Yo Soy Amado (Efesios 5:22–33)

El sexo, el matrimonio, la sexualidad, y el amor de Dios

Es un día raro. En la cultura hay una enorme discusión o debate, y casi todas las noticias tienen algo que ver con esto de alguna manera, sobre temas de sexo, género, y matrimonio. No sé si lo han visto, quizás, pero está muy de moda ahora. Mientras tanto, en la iglesia, nos congregamos como miembros de la cultura en general con ciertos acuerdos y desacuerdos. Y al congregarnos, abrimos la Palabra de Dios a ver si Él tiene alguna verdad oportuna para la falsedad de nuestros tiempos.

En la providencia de Dios, nosotros en Mars Hill tendemos a estudiar libros completos de la Biblia. Estamos en el libro de Efesios. Vamos en el sermón 14 de Efesios en nuestro estudio de catorce semanas, en el que preguntamos: ¿Quién crees que eres?

Hoy vamos a abordar lo que quizás sea la sección más debatida y más disputada de todo el libro de Efesios y quizás de todo el Nuevo Testamento, y para algunos, quizás, de toda la Biblia. Y la pregunta es esta: ¿Debemos hablar sobre género? ¿Debemos hablar sobre la sexualidad? ¿Debemos hablar sobre hombres y mujeres? ¿Debemos hablar del matrimonio? Y si debemos hacer eso, ¿debemos ser mensajeros de Dios o ser editores de Dios? Ahí es donde nos encontramos hoy.

Algunos dirían: «No hablemos de esos asuntos. Solo hablemos de Jesús y de lo mucho que ama a la gente». Pues vamos a hacer ambas cosas hoy. Al examinar Efesios 5:22–33 (pueden buscar ese pasaje en su Biblia) el Apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo hablará sobre el amor de Jesús por la iglesia y lo que eso significa para hombres y mujeres en el contexto del matrimonio cristiano. Él combina ambos conceptos de tal manera que no podemos separar el amor de Jesús de la intención de Dios para las parejas de casados. Algunos de ustedes se sentirán mal, y algunos de ustedes se sentirán muy pero muy mal.

Lean conmigo Efesios 5:22–33. Lo leeremos y después hablaremos de lo que leímos. «Las mujeres», ¿qué dice ahí damas? Caray, no tardaron mucho, ¿verdad? Una señora dijo calladamente: «Estén sometidas». O sea no fue una respuesta llena de gozo y entusiasmo. «Mujeres estén sometidas». ¿Qué significa eso en griego, pastor Mark? Los evangélicos rebeldes siempre se conocen porque hacen estudios de palabras. Tratan de averiguar si en griego pueda tener otro significado. Lo leeré simplemente, ¿de acuerdo? «Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. Porque el marido es—», caballeros, ¿qué dice?—«cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo Él mismo el Salvador del cuerpo. Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo». Parece mucho.

«Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia». «Y se dio a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra», las Escrituras, «a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás su propio cuerpo, sino que lo sustenta y lo cuida, así como también Cristo a la iglesia; porque somos miembros de su cuerpo».

Y cita Génesis 2:24, el primer libro de la Biblia. Génesis 1 y 2 fueron antes de que el pecado entrara al mundo. Habla de nuestros primeros padres, Adán y Eva, y del primer matrimonio. Así era el mundo como Dios quiso que fuera antes de que el pecado lo corrompiera. Y cita Génesis 2.24: «Por esto el hombre dejara a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne». Es un verso que también cita Jesús. «Grande es este misterio, pero hablo con referencia a Cristo y a la iglesia. En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido».

Como el Novio Ama a Su Novia

La idea principal aquí es el amor, el amor, el amor. Menciona la palabra amor seis veces en esta corta sección. En nuestra cultura amor significa que uno hace lo que quiere. Ese no es el significado bíblico del amor. Según la Biblia, el amor es un gran misterio. Pablo va usar ese lenguaje aquí y en otras partes del libro del Efesios, y cuando lo hace, lo que quiere decir es esto: algo que era desconocido ahora nos fue dado a conocer por medio de Jesucristo. La gente usaba el lenguaje del amor, pero le añadían muchos malentendidos y un significado incompleto. Cuando llega Jesús, vemos en qué consiste el amor, ahora sabemos qué es el amor. El amor no solo tiene su definición, es un ejemplo ambulante.

