Un mensaje a las siete iglesias (Apocalipsis 1:9–20)

Apocalipsis 1:9–20

9 Yo, Juan, vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.
10 Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta,
11 que decía: Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.
12 Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo. Y al volverme, vi siete candeleros de oro;
13 y en medio de los candeleros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro.
14 Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos eran como llama de fuego;
15 sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se le ha hecho refulgir en el horno, y su voz como el ruido de muchas aguas.
16 En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada de dos filos; su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza.
17 Cuando lo vi, caí como muerto a sus pies. Y El puso su mano derecha sobre mí, diciendo: No temas, yo soy el primero y el último,
18 y el que vive, y estuve muerto; y he aquí, estoy vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades.
19 Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de éstas.
20 En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias.

Introducción

¿Cuán a menudo ora usted? Segunda pregunta, ¿por quién ora usted con mayor frecuencia? Sean honestos. ¿Casi siempre es por ustedes, sus dolencias, sus carencias, sus anhelos, sus necesidades? ¿Cada cuánto ora por nosotros, su iglesia? ¿Por todo el pueblo de Dios junto y en misión aquí en Mars Hill?

Algo interesante al entrar en materia con Los siete, es que todo el argumento del Apocalipsis está centrado en Jesús. Por eso empieza así: La revelación de Jesucristo. Tan pronto miramos a Jesús, él reorienta nuestra mirada hacia su iglesia. Por tanto se trata de amar a Jesús y amar a su iglesia, y fue escrito por un hombre llamado Juan, quien demuestra para nosotros un amor simultáneo por Jesús y la iglesia.

La vida de Juan es una de las más asombrosas que jamás se ha vivido. Conoció a Jesús cuando era apenas un hombre joven, quizás de 20 años. Era uno de los 12 discípulos de Jesús. Presenció todas las curaciones, los milagros, la expulsión de demonios, caminar sobre el agua. Estuvo presente en toda la vida y ministerio de Jesús. Vio a Jesús morir en la cruz. Vio a Jesús resucitar de los muertos. Vio a Jesús ascender de vuelta al cielo.

Después escribió el Apocalipsis, 1a, 2a, y 3a de Juan, El evangelio de Juan. Vio cuando asesinaron a todos los otros discípulos, cuando los martirizaron, los mataron. Vivió más que todos ellos. Según la historia de la iglesia llegó a tener casi 100 años de edad cuando escribe el libro de Apocalipsis.

Tienen que verlo como un hombre viejo que ha tenido muchas experiencias. Trataron de matarlo, pero no murió. La historia de la iglesia nos dice que lo hirvieron vivo en aceite, y como eso no le quitó la vida, lo exiliaron a una pequeña isla llamada Patmos, cerca de lo que hoy es Turquía. Es un terreno escarpado, rocoso, escabroso, yermo. Era como la Alcatraz de aquellos días.

Ahí estaba Juan un domingo, el Día del Señor, y está orando por la iglesia. Su corazón es para la iglesia. La iglesia que él supervisa es una iglesia multisitio, siete iglesias congregadas en y alrededor de Éfeso, Turquía, esparcidas en un entorno de 30 a 50 millas una iglesia que se congrega en varias localidades bajo el liderazgo de Juan, el líder principal o de más antigüedad.

No puede congregarse con su gente el domingo, los extraña. Los ama. No sabe si volverá a verlos jamás. Entonces hace su propio culto por sí solo; pasa el tiempo orando por la iglesia. El mismísimo Jesús se le aparece. O sea, tremendo día. ¿Se lo imaginan? En medio de su devocional, usted cierra los ojos y al decir: «Señor, Jesús», oye una voz que le dice: «Aquí estoy» Abre los ojos, y ahí está. ¿Cierto? Nunca tuve esa experiencia. Si usted la tiene, por favor llámeme de inmediato. Donde quiera que usted esté vendré a acompañarlo.

Es un momento asombroso en que Jesús baja del Cielo para reunirse con Juan y hablar de las siete iglesias y darle un adelanto de cómo Jesús percibía su desempeño.

Un mensaje a las siete iglesias

Vayan conmigo en sus Biblias o busque conmigo en su aplicación Apocalipsis 1:9–20, al continuar nuestra serie Los siete veremos un mensaje a las siete iglesias. Lo leeremos todo y sacaré algunas ideas principales.

«Yo, Juan», ahí está el autor, vuestro hermano y compañero en el reino y en la perseverancia en Jesús, me encontraba en la isla llamada Patmos, a causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús. Estaba yo en el Espíritu en el Día del Señor y oí detrás de mí una gran voz, como sonido de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves y envíalo a las siete iglesias: a Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea».

Los llevaremos a esos lugares en las próximas semanas a ver esos lugares. He estado en Turquía tres veces en los últimos años, visitando sitios arqueológicos y traje el equipo de rodaja conmigo. Lo verán todo empezando la semana entrante.

«Y me volví para ver de quién era la voz que hablaba conmigo y al volverme, vi siete candeleros de oro; y en medio de los candeleros vi uno semejante al Hijo del hombre, vestido con una túnica que le», Maravilloso, como los Jedi, «llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho por un cinto de otro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos eran como llama de fuego; sus pies semejantes al bronce bruñido cuando se ha hecho refulgir en el horno y su voz como el ruido de muchas aguas». Este es el jefe.

«En su mano derecha tenía siete estrellas, y de su boca salía una aguda espada», esto es épico, fantástico, asombroso, «De dos filos». Permitan a sus hijos jugar con espadas. Es bíblico. Serán como Jesús. «Su rostro era como el sol cuando brilla con toda su fuerza. Cuando lo vi, caí como muerto a sus pies. Y Él puso su mano derecha sobre mí, diciendo», ¿Pueden visualizarlo? «No temas, yo soy el primero y el último, y el que vive, y el que estuve muerto; y he aquí estoy vivo por los de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del Hades. Escribe, pues, las cosas que has visto, y las que son, y las que han de suceder después de estas».

El Apocalipsis trata temas coetáneos al Siglo I y después se proyecta hacia el futuro y la segunda venida de Jesús. Los primeros tres capítulos tratan cosas que acontecieron en el Siglo primero y el resto se trata del futuro.

«En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en mi mano derecha y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias».

Perseveren en Jesús

Queremos extraer cuarto ideas principales de Apocalipsis 1:9–20. Número uno, debemos perseverar en Jesús. Es exactamente lo que dice, que tendremos tribulación y que debemos perseverar. Le da mucha importancia a estas palabras: «En Jesús». Para los que están en Jesús, el contexto de esta vida es la tribulación, la oposición, el sufrimiento, porque no sé si ustedes lo saben, pero no estamos en el reino de Dios todavía.

Hoy saldrán de aquí en su carro, pero no van rumbo al cielo. ¿Cierto? Todavía no estamos ahí. Estamos en el tiempo entre los tiempos, donde Jesús es victorioso, pero el nuevo cielo, la nueva tierra, la nueva Jerusalén todavía no han entrado en vigor. Jesús no ha regresado todavía. Su trono todavía no está sobre la Tierra. Los muertos no han resucitado. Las cosas no se han hecho todavía.

Esto requiere perseverancia, algo que muy pocos conocemos en absoluto. Somos una cultura consumista totalmente egocéntrica, narcisista, de gratificación inmediata, y se manifiesta en toda clase de adicciones, compulsiones y deudas. El cristianismo requiere perseverancia, pero perseveramos en Jesús, dice él. Jesús perseveró por nosotros, mediante el sufrimiento, la oposición, las contiendas, la muerte, y viene a morar en nosotros por la presencia y poder del Espíritu Santo, y la vida de Jesús se hace disponible por medio del cristiano, por el poder del Espíritu Santo.

