la clase de implicaciones de los malentendidos generados por una sola palabra en la Biblia.

Dios no es un pacifista. La Biblia no presenta a Dios como pacifista, no presenta al pueblo de Dios como pacifistas. Solo una lectura selectiva y prejuiciosa de partes de la Escritura podrían llevarnos a asumir esa postura. La Biblia no nos dice: «No matarás», nos dice que no debemos asesinar, no debemos cometer homicidio.

Por lo tanto, esta palabra es muy importante. Se refiere a cosas como el homicidio involuntario, matar a alguien violentamente sin autoridad, la venganza personal, y sí, al consabido asesinato.

Usaremos varios estudios de caso. Ustedes díganme si esto constituye un asesinato. Muerte accidental, defensa propia, un soldado en una guerra justa, un policía devolviendo el fuego. Sí o no, eso constituye un asesinato, ¿sí o no? No, no. ¿Qué tal el infanticidio, el suicidio, el suicidio asistido por un médico, la eutanasia, actos de terrorismo? En eso consiste el homicidio, ¿sí o no?

Sí, por lo tanto hay maneras en que se justifica tomar una vida y hay maneras en que no se justifica tomar una vida, y en parte la complejidad estriba en que no podemos decir simplemente: «Nunca debes matar a nadie», pero en realidad conviene poner restricciones a eso para no tener asesinatos en masa, terrorismo, anarquía, guerras injustas, un estado fuera de control, masacrando a civiles inocentes.

Por lo tanto vamos a desglosar exactamente lo que Dios quiere decir con esta palabra, y hay ocasiones en que se toma una vida humana pero son muy escasas y las lleva a cabo específicamente Dios mismo.

¿Qué tiene de malo el homicidio?

Seguramente esto genera una cantidad de preguntas, y hoy espero− y en gran parte este periodo de instrucción será emocionalmente agobiante− espero contestar algunas de las preguntas y objeciones más comunes en torno al sexto mandamiento.

Aquí tenemos una de las primeras y quizás la más importante. ¿Qué tiene de malo el homicidio? Vivimos en un día donde la ética situacional nos hace creer que Dios no está al centro sino nosotros; que las leyes no son vinculantes para personas, tiempos, y lugares; que la ética depende de la situación; que no buscamos la verdad afuera, que buscamos la autoridad internamente, y externamente

Y así pues creemos que la autoridad es interna y no externa. Lo que estamos encontrando en los Diez Mandamientos es que Dios trata de orquestar y organizar nuestros corazones, nuestras vidas, nuestras mentes, y nuestras culturas, centrándonos en Dios con leyes y verdades que son externas.

Por esta razón: Dios es el Autor de Vida. Dios es Soberano sobre la vida. Dios tiene toda autoridad sobre la vida humana. Eso es exactamente lo que está pasando en Génesis 9:6. «El que derrama sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada, porque a la imagen de Dios hizo Él al hombre». En el libro anterior de la Biblia, en el libro de Génesis, dice que no debemos matar a nadie− asesinar a nadie, más específicamente− no debemos asesinar a nadie, y si asesinamos a alguien, debemos ser asesinados porque las personas son portadoras de la imagen y semejanza de Dios.

Este es el razonamiento bíblico, no es un razonamiento evolucionista. En el razonamiento evolucionista los seres humanos son solo animales afortunados. En el razonamiento bíblico, son portadores de la imagen de Dios. Remontándonos hasta Génesis donde Dios crea los animales, los ama, provee para ellos, y los cuida, menciona las aves del cielo, los animales del campo, y los peces del mar en las Escrituras. Pero Dios crea solamente al hombre y a la mujer a su imagen y semejanza, por lo tanto los seres humanos están en una categoría inferior a Dios y superior a la de los animales.

Este es un sermón. Abordaremos la política, la antropología, la historia, y abordaremos la ética y la teología. Y vamos a tratar muchos temas. Esta es la porción antropológica del sermón. Dios es superior a nosotros y los animales son inferiores a nosotros.

Salvando al niño antes que al perro

Los que piensan exclusivamente desde el punto de vista evolucionista no creen eso. El fundador de la organización P.E.T.A., por sus siglas en inglés, Personas a favor del Tratamiento Ético de los Animales, tuvo una frase famosa: «Un cerdo es un perro es una rata es un niño». Un cerdo es un perro es una rata es un niño. Nosotros no creemos eso. Tengo cinco niños y un pastor alemán. Nos encanta el pastor alemán, trato bien al pastor alemán, no creo en la crueldad a los animales. Hasta le doy galletas y le aviento cosas al perro, por lo tanto yo− todos los liberales aquí resígnense y acompáñennos en esto. Tengo una mascota a la que trato bien, saben.

Pero si mi casa se incendiara y yo entrara corriendo, digamos que 4 de mis hijos escapan y yo todavía estoy adentro, y solo quedaran un niño y el perro, y si yo pudiera rescatar a uno solamente, no echaría suertes para saber qué hacer. Si pudiera rescatar a ambos, lo haría. Si solo pudiera sacar uno a la vez, sacaría al niño primero y volvería por el perro. Si tuviera que escoger entre el perro y el niño, me quedaría sin perro porque el niño es portador de la imagen y semejanza de Dios, no el animal.

Las personas son creadas a imagen de Dios

No significa que debemos maltratar y ser crueles con los animales, no estoy a favor de eso en absoluto, pero me refiero a que la vida humana es más valiosa que la vida del animal.
No hay indicios de que un animal tenga alma. No hay indicios de que Jesús haya muerto por los animales. No hay indicios de que los animales vayan a recibir la resurrección de los muertos y el reino eterno de Dios.

Pero los seres humanos son portadores de la imagen y semejanza de Dios. Jesús murió por las personas, y estas serán juzgadas por Dios y vivirán para siempre porque tienen alma. No son solamente entes materiales, sino inmateriales, duramos para siempre, para vida o para muerte, y, como personas, somos portadoras de la imagen y semejanza de Dios.

En cuanto al asesinato se refiere, Dios dice que «no matemos a nadie, no porque no sea agradable, o porque sea basto, o porque sea inconsiderado. El problema es mucho más grande que eso, porque son portadores de mi imagen».

