Génesis 6:5–6. «Y el SEÑOR vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. Y le pesó al SEÑOR haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón».
Levítico 26:27–28: «Si a pesar de todo esto no me obedecéis, sino que procedéis con hostilidad contra mí, entonces yo procederé con hostilidad airada contra vosotros y yo mismo os castigaré siete veces por vuestros pecados».
Jeremías 17:9: «Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?».
Salmo 11:4–5: «El SEÑOR prueba al justo y al impío, y su alma aborrece al que ama la violencia».
Romanos 2:5: «Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios».
Efesios 2:3, dice que éramos: «por naturaleza hijos de ira». Colosenses 3:6 promete: «Pues la ira de Dios vendrá». Y en Apocalipsis 14:10–11 hablando de los que no se arrepienten de sus pecados, dice: «Él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero». Ahí está Jesús. «Y el humo de su tormento asciende por los siglos de los siglos; y no tienen reposo, ni de día ni de noche».
La Biblia dice que las personas son pecadores más de 300 veces. Con una constelación de más de 20 palabras, la Biblia dice más de 600 veces que la ira de Dios arde contra los pecadores. Escuchamos palabras como: avaricia, dolor, enojo, hostilidad, castigo, odio, juicio, tormento. La ira de Dios es lo que acontece a los pecadores que no vienen a Dios.
Algunos de ustedes dirán: «Yo nunca había escuchado esto». Porque a la gente les gusta las mentiras y le pagan bien a los profesionales por proclamarlas. En una cultura terapéutica en la que usted es una buena persona, necesita amarse a sí mismo, y estimarse a sí mismo, y aceptarse a sí mismo para actualizar su potencial, y donde Dios existe para darle gloria a usted, todas son tonterías y todo arderá al final.
La moralidad no la determina la mayoría; el Señor la determina. Usted morirá y rendirá cuentas, y no lo hará a un espejo, sino al Hacedor de todas las cosas. Él es santo y usted no lo es. No importa lo que le diga el terapeuta, lo que el profesor le diga, lo que el filósofo le diga, lo que el líder espiritual le diga, lo que su madre le diga, lo que su amigo le diga. Lo que Él declara permanece para siempre. Sea hallado Dios veraz, aunque todo hombre sea hallado mentiroso.
Para los que no son cristianos, les advierto que están viviendo en el camino de la ira de Dios. Son pecadores por naturaleza y por elección. Mi trabajo es decirles la verdad, su trabajo es tomar una decisión.
Para los que son cristianos, para los que están en Cristo entre ustedes, mi pregunta para ustedes es: ¿Así los ve Dios principalmente? ¿Así los identifica Dios principalmente? ¿Así se relaciona Dios con ustedes principalmente, como pecadores? ¿Sí o no? Vendremos a eso en un momento. Ese será nuestro tema de discusión para hoy. Esa será nuestra pregunta para hoy. ¿Cómo ve Dios al creyente, y cómo debe el creyente verse a sí mismo?
Estamos en el libro de Efesios, capítulo 1, versos 1 y 2. «Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios». Dios escoge a los líderes, a los verdaderos líderes. A los santos. Vamos a hablar sobre eso. «Que están en Éfeso», una antigua ciudad, «y que son fieles». ¿Lo es usted? «En Cristo Jesús: Gracia a vosotros y paz». Eso suena muy bien después de lo que acabo de leer, ¿amén? Las buenas noticias siempre suenan un poco mejor después de las malas noticias. «Gracia a vosotros y paz de Dios nuestro Padre», no de nuestro enemigo, «y del Señor Jesucristo».
Al examinar el libro de Efesios, y estaremos en él bastante tiempo, varios meses, porque nos encanta estudiar los libros de la Biblia, empieza diciéndonos, al igual que la mayoría de las cartas, quién es el autor: Pablo. Es uno de los hombres más importantes de la historia del mundo. Es uno de los hombres más brillantes de la historia del mundo. Está en la misma categoría de hombres como Moisés. Presidentes y políticos , vienen y van, pero un hombre como Pablo, hemos hablado de él por 2.000 años.
Fue el hombre encargado de escribir la mayoría del Nuevo Testamento. Escribió quizás 13 libros del Nuevo Testamento. Nadie está seguro de quién escribió Hebreos. Algunos dirían que quizás fue él, extendiendo ese número a 14. Hechos 13 al 28 enfoca principalmente sus viajes misioneros, y aunque él no escribió eso, gran parte se trata de él. Es el segundo que aporta más contenido al Nuevo Testamento, tan solo en número de versículos, después de un hombre llamado Lucas. Lucas también era su médico, un buen amigo y compañero de viajes, de modo que la mayor parte del Nuevo Testamento está inextricablemente vinculado directamente a este hombre, Pablo.
Pablo era un hombre que antes no había sido creyente, era asesino de cristianos, y era un hombre religioso muy devoto hasta que conoció al Señor Jesús. Y tan pronto conoció al Señor Jesús, su vida fue alterada y cambiada. Es un hombre que en el transcurso de sus viajes misioneros caminaba más de 20 millas todos los días. ¿Qué tan comprometido está usted con Jesús? Si no tuviéramos buen estacionamiento y usted tuviera que caminar una cuadra, se daría por vencido? 20 millas al día sobre un terreno escarpado, difícil.
Predicaba y enseñaba, y a menudo estaba solo. No tenemos ningún indicio de que en esa temporada de su vida haya tenido esposa o hijos, no tenía quién lo consolara. Era muy solitario. Llegaba a centros urbanos importantes y predicaba. Finalmente, como la gente defiende violentamente a sus ídolos, él predicaba contra su pecado e idolatría, y querían matarlo. Este hombre ocasionó una cantidad de disturbios.
Lo golpearon repetidas veces, lo dejaron por muerto, naufragó, estuvo a la deriva en mar abierto, y dice: «Yo llevo en mi cuerpo las marcas e Jesús», lo cual significa que si lo viéramos, veríamos un hombre cubierto de cicatrices por las golpizas que soportó por causa del Señor a quien amaba. Algunas de sus cartas, entre las cuales seguramente está Efesios, fueron escritas cuando estaba en la cárcel. Este hombre ni siquiera gastaba su tiempo en la cárcel. Lo invertía para el reino de Dios sin quejarse.