Cuando perseveramos, no perseveramos para Jesús. Perseveramos como Jesús. Perseveramos con Jesús. Perseveramos en Jesús. Perseveramos por el poder y la presencia de la Persona de Jesús. Juan lo dice así—y él es un hombre que ha perseverado mucho tiempo a estas alturas en su vida, como cristiano de 70 o 80 años, odiado. Ahora está exiliado, expulsado, y sigue perseverando. No duda a Dios. No deja de creer en Dios. No reniega de Dios. No se desentiende de Dios.

En cambio dice esto: Apocalipsis 1:9, dice: «Yo, Juan, vuestro hermano». Lo primero que nos dice es que es hermano de ellos. Es un lenguaje asombroso porque hay dos cosas que deben caracterizar simultáneamente a los líderes cristianos. Lideran sobre las personas, y están al lado de las personas como hermanos y hermanas.

Al usar este lenguaje la Biblia nos muestra que Juan—deben entender esto de Juan—es el ser humano más de mayor autoridad espiritual sobre esta Tierra. Está escribiendo libros de la Biblia. Era amigo de Jesús, testigo ocular de la resurrección, el que Jesús amaba, el mejor amigo de Jesús. Mejor dicho es Billy Graham más el Papa ochocientos mil millones de veces. Así es su autoridad espiritual. No hay nadie en la misma categoría con Juan. Él mira la iglesia y a los nuevos cristianos y dice que es nuestro hermano y de ellos.

Es un lenguaje asombroso. Porque en el cristianismo Dios es nuestro Padre, y nosotros por nuestro pecado nos hemos apartado y huérfanos en lo que atañe a Dios, y Jesucristo viene como nuestro hermano grande. Vive la vida que nosotros no hemos vivido. Vive sin pecado. Muere la muerte que deberíamos morir, la muerte por el pecado. Resucita para darnos la victoria que no merecemos para darnos el don que somos incapaces de pagar: el perdón, la vida eterna, y la salvación. Eso significa que por medio de nuestro hermano mayor, Jesús, somos adoptados en la familia de Dios.

La Biblia usa esa nomenclatura y ese lenguaje para hablar de la familia de Dios. Dios es nuestro Padre y Jesús es nuestro hermano mayor, lo cual hace que otros cristianos sean hermanos y hermanas, Juan dice que es nuestro hermano. Dice que es nuestro «hermano y compañero en la tribulación».

Por tanto sufre con el pueblo de Dios. La tribulación aquí se refiere a los tiempos duros, difíciles y dolorosos en la vida, y Juan aquí sufre físicamente. La historia de la iglesia recuenta como lo he señalado que probablemente fue hervido vivo en aceite, aunque no murió. Está sufriendo económicamente. Lo han despojado de su hogar y de todas sus posesiones, está exiliado, según la tradición, en una cueva rocosa sobre una colina. Sufre emocionalmente. No puede estar con la iglesia y con la gente que ama, y se preocupa por ellos. También sufre espiritualmente por no poder usar los dones que Dios le ha dado para amar a las personas que Dios le ha encomendado. Está completamente solo. Este hombre está sufriendo de todas las maneras posibles. Dice que eso es tribulación.

Repito, un falso evangelio ha sido predicado en el cristianismo estadounidense que dice que si uno viene a Jesús Él quitará todos sus problemas, y hará que su vida sea celestial aquí en la Tierra. No es verdad. En Jesús, para usar el lenguaje de Juan, nuestra vida no es exenta de tribulaciones, sino a prueba de tribulaciones, y podemos soportar cualquier tribulación, oposición o sufrimiento que nos acontezca mediante nuestra relación con Jesús y su pueblo en comunidad juntos, juntos.

Sigue diciendo: «Yo, Juan vuestro hermano y compañero en la tribulación, en el reino y en la perseverancia en Jesús». Esta es la clave. Nuestro aguante está en Jesús. Nuestra paciencia está en Jesús. Nuestra nueva perspectiva está en Jesús. Nuestro nuevo poder para soportar las temporadas difíciles de la vida están en Jesús. Nuestra identidad está en Jesús y con el pueblo de Dios.

Por tanto la perseverancia está con Jesús y con su pueblo. Por eso es que toda la estructura de Apocalipsis 1, 2, y 3 trata de Jesús y su pueblo, y debemos perseverar individualmente en Jesús y perseverar colectivamente como pueblo de Jesús. Dice que habrá tribulación hasta el reino. Necesitan saber que no importa a quién elegimos. No importa cuántas guerras peleemos, cuántos dólares gastamos, cuántas iniciativas respaldamos. Hasta que Jesús regrese y los muertos sean levantados, y los que han pecado sean juzgados, y Satanás y los demonios sean atados y el infierno ocupado, y los Cielos y la Tierra y Jerusalén sean glorificados, hasta ese día, habrá dificultades. Habrá pruebas. Habrá tribulación.

Así que, no queden aterrados; al contrario, dejen que los constriña a perseverar, a no darse por vencidos. ¿Quién quieren ser en 50, 60, 70, u 80 años? Juan es un excelente ejemplo para nosotros de alguien que perseveró 60, 70, quizás 80 años en Jesús, como Jesús, por Jesús, y por causa de Jesús. Y aunque tuvo días difíciles, esperaba el día en que podía ver a Jesús cara a cara y oírle decir: «Bien, siervo bueno y fiel».

Adoren a Jesús

Entonces, número uno, perseveren en Jesús. Número dos, adoren a Jesús. Juan está adorando a Jesús. Así lo encontramos en Apocalipsis 1. Dice en el versículo 10: «Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor». O sea que es domingo. El pueblo de Dios históricamente celebraba el día de reposo los sábados. Era el patrón precedente de los judíos desde la creación. Después de la resurrección de Jesús el domingo, los cristianos dejaron de adorar el sábado, empezaron a adorar el domingo. Gracias a la resurrección de Jesús, todo era nuevo. Todo era nuevo.

Podemos adorar en cualquier momento, cualquier lugar y día. La Biblia lo dice claramente. Podemos hacer el culto de la iglesia a las 3 de la mañana o debajo de un árbol los martes. Eso está bien. Es raro, pero está bien. No hay problema. Pero los cristianos tienden a reunirse principalmente el día de Señor, el domingo, para remembrar el día de la resurrección de Jesús. Es un acto de adoración salirse de la cama para ir a estar con el pueblo de Dios, como Jesús salió de la tumba para estar con el pueblo de Dios Es un acto de testimonio a la resurrección levantarse para ir a estar con el pueblo de Dios. Es domingo y no puede estar en la iglesia.

Permítanme decir esto. Como pastor, es desolador tener una iglesia o iglesias como en el caso de Juan y el nuestro, llenas de personas que amamos mucho, que nos importan mucho, y por quien nos preocupamos mucho, sin saber cómo están y no poder estar con ellos. Para él fue porque estaba exiliado. Posiblemente estuvo allá tres días, tres meses, o tres años. No sabía cuánto tiempo estaría ahí. Lo único que sabía era que tenía personas que amaba, y no podía enseñarles la Biblia. No podía predicarles acerca de Jesús. No podía ministrarles, cuidarlos. Pero no pone en duda a Dios. Adora a Dios.

Dice: «Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor». «En el Espíritu» significa que está lleno del Espíritu Santo. No sabemos exactamente qué está haciendo. quizás esté leyendo las Escrituras. Quizás esté orando. Quizás esté anotando algo en su diario. Quizás está cantando. Quizás esté orando en lenguas. No sabemos. Podemos inferir o suponer que quizás estaba haciendo todas estas cosas.

Está adorando en privado. Hay adoración en público donde nos congregamos como pueblo de Dios. La Biblia dice en Hebreos que no dejemos de congregarnos que debemos adorar a Jesús colectivamente y estimularnos unos a otros al amor y a las buenas obras, a la esperanza y a la valentía. Pero también necesitamos adorar en privado. Juan experimentó ambas cosas. Ha dedicado muchos días dirigiendo la adoración del pueblo de Dios los domingos. Sin embargo este domingo en que no puede estar con ellos, adora en privado, y nosotros deberíamos hacer ambas cosas.