Asesinar a una persona no es solo violentar a esa persona, sino violentar a Dios quien la creó. Aquí es donde la Biblia no distingue entre las cosas pecaminosas y las criminales cuando se trata de los Diez Mandamientos. El homicidio no es solo un problema social, es una afrenta a Dios y no solo ofende a la persona, ofende a Dios que la creó a su imagen y semejanza. Cuando uno asesina una persona, también le declara la guerra a Dios porque está atacando a una persona portadora de la imagen que Él le deparó.

Algunos de ustedes van a ser muy inconstantes. Argumentarán a favor de los derechos de los animales y del aborto. Argumentarán a favor de tratar a las personas bondadosamente, ciñéndose a una postura evolucionista, afirmando que solo los más fuertes sobreviven y que los más débiles, los ancianos, los enfermos, los que luchan, los pobres, deben matarlos porque después de todo son una carga a los demás.

Dios dice que no, porque las personas son creadas a su imagen y semejanza. Tienen dignidad, valor, mérito. Deben tratarse con amor, valor, igualdad, justicia, y respeto. Y si usted no− permítanme decirles esto. Si usted no cree en la Biblia, no tiene derecho a clamar pidiendo tolerancia, diversidad, y justicia. Usted es solo un hipócrita en su propia cosmovisión. Si el poder manda, si los fuertes sobreviven, y si no somos sino animales suertudos, deje de llorar. Y si le gusta la justicia, y si le gusta la igualdad, y si le gusta la dignidad, entonces crea en la Biblia, porque aparte de la antropología de la Biblia, no hay igualdad, dignidad, y valor para la vida humana. No lo hay, no puede haberlo.

Expertos en homicidos

Cuando se trata del problema del homicidio, en realidad es un tema demoníaco, no es solo un tema social. Jesús habla en Juan 8:44 de un grupo particular que quería matarlo, y les dice: «Sois de vuestro padre el diablo…él fue homicida desde el principio». El homicidio es un problema demoníaco. Dios crea la vida y Satanás quita la vida. A Satanás le encanta cuando las personas mueren arbitrariamente, prematuramente, injustamente. Jesús dice: «En el principio el Padre nos creó, y desde el principio Satanás era un homicida».

Se remonta a los dos primeros hermanos. ¿Cómo se llamaban? Caín y Abel. Abel era un hombre piadoso. Su hermano Caín lo asesinó. El homicidio comienza con los primeros dos hermanos. El homicidio tiene una larga historia en el mundo, y Jesús dice: «Es demoníaco; esto es lo que Satanás hace. Está tratando de hacer que las personas se maten entre sí y ha hecho eso desde el principio.

Hoy nos hemos vuelto tan expertos con el homicidio que nos inventamos palabras como genocidio para describir los homicidios en masa. Ustedes, los que piensan que el ser humano es bueno, permítanme decirles que toda innovación tecnológica tiende a usarse para sojuzgar o acabar con otras personas. Quizás seamos avanzados tecnológicamente, pero no estamos avanzando moralmente, por eso usamos la tecnología para asesinar más eficientemente.

Creamos palabras como genocidio para Bosnia, Ruanda, y la Alemania nazi. Tenemos ideologías como la limpieza étnica. que surge del pensamiento evolucionista. Estas personas son más evolucionadas que estas, por lo tanto debemos matarlas, asesinarlas. Como resultado, 4 hombres tomaron unas 175 millones de vidas en el Siglo XX, 4 hombres tomaron unas 175 millones de vidas en el Siglo XX. El Siglo XX es el más sangriento de la historia del mundo.

Estos cuatro hombres: Hitler, Lenin, Mao, Stalin. Eran cristianos que creían en la Biblia, evangélicos, que amaban a Jesús, ¿sí o no? No, eran comunistas ateos y de varias aberraciones de lo mismo. Si uno no procede de Dios, no tiene ninguna dignidad particular. Dios no está a cargo, sino el estado. Dios no es soberano sobre la vida, sino el estado. Y el estado tiene derecho a quitar la vida a cualquier persona que considere indispuesta, desigual, o no apta por cualquier razón. Más que todas las personas en Reino Unido y Francia juntas. Serían casi dos tercios de la población de Estados Unidos los que fueron fue asesinados por líderes de estos regímenes de gobierno.

Proverbios tiene una frase genial. Se la voy a leer. Está en Proverbios 8:36. Dios dice esto: «Todos los que me odian, aman la muerte». Entre más nos alejamos del Dios de la Biblia y de pensar como el Dios de la Biblia, más propensos somos a incurrir en el homicidio. Entre más leemos la Biblia, más tendremos la mente de Cristo, y más seremos pro-vida.

Algunos de ustedes dirían: «Pastor Mark, ya veo a dónde va esto y no estoy de acuerdo con usted». Conmigo no, no está de acuerdo con Dios. Y no quiero exagerar mi punto. Le diría que estamos tratando con una cultura cada vez menos sensible al homicidio. Cuando se gradúan− el joven promedio, cuando se gradúa de preparatoria a los 18 años de edad, han presenciado, entre la televisión, los videojuegos, y las películas, unos 80.000 homicidios.

Algunos de ustedes dirán: «Eso no es real». Falso o verdadero, algunas películas son muy realistas, algunos programas de televisión son muy realistas, y más y más videojuegos se están volviendo muy realistas. Yo diría que 80.000 homicidios tienen un fuerte potencial de desensibilizar a alguien al horror del homicidio y a la santidad de la vida.

¿Puede el Estado tomar una vida?

Esto nos lleva a otra pregunta: ¿El estado puede tomar vida? Acabo de mencionar estados que lo hicieron de una manera impía, injusta, e incorrecta, y eso ocurre ciertamente. La respuesta al abuso de autoridad no es la ausencia de autoridad, sino el derecho a usar la autoridad.

Por eso Dios no solo nos prohíbe asesinar individualmente, nos da mandamientos a nivel nacional para los gobiernos. Uno de ellos se encuentra en Romanos 13:1-4: «Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan». O sea, a los líderes políticos. «Porque no hay autoridad sino de Dios, y las que existen, por Dios son constituidas. Por consiguiente, el que resiste a la autoridad, a lo ordenado por Dios se ha opuesto; y los que se han opuesto, sobre sí recibirán condenación. Porque los gobernantes no son motivo de temor para los de buena conducta, sino para el que hace el mal. ¿Deseas, pues, no temer a la autoridad? Haz lo bueno y tendrás elogios de ella, pues es para ti un ministro de Dios para bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada».