Para el cristiano, esta es la idea principal. El amor no puede entenderse aparte de la Persona y la obra de Jesús. Sigue siendo un gran misterio para muchos de los que aún usan la palabra amor. En realidad no saben qué es, qué significa, qué hace. Pero los que conocemos a Jesús, tenemos la oportunidad de ver qué es el amor, y ver qué hace el amor, porque es un misterio que ahora nos fue dado a conocer en Jesús.

Algunos dirán: «Hombre, si usted habla del género, y del matrimonio, y del sexo, y de varón y hembra, no está siendo muy amoroso». Algunos incluso dirían que eso «es muy odioso». No, es muy amoroso, y aquí aparece en el contexto del amor— del amor. El amor como Dios lo define, como Jesús lo revela. Y lo que está diciendo es que cuando se trata del amor no debemos empezar con el amor que uno siente por su novio, o por su novia, o por un amigo, o por un familiar, o por una mascota, sino empezar con el amor que Dios tiene por nosotros, el amor perfecto que Dios tiene por nosotros. Es patrón y prototipo del amor que podríamos tener unos por otros por la gracia de Dios. Ese es el amor de Dios por medio de nosotros para unos a otros. Y dice que el amor de Dios es como el amor de una novia y un novio. Usa una metáfora eterna.

¿Han asistido a una boda? Como pastor algo que me gusta hacer mucho es oficiar bodas para personas que se aman. Es un momento maravilloso cuando la puerta de la iglesia se abre y entra la novia, y está ahí en toda su gloria. Me encanta ver su rostro, y ver su gozo y su sonrisa, y su esperanza. Y después me gusta ver el rostro del novio, que generalmente se para a mi izquierda, cuando contempla el rostro de la novia. El gozo, el amor, la valoración, el afecto, la devoción que Él le tiene—su rostro como que lo dice todo.

Lo que está diciendo es que el amor de Jesús por la iglesia es como el amor del novio por la novia. Es como el amor de la novia por el novio. Es un pacto eterno, maravilloso, de devoción, compromiso y afecto perfectos. Por eso es que generalmente nos encantan las bodas. Nos encantan las grandes historias románticas. Nos encanta ver a las personas enamorarse. Nos encanta ver a las personas seguir enamoradas. Y todo eso, finalmente, es el anhelo del corazón por lo que solo Jesús nos puede dar: un amor interminable, perfecto, consagrado, devoto, y afectuoso.

Ustedes necesitan saber esto, Mars Hill: Jesús ama a todo su pueblo colectivamente, juntos como iglesia, y es como un novio y una novia. Al decir eso, sé que algunas de las damas escucharon: «Oh, Jesús nos ama como un novio ama a la novia». Y les será muy fácil aceptarlo emocionalmente porque como padre de dos niñas pequeñas, mi experiencia ha sido que la mayoría de las niñitas crecen practicando para su boda, y empiezan muy jóvenes. Se atavían todas con una especie de vestido de novia y ensayan para su boda desde una edad muy joven.

Sin embargo, para nosotros los hombres la metáfora se nos complica un poco. ¿Cuántos hombres dirían: «Me siento como una novia y Jesús se siente como mi marido»? La simple idea de vestirme en un traje de novia los haría pensar: «Necesitará muchos retoques, y nunca he visto un vestido de novia con un cuello de ese porte».

. . . Yo diría que esta metáfora es muy útil para las damas. Es como si marido y mujer fueran el patrón y prototipo del amor de Jesús por su iglesia. Para nosotros los hombres, quiero que sepan que cuando la Biblia habla de la novia de Cristo, nunca se refiere a una sola persona, sino a una colectividad nacional. O sea, la iglesia es como una novia. Individualmente los hombres no se identifican con Jesús como una esposa, pero colectivamente como iglesia, seguimos, nos sometemos, confiamos, disfrutamos, y vivimos con Jesús como una esposa con un marido amoroso y devoto. Esa es la idea principal.

Esto nos da entender que nuestro anhelo de un amor perfecto, de un amor sin fin, de un amor devoto, de un amor generoso, de un amor de sacrificio, de un amor humilde, no es algo que podamos satisfacer con nuestras relaciones horizontales. Solo es posible por medio de nuestra relación vertical. Lo que quiero decir es esto: solo Dios en Jesucristo ama perfectamente, ama humildemente, ama continuamente, ama desinteresadamente, ama generosamente en todo momento y sin falla.

