Yo tengo dones (Efesios 4:1–16)

¿Dónde está Jesús, y qué está haciendo hoy?

Amo nuestra iglesia, y una de las cosas que amo de nuestra iglesia es que Jesús año tras año sigue trayendo muchísimos no cristianos. Anticipando la Pascua, y la conversión de muchas personas a Cristo, me encanta el hecho de que Jesús siga trayendo personas no cristianas a Mars Hill, y me encanta conversar con los no cristianos que sienten curiosidad por Jesús.

Hace poco uno de ellos vino después del servicio. Me dijo: «Estoy tratando de entender el cristianismo». Era un hombre muy agradable. Le dije: «Está bien, ¿tiene alguna pregunta? ¿En qué puedo ayudarle?». Me dijo: «Sí, ¿entonces Jesús es Dios?». Parece que puso atención. Muy bien. «Y murió en la cruz por nuestros pecados». Así es. «Resucitó de los muertos». Correcto. Y dijo: «Entonces, ¿dónde está hoy? ¿Vive en Israel?». Esa fue su pregunta. Le dije: «No, si viviera en Israel, alguien lo hubiera encontrado hace tiempo, y todos asistiríamos a su iglesia». Pero me dijo: «¿Entonces dónde está?». Le dije: «Pues, está en el cielo». Me dijo: «¿Y qué está haciendo?».

Buena pregunta, ¿no es cierto? Es la pregunta que Pablo nos contesta hoy. Bien, ¿dónde está Jesús, y qué está haciendo hoy? Si tienen una Biblia o una de esas postizas en su celular, vayan a Efesios 4:1–16 donde veremos el tema: Yo tengo dones. Leámoslo todo juntos. La fe viene por oír la Palabra de Dios. Leámoslo todo juntos y contestaremos esas preguntas. ¿Dónde está Jesús hoy y qué está haciendo?

Pablo dice: «Yo, pues, prisionero del Señor», o sea que el pastor de ellos estaba en la cárcel, «os ruego que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados, con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándoos unos a otros». ¿Por qué? Porque vamos a fastidiarnos unos a otros; es algo que se supone que vamos a hacer. A propósito, están haciendo eso muy bien. Verso 3: «Esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo», la iglesia, «y un solo Espíritu», el Espíritu Santo, «así como también vosotros fuisteis llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos». Está diciendo que todos somos uno y que estamos juntos en esto. «Que está sobre todos, por todos y en todos.

«Pero a cada uno de nosotros se nos ha concedido la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por tanto, dice: Cuando ascendió a lo alto, llevó cautiva la hueste de cautivos, y dio dones a los hombres. (Esta expresión: Ascendió, ¿qué significa, sino que Él también había descendido a las profundidades de la tierra? El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo).

«Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas», o pastores «y maestros a fin de capacitar a los santos», o sea ustedes, la iglesia, «para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo», ahí está Mars Hill, «hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error». Hay muchos falsos maestros allá afuera que quieren llevarnos por mal camino.

«Sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen), conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor».

Jesús está en el cielo con los creyentes

¿Dónde está Jesús hoy? Primero nos dice que Jesús está en el cielo con los creyentes. Ese lenguaje de descender y ascender, explica todo el ministerio de Jesús: que Jesús descendió del cielo, que Jesús es Dios, que es eternamente Dios, que es la segunda persona de la Trinidad. Y descendió del cielo a la tierra, y vivió sin pecado, y dijo que era Dios, y nosotros nos opusimos a Él, y lo crucificamos.

Después Él descendió, como dice, a las profundidades de la tierra. Fue sepultado en la tierra, literalmente, murió físicamente, y a los 3 días resucitó; o sea que ascendió de su tumba a la vida, conquistando la muerte y el pecado, y dio testimonio de su resurrección durante 40 días en los que demostró estar vivo. A multitudes grandes y pequeñas, individuos, grupos pequeños, agrupaciones de más de 500 personas, como nos dice 1 Corintios 15; apareció a su madre, apareció a sus hermanos, apareció a sus amigos y a sus discípulos. Dio evidencia de haber estado muerto, en efecto, al mostrar las cicatrices en su cuerpo. Todos sabían que Él estaba vivo, que conquistó la muerte; hizo lo que nadie jamás había hecho, conquistó el pecado y la muerte y ascendió a su reino celestial.

¿Entonces dónde está Jesús hoy? Es lo que Él nos dice con este lenguaje de ascender y este lenguaje de descender. Y cuando dice esto: «Cuando ascendió a lo alto, llevó cautiva a hueste de cautivos, y dio dones a los hombres. (Esta expresión: Ascendió, ¿qué significa, sino que Él también había descendido a las profundidades de la tierra? El que descendió es también el mismo que ascendió mucho más arriba de todos los cielos, para poder llenarlo todo)».

¿A dónde fue Jesús cuando ascendió? Ascendió al cielo de donde vino, y dice que llevó cautiva a hueste de cautivos. Si alguna vez se ha preguntado, «¿Qué pasó a las personas en el Antiguo Testamento? Jesús no había muerto aún, por tanto, los pecados de ellos aún no habían sido expiados y no podían entrar a la presencia de un Dios santo y justo. ¿Qué les pasó a esas personas?». Sus almas esperaban que Él ascendiera, y cuando Jesús murió en la cruz murió por los pecados de todo el pueblo de Dios, y cuando ascendió, se llevó a los que habían estado esperando. Sus almas habían anticipado ascender con Jesús al reino eterno. Ellos ascendieron con Él.

¿Dónde está Jesús hoy? Está en su reino celestial, gobernando y reinando sobre todas las personas, sobre todos los tiempos y lugares, y con Él están todos los que murieron en la fe. Con los creyentes del Antiguo Testamento y los que murieron en los últimos 2.000 años, ahí es donde Jesús está hoy.

Jesús está sirviendo a la iglesia

Y la siguiente pregunta es: «¿Y qué está haciendo?». ¿Alguna vez se han preguntado eso? Como si fueran a levantarse mañana y tomaran su calendario, o su teléfono, o su listado de pendientes. ¿Qué tiene Jesús en su lista para mañana? ¿Qué está haciendo? ¿En qué está enfocado? ¿En qué se interesa? ¿A qué le presta atención? ¿Qué prioridades tiene? ¿En qué se invierte Él mismo?

Y sigue hablando una y otra vez sobre la iglesia; y su siguiente punto es que Jesús sirve a la iglesia, y utiliza ese lenguaje de que la iglesia es un cuerpo. Este es el lenguaje más común de todo el Nuevo Testamento para todas las metáforas de la iglesia, sobre la iglesia. Es el lenguaje favorito de Pablo. Así como un cuerpo tiene muchas partes, y todas trabajan juntas para su salud, vida, y progreso; asimismo ustedes y yo somos como un cuerpo. Y todos somos parte de la gran familia de Dios y todos tramos nuestra pequeña contribución, la cual da apertura a a la discusión sobre los dones espirituales, y sobre cuál parte del cuerpo somos, y el don que tenemos, y la contribución que hacemos.

Pero dice que todo esto es posible por la presencia y el poder del Espíritu Santo. Y esto es muy importante, porque cuando Jesús ascendió, cuando regresó al cielo—leemos esto en el primer capítulo de libro de Hechos; a propósito, fui a lugar en Israel de donde se cree que Él ascendió. Es muy hermoso. La pregunta es: ¿Se ha ido? ¿Hemos sido abandonados? ¿Somos huérfanos? ¿Es esto como un padre de familia que da su espalda a la familia y la abandona, y los niños se sienten destrozados porque papá se fue y ahora estamos solos?

Hay una teología que enseña eso llamada deísmo, que Dios se ha ido. Es como un padre que abandona a la familia y uno tiene que valerse por sí mismo. Si no entiende la enseñanza de la Biblia y no cree en lo sobrenatural, es concebible que pueda llegar a suponer erróneamente tal cosa.

La pregunta es: Cuando Jesús se fue, ¿nos dejó solos? No. Él dijo: «Es mejor que yo me vaya para que pueda enviarles el Espíritu Santo». Y les dice esto a los primeros discípulos reunidos a su alrededor después de su resurrección y justo antes de su ascensión: «Yo me iré, pero les enviaré al Espíritu Santo y él vendrá con poder».