La Biblia enseña que Dios es la autoridad suprema y que ha delegado cierta autoridad al estado. Aparte del concepto Bíblico y la noción de un Dios soberano, sin Dios el resultado es un individuo soberano o un estado soberano. Cuando el individuo es soberano, todos hacen lo que quieren. En Jueces dice: «Todos hacían lo que les parecía bien ante sus ojos». Es la soberanía del individuo, o la soberanía del estado. Cuando el gobierno es la autoridad más alta, tiende a abusar de su autoridad, porque el gobierno es controlado por pecadores. Los pecadores están a cargo de sus propias vidas, o los pecadores colectivamente, como gobierno, están a cargo de nuestras vidas colectivas, o Dios, que es soberano sobre todos y sobre todo ocupa la posición de más alta autoridad.

Y la Biblia enseña que Dios ocupa la posición de más alta autoridad, y que Dios nos habla por medio de sus leyes, y que las leyes de Dios son vinculantes para todos los pueblos, tiempos, y lugares. Así conseguimos la verdadera justicia, y la verdadera igualdad. Las cosas por las que claman los que odian a Dios son cosas que solo Dios puede dar: justicia e igualdad, y vienen por medio de leyes que aplican a todas las naciones, tiempos, lugares, razas, culturas, pueblos, y orientaciones sexuales. Sí, lo dije. Y ese Dios llama a las personas a arrepentirse y a vivir obedientemente a sus mandamientos.

Y después, la autoridad que queda no es autoridad innata. Un gobierno no tiene autoridad innata, un padre no tiene autoridad innata, un pastor no tiene autoridad innata, un profesor no tiene autoridad innata, un líder de negocios no tiene autoridad innata. Toda la autoridad, entonces, es autoridad derivada, prestada de Dios; Dios nos la presta.

Y los líderes asumen una responsabilidad particular para operar, y liderar, y tomar decisiones de tal manera que honre y compagine con Dios y su Palabra, y sus leyes, y sus caminos. Y eso incluye el estado, y Dios le da al estado una espada para velar por sus ciudadanos, para traer justicia. No es solo para tomar vida, sino para crear un contexto donde la vida es sagrada y pueda florecer.

Esto nos lleva a dos preguntas tangenciales: La pena de muerte: El estado tiene derecho, de vez en cuando, conforme a la enseñanza de la Biblia, a sancionar la pena de muerte, y quitar la vida a uno de sus ciudadanos, ¿sí o no? Sí. En más de 12 ocasiones en el Antiguo Testamento la pena de muerte fue sancionada por Dios.

Algunos de ustedes dirán: «Las cortes son imperfectas y cometieron errores», y yo diría: «Estamos de acuerdo». Cualquier sistema que incluye pecadores, tendrá defectos. La respuesta no es tener un sistema para que haya justicia, sino trabajar para que ese sistema de justicia se acople al estándar de Dios para la justicia.

Sí, Dios delega al estado, en base a Romanos 13 y el ejemplo que nos da el Antiguo Testamento, el derecho de sancionar la pena de muerte. Para desalentar el vicio y promover la virtud. O sea que ciertas transgresiones de la ley tienen consecuencias tan significativas que la pena de muerte debería ayudar a mantener cierto orden civil y social.

Imagínense si hoy elimináramos a todos los policías, todas las cortes, todas las cárceles. Eso no conduciría al florecimiento de la humanidad y la vida. Conduciría a la anarquía y a la muerte. Por lo cual la amenaza de castigo ayuda a mantener a raya a algunos pecadores impenitentes en su conducta.

Además, también ayuda a mitigar la venganza personal. Si no podemos llamar a la policía, y si no podemos tener nuestro proverbial día en el tribunal, y si no hay sistema carcelario ni pena de muerte, la gente trata de tomarse la ley por la propia mano, con venganza y castigos.

Esto resulta en una cultura muy peligrosa donde las personas iracundas quitan vidas. Pero si hay un proceso que busca la justicia, eso ayuda a mitigar esa clase de venganza personal.

Por tanto, sí, Dios sanciona la pena de muerte. Lo hace. No dejen que los maestros falsos del universalismo, el pacifismo, les enseñen la Biblia diciendo que «Jesús era totalmente manso, y que lo único que hacía era poner la otra mejilla». El Jesús del Nuevo Testamento es el Dios del Antiguo Testamento, y les cuento que ese libro es muy sangriento. Es un libro muy sangriento. A los defensores de los derechos de animales no les gustan los sacrificios de animales que eran sombra de Jesús. A los pacifistas no les gusta que al pueblo de Dios se le haya dado mandamientos. Esos mandamientos incluyen permiso para encausar delitos capitales y castigarlos, sí, incluso con la pena de muerte.

Y no solo eso, Dios mismo en el Antiguo Testamento mata a muchas personas. Inunda el mundo en los días de Noé. Envía fuego y azufre del cielo para Sodoma y Gomorra, destruye dos ciudades contiguas y pervertidas. Es un libro sangriento. Es un libro sangriento.

Y a veces los que tratan de decir: «No pienso que Dios tenga derecho a quitar vida», es porque son criminales, y a los criminales nunca les gusta la justicia.

¿Tiene derecho el Estado de ir a guerra?

La segunda pregunta que surge prácticamente es, ¿qué hay de la guerra? Un estado, una nación, un gobierno tiene derecho alguno de ir a la guerra, ¿sí o no? Sí. Esto lo vemos en el Antiguo Testamento. No estoy diciendo que seamos como la Israel teocrática, pero hay ocasiones donde el pueblo de Dios va a la guerra, e incluso hay héroes guerreros en la Biblia, como el Rey David, famoso por su habilidad de matar a muchos hombres.

Históricamente, al estudiar las Escrituras en su totalidad, sin editar el texto, los teólogos bíblicos han dado con algo llamado el concepto de la guerra justa. O sea que, sí, hay ciertas guerras homicidas, pero otras que no lo son.