La vida de ustedes y la mía, para los que somos cristianos, debe tener dos ritmos: adoración en público y adoración privada. Abrimos la Biblia los domingos, pero ese no debería ser el único día de la semana que abrimos la Palabra de Dios. Cantamos los domingos, pero ese no debe ser el único día de la semana en que cantamos a Dios. Oramos juntos, pero no debe ser el único día de la semana en que hablamos con Señor. La adoración privada, ser lleno del Espíritu Santo, tener esos momentos privados, personalmente, apasionadamente con Jesús son muy importantes.

Permítanme decirles que el ejemplo de Juan es que empezó a adorar antes de que Jesús se presentara. Es una diferenciación importante, porque para muchos de nosotros, cuando sufrimos, estamos en pruebas y tribulaciones, y pensamos: «¿Por qué debo adorar a Jesús?». No parece que estuviera aquí. ¿Por qué debo adorar a Jesús? Es un día muy difícil. Y siento que Él aparece si siento al Espíritu Santo cercano y querido, entonces le adoraré». Juan comienza con fe. Empieza creyendo que Jesús sabe lo que está pasando y que a Jesús le importa su sufrimiento, y está lleno del Espíritu Santo, y adora a Jesús, y ora por la iglesia. Después viene Jesús a él.

Permítanme decirles que si alguna vez están sufriendo no esperen a sentirse llenos del Espíritu Santo. No esperen hasta que parezca que Jesús ha aparecido para adorarle. Empiecen a adorarle por fe y vean si el Espíritu Santo no aparece y los llena, y Jesús no se les revela de alguna forma. Puede que no sea una manifestación física, como la que tenía Juan, pero la presencia, el poder, y la Persona de Jesús le encanta encontrarse con los dolidos y sufrientes.

En la providencia de Dios tuve una experiencia la semana pasada en que leí unas cosas que decían que «Yo estaba lleno del Espíritu Santo». Después dice en el versículo 17, «Caí como muerto a sus pies». Mejor dicho, tienen que visualizar esto. Es un hombre de casi 100 años de edad, y está postrado bocabajo ante el Señor Jesús. Es un acto de adoración. Es un acto de adoración. Es un acto de entrega. Es lo que un siervo hace en presencia de un rey. Es lo que un soldado hace en presencia de un comandante conquistador.

Juan, este hombre anciano que ha sufrido mucho, cuyo cuerpo lleva las cicatrices de las palizas y quizás de las heridas de cuando lo hirvieron, está postrado rostro en tierra delante de Jesús. Todo esto es un acto de adoración. Permítanme decirles que a veces su cuerpo demuestra o revela lo que está en su corazón. No es pecado alzar la voz. No es pecado alzar las manos. No es pecado orar parado. De hecho, esa era la forma predominante como los hebreos adoraban a Dios, pero a veces es bueno ponerse de rodillas bocabajo, y para demostrar físicamente lo que creemos teológicamente, que Jesús reina sobre todas las cosas incluyéndome a mí.

Amigos, cuando están dolidos, y cuando están luchando, y cuando están muriendo, deben hacerlo con adoración. Deben adorar en medio de eso. Deben invitar al Espíritu Santo a llenarlos para que mediante el poder el Espíritu puedan lamentarse y orar, y quejarse, y hablar con Dios. No significa que todo estará bien, pero significa que no están solos. Esa es la historia de Juan.

Permítanme decirles que no creo haber enseñado esto bien en mis 15 años como pastor de ustedes. Creo que ha sido una miopía y falta de instrucción de mi parte, y les pido perdón por eso. En cuanto a mí, tiendo a ser fuerte. Procedo agachado, con el mentón salido, las manos arriba, y los pies hacia adelante: Fui hecho para la guerra. El conflicto no me preocupa. No me gusta, pero puedo soportarlo. A veces pienso que les he dado la impresión a algunos de ustedes que en tiempos difíciles deben ser fuertes y seguir adelante.

A veces eso es necesario, pero a veces está bien perder los estribos. A veces está bien estar triste. A veces está bien lamentarse. A veces está bien estar quebrantado emocionalmente. Creo que Juan se siente así en el día del Señor. Está preocupado por sus iglesias. Está exiliado. Todos los demás discípulos están muertos. Solo queda él y ni siquiera puede salirse de la cueva para estar con el pueblo de Dios. Esa es la dura, dura realidad.

En la providencia de Dios al preparar este sermón, tuve un momento de esos en que pude valerme de este pasaje para aplicarlo a alguna situación. Estudiaba y oraba, y me detuve de repente, y dije: «Está bien, Espíritu Santo, por favor lléname». Pro favor permite que mi estudio sea un acto de adoración a ti». Estaba cantando y orando mientras preparaba mi sermón, pidiendo al Espíritu Santo que me llene con amor, gozo y entendimiento.

Mientras tanto, recibí un mensaje de texto de un amigo mío. Es un pastor, alguien que he conocido muchos años a quien amo mucho con su familia. Soy el padre de una joven de catorce años. Él me mandó un mensaje de texto, diciendo: «Por favor ora por mí y por nosotros. Acabamos de enterarnos que violaron a nuestra hija adolescente». Al leer eso, rompí a llorar. No podía dejar de llorar. Lloraba incontrolablemente. Perdí los estribos. En ese momento le pedía al Espíritu Santo que me llenara, que me dejara adorar a Jesús y me permitiera entender cómo se sintió Juan. Me sentía desolado en ese mismo instante.

Le mandé un mensaje de texto a mi amigo. Le dije: «No puedo dejar de llorar. Estoy orando por ti. Estoy orando por tu hija. Tenemos Libre de mi desgracia y a Justin y a Lindsey Holcomb, grupos de redención, y haremos todo para servirte. Amamos a tu familia, pero no puedo dejar de llorar». Me volvió a mandar otro mensaje de texto que decía básicamente «Genial, yo empecé a llorar también. Hacía meses no había llorado y ahora estoy llorando».

Le volví a mandar otro mensaje de texto porque en ese momento no podía hablarme. Le dije: «¿Qué tiene de malo perder los estribos?». Me dijo: «Necesito ser fuerte para mi familia». Y le mandé otro mensaje de texto diciendo. «Tal vez no». Le dije: « Está bien lamentarse. Está bien llorar. Está bien extrañarse. Está bien perder los estribos». Le dije: «Creo que estás tratando de ser fuerte para no ir a un lugar emocional donde Jesús espera encontrarse contigo». Por tanto, mientras traten de ser fuertes y perseverar para Jesús, no pueden dejar que Él sea fuerte y persevere por ustedes. Volví a mandarle otro mensaje: «Pierde los estribos, laméntate, llora, da rienda suelta, invita a tu familia a hacer lo mismo. Creo que Jesús está esperando encontrarse contigo en el lugar emocional donde tú no quieres ir».

Jesús mismo ha estado en ese lugar: en el Huerto de Getsemaní. Ha estado tan afligido de ansiedad que en su angustia sudó sangre; Jesús siendo Dios soportó la tribulación. Él ha sufrido. Enfrentó lo peor y felizmente se encontrará con nosotros en esos momentos. No significa que lo que pasó haya sido su voluntad, sino que Él puede encontrarse con nosotros y usarlo para la gloria de Dios y para bien nuestro.

En el poder del Espíritu Santo, les insto a algunos de ustedes a no ser fuertes solamente. Pienso que la experiencia de Juan en ese momento, siendo lleno del Espíritu Santo, fue de quebrantamiento, humildad, preocupación y dolor. ¿Quién viene a verlo? Jesús. Al hallarse en medio de alguna tribulación, pidan al Espíritu Santo que los llene, empiecen a adorar a Jesús, y por la gracia de Dios, perseveren. Lo que les estoy diciendo es que el Espíritu Santo los llenará, y de alguna manera Jesús vendrá a verlos, y esas son las buenas nuevas de la historia de Juan. ¿Amén?