Por tanto, Jesús no nos ha abandonado; de hecho dijo que nunca nos dejaría ni nos desampararía. Jesús envía el Espíritu Santo, y Dios el Espíritu Santo, la tercera persona de la Trinidad, está presente con la iglesia. Está presente en el pueblo de Dios, y trae la presencia de Dios entre nosotros. Es Él quien nos acerca al Señor Jesús. Es Él quien de todas maneras nos trae la vida del Señor Jesús. Y lo dice en el verso 3, hablando de la unidad del Espíritu, y en el verso 4, hablando del Espíritu.

¿Entonces qué está haciendo Jesús ahora? Está sirviendo a la iglesia, está amando a la iglesia, está atento a la iglesia, está consagrado a la iglesia, se preocupa por la iglesia, y está obrando en la iglesia mediante la persona y la presencia y el poder de Dios el Espíritu Santo.

¿La iglesia es una prioridad para usted? Si sus prioridades están alineadas con las de Jesús, la iglesia será una gran prioridad para usted. Puede que esté estudiando, pero su escuela no estará ahí en 2.000 años. Puede que tenga trabajo, pero en 2.000 años puede que su empresa deje de existir. Puede que ame a su país, pero en 2.000 años puede que su país sea solo un pequeño hito en la historia. Sin embargo, en 2.000 años la iglesia del Señor Jesucristo seguirá existiendo.

La iglesia de Jesucristo es el grupo más maravilloso de personas en la historia del mundo. Las naciones van y vienen, las circunstancias van y vienen, pero el pueblo de Dios sigue avanzando a través de todas las culturas, pese a la oposición, la persecución, el ostracismo, y a la complejidad; la iglesia sigue avanzando. Hay varios miles de millones de personas hoy en la tierra que dicen adorar a Jesucristo y ser parte de la iglesia. ¿Por qué? ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que personas tan desorganizadas y de tan malos fundamentos de dar como los que tenemos, y con un mensaje tan ofensivo como el que traemos, permanezcan y continúen y florezcan? Dios está con nosotros. El Espíritu Santo está haciendo algo. Es un milagro.

Cuando el mundo nos mira y dice «Cuál es la organización más grande de la tierra?». Es la iglesia. «¿Cuál es la organización más fuerte de la tierra?». La iglesia. «¿Cuál es la organización de más larga duración en la tierra?». La iglesia «¿Cómo es posible? Véalos. Oh, Dios está con ellos. Esa es la variable. Eso lo explica todo». ¿Qué está haciendo Jesús ahora mismo? Está sirviendo a la iglesia, amando a la iglesia, haciendo crecer a la iglesia, edificando la iglesia. En su corazón Jesús tiene a toda iglesia local que le ama y le sirve, por eso amamos a la Iglesia Mars Hill y amamos a las iglesias que aman y sirven a Jesús. Queremos que nuestro corazón sea el corazón de Jesús.

¿Entonces qué está haciendo Jesús? Está dando poder a los líderes. Aquí Pablo dice que él es prisionero del Señor Jesús, o sea que da poder a los líderes para sufrir, para dirigir, para evangelizar; poder para escribir, poder para predicar y enseñar. Pablo está haciendo todo eso por el poder del Espíritu Santo. El Espíritu Santo de Jesús está dando poder al pueblo de Dios, a todos ustedes que son cristianos.

Y usa palabras como: humildad, mansedumbre, paciencia, amor, unidad, y paz, en los versos 1 al 5. En los versos 13 al 16 usa estas palabras también: unidad, conocimiento, maduro, hablando la verdad en amor, crecimiento, edificación, en amor.

No quiero que conviertan eso en una lista de cosas que hacer. Quiero que sepan que si son llenos del Espíritu Santo y tienen una relación con Jesús, esas cosas se hacen realidad, porque Él es el sarmiento, y nuestra vida es el fruto de ese sarmiento. Pero si somos llenos del Espíritu Santo, si nos sometemos al Espíritu Santo, si seguimos al Espíritu Santo, nos trataremos diferentemente y nos trataremos cada vez más como Jesús nos ha tratado. Todos tenemos algo que mejorar, pero el Espíritu Santo es quien nos ayuda a ser más como Jesús, y como iglesia, a tratarnos más como Jesús nos trata a nosotros.

Jesús está dando dones

Después dice que Jesús está dando dones. Vimos que Jesús en la actualidad está en el cielo con los creyentes, que está sirviendo a la iglesia, y que una de las formas en que sirve a la iglesia es por medio de los dones. Algunos de ustedes han oído hablar de dones espirituales; algunos de ustedes son cristianos nuevos, o no cristianos, y no han oído de eso. Ese será mi tema para lo que resta de nuestro tiempo juntos, porque Pablo habla mucho de los dones.

¿Les gusta dar regalos? Debería gustarles. Si son cristianos y el Espíritu Santo mora en ustedes, debería gustarles dar a otros. Se dan cuenta de que Dios es generoso, y que ser generoso es bueno. Entre más den, más gozo tendrán. Por eso es que nadie tiene más gozo que Dios. Nadie es más gozoso que Dios.

A Dios le encanta dar. No tenemos que rogar a Dios para que dé, de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito. A Dios le encanta dar. A nuestro Dios de amor, al amor, le encanta dar, y entre más conocemos al Dios que da más nos volvemos como el Dios que da; entre más damos, más damos. Entre más pasa el tiempo, pienso que una de las pruebas más fáciles de la madurez cristiana es si tendemos a dar y no a recibir.

1. Él nos da Jesús

Y dice que Jesús da, Jesús da, y hay una lista en esta sección. Ante todo, Jesús es un don. En el verso 7 habla del don de Cristo. Quiero que ustedes sepan que Cristo es un don. Puede que Dios no les dé salud, puede que no les dé riquezas, pero se da a sí mismo. Es maravilloso. De todo lo que puedan desear, nada puede compararse ni aun remotamente con Dios quien se da a sí mismo.

¿Saben cuál es el don más grande que mi esposa Grace me ha dado? Grace. No solo por las cosas que hace por mí, y las aprecio mucho, pero me ha dado ella misma. Me ha dado todo su ser por toda la vida. Ella es un don. Dios nos da a sí mismo. Jesús dio su vida, da su justicia, da su salvación, da su amor, da su afecto. Y cuando la Biblia usa el lenguaje de la gracia, a eso se refiere. Nuestro Dios, el Señor Jesús, es un Dador generoso.

Y quiero que sepan lo radical que es esto. Si se fijan en las otras religiones, su dios toma para sí, y su dios toma para sí, y su dios toma para sí, y su dios es egoísta, y recibe por medio del karma cierto porcentaje, y exige buenas obras, y exige peregrinajes a lugares sagrados, pero Jesús viene a dar. En primer lugar, nuestro Dios no es egoísta. Es un Dador alegre, y se nos da a sí mismo. En el verso 7 cuando habla del don de Cristo, Cristo es nuestro don. Mars Hill, Jesús nos fue dado. ¡Qué don! Toda su justicia.

2. Él nos da el Espíritu Santo

Segundo, Él nos da el Espíritu Santo. En el verso 3 habla de «la unidad del Espíritu», y en el verso 4, de «un solo Espíritu». Dios nos ha dado su Espíritu, por eso no somos huérfanos, no fuimos abandonados, no estamos solos. No tenemos que vivir por nuestro propio poder; podemos vivir por el poder de Dios. No fuimos relegados a nuestros propios pensamientos; Él puede dirigir nuestro entendimiento. El Espíritu Santo está presente en la iglesia.

Hasta cierto punto, el Espíritu Santo está presente y obra en el mundo, pero particularmente y poderosamente obra en el pueblo de Dios, sobre todo cuando nos congregamos. Al Espíritu Santo le encanta cuando nos congregamos. Le encanta venir a nuestros grupos comunitarios, le encanta venir a nuestros grupos de redención, le encanta venir a nuestros servicios. Le encanta ayudarnos a resolver nuestros conflictos, le encanta ayudarnos a amarnos y a servirnos unos a otros, le encanta estar presente donde quiera que Jesús sea alabado. Dios nos ha dado a Jesús. Dios nos ha dado la presencia, la Persona, el poder del Espíritu Santo.