Generalmente hay condiciones como cuando la autoridad es legítima, o sea, ¿se trata de un gobierno, o apenas de una banda de rebeldes, anarquistas, o terroristas, sin autoridad legítima?

¿Es defensivo u ofensivo? O sea, ¿no estamos incitando a la hostilidad sino defendiendo a la ciudadanía?

Tercero, ¿es por una causa noble? Si es solo porque podría afectar su PIB, en mi opinión no sería una causa enteramente justa.

¿Constituye una fuerza proporcional? Si aventamos una bomba nuclear a 27 terroristas, no sería una fuerza proporcional. Mandaríamos a los comandos navales.

¿Tenemos por objetivo matar civiles o soldados? ¿Hay una cantidad de personas inocentes atrapadas en medio que no son la causa del problema?

Sexto, ¿conserva más o menos vidas?

Y séptimo, ¿es el último recurso? Tratamos de aplicar la diplomacia, y todo lo imaginable.

Por supuesto que son decisiones difíciles. Los teólogos siempre debaten cada que una nación se lanza a la guerra y el tema es si constituye una guerra justa. En una era de terrorismo, armas nucleares, y ataques preventivos, no voy a decir que no sea complicado. Por eso la Biblia dice que debemos orar por nuestros líderes. Tenemos que orar para que ellos, aunque no conozcan al Señor, reciban sabiduría de parte del Señor, porque es lo que requieren este tipo de casos. ¿A quién hemos ofendido hasta ahora? A los defensores de los derechos de animales, los pacifistas, a los peace-niks. Los llamaremos hippies, de acuerdo, para simplificar. Pero estamos hablando del homicidio, y es importante hablar de ello, y les recomiendo que no digan simplemente, «Oh, son solo problemas políticos». En realidad no lo son. Son problemas teológicos. Son problemas de vida y muerte. Son problemas importantes con ciertas implicaciones políticas.

¿Es el aborto homicidio?

Esta es la parte más difícil del sermón. Dedicaré mucho tiempo a esta parte. Muchos de ustedes querrán irse ahora. Cientos de ustedes probablemente se irán y nunca regresarán. Les insto que consideren lo que tengo que decirles, que vayan a la casa y estudien lo que dice la Palabra de Dios, y no saquen conclusiones a la ligera, sino con oración, con cuidado, decídanse bíblicamente sobre este asunto. Esta es la pregunta. En cuanto al homicidio, ¿el aborto es homicidio? El problema no es poder elegir, el problema es el homicidio. No se dejen confundir por la semántica. ¿Creemos en poder elegir? No creo en el homicidio. No estamos hablando de poder elegir, sino del homicidio. ¿Cuándo empieza la vida? Amigos, la vida empieza al momento de la concepción. Científicamente, clínicamente, es incontrovertible. Simplemente lo es.

Les leeré algo. Traje unas cuantas citas. Robert P. George, un profesor de Princeton, antiguo miembro del Consejo Presidencial sobre la Bioética, dice que los embriones humanos no son otra clase de organismo animal como los de un perro o de un gato. Tampoco son parte de un organismo como un corazón, un riñón, o una célula de piel. Y repito, tampoco son un conglomerado desorganizado, ni una masa de células que esperan ser transformadas mágicamente. En cambio, el embrión humano es un miembro vivo de la especie Homo Sapiens que se encuentra en la etapa inicial de su desarrollo natural. Y a menos que sea dañado o denegado, o privado de un ambiente propicio, el ser humano en su etapa embriónica podrá dirigir su propio funcionamiento integral y orgánico y desarrollarse hasta llegar a la siguiente etapa de desarrollo y madurez. El niño fetal embriónico en etapas adolescentes: son etapas de desarrollo de una entidad determinada y perdurable, un ser humano, que entra a la existencia en un organismo unicelular llamado cigoto, y se desarrolla, si todo marcha bien, hasta la adultez muchos año después. Pero la pregunta es: ¿significa que el embrión humano es una persona humana de pleno respeto moral? ¿El embrión incipiente nunca debe usarse solo como un medio para beneficiar a otros tan solo por ser humano?

La respuesta es, sí. La vida comienza en la concepción. Quizás sea una persona pequeña, pero es una persona creada a imagen y semejanza de Dios, y toda madre que se ha hecho una ecografía lo sabe.

Estuve en el ultrasonido de mis 5 niños. Algo que me ha ayudado a disolver y socavar este fuerte compromiso con el aborto, ha sido la innovación y distribución del ultrasonido. Cuando uno lo ve, lo ve como un bebé, estuve ahí con todos mis 5 niños. «Ahí está la cabeza. Ahí están los brazos. Ahí están las manos. Ahí están los pies. ¿Ves el corazón? Oh, mira, cinco dedos en esta mano y cinco dedos en esa mano, y cinco dedos en ese pie y cinco dedos en el otro pie».

¿Saben qué? Es una persona. Por eso es que los que son pro-muerte luchan contra mostrar las ecografías a las embarazadas que consideran un aborto, sabiendo qué efecto tendrá en su decisión, porque la verdad siempre hace eso. Científica y clínicamente hablando, la vida humana comienza al momento de la concepción. Bíblicamente, la vida comienza en la concepción.

7 Razones por las cuales la vida comienza en la concepcion

Permítanme darles varias razones por las que creo que la vida empieza en la concepción. Dios dice. En realidad no importa lo que yo creo. Lo que importa es lo que Dios dice.

1. Solo un ser humano es llamado pecador

El Salmo 51:5 dice que en pecado nos concibió nuestra madre. Por lo tanto, un bebé en el vientre de su madre no es una persona, es un pecador. Solo esperan la oportunidad para demostrar que eso es un hecho, y el nacimiento les da esa oportunidad. Son pecadores que necesitan un Salvador. Entendemos que en la Biblia el ser humano es el único que se llama pecador. De acuerdo, las personas son pecadoras y necesitan un Salvador.

2. Fueron llamados desde el vientre de sus madres

Segundo, Isaías y Jeremías, dos grandes profetas del Antiguo Testamento, ambos nos dicen que fueron llamados para su ministerio profético desde el vientre de su madre. Fueron apartados para el ministerio profético desde el vientre de sus madres.

