Dios, Padre, te doy gracias por la Iglesia Mars Hill, porque hace 17 años esta iglesia no existía, pero viste lo que querías hacer. Señor Dios, y te doy gracias que a través de los años has sido fiel sobremanera, continuamente, a nosotros como pueblo. Dios, has hecho más de lo que te pedimos. Has provisto cosas que ni siquiera sabíamos que necesitábamos, y nos trajiste líderes en el tiempo correcto con dones que no teníamos para que, por medio de ellos, pudiéramos hacer cosas que de otra manera no podríamos hacer. Dios, te doy gracias que cuando cometimos errores, o fracasamos, o cuando tuvimos que aprender por el camino difícil, que has sido lo suficiente clemente para ayudarnos a superar esos momentos y a seguir aprendiendo y creciendo.
Dios, te doy gracias hoy porque hay 14 iglesias Mars Hill que componen nuestra gran familia ampliada. Te do y gracias, Señor Dios, por que viene la Pascua y tendremos 42 servicios, y pedimos que vengan más de 20.000 personas, y pedimos que centenares de personas conozcan a Jesús y sean bautizados mientras aclamamos, y pido que vengan amigos, y familias, y vecinos, y compañeros de trabajo de quienes consideran a la Iglesia Mars Hill su hogar. Dios, te doy gracias porque cuando empezamos, no teníamos ministerio para niños, ahora tenemos miles de niños cada fin de semana.
Dios pido por los pastores líderes. Pido por el amor, el cuidado, la protección, y supervisión que dan a nuestras iglesias, y por el afecto que sienten por nuestra gente. Dios, pido por el pastor Dave y el pastor Sutton, los ancianos ejecutivos junto conmigo. Por favor envíanos el Espíritu Santo de sabiduría continuamente para que guiemos a la iglesia por el camino que tú, Señor Jesús, tienes para nosotros. Dios, pido por los otros ancianos, tenemos más de cien, y por todos los hombres en el proceso. Muchos de ellos no son remunerados y están dando mucho tiempo, y energía, y esfuerzo más allá de su trabajo y de sus familias para servir a nuestra familia de la iglesia. Pido mucha gracia y ánimo para ellos.
También pido, Señor Dios, por todos los diáconos, el ejército de diáconos. Pido por los líderes de grupos comunitarios quienes cada semana nos ayudan a pastorear la grey, y por los líderes de grupos de redención quienes dan todo de sí mismos para ayudar a los que luchan, y sufren y padecen dolor. Dios, te doy gracias por los que sirven los domingos, por lo general trabajan 5 o 6 días a la semana en su trabajo, y vienen a servir a la iglesia en calidad de voluntarios con el rostro sonriente y gozo en sus corazones.
Dios, pido por nosotros como gente, que nunca, nunca, nunca perdamos de vista la maravillosa gracia que es tener un Padre que nos ama, y pertenecer a una familia, y tener una identidad en Cristo que nos permite hablar con nuestro Papá sabiendo que su oído siempre está atento a nosotros y su corazón siempre está inclinado hacia nosotros. Y Dios, te doy gracias porque siempre tengo la oportunidad de enseñar la Biblia libremente en la Iglesia Mars Hill. No me ponen restricciones, y el tiempo no me inhibe de ninguna manera y tengo el privilegio de enseñar la Biblia, y te doy gracias por las personas que me dan ese gran honor de ser su pastor y enseñar las Escrituras. Espíritu Santo, pido gracia para ellos mientras escuchan, y gracia para mí al tener esta oportunidad de enseñar. Pedimos estas cosas en el buen nombre de Jesús, amén.
Las personas que aman a su iglesia se ponen de rodillas y oran por ella, y ahí es donde nos encontramos exactamente hoy en Efesios. Pablo está de rodillas orando por su iglesia. Como yo, él fue pastor fundador de esa iglesia y amaba a esas personas y no podía estar sin ellas. Estaba en Roma y la iglesia estaba en Éfeso. Y estaba en Roma porque seguía hablando de Jesús y lo metieron a la cárcel.
Y aunque nunca he ido, está en mi lista de cosas que hacer antes de morir, pero según me dijeron unos amigos que visitaron lo que supuestamente es la celda de Pablo, es básicamente un hueco en el suelo. Si pueden visualizarlo. Básicamente hay rejillas, con una multitud de hombres apilados uno encima del otro en el hueco. No hay baños, no hay agua corriente, no hay alimento fresco, no hay luz, y entre más hondo se encuentra uno en el suelo, peor la pasaba uno por razones muy obvias. Cualquier cosa que pasaba arriba le caía a uno encima, y como no tenían baños y tal, es un lugar bastante grotesco donde estar.
Parece que Pablo se encuentra exactamente en un lugar así. Está en alguna parte cerca del fondo de aquel hueco, en la oscuridad, el frío, la suciedad, apretujado, con el cuerpo quebrantado. Es un hombre golpeado, naufragado, estaba sin techo, lo dejaron por muerto. Su historia puede considerarse milagrosa por el solo hecho de estar vivo todavía. Dice que lleva las marcas de Jesús en su cuerpo. Ha sufrido mucho en su amor por Cristo, tanto, que una vez pensaban que estaba muerto. Una turba lo atacó y lo arrojó fuera de la ciudad pensando que estaba muerto, y posiblemente estaba inconsciente o Dios lo resucitó, y se levantó y volvió a entrar a aquella ciudad a seguir predicando. Ese es Pablo.
Pueden imaginarse a este hombre y lo difícil que hubiera sido para él arrodillarse. No era fácil para él, pero ciertamente es un acto de humildad de su parte. Y está orando. Ora por su iglesia, y ora por su pueblo, y ora por el avance del evangelio de Jesús.
Al abordar esta sección, Soy escuchado, en Efesios 3:14–21, se trata de una oración. Es una oración que Pablo escribe en la cárcel para enviarla a su iglesia, y gran parte de Efesios tiene que ver con la oración. Casi la mitad del libro consiste de oración. Son oraciones, peticiones de oración, informes de oración. Están entretejidos en todo el libro, y la idea principal es que una iglesia cristiana fiel no puede existir sin cristianos que oran; que la oración es lo que sostiene el progreso de la salud, el crecimiento, y la vida de la iglesia. Pablo ora todo el tiempo por la iglesia, y necesito que sepan que yo siempre oro por ustedes, que los líderes están orando por ustedes todo el tiempo, que la oración es sobremanera importante.
Y les pido, no por culpa sino por alegría, que por favor oren por nuestra iglesia. Por favor oren por nuestra iglesia. Oren individualmente todos los días. Oren todos los días si están casados y tienen familia, incluso quizás a la hora de cenar. En su grupo comunitario, oren por nuestra iglesia y por todas las diferentes localidades de la iglesia Mars Hill.
Finalmente, quiero que vean cómo ora Pablo por su iglesia, por eso les tengo un acrónimo que vamos a desglosar la o-r-a-c-i-ó-n. Lo hice, deletreé la palabra entera. Bien, vamos a hacer esto. Empezaremos con esto. Él dice y nos enseña que la oración es ante todo, personal.
Efesios 3.14: «Por esta causa, pues, doblo mis rodillas». Pablo está diciendo: «Estoy orando». Es algo personal. Es algo que debemos decidir hacer. A veces en la Biblia, la gente se sienta a orar, a veces se paran a orar, a veces oran acostados en la cama, y aquí vemos que el Apóstol Pablo se arrodilla para orar.