Y al recibir este amor de parte de Jesucristo y al formar parte de la novia colectiva, del pueblo amado de Jesucristo, pensamos en el fin del tiempo. Apocalipsis 19 explica la cena de las bodas del Cordero, que la historia culminará con una ceremonia en la que Jesús regresa por su pueblo a amar y a bendecirlos y a darles un un hogar en un reino donde morarán juntos para siempre. Entendemos esa clase de amor y afecto al pensar bíblicamente, y eso nos permite dejar de usar a las personas y empezar a amarlas. Cuando las usamos, por lo general es para conseguir el amor que deberíamos recibir de nuestra relación con Jesús.

Y a veces lo que sucede, sobre todo para los solteros, permítanme hablarles un momento a los solteros. Por primera vez en la historia de la nación, la mayoría de los adultos son solteros. La gente está esperando más que nunca para casarse.

La mujer promedio tiene casi veintisiete años, y el hombre promedio tiene casi veintinueve años, y cada pocos años esa edad aumenta entre más espera la gente para casarse. Y a veces lo que pasa es que nuestra expectativa en una relación puede parecer una descripción laboral: que alguien nos ame. Se la damos a un amigo, y nos fallan. Se la damos a un familiar, y nos fallan. O nos casamos, y se la damos a nuestro cónyuge, y nos fallan; y hay una profunda sensación de pérdida.

Por lo general Jesús es el único que puede satisfacer esa descripción laboral, de que nunca nos dejará ni nos abandonará, que nunca nos fallará, que nunca nos desilusionará, que nunca y de ninguna manera nos tratará de ninguna otra forma, solo con amor. Y eso convierte el amor en un ídolo, y de repente empezamos a usar a las personas para conseguir ese amor que anhelamos.

Y la buena noticia es que si ese amor viene de Jesús, Él satisface ese anhelo de amor y nos ama perfectamente. Eso nos permite amar a otros con el amor que nosotros recibimos, y significa que no tenemos que estar en una relación. Podemos ser solteros, como Jesús, y estar satisfechos porque la relación amorosa existe aunque no tengamos una relación amorosa con alguien.

Eso significa incluso que cuando nuestros seres queridos, sobre todo nuestros cónyuges, nos fallan, como de seguro lo harán, nuestro amor no termina ahí, no nos quedamos sin amor, y nuestra identidad no es la de una persona no amada, o que fue amada, sino de una persona amada perfectamente, amada continuamente, y a quien Jesús ama todavía.

Al saber que Jesús nos ama, somos librados. Nos libra para amarle y para amar a otros con el amor que Él da. Todo esto está incluido en las enseñanzas de Pablo sobre el patrón prototipo del amor de Jesús por la iglesia, que es la fuente del amor del marido por la esposa—del amor del marido por la esposa.

Cinco maneras en que Jesús ama a la iglesia

Quiero hablar de cinco maneras, según el Apóstol Pablo que escribe aquí bajo la inspiración del Espíritu Santo— cinco maneras en que Jesús ama a la iglesia. Dice: «Cristo es cabeza de la iglesia». Lo dice así, sin más.

Como cabeza

La primera manera en que Jesús nos ama es siendo nuestro Cabeza. La cabeza es lo preeminente. Está en la cima proverbial. Significa que Jesucristo es el Encargado. Él tiene autoridad. Para nuestra familia de la iglesia, muy prácticamente, significa que no importa lo que yo quiero, no importa lo que ustedes quieren, no importa lo que queremos, ni siquiera importa si hacemos una votación. La pregunta es: ¿qué quiere Él? ¿Qué dice Jesús? La iglesia pertenece a Jesús, y finalmente debe ser gobernada por su Palabra. Si Él quiere algo, eso es lo que debemos hacer.

Si Él no quiere algo, entonces no debemos hacer eso. Y uno de los grandes errores que ocurren, sobre todo entre los miembros de la iglesia, es que llegan y piensan: «Esta es nuestra iglesia. Yo di dinero», o «me hice miembro. Soy un líder. Y ahora tengo derecho a decir lo que quiero y conseguirlo porque esta es mi iglesia», o, «represento a un grupo de personas y esta es nuestra iglesia». No, la iglesia es de Él, y deberíamos preguntarnos: Señor Jesús, ¿qué quieres? ¿Qué quieres, porque tú eres la Cabeza. Es tu iglesia. Tú eres el Líder. Tú eres lo más importante».