3. Fue lleno del Espíritu Santo desde el vientre de sus madres

En Lucas 1:15, este es el tercer punto, Juan el Bautista, según nos dice, el primo de Jesús, que sería «lleno del Espíritu Santo aun desde el vientre de su madre». O sea que un bebé en el vientre de su madre es un pecador que necesita un Salvador. Pueden ser salvos en el vientre. Dios el Espíritu Santo puede aplicarles la obra de Jesús a ellos y salvarlos en el vientre. Y al igual que Isaías y Jeremías, Dios puede llamarlos al ministerio desde el vientre de sus madres. Estas son cosas que Dios solo hace por las personas.

4. Dios nos hizo en el seno de nuestra madre

Dios sabe lo que pasa en el vientre. Él habla de este tema en el Salmo 139, este es el cuarto punto, en los versos 13 y 14. «Porque tú formaste mis entrañas; me hiciste en el seno de mi madre. Te alabaré, porque asombrosa y maravillosamente he sido hecho; maravillosas son tus obras, y mi alma lo sabe muy bien». La Biblia enseña que Dios obra en el vientre de una madre, formando al niño. El mundo médico aún no entiende muchos aspectos de la concepción y el crecimiento. Seguimos explorando y aprendiendo, pero Dios sabe y Dios ve y Dios nos forma en el vientre de nuestra madre, Él ve que somos pecadores y que necesitamos un Salvador aun desde el vientre de nuestra madre, y puede enviar al Espíritu Santo a regenerarnos en el vientre de nuestra madre, y puede llamarnos a una vida ministerial desde el vientre de nuestras madres.

O sea que, por el hecho de que no haya nacido el niño, y no tenga cierta relación con su madre y con su padre, no significa que Dios Padre no tenga una relación particular con ese niño no nacido.

5. La Biblia los llama “Niños”

Quinto, bajo razones bíblicas, creemos que la vida empieza al momento de la concepción, porque la Biblia lo enseña. En el Nuevo Testamento, que fue escrito en griego, hay una palabra para niños, o hijos: la palabra brephos. En Lucas 18 hay una ocasión en que una cantidad de niños vienen a Jesús. ¿Recuerdan eso? Es una de las historias más queridas de toda la Biblia. Ahí estaba Jesús, y muchos niños vienen a Él como si fuera el Papá Noel en un centro comercial en Navidad. O sea: «Ah», corren hacia Jesús y las personas traen a sus hijos a Jesús. Y nos parece que todos los niños quieren sentarse en el regazo de Jesús y jugar con Él, y revolcarse con Él, saben, jalar su barba y pasar el rato con Él. Es una imagen genial, ¿no es cierto? Hasta los no cristianos dicen: «Eso me gusta», ¿verdad? Jesús Papá Noel, ¿a quién no le va a gustar a Jesús Papá Noel? Es asombroso, ¿verdad?

La palabra que usa para describir a esos niños cantando y bailando y jugando y revolcándose y pasando el rato con Jesús, es brephos. Lucas 18. Si vuelven a Lucas 1, lo mismo, diré, Lucas 2:12, en el mismo libro, dice que hay una mujer joven llamada María que tiene un brephos en su vientre, un hijo. Su nombre es Jesús. La Biblia usa la misma palabra para Jesús nonato, o para Jesús antes de nacer, y todos los niños vienen a pasar el rato con Él, porque no lo abortó su madre soltera, rural, pobre y adolescente. Y como Jesús no fue abortado y sobrevivió, creció y se hizo hombre, y los brephos vinieron a jugar con Él. Los niños vinieron a jugar con Él. La Biblia no distingue entre un niño en el vientre, y un niño en el regazo. La Biblia no distingue entre los dos, usa la misma palabra. Y la Biblia tiene otras palabras que hubiera podido usar, pero usa esta palabra intencionalmente.

6. Dios se hizo bebe en el vientre de una madre

Sexto, Dios se hizo un bebé en el vientre de una madre. A veces los teólogos dicen: «Dios se hizo hombre». Finalmente sí, pero empezó como un bebé como todos nosotros. Creció en el vientre de su madre, quien lo dio a luz, y creció y se volvió adulto. No hay nada que sancione más los derechos de los no nacidos que el hecho de que Dios se haya vuelto un bebé, que Dios haya entrado a la historia humana como bebé− aunque pudo haber venido como Él quisiera− pero el Dios eterno eligió entrar en la historia por medio del vientre de una madre, y crecer como niño, como nosotros lo hacemos. Aquí es donde Jesús se identifica con los no nacidos o los prenacidos.

Y en mi opinión es un tema de derechos humanos. Qué trató de hacer el líder político a Jesús, siendo apenas un bebé? Matarlo. Satanás ha estado tratando de matar a los niños. En realidad es un problema de derechos humanos. Les daré una cita de Alveda C. King, la sobrina de Martin Luther King Jr. «Cómo puede sobrevivir el sueño si asesinamos a los niños? Todo niño abortado es como un esclavo en el vientre de su madre: La madre decide su destino». Es un tema de derechos humanos.

7. Dios es un Padre

Y séptimo, Dios es un Padre. Dios pudo haberse revelado a nosotros con cualquier otro apelativo, pero eligió Padre. ¿Cómo piensan que es el corazón paterno de Dios hacia los niños? Hay una diferencia entre un corazón de padre y el corazón de un asesino. Un padre hace cualquier cosa para proteger la vida del niño. Un asesino hace cualquier cosa para quitar la vida a un niño. Dios es un Padre, no es un asesino.