Arrodillarse para orar era poco común en la Biblia, pero si lo piensan, en realidad es un acto de rendición. ¿Qué sucede en una guerra? Si uno se rinde, se pone de rodillas. Digamos que usted es un criminal y lo sorprenden en flagrante, se pone de rodillas. Es un acto de rendición, es un acto de humildad, y demuestra la disposición del corazón mediante la postura del cuerpo. Pero uno puede orar sentado, puede orar parado, puede orar caminando, y puede orar acostado; puede orar de rodillas, pero permítanme sugerirles que a veces nos hace bien arrodillarnos en una postura humilde de sumisión y rendición, y orar y orar. Es exactamente lo que Pablo nos está demostrando.
Les contaré un par de cosas sobre la oración: La oración incluye orar silenciosamente, porque Dios conoce nuestros pensamientos. Y algunos de ustedes saben esto, pero para algunos de ustedes esto es nuevo. Una oración puede hacerse en silencio porque Dios conoce nuestros pensamientos. Puede ser en voz alta cuando hablamos con Dios. Podemos orar solos, por nuestra cuenta. O podemos orar en grupo con otras personas.
La oración puede incluir llevar un diario espiritual al pensar las cosas. Y algunos de ustedes son así, les gusta llevar un diario espiritual de sus pensamientos. Es una forma de oración; Dios está ahí con usted. Es una forma de comunicarse.
La oración también incluye el canto. Mi hija menor, Alexie, tienen nueve años y ama a Jesús, y en parte se conecta con Él mediante el canto. Se la pasa inventando canciones, y así ora a Dios. Y a veces cuando memoriza las Escrituras, la vuelve una canción para cantársela a Dios. Estoy convencido que para ella el canto es un lenguaje de oración, y Dios acepta y se acoge a todos esos lenguajes.
Cada que oramos a Dios, siempre contesta nuestras oraciones. Algunos dirán: «Oré y Dios no contestó mi oración». Sí, Él contestó: “No”. Le contestó “No”, ¿de acuerdo? A veces Dios contesta “sí”. A veces Dios contesta “no”, y a veces Dios contesta “más tarde”. Esas son sus tres respuestas. Pero Dios escucha y contesta cada oración.
Algunas cosas que ocurren en la oración, primero, pienso que la oración principalmente es para cambiarnos a nosotros. No pienso que sea principalmente para hacer siempre que Dios haga algo. No es como si Dios estuviera renuente en el cielo y usted le grita, y Él lo hace. Usted no necesita hacer que Dios sea bueno, y no necesita forzar a Dios para que sea bueno. A veces la oración consiste en hablar con Dios para que nuestra voluntad se alinee con Dios para que nosotros cambiemos.
Por eso a veces Dios nos dice en la Biblia que oremos por nuestros enemigos para que nuestros corazones no se resientan con ellos, y para que aún tengamos amor y afecto hacia ellos. Esa oración no es necesariamente para cambiar a nuestros enemigos, sino para cambiar nuestra actitud hacia nuestros enemigos.
La oración muchas veces es para cambiarnos a nosotros. ¿Cuántos de ustedes han deseado algo tanto que empezaron a orar por ello, y pensaron: «Caray, Dios está cambiando mi corazón en esto, y esperaba que eso no sucediera. Esperaba que solo me diera lo que yo quiero, pero en cambio está cambiando lo que yo quiero. Me está cambiando a mí». Primero, a veces la oración nos cambia a nosotros.
Segundo, a veces la oración hace que Dios actúe. En amor Él nos escucha, nos responde, y actúa; por lo tanto, sí, la oración es para que Dios responda y actúe.
Y les diré otras cosas que la oración hace también. Impide que nos quejemos o que chismoseemos. Quejarse es cuando no somos felices y lo ventilamos y hablamos de ello. Ciertamente he sido culpable de esto. Aquí Pablo podría quejarse de muchas cosas. «Estoy en la cárcel otra vez, empobrecido otra vez, hay dos tipos encima de mí otra vez». Podría quejarse de muchas cosas, pero no se queja, en cambio ora.
La clave es esta, amigo: al enfrentar circunstancias difíciles en la vida, y pocos tendremos que enfrentar circunstancias tan difíciles como esta, podemos orar o quejarnos. Quejarnos es cuando no contenemos las quejas, las ventilamos, nuestra actitud es amarga, y nuestra disposición taciturna. Y la oración es cuando hablamos de las mismas cosas pero con Dios, y las resolvemos en nuestra relación con Él.
No quiero que finjan que todo está bien, que no pasa nada, que no están batallando, que no están sufriendo y padeciendo, que todo es genial. No estoy diciendo eso. Estoy diciendo, sean francos, pero sean honestos con Dios, porque Él puede manejar el asunto y pueden resolverlo con Él. Al resolverlo con Él, quizás entonces puedan hablar con otros al respecto.
Eso es lo que está pasando aquí. Pablo ha estado en una celda hablando de sus circunstancias con el Señor, resolviéndolas con el Señor, y después escribe esta carta a la iglesia. Permite que otros vean dónde está su corazón después de orar y presentarle las cosas con el Señor.
¿Con quién hablan primero? ¿A quién llaman primero? ¿Su primer instinto es mandarles un mensaje de texto, llamarlos, mandarles un correo electrónico? Asegúrese que Él siempre sea primero. Primero debemos hablar con el Señor.
Nos guarda contra las quejas, y nos guarda contra el chisme; y el chisme es cuando hablamos de otras personas en vez de hablar con ellas. Puede que esté frustrado, sin saber qué decir o qué hacer, o se siente molesto. Deje que Dios sea su pararrayos en la oración.
Lo leemos en los Salmos. Los Salmos más que todo se tratan de la oración. Un pararrayos, como saben, pone a tierra la tormenta. De no ser así, las cosas estallarían. Digamos que hay una tormenta en su vida y se siente muy frustrado. La oración la pone a tierra. Diga: «Dios, necesito hablar contigo sobre esto. Estoy muy frustrado, esto es muy difícil». Hable de ello, ore sobre ello, cante sobre ello, piense en ello, adore sobre ello, resuélvalo. Deje que Dios sea su pararrayos. No estalle con su amigo, no estalle con su vecino, no estalle con sus hijos, no estalle con su cónyuge. Deje que el Señor lo ponga a tierra con la oración.
Pablo tiene muchas cosas por las que podría sentirse muy enojado y frustrado. No puede estar con su iglesia, está sirviendo a Jesús; no ha transgredido la ley, está siendo castigado otra vez, podía morir en la cárcel, él no sabe. Es soltero, no tiene esposa quien lo consuele, no tiene hijos. Es un hombre solitario, quebrantado, entrado en años, que está en la cárcel otra vez, enfrentando la muerte, posiblemente, tan solo por la dura que era su vida. Pero en oración, lo ha puesto a tierra con el Señor para que pueda tener una actitud diferente y una disposición diferente con las personas a quienes escribe y para con nosotros hoy en día.
Ante todo, la oración es personal. Dice: «Doblo mis rodillas». O sea: «Estoy orando. Siempre estoy orando, estoy orando mucho, estoy rendido a Dios y lo estoy hablando con Él, y estoy orando por ustedes».
Su segundo punto es que la oración es relacional. Efesios 3:14–15: «Por esta causa, pues, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe nombre toda familia en el cielo y en la tierra». Dice dos cosas: que hay una familia y hay un Padre. Hay una familia y hay un padre. Y la familia es la iglesia. En verdad necesito que entiendan esto, Mars Hill. Somos una familia. Somos una familia, y lo que pasa a veces sobre todo en el mundo de occidente consideran a la iglesia un proveedor de bienes y servicios religiosos, y la gente trata a la iglesia como si fuera un negocio y se vuelven clientes, y consumidores, y críticos, y quejumbrosos. No somos un negocio, somos una familia.