Y como saben, uno toma decisiones en la cabeza, asimismo Jesús es el que toma las decisiones. Jesús es el que dirige. Jesús es el que tiene preeminencia. Él tiene prominencia. Además, significa que lo seguimos a Él, y significa que como Cabeza y Líder, Él toma responsabilidad por nosotros. Esa es la definición de un líder: Alguien que toma responsabilidad.

Para nosotros las cosas funcionan así: pecamos contra Dios; no es culpa de Jesús, es culpa nuestra. Él no nos hizo pecar, nosotros lo hicimos. Pero Él entra en la historia humana y vive sin pecado, una vida perfecta y obediente. Va a la cruz y se sustituye por nosotros y muerte en nuestro lugar por nuestros pecados. Paga nuestra deuda, y toma responsabilidad por nosotros. Se responsabiliza por nosotros.

En la cruz, Jesús se responsabiliza por cosas que no son culpa suya. Eso es lo que significa ser Cabeza. Y esto es muy importante porque este lenguaje se usa en otras porciones del Nuevo Testamento para hablar de los esposos y sus familias, y de los padres y sus hijos, y para resaltar que de todas maneras ser el encargado significa ser el hombre que trata, por la gracia de Dios, de ser como Jesús, y tomar responsabilidad por las cosas aunque no haya sido su culpa. Asimismo, Jesús toma responsabilidad por nosotros como Cabeza.

Como Salvador

Segundo, otra manera en que nos ama, como dice, es como Salvador: Él es el Salvador de la iglesia. Esto significa, amigos, que somos pecadores y necesitamos un Salvador. No somos buenas personas que se vuelven mejores; somos malas personas que se vuelven peores. Significa que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Esto significa que la religión no salva, y que las filosofías no salvan, y que la espiritualidad no salva, y que la moralidad no salva, que necesitamos a alguien afuera del sistema, alguien que no haya sido tachado o corrompido por el pecado, alguien perfecto que pueda entrar a salvarnos, y venir como rescatador.

Y casi todos los éxitos de taquilla tienen la figura de un salvador. Hay una crisis y una fatalidad inminente, y alguien viene desde afuera y se vuelve el héroe que salva el día. Esa historia, ese anhelo que tantas narrativas culturales toman prestadas en realidad es la gran trama épica de la Biblia, en la que Dios viene en misión de rescate a salvarnos del pecado, a salvarnos de la muerte, a salvarnos del infierno, a salvarnos de Satanás y los demonios, a salvarnos de la ira de Dios.

Estas son buenas noticias para nosotros, y nos muestra cuánto nos ama Jesús porque significa que podemos vivir con esperanza. No tenemos que decir, al contemplar nuestras vidas: «Lo que yo era es lo que soy ahora y lo que siempre seré. No hay esperanza de cambiar para mí». No, un Salvador vino y me salvó de mi vieja forma de vida. Me salvó para una nueva forma de vida. Este Salvador cambia lo que soy, me da una nueva identidad, y determina un nuevo destino para mí. O sea, hay esperanza. Ahora no tenemos que culpar a otros, o excusarnos a nosotros mismos, o aceptarnos a nosotros mismos, o amarnos a nosotros mismos porque Jesús viene a salvar como Salvador.

Segundo, amigos, esto significa que hay un solo Salvador. No hay muchos caminos que nos llevan a Dios. Distintos caminos llevan a distintos lugares. Como son las cosas en el mundo físico así son en el mundo espiritual. En Juan 14:6, Jesús dice: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida». Es una declaración singular y exclusiva. «Nadie viene al Padre, sino por mí». Solamente Él es Salvador. Solo Él es el Salvador. Dice que vino a buscar a los que se habían perdido. O sea, a nosotros. A nosotros.

¿Conoce a Jesús como Salvador? ¿Ha recibido su amor? ¿Entiende que como Cabeza, Él se hizo responsable por su pecado, y como Salvador le agrada salvarlo de las consecuencias, aun de las consecuencias eternas de su pecado? Todo esto demuestra el afecto de Jesús.

Como dador

Tercero, como Dador. Esa es una manera en que ama. Dice que Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella. El mundo en que vivimos no sabe nada de esto. Vivimos en una cultura de derechos en que la gente se preocupa más por sus derechos que por sus responsabilidades, y por lo que piensan que deben recibir que por lo que deberían dar. Quizás entre más jóvenes somos sea peor. No vivimos en un mundo caracterizado por la generosidad. Para nada. Para nada.