3. Él nos da personas

Tercero, Dios nos da personas como dones. Necesitan saber que ustedes son un don. Son un don a los demás, son un don a la iglesia. Aquí habla de personas que tienen ciertas habilidades, y de otras que tienen ciertas habilidades, y de estas personas que contribuyen de esta manera, y de aquellas personas que contribuyen de tal manera. Permítanme decirles que las personas no solo tienen dones, las personas son dones. La gente no solo tiene dones, ellos son dones. Y si solo pensamos que las personas tienen dones, las usaremos por sus dones, pero si creemos que las personas son dones, amamos y apreciamos a la persona, y no solo su función. Las personas son dones. Las personas son dones, y permítanme decirles que algunos de ustedes son grandes dones. Otros son dones dolorosos, pero todos ustedes son dones. Todos ustedes son dones.

4. Él nos da dones espirituales

Cuarto, Dios nos da a Jesús, al Espíritu Santo, y unos a otros, y después da a cada cristiano dones espirituales, dones espirituales. Lo menciona en el verso 8. Dice: «Dio dones a los hombres». Él dio dones. ¿Quién determina el don que usted recibe? Él. Él. Dios determina lo que usted hace, Dios determina lo que ellos hacen. Dios mira la iglesia y dice: «Está bien, vamos a necesitar esto, vamos a necesitar aquello, vamos a necesitar lo otro, y vamos a necesitar tal cosa, por eso les daré esta habilidad, y a estos esta facultad, y a estos esta experiencia, y todos se congregarán y todo saldrá mucho mejor». Pablo usa ese lenguaje en 1 Corintios diciendo que no necesitamos tener 17 pies, sino un cuerpo con todas sus partes, orquestadas, y organizadas de tal modo que haya mucha diversidad, pero que estemos unificados en esto. «Dio dones a los hombres».

Los dones espirituales

Les diré algo sobre los dones espirituales y después hablaremos sobre los dones individuales y particulares.

Primero, no importa que sea un talento natural o un don sobrenatural. Un talento natural es algo innato que obtenemos al nacer; un don sobrenatural es algo que adquirimos en el nuevo nacimiento. Un talento natural es algo que podíamos hacer antes de ser cristianos; un talento sobrenatural es algo que acompaña la presencia y el poder del Espíritu Santo cuando somos cristianos.

Y permítanme decirles, no me importa cuál usen. Algunos preguntan: «¿Cuál es mi don espiritual?». Puede que su área principal al servicio de Jesucristo en la iglesia no tenga nada que ver con su don espiritual, sino con su talento natural. La Biblia nunca habla del don natural de cantar. Es un talento natural, porque los no cristianos también pueden cantar. Si se vuelve cristiano y tiene cierta habilidad musical, úsela para Jesús, o si es un programador, o si es contador, o lo que sea. Quizás sea ingeniero o arquitecto, o diseñador gráfico. No sé cuáles sean sus talentos. Al volverse cristiano podría preguntarse: «¿Que hago?». Quizás las habilidades que Dios le dio sean para el ministerio. No importa que sean habilidades naturales o sobrenaturales, siempre y cuando las use para el ministerio. Eso es lo que importa realmente.

Segundo, encontrar nuestro don espiritual es cuestión de ensayo y error. Uno intenta algo, no lo hace muy bien, o no le gusta, o todo el mundo dice: «Deje de hacer eso». Podría indicar que quizás no sea su vocación. Después hace otra cosa y piensa: «Oh, puedo hacerlo muy bien, y parece que la gente está muy agradecida, y parece que Dios me está bendiciendo, y como que me gusta». Puede que esa sea su vocación. Es cuestión de ensayo y error.

Además, uno puede tener varios dones. O sea que no tienen que ser exclusivos. Algunos tienen un don, otros tienen varios dones, y la combinación de dones le dan un potencial particular para el ministerio. Las personas tienen diferentes medidas de dones.

Digamos que usted tiene el don de dirigir, y piensa: «Puedo dirigir a las personas individualmente». «Puedo dirigir grupos pequeños», «puedo dirigir grupos grandes». «Puedo dirigir una organización enorme». Hay diferentes niveles en cada don. Algunos de ustedes dicen: «Soy maestro. Puedo enseñar a individuos», o «puedo enseñar a un grupo pequeño», o «puedo enseñar a un grupo grande», o «puedo enseñar a un grupo muy grande». Hay diferentes niveles de dones.

Además, necesitan cultivarlos. Digamos que tiene el don de enseñanza, no puede decir solamente: «Bien, tengo el don de enseñanza. Voy a enseñar». ¿Está leyendo? ¿Ha estudiado? «No, pero tengo el don de enseñanza». Quizás, pero no tiene el don de discernimiento porque antes de poder enseñar debe estudiar. Tiene que cultivar su don.

Algunos de ustedes dirán: «Tengo el don de dirigir». Tendrán que cultivar y crecer dentro de ese don. Digamos que tienen don de administración. Tendrá que empezar con responsabilidades sencillas, y crecer y recibir más entrenamiento y aprender. Todos tenemos que cultivar nuestro don y crecer en él.

Además, necesitamos aprender a servir más allá del área de nuestro don. Si alguien entra y dice: «Estoy sufriendo mucho, ¿puede orar por mí?». «Lo siento, ese no es mi don». ¿Cómo es que no tiene el don de la misericordia? Hasta cierto punto debemos ser humildes y servir más allá del área de nuestros dones si hay alguna necesidad apremiante». No se trata de sus dones sino de la necesidad del otro. No puede decir: «Es que ese no es mi don». El otro diría: «Pero esta sí es mi necesidad». Quizás deba servir en un área fuera de sus dones, o al menos hasta que Dios llame a otra persona.

Y permítanme decirles, espero que esto les ayude: Si vienen a la iglesia y algo les molesta, aparte de mí, pero si están molestos por alguna cosa que los irrita como uñas que rechinan en una pizarra, y piensan: «Odio eso. Eso no está bien, me vuelve loco. No sé por qué no arreglan eso. ¿Por qué está eso así?». Puede que ese sea su don; no estar molesto, sino ayudar a arreglar lo que le molesta. Si entra y dice: «¿Por qué no arreglan eso?». Quizás tenga un don que nadie más tiene y que vea una necesidad que nadie más puede ver, y no debería frustrarse; suponga que es un llamado de Jesús para empezar a trabajar. A la orden, ahí tiene.

Francamente esto es cierto, y así funciona. A veces se sentirá frustrado porque alguien que tiene su don no arregla el problema. Quizás Dios se lo está mostrando a usted para que sea usted quien lo arregla.

La mentalidad consumista y la mentalidad cristiana

¿Por qué da Dios dones? El verso 12 es uno de los versos más importantes del Nuevo Testamento sobre la iglesia. ¿Por qué da dones a los líderes? Dice: «A fin de capacitar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo».

Lo que Pablo está diciendo es que hay una diferencia entre una mentalidad consumista y la mentalidad cristiana. En la mentalidad consumista el liderazgo existe para servir a las personas. En la mentalidad cristiana el liderazgo existe para equipar a otros a servir. En la mentalidad consumista, es como una transacción de negocios. «¿Cómo puedo dar la menor cantidad de dinero y compromiso para obtener el mayor rédito sobre mi inversión?». Esa es la mentalidad consumista. La mentalidad cristiana dice: «¿Cómo puedo dar mi dinero, mi tiempo, mis dones, mis aptitudes, mis habilidades, y dónde puedo ayudar a crear unidad y salud en la familia de nuestra iglesia?».

La primera perspectiva es una de negocios, y la segunda es verdaderamente familiar. No conozco a ninguna madre que diga: ¿cómo puedo dar lo mínimo y ganar lo máximo como si fuera una transacción de negocios o de negociación? ¿Cierto que no? Las madres se ríen entre dientes porque saben que no, esa no es una mentalidad parental. La mentalidad parental dice: «Es una familia y estoy aquí para amar, servir, y dar. Esta no es una transacción de negocios. Es una interacción familiar. No es una mentalidad consumista, es una mentalidad cristiana».