Una familia tiene ingresos, una familia tiene gastos. Ciertamente tiene un aspecto de negocios, y ciertamente somos buenos administradores, y queremos serlo, ¿pero cuántos de ustedes oran por su supermercado todos los días? Se ríen entre dientes. «Señor, gracias por el supermercado. Me encanta el supermercado. Oro por todas las verduras y las frutas, y por las personas que son tanto frutas como verduras que van al supermercado. Y Señor, pido por el personal, que se amen unos a otros, y que trabajen duro y por mucho tiempo. Y pido que se unifiquen en su misión para proveernos a todos de gustosos alimentos y tentempiés». No oran por su supermercado, ¿cierto? ¿Por qué? Porque es un negocio.
La iglesia no es un negocio, es una familia. Debería orar por su familia. Las personas por las que ora, supongo que para usted son como una familia. Quizás sea su mamá, o su papá, su hermano, su hermana, su tía, su tío, su primo, o sus amigos, sus seres queridos. Solemos orar por nuestros seres queridos más que todo, ¿cierto? Porque los consideramos familiares. La iglesia es una familia. El pueblo de Dios es una familia.
Oren por su familia, oren por toda la familia, oren para que más personas se integren a la familia. Pidan fortaleza, salud, y bienestar para nuestra familia. Les digo esto porque si oran por la iglesia, verán a la iglesia como familia, y si no oran por la iglesia, verán a la iglesia como un negocio. Y lo que pasa en una relación de consumidores, una relación de transacción es cuando tratamos de conseguir lo máximo pagando lo mínimo. Así es un negocio. La familia no es así. En una familia uno da generosamente para que toda la familia sea bendecida, por eso necesito que entiendan que cuando emplea el lenguaje de la familia es muy importante que todos veamos a la iglesia como tal.
Y dice que su familia está en el cielo y en la tierra, y que algunos de nuestros hermanos y hermanas ya están en la presencia del Señor. Parte de la familia está arriba con el Señor y parte de la familia está abajo en la tierra, y un día de estos habrá una gran reunión familiar en el reino de Dios donde todo el pueblo de Dios estarán juntos para siempre.
Es una familia, y dice que está unificada por el Padre. Verán en la siguiente sección de versos que menciona el Espíritu Santo y Jesucristo, por lo que toda la Trinidad está aquí en oración. Permítanme retroceder un poco para explicarles sobre la Trinidad. La Trinidad es un Dios en tres personas. Los cristianos siempre han creído eso. Es lo que la Biblia enseña sobre la naturaleza de Dios. Eso significa que Dios tiene amor y afecto, conversación, comunión, y unión en sí mismo.
Y como nuestro Dios es un Dios que habla y es un Dios que escucha, somos hechos a su imagen y semejanza para hablar con Él en oración y escucharle por medio de las Escrituras, y por eso oramos. Por eso no oran los árboles; no portan la imagen y semejanza de Dios. Por eso no oran los animales, porque no portan la imagen y semejanza de Dios. No fueron hechos a imagen del Dios Trinitario de la Biblia con la habilidad de comunicarse entre sí y con Dios como lo hacemos nosotros.
En lo que atañe a la oración, debemos orar al Padre, por medio del Hijo, por el Espíritu Santo. Permítanme explicarles. El Espíritu Santo vive en los hijos de Dios. Trae nueva vida. Trae el amor de Jesús a nosotros y el perdón de pecados. Jesús es el la segunda Persona de la Trinidad quien se revistió de carne humana y vino a vivir sin pecado y a morir en nuestro lugar por nuestros pecados, y resucitó como nuestro Salvador, y ascendió al cielo, y la Biblia dice que Él es nuestro Mediador. Él quita nuestro pecado y reconcilia nuestra relación con Dios. Dios está en nosotros por medio del Espíritu Santo. Dios, por medio del Mediador Jesucristo, nos está conectando al Padre. Y cuando oramos, lo hacemos por el poder del Espíritu Santo por medio de Jesús, al Padre.
La mayoría de las veces cuando oramos, decimos: Padre Celestial, Padre, querido Papá. Oramos así. Algunos preguntan, entonces, ¿Puedo orar al Espíritu Santo? ¿Qué opinan? Sí, pueden.
Digamos que quieren pedir poder para obedecer cuando son tentados a pecar. «Espíritu Santo, por favor dame poder ahora porque estoy siendo tentado a pecar, pero no quiero, y quiero que me ayudes a vencer esto por tu poder». Claro que pueden pedirle que haga eso.
Saben que el Espíritu Santo les da dones espirituales para servir. Es completamente aceptable decir: «Espíritu Santo, me das dones para servir. Ayúdame a descubrir cuál es mi don para que pueda servir». Es una forma de orar perfectamente aceptable.
Sabemos que el Espíritu Santo inspiró a los que escribieron la Escritura, por lo que al leer la Biblia, es perfectamente aceptable decir: «Espíritu Santo, gracias por inspirar a los que escribieron la Escritura. Ahora por favor ilumina mi entendimiento para que yo entienda lo que tú quieres que yo sepa del Libro que tú escribiste».
A veces está bien orar solamente a Jesús. Digamos que usted peca y se siente compungido, y recuerda: «Jesús murió por mí y por mis pecados, y siempre lo he sabido más o menos, pero ahora realmente siento lo que eso significa en este momento». Pare y diga: «Señor Jesús, gracias. Gracias porque cuando fuiste tentado como yo, no cediste como yo. Y gracias, Señor Jesús, porque cuando fuiste crucificado lo hiciste para morir por este pecado que acabo de cometer. Y gracias, Señor Jesús, porque no vas a castigarme, sino a perdonarme y a ayudarme. Y la próxima vez que sea tentado a hacer esto, ayúdame a entender tu sacrificio y tu afecto por mí». Está bien orar al Espíritu Santo, está bien orar a Jesús, pero la mayoría de nuestras oraciones son por el Espíritu, por medio del Hijo, al Padre.
Permítanme explicarles esto. Habla de la familia y habla del Padre. Esto es lo más importante que les diré sobre la oración. Lo más importante que les diré sobre la oración es que Dios es su Padre. Si entienden que Dios es su Padre, orar tiene mucho sentido y orar se vuelve muy fácil. Si no entienden que Dios es su Padre, orar se vuelve complicado y difícil de una manera que francamente no debería ser.
Aún recuerdo cuando recién me había vuelto cristiano en la universidad y quería aprender a orar. No sabía orar. Fui criado católico. Algunos católicos aman a Jesús, yo no era uno de esos. Siempre digo que no fue culpa de la iglesia, fue culpa mía. No tengo nada crítico que decir, pero teníamos que memorizar oraciones de tipos muertos cuando era niño, como acto de contrición o la oración de San Francisco. Tuvimos que memorizar ciertas oraciones. Solo me sabía una corta lista de oraciones de hombres muertos, y no sabía el significado de las palabras. O sea, súplicas, éreis, y pues éreis. O sea, no sé, lo que sea, dígalo rápido y ojalá llegue a la dirección correcta, yo no sé.
Entonces me volví cristiano en la universidad y asistí a mi primer estudio bíblico donde todos estaban orando, y hablando de Dios, y yo no sabía hacer eso. Nunca había escuchado a alguien orar a manera de conversación, y nunca había escuchado a las personas hablar con Dios como si estuviera vivo y tomara interés.
Empecé a comprar libros sobre la oración, libros cristianos sobre la oración, y cada uno me hacía sentir peor. El primero decía que uno hombre oraba 8 horas al día todos los días. Y yo pensaba: «Ay, no, solo…». Y el siguiente libro decía que un hombre había orado 10 horas al día todos los días. Y yo pensaba: «Ay, ahora yo…ah, caray». Que un hombre desgastó el lado de su cama. Tenía pisos de madera y dejó ranuras profundas donde ponía las rodillas porque se la pasaba ahí. Pensé: «Hombre, estos tipos están en las grandes ligas. No sé si algún día pueda…caray. Necesito comprar un piso de madera, necesito…saben. Me falta tanto que hacer». Y solo logré sentirme mal. Al contemplar la vida de oración de las personas, me sentí mal. Que ellos eran maravillosos y yo no lo era.