Es un hombre maravilloso, y escribe a la iglesia en Éfeso. Y pueden leer sobre la ciudad de Éfeso en Hechos 19. Ahí llegó Pablo en uno de sus viajes misioneros. Era una ciudad magnífica, como Chicago o Los Ángeles en nuestros días. A veces cuando leemos la Biblia si no estamos familiarizados con ella, pensamos en los ritmos rurales de la vida y ministerio de Jesús en torno a Galilea, donde tiene agricultores, pescadores, y ovejas.
Pero cuando llegamos a Pablo, no es así. Se mueve en las áreas urbanas, viaja a los principales centros urbanos como misionero plantando iglesias. Hace exactamente lo que nosotros estamos haciendo. Estamos tratando de seguir los métodos misioneros del Apóstol Pablo: llegar a un centro urbano importante para que la gente conozca a Jesús, plantamos una iglesia, y de ahí el Evangelio se propaga a as áreas suburbanas y rurales.
Éfeso, en tiempos de Pablo, era una ciudad de un cuarto de millón de habitantes, una ciudad grande. Era un puerto y era el comienzo de lo que equivale al sistema de autopistas, las vías Romanas. Era un importante centro banquero, tenía el Templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo. Era un lugar de demonismo, adivinación, y paganismo. Por eso el libro de Efesios habla mucho sobre poderes, principados, espíritus, y demonios más que cualquier otro libro del Nuevo Testamento. Eran personas sumamente espirituales. Pero no pertenecían al pueblo de Dios.
Cuando Pablo vino a esa ciudad a predicar, literalmente empezó un disturbio que vino a parar en un enorme anfiteatro antiguo con capacidad para más de 25.000 personas. Es un estadio. He ido a esta ciudad 3 veces. Ya no es una ciudad habitada. Ahora es una excavación arqueológica, y es una de las excavaciones arqueológicas más importantes hoy en el mundo, creo yo. Nos da muchos indicios sobre cómo empezó la iglesia y sobre cómo eran las ciudades originales que Dios alcanzó mediante hombres como Pablo.
Cuando Pablo escribe a las personas de Éfeso, sepan que está escribiendo a personas como nosotros. Generalmente somos una iglesia en las áreas urbanas: Seattle, Bellevue, nos estamos trasladando a Tacoma, Dios mediante; tenemos una alta concentración de personas en el Condado Orange, en Portland, y Albuquerque. Es una ciudad; hay mucha gente. Hay densidad y diversidad, y como estaba situada sobre una ruta comercial, hay gente que va y viene, hay muchas culturas, muchas religiones, mucha espiritualidad, mucha complejidad.
Y quiero que sepan que las personas a quienes escribía se parecen mucho a nosotros, y cuando Pablo llegaba a una ciudad, a veces a los tres minutos después de llegar trataban de matarlo y salía huyendo, a veces por horas, días, semanas. Estuvo en Éfeso varios años. Tres años estuvo en Éfeso. Estableció un centro de entrenamiento de donde envió plantadores de iglesias y la iglesia creció.
Y hemos tratado, en lo posible, establecer la iglesia Mars Hill como Pablo se estableció en Éfeso, y Seattle se parece un poco a Éfeso. Es nuestra sede y las cosas salen de aquí, y hacemos enseñanzas y entrenamientos, y lo hacemos formalmente con algo llamado Re:Train, y él lo hizo formalmente con algo llamado la escuela de Tirano. Y enviamos plantadores de iglesias, y eso fue lo que él hizo. Y se volvió un centro misionero cristiano primitivo. Y tengo una lista aquí, pero leemos que Priscila y Aquila, Apolo, el mismo Pablo, Timoteo, Juan y Lucas todos trabajaron ahí o vivieron ahí en algún momento. La tumba de Lucas aún está ahí y la tumba de Juan podría estar ahí. Era el epicentro del cristianismo primitivo.
Bien, ese era Pablo y esas eran las personas a quienes estaba escribiendo. Y plantó una iglesia ahí, y lo más probable es que ese momento se encontraba en la cárcel. No puede congregarse con su iglesia. Imagínense si yo no pudiera estar con ustedes los domingos porque me metieron a la cárcel otra vez. Nunca he estado en la cárcel, pero Pablo estuvo frecuentemente en la cárcel. Imagínense que meten a su pastor en la cárcel otra vez. Complicado, ¿no? Su líder, su escritor, el que tiene el don apostólico. No estoy diciendo que soy igual a Pablo, en ninguna manera, pero ejerzo ciertas funciones similares. Imagínense si estuviera en la cárcel otra vez. Imagínense si yo fuera a escribirles una carta, porque en esos días no tenían cámaras de video. Pienso que Pablo hubiera usado una si la hubiera tenido. Sin embargo, les estoy escribiendo una carta.
Imagínense que están sentados en una ciudad en la que son una minoría con oposición, e incluso posiblemente perseguida, y que la iglesia es joven y acaba de empezar a sentar las bases y hay oposición contra ella. Su pastor predicador, su pastor fundador está en prisión. Necesitan comunicarse con él. ¿Cómo está? ¿Qué tiene que decir? Imagínense que oyeron que una carta fue escrita. Mi carta solo sería una carta. La carta de él es Biblia divinamente inspirada. Es perfecta. No es solo una palabra de Pablo, es Palabra de Dios por medio de Pablo, por lo tanto es mejor que cualquier carta que pudiera escribirse.
E imagínense que un domingo se congregan como iglesia, posiblemente muchas personas asisten ese día, y reciben una carta de Pablo. Este domingo, uno de los ancianos va a leer lo que escribió el pastor. Sería un día importante, ¿cierto? Eso fue lo que ocurrió seguramente. La iglesia se habría congregado, uno de los ancianos se habría parado, seguramente el segundo al mando, y habría leído esta carta a la iglesia.
Mi pregunta para ustedes es: a la luz de todas estas circunstancias, y la enseñanza de la Biblia, ¿dónde piensan que Pablo debe empezar? A menudo, cuando se trata de una carta, leemos rápidamente el comienzo y continuamos. «Bla, bla, bla, bla, bla, siga. De, para, viva, empiece». Con calma pregunten: ¿dónde debería empezar él? ¿Dónde debería empezar usted? ¿Dónde esperarían que yo empiece?
Y lo que está tratando de hacer en su carta a la iglesia de Éfeso y para nosotros, es establecer una identidad. Ven, necesitan saber quiénes son para que sepan qué hacer con su vida entera. Y si no saben quiénes son, no sabrán qué hacer. Más de 30 veces en varias maneras, Pablo usa en Cristo, en Él, en el Amado, y está estableciendo una identidad para el pueblo de Dios. Si Pablo va a empezar ahí, ahí es donde necesitamos empezar, ahí es donde necesitamos empezar.