La verdad es que uno puede determinar fácilmente lo que ama o a quién ama si se fija cómo gasta su dinero. Jesús dice en otra parte: «Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón». Si por ejemplo voy a la casa de un señor—digamos que está casado y tiene tres niños—y llego y veo una gran lancha de pesca, y los todo terreno, y el equipo de caza y pesca, y palos de golf nuevos, y el carrito de golf, y la casa se cae a pedazos, y la esposa maneja una chatarra, y al entrar veo a los niños harapientos, sé exactamente lo que él ama y a quién ama, y sé exactamente lo que no ama y a quién no ama.

Y aunque me diga: «Oh, yo amo a mi familia». No usted no los ama, mire cómo gasta el dinero. Mire cómo gasta el dinero. Se ama a usted mismo, ama sus pasatiempos, ama sus juguetes. No ama a su esposa y no ama a sus hijos. No los ama, porque el amor es más que un sentimiento, el amor es un compromiso que nos obliga a actuar, y parte de esa acción es dar. Es la generosidad.

¿A qué dedica su tiempo? Eso nos muestra lo que usted ama o a quién ama. ¿A qué dedica su energía? Eso nos muestra lo que usted ama o a quién ama. ¿En qué invierte sus posesiones? Eso demuestra lo que usted ama o a quién ama. ¿En qué invierte sus riquezas? Eso demuestra lo que usted ama o a quién ama. Lo que ama y a quién ama. Jesús ama a la iglesia.

Mars Hill, estoy es sumamente importante. A cualquier causa que pertenezca, en dos mil años no existirá. A cualquier organización con la que esté comprometido, en dos mil años no existirá. En cualquier país donde sea ciudadano, en dos mil años no existirá. Pero si Jesús no ha regresado en dos mil años, la Iglesia de Jesucristo seguirá existiendo. Hemos existido por miles de años. Somos lo más grande que ha existido. Más naciones, más culturas, más países, más idiomas, más personas han formado parte del movimiento del cristianismo que cualquier otra cosa en la historia del mundo.

Y no es porque seamos inteligentes, porque no lo somos. No es porque estemos bien organizados, porque no lo estamos. No es porque siempre hagamos un excelente trabajo, porque no lo hacemos. Es porque Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella. Como un marido que ama a su esposa y sigue dando de sí mismo, Jesús sigue dando de sí mismo. El Señor Jesús que resucitó y está vivo, sigue dando de sí mismo a la iglesia. Dense a sí mismos. Esto es lo que voy a decirles. Dense a sí mismos a lo que Jesús se entregó: a la iglesia. Den su dinero a la iglesia. Den su corazón a la iglesia. Den su tiempo a la iglesia. Den su vida a la iglesia. ¿Por qué? Porque Jesús se dio a sí mismo a ella.

Algunos dicen: «Oh, ya ve, que se trata solo del dinero». No, en realidad no es eso. Se trata del amor. Jesús es generoso, y cuando usted y yo aprendemos a ser generosos, transforma nuestra vida entera. Si usted es generoso, es un mejor amigo. Si usted es generoso, es un mejor cónyuge. Si es generoso, es un mejor padre de familia. ¿Por qué? Porque puede dar su corazón, dar su tiempo, dar sus posesiones, dar sus riquezas, y dejará de amar a las cosas y dejará de usar a las personas y empezará a amar a las personas usando las cosas para demostrarles amor.

No podemos hacerlo ahora porque no hay tiempo. Necesitaríamos el resto de nuestras vidas, así que se los daré como tarea. Piénsenlo: ¿qué tienen ustedes qué Jesús les ha dado? El mundo es un don. La vida humana es un don. Ser hechos a su imagen y semejanza es un don. Su justicia es un don. La salvación es un don. El perdón de pecados, eso es un don. La vida eterna, el reino de Dios, la Biblia, los hermanos y hermanas, todo eso es un don. Todos eso es un don. Todo eso es un don, y Jesús nos ama cuando nos da.

Como Santificador y Limpiador

Cuarto, nos ama como Santificador y Limpiador. Esto significa que somos sucios, que estamos profanados. que somos inmundos por causa de nuestro pecado. La religión diría: «Más le vale que limpie su vida para poder presentarse ante Dios. No se acerque a Dios así, sucio como está. Límpiese usted mismo. Cambie su manera de vivir». Jesús lo invita a venir como está, para que por medio de su amor usted no siga en ese estado. Él lo limpiará. Él lo limpiará.