Necesitan tener mucho cuidado porque vivimos en un día que enfatiza el consumismo cristiano. Ministerios para-eclesiásticos que compiten, iglesias que compiten, y personas que buscan iglesias y ministerios como si estuvieran comprando algo. Usamos un lenguaje completamente consumista: ¿Cómo puedo conseguir esto, y aquello, y este programa, y estas contribuciones, y cómo puedo dar lo mínimo y obtener lo máximo? Esa es la mentalidad consumista, y no conduce al gozo porque no es el corazón del Jesús. La mentalidad cristiana dice: «¿Dónde me necesitan? ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo puedo ayudar a edificar la iglesia?».

Y a los consumidores cristianos les digo que existe una gran ilusión de que al cristianismo le está yendo bien. Las últimas estadísticas señalan que 7% al 9% de los estadounidenses son cristianos evangélicos practicantes, que creen en la Biblia, y asisten a la iglesia. Digamos que se trata del 8% para fijar un número. El 8% de las personas están dando, sirviendo, y participando en una iglesia. Eso significa que el 92% no conoce a Jesús o no caminan fielmente con Él, o ambas cosas.

Si es solo el 8%, estamos imponiendo una enorme carga y responsabilidad sobre una minoría muy pequeña. No quiero que tengan una mentalidad consumista porque, en primer lugar, deshonrarán a Jesús, segundo, usarán a sus hermanos y hermanas. En cierto modo serán culpables de robar. Ellos dan y usted toma algo de ellos. Como resultado, no queda nada para los que todavía no conocen a Jesús.

Nuestra meta es que todo el pueblo de Dios dé para que lleguemos a quienes aún no conocen a Jesús. Logramos esto determinando: «¿Cuál es mi don? ¿Cómo me ha diseñado Dios? ¿Cómo puedo contribuir?».

Su don no es su identidad

Y permítanme decirles que su identidad es en Cristo, y que su don es lo que hacen. Su identidad en Cristo explica quiénes son; su don espiritual ayuda a aclarar lo que hacen. Hay una diferencia. Su don no es su identidad. «No soy predicador, soy un cristiano que predica». Usted no es administrador, no es un líder, es un cristiano que administra o un cristiano que dirige. Lo más importante es que amemos a la iglesia y que hagamos lo mejor para todo el pueblo de Dios.

Además de que lo que hacemos no se convierte en nuestra identidad sino que nos ayuda a aclarar nuestra actividad, Pablo dice repetidas veces, unas 30 veces en el libro: «En Cristo, en Cristo, en Cristo, en Cristo». Y en esta sección también. Que quede muy claro: Usted no es lo que hace, sino lo que Jesús ha hecho. Usted no es lo que hace, sino lo que Jesús ha hecho.

Lo que usted hace es por su relación con Jesús. Esto es controvertido, pero pienso que Jesús tenía todos los dones espirituales. Él podía hacerlo todo, ¿verdad? Él es perfecto. Y cualquier don que usted tenga puede pensar en Jesús y decir: «¿Cómo usó Él ese don que se parece al mío? ¿Cómo llevo eso a la práctica?». Jesús le da un don que se parece a una de sus habilidades, y envía al Espíritu Santo para darle poder para que usted lleve acabo un poco de su ministerio.

Bien, pero su identidad está en su relación con Cristo; su actividad está fuera de su relación con Cristo. Y lo digo porque a veces las personas convierten sus dones en ídolos. No deben decir: «No puedo hacer eso. Yo soy tal cosa». Oh, no, no, no, no, no, no, no. Mars Hill, me encanta predicar, pero esa no es mi identidad. No lo es. Jesús es mi justicia, Él es mi Salvador, es mi amigo, Él es el que define quien soy. Predicar, me encanta predicar, pero les digo con toda sinceridad, si Él me dice que deje de predicar—aunque no pienso que lo haga—con todo, seguiré siendo cristiano, porque mi relación con Jesús no depende de lo que hago por Él. Seguiré amando a Jesús, seguiré caminando con Jesús, seguiré amando a la iglesia. ¿Por qué? Porque amo a Jesús y amo a la iglesia, y puede que mi don sea una forma de servir a la iglesia y amar a Jesús, pero mi don no es ni mucho menos tan importante como Jesús y la iglesia.

19 dones espirituales

Dicho lo cual, hay cuatro lugares en el Nuevo Testamento donde encontrarán listas de lo que llamamos dones espirituales. Los que tienen el don de administración aquí es donde deben tomar notas. Bien, 1 Corintios 12:8–10. 1 Corintios 12:28–30, Romanos 12:6–8, Efesios 4:11, donde nos encontramos esta semana, y 1 Pedro 4:11. Si olvidan todo eso, 1 Corintios 12 y Romanos 12, Efesios 4 y 1 Pedro 4, son los cuatro lugares donde están todas las listas de dones espirituales.

Las listas no son iguales, hay dones por acá, hay dones por allá. No creo que haya listas exhaustivas. No pienso que necesariamente estos sean todos los dones espirituales. Y aunque compendiáramos todas las listas, no pienso que tengamos una lista total de todos los dones espirituales. Pero voy a cubrirlos, son 19 dones, y algunos de ustedes dirán: Vaya, tomará mucho tiempo. Así es.

En primero lugar, usted tiene dones, pero quiero que vea algo muy importante. Usted tiene dones. Algunos de ustedes nunca han escuchado eso. Nunca han escuchado: «Tienes una contribución significativa, valiosa y útil que dar. Puedes hacer cosas importantes que ayudan a las personas necesitadas, y hay una necesidad que solo tú puedes satisfacer».

Aquí es donde a veces los cristianos piensan que servir se basa en la culpa. No, se basa en el gozo. «Oh, ¿me necesitan, y sería un honor para Jesús, y ayudaría a alguien, y tengo una habilidad particular y única con mi personalidad, y mis dones, y mi experiencia, y mi derrotero para satisfacer esa necesidad? ¿Y Jesús quiere que yo lo haga? ¿Es una pequeña tarea de parte del Rey para el reino?». Es alentador, ¿verdad? O sea, Si Jesús llegara y le dijera: «Oye, sabes, te necesito mucho. ¿Podrías hacer eso por mí?». «Sí, Jesús. ¡Gracias! Sí, me parece genial. O sea, has sido tan bueno conmigo ¿y ahora tengo el privilegio de ir a trabajar contigo? Eso suena genial». En eso consiste el ministerio, amigos. Es ira a trabajar con Jesús. Eso es todo.

Cuando yo era niño…me parece que ya les conté esta historia. Me estoy poniendo viejo, por eso vuelvo a contarla. Mi papá Joe se ponía botas par la construcción, vaqueros y camiseta blanca, y eso era lo que yo me ponía. Él tenía una lonchera, y por eso conseguí una lonchera. Él tenía un casco, y por eso conseguí un casco. Mi papá iba a trabajar y a veces me montaba en la camioneta y lo acompañaba al trabajo porque quería hacer lo que mi papá estaba haciendo. Así es el ministerio. Dios ya está haciendo cosas, y trae a sus hijos consigo para que puedan conocerle y servir junto con Él, y para que compartan su gozo.

Estos son varios dones que Dios les da para que vayan a trabajar con su Papá. El primero es sabiduría, 1 Corintios 12:8. Si usted tiene este don le encanta dar entendimiento en el momento oportuno para ayudar. Puede discernir a la gente y las circunstancias cuando a todos les parece como un nudo imposible. Piensan: «Cómo desatamos este nudo? No entiendo lo que hicimos…», y usted dice: «Bien, ¿qué tal si hacemos esto? ¿Qué tal si hacemos aquello? Permítanme explicarles», y usted dice la verdad. Da entendimiento sabio, y todos piensan: «¡Eso es!». Puede ser a nivel organizativo, puede ser a nivel interpersonal.

El pastor Dave Bruskas me parece que es así. Es uno de nuestros ancianos ejecutivos. Voy al pastor Dave y le digo: «No sé qué hacer en esta situación. No sé qué debo hacer». El pastor Dave tiene el don de sabiduría. Tiene el don de sabiduría, por lo cual piensa y ora, y conoce la Biblia, y tiene mucha experiencia en el ministerio, tiene una familia hermosa, tiene mucha sabiduría de la que puede valerse. No necesitan consejos solamente, sino consejos sabios. Al mundo no le faltan consejos, ¿cierto que no? Le faltan consejos sabios. Algunos de ustedes buscan consejos, asegúrense de buscar consejos sabios. Los que tienen el don de sabiduría son un don tremendo.