Si usted fuera a explicarse a alguien, si alguien viniera y le dijera: «Hábleme de usted». Podría empezar con aspectos de su vida: «Me gano la vida haciendo tal cosa. Soy casado. Soy soltero. Tengo hijos. Yo no. Soy jubilado. Acabo de empezar mi carrera». Sea lo que sea, puede que esas cosas lo expliquen a usted, pero no lo definen.
Digamos que un no creyente, o un amigo, o un familiar, o un compañero de trabajo, lo está presionando. No, como cristiano, explíqueme cómo se ve usted mismo. ¿Dónde empezaría? Digamos que tiene un amigo que vive en otra parte y quieren saber la respuesta a una pregunta. Digamos que usted hizo algo muy anticuado, o sea, se sentó a escribirles una carta. ¿Dónde empezaría la explicación de cómo lo ve Dios en Cristo y cómo se ve usted mismo?
Digamos que usted habló con un cristiano nuevo que había tenido una vida de pecado sincera, significativa, y seria y sabían que eran pecadores, y estaban tratando de averiguar lo que el resto de su vida significa para Cristo. ¿Cómo les hablaría? ¿Qué les diría? ¿Qué e-mail les escribiría? ¿Qué les escribiría? ¿Dónde empezaría? Es muy importante, porque donde empieza establece la trayectoria y el rumbo.
Por tanto, leámoslo otra vez. Esta es la pregunta: La pregunta es: ¿La identidad de un cristiano es de pecador o santo? Efesios 1:1, «A los», ¿qué? «Santos que están en…Cristo Jesús». Esta es nuestra identidad: «En Cristo». Y por nuestra posición en Cristo, prácticamente somos santos.
¿Cuántos de ustedes empezarían ahí? «A los santos». ¿Piensa que tenían gente mala en su iglesia? ¿Piensan que las hay solo en la nuestra? ¿Piensan que había alguien irritante en esa iglesia? ¿Un chismoso, alguien que llegaba con resaca el domingo otra vez con la novia embarazada? ¿Piensan que eso nunca sucedió? ¿Piensan que estas personas brillaban con un aura de radiación nuclear por la gloria de Dios, con halos, flotando en las nubes, tocando harpas, citando Deuteronomio de memoria? O sea, ¿todas estas personas eran espectaculares?
No, eran personas como usted y yo. Eran personas como nosotros. Algunos llevan una vida bastante decente. Algunos necesitan mucha ayuda. Y mira a toda la iglesia: a los buenos, a los malos, a los cristianos fieles, a los que no son fieles, a los que han diezmado, a los que diezman en el casino, y dice: Ustedes son santos. Ustedes son santos. «A los santos que están en Cristo Jesús».
Esta es la pregunta: ¿La identidad de un cristiano principalmente es ser pecador o santo? ¿Dónde empieza usted? ¿Dónde empieza él? Santo. Santo. No empieza diciendo: «Queridos culpables, escombros viles», ¿cierto? «A los santos que están en Cristo».
Permítanme explicar esto. Venimos de la tradición teológica del protestantismo. Tendemos hacia la corriente reformada. Si no saben lo que esto significa, tengan paciencia. Hay algo llamado los cinco puntos del calvinismo, en respuesta a los cinco puntos del arminianismo. Los cinco puntos empiezan con el acróstico no sé por qué escogimos eso, pero yo no estaba ahí. No voté, no es culpa mía.
De todas maneras, la I significa inmoralidad completa, ¿de acuerdo? Eso no significa depravación total. No somos tan malos como podríamos ser. Dios tiene leyes en derredor nuestro, y una conciencia adentro para contenernos hasta cierto punto. Pero depravación total significa que todo nuestro ser ha sido infectado o afectado por el pecado, que no pensamos buenos pensamientos, que no deseamos la voluntad de Dios, que no hablamos las palabras de Dios, que no hacemos lo que Dios quiere porque no somos las personas que Él quiso que fuéramos.
Pero—y voy a hacer un gran cambio de trayectoria hoy en la Iglesia Mars Hill—algunos de los que son cristianos piensan que ahí también es donde empieza su identidad. No es así. No es así. Incluso hay un debate ahora entre teólogos eruditos, y pastores, y algunos de ellos son amigos míos, personas auténticas con las que estoy muy agradecido y que me agradan, y hay un debate. ¿La identidad principal del cristiano es ser pecador o santo?
Pero es muy importante. Es muy importante. ¿Por eso fue que Pablo lo puso ¿dónde? En el primer verso. Lo pone justamente en la cúspide. Empecemos aquí, porque si no saben quiénes son, no sabrán qué hacer, y cuando sepan quiénes son, entonces sabrán qué hacer.
Aquí estamos hablando de nuestra identidad. En la cultura secular, hablan de la autoestima, hablan de la autoimagen, hablan de la autoconfianza. El problema siempre es el yo. No es vivir coram deo, que significa ante el rostro de Dios, sino vivir coram espejo, que significa ante el rostro mío.
¿Cuántos de ustedes fueron criados en el catolicismo? Bienvenidos a nuestra misa. Soy el Padre Mark. Haremos la eucaristía en un momento, ¿bien? Siempre sé cuáles son los visitantes católicos. ―Padre, Mark, estuvo buena la misa. ―Oh, de nada, gusto verlo. Fui criado católico-irlandés, soy de un largo linaje de católicos irlandeses. Regresé a Irlanda, al viejo país, y somos católicos desde hace hace mucho. Católicos O’Driscoll irlandeses devotos, incluyendo mi abuelo quien, después que murió mi abuelo perteneció a una orden de monjas católicas y pasó sus últimos años como monja.
Vengo de una familia católica muy devota, por lo cual fui bautizado de niño en la Iglesia Católica, y me crié en la Iglesia Católica. Asistí a un colegio católico unos años. Era acólito y asistía al padre cada semana con la misa, y hablábamos mucho sobre los santos. De hecho, en mi casa teníamos cuadros de varios santos.
Y yo pensaba que los santos eran superhéroes. Eran personas normales dotadas con habilidades asombrosas y sobrehumanas, como el Hombre Casto, o Aquamán, o Supermán. O sea, eso pensaba. Supermán podía volar, y Aquamán podía respirar bajo agua, y el Hombre Casto podía tener las manos quietas. Son como superhéroes. Son como superhéroes. Son como nosotros, pero tienen poderes especiales.