Un caso práctico en Éxodos 21:22: Golpean a una mujer embarazada y se le sale el niño

Usemos un estudio de caso en la Biblia. Estamos en Éxodo 21. Les mostraré un verso del siguiente capítulo en la Biblia. No iremos lejos. Aquí está el estudio de caso. «Si algunos hombres luchan entre sí», digamos que dos tipos están peleando, « y golpean a una mujer encinta». Digamos que uno estaba borracho y no le dio al otro. Quizás trate de derribar al otro y los dos chocan contra la mujer, una espectadora inocente. Quizás estén en una fiesta o en un bar o en un espacio reducido. Y se le sale el niño. Repito, esta es la palabra hebrea para dar a luz, no para un aborto espontáneo. La mujer está embarazada y los dos tipos están peleando. De alguna manera chocan contra ella, le dan un golpe, algo pasa y le provocan un parto prematuro, pero el bebé sobrevive. El bebé no muere, el bebé vive. «Sin haber otro daño», o sea, si el bebé está bien. «Ciertamente el culpable será», ¿qué? «Multado». O se, tienen que pagar por eso. «Según lo que el esposo de la mujer demande de él; y pagará según lo que los jueces decidan». Si usted va ante el tribunal con eso, el tipo tendría que pagar las cuentas médicas, pagar su cuidado, pagar por su dolor y sufrimiento.

Pero, ¿están listos? «Pero si hubiera algún otro daño, entonces pondrás como castigo, vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe». O sea, si dos tipos están peleando, y de alguna manera uno le hace daño a la mujer embarazada, y el niño muere, le hacían al tipo exactamente lo que le pasó al niño; y eso es justicia, porque el bebé está en el vientre de la madre y tiene derechos legales a los ojos de Dios, por ser una persona portadora de la imagen y semejanza de Dios.

El mató a un niño nonato

Ahora usaré esto para demostrar que nuestra cultura está loca. Está loca. Les daré un caso. Hace poco en las noticias. Esta es la noticia, se las voy a leer. «El pasado junio Ramee Lee descubrió que estaba embarazada, y tocaba el cielo con la punta de los dedos. Pero su euforia pronto se volvió desespero cuando el hombre que ella conocía como su novio mató al feto en secreto. John Andrew Welden no quería tener hijos». Los tipos que quieren sexo pero no quieren hijos, van por el camino del homicidio. Quizás no lo hayan cometido, pero van por el camino al homicidio. «John Andrew Welden no quería hijos, por lo que engañó a Lee haciendo que se tomara una píldora abortiva, provocándole una aborto espontáneo a los 6 meses. Welden, de 28 años de edad, se declaró culpable de haber matado»− y el artículo dice− «a su bebé nonato. Para engañar a Lee, Welden le dijo que su examen de sangre mostraba que tenía una infección y que debía tomar amoxicilina durante tres días. Pero en vez del antibiótico, Welden le dio a Lee Cytotec, una droga que causa contracciones al principio seguidas del aborto espontáneo. Al final llevaron a Lee urgentemente al hospital, con sangrado y dolor abdominal. Los doctores descubrieron que no eran antibióticos sino píldoras abortivas». Sí, la clase de píldoras que los niños de secundaria consiguen sin permiso de sus padres en algunas partes aunque no pueden conseguir aspirina. Aceptó un acuerdo por negociación que lo mandó a la cárcel por un mínimo de13 años. A Welden lo imputaron bajo una ley federal poco usada, denominada: «Acta de Protección de las Víctimas de la Violencia no Nacidas», con cargos de homicidio que lleva sentencia de muerte».

Es una aplicación del principio que vemos en Éxodo 21. El bebé es una persona, y si usted asesina un bebé, merece ser castigado por el estado porque usted es un asesino. El artículo usa estos términos asombrosos: Usaron los términos: «bebé no nacido, píldoras abortivas, y asesinato». ¿Me está diciendo que un bebé no nacido es una persona con derechos y que las píldoras abortivas causan el homicidio? Sí, y me tiene muy perplejo esta ley federal poco usada: el Acta de Protección de las Víctimas de la Violencia no Nacidas. Sí, en serio, la usan muy poco. Si la mujer se hubiera tomado la píldora ella misma y hubiera asesinado al niño, lo hubieran celebrado con creces, pero como el hombre la engañó y le dio la píldora, lo sentenciamos a 13 años de cárcel.

Mi pregunta es: ¿fue o no fue homicidio? Si fue homicidio, no importa quién lo asesinó. Sigue siendo homicidio y concuerdo con la decisión, y me pongo a orar por la mujer. Su novio, el padre del bebé, fue quien lo asesinó. Es un homicida, pero no es el único.

¿Les parece una locura que un hombre llegue y le dé un golpe a una mujer embarazada, y si tiene un aborto espontáneo podrían culparlo de homicidio a menos que un médico y la madre lo pidan? Es una locura. Repito, no se trata del derecho a elegir, es cuestión de homicidio. No es cuestión de elegir, es cuestión de homicidio.

Siento oposición en el santuario ¿Saben por qué se sienten culpables? Quizás porque lo son. ¿Saben por qué se sienten mal? Quizás por hacer algo malo. Quizás no le guste la palabra homicidio porque ha cometido homicidio.

Somos una cultura homicida. Desde que la ley Roe contra Wade fue legalizada en 1973, tenemos entre 50 y 55 millones de abortos documentados, tan solo en EE. UU. Digamos que fueran 55 millones. Sería el 17% de la población. 55 millones de personas es más que la población de 25 estados conjuntos. Kentucky, Oregón, Oklahoma, Connecticut, Iowa, Mississippi, Arkansas, Kansas, Utah, Nevada, New México, Nebraska, West Virginia, Idaho, Hawái, Maine, New Hampshire, Rhode Island, Montana, Delaware, South Dakota, Alaska, North Dakota, Vermont, y Wyoming. Si asesináramos todas las personas que viven en esos estados, serían casi 55 millones. Si los terroristas atacaran a Estados Unidos ahora mismo, y mataran 55 millones de personas, sería un problema. En cambio hacemos desfiles. 55 millones de personas es más que la población entera de 219 países. Son más las personas asesinadas por el aborto que la población entera de personas que viven en Sudáfrica, o Corea del Sur, o España, o Polonia, o Canadá, o Australia.

Cambio de opinión, cambio de vida

¿No debemos qué? Cometer homicidio. Antes de conocer a Jesús, yo estaba a favor del aborto, creía en la eugenesia maltusiana que busca controlar la población a la fuerza. Investigué el asunto, algunos lo saben porque lo he compartido. En preparatoria y al comienzo de la universidad argumenté persuasivamente a favor del aborto.