El don del conocimiento, 1 Corintios 12:8. Si usted tiene este don, le encanta estudiar, le encanta investigar. Cuando dice: «Ama al Señor tu Dios con toda tu mente», usted dice: «Lo haré». Le encanta eso. Puede que le gusten los libros, las notas de pie de página, y autores muertos. Le encanta eso. Le encanta eso. Si alguien viene y le dice: «¿Alguna vez ha estudiado?». Usted dice: «Oh, sí, y pensé que quizás un gozo nerdy nunca sería usado, y me alegra mucho que haya venido a hablarme de la diferencia entre Barth y Berkhof, y estoy listo». Algunos de ustedes ni siquiera saben de qué estoy hablando, pero acabo de hablar en el lenguaje amoroso de los nerds. ¿Estamos? Les encanta investigar, les encanta estudiar.

Mi lado de conocimiento y de nerd es bastante grande. Tengo una biblioteca enorme, tengo muchos libros en mi portátil. Me encantan los libros, me encanta mirarlos, me encanta tenerlos a mi alrededor, son como amigos, ¿cierto? Me gusta estudiar, me gusta pensar, soy más introvertido, me gusta la vida de la mente.

El que ayuda mucho en todo Mars Hill con el don del conocimiento es el pastor Justin Holcomb. Está a cargo de The Resurgence. Es el Dr. Justin Holcomb. Tan pronto escuchamos la palabra doctor, probablemente tiene don de conocimiento. Alguien estudió por mucho tiempo, y tienen algo más que un título en pintar con los dedos. Se han dedicado mucho, ¿de acuerdo? El Dr. Justin Holcomb está a cargo del equipo de investigadores que ayudan a servir a los líderes en todo Mars Hill al igual que en muchas otras iglesias.

Es el don del conocimiento. Algunos de ustedes lo tienen. A los que les gusta esto les encanta cuando la gente viene y le dice: «¿Puedo preguntarle algo?». Y usted dice: «¡Sí, cuando guste!». Se emociona mucho. Si alguien dice: «¿Me puede regalar un buen libro?». Usted dice: «Sí, tengo un montón de libros de sobra, y le regalaré uno. Estaba esperando a que alguien preguntara». Tiene el don del conocimiento.

El don de fe. Si usted tiene el don de fe, está en 1 Corintios 12:9, le gustan las situaciones duras o imposibles. Otros piensan: «Eso nunca sucederá», y usted dice: «Sí sucederá». Mi esposa Grace tiene este don. Es una mujer con una fe muy grande. Ella simplemente confía en Dios. Ha sido de mucha ayuda en este trabajo, porque llego y le digo: «Pienso que debemos poner un tobogán de agua en la luna». Y ella dice: ¡Fabuloso! Vamos a orar por el tobogán, el astronauta, y el transbordador. ¿Para cuándo lo necesitas?». O sea, ella ora y me llega el tobogán, el astronauta, y el transbordador. Y le digo: «Se cumplió nuestra oración». Y ella me dice: «Pues claro que se cumplió, porque oramos». ¡Caray!

Pues algunos de ustedes tienen el don de la fe. Simplemente confían en Dios, pero no por credulidad, sino con la fe de un niño. No es una fe infantil, sino una fe de niño. Usted piensa: «Si Dios lo quiere, y Él lo dice, va a suceder».

Algunos de ustedes tienen el don de fe, ¿cierto? Es lo opuesto a algunos de ustedes que tienen el don del desánimo. «Nunca funcionará». ¿Cierto? Son como el burrito Eeyore. «Será terrible». Lo opuesto es el don de la fe. Cree que las cosas pueden suceder.

Cuarto, el don de la sanidad. Está en 1 Corintios 12:9. Si usted tiene este don, le encanta orar por los enfermos, están enfermos. Le encanta orar por los enfermos porque sabe plenamente que Dios es el Gran Médico y Él puede sanar a las personas. Nosotros no sanamos a las personas, Dios sana las personas, y Él sí sana a las personas, y oramos por las personas con fe, confiando que Dios las sane, y confiamos que lo hará.

Tengo un amigo que tiene, pienso yo, el don de sanidad, y ora por los enfermos, y tiene una lista muy larga de personas que han sido sanadas en forma sobrenatural y milagrosa. Y de inmediato algunos de ustedes se vuelven escépticos porque son personas puramente racionales y han sido influenciadas por el modernismo, y tienen preguntas sobre lo sobrenatural. Piensan: «¿Cómo verificamos esos milagros?». También es doctor en medicina. Es un doctor en medicina que ama a Jesús. Se encarga del cuerpo y del tratamiento físico, pero ora por sus pacientes y ha visto a muchos de ellos sanar espiritualmente. Sé que personalmente le he recomendado algunas personas y Dios contestó la oración.

No negamos la posibilidad de sanar. Por eso incluso después del culto decimos: «Si necesitan oración, pasen al frente, porque dice en Santiago que si están enfermos que los ancianos deben ungir y orar por el enfermo y Dios podría sanarlo. A algunos de ustedes les encantan los enfermos, la gente que sufre, siguen los sitios en internet llamados CaringBridge, quieren saber por quién pueden estar orando. Si hay alguien en la iglesia, quieren ir a visitarlos en el hospital. Quieren orar por ellos y quieren mantenerse en contacto para seguir orando por ellos. Ustedes son un verdadero don.

También está el don de milagros, 1 Corintios 12:9. Les encanta orar y ver a Dios actuar con poder haciendo cosas maravillosas y extraordinarias que revelan su poder y su fuerza y su majestad. Les encanta ver a Dios actuar y hacer cosas increíbles como la Iglesia Mars Hill. Somos totalmente un milagro de Dios. Es un milagro absoluto de Dios. Y cuando Dios abre un nuevo edificio, o una nueva oportunidad, o cuando la gente es salva, u otras cosas se van desarrollando, o cuando hay testimonios radicales o cambios significativos en las vidas y Dios derrumba las puertas de resistencia espiritual, ustedes se emocionan mucho porque creen en un Dios muy poderoso a quien le gusta aparecer gloriosamente. Y cuando ustedes oran, anticipan con expectación que Él aparecerá de tal manera que la única manera de explicar lo sucedido es porque Dios lo hizo. Ese es el don de milagros.

Discernimiento, 1 Corintios 12:10. A usted le encanta la verdad y la santidad. Usted discierne la enseñanza. De pronto escucha a alguien y piensa que algo no suena bien, que está mal, que la Biblia no enseña eso, que está equivocado». Algunos de ustedes al leer un libro de pronto piensan: «Un momento, algo no me parece bien aquí». ¿Cierto? Y dicen: «No sé, algo me dice que está mal». El Espíritu Santo nos dice algo muchas veces. Así como: «No lo sé, es que está…». Algunos de ustedes son más intuitivos en ese sentido. «No confío en esa persona». ¿Por qué, qué le dijo? «No sé, te lo advierto, no sé por qué. Puede que esté equivocado, pero algo anda mal». Puede ser una persona, maestro, o una doctrina. Es el don del discernimiento.

Algunos de ustedes pueden discernir la presencia de Satanás y los demonios. Dicen: «Sabes, pienso que esto es obra de Satanás. Pienso que está maquinando un pequeño plan. Pienso que los demonios han sido comisionados. Pienso que esto va por mal camino. Pienso que debemos detenernos y orar, y pedir a Dios que nos dé claridad y sabiduría. Pienso que estamos perdiendo un poco de lastre aquí». Ese es el don del discernimiento.

La Biblia dice que las personas con ovejas y que deben tener pastores. La Biblia también dice que hay lobos que quieren entrar y les encantan las ovejas pero no les gustan los pastores. No les encanta ayudar a la ovejas, les encanta comerse la ovejas. Más fama, más dinero, más poder, más gloria, más autoridad. Se trata solo de ellos, no se trata de Jesús, para nada. Cuando Pablo habla aquí de ser llevados «de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error», se refiere a los lobos.