Y después Pablo dice: «A los santos». Vaya. No sé qué piensen ustedes, ¿pero cuántos de ustedes se levantaron hoy sintiéndose como santos? ¿Cuántos de ustedes van a decirle a sus compañeros de trabajo que empiecen a llamarlos santos? ―¿Cómo te llamas? ―Me llamo San Jack. ―Soy San Hank. ―¿En serio? ―Sí.
Hay un proceso en el catolicismo, y amo a los católicos, no odio a los católicos. Es interesante cómo empezó la santidad en el catolicismo: los que amaban a Jesús eran martirizados y después los honraban. Pues, eso no es necesariamente malo pero con el tiempo se volvió muy complejo y muy politizado. y el liderazgo papal determinó ciertas reglas. Unos tipos con sombreros se reunieron, todo fue muy oficial, y alguien las anotó, ¿entienden? El Padre James Martin planteó un proceso de 10 pasos para volverse un santo católico.
Primero: debe ser católico. Uno piensa: «No califico. Qué rápido fue eso». ¿Cierto? O sea: «Hasta aquí llegué».
Segundo: morirse. Pues no podrá disfrutar su santidad si está muerto.
Tercero: una devoción local que crezca en torno a su memoria. Usted se muere y la gente lo conmemora con un monumento. Y hablan de usted, y piensan en usted, y lo honran, y quizás empiecen a venerarlo.
Cuarto: investigan su vida. Unos tipos con sombreros llegan con portapapeles. ¿Cómo fue su vida? ¿Cómo fue la vida de ella? ¿Qué hacían? ¿Qué no hacían? ¿Qué clase de persona era en realidad? Y después montan un caso. Y alguien pone todos los datos en una carpeta.
Quinto: lo mandan al obispo local. El obispo local investiga el caso de santidad. Y después va hasta el Vaticano. Tiene que ir a Roma. Tipos con sombreros grandes. Siempre sabemos quién es el encargado por el tamaño del sombrero.
Sexto: después otros empiezan a orar pidiendo un milagro posmoderno, para que la persona en cuestión sane a alguien o haga algún milagro desde el Cielo, o que haga una aparición en la Tierra contestando alguna oración. Entonces alguien se sana en su nombre o algún milagro ocurre en su honor.
Séptimo: entonces el Vaticano investiga el milagro. Los tipos con esos sombreros grandísimos y los portapapeles llegan y tratan de autenticar que un verdadero milagro sucedió en su memoria y honor después de muerto.
Si lo confirman todo, el octavo paso es declararlo bendito. Veremos esto en el verso 3 la semana que viene. Pablo dice que somos santos y bendecidos, por tanto no se necesita una gran comité para averiguar la bendición de Dios. Pero convocan un comité en el proceso católico para declararlo bendito.
Entonces las personas empiezan a pedir otro milagro. Tiene que hacer muchos milagros después de muerto, ¿cierto? O sea, hay mucho que hacer. Y si sucede otro milagro para confirmar su santidad, hacen votación, y es un santo. ¡Es un santo!
Después puede ser venerado, las escuelas pueden llevar su nombre y las iglesias pueden llevar su nombre. Incluso puede hacer un festival en su nombre, como el Día de San Patricio. ¡Podrían darle uno de esos! Cualquiera que sea su nombre, se vuelve el nombre de una escuela, o de una iglesia.
Estaba viendo Moonshiners hace poco, y estaban Tickle, Popcorn y Jim Bob Muy rural. Uno sabe que es rural cuando su primer y segundo nombre son el mismo. O sea, podría llamarse Tabernáculo Tickle. O Parroquia Popcorn. O Liceo Juvenil Jim Bob Si llegaban a otorgarle la santidad podrían darle su nombre a las cosas. ¡Lo lograste!
Pero Pablo lo hace muy sencillo, ¿no es cierto? Un solo paso, no hay plata, no hay comité, nadie trae portapapeles, nadie viene con sombrero, no tiene que morirse, no tiene que hacer milagros. Una sola cosa, ¿qué es? Ser santo, ¿requiere qué, Mars Hill? Estar en Cristo Jesús. ¿Está usted en Cristo Jesús? Si está en Él, es un santo. Es un santo.
Sé que a algunos de ustedes ahora mismo les acaba de estallar la mente, porque pensaron «Entre más pecador piense que soy, más me acercaré a Dios. Entre más me enfoque en mi pecado, más le agradaré a Dios». A Dios no le honra la autoestima del mundo secular y a Dios no le honra la autocondenación del mundo espiritual. A Dios le honran nuestros pensamientos cuando se enfocan principalmente en Jesucristo, que nuestra identidad no se basa en cuánto nos amamos o cuánto nos odiamos, sino en quién Él es y lo que hizo, y en lo que significa estar en Cristo.
Algunos de ustedes piensan que los mejores sermones son cuando los vitupero. Piensan que los mejores estudios bíblicos son cuando otros los vituperan. Jesús ya fue vituperado. No necesitan añadir a lo que Él ya hizo. De hecho, no estaría bien que lo hicieran.
Algunos de ustedes están confusos como yo, y preguntarían: Pastor Mark, ¿acaso no debemos vernos como pecadores? Sí, pero su enfoque principal no debe ser que usted es pecador, sino en que tiene un Salvador. La Biblia dice más de 300 veces que las personas son pecadoras. Como les dije, más de 600 veces habla de la ira de Dios, y la ira de Dios es para pecadores.
Y algunos dirán: «No estoy experimentando la ira de Dios en mi vida. Todo va bien». En Romanos 2, leo el verso que dice lo que usted está haciendo, acumulando ira. Es como una represa, y detrás de ella la ira de Dios está acumulándose, y el día que usted se muera, será inundado con la ira de Dios en los tormentos conscientes y eternos del Infierno. No se saldrá con las suyas de ninguna manera. Solo está amontonándolo todo.
Sin embargo, respecto al cristiano, respecto al creyente que está posicionado en Cristo, la Biblia hace referencia a nosotros quizás solo 3 veces en cuanto a nuestra identidad, como pecadores. Y esas tres ocasiones son muy debatidas, y es muy posible que esas 3 ocasiones se refieren no a los cristianos sino a los no cristianos.