Entonces conocí a Jesús, leí la Biblia, y cambié de parecer, tuve un cambio de opinión, y mi vida cambió. Si están aquí hoy, quiero que ustedes tengan eso. Eso es lo que quiero para ustedes. Y estaba pensando sobre esto ayer cuando pasaba el rato con mis 5 niños. Me alegra que estén vivos.

Para los homicidas que no solamente están a favor del aborto, las palabras importan. Ustedes los homicidas, hombres que han llevado a sus novias o a sus esposas a la clínica, hombres que han animado, forzado, o pagado para que se hagan un aborto; ustedes, las mujeres que han matado a sus propios hijos, que han asesinado a sus propios hijos, algunas de ustedes son homicidas y algunas de ustedes son cómplices de asesinato. La buena noticia es que Jesús murió por los homicidas, que Jesús también fue asesinado, y que nadie es más inocente que Jesús. Los nonatos definitivamente son los seres humanos más inocentes, pero Jesús es perfecto, sin pecado, el Dios-hombre completamente inocente, y fue crucificado y asesinado. Y una de las cosas que dijo cuando lo estaban asesinando fue: «Padre», ¿qué? Perdónalos. Jesús perdona a los homicidas, Jesús perdonó a sus propios asesinos, y Jesús murió en la cruz para que los asesinos pudieran ser perdonados

. Así que a las damas que están aquí conteniendo las lágrimas en este momento traumático, y sienten que les aventé una bomba en su vida, si son homicidas, Dios perdona a los homicidas; por eso necesitan que Jesús las perdone por haber asesinado, y Él lo hará.

Para los que tienen una conciencia muy sensible, les garantizo que no pretendo hacerlas sufrir. Pero también hay muchas que al escuchar esto no tienen la conciencia sensible, tienen una conciencia empedernida, dura, y necesito ablandarla. Y sé que inmediatamente les vienen a la mente objeciones, y algunas dirán: «Personalmente nunca me hubiera hecho un aborto, pero pienso que tenemos derecho a imponer nuestra política a los demás». Lo que están diciendo es: «Sé que está mal, pero soy cobarde». Es como decir: «Nunca cometería un acto de terrorismo, pero no creo que debamos imponer nuestra moralidad a otros». Cuando usted dice: «Yo nunca haría eso», lo que está diciendo es: «En el fondo, sé que está mal».

Algunos de ustedes dirían: « ¿Qué pasa con los casos difíciles como la violación, el incesto? Yo diría que esa cifra no constituye 55 millones de personas, así que, ¿Qué tal si más bien nos deshacemos de la montaña de casos que hay y después lidiamos con los más difíciles, amorosamente, con oración, bíblicamente, consideradamente, pacientemente, y con afecto?

¿Que vamos a hacer con toda esa gente que tiene Síndrome de Down?

Algunos de ustedes dirían: « ¿Qué pasa con los que nacen con defectos congénitos como el Síndrome de Down?». ¿En serio? Porque en nuestra iglesia tenemos miembros con Síndrome de Down, que aman al Señor Jesús, y que le dirían a usted que fueron creados a imagen y semejanza de Dios, y que no piensan que deben ser asesinados.

Hicimos una serie de estudios en todo Estados Unidos y he estado leyendo las transcripciones, y en cuanto al tema del aborto me sentí horrorizado al leer que en una ciudad dijeron literalmente: «Pues claro que el aborto es necesario. ¿Qué vamos a hacer con toda esa gente con Síndrome de Down?». Se supone que debemos matarlos a todos. ¿Ven la altivez y arrogancia en eso? Ven, porque no somos como deberían ser las personas. Es una suposición enorme. Hay muchísimas personas que no tienen Síndrome de Down que actúan como animales y no son una verdadera bendición para el resto de nosotros.

Además, estoy a punto de cumplir 18 años en el ministerio, y muy desde el principio en Mars Hill, recibía llamadas en la oficina de mujeres embarazadas angustiadas, por lo general eran madres primerizas, «Pastor Mark, dijeron que mi hijo tiene Síndrome de Down». He escuchado eso cientos de veces durante 17 años y aún no he visto a un niño nacer con Síndrome de Down. Y si nacen, ámenlos, alaben a Dios por ellos, críenlos. Fueron hechos a imagen y semejanza de Dios, y fueron hechos asombrosa y maravillosamente, y no hay ciudadanos de segunda clase en el reino de Dios.

Pero lo que pasa es que, en nuestros días, como la mayoría de las personas con niños con Síndrome de Down los abortan, a menudo los doctores no quieren hacerse responsables. Por eso les dicen: «Existe la posibilidad de que su hijo tenga Síndrome de Down», porque así se quitan la carga litigiosa de encima, y si por casualidad, aunque sea un porcentaje mínimo de posibilidad, si su hijo tuviera Síndrome de Down, y usted se hace el aborto, el médico se libra de culpa; pero si usted lo tiene, al menos se lo dijeron y no son responsables, y usted no puede demandarlos.

He visto centenares de madres traumatizadas que pensaron: «Ah caray, mi hijo tiene algún defecto congénito, no es Síndrome de Down siquiera, y después les nace un niño saludable. Un miembro del plantel entró y le dijo a la esposa− no era su primer hijo− «Puede que su hijo tenga Síndrome de Down». «¿Y qué? Es nuestro hijo». El doctor programó el aborto sin consultarlos siquiera. Recibieron una llamada del proveedor de cuidados médicos: «Sí, era para recordarles el aborto». «Un momento, espere, ¡no! No queremos un aborto. Somos una pareja cristiana. Este es nuestro hijo». No fueron al aborto y les mandaron la cuenta de todas maneras, y tuvieron que disputarlo. «No firmamos documento para ningún aborto, no fuimos al aborto porque no creemos en el aborto». El niño nació sin defectos congénitos. El bebé está bien.

No soy un profesor de ética en una universidad que les dice algunas cosas, ustedes se gradúan, y nunca vuelvo a verlos. Soy su pastor. Se supone que estaré aquí los próximos 30 o 40 años de mi vida. Los líderes que están conmigo, muchos de ellos estarán aquí los próximos 30 o 40 años también. Necesitamos estar ahí para ustedes en estas decisiones difíciles. Conozca a su bebé, conozca al bebé de su bebé un día de estos. No vivimos en un mundo de hipótesis, sino de realidades, y ciertamente no tenemos derecho a ser Dios.