Los que tienen el don de discernimiento disciernen entre oveja, pastor, lobo, y asalariados. Hay cuatro. Las ovejas aman a Jesús, tenemos que amarlas y protegerlas. Los pastores tienen que ayudar a amar y proteger a las ovejas. Los lobos están aquí para causar grandes problemas. Los asalariados, para ellos es solo un trabajo, no aman a las ovejas, solo aman el trabajo. Y tan pronto se pone difícil no van a pelear por el bienestar de las ovejas, sino a dejar que los lobos se apoderen de este lugar.

Los que tienen el don de discernimiento dicen: «Oveja, pastor, lobo, asalariado», y a menudo tienen razón, y aciertan con bastante antelación. Después de un tiempo, uno dice: «Ah caray, no me lo imaginaba. No sabía que él tuviera eso en su corazón. No sabíamos que esa fuera su intención», y después todo sale a la luz. Los que tienen el don de discernimiento son como un sistema de alerta precoz para la iglesia.

Los que tienen el don de apóstol, 1 Corintios 12:28, y lo menciona aquí en Efesios 4:11, les encanta dirigir un movimiento. Aquí no están hablando de los testigos oculares de la resurrección de Jesús a quienes Él escogió para escribir los libros del Nuevo Testamento. No estamos hablando de los que tenían el ministerio de apóstoles sino de los que tienen don de apóstoles. O sea, misioneros, plantadores de iglesias, misioneros transculturales, e incluso aquellos que trabajan con múltiples iglesias, ¿no es cierto?

Este es uno de mis dones espirituales, por lo cual tenemos una iglesia en 14 localidades, y somos una de las iglesias más difundidas de Estados Unidos. El hecho de estar en tantos estados es muy complicado. Es muy complicado, y con eso vienen los escritos, la enseñanza, la predicación, la tecnología, los medios, la crítica, y francamente, es muy distinto a lo que hace un pastor común y corriente. Un pastor común y corriente enseña y ama su rebaño; un apóstol ayuda a muchos rebaños y ayuda a desarrollar líderes en varias localidades e iglesias.

Por lo cual, oren por mí, y oren por el equipo que trabaja conmigo. Sigo siendo pastor en Mars Hill y amo lo que hago, pero se ha vuelto más complicado. Y no soy Pablo, de eso no cabe duda, pero tengo que escribir, tengo que predicar, tengo que viajar, tengo que ser odiado, lo cual tengo el privilegio de disfrutar. Tenemos algo en común. Tenemos algo en común.

Lo siguiente es la enseñanza. Está en Romanos 12:7 y 1 Corintios 12:28, y lo vimos aquí también en Efesios 4:11. Si tiene el don de la enseñanza, le fascina impartir la verdad de la Biblia. Le encanta eso. Lo que lo emociona tanto al enseñar algo es cuando “captan la enseñanza”. Tanto si es una madre que educa en casa, o un líder de grupo comunitario o líder de grupo de redención, o pastor líder que enseña una clase, o que ofrezca orientación individual o reuniones de discípulos, o que invierta en nuevos creyentes o en los no creyentes, usted es un maestro, y ellos captan lo que dice. Y al ver que ellos entienden, se le prende el foco y eso lo emociona muchísimo. Se entusiasma tanto. Ese es el don de la enseñanza.

Algunos de ustedes son buenos con la enseñanza individual, y serían más aptos para ser consejeros docentes. Otros serían aptos como líderes de grupos comunitarios, líderes de grupos de redención, o quizás hasta podrían dar una clase a un equipo de servicio. Algunos de ustedes estarán en grupos más grandes. Ese tiende a ser el papel que desempeñan algunos ancianos nuestros y nuestros pastores líderes, dando clases y días para el entrenamiento y formación de líderes y otros en toda la iglesia. El don de la enseñanza.

El siguiente en la lista es ayuda y servicio, y los pongo juntos porque pienso que son básicamente sinónimos. Romanos 12:7, 1 Corintios 12:28, y 1 Pedro 4:11, Ayuda y servicio. Les encanta ayudar a la gente. No tienen una enorme visión global, pero llegan y dicen: «¿Dónde puedo ayudarle?». Al preguntarles: ¿Qué quiere hacer? Contestan: «Quiero ayudarles, díganme qué necesitan». ¿A qué se dedica? «Soy un buen ayudante, dígame qué necesita». Son personas aptas para desempeñar un rol de apoyo, no el rol de líder. No vienen con una agenda enorme: «Me siento llamado a hacer esto». Dicen: «Usted ha sido llamado a hacer algo y yo fui llamado a ayudarle».

Mi esposa Grace definitivamente tiene este don. Hace cualquier cosa alegremente. Ama a Jesús y ama la iglesia, ama nuestra familia, ama a la gente. Le encanta ayudar. Le da mucho gozo ayudar. Tanto, que esta mañana me levanté muy temprano tratando de moverme silenciosamente como un ninja para no despertar a Grace, porque no quiero despertarla. Entonces sentí el aroma del café que preparaba, y supe que había puesto su despertador; aunque le dije que por favor no se levantara temprano. Sin embargo, ella se levantó a prepararme el desayuno. Le pregunté saliendo del cuarto: «¿Qué estás haciendo?». Ella me dijo: «Soy tu amiga, se supone que debo ayudarte». Me dijo: «Por eso quiero asegurarme de que desayunes y ores antes de enseñar hoy». Le encanta servir, le encanta ayudar. Funciona súper bien, me encanta ser servido; o sea que, vaya, qué pareja tan pareja. Si usted tiene este don, realmente no le importa lo que está haciendo siempre y cuando esté ayudando, ¿no es así? Usted piensa: «Me siento feliz ayudando en general». Alabado sea el Señor por esas personas.

Administración, si usted tiene el don de la—está en 1 Corintios 12:28—le encanta administrar recursos, ¿no es cierto? No es de extrañar que esa persona sea el pastor Sutton Turner, nuestro pastor ejecutivo. Les encanta cerciorarse de: «¿Cómo nos va con el dinero? ¿Cómo nos va con la gente? ¿Cómo nos va con bienes raíces? Cómo nos va con los recursos? ¿Somos buenos administradores? ¿Estamos tomando todo lo que Jesús nos ha dado para aprovecharlo a lo máximo?».

Algunos de ustedes tienen ese don de la administración. Su verso de vida se encuentra en 1 Corintios: «Que todo se haga decentemente y con orden». Ustedes son como un marcador de etiquetas, archivos, organigramas, gráficos. Les gusta organizar las cosas. Y se nota que a veces estas personas tienen un espacio personal bastante ordenado y limpio. ¿Lo han notado? Todo está en orden. Si entra a la casa de alguien y encuentra la ropa sucia en la araña de luces, quizás no tengan el don de la administración. ¿De acuerdo? Son personas que naturalmente—mi hija Ashley es así. Es una organizadora innata. Entra al caos y sabe poner orden al caos. ¿Tienen ese don?

Número 11, el don del evangelismo. Si usted tiene este don, le encantan los no cristianos. Los ama, le encanta hablarles acerca de Jesús, y le encanta verlos conocer a Jesús. Le encanta eso. Para que lo sepan, no muchos cristianos en verdad tienen este don, ni lo optimizan, pero si usted hace eso, gran parte de su ministerio consistirá en hablar con la gente, orar por la gente, regalar Biblias a la gente, invitar a la gente a la iglesia, invitar a la gente al grupo comunitario, ¿no es así? Fomentará esas relaciones y hablará con las personas sobre Jesús emocionado ante la realidad de que se vuelvan cristianos. Si ese es su don, usted es así. O sea, algunos cristianos francamente están molestos con los no cristianos. Los que tienen el don de evangelismo se molestan con esos cristianos porque aman a los no cristianos.

También está el don de pastorear o de pastor, o de consejería. Lo dice aquí en Efesios 4:11. A veces significa que uno se vuelve pastor, hay un cargo pastoral, pero también hay un don pastoral. Esto significa que a usted le encanta ayudar a las personas, le encanta cuidar a las personas, le encanta formar a las personas, le encanta invertir en las personas.