Mi punto es que la Biblia no habla de usted, si usted es cristiano, en términos de ser pecador, como identidad. La Biblia considera a los que no están en Cristo posicionalmente como pecadores, y a los que están en Cristo posicionalmente como santos. Porque cuando usted conoce a Cristo, eso lo cambia todo. Recibe una nueva naturaleza. Pablo dice en otra parte en Corintios que nos volvemos «nuevas criaturas en Cristo», «las cosas viejas pasaron he aquí todas son hechas nuevas».
La buena nueva, amigo, si usted está en Cristo, no es solo un pecador culpable, malvado, y vil que ha sido perdonado. Usted es una nueva criatura en Cristo, con una nueva identidad y una nueva biografía, y una nueva identidad. Todas las cosas se han vuelto nuevas. Algunos de ustedes dirán: «Yo no siento eso». Por eso tiene que creerlo. Porque al creer lo que Dios dijo, empezamos a sentir lo que Dios siente hacia nosotros.
Les daré otras perspectivas sobre esto. El pecado explica algunas de sus actividades, pero no define su identidad completa en Cristo. Usted pecará algunas veces, pero en Cristo usted siempre es un santo. El pecado es parte de lo que usted hace, pero no es la totalidad de lo que usted es en Cristo. Hay una diferencia entre ser pecado y tener pecado en Cristo. Como tiene una nueva identidad como santo, puede gozar de una nueva victoria sobre el pecado, en Cristo. Como pecador usted tiene un pasado oscuro como santo, pero tiene un futuro brillante en Cristo.
Algunos de ustedes están atascados porque su identidad principal está en su pecado y no en su Salvador. No pueden superar el pasado por la vergüenza, la culpa, la convicción, y la condenación. Si usted está en Cristo, Dios le ha perdonado cosas que de las que hasta ahora usted ha dicho: «No puedo perdonarme a mí mismo», y suena simpático pero es una blasfemia. Porque si lo que está diciendo es «Dios me perdona pero no puedo perdonarme», lo que está diciendo es: «Hay un Dios más alto que Jesús, y aunque el Dios menor llamado Jesús me perdona, el Dios más alto, y más grande que lleva mi apellido no puede hacerlo».
Algunos de ustedes han pensado incorrectamente que si se obsesionan más por su pecado, le agradarán más a Dios. Algunos de ustedes han asumido que su pecado es su identidad principal, y la única diferencia que pueden ver entre un cristiano y un no cristiano es que el no cristiano es un pecador culpable, malvado, vil, y el cristiano es un pecador culpable, malvado, y vil que ha sido perdonado. No cambia lo que usted es, no cambia su naturaleza. no altera su identidad en absoluto si el cristiano y el no cristiano son lo mismo, si la única diferencia es que uno ha sido perdonado y el otro no y ninguno de los ha sido cambiado.
Ven, en Cristo, como dijo un teólogo: «Somos genuinamente nuevos pero no completamente nuevos». Usted es genuinamente nuevo, y en el transcurso de su vida hay algo llamado santificación progresiva donde, en Cristo, está creciendo y aprendiendo y cambiando por el poder del Espíritu Santo. Hasta que un día cuando esté en el eterno estado de resurrección, no hay más pecado y usted está con Jesús, y entonces será completamente nuevo. Pero permítanme decirles, que al momento de recibir Cristo ese es el momento en que se vuelven genuinamente nuevos y van rumbo a volverse totalmente nuevos para siempre.
Y permítanme decirles, Mars Hill, porque si no entienden esto tendrán una falsa perspectiva de las buenas nuevas del Evangelio de Jesús, o sea: entreguen su pecado a Jesús e irán al Cielo cuando mueran; y no hay ayuda mientras tanto. Entreguen su pecado a Jesús, reciban una nueva identidad en Cristo, y empiecen a vivir una nueva vida en Cristo, y después disfruten una nueva eternidad con Cristo.
Esto también cambia cómo interactuamos unos con otros. Si está lidiando con un hermano o una hermana en Cristo, necesita recordarles quién es usted. Cuando pecan, necesita decirles: «No tienes que seguir escogiendo el pecado. En Cristo, eres un santo».
No puedo entrar en esto en mucho detalle, pero hice un estudio secundario en las Escrituras hace poco, Estaba viendo lo que Jesús hizo cuando fue tentado. La Biblia dice en Hebreos 4 que Él fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. ¿El Señor Jesús resistió todo pecado y tentación? ¿Cómo dijo que no cada vez? Al leer pasajes como Lucas 4 y Mateo 4 donde Satanás viene, y digamos que nuestra tentación no sea tan severa como la de Jesús, porque Él estuvo en el desierto ayunando 40 días y 40 noches, tendía hambre, estaba aislado, cansado, y permítanme decirles que el enemigo los atacará cuando estén hambrientos, aislados y cansados.
Ahí es cuando vino a Jesús, y lo interesante es que cuando tienta al Señor Jesús, le habla a su identidad. Le dice: «Si eres el Hijo de Dios». Esa es la pregunta. Ven, porque detrás de toda tentación está la pregunta de la identidad. Si eres el Hijo de Dios. ¿Qué le dice Jesús? No tentarás al Señor tu Dios. Satanás viene a Jesús, y la tentación es: «Quiero poner en duda tu identidad». Y Jesús dice: «No cederé al pecado porque yo sé quién Soy. Soy el Señor tu Dios».
Jesús sabe quién es. Y como sabe quién es, sabe qué hacer. Cuando ustedes sepan quienes son en Cristo, sabrán que hacer por Cristo. Cuando sepan quiénes son en Cristo, sabrán qué hacer con Cristo. Cuando sepan quiénes son, sabrán cómo debe ser la vida en Cristo. ¿Entienden eso? ¿Tiene sentido?
Si su identidad principal es como pecador, y es tentado a pecar, su identidad determinará su actividad. «Soy pecador, supongo que voy a pecar». ¡No! Soy un santo, y no tengo que pecar. Soy una nueva criatura, no tengo que volver a mis viejos caminos. Soy genuinamente nuevo y eso significa que las decisiones que tomo y mi forma de vivir son nuevas en Cristo. ¿Amén?
Esto es lo que quiero que sepan, Mars Hill. No quiero que se atasquen en la trampa de: «No puedo cambiar», o «no puedo cambiarme a mí mismo». Al contrario, quiero que sepan que : «Yo puedo cambiar en Cristo. Puedo resistir la tentación en Cristo. Puedo ser obediente en Cristo. Como en Cristo soy justo posicionalmente, puedo empezar a llevar una vida justa de una manera más práctica en base a la justicia que encuentro en Cristo».