Sirvan a la iglesia de Jesús

Número uno, perseveren en Jesús. Número dos, adoren a Jesús. Número tres, sirvan a la iglesia de Jesús. Es interesante que estando Juan en una temporada de tribulación difícil, Jesús aparece y no hablan acerca de Juan. Es asombroso. Yo hubiera pensado que al llegar Jesús le hubiera preguntado: «¿Cómo te va? ¿Cómo te sientes? Sé que me fui hace mucho tiempo. Has estado casi solo hasta cierto punto. Te traje un ungüento para las quemaduras». Cualquier cosa.

Pero sucede esto. Jesús aparece en toda su gloria. ¿Saben lo que necesitamos a veces en medio del sufrimiento? No necesitamos que Jesús llegue y se enfoque exclusivamente en nosotros. Necesitamos que Jesús venga y nos revele quién es. «Oh, es Dios el Señor, Rey, Salvador y Cristo. Nunca estaré a más cerca al infierno que aquí en esta vida, y el cielo me espera. Este no es el reino de Dios. Así fue como trataron a mi Rey y un día de estos esta vida se acabará e iré a estar con Él. Y si Él me da una revelación, me inspirará a perseverar hasta que lo vea cara a cara».

Jesús aparece en toda su gloria, no en su aspecto humilde y marginado de un campesino galileo, sino en su autoridad y su gloria soberana. Así es como Juan ve a su mejor amigo, Jesús. Tenemos que ver a Jesús como nuestro mejor amigo que viene al lado nuestro como el Rey conquistador, soberano, que reina sobre todos nosotros. Obtiene una gran revelación de quién es Jesús. Para algunos de nosotros nuestro concepto de Jesús es demasiado pequeño. Solo lo vemos en su encarnación, no en su exaltación. Lo vemos en Galilea, no en el Cielo. Lo vemos en un pesebre, no en trono. Necesitamos ver a Jesús como es ahora.

E inmediatamente Jesús reorienta hacia las iglesias la preocupación de Juan. Es asombroso, porque prácticamente lo que hemos hecho en el cristianismo occidental es enfocarnos en «yo» y no en «nosotros», donde Jesús se convierte en un terapeuta divino para cualquier lucha o sentimiento o dolor que tengamos, Jesús viene y se sienta y se reúne con nosotros, y que Jesús quiere que usted sea el centro de nuestra vida, y quiere que alcance su máximo potencial, y que logre todo lo que pueda, y que tenga todo lo que pueda, y que la iglesia existe para glorificarlo a usted, y Jesús existe para glorificarlo a usted ¡para que brille en toda la gloria que es usted! Todo eso es un evangelio falso.

Pero en verdad solo se trata de Jesús. Solo se trata de Jesús. Entender correctamente quién es Jesús ayuda a reorientar nuestros afectos y nuestro enfoque no solo para nosotros mismos sino para otros en la iglesia. Reconocemos que otros también están sufriendo. Otras personas están dolidas. Otras personas viven en pruebas y tribulación. Y aunque estoy luchando y sufriendo, tal vez en comunidad con ellos como hermanos y hermanas, podríamos animarnos mutuamente y orar unos por otros y apoyarnos mutuamente, y ayudarnos mutuamente. De pronto no se trata solo de mí. De pronto se trata solo de Jesús y quizás lo que yo esté atravesando no sea algo tan atípico que no tenga necesidad de ir a la iglesia, sino que necesito muchísimo a la iglesia y al pueblo de Dios.

Juan lo dice así en Apocalipsis 1:11, hablando a las siete iglesias: Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, y Laodicea. Son iglesias extendidas por la ruta postal. Empezando desde la ciudad de Éfeso que era un puerto comercial les mostraremos en las semanas y los meses venideros, les mostraremos todos estos lugares.

Pero Juan ha tenido mucho que le ha provocado dolor. ¿Amén? Jesús dice: «¿Sabes cómo van las iglesias?». Pues permíteme preguntarte. ¿Sabes cómo van nuestras iglesias? ¿Sabes cómo está Mars Hill Ballard, Bellevue, Orange County, U-District, Federal Way, Olympia—un pocotón de lugares, ¿cierto? Hay 14. ¿Pero ustedes saben cómo van? ¿Les prestan atención? ¿Siguen la información que hay de ellos? ¿Oran por ellos? ¿Se preocupan por ellas y las valoran?

Ese es el modelo que Jesús le da a Juan. Es una iglesia en 7 localidades, como nosotros somos una iglesia en 14 localidades. Jesús no aparece y empieza a enfocarse en Juan. Jesús aparece y se revela y dice, «Juan, ¿piensas que estás sufriendo? Mira estas siete iglesias. No nos olvidemos de todas estas otras personas que amo».

La doble trayectoria de Apocalipsis es Jesús y la iglesia, Jesús y la iglesia, Jesús y la iglesia. Los que solo aman y sirven a la iglesia son propensos al liberalismo. «Solo amemos a las personas, alimentémoslas, cuidémoslas. ¿Qué tal el Rey Jesús? Hay otras que se enfocan solo en el Rey Jesús, se enfocan exclusivamente en adorar, y en sufrir, y en estudiar para la gloria de Dios, pero no están muy interesados en la iglesia. ¿Cómo va la iglesia? ¿Cómo les va a las personas en la iglesia? ¿Las personas están conociendo a Jesús? ¿Las vidas están siendo cambiadas? ¿Estamos logrando el presupuesto? ¿Las cosas van bien, o no? Se trata de amar a Jesús y amar lo que Jesús ama, servir a Jesús sirviendo donde Jesús sirve. Por tanto, sirvan a la iglesia.

Me encanta esta analogía en Apocalipsis 1:20. Habla de: «Los siete ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias». Al leer Apocalipsis encontrarán mucha imaginería profunda y a veces la gente especula de su significado. Aquí Dios nos sirve con mucha bondad diciendo que hay siete candeleros. Imagínense un antiguo candelero con velas que emiten su luz, en tiempos antes de la electricidad.

Dice: «Esas son las siete iglesias y la iglesia debe ser de esta manera». ¿Jesús es el qué? La luz del mundo. La metáfora describe a un mundo lleno de tinieblas, pecado, mal y muerte, y Jesús viene a traernos la verdad, el amor, la misericordia, la sanidad, y la vida, y Él es luz. Jesús es la luz en medio de las tinieblas, y la iglesia se supone que sea un lugar de donde sale la luz de Jesús. Debemos ser como lámparas, dice Jesús en otra parte.

Lo más importante en la Iglesia Mars Hill no es la Iglesia Mars Hill. Nuestra meta no es hacer cosas, decir cosas, o servir de una manera particular para que la gente diga: «Qué iglesia tan asombrosa». Sino que digan: «Él es un Dios asombroso». Porque se trata solamente de Jesús.

Yo amo la Iglesia Mars Hill, pero no es lo más importante. Jesús siempre es lo más importante. Si hacemos buenas obras, o servimos, o si amamos esta ciudad, o si cuidamos a los pobres o buscamos justicia, o ayudamos a las víctimas: alabado sea Dios, debemos hacer todo eso. Nunca debe ser «Porque soy una buena persona, o porque somos buenas personas, sino porque Él es un Dios bueno». ¿Amén? Siempre nos lleva a Jesús, siempre nos lleva a Jesús.

De esa manera, la luz que debe proyectar la iglesia, el amor, la gracia, la misericordia, la compasión, la justicia, no se origina con nosotros. Se refleja por medio de nosotros. Eso es lo que significa ser hechos a imagen y semejanza de Dios, ser reflectores, espejos. Jesús es amor, por tanto amamos. Jesús es generoso, por tanto somos generosos. Jesús es justo, por tanto somos justos. Jesús es compasivo, por tanto somos compasivos.