Años después, en su gracia Dios me permitió ser padre. Y tan pronto nació Ashley, el mundo entero se veía distinto para mí, francamente. Aún recuerdo cuando tuve a mi hija primogénita en mis brazos y pensé: «Caray, soy padre». Siempre quise ser padre, y llegué a ser el padre de una niña pequeña. Eso me enseñó más acerca de Dios, creo yo, que cualquier experiencia en mi vida entera, siendo padre. «Oh, ¿Dios me ama como un padre? Conozco ese sentimiento. Dios está comprometido conmigo como un padre se compromete con sus hijos. Vaya, si eso es cierto, es maravilloso porque sé cuánto amo a Ashley».
Dios es un Padre, Dios es un Papá, por eso cuando oramos estamos hablando con nuestro Papá. Mi idea principal es esta: No se enfoquen demasiado en la oración; conozcan a su Papá. Si llegan a conocer a su Papá, hablar con Él será bastante fácil. No se preocuparán por— como mis hijos que no— no crean un guión para decirlo todo bien ni ensayan para poder venir a hablarme. Simplemente dicen: «Oye, papá». ¿Sí? Y hablamos.
Dios es un Padre que ama a sus hijos. Es un concepto revolucionario. Al leer el Antiguo Testamento encontré solo 12 referencias a Dios como Padre, y siempre es a nivel nacional no individual. Después viene Jesús y lo cambia todo. Como 60 veces en los 4 evangelios lo oímos decir que Dios es un Padre; es muy personal, que Él es el Padre y que Jesús es el Hijo de Dios. Y para los que son cristianos, nuestra identidad ahora es que Dios es nuestro Padre y somos hijos de Dios. Como resultado, cuando Jesús habla con Dios como Padre, usa la palabra “Papá”, o “Papi”.
Mis hijos me llaman Papá Daddy. Es así. Es muy amoroso, muy afectuoso. Es lo que un niñito siente por un papá que lo ama totalmente y a quien ama totalmente. Y si papá llega del trabajo, lo primero que dice el niño es “Papá Daddy”. Llegué a casa a noche de un viaje de predicación en Missouri y en la puerta del frente de la casa había una carta de bienvenida que escribió Gideon. Abrieron la puerta y todos mis hijos vinieron corriendo. Alexie y Giddy fueron los primeros, y había cartas de amor en toda la pared, de todos mis hijos. La primera palabra que les salió de la boca fue: «¡Papi!».
Jesús dijo que oremos así. Si quieren entender la oración, no se fijen en la gente más religiosa, o más devota. Fíjense en los niños que aman mucho a su papá quien a su vez los ama mucho a ellos, y vean cómo interactúan y se comunican, y ese es un mejor ejemplo y entrenamiento para la oración que cualquier otra cosa que se me ocurra. Cuando le preguntaron a Jesús: «¿Cómo debemos orar?». Dijo: «Oren así: Padre nuestro; querido Papá». Aquí Pablo hace eco de lo que dijo el Señor Jesús para recordarnos que Dios es nuestro Padre.
Esto será difícil para algunos de ustedes, porque tuvieron un papá malo que les causó muchas heridas. Por primera vez en la historia de la nación tenemos una epidemia de hijos sin padres. 40% de los niños esta noche se acostarán sin padre. Por primera vez en la historia de la nación, la mayoría de los niños nacidos de mujeres menores de 30 años nacen fuera del matrimonio, lo cual significa que el niño no tiene papá y quizás nunca lo tenga.
Algunos de ustedes no tuvieron papá. Algunos de ustedes tuvieron un papá malo. No quiero que escuchen el lenguaje del Padre y que después lo apliquen todo a Dios. Empiecen con Dios y con lo que la Biblia revela acerca de Dios, después formen su opinión de su padre terrenal basada en su Padre Celestial, pero no supongan que hay una correlación necesariamente entre su padre terrenal y su Padre Celestial.
Quisiera decirles esto a todos los hombres: Si Dios les concede la gracia, el gran don de ser Padres, sepan que tenemos un título muy sagrado, el título de padres. Y si amamos, y honramos, y estimamos, y bendecimos, y educamos, y protegemos, y disfrutamos a nuestros hijos, reciben un poco del reflejo del afecto del Padre. Si somos padres malos, abusivos, negligentes, egoístas, distraídos, enojados, estamos blasfemando el título sagrado de padre, el cual Dios en su bondad es suficientemente clemente para compartir con quienes tenemos la distinción y el gran honor de ser papás.
Alexie, cuando era pequeña lo dijo de esta manera: Dijo: «¡Tengo dos papás! Uno está en el cielo y el otro está en la tierra y ambos me aman con todo el corazón». Es muy poética y siempre está alegre. Le dije: «Eso es cierto. Tienes un Padre en el cielo y tienes un padre en la tierra, y tu padre en la tierra fue enviado aquí por tu Padre en el cielo, y el Padre en el cielo te adora y me envió aquí con su corazón, y me ha dado la gran bendición de ser tu papá». Hombres, hagamos pacto juntos por la gracia de Dios, para que seamos buenos papás que aman a sus hijos y les muestran algo del afecto del Padre.
Pero los que no tienen papá o un buen papá, la Biblia dice que Dios es: «Padre de los huérfanos». Esta es su identidad. Esta es su identidad: todos ustedes tienen un gran Papá. Todos tenemos un gran Papá. Todos tenemos un gran Papá. Una de las características que más definen la vida de una persona es quién es su padre, ¿cierto? Gran parte de lo que somos lo determina quién es nuestro padre. Todos tenemos un gran Papá. Y mejor aún, todos tenemos un Papá perfecto que nos ama con afecto y con un amor de pacto. Él es nuestro Padre Celestial, y nos adopta en su familia y somos sus hijos e hijas. Y su corazón siempre está abierto, su oído siempre atento, sus brazos siempre están abiertos.
Y cuando sabemos eso, ¿saben qué haremos? Correremos a Él, hablaremos con Él, ¿amén? Correremos a Él y hablaremos con Él. La clave de la oración, entonces, el aspecto más importante de la oración es: no se enfoquen en la oración, sino en el Padre. Entre más conozcan al Padre, la oración fluirá con más sencillez. Es relacional. La oración es relacional y es con nuestro Padre.
Además, dice que orar es pedir, y va a hacer una petición. Está bien hacer peticiones a Dios. La Biblia dice que con oración y súplica demos a conocer nuestras peticiones a Dios. Efesios 3:16–17: «Que os conceda, conforme a las riquezas de su gloria, ser fortalecidos con poder por su Espíritu en el hombre interior; de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones».
La gran idea es: Dios es independiente. No necesita a nadie ni a nada. Nosotros somos dependientes; necesitamos a Dios para todo. La gran idea es esta: Dios no lo necesita a usted, Él lo quiere a usted y le ama, lo cual es mucho mejor. Es como una familia que adopta a un niño. No necesitan a un niño, quieren a un niño, aman al niño. Dios es así como Padre. Dios no quiere quitarnos nada, Él no nos necesita. Dios quiere dar a nosotros, porque tenemos necesidad. Traemos nuestras peticiones a Dios. Le pedimos ayuda. Jesús nos dice: «Pidan alimento, el pan de cada día».
Aquí Pablo está orando por su pueblo para que tengan el poder del Espíritu Santo obrando en ellos y por medio de ellos. Y dice: «De manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones». ¿Cuántos de ustedes cuando eran niños, alguien dijo: «Necesitas recibir a Jesús en tu corazón»? ¿Alguna vez oyeron eso? En toda la Biblia eso aparece una sola vez, solo aquí, es todo. Recibir a Jesús en su corazón: «De manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones».