Los amo. Esta es una de las cosas que puede cambiarlo todo para ustedes. Y para los que se miran el ombligo y se auto condenan, y los que sienten que entre peor se sientan más santos son, es hora de mirar hacia arriba y hacia afuera, y no mirar solo su pecado sino a su Salvador, y verse como santos en Cristo.
Y permítanme decirles: un santo se siente arrepentido por el pecado. Quiero explicarles esto. En otro lugar Pablo habla de su pecado. Es cierto. En Filipenses 2 habla de su propio pecado, habla de las cosas que lamenta en su vida, dice que es primero entre los pecadores, perseguidor de la iglesia. Está arrepentido.
Pero permítanme decirles, porque quiero hablar un momento… cuando empecé quise hablar a los que son algo faltos de conciencia. Empecé muy fuerte por causa de aquellos cuya conciencia no funciona muy bien, para cautivar su atención. Para los que tienen una conciencia más bien tierna, quizás se parezcan más a mis hijas en ese aspecto.
Tengo dos hijas con conciencias más bien tiernas. O sea que no tengo que decirles mucho para que respondan, ¿entienden? Por el Espíritu Santo que está en ellas, quieren saber la verdad y quieren hacer lo correcto. Yo no era así cuando era niño, por tanto no puedo usarme como ilustración. No conocía al Señor, era duro de corazón y de cerviz. Y todo lo que dice la Escritura se aplica a mí también, hasta que conocí a Cristo y me dio un nuevo corazón.
Pero algunos de ustedes son así, tienen una conciencia tierna. Si alguien les señala algún pecado en su vida, lo aceptan; los destroza, los apena, lo odian, y quieren cambiar eso. Tienen una conciencia tierna. Algunos de ustedes son así. El Señor no necesita gritarles; les susurra y con eso basta. No necesita empujarlos; solo necesita mostrarles en qué dirección deben ir y a donde deben ir.
Temo que los que tienen una conciencia tierna no entenderán qué significa que un santo esté arrepentido, por lo cual quiero mostrarles la diferencia entre la convicción y la condenación. La convicción viene de Dios, pero la condenación viene de Satanás. La convicción conduce a la vida, la condenación, a la desesperación. La convicción conduce al gozo, la condenación termina en dolor.
La convicción hace que queramos cambiar, la condenación nos hace creer que no podemos cambiar. La convicción conduce a una nueva identidad en Cristo, la condenación conduce a una vieja identidad en el pecado. La convicción nos hace conscientes de un pecado específico, la condenación nos da una vaga incertidumbre sobre el pecado. La convicción busca a Jesús, la condenación busca el yo. Y la convicción es una bendición, la condenación es una carga.
Empieza diciendo esto: «Gracia a vosotros y paz de Dios nuestro Padre». Quiero que vean que la diferencia entre la convicción y la condenación en realidad es la diferencia entre el carácter de Dios Padre y el carácter de Satanás, su enemigo, su adversario. Satanás quiere que su identidad sea en su pecado. Quiere que nuca pueda dejar ni escaparse de esa identidad. Quiere que no tenga ninguna esperanza para el futuro. Quiere avergonzarlo, echárselo en cara, quiere condenarlo, quiere destruirlo. Quiere que el peor día de su vida sea el aspecto que defina su vida diaria.
A veces, usted si no ha hecho nada malo, él querrá darle una convicción general y confusa. En realidad es la condenación disfrazada de convicción. Algunos de ustedes sentirán que Dios está lejos, que está enojado con ustedes, que los odia, que está bravo con ustedes, y que está a punto de darles en la cabeza con un martillo, y no están seguros qué hicieron y se obsesionan y empiezan a investigar en su vida: «¿Dónde están mis ídolos?, ¿dónde está mi pecado?, ¿qué hice mal?, ¿cuáles son mis motivos?, y no puedo encontrar nada grande. Puede que sea algo pequeño».
Y se obsesionan, se preocupan, se ponen ansiosos, se desaniman, y Dios parece distante, y parecen no tener esperanza. Y para los que tienen una conciencia tierna, saben exactamente a qué me refiero. Se vuelven como los judíos del Antiguo Testamento que tratan de limpiar su casa, y buscan debajo de la alfombra, y buscan debajo de la lámpara, y buscan debajo de la cama, y desempolvan los rincones, y tratan de limpiarlo todo. Ustedes son así con su vida.
Y parece santo, y parece justo porque hablan de su pecado, y de lo terrible que es usted, y lo malo que es, y de todas las cosas malas que ha hecho. Y usted comparte su historia, y habla de lo horrible que se siente, y otros lo aplaudirán por lo valiente y sincero que es, pero la atención sigue siendo en usted, todo el enfoque está en usted, y todos lo están mirando a usted, nadie lo está mirando a Él.
Dios es un Padre. Es un Padre que se acerca a su hijo que está en pecado y dice: «Déjame nombrar el pecado específicamente para que sepas de qué estoy hablando exactamente. No te hablaré en términos generales para que trates de averiguarlo». Y lo abrazaría. Y le diría: «Te amo. Eres mi hijo. Esto no es aceptable. Por tanto, haré lo siguiente. Te ayudaré. Deja de hacer eso, ¿está bien? Venceremos esto juntos». Es el Padre que nos sonríe, nos da un beso en la frente, y nos pone el brazo en el hombro mientras nos ayuda a apartarnos del pecado y la tentación.
Dios es un Padre así. Cuando nos señala un pecado, eso es convicción. O sea: «¿En serio, papa? Gracias. Agradezco tu ayuda. Me amas por lo tanto ¿no seré expulsado de la familia? Oh, ¿y no te das por vencido conmigo? ¿Me amas, y me ayudarás, y estarás aquí para ayudarme, y ves que lo que voy a ser no es lo que he sido, y me ayudarás a ser así? ¡Vaya, qué papá! ¡Qué papá!». Así es su Padre.
La convicción es diferente a la condenación. ¿Entienden eso? La convicción es diferente a la condenación. Jesús dijo que enviaría el Espíritu Santo para convencer al pueblo de Dios de pecado. Pablo dice en Romanos 8:1: «No hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús». Jesús nos dice que los creyentes tendrán convicción, y Pablo nos dice que los creyentes no tendrán condenación.