Pero la luz que es reflejada de nosotros en forma individual y colectiva nosotros no la originamos. Se origina en Jesús y se refleja por medio de nosotros. Si hay algún elogio, debe dirigirse finalmente no a nosotros ni permanecer con nosotros, sino que debe extenderse a Él. «Oh, ¿está muy agradecido? Déle gracias a Jesús porque viene de Él. Cualquier bien que haya recibido de nosotros de forma individual o colectiva, finalmente viene de Él».

También dice que las iglesias son no solo como candeleros, sino que cada iglesia tiene un ángel o ángeles que le ministran. Los ángeles se mencionan unas 60 veces en el libro de Apocalipsis. Los ángeles son seres creados. Son seres inmateriales, espirituales, no físicos que fueron creados para ser mensajeros y ministros. Son enviados por Jesús a servir a la iglesia con sus palabras y sus obras.

La verdad es que Mars Hill está protegida por ángeles. No sabemos cómo se llaman. No hablamos con ellos. No oramos a ellos. No sabemos quiénes son estos ángeles. Es como una nota a pie de página. Es como ir a una obra de teatro en el colegio, y hay mucho ajetreo, y el tercer árbol a la izquierda está ahí pero no es la estrella del show. Así son los ángeles. Están a un lado. Lo más importante para ellos es adorar, disfrutar y obedecer a Dios; y lo más importante es Dios, no los ángeles.

No debemos adorar a los ángeles, buscar a los ángeles, hablar con los ángeles, tratar de averiguar quiénes son nuestros ángeles o redireccionar los e-mail para los asuntos angélicos de la iglesia. En cambio simplemente honramos y amamos a Jesús, pero reconocemos y aceptamos el hecho que sí hay un reino espiritual que rodea la iglesia. Por eso dice Efesios 6 que nuestra «Nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra espíritus». De verdad existe Satanás. De verdad existen los demonios. De veras creemos esto. Ellos verdaderamente odian a Dios. De veras nos odian a nosotros. De veras se oponen a Dios. De veras se oponen a nosotros.

Hay seres angélicos que obran contra las fuerzas demoníacas para proteger a nuestra iglesia y a toda iglesia cristiana contra la herejía, las falsas enseñanzas, las divisiones innecesarias, la conducta inmoral, cosas que usa Satanás para poner el cebo en el anzuelo a fin de que lo comamos y nos arrastre hacia la muerte. Creemos esto en Mars Hill. Creemos en lo sobrenatural. No lo entendemos plenamente, pero lo aceptamos completamente.

Lo asombroso es que la iglesia se tipifica como un candelero de oro, y dice que Jesús camina ¿dónde? Entre ellos. ¿Saben dónde está Jesús? En la iglesia. No somos panteístas o pananteístas. No salimos a bosque a decir: «Voy a encontrar la energía cósmica y kármica en el río o en el árbol, para conectarme con él, para conocer a Dios». Creemos que Dios creó el mundo y que este revela algo de Él. El Salmo 19:1 dice: «Los Cielos declaran la gloria de dios». Vemos algo de Dios en la creación, pero no aprendemos de Jesús principalmente por la creación. No lo hallamos principalmente tratando de conectarse solo con la energía kármica y las cosas creadas.

Tampoco creemos lo que creen muchas religiones de oriente que hay una chispa de Dios dentro de cada uno de nosotros y que por medio de la meditación o el yoga al adentrarnos en nosotros mismos ahí encontraremos a Dios. Por eso no creemos en cosas como los laberintos de oración, donde empiezan afuera y caminan hacia el interior de sí mismos, y la meta es llegar como personas individuales acercándose a sí mismos para hallar a Dios.

No, si quieren aprender más acerca de Satanás, no salgan a la creación ni busquen dentro de ustedes sino con el pueblo de Dios, porque Jesús está en la iglesia. Es lo que está diciendo. ¿Quieren aprender más acerca de Jesús? Conéctense a la iglesia. Vivimos en tiempo en que está en boga o de moda criticar a la iglesia, oponerse a la iglesia, irse de la iglesia, usar a la iglesia para cualquier misión, causa política o ministerio de justicia social, o como una oportunidad ministerial secundaria.

Puede que tales cosas no sean malas en sí, pero Cristo ama la iglesia. Cristo murió por la iglesia. ¡El plan de Dios para el mundo es la iglesia! ¡Es la iglesia! ¡Cuando Jesús aparece, habla de la iglesia! No habla de ninguna otra cosa. Todo lo enfoca en la salud, el bienestar, la multiplicación y la provisión de la iglesia. Necesito que abran sus corazones pero no solo para nuestra iglesia sino por las iglesias que conocen, que aman y sirven a Jesús.

La diferencia entre un crítico y un siervo es esta: ellos miran el mismo problema y responden de manera diferente. Si usted llega a la iglesia y dice: «¡Hay un problema!», el crítico diría: «Por lo tanto voy a criticar, a burlarme de eso, a calumniar eso». El siervo llega y dice: «Voy a arreglar eso».

En las semanas que vienen ustedes leerán conmigo sobre siete iglesias. Algunas de ellas son maravillosas, y otras son horribles. También hay iglesias horribles aquí. Y Dios no llama a Juan a criticar esas iglesias sino a servir a esas iglesias.

Amigos, francamente les digo que Mars Hill tiene problemas, empezando conmigo y a partir de ahí. ¿De acuerdo? Pero finalmente si usted tiene un corazón crítico encontrará la manera de oponerse, rechazar, o irse de Mars Hill. Si viene con corazón de siervo considerará esa misma necesidad como un llamado de Jesús a participar y hacer la diferencia.

Es lo que hacen las familias ¿verdad? Es lo que hacen las familias. Usted no llega y le grita a su mamá e insulta a su hermano. Si lo hace, tiene una mala familia. Pero les estoy diciendo que lo que deberían hacer es decir: «La familia tiene problemas. Necesito servir y ayudar para que sea una mejor familia». Lo mismo sucede con la familia de Dios. Lo mismo sucede con la familia de Dios.

Un adelanto sobre cómo va Mars Hill

Aquí Juan recibe un reporte de Jesús sobre las siete iglesias quien lo explica detalladamente por medio de siete cartas a esas siete iglesias. Por tanto, una vez al mes los pondré al día; les daré un adelanto sobre cómo va Mars Hill? Es exactamente lo que está pasando aquí. Mensualmente también, el pastor líder de cada una de nuestras localidades les informará cómo van otras iglesias locales en particular.

Brevemente permítanme darles un adelanto de cómo van las cosas en Mars Hill. Aprenderemos cómo van las cosas en las siete iglesias de Apocalipsis, pero así están las cosas en Mars Hill.

Primero, tenemos mucho de que alabar a Dios. Caballeros, por favor muéstrenme la siguiente diapositiva. La compartiré con ustedes. Hay evidencia de la gracia de Dios. ¡Durante la Pascua este año tuvimos 19.634 personas, la cifra más alta en asistencia que jamás hemos tenido! Alabado sea Dios, ¿cierto? Son buenas noticias. Algunas de nuestras localidades han excedido su capacidad. El inspector del Depto. de Bomberos dijo: «Nadie más puede entrar». No podíamos permitir que nadie más entrara al edificio en ciertos lugares. Quizás hubiéramos tenido 20.000 personas si el inspector del Dpto. de Bomberos hubiera salido a tomarse un café. Fue un buen día para nosotros.

Algunos de ustedes dirán: «Oh, lo más importante es el número de personas» ¡Sí! El número de personas que reciben el perdón de pecados y cuyas vidas son cambiadas por Jesús, que irán al cielo en vez del infierno, nos gustaría que ese número aumentara. Todos favorecemos que aumente ese número porque no se trata solo de los números, sino del número de personas que conocen a Jesús. Estamos entusiasmados por eso.