¿Cuántos de ustedes al leer esto piensan que es un poco confuso? «Pensé que eran cristianos ¿y ahora está pidiendo que Jesús more en sus corazones por medio de la fe?». El lenguaje que usa aquí es de un hogar. Hay una diferencia entre un hotel y un hogar, ¿cierto? Una diferencia muy grande.
Cuántos de ustedes se han registrado en un hotel y pensaron, «Necesito ir a Home Depot. Voy a pintar esta pared, voy a cambiar las persianas. Oh, el grifo está goteando. Necesito traer herramientas para arreglar esa gotera. Mientras tanto, la alfombra está muy sucia. Pienso que voy a limpiar—». Nunca hacen eso, ¿cierto? ¿Por qué no hacen eso en un hotel? Porque no van a quedarse ahí. No es su hogar.
¿Qué pasa cuando compra casa? Para los que han comprado casa, condominio, o lo que sea; la compran ¿y qué hacen? Empiezan a remodelarla. ¿Lo han notado? Siguen remodelándola. «Vamos a pintar este baño. Y de pronto piensan: Por eso ahora el pasillo se ve feo y vamos a pintar el pasillo. Ahora los gabinetes de la cocina se ven horribles, vamos a pintar los gabinetes». Y piensan: «Oh, ahora vamos a cambiar los focos». Permítame decirle que cuando empiecen, nunca dejarán de hacerlo hasta que vean a Jesús. Pasarán todo el tiempo haciendo eso, porque van a vivir ahí y van a morar ahí, porque será su hogar.
Está orando para que la gente entienda que Jesús no desea morar en nosotros como en un hotel sino como en un hogar. No quiere solo llegar y registrarse con usted un par de horas y continuar su camino. No quiere que usted viva independientemente, separado de Él, y que lo invite— «Oh, Jesús, soy un desastre. ¿Podrías quedarte conmigo un par de días para arreglar lo que he estropeado? Podrías entrar a mi vida y después salir de mi vida para que yo pueda volver a la vida que quiero?».
Lo que está diciendo es que Cristo mora en nosotros, Jesús vive en nosotros mediante la Persona, la presencia, y el poder del Espíritu Santo, y que Dios desea que nuestra vida sea su hogar. Jesús desea venir a vivir en nuestra vida, y a empezar a trabajar todo aspecto de ella. Puede que escoja un área de su vida para trabajarla primero, y cuando termine con eso, se mudará a otro cuarto proverbial donde habrá otro proyecto. Y que Jesús, por medio del Espíritu Santo, cuando mora, cuando se queda, cuando reside al centro de nuestro ser, está haciendo un proyecto de renovación en cada aspecto de nuestra vida.
Para los especializados en carpintería, plomería, albañiles, instalación de alfombras, instaladores de tejas, cuando estén trabajando un proyecto quiero que recuerden este verso. Recuerden, «Jesús quiere hacer lo mismo que estoy haciendo en esta casa, con mi vida». Quiere que sea un hogar cada vez mejor para el Espíritu Santo. Siempre que estén haciendo arreglos a su casa, amigos, cada vez que estén haciendo algún proyecto, limpiándola o arreglando algo, pintando algo, reparando algo, reorganizando algo, quiero que piensen en este verso. No es que estemos mejorando nuestras casas, sino que somos la casa del Espíritu Santo, y Él siempre tiene un proyecto que hace en nosotros.
No quiero que lo vean como algo que los desanima. Algunos lo ven como algo desalentador. Piensan: «Resolvimos eso, y pensé: “¡Por fin!”, y después Jesús me mostró esto, y ahora tengo otro proyecto completamente distinto». Es porque le ama y quiere que toda la casa le pertenezca a Él, y quiere que toda su vida sea un buen lugar donde usted y Él puedan vivir juntos como amigos. No se desanime.
Hace poco estaba ayudando a alguien, y me dijo: «No puedo creer que surgiera este problema». Le dije: «Sabe, ese problema siempre ha estado en su vida y Jesús simplemente no había empezado a arreglarlo hasta ahora porque estaba arreglando otras cosas, y esto era tan importante que usted no estaba listo todavía pero ahora sí está listo y debería animarse mucho. Es un proyecto que ha tardado un poco en empezar porque es un proyecto muy difícil. Quiero que cobre ánimo».
Y él está orando, y yo estoy orando para que usted reciba a Jesús en su corazón, al centro de su ser, por medio de la fe, y que el poder del Espíritu Santo le muestre continuamente en qué maneras y en qué áreas podemos ser más como Él, ¿amén?
La oración es personal, es relacional, es pedir, es añorar, y se vuelve un poco emocional. Efesios 3:17–19: «Arraigados y cimentados». Las raíces son importantes, ¿cierto? Las raíces son muy importantes. ¿Alguno ha sembrado algo? «Y cimentados en», ¿qué? «Amor». El sistema de raíces de la vida cristiana es el amor de Dios. «Para que tengamos fortaleza». El amor de Dios nos fortalece. «Seáis capaces de comprender con todos los santos». Repito, esa es su identidad. Son justos, han sido perdonados por Cristo. «Cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento». Va más allá de— tenemos que experimentarlo. «Para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios».
Está hablando del amor de Dios por su pueblo, y lo que está diciendo es: «Sí, estudien la Biblia. Sí, incluso estudien las palabras. Sí, lean todos los teólogos. Pero hay un punto que va más allá del conocimiento y necesitan aceptar y experimentar y disfrutar el amor de Dios». Grace y yo estamos a punto de celebrar nuestro 25 aniversario de nuestra primera cita. Y cuando nos casamos, yo sabía que ella me amaba, y ahora sé que ella me ama porque lo he experimentado una y otra vez.
Dios quiere que experimenten su amor, y para algunos de ustedes, significa que necesitan cantar, necesitan orar, necesitan alzar la voz, necesitan alzar las manos, necesitan ponerse un poco emotivos, ¿de acuerdo? Sé que nuestra iglesia empezó en Seattle, como saben, un lugar oscuro donde la gente no se pone muy feliz, y ni siquiera nos gusta la música popular porque la letra tiene cierto resplandor.
O sea, y después vamos a Portland donde es más oscuro aún. O sea, mejor dicho, ah, caray. Y en Orange County son un poco más alegres, ¿saben? Y en Albuquerque, pues al menos los hispanos vienen y traen un poco de alegría con ellos para empezar la fiesta.
Pero ustedes necesitan saber que para nosotros, en realidad es una demostración, es un afecto, es un rebosar. Yo hubiera estado muy pero muy deprimido anoche cuando llegué a casa, si hubieran abierto la puerta mis hijos y hubieran dicho: «Hola, Padre, y en griego “hola” quisiera decir: no me importa». Yo hubiera dicho: «¿En serio?» ¡Quiero que sonrían, que corran! ¡Papá, qué bueno verte! Oh, sí, está bien. Se nota que me aman porque hay entusiasmo, hay gozo y no es fingido. No tenían a la mamá detrás diciendo: “Si corren hacia papá les doy helado”. ¡Hola papá! Saben, no es así. Hay un afecto genuino.
Dios quiere que conozcamos su amor de tal manera que sobrepase el conocimiento. No significa que sea contrario a la verdad, sino que la verdad de la Escritura estalla en el corazón del hijo o de hija de Dios: gozo. Por eso, después del sermón no se vayan, canten fuerte, alcen las manos así, ¿cierto? Oren, hablen con Dios. Debe haber un afloramiento de gozo.