En la Iglesia Mars Hill, pastoreamos en gran parte en nuestros grupos comunitarios. Tenemos grandes reuniones y tenemos pequeñas reuniones, donde lo que hablamos en nuestras grandes reuniones se resuelve en nuestras pequeñas reuniones. Los anfitriones de grupos comunitarios y los líderes son quienes por lo general pastorean bastante. ¿Qué escuchaste? ¿Qué te dijo Dios que hicieras? ¿En qué aprietos te encuentras? ¿Cómo podemos orar por ti? ¿Cómo podemos darte una mano? ¿En qué podemos ayudarte a hacer lo que dice aquí, “a madurar”, para que no seas un niño espiritualmente sino maduro espiritualmente?».

Eso es lo que les encanta hacer a los pastores. ¿Saben qué les encanta a los pastores? Las ovejas. Les encanta la gente, les encantan las personas. Algunos de ustedes dirán: «Mire, no entiendo las finanzas, los bienes raíces, la mercadería, y la complejidad de una gran organización. Pero entiendo y amo a las personas y me gusta ayudarles a las personas a crecer en Jesús. Eso me gusta». ¿Tienen ese don? Vuélvanse líderes de un grupo comunitario ahora, porque necesitamos todos los que podamos tener, ¿amén? Den gracias al líder de su grupo comunitario esta semana. Díganle: «Gracias». Son voluntarios que hacen trabajo pastoral, tomando interés y amando a las personas.

También está el don de exhortación, Romanos 12:8. Si usted tiene este don, le encanta motivar a las personas. Usted naturalmente es bastante alegre. Mi hija Alexie tiene 9 años y tiene este don. Es una exhortadora. Es alegre, es feliz, está presente emocionalmente, es amorosa. La llamo y le digo: «Eres como la luz del sol en mi vida». Es lo que le digo. Papi tiene unos días oscuros. «Alexie es la luz del sol en mi vida». Estaba lamentándose un día porque los otros niños juegan deportes. Me dijo: «Papi, todos ganan trofeos y medallas», y ella no juega deportes. Le dije: «A mí nunca me dan un trofeo». Entonces fui y le mandé a hacer un enorme trofeo a medida, color rosa brillante. Es de este tamaño, y se lo regalé. Se llama el premio Sol, saben, porque ella tiene el don de exhortación y yo quise animarla.

Ayer tuve un día difícil y ella lo sabía. Es emocionalmente intuitiva, y vino y me dijo: «Papá Daddy, ¿estás teniendo un día difícil?». Sí. Se sienta en mi regazo, me soba la barba, y dice: «Entonces iré al entrenamiento de béisbol de Gideon contigo y estaré contigo y seré tu amiga, y te sentirás mejor», y así fue, en realidad—por eso estoy tan feliz ahora mismo, porque estoy pensando en Alexie.

Los que tienen el don de la exhortación tienden a tener muchos amigos, ¿cierto? ¿Quién no quiere pasar tiempo con alguien con el don de exhortación? «Oye te amo. Eso estuvo estupendo. Estoy tan orgulloso de ti. Estoy orando por ti. Las cosas van a mejorar. Caray, estoy viendo un gran cambio en tu vida. Dios tiene cosas buenas para ti». ¿Quieres ser mi amigo? O sea, nos encanta tener amigos así. Ayudan muchísimo, y algunos de ustedes no saben que es un don tremendo. La principal categoría de medicamentos recetados en Estados Unidos es la de los antidepresivos. Necesitamos más personas con el don de la exhortación.

Número 14, el don de dar; está en Romanos 12:8. Si usted tiene este don, le encanta satisfacer necesidades. Le encanta dar. Es la clase de persona que cuando la gente está hablando, usted dice: «¿Necesita tal cosa? Se la conseguiré. ¿Necesita tal cosa? Yo lo haré. Quiero dar, quiero satisfacer esa necesidad. Quiero ayudar».

Hace poco enviamos una pequeña carta que explicaba: «Esta es nuestra situación económica, estamos un poco atrasados y necesitamos ponernos al día». Ciertas personas no solo mandaron una gran ofrenda, pero también nos mandaron una carta diciendo: «Gracias por informarnos que había una necesidad. Con mucho gusto la supliremos». Esas personas tienen el don de dar. Cuando usted da, si tiene el don de dar, se emociona de poder dar, busca oportunidades para dar y se regocija al dar.

Lo he notado con mis hijos. Como familia nos gusta dar, y damos a la iglesia, y damos a otras cosas fuera de la iglesia para ayudar a otros pastores y plantadores de iglesias que amamos. Y tenemos otra partida en nuestro presupuesto donde Grace y los niños buscan oportunidades para dar simplemente. Si una madre soltera necesita algo y sus hijos son amigos de mis hijos, mis hijos vienen a casa y me dicen: «Oye papá, ellos necesitan tal cosa y necesito el dinero». Está bien, genial, porque tenemos una cuenta para eso. Quiero entrenar a mis hijos a buscar oportunidades para dar, y cuando den, quiero que se regocijen y disfruten el haber sido las personas que suplieron la necesidad.

Si usted tiene el don de dar, lleva una vida de manos abiertas. Usted dice: «¿Sabe qué? Todo le pertenece a Jesús y me alegra mucho ser un administrador y suplir necesidades». Necesidades financieras, necesidades emocionales, necesidades físicas; cualquiera que sea la necesidad, a usted le gusta eso.

El don de dirigir, Romanos 12:8. Le encanta movilizar a las personas para una causa. Le encanta ser el líder puntero, y no es por orgullo, ¿cierto? Hay un hombre en la Biblia llamado Diótrefes y dice que siempre quería ser el primero. Pues, eso no está bien, ¿cierto? No es eso: «Necesito ser el jefe», sino que naturalmente se siente atraído a las posiciones de liderazgo. Las personas lo consideran un líder. Lo consideran un líder y usted asume esa responsabilidad.

No todos tienen este don. Iba a compartir esto con ustedes. Alexie esta semana— les parecerá divertido. O sea, si queremos que sea divertido, incluimos a Alexie. Ella tenía un proyecto para el colegio esta semana: ¿Qué harías si fueras el presidente? Yo podría escribir eso. Oh, si yo fuera—Oh, tengo una lista de cosas. Sí, eso no es difícil». Alexie dijo esto: Pienso que ser Presidente de Estados Unidos resultaría muy molesto. El Servicio Secreto siempre va con uno a todas partes. No todos están de acuerdo con uno. Pienso que sería muy difícil vivir con personas a quienes no les caigo bien. También tendría que tomar decisiones importantísimas sobre la ley. Eso sería muy pero muy difícil. No me gustaría que el mundo dependiera de mí».

Probablemente no tiene el don de dirigir, ¿cierto? Ustedes los que tienen el don de dirigir, si les diera una hoja de papel y les dijera: «¿Qué harían si fueran el presidente?», dirían: «Oh, haría muchas cosas». Otros dirían: «No, no, no, no». Si usted tiene el don de dirigir, permítanme decirles que siempre necesitamos líderes en la iglesia. Jesús dice: «La mies es mucha, pero los obreros pocos». Por lo cual debemos orar para que vengan más líderes. Los líderes siempre escasean. Si usted es un líder, bienvenido, Dios le ama, tenemos un plan maravilloso para su vida.

El don de la misericordia, Romanos 12:8. Si tiene el don de la misericordia, ama a los que sufren. No sé si sabían esto, pero si hay personas que sufren—no Lo dije mal. Lo dije mal, disculpen. Si usted es un profeta, ama a los que sufren. «Consolaré al afligido. No, afligiré a los que están cómodos. Eso es lo que haré». Permítanme decirlo correctamente… si las personas sufren por las horrendas actividades de otros, a usted le encanta ayudarles en su sufrimiento. Bien, por fin lo dije. Sigamos. Si usted tiene el don de terrorismo, le gusta herir a las personas, le gusta hacer sufrir a las personas. Hombre, es temprano, fui a la escuela pública, y estoy haciendo lo mejor que puedo.

Han notado que a veces cuando las personas sufren, muchas personas dicen: «Oh, estás en aprietos, estás llorando, te pusiste emocional, oh…». O sea, «oraré por ti». Alguien con el don de la misericordia diría: «Oh…aquí estoy para ayudarte, para amarte, para servirte, para orar. Te pusiste emocional, y eso me gusta, ¿está bien? Aquí estoy para apoyarte». Ese es el don de la misericordia. Cuando alguien está en apuros, usted se acerca a ellos, no se aparta de ellos.