Tuvimos 424 bautismos. Muchas personas conocieron a Jesús. Es asombroso. Alabamos a Dios por eso. Tuvimos 41 cultos en 14 localidades en 4 estados, y todo eso porque Jesús está vivo. Jesús perdona el pecado. Jesús es el Dios soberano que reina, y vive, tal como lo vio Juan. Así lo vemos nosotros. Por eso tenemos esperanza. Por eso creemos que hay un gran futuro para nosotros, no porque seamos maravillosos, sino porque Él está vivo y ama a la iglesia. Jesús prometió: «Edificaré mi iglesia», y creemos en lo que Jesús dice.

La siguiente, también debemos orar por ciertas cosas. En el reporte que Juan da, que recibió de parte de Jesús para las siete iglesias, hay cosas de deben encomendar a la oración, y de hecho les da motivos de oración a cada una de las iglesias. Permítanme darles algunas para nosotros. Ahora mismo Mars Hill Orange County, Everett, Federal Way, Downtown Seattle y Olympia, todos necesitan nuevos edificios.

Mars Hill Orange County se congrega en un club. El ministerio para niños queda demasiado lejos y estamos perdiendo el alquiler, van a desalojarnos, y estamos en aprietos. Nos quedaremos sin techo como Jesús muy pronto en Mars Hill Orange County. Empezaron el 15 de enero con 800 personas. Solo el 2% de las iglesias en EE. UU. tienen 800 personas, y nos regocijamos por todo lo que Dios está haciendo, pero necesitan un hogar. En Mars Hill Everell excedió su espacio para nos niños y necesitan otro lugar. En Mars Hill Federal Way la gente se sienta en el piso, ni siquiera pueden meterse al edificio, necesitan más asientos. Mars Hill Downtown tiene cinco cultos. Están atestados. No caben más personas ahí, por tanto necesitan más sillas. Mars Hill Olympia necesita una nueva localidad también, y sobre todo para las familias.

Les pido que oren. Oren individualmente. Oren con su familia. Oren con sus grupos comunitarios. Manténganse en oración por la iglesia. Pongan atención al sitio Web. Pongan atención a lo que está pasando y observen cosas, tomen nota, y oren por esas cosas. Les estaremos muy agradecidos y abrirá sus corazones hacia lo que Dios está haciendo en todas nuestras iglesias.

Por último, les daré un adelanto financiero porque donde esté su tesoro allí también estará su corazón. Si toman en cuenta todos los adultos que asisten a Mars Hill que dan cualquier cantidad, un dólar o más, son apenas el 41% más o menos. En cuanto a eso les diría que ese número debe aumentar.

Los adultos contribuyen un poco menos de $33 semanales en promedio. El número de hogares que dan, porque hay muchos esposos y esposas, no solo solteros, es menos de 5.000 y nuestra asistencia semanal ha bajado a 12 mil y algo en días feriados, y a 15 mil los domingos (no de Pascua) y 13 mil en promedio.

Permítanme decirles que es un aumento enorme. En los últimos meses Mars Hill ha visto un incremento de entre 3.000 y 5.000 personas comparado con el mismo domingo hace un año. Si lo piensan, es como una mujer con dos hijos que queda embarazada con cinco más. ¿Cierto? Tan pronto nacen esos hijos, todo va a cambiar. El carro es muy pequeño. Necesitan una nevera más grande. Van a necesitar más corrales para los niños. No alcanzan los pañales. Así estamos en Mars Hill.

Tuvimos una serie de niños recién nacidos y personas que conocieron a Jesús, muchos cristianos nuevos, mucha gente nueva. Alabado sea Dios. Pero no todos han madurado todavía. No todos están dando. No todos están en comunidad. Lo que necesitamos es que los cristianos maduros que han estado con nosotros un rato sean fieles, dador generosos, para ayudar al ministerio de Jesús a seguir adelante.

En la práctica se hace así: Pueden dar durante el culto como lo hace mi hijo Gideon. Es un dador muy fiel y generoso. Está en kínder. Hace poco dio $14.64 Lo puso todo en la canasta de las ofrendas, y sonó como si hubiera ganado algo en un tragamonedas. Puede hacer eso. Pueden dar en efectivo, por cheque, tarjeta de crédito. Pueden apuntarse para retiros automatizados recurrentes como lo haría con otros gastos. Pueden dar por correo. Hay un sobre en su silla. Pueden enviarlo con un cheque. También pueden acceder a MarsHill.com/Give para dar con tarjeta de crédito. Así tendemos a dar en nuestra familia. Si tienen preguntas de cómo dar acciones y otras cosas, Giving@MarsHill.com.

Inmediatamente algunos dirán: «Oh, se trata solo del dinero». No, pero se trata solo de dar. El cristianismo se trata de dar. No solo quiero su dinero, y Jesús no quiere solo su dinero, pero Jesús sí quiere que aprendan a ser dadores generosos, porque los ama. La historia del cristianismo dice que Dios nos amó tanto que dio a su Hijo unigénito, a Jesucristo. Jesús nos dio su vida, su muerte, su sepultura, y su resurrección. Jesús nos da su justicia. Jesús nos da su salvación. Jesús nos da el Espíritu Santo. Jesús nos da dones espirituales. Jesús nos da la Palabra de Dios. Jesús nos da los unos a los otros, la iglesia.

Y si quieren ser un buen cónyuge, deben darse personalmente a su esposo o a su esposa. ¿Quieren ser buenos padres? Deben darse a sí mismos a sus hijos. ¿Quieren ser buenos vecinos? Deben darse a sus vecinos. ¿Quieren ser buenos misioneros? Deben darse a sí mismos a la ciudad. ¿Quieren ser buenos miembros de la iglesia? Deben da de sí mismos a la iglesia.

En estos tiempos de egoísmo y consumismo, queremos ser generosos no tacaños, porque el cristianismo se trata de dar. No se trata de sacar dinero de su cuenta. Se trata de aprender a darse a sí mismo a Jesús y a las personas a las que Él lo está llamando a entregarse. Al hacerlo, será un mejor cristiano, un mejor cónyuge, un mejor amigo, un mejor vecino, un mejor padre, un mejor misionero para la gloria de Jesús, para el bien de otros, y para su propio gozo.

Sí, se trata de ser un dador generoso. Se trata de se un dador generoso, y el mundo está lleno de donantes e interesados, y a los que pertenecen a Jesús se les ha dado tanto por lo cual deberían dar mucho, eso es exactamente lo que Jesús les está diciendo a Juan y a las siete iglesias, diciendo: «Juan, sé que estás batallando. Sé que estás dolido. Sé que es un período difícil, pero pon cuidado a las iglesias y entrégate a ellas».

Después las cartas salen a las siete iglesias donde Jesús dice: «Esta es su situación y esto es lo que necesitan: Oren por eso, den a esto, sirvan de tal manera, crezcan en estas áreas», porque Jesús sí ama, no solo a los individuos, sino a nosotros colectivamente como iglesia.

No teman, porque Jesús está con ustedes

Algunos de ustedes no harán esto. Dirán: «No serviré, no adoraré, no perseveraré, no daré», porque tienen miedo; porque tienen miedo, porque tienen temores. Permítanme preguntarles, porque el último punto es «No teman, porque Jesús está con ustedes y con nosotros».

Permítanme preguntarles ¿á quién le tienen miedo? Jesús nos constriñe a tener una visión maravillosa de la vida individual y colectiva, y algunos nos resistimos a eso o lo buscamos a medias porque tenemos miedo francamente.

¿A quién le tienen miedo? ¿A quién le tienen miedo? «No quiero causarles molestia. No quiero tener conflictos con ellos. No quiero decepcionarlos». Si les tiene miedo, no puede temer a Jesús simultáneamente, respetarlo, honrarlo, y obedecerle.

¿A qué le temen? ¿A qué le tienen miedo? ¿Les da miedo el conflicto? ¿Temen lo que perciben ser un fracaso? ¿Temen la pobreza o el sufrimiento? ¿Temen la crítica y la oposición? ¿Temen la muerte?