A veces podemos angustiarnos, podemos apagar y resistir al Espíritu Santo. No cantamos. No oramos. Y al hacer eso estamos diciendo: «No quiero conocer el amor de Dios. No quiero conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento. No quiero ser lleno con toda la plenitud de Dios porque ¿qué tal que me ponga emocional? ¿Qué tal si pierdo el control? ¿Qué tal que me ponga como esas personas alegres que oran en todo momento y cantan en el carro?». Por favor háganlo.
¿Conocen el amor de Dios en Cristo? Si lo conocen, sentirán un anhelo de hacerlo, de sentirlo, de conocerlo, de disfrutarlo. Jesús les ama. Les digo eso, ¿cómo les suena? ¿Lo dudan porque están sufriendo? ¿No lo creen porque están pecando? ¿Lo ignoran porque les parece trillado? Están pensando: «Es lo que los niñitos cantan en la canción». ¿Lo rechazan porque están ocupados? Recíbanlo. Quizás no lo amen muchas personas. Pero no hay nadie que lo ame tanto como Jesús, y no hay nada más importante que saber que Jesús nos ama.
Se convierte, como dice él, «La raíz que alimenta toda nuestra vida», y el Espíritu Santo quiere que sean llenos de la plenitud de la experiencia del amor de Dios; la altura, la anchura, la profundidad, y la longitud del amor de Dios. La iglesia cristiana primitiva solía tomar una cruz y ponerle estas palabras: Anchura, longitud, altura, profundidad, en cada uno de los cuatro lados de la cruz. Las colgaban como piezas de arte en sus hogares. Regresaban a este verso haciendo memoria del Señor Jesús, el acto más grande de amor en la historia del mundo, fue cuando Cristo murió en nuestro lugar por nuestros pecados.
Dios demostró su amor por nosotros en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos. La Biblia conecta la cruz de Jesús al amor de Dios, y el amor de Dios nunca se ha visto más claramente en la tierra que en el sacrificio de Jesús para amistarse con sus enemigos, y adoptar niños descarriados a la familia de Dios para que tengan un Padre. «La anchura, la longitud, la altura y la profundidad», y todo culmina en la cruz de Jesús.
La oración también es esperar, anticipar. Él va a escuchar y va a contestar. Efesios 3.20: «Y a aquel que es poderoso para hacer todo». Vean las siguientes dos palabras. Es una declaración enorme, ¿cierto? Sí, o no, ¿es una declaración enorme? Mucho más. Son palabras grandes. «Mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos». Algunos de ustedes piensan: «Oh, tengo una gran idea». No puede ser tan grande. «Según el poder que obra en nosotros».
Por eso oramos con expectativa. Cualquier cosa que pidamos, Dios puede hacer mucho más. Cualquier cosa que usted piense, Dios puede hacer mucho más. No solo más, mucho más. Es una invitación a pedir. Es una invitación a pedir. Porque su Papá es la persona que puede hacer mucho más. Eso es muy conveniente, ¿amén? Ese es nuestro Papá. Es asombroso pensar que hay un Dios que puede hacer mucho más de lo que podamos pedir o imaginar, y saber que Él es nuestro Padre, que nos adora, que ama a sus hijos, y que nos invita a pedirle. Me parece que deberíamos estar pidiendo. ¿Amén? Deberíamos estar pidiendo y esperando que nuestro Padre escuche y conteste la oración. Como les dije: A veces Él contesta: “Sí”. A veces contesta “no”. A veces contesta “más tarde”, pero siempre da una respuesta.
¿Cómo le está yendo con la oración? ¿Qué está pidiendo en oración? ¿Por quién está orando? Les cuento Mars Hill, al ver las personas de nuestra iglesia, al verlos, Dios ha hecho mucho más de lo que he pedido o entendido. En una entrevista con los medios hace poco me preguntaron: «¿Lo había previsto?». Yo no sabía. Había previsto una iglesia de 200 personas, quizás. Dios ha salvado muchas más personas, ha amado a muchas más personas, ha traído a muchas más personas. Hay muchas más amistades, matrimonios, y niños, y curaciones físicas, y liberaciones espirituales, y cambiado muchas más vidas de lo que yo le pedí o de lo que pensaba. Oren a lo grande, y en parte eso les permitirá vivir con esperanza.
Si eso no es suficiente, permítanme darles una más ya que estamos todos aquí, ¿está bien? Aquí está. Orar es expectación. «Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros». Dios no quiere hacer cosas solo por usted. Dios quiere hacer cosas en usted. El poder de Dios librado por el Espíritu Santo, no es solo Dios que obra en el mundo, también es el poder de Dios en nosotros.
¿Saben qué? Si están en Cristo, han sido cambiados. Si están en Cristo, están cambiando. Si están en Cristo, cambiarán constantemente. Su forma de pensar cambiará, sus deseos cambiarán, sus apetitos cambiarán, sus hábitos cambiarán porque el poder de Dios está obrando en usted.
Esta es su identidad. Algunos de ustedes dirán: «No soy una persona poderosa». Correcto, por eso es que el Espíritu Santo está en usted. Hay poder. Algunos de ustedes dirán: «Solo tengo poder para hacer el mal». Eso es correcto, pero cuando recibe a Cristo, recibe el Espíritu Santo y ahora tiene poder para hacer el bien y adorar a Dios, y portarse santamente, y amar a otros, y ser generoso, y el poder de Dios obra en usted.
Y les cuento una de las cosas más hermosas en esta vida mía es ver el poder de Dios obrar en el pueblo de Dios. Es maravilloso. La gente cambia, sin lugar a dudas. Cambian porque el poder de Dios está obrando en ellos. No quiero que piensen que necesitan cambiar para Dios. Quiero que sepan que el poder de Dios está disponible para cambiarlos si están entregados, dispuestos, disponibles y sumisos y colaboran con Dios en la obra que Él hace en ustedes.
Y quisiera preguntarles, ¿qué está tratando de hacer en ustedes ahora? ¿Qué está tratando de arreglar, cambiar, potenciar, renovar? No sé qué pueda ser, pero ustedes sí. Y quiero que sepan que el cambio es posible porque el Espíritu es poderoso. Hay tanta esperanza aquí, ¿la están captando? Vivimos en un día en que la principal categoría de medicamentos recetados son los antidepresivos. Todo el mundo está deprimido, todos andan sin esperanza, todos tratan, todos fracasan, todos se dan por vencidos. Plan B, Jesús los ama, el Espíritu Santo está en ustedes, Dios es su Padre, está escuchando, hablen con Él y no están solos. Son buenas noticias, buenas noticias ¿cierto?
Por último, la oración revela. Efesios 3:21: «A Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús». Permítanme rematar eso. No es solo una relación personal e individual con Jesús, es eso mas la familia de Dios. Zac, mi hijo de 13 años no solo puede tener una relación conmigo. Tiene dos hermanos, dos hermanas, y una madre. Es parte de toda la familia. No puede llegar y decir, «Solo tengo una relación con mi padre. Es una relación personal con mi padre». No, hijo, tú formas parte de toda la familia: tus hermanas, tus hermanos, tu madre, y todos estamos en esto juntos.
Tenemos una relación personal con Dios, pero no es solo una relación persona con Dios. Si son cristianos, también son parte de la iglesia. Son parte de la iglesia. Él está orando por la iglesia, está hablando a la iglesia, está animando a la iglesia para que sean la iglesia, la familia de Dios.
«A Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén». Termina la oración perfectamente con la gloria de Dios. Empieza con la paternidad de Dios, y termina con la gloria de Dios, y todo ha de dirigirse hacia la suma y propósito de la gloria de Dios.
Permítanme explicarlo. Dice primero que la gloria de Dios se ve más claramente en Jesucristo. Es donde Jesús dice: «Si me han visto a mí, han visto al Padre». Aquí es donde Colosenses dice que Él es la imagen del Dios invisible. La gloria se refleja al salir el sol, cierto, y después se refleja sobre el lago, o sobre un parabrisas, o sobre un espejo. Es una gloria reflejada, eso es. Nuestras vidas, individualmente y colectivamente deben reflejar la gloria de Dios, mostrar la gloria de Dios, y mostrar al mundo la diferencia que hace Jesús.