Francamente esto es lo que hacen nuestros líderes de grupos de redención, esa es su especialidad. Les cuento que Jesús ama a los grupos de redención, y es ahí donde los que tienen el don de la misericordia, el don de exhortación, el don de sabiduría, pueden abrazar a las personas en situaciones difíciles, que sufren, para traerles el amor de Jesús.

La hospitalidad, Romanos 12:13. A ustedes les encanta recibir a desconocidos y entretenerlos. Cada domingo les encanta pertenecer al equipo de bienvenida y al equipo de hospitalidad. Les encanta ser anfitriones de grupos comunitarios. «Hola, todos, entren a mi casa. Les daré de comer, siéntense en mi sofá, lo organizaré todo». Les encanta entretener a la gente. Les encanta recibir a la gente. Les encanta reunir a la gente para que se conozcan. Usted dice: «Oh, van a conocerse—qué divertido, y después se casarán». lo entienden todo perfectamente, ¿cierto?

Mi esposa tiene el don de la hospitalidad. Mi hija Ashley tiene el don de la hospitalidad. Les encanta cocinar, planear, entretener; les encanta invitar a la gente. Yo siempre pienso en el espacio físico donde vivimos. ¿Cómo podemos adecuar esta casa para que florezcan nuestros dones para que pongamos en práctica la hospitalidad?

Si usted es así, nos puede ayudar mucho los domingos. También podría ayudarnos como anfitrión de un grupo comunitario. Algunos de ustedes piensan: «No quiero dirigir un grupo comunitario». Podría ser el anfitrión. El que tiene don de hospitalidad es el que abre su hogar e invita a todos a entrar, y después el líder dirige el grupo.

Dos más: el don de lenguas, 1 Corintios 12:8–10, 1 Corintios 12:29–30. En la Biblia verán— No quiero apartarme mucho del tema. Ya me pasé de tiempo y apenas voy a hablar de las lenguas. No ahorraremos tiempo. Hay un don privado en el cual oramos con lenguas de ángeles. Pablo dice que ese tiempo es privado y personal para acercarnos al el Señor. No sé dónde estaremos hoy, pero hace años hice una encuesta con los ancianos y 1/3 de los ancianos tenían un idioma privado para la oración.

También existe una habilidad pública para comunicar el evangelio de Jesús en un idioma que usted desconoce. Por lo que uno habla un idioma, y otro habla otro idioma. Jesús quiere que sean salvos y le permite a uno hablar el idioma de la otra persona, porque la palabra lengua traducida literalmente significa idioma. Veremos este tema cuando estudiemos el libro de los Hechos, abordaremos todo esto detalladamente después de la Pascua. Pero si usted tiene este don, es privado y a usted le encanta orar y acercarse a la gente, y estar lleno del Espíritu Santo, o tiene la habilidad de proclamar el evangelio de Jesús públicamente, y es un don sobrenatural que Dios da a algunos en su pueblo.

Y por último, hay profetas y profecías o ambas cosas, Romanos 12:6. 1 Corintios 12:10, 1 Corintios 12:28, y acabamos de verlo en Efesios 4:11. Si a usted le encanta proclamar o escribir la verdad de la Palabra de Dios, no está escribiendo la Biblia, pero toma lo que dice la Biblia y no solo imparte la información pero lo hace de una manera tan vigorosa que provoca una respuesta.

Ese es uno de mis dones. Escribir y proclamar con denuedo la Palabra de Dios. Si ese es su don, puede que sea por eso que se encuentre en Mars Hill. Usted dice: «La Biblia está abierta, hablamos acerca de Jesús una hora, y seguimos adelante con denuedo», a los profetas les gusta eso. Les gusta eso; les gusta saber que la Palabra de Dios está abierta y que están enseñando la verdad, y que lo harán sin excusas, sin compromisos, y sin cambiar lo que Dios ha dicho. La verdad importa, saben, la verdad importa.

Y si ese es su don, hombre, usted es súper útil. Puede ayudar con la enseñanza, puede ayudar con los grupos de redención, puede ayudar con los grupos comunitarios. O sea, necesitamos escribir y proclamar la Palabra de Dios con denuedo en toda la iglesia.

¿Qué dones tiene?

Esta es la última serie de preguntas que les haré antes de cerrar con oración. ¿Qué dones tengo? ¿Cuántos de ustedes al escuchar esto pensaron: «Yo soy así», y después pensaron en alguien que conocen, y dijeron: «Conozco a alguien así». Ese sería un buen tema para discutirlo en su grupo comunitario esta semana. Pensaron: «Eso soy así más o menos y me pregunto qué debo estar haciendo», y quizás ya lo esté haciendo y puede compartir el gozo que siente al hacerlo. Otros podrían decir: «No sé», y dicen, «Pues ¿saben qué? Nosotros lo conocemos, así que permítanos evaluarlo a ver si podemos alentarlo en ese aspecto».

¿Dónde o en qué está su pasión para servir? ¿Siente responsabilidad por alguna cosa? ¿Hay algo por lo cual sienta responsabilidad? ¿Qué necesidades ve en la iglesia? ¿En qué halla su gozo al hacer algo por otros? ¿Qué oportunidades le ha dado Dios para servir a otros? ¿Qué está funcionando para usted ahora? ¿En qué se desempeña mejor y en qué ha tenido más éxito? Tenemos personas piadosas que pueden decirle: «Veo eso en ti y quiero animarte en ese aspecto». ¿Cuáles actos de servicio le han dado el más profundo sentido de satisfacción y gozo? Podría indicar cómo Dios lo hizo a usted y la clase de ministerio para el que lo ha preparado.

Mars Hill, permítanme decirles que la Iglesia Mars Hill es un milagro de la gracia de Dios. Jesús nos ama absolutamente y ustedes son un don para nosotros. Y vienen con sus dones, y estamos en una gran temporada para preguntarnos: «¿Cómo puedo contribuir?». Y estamos en el umbral de la Pascua, nuestro domingo más grande del año. Estamos orando para que vengan más de 20.000 personas y que haya centenares de personas salvas y bautizadas.

En ese sentido, voy a pedirles a los administradores de ofrendas que pasen al frente ahora mismo y vamos a dar. Vamos a dar nuestro don financiero al Dios que nos ha dado a sí mismo, el Señor Jesucristo; nos ha dado el Espíritu Santo; nos ha dado la iglesia y unos a otros. Ahora vamos a dar al Dios que nos ha dado a nosotros, y mientras los administradores financieros toman la ofrenda quiero compartir con ustedes lo que acontecerá en la Pascua. ¿Están emocionados por la Pascua? Bien, compartiré con ustedes lo que va a pasar en la Pascua.

[Música] «Confía, hijo mío; tus pecados son perdonados Confía, hijo mío; tu fe te ha sanado. Anímate. Levántate; Jesús te llama». «Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo». [Música]

¡Emocionante! Oren, prepárense. Ahora vamos a tomar comunión. Es donde recordamos que Jesús es el Dador, que nos da su cuerpo roto, que nos da su sangre derramada, que Jesús es el don más grande que jamás fue dado. Al participar, todos los cristianos pueden participar en la comunión, y lo haremos cantando y celebrando al Dios que da.

Oración

Señor Jesús, te damos gracias porque de aquí a 2.000 años las naciones de la tierra dejarán de ser, pero la iglesia seguirá existiendo. De aquí a 2.000 años, no habrá negocios donde trabajemos, pero la iglesia seguirá existiendo. De aquí a 2.000 años las universidades a donde asistimos no existirán, pero la iglesia seguirá existiendo. Señor Jesús, gracias porque nos has dado tu persona, y nos invitaste a formar parte, con nuestros dones, en lo más grande que ha habido en la historia del mundo. Estamos agradecidos por ello, estamos emocionados que nos hayas invitado. Oramos por nuestra iglesia, oramos por todas las iglesias que te aman, y oramos por la unidad y el impulso entre varios miles de millones de personas que invocan el nombre de Jesús. Señor Jesús, llamamos al Espíritu Santo ahora mismo a estar con nosotros, a estar en nosotros, y a vivir por medio de nosotros, para ayudarnos a conocer nuestros dones y usarlos para el nombre y la fama de Jesús en quien oramos ahora, amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.