Tratar de limpiar su vida antes de venir a Jesús, sería como bañarse antes de ducharse. No tiene sentido. No es necesario. Les daré un ejemplo. ¿Hay madres aquí con niños pequeños? Bien, siempre sabemos quién es la madre del niño, sobre todo si son niños pequeños. Y para los que son solteros, o casados, o que no tienen niños, los niños están llenos de fluidos, y todos son terribles, ¿de acuerdo? Y los niños son como los aspersores. En varios momentos y sin advertencia, los fluidos salen inesperadamente en impresionantes cantidades. Usted dice: «Tengo un hijo de trece años lleno de once libras de mocos». Es sorprendente lo que sale de un niño pequeño, ¿verdad? ¿Lo han visto?

Como padre de cinco niños, se los aseguro. Estornudan, e inconscientemente por falta de dominio propio esparcen los mocos por todo el cuarto— O sea, es un asco. Así es. Y a veces se vomitan. ¿Han visto a un bebé? No pueden aguantar el vómito. Simplemente se vomitan. No tratan de frenarlo. Arrojan el vómito por todo el cuarto, y lo untan todo. Parece la escena de un crimen. Parece que asesinaron a alguien, ¿saben? Mejor dicho, es un asco. ¿Alguna vez han visto a un bebé con diarrea? ¿Han escuchado ese término? No nombraré al hijo, pero tenía un hijo que se untaba hasta el cuello.

Algunos dirán, «¿Cómo es posible?» No lo sé. Físicamente es imposible. Las libras por pulgada cuadrada son más que las de un compresor de aire. No lo entiendo. O sea, «¿Te untaste el cuello? O sea, es como una encestada imposible. No me explico cómo pudiste hacer tal cosa». Pero sale del niño a una velocidad tan horrible que parece que rebota del pañal y se dispara hacia el cuello del niño. Y cargando al niño, pienso: «No puedo creerlo . . . pero qué asco».

Bien, digamos por ejemplo que usted tiene cuatro bebés. Digamos que las mamás hacen un pequeño estudio bíblico o se dan cita para que jueguen los niños, y hay 4 bebés simpáticos sentados en el suelo, y a uno le da diarrea, o se vomita, o se le escurren los mocos, o lo que sea, y algo pasa. Digamos que una de las cuatro mujeres corre sonriendo hacia el bebé. «Oh, lo siento mucho. Déjame ayudarte». Sabemos que esa mujer es la mamá. Es un hecho consabido, ¿cierto? No cabe duda de quién es la madre. ¿Alguna vez han visto eso en un vuelo? Una vez le dio diarrea a un niño en un vuelo, y la gente no se corrió a limpiarlo, ni dijeron: «Oh, ¿puedo limpiarlo?». Nunca he visto eso, ¿cierto? Lo miran a uno como si estuvieran pensando: «Póngalo en el compartimiento superior. ¡Póngalo en el compartimiento superior!». ¿Verdad?

Uno sabe quiénes son los padres porque son los que amorosamente están ahí para limpiarlos. Lo mismo pasa con Jesús, ¿verdad? Somos hijos de Dios. «Hombre, me volví a untar otra vez. Estoy hasta el cuello. Ah, caray», ¿saben? Pero Jesús no nos dice: «Ay, qué horror». No, Él se acerca. Dios viene a la historia humana. Está dispuesto a ensuciarse las manos. Está dispuesto a limpiarnos y a amarnos, y: «Volviste a vomitarte sobre ti mismo. Deja de tomar», ¿no es cierto? Está ahí para ayudarnos.

Está ahí para ayudarnos porque Él es Santificador y Limpiador. Qué amoroso es, ¿no? Si usted ha venido hoy y piensa: «Sí, estoy sentado en mi propio excremento». Y la gente a nuestro alrededor puede notarlo. «Oye, estás sentado en tu propio excremento». Jesús es nuestro Santificador y Limpiador Está ahí para limpiarlo y ayudarle. Está ahí para ayudarle.