¿Cómo responden al temor? Los doctores dicen que generalmente es lucha, huída o temor. Algunos de ustedes dirán: «Sí, tengo miedo, pero lucharé y triunfaré!». Otros dirán: «Tengo miedo, saldré corriendo, evitaré todo el conflicto y el fracaso que pueda ocurrir». Otros con temor entrarán en pánico. No sabrán que hacer. Se quedarán estancados.

Temor en la mente conduce al estrés en el cuerpo. Por eso es que la principal categoría de recetas médicas en EE. UU. es la de los antidepresivos. Las personas están ansiosas. Están llenas de estrés. Ahí es cuando les empieza a dar un tic nervioso en el ojo, ulcera aftosa. Ahí es donde no pueden dormir. Ahí es donde empiezan a tener problemas estomacales. Aquí es donde empiezan a medicarse con cafeína, comida basura, bebidas energéticas, las apuestas, el sexo, el alcohol, o lo que sea.

¿Cómo les está yendo? ¿A quién le tienen miedo? ¿A qué le tienen miedo? ¿Cómo están reaccionando? ¿Qué están haciendo? Lo que sucede inevitablemente es que los hombres lo manifiestan externamente con el enojo. Las mujeres lo manifiestan internamente con la depresión. Si tienen temor, este conduce a la depresión. Si temen cualquier cosa que no sea Jesús, van a estar deprimidas. Los hombres se enojan; las mujeres se ponen tristes.

Necesito que sepan que no debemos acogernos al temor. No es como para decir: «Pues claro que tengo miedo. Podría pasar eso, o aquello. Podrían reaccionar de tal manera. Podría perder estoy y lo otro. Sería muy difícil». El temor no debe ser aceptado. El temor no debe ser acomodado. El temor no debe se explicado. El temor es un pecado del cual hay que arrepentirse. Temor a cualquier cosa o persona que no sea Dios es un pecado digno de arrepentimiento porque el temor del Señor es el principio de la sabiduría.

Número uno: El temor es un intento de soberanía. «Lo veo y lo sé todo pero estoy asustado». Usted no ve ni sabe todo.

Número dos: El temor es tener visión pero sin Dios. «Veo el futuro. Dios no está en él. Dios no está a mi favor. Dios no me ayudará».

Número tres: El temor se convierte en falsos profetas. «Oh, he visto el futuro, y es horrendo».

Y número cuatro: El temor predica un falso evangelio. «Oh, hay un infierno allá afuera: Seré soltero, en la quiebra, enfermo, sufriré, lucharé, y todas las cosas que Juan está soportando. Hay un infierno funcional falso lleno de temor, y para salirme de ahí necesito un salvador falso y funcional. Por eso necesito aferrarme a mi dinero. Necesito controlar mi vida. Necesito removerme de la comunidad. Necesito rebelarme contra la autoridad. Necesito pecar. Necesito automedicarme. Necesito justificarme a mí mismo. Necesito convertir a Jesús en un terapeuta para que yo pueda ser glorificado. Entonces podré vivir con este concepto del Cielo antes de la resurrección que tengo en mi imaginación».

Todo eso es un evangelio falso. El cielo está allá afuera. Es el reino de Dios. Es la resurrección de los muertos. Entre ahora y entonces es la tribulación. Si tiene un concepto falso del infierno y un salvador falso, terminará diciendo y haciendo cosas que le harán adorar algo o alguien como su salvador funcional falso, libertador, para hacer que se sienta mejor, ¡lo cual significa que estará tratando de ser Dios! Está tratando de controla el futuro, bendecirse a sí mismo, crear un cielo de comodidad y conveniencia donde Cristo no tiene cabida, por el temor.

¿Cuál es mandamiento más recalcado de toda la Biblia? ¡No temas! Dice casi 150 veces: «¡No temas!». Jesús se le aparece a Juan y qué creen que le dijo a Juan? Se los leeré en este libro. En el capítulo 1, versículo 17, Jesús dice a Juan: «No temas».

Pueden interpretarlo de dos maneras. Pueden interpretarlo como un mandato furioso. Dios tiene el entrecejo fruncido, señalando con el dedo, y les dice: ¡No temáis!». Eso en realidad no ayuda, ¿cierto? O sea: «Estaba asustado y ahora estás enojado conmigo. Ahora estoy más asustado. Eso no me ayudó». Como cuando su hijo se levanta de noche por una pesadilla que tuvo. «¿Qué te pasó?». Tuve una pesadilla. ¡No temas! Oh, ahora necesito calzoncillos nuevos. ¡Eso no ayudó para nada! ¿De acuerdo? Pueden interpretarlo como un mandato furioso o como una invitación amorosa, porque Jesús hace esto: Aparece, coloca la mano sobre el hombro de Juan y le dice: «No temas».

Ahora, lo he visto. He recorrido desde Génesis hasta Apocalipsis todas las veces que aparece y he encontrado que está como 150 veces en la Biblia donde Dios dice: «No temáis», e invariablemente, siempre que Dios dice no temáis’ dice otra cosa que es muy importante, que lo cambia de un mandamiento furioso a una invitación amorosa. Dice, «No temas, porque yo estoy contigo. Estoy contigo». Es como un amigo que viene y dice: No tengas miedo. Estaré contigo en todo esto. Aquí estoy». Es lo que hace con Juan. Aparece y le impone la mano.

Permítanme compartir con ustedes algunas de estas ocasiones en la Biblia. Les daré la docénica del fraile. Adán en Génesis 3 declara: «Tuve miedo». ¿Y qué pasó? Dios se le acerca. Dios viene a estar con Él en su temor.

En Génesis 15:1 Dios le dice a Abraham: «No temas Abraham, (o Abram) yo soy un escudo para ti». «Aquí estoy para protegerte».

Al leer de Isaac en Génesis 26:24. Dios dice, «Soy el Dios de tu padre Abraham; no temas porque yo estoy contigo».

Dios le dice a Jacob en Génesis 28:15: «Estoy contigo».

Moisés tuvo miedo en Éxodo 33:14, y Dios le dijo: «Mi presencia irá contigo».

Eliseo en el campo de batalla en tiempos temor Dios le dice en 2 Reyes 1:15: «No tengas miedo».

David lo en su Salmo legendario, el 23, lo dice bien: Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estás conmigo».

El rey Josafat en víspera de guerra dice en 2 Crónicas 20:17 «No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos porque el SEÑOR está con vosotros».

Isaías 41:14: «No temas», dice Dios, «gusano de Jacob». ¿Notaron algunos que un gusano no es realmente una criatura guerrera? Un gusano no puede defenderse. «No temas, gusano de Jacob, vosotros hombres de Israel. No temas porque yo mismo te ayudaré».

Jeremías 1:8. Jeremías tuvo una vida muy dura como profeta. Dios le dice: «No tengas temor ante ellos porque contigo estoy».

Daniel 10:12: «No temas, Daniel. He venido».

Hageo 2:4–5. Dios lo dice tres veces. ¡Esfuérzate! ¡esfuérzate! ¡Esfuérzate, porque estoy contigo declara el Señor Todopoderoso».

No temas. ¿Qué le impide obedecer a Jesús? Todas estas cosas: perseverar en Jesús, adorar a Jesús, servir a la iglesia de Jesús, debajo de lo que sea que lo detiene está el temor, y Dios viene y le dice «No temas. Estoy contigo». Lo demuestra cuando viene a su amigo Juan y le impone la mano.

Las últimas palabras de Jesús en Mateo 28:20 son: «Estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». No teman. Perseveren en Jesús. Adoren a Jesús. Sirvan a la iglesia de Jesús. Den a la iglesia de Jesús. No tengan miedo. Usted dirá: «¿Por qué? ¿Porque todo estará bien?». No dije eso. «¿Porque todo se pondrá mejor?». No le prometo eso. Porque Jesús está con usted. De esa manera nuestra vida no es exenta de tribulaciones sino a prueba de tribulaciones.