El gran mito de que el aborto no le hace daño a la mujer

Solteros, no se casen con alguien si están a favor del aborto. No se casen con alguien que está a favor de la muerte. No se casen con alguien que está a favor del homicidio. Les daré el mismo consejo que les di a mis niños. Si mi hija llega a casa con un tipo y él dice: Estoy a favor del aborto, díganle: «Yo estoy a favor de romper contigo». ¿De acuerdo? No voy a dar mi hija a un tipo que piensa que posiblemente pueda asesinar a mi nieto, de ninguna manera. Si uno de mis hijos trae a casa una mujer. «Papá, es una gran chica». « ¿Qué piensa de los niños?». «Cree en el aborto, y que todos tienen que tomar sus propias−». «Está bien, genial. ¿Sabes qué hijo? Sería una cena muy corta en casa de los Driscoll. ¿Verdad? Porque a menos que ella cambie de parecer, sería algo irreconciliable. Buena suerte si quieres formar una familia con dos personas que ni siquiera coinciden en el tema de la vida nonata.

Inmediatamente algunas de ustedes mujeres por su formación feminista alocada carente de sabiduría bíblica, piensan: «Es un problema de empoderamiento para las mujeres». ¿Por eso instamos a las mujeres a asesinar mujeres nonatas para empoderar a las mujeres? La mitad de los abortos fueron mujeres, fueron hembras. En el nombre de empoderar a las mujeres hemos masacrado digamos entre 27 y 28 millones de mujeres. Si una mujer asesina a otra mujer, no sé cómo pueda contribuir al empoderamiento de mujeres, porque están asesinando a una mujer.

Además, como pastor puedo decirles que las mujeres que abortan sienten remordimiento el resto de sus vidas. Hay mujeres ahora mismo que lloran al escuchar esto. Hay mujeres que están tratando de no deshacerse en lágrimas hasta que salgan al carro. Hay mujeres que tienen una cita en su calendario todos los años que las hace sentir como si estuvieran en un funeral, porque fue el día que asesinaron a su hijo. Hay mujeres que abortaron, asesinaron a su hijo, que después se volvieron madres, y cada vez que miran a sus bebés se dan cuenta que falta uno y se sienten destrozadas. Conozco a esas mujeres, amo a esas mujeres, pastoreo a esas mujeres. Son mujeres que cada vez que ven a sus nietos recuerdan atormentadas. Hay mujeres quienes, después de abortar a sus hijos, van y se casan esperando volverse madres, y por alguna razón no pueden con el tormento y se sienten destrozadas.

Ven, el mito es que el aborto no hace daño a las mujeres. Como pastor puedo asegurarles que las atormenta, que las mujeres fueron hechas a imagen y semejanza de Dios, que las mujeres fueron creadas para nutrir la vida de su niño, no para acabar con la vida de su niño. Y cuando una mujer reprime la verdad y lucha contra su forma de ser, como Dios la creó.

Sé que todo esto es muy ofensivo, pero lo principal es esto: No se trata de asistir, o dar , o de mi índice de audiencia, o de mi popularidad. En realidad estamos hablando de quién vive y quién muere. Hay pocas cosas que puedan elevarse a este nivel de importancia y significado. Y yo pastoreo mujeres atormentadas. Y llegará el día en que Jesús enjugara toda lágrima de sus ojos, pero entre hoy y entonces, no puede haber condenación ni vergüenza, pero sí puede haber remordimiento, arrepentimiento, y lágrimas.

Y algunos hombres saben exactamente de qué estoy hablando porque han venido a ha Iglesia Mars Hill con las manos empapadas de sangre. Querían el sexo y no el matrimonio, querían el sexo y no los niños, y son cómplices en el homicidio. Esta es la ley. La ley nos muestra nuestro pecado. La ley nos muestra nuestros fracasos, nuestras culpas, nuestros defectos. Nos muestra hay algo al centro de nuestras vidas que no es Dios, y por lo general somos nosotros. Nos muestra que adoramos las cosas como el sexo, el placer, y que somos capaces de asesinar. La Biblia no solo tiene leyes, tiene el Evangelio, las buenas nuevas.

Padre, perdónalos

Esta es la buena nueva. Dios es el Dios vivo. Nuestro pecado trae muerte. Dios se volvió en el hombre Jesucristo, y empezó como bebé en el vientre de una madre, y creció para ser crucificado para ser asesinado, y entre sus últimas palabras dijo: Padre perdónalos. Y Jesús murió para que los homicidas pudieran ser perdonados y cambiados; y resucitó y conquistó la muerte, porque la palabra final de Dios no fue homicidio sino resurrección.

Espero y pido y creo que el aborto espontáneo que tuvo Grace, y que aún me atormenta, que alguien aún extraña a ese niño. Falta alguien en la mesa a la hora de la cena. Sea un niño abortivo o uno que fue abortado, creo en la resurrección de los muertos, y que habrá muchos más niños bailando alrededor de Jesús de los que había en Lucas 18.

La esperanza está en la resurrección. Aunque matamos a Dios, Él conquistó el pecado y la muerte, Él nos trae perdón y vida. En Eclesiastés dice que cuando el rostro está triste el corazón puede estar contento. Pienso que mejor lo dejo ahí.

En silencio vamos a recoger nuestros diezmos y ofrendas. Voy a darles la oportunidad de sentarse a pensar y a orar. Y antes de ponerse de pie para ir a buscar a sus hijos, oren y den gracias a Dios por tener hijos que buscar.

Oracion

Padre, gracias por la oportunidad de enseñar la Biblia en la Iglesia Mars Hill. Y Dios, gracias porque eres un Padre, y gracias por todos tus hijos que consideran que Mars Hill es su hogar. Oramos por los que faltan, y oramos por los que podrían venir en el futuro, Señor Dios, que salgan del vientre de sus madres y se incorporen a la familia de tu iglesia. Y Dios, al recoger nuestros diezmos y ofrendas, te invitamos, Espíritu Santo, a cargar el corazón de tu pueblo y despierta en nosotros el regocijarnos en la esperanza del Evangelio de Jesucristo, en cuyo nombre lo pedimos, amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.