Como Él Quien Sustenta y Valora

Y por último, Él es quien nos sustenta y nos valora. Este lenguaje de amar a una mujer como Jesús ama a la iglesia, en gran parte tiene que ver con valorar y sustentar. ¿Alguna vez han visto a una esposa no amada? ¿Alguna vez han visto a una esposa amada? ¿Alguna vez han visto a una mujer valorada por su esposo, y una mujer a quien su esposo no valora? La vida es diferente para ellas, ¿no es cierto? Proverbios dice que hay siete cosas, creo, que son tan tremendas que el mundo no puede soportarlas: Una de ellas es una mujer no amada. El mundo colapsa bajo la presión de ese peso, de ese fracaso trágico. Cuando una mujer es valorada por mucho tiempo, por décadas, ella florece y prospera.

Lo mismo pasa con una iglesia y con el pueblo de Dios individualmente. Jesús valora su pueblo como un buen marido adora a su esposa, y la sustenta como Jesús sustenta, y anima, y edifica su iglesia.

Esto es súper útil cuando reconocemos cómo nos ama Jesús, y es el fundamento de lo que creemos como cristianos. Había un teólogo. No es uno que me guste mucho que digamos. Se llama Karl Barth. Pero le preguntaron una vez al final de su vida: «Resuma todo lo que sabe del cristianismo y de Jesús». Y dijo: «Jesús me ama, bien lo sé, pues la Biblia dice así». El cristianismo en realidad se trata de abrir las Escrituras y aprender sobre el amor de Jesús. Principalmente eso es lo que creemos.

Cuando entendemos cómo nos ama Jesús, nos libra para ser solteros como Jesús si aún no vamos a casarnos o si nunca vamos a casarnos. También, si vamos a casarnos, establece un precedente y un modelo para organizar nuestro matrimonio. Y repito, hoy en día hay muchos “cristianos acobardados” que dicen: «Hablemos del amor de Jesús pero no del matrimonio ni de las relaciones». Pablo dice: «Tengo que juntar ambas cosas porque están intrínsecamente relacionadas, y la una afecta a la otra íntimamente».

Aquí aprendemos que el matrimonio es para un hombre y una mujer. Ahora estamos en una controversia. No tardamos mucho. No tardamos mucho. Con solo decir «hombre y mujer» entramos en otra controversia.

La Biblia dice en Génesis 1:27 que Dios nos hizo varón y hembra. La cultura no enseña que tenemos identidad sexual, varón y hembra, sino que Dios nos creó como personas para elegir nuestro género. Que podemos decidir si somos varón o hembra. Que podemos vivir según la identidad que escojamos para nosotros.

Esto afecta cómo vemos los roles de cada género. Afecta cómo vemos los roles en el matrimonio. Afecta cómo vemos los roles sexuales. Lo afecta todo. No es porque los cristianos y los no cristianos lleguen a conclusiones distintas. Es más profundo que eso. Tienen mentes distintas. La mente cristiana piensa como Dios piensa, y la mente no cristiana no piensa como Dios piensa. La mente cristiana lavada en las Escrituras, e informada por las Escrituras, piensa como Dios piensa. Y como piensan en forma distinta llegan a conclusiones distintas.

No debería chocarnos cuando los cristianos y los no cristianos discrepan sobre temas de género vs. identidad sexual, vs. el matrimonio y la actividad sexual. ¿Por qué? Porque discrepamos en muchas cosas, y esta es otra cosa que podemos añadir a la lista.

Pero aquí vemos que el matrimonio lo constituyen varón y hembra, y que Dios creó eso. Cita Génesis 2, y se supone que es un proceso donde el hombre deja a su padre y a su madre, se casa con su esposa, y consuma su pacto con ella. Los dos se vuelven una sola carne. Pablo lo cita aquí. Jesús también lo cita diciendo que las cosas han sido así desde el principio y Dios quiso que fueran así.

Algunos de ustedes dirán: «Eso es muy controvertido». Pues sigan leyendo el Libro porque casi todo lo que contiene lo es. La pregunta es: ¿Vamos a ser mensajeros de Dios, o vamos a editar a Dios? Antes de que se vayan—y sé que podría perder centenares de personas por este sermón—consideren conmigo lo que la Biblia dice. Y les diría que en nuestros días las cosas no van bien.

Para nosotros existen dos perspectivas fundamentales. Una se llama igualitarismo, donde el esposo o la esposa pueden ser el líder de la familia, o donde un pastor puede ser hombre o mujer. Ese es el igualitarismo. En cambio, hay algo llamado complementarismo, donde el esposo debe ser líder o cabeza de su familia, amorosa y humildemente como Jesús, y que solamente un hombre calificado debe ser pastor de una iglesia. El rol de los diáconos y otros roles pueden ejercerlos mujeres piadosas calificadas.