La palabra “gloria” aparece en nuestra Biblia española unas 275 veces. Es un tema enorme, un mega tema de las Escrituras. Y significa el esplendor, la belleza, magnificencia, brillo, peso, importancia, prominencia, preeminencia, luminiscencia, esplendor, majestad, santidad, pureza, dignidad y superioridad del Dios de la Biblia. Por eso cuando oramos, revela cuál es la gloria en nuestra vida. ¿Para quién estamos viviendo? ¿Para qué estamos viviendo? ¿Por qué estamos aquí? ¿Qué estamos haciendo? ¿De qué se trata todo esto? Es para revelar la gloria de Dios.
San Agustín, uno de los padres de la iglesia primitiva, tenía razón. Él dijo, y estoy parafraseando, «Cuando se resuelva el asunto de la gloria, todos los asuntos serán resueltos». ¿No sabe qué hacer en su matrimonio? No se trata de lo que él quiere ni de lo que ella quiere, sino de qué quiere el Padre. En su negocio, no se trata de lo que usted quiere o de lo que ellos quería, sino de qué quiere Él. Es sus amistades, no se trata de lo que usted quiere o de lo que ellos quieren, sino de lo que Él quiere. Cuando el asunto de la gloria se resuelva, todos los asuntos se resuelven.
Usted dirá: «No me siento glorificado». No debe sentirse así. Usted debe reflejar la gloria de Dios. «No estoy recibiendo lo que quiero». Eso no importa. La pregunta es: ¿El está recibiendo lo que quiere? «Esto no es lo que yo quería hacer». La pregunta no es esa, sino ¿es esto lo que Él quiere que yo haga?
Tenemos un enorme problema con la gloria. El mundo entero está adicto al yo. «Se trata de mí, de mis sufrimientos, de lo que yo quiero; se trata de mis necesidades, se trata de mi ingreso, se trata de mi conveniencia, se trata de mi reputación, se trata de mí, de mí, de mi vida». Eso no es cierto. Por eso todo el mundo está triste y nada funciona en ninguna parte. Se trata de la gloria de Dios. Se trata de la gloria de Dios.
Les prometo esto: cuando viven para la gloria de Dios, tienen gozo porque para eso fueron creados, y cuando hacen aquello para lo que fueron creados, son gozosos. Aquí Pablo dice: Es soltero, está en una celda, sufre para la gloria de Dios. Cualquiera que sea su circunstancia, no piense: «Mis circunstancias son únicas y particularmente difíciles, y hay muchas variables». Bien, si sacan la carta difícil, Él tiene una mano mejor, ¿amén? Van a perder esa ronda.
Siempre hay oportunidades para glorificar a Dios, y aunque esté sufriendo, es una oportunidad para glorificar a Dios. Cuando resuelva el asunto de la gloria, todos los demás asuntos se resolverán. Mars Hill, hagamos pacto por el poder del Espíritu Santo que obra en nosotros, y preguntémonos: ¿Qué lo glorifica a Él?
Ayer me pasó esto con una pareja. Estaban peleando, hicieron la solicitud de divorcio, tienen sus abogados, están finalizando el papeleo, tienen hijos pequeños. Estaba hablando con ellos, fue una conversación muy breve en otro estado. Les dije: «¿Qué quieren?». Ella dijo: «Quiero el divorcio». Le pregunté a él: «¿Qué quiere?». Me dijo: «Quiero el divorcio».
Les pregunté: «¿Alguno de ustedes se ha preguntado: ¿qué quiere Dios?». Me miraron como si pensaran: «No, seguramente deberíamos hacerlo, ¿eh?» Sí, no es mala idea. Vayan y pregúntenle a su Padre lo que Él quiere. Les dije: «¿Qué piensan que Él quiere?». Dijeron: «No sabemos». Les dije: «Preguntémosle ahora mismo. Permítanme orar». Estábamos orando y zás. «¿Qué dijo Dios?». Ella dijo: «Él quiere que yo perdone a mi esposo». Le pregunté al esposo: «¿Qué dijo Dios?». «Quiere que perdone a mi esposa. Les pregunté: «¿Entonces qué glorificaría a Dios?». Respondieron: «No vamos a divorciarnos. Vamos a averiguar cómo seguir adelante porque eso glorificará a Dios. Eso glorificará a Dios».
Si ustedes se preguntan: ¿Qué glorificará a Dios? obtendrán una respuesta muy distinta a la mayoría de las preguntas que hacen en la vida, pero siempre será la respuesta correcta.
Quiero que hagan esto, Mars Hill. Quiero darles una pequeña puesta al día sobre la familia. Como estamos hablando de orar por nuestra iglesia, qué tal si les doy unos motivos de oración, ¿de acuerdo?
Oren por Mars Hill Students. Sí, Mars Hill Students. Adam Ramsey se ha vinculado a nuestro equipo. Es un maestro bíblico y evangelista muy talentoso. A mis hijos les fascina, y tiene un acento australiano, es muy padre. Empezamos Mars Hill Students oficialmente en la mayoría de nuestras iglesias. Ahora tenemos 400 estudiantes por semana que vienen, y es un buen comienzo. Tenemos docenas y docenas y docenas de estudiantes que reciben a Cristo y se vuelven cristianos. Para serles franco, he conocido a muchos de estos jóvenes y conocieron a Jesús y fueron genuinamente salvos. Oren por Mars Hill Students. Hemos empezado con fuerza y estamos muy entusiasmados por esa oportunidad.
Pueden orar también por Mars Hill Music. Firmamos un contrato discográfico con Tooth and Nail, y la primera banda que saldrá será Citizens. Su álbum sale el mes que viene, y después Cam and the Ghost Ship de Mars Hill Downtown sacarán su próximo álbum, y después Dustin Kensrue de Mars Hill Bellevue, su álbum será el tercero en salir, tenemos una cantidad de músicos maravillosos que escriben canciones, las graban, las sacan. Deberían escucharlos en la radio y es una oportunidad para servir a la iglesia en todas sus localidades, por lo cual, oren también por Mars Hill Music.
Pueden orar por Mars Hill Rainier Valley. Algo que hemos estado haciendo los ancianos ejecutivos y yo recientemente es visitar a nuestras iglesias y ver a nuestra gente, y amar a nuestra gente por eso fuimos a Mars Hill Rainier Valley hace unas semanas. Yo diría, y nosotros diríamos que fue uno de los tiempos más alentadores que hemos tenido. Esa es la iglesia más alegre que tenemos. O sea, ojalá pudiéramos exportar lo que ellos tienen, ¿saben? O sea, aman a Jesús genuinamente y se aman unos a otros en la iglesia en Rainier Valley.
Es una oportunidad maravillosa en el código postal más diverso de Estados Unidos, y hay una cantidad de madres solteras que viven ahí en Hope Place y consiguen ayuda por haber estado en relaciones horribles con hombres. Nuestro ministerio estudiantil allá es enorme, y muchos de esos niños vienen de hogares de primera generación que acaban de llegar al país o de hogares sin padre, o ambas cosas. Cosas maravillosas y hermosas está sucediendo.
Y quiero darles las gracias porque en Mars Hill, porque somos una gran familia en la iglesia, algunas de las iglesias que tienen más dinero dan a las iglesias que tienen menos dinero. Mars Hill Rainier Valley no existiría si no fuera por la generosidad de las otras iglesias Mars Hill, porque están en una área urbana pobre, pero ustedes son la línea de suministro para el pastor Willy y el equipo que está allá en la primera línea. Y puedo contarles después de haberlo visto personalmente de cerca que lo que Jesús está haciendo es hermoso, y Él tiene un afecto especial para Mars Hill Rainier Valley. Oren por ellos y sepan que su generosidad ayuda a apoyarlos.