De modo que un santo se arrepiente de pecado. Puede recordar lo que hizo y decir: «Vaya, eso fue pecado, y me entristece mucho que haya dicho o hecho eso, o que no haya dicho o hecho eso». Pablo lo hace. Dice que entre los pecadores él es el primero, y un hipócrita, y en otra parte habla muy claramente sobre su propio pecado. Puede que explique algo que haya hecho, pero no define quién es.
Un santo tiene poder sobre el pecado. Sé que sólo estamos trillando dos versos hoy, pero son buenos versos, ¿amén? A los santos. Cuando traten con un creyente, recuérdenle quién es. «A los santos que están en Éfeso y que son fieles en Cristo Jesús».
¿Cuántos de ustedes no dirían eso? Fieles. ¿Cuántos de ustedes no dirían: «Hola, soy un santo y soy fiel». Porque inmediatamente la gente empezaría a hacer preguntas. ―¿Cuánto diezma? Oh, no es suficiente. ―¿Cuántos versos se ha aprendido de memoria? ―Muy pocos. ―¿Cuántos sándwiches ha hecho para los pobres? ―Me comí todos los sándwiches. No he sido súper fiel. No he sido súper fiel.
¿Quieren ser fieles? ¿Quieren ser fieles? Los santos quieren ser fieles. Como Dios es fiel con nosotros, queremos serle fieles. Por eso dice la Biblia: «Si somos infieles, Él permanece fiel».
¿Cómo van a ser fieles al Dios que es fiel con ustedes? ¿Van a tratar más duro? ¿Van a sentirse peor? No. Él los dice: gracia. ¡Ah! Ahí está. El nombre de mi esposa es una de la mejores palabras que hay. ¡Oh! «Gracias a vosotros y paz».
Si usted no es cristiano, permítame ser claro: no tiene paz con Dios. Usted es pecador, necesita un Salvador. Está viviendo en el camino de la ira de Dios. Está amontonando ira para el Día del Juicio. Si no cree en el Infierno, creerá. Permítame ser claro: No me dejen predicar paz donde no hay paz. Necesita a Jesús y lo necesita ahora mismo.
Para los que están en Cristo: paz. Suena bien, ¿no? Porque toda la ira fue derramada sobre Jesús, y todas las bendiciones sobre nosotros. Dios no está enojado con los que están en Cristo. Es muy amoroso y compasivo. De hecho, no solo tiene paz con nosotros, nos da gracia a nosotros, gracia para perdonarnos cuando pecamos, gracia para cambiar quiénes somos, y gracia que nos da poder para vivir una nueva vida.
¿Sabe cómo pueden llegar a ser fieles? Por la gracia de Dios. Los cristianos tienden a pensar en la gracia salvadora de Dios. También está la gracia de Dios que da poder. La gracia de Dios que salva perdona todos los pecados que hemos cometido. La gracia de Dios que da poder nos ayuda a dejar de cometer esos pecados. Es maravillosa. Esa es la presencia, y la persona, y el poder del Espíritu Santo que obra en la vida del creyente. En lo más profundo dicen: «Quiero ser fiel».
Y los teólogos lo explicarían de esta manera: dirían que los indicadores preceden a los imperativos. Yo lo simplificaría así: lo que usted es determina lo que usted hace. Mars Hill, no empezamos con: «Lean sus Biblias, oren, sirvan, den. Empezamos con Jesús. Jesús. Él es perfecto para los que son imperfectos. Él es fiel para los que son infieles. Él es justo para los que son injustos. ¿Ven quién es Él? ¿Ven lo que ha hecho? ¿Ven quién hizo que fueran ustedes en Cristo y gracia que les ha dado para vivir en esa nueva identidad?
Mars Hill, la razón por la cual damos es porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito. La razón por la cual servimos es porque Dios nos sirve a nosotros. La razón por la cual perdonamos es porque en Cristo, Dios nos ha perdonado. La razón por la cual derramamos nuestra vida es porque nuestro gran Dios derramó su vida.
De modo que no hacemos lo que hacemos para que Dios nos ame, sino porque en Cristo nos Dios nos ha amado. No es para que logremos alcanzar una identidad, sino porque hemos recibido una identidad en Cristo. Nos para complacer a Dios, sino porque estamos tan complacidos de estar en Cristo. Eso hace que la vida sea una bendición, no una carga. Esta es la vida que vivimos a la luz de nuestra identidad en Cristo, y eso significa que recibimos el gozo, y Él recibe la gloria, y los demás reciben el bien.
Dicho lo cual, permítanme cerrar con un pequeño resumen. ¿Qué tal está nuestra fidelidad? ¿Qué tal está su fidelidad? Cuando hablamos de «nuestra fidelidad», puede esconderse. Cuando hablamos de «su fidelidad», tiene que pensar en eso. Acabamos de terminar un año y empezamos otro, así que quiero darles un breve reporte de la fidelidad de Dios con Mars Hill y de la fidelidad de Mars Hill en Cristo. Tuvimos el año más grande que nunca Tuvimos más bautismos que nunca. Hay muchas personas que amar y servir, y nos regocijamos en eso.
En cuanto a donaciones financieras, casi 1/3 de la iglesia el año pasado no dio nada, la categoría más grande fueron los que dieron $500 o menos en todo el año. La gran mayoría fueron los que dieron $1.500 o menos en todo el año. Y como pueden solo hubo 3 personas que dieron $100.000. No tenemos muchos donantes ricos en nuestra iglesia. Tenemos una carga pesada que llevar económicamente, por lo cual todos necesitan llevar su porción. No tenemos a nadie que pueda llevar una porción muy grande. En lo personal no conozco una iglesia de nuestro tamaño que no esté dando 1 millón o más al año. no hemos llegado a ese punto, estamos en esto juntos, y no tenemos grandes donantes para compensar la diferencia por los que no son fieles. Así nos encontramos ahora.
La buena noticia es esta: lo alcanzamos nuestro presupuesto que esperábamos para el año, nos faltaron $500.000. Esas no son las buenas noticias. La buena noticia es que nosotros también, en la gracia de Dios, administramos los recursos bien y gastamos $700.000 menos de lo previsto, por lo cual acabamos el año casi parejos. Casi parejos. Y diría que ahora mismo, en este clima fiscal, casi parejos parece bastante bien, ¿amén? Si el gobierno pudiera estar al menos en la quiebra, sería fantástico. Así que así estamos ahora. Estamos parejos, ¿de acuerdo?