«Entonces quiero ir . . .»

Cierro con esta ilustración. Me crié en la parte sur de Seattle, junto al aeropuerto. Nuestra familia era pobre. Mi papá trabajó duro. Todos los día los aviones sobrevolaban nuestra casa y hacían vibrar las ventanas de nuestra casa. Recuerdo cuando era pequeño que estaba sentado pensando: «Vaya, me pregunto a dónde van».

Una vez también llevé nuestra máquina de lanzamiento y trataba de dispararles para tumbarlos del aire, pero esa es otra historia. Lo hice, se los aseguro. Pensé: «Voy a dispararle a ese avión», y no sé lo que hubiera hecho con él, pero recuerdo que cuando era niño veía los aviones volar.

Me preguntaba: «Hombre, ¿qué estarán haciendo? Seguramente hay un mundo enorme allá afuera, y muchas cosas que ver». Me montaba en mi bicicleta y viajaba muchas millas para ir a la biblioteca y sacaba revistas y libros cuando era niño, y trataba de ver el mundo. ¿Qué hay allá afuera? ¿Qué están haciendo? El mundo me provocaba tanta curiosidad.

Recuerdo que la primera vez que monté en un avión, creo que era un adolescente. No viajé mucho en toda mi vida hasta que entré al ministerio y empecé a recibir unas invitaciones. Empecé a recibir invitaciones para predicar a nivel internacional. Fue maravilloso. Después pude llevar a mi familia conmigo en varias ocasiones, que es un gran gozo para mí llevar a mis hijos a ver el mundo que yo nunca había visto.

Uno de los primeros viajes que hicimos como familia fue a Escocia, Edimburgo y Glasgow, Escocia. Éramos los O´Driscoll. Éramos irlandeses con un poco de escocés, y pensé: ¡Esto será maravilloso! Voy a predicar, y fuimos invitados por un pastor maravilloso a cenar con su familia en la vieja hacienda de William Wallace con su casa construida alrededor de la vieja chimenea de William Wallace. Fue maravilloso.

Tendría el privilegio de ir a la Iglesia de San Giles donde predicó John Knox e iba aprender acerca de Juan Knox. Era un gran hombre. Enfrentó tanta oposición y era tan odiado. Tenía tanto de qué temer. Relatan la historia de que había espadas manosencilla y manodoble, y que él era tan corpulento que podía pelear con una espada manodoble con una sola mano. Un pastor. Llevaba una Biblia en una mano y una espada manodoble en la otra de camino a la iglesia. Había guerra alrededor de su iglesia. Vamos a visitar ese lugar donde fue escrita la Confesión Escocesa por los adeptos al Pacto Nacional Escocés y después iremos al palacio.

Estoy tan emocionado. Estoy animando a mis hijos para el viaje. «Veremos castillos, historia, y aprenderemos a pelear con espadas». El hijo que más pensaba que le gustaría esto era mi hijo menor, Gideon. Tendría quizás uno s dos años en ese momento Y cada vez que preguntaba algo al respecto me decía: No quiero ir. «¿Qué? ¡Aprenderás de los pastores y las armas! Tu mundo entero tendrá sentido». Este es el muchachito que anda siempre tapado de espadas. Pensé que sería maravilloso. «No, no quiero ir».

Y trataba de animarlo más. «No, no entiendes. Vamos a ver estas cosas. Será maravilloso». «No, no quiero ir. No quiero ir. No cedía para nada. «¡No, dije que no!» «¿Cómo? ¡Sí, vas a ir!» No pude averiguar por qué Gideon no quería ir a ese viaje maravilloso pero difícil y un poco peligroso. No pude averiguarlo.

Un día que hablábamos de lo mismo me puse de cuclillas y lo miré a los ojos. Le dije: «Bien Giddy, iremos a Escocia». Me dijo: «¡Yo no quiero ir!». Se puso muy emocional. Tenía miedo. Le dije: «Giddy, tu papi está tan emocionado de llevarte a Escocia». Me dice: «¿Tú vas a ir?». Le dije: «Sí, voy a ir». Me dijo: «¿Estarás ahí todo el tiempo?». Le dije: «Sí, estaré ahí todo el tiempo». «¿Ya lo averiguaste todo?». Le dije: «Sí ya lo averigüé todo». Me dijo: «Entonces quiero ir a Escocia». Sí.

Amigos, así es su vida. No tengan miedo. Jesús está con ustedes. Jesús está con ustedes. Él sabe lo que va a pasar. Él sabe a dónde los llevará. Lo tiene todo bajo control. Nunca los dejará ni los desamparará. ¿Amén?

Ahora les daremos la oportunidad de responder. Si no son cristianos, aquí es donde dan su pecado y su vida a Jesús. Se trata de dar. El cristianismo comienza al dar su vida a Jesús.

Les pediremos a los administradores financieros que pasen al frente en este momento para dar nuestros diezmos y ofrendas, para que Mars Hill sea aquel candelero que emita mucho la luz de Jesús, de donde la luz de Jesús resplandezca mucho.

Celebraremos la Cena del Señor. Al celebrar la Cena del Señor, recuerden el cuerpo quebrantado lo simboliza en el pan y la sangre derramada la simboliza el vino. Al tomar parte, nos recordamos: Jesús está conmigo. Jesús está conmigo.

Esta es una de las razones por las que Mars Hill me emociona tanto. Puedo ver lo que Dios está haciendo. Por eso viene Jesús y le muestra a Juan lo que está pasando en las iglesias para que Juan se entusiasme mucho. Ahora tengo el gran honor de recolectar la ofrenda para mostrarles unas cosas que han pasado últimamente en Mars Hill. Esto es lo que Jesús ha estado haciendo.

[Video de bautismos en la Pascua]

[Música] ♪ Oh, nuestro Dios es grande ♪ ♪Por tanto debe ser nuestra adoración♪ ♪ Ningún canto es demasiado fuerte ♪ ♪ Ninguna orquesta es demasiado majestuosa ♪ ♪ Para aclamar la majestad de nuestro Rey ♪ ♪ Así que levanten sus voces al cantar ♪ ♪ Oh, grande es nuestro Dios ♪ ♪Que nuestros cantos no tengan fin ♪ ♪ Sus caminos son tan maravillosos ♪ ♪ Cómo los entenderíamos♪ ♪ Los daremos a conocer a nuestros hijos ♪ ♪ Y cantaremos de ♪ ♪ Los dones de gracia que nos das ♪ ♪ Cantaremos tus alabanzas♪ ♪Y daremos a conocer tu fama ♪ ♪ Bendeciremos tu nombre♪ ♪ Que todos den gracias ♪ ♪ Porque grande es nuestro Dios ♪ ♪ Oh, grande es nuestro Dios ♪ ♪ Porque no podemos contenerlo ♪ ♪ Cantamos con el alma ♪ ♪ Impresionada por su grandeza ♪ ♪ Su misericordia cubre todo lo que hizo ♪ ♪ Demostrando su gloria y su gracia ♪ ♪ Cantaremos tu alabanza ♪ ♪ Y daremos a conocer tu fama ♪ ♪ Bendeciremos tu nombre ♪ ♪ Que todos den gracias ♪ ♪ Porque grande es nuestro Dios♪ ♪ Cantaremos tu alabanza ♪ ♪ Y daremos a conocer tu fama ♪ ♪ Bendeciremos tu nombre ♪ ♪ Que todos den gracias ♪ ♪ Porque nuestro Dios es grande♪ ♪ Cantaremos tu alabanza♪ ♪ Y proclamaremos tu fama ♪ ♪ Bendeciremos tu nombre ♪ ♪ Que todos den gracias ♪ ♪ Porque nuestro Dios es grande ♪♪

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.