Oren también por Mars Hill Portland. Fuimos a Mars Hill Portland hace unas semanas. Nos reunimos con la iglesia a lo grande en noche de familias con el pastor Tim Smith. Puede que algunos de ustedes sean nuevos en Mars Hill y no entiendan que somos una iglesia plantadora de iglesias. Plantamos iglesias, hacemos discípulos. Portland es ahora la ciudad con menos iglesias en Estados Unidos. Antes era Seattle, pero en la gracia de Dios ya no lo es, y todavía tenemos trabajo que hacer.
Fuimos allá, y la iglesia apenas tiene un año. Enfrentaba mucha persecución, piquetes, los manifestantes les rompían las ventanas; les decían cosas horribles a los niños, algunos incluso escupían al entrar a la iglesia. O sea, fue un comienzo muy inestable, pero el pastor Tim y el equipo capearon el temporal, amaron bien y forjaron buenas relaciones con toda la ciudad, y ahora asisten más de 700 personas semanales en un solo año. La iglesia ha estallado, añadiremos un servicio nuevo este otoño, y esperamos plenamente que la asistencia aumente a 1.000 personas cuando cumplan 18 meses. Oren por Mars Hill Portland. Cosas maravillosas están pasando ahí.
También pueden orar por Mars Hill Downtown Seattle. Oficialmente ocupamos el edificio de la iglesia más antigua de Seattle. Sin embargo, seguimos recaudando el dinero que falta para terminar la obra; cosas como los baños, de modo que no estamos buscando materiales demasiado lujosos por ahora. Usamos baños portátiles afuera y hace bastante frío, y necesitamos terminar de construir algunas cosas allá. Vamos a transmitir en vivo desde allá durante la Pascua y les hablaré un poco de la Pascua en un momento, pero vamos a transmitir desde allá en vivo.
Pueden orar también por Mars Hill Tacoma y por Mars Hill Everett. Ambos ocuparon instalaciones maravillosas a un precio muy pero muy razonable, pero tuvieron que hacer unos arreglos para alistarlos. Por eso necesitamos $600.000 para Mars Hill Tacoma. Mars Hill Federal Way se trasladará a Tacoma. Desde que el pastor Bubba llegó ahí la asistencia ha aumentado de 600 a 1.000 personas en pocos meses, y están montando y desmontando la iglesia en un colegio. La iglesia ha estallado por la maravillosa labor que el pastor Bubba ha hecho. Lo a amamos a él y a Shelly muchísimo. Este viejo y padrísimo edificio en Tacoma será el tronco que eche ramas en toda el área de South Sound, y necesitamos recaudar el dinero que falta para eso.
También, Mars Hill Everett consiguió la arsenal. No nos estamos congregando en ninguno de estos edificios por el momento. La iglesia Mars Hill Everett se está congregando, y están montando y desmontando la iglesia en un colegio y están tratando de recaudar fondos para acabar la construcción para poder ocupar el edificio. Tenemos que recaudar muchos fondos ahí, pero creemos que ambas iglesias serán muy pero muy importantes para sus regiones, por lo cual oren por ellos también.
Esta Pascua, no sé si lo habrán escuchado, pero Jesús está vivo. No sé si escucharon eso, son buenas noticias. El evento más grande para nosotros todos los años es la Pascua, donde celebramos la resurrección de Jesucristo de la muerte. Y permítanme decirles lo que tenemos planeado para este año. Vamos a transmitir desde Mars Hill Downtown, y nos estamos sincronizando en vivo, vía satélite, con todas las 14 iglesias Mars Hill, y nos reuniremos simultáneamente en vivo con todas las iglesias. Nos conectaremos digitalmente como una gran familia extendida. Hacemos 42 servicios en 14 localidades en 4 estados, por tanto, oren. Si suena complicado, es porque lo es.
Estamos orando, y ustedes pueden estar orando para que al menos 20.000 personas asistan a la Pascua. Estoy orando para que al menos 20.000 personas asistan a la Pascua, y estamos orando para que hagamos centenares y centenares y centenares de bautismos, y para que la gente conozca a Jesús. También vamos a estar en vivo en línea para que las personas puedan ver los servicios, y los bautismos, y escuchar los testimonios. Si tiene amigos que quieren ver lo que estamos haciendo esta Pascua, nos pueden seguir en línea. Por favor oren por la Pascua. Es nuestro día de cosecha más grande del año y es el día en que vemos a más personas conocer a Jesús. Incluso ahora, oren por familiares, amigos, vecinos, colegas de trabajo. ¿A quién van a invitar?
Por último, oren por la generosidad del pueblo de Dios. Estamos aquí. Tenemos como 13.000 personas semanales y alabamos a Dios por ello. Son muchas personas para amar y servir. Terminamos bien el año con las ofrendas, y tuvimos una especie de precipicio fiscal en enero. Solo el 28% de las personas en toda la iglesia están dando algo, y francamente estamos atrasados, así que oren por los corazones de las personas para que sean generosos.
Para los que son generosos, gracias. Para los que Dios está llamando a dar, les pedimos que oren para de qué manera van a dar. Así estamos en este momento. Con la baja en ofrendas, hemos reducido nuestros gastos, pero para serles francos estamos registrando un déficit, estamos mermando nuestras reservas de dinero al punto que necesitamos pedirles que oren por corazones generosos entre el pueblo de Dios para la próxima temporada.
En la providencia de Dios, tengo una ilustración de cómo es esto en la práctica. En realidad es cuestión del corazón. Hoy me levanté y Alexie, mi hija de 9 años tenía su diezmo para la iglesia Mars Hill. Escribió: «De Alexie, a Mars Hill». Hasta hizo su propio sobre. No sé cuánto habrá dado, pero para Alexie es su diezmo para la iglesia. Y no le pedimos que hiciera eso. Lo hace por su cuenta casi cada semana. Ora por la iglesia todos los días, y da a la iglesia todas las semanas.
Aprecio mucho su corazón, y aunque la cantidad que contiene probablemente no es mucha, si supongo correctamente, procede del corazón de alguien que ora por la iglesia y ama la iglesia. Y pienso que ofrendas como estas son como los peces y panes que aquel niñito le dio a Jesús; Él los multiplica para alimentar a las multitudes. Les pedimos que oren y que den lo que Jesús ponga en su corazón, y confiamos que Él nos ayudará a administrarlo bien y a multiplicarlo. Y si quieren, pueden ponerlo en un sobre muy padre hecho a mano, como el de Alexie. Dicho lo cual, los quiero mucho y voy a orar de una vez.
Dios Padre, gracias por la oportunidad de enseñar la Biblia en la Iglesia Mars Hill. Señor Jesús, al ver el ejemplo de Pablo que seguía orando por la iglesia, ayúdanos a orar continuamente por la iglesia. Es bueno que oremos por nosotros mismos, Señor. Es bueno que oremos por amigos y familiares, pero es muy importante que no olvidemos orar por la familia de la iglesia. Padre, te damos gracias porque podemos llamarte Papá y porque somos una familia. Y ayúdanos a tener corazones inclinados en oración unos para con otros. Ayúdanos a ver a la iglesia como una familia, no como un negocio. Y Señor Jesús, estoy muy agradecido porque ahora mismo el Espíritu Santo está en nosotros, y que estás intercediendo por nosotros, y que al hablar con el Padre, nuestras oraciones van directamente a Él. Te damos gracias por eso y nos regocijamos en eso, y lo pedimos ahora en el buen nombre de Jesús, amén.
Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.