También tenemos 3 proyectos importantes que quiero presentarles este año. Esperamos terminar el año financieramente fuertes con algo de sobra para que podamos abrir Mars Hill Downtown, Mars Hill Everett, y Mars Hill Tacoma. No recibimos nada de sobra. Ahora, permítanme decirles también, en la gracia de Dios, Nos perdimos nuestro propio precipicio fiscal este año. En años pasados teníamos un presupuesto anual, pero gran parte de nuestro dinero llegaba en diciembre, lo cual significa que teníamos un déficit de fondos y pagábamos la proverbial tarjeta de crédito en diciembre.
Este año, nuestro pastor ejecutivo Sutton Turner, nuestro director financiero, Kerry Dodd, y los ancianos ejecutivos tomaron una decisión: No, vamos a vivir de acuerdo a nuestros medios. No vamos a esperar hasta fin de año para que llegue el gran bono para pagar nuestro déficit. Si conseguimos ese bono, podemos invertirlo en el ministerio, pero si no, estaremos viables». Eso fue lo que no hizo el gobierno. Eso fue lo que no hizo el gobierno. De modo que, en la gracia de Dios, tomamos esa decisión difícil a mediados del año pasado, por lo cual ya no vamos a desbarrancarnos por nuestro propio precipicio fiscal. Dios en su gracia nos permitió hacer eso y nos regocijamos por eso, y nos dio su sabio consejo por medio de su gente, y nos regocijamos en eso.
Eso significa que al empezar este año, empezamos parejo básicamente, pero tenemos que ir más allá para que Mars Hill Downtown pueda ser reubicado oficialmente. En la actualidad se reúnen en su edificio. Han recaudado 1,2 millones de la meta de 2 millones que necesitamos. Algunos de ustedes saben que esa es la iglesia mas antigua de Seattle. Saben que la van a perseguir mucho y tendrá mucha oposición y crítica, en gran parte por las cosas que yo digo, así que pueden orar por ellos.
Es un edificio muy viejo, es un edificio hermoso, pero el sistema eléctrico no está a la altura de lo que necesitamos, y cosas como por ejemplo que no tiene baños. Sé que algunos de ustedes piensan: «Las megaiglesias desperdician dinero». Necesitamos un baño. No es como las ruedas de oro de nuestro tercer SUV, o sea, necesitamos un baño. Ahora tienen inodoros Porta Potti afuera para Mars Hill Downtown. Estuve ahí hace poco. Hacía frío y debemos orar por eso, ¿de acuerdo? O sea, por cosas como baños. Estamos tratando de recaudar lo que falta para eso. Les instamos que sean fieles.
Mars Hill Everett han estado montando y desmontando la iglesia en un colegio. No tenemos suficiente espacio para los niños y no está funcionando. La armería que estamos acabando de comprar, económicamente la compramos a muy buen precio, pero hace falta dinero. Estamos tratando de recaudar $750.000 para los baños, el espacio para los niños, y el sistema eléctrico y para que todo quede actualizado, y tenemos $126.000 hasta ahora. Alabamos a Dios por los que han dado y les pedimos que den generosamente este año y que sean fieles para que podamos abrir eso en los próximos meses.
Y por último, nuestra tercera meta este año es Mars Hill Tacoma, es una de las iglesias más antiguas de Tacoma en un lugar muy estratégico. Everett es un buen sitio donde podemos poner una base que alcance toda la zona norte de Puget Sound. Tacoma es un lugar ideal para extendernos hacia la zona sur de Puget Sound. Es un edificio viejo y hermoso que Dios nos ha provisto, pero necesita mucho mantenimiento por lo cual necesita un techo nuevo, repito, no tiene baños. No sé, por alguna razón encontramos edificios hermosos sin baños, y por lo general son caros, pero por lo general necesitan arreglos para que recuperen su funcionalidad y viabilidad. Necesita techo, necesita baños, necesita sistema eléctrico, y esperamos ocupar el lugar oficialmente y empezar Mars Hill Tacoma este otoño.
Esas son las tres cosas por las que les pido que por favor oren, y den, tomen interés. Y les diré esto: Creo que ustedes serán fieles. Creo que serán fieles. Dios ha sido fiel con ustedes, siempre ha sido fiel con nosotros, y creo que ustedes serán fieles con Él con nosotros.
Para ese fin, cómo dar en el 2013. Pueden ir a MarsHill.com y abrir una cuenta conéctese. Eso nos permite saber lo que planea hacer este año económicamente, y eso también le permitirá dar regularmente, con gozo, y con sacrificio. Quiero proponerles algo más: cuando Dios me salvó a los 19 años de edad, cada año una meta que hemos tenido como familia, es dar más de lo que dimos el año anterior. Y cuando empezamos, éramos estudiantes universitarios, y Dios nos ha dado su gracia al contestar esa oración 23 años seguidos. Por eso les pedimos que se pregunten: «¿Cuánto di el año pasado, y cuánto daré este año?».
Pero para cerrar, permítanme decirles que todo esto es en Cristo. Cristo nos ha dado, entonces damos. Cristo nos ha amado, entonces amamos. Cristo nos ha servido, entonces servimos. Cristo ha llegado a conocernos, entonces conocemos a otros. ¿Amén? Y todo lo que significa es que reflejamos quién es Jesús a un mundo espectador. Y aun en nuestro servicio, lo organizamos para que puedan oír acerca de Jesús y para que respondan con sus diezmos, ofrendas, comunión, cantos, y cosas así; y es una oportunidad para que sean fieles por la gracia de Dios al Dios que ha sido fiel con ustedes.
Señor Jesús, te doy gracias por el gran honor que tengo de enseñar la Biblia en la Iglesia Mars Hill. En realidad amo a estas personas; En realidad amo «mi trabajo», entrecomillas, y amo la oportunidad de abrir la Biblia, y escudriñar las Escrituras, y ayudarles a las personas por tu gracia, sabes quién eres y quiénes son. Señor Jesús. Pido ahora mismo por los que no están en Cristo, que el Espíritu Santo les traiga el don del arrepentimiento y una nueva naturaleza. Señor Jesús, para los que estamos en Cristo, aunque sabemos eso teológicamente, se nos olvida en la práctica. Ayúdanos esta semana a recordar quiénes somos y ayúdanos a recordarnos unos a otros quiénes somos en Cristo, amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.