En Mars Hill creemos que hay asuntos de mano cerrada, en los que todos los cristianos deben estar de acuerdo para ser cristianos. También creemos que hay asuntos de mano abierta en que los cristianos pueden discrepar sin dejar por ello de ser cristianos. Algunos dicen que los los cristianos discrepan en muchas cosas. En realidad no es así. Creemos que hay un solo Dios en tres Personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, la Trinidad; que Dios creó la Tierra, que pecamos contra Dios, que Jesús es el Hijo de Dios, que Él es completamente Dios y completamente hombre, que vivió sin pecado, que murió en la cruz por nuestros pecados, resucitó como nuestro Salvador y vendrá de nuevo a juzgar a vivos y muertos. Todos los cristianos creen eso. Siempre lo hemos creído. Por la gracia de Dios siempre lo creeremos.

Pero en la mano abierta hay asuntos secundarios en los que discrepamos, pero aun así somos cristianos. Aun así creemos en la Biblia y amamos a Jesús. Lo que voy a compartir con ustedes en la segunda mitad del sermón en realidad es un asunto de mano abierta pero creo que es uno de los temas más significativos e importantes de mano abierta porque determina con quién va a casarse y con quién no va a casarse. Determina al casarse cómo organizará a su familia, cómo resolverán sus diferencias, y cómo tomarán decisiones. ¿Cómo criarán a sus hijos, a cuál iglesia asistirán, y bajo qué clase de liderazgo espiritual se pondrán? Son asuntos importantísimos, ¿verdad?

Hay cristianos piadosos que amamos quienes discrepan con nosotros en este asunto, pero quiero que vean que no es un asunto trillado ni trivial. Es un asunto importantísimo. Nos lleva a una cantidad de preguntas. Cristo es Cabeza de la iglesia, y si la iglesia ha de amar y someterse a Cristo, en el pacto matrimonial el esposo debe ser cabeza del hogar, amoroso, y la esposa debe respetarlo y someterse a él. ¿Qué significa eso? ¿Qué no significa? Cuando enseño esto hay mucha controversia y conflicto. Algunos presentan una versión editada y poco clara de lo que creemos. Por la gracia de Dios, espero darles una versión clara de lo que creemos, y finalmente, lo que es más importante, darles lo que enseña la Biblia, de lo cual estoy plenamente convencido.

¿Que significa que una mujer se someta y respete a su marido como Jesús?

La primera categoría de preguntas figuran bajo esta pregunta principal: ¿Qué significa que una esposa se someta y respete a su marido como Jesús? Leeré la Biblia otra vez para que vean que de ahí saqué el concepto. Efesios 5:22: «Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor». Efesios 5:24: «Las mujeres deben estar sometidas a sus maridos». Efesios 5:33: «Que la mujer respete a su marido».

Cuando digo que la mujer debe someterse a su marido y respetar a su marido, me refiero a esos dos grandes conceptos directamente de la Biblia, y esta no es la única referencia. 1 Corintios 11, lo verán en 1 Pedro en el capítulo 5, Colosenses 3. Podría darles muchos ejemplos. La Biblia tiene mucho que decir sobre esto. ¿Qué significa que una esposa se someta y respete a su marido como Jesús?

Teniendo la misma dignidad y valor

Primero, no significa que la esposa sea menos valiosa, inteligente, o competente. Tanto hombres como mujeres portan la imagen y semejanza de Dios por igual. Ambos tienen la misma dignidad y valor. Además, no significa que los hombres sean más importantes que las mujeres. Eso no es cierto. No significa que el esposo sea más inteligente que la esposa. No tiene nada que ver con el coeficiente intelectual. Tampoco significa que el esposo sea más competente en ciertas cosas que la esposa.

Nuestra teología complementarista es esta: Yo tengo dos manos, soy derecho, por tanto esta es mi mano dominante. La mano derecha puede hacer cosas que la izquierda no puede hacer, y la izquierda puede hacer cosas que la derecha no puede hacer, y hay cosas que ambas pueden hacer, pero pueden trabajar juntas de manera complementaria y necesito a ambas.

Esa es la idea básica de la teología complementarista. El hombre es cabeza y líder del hogar, y la esposa es inteligente, dotada, capaz y competente. En Génesis 2:18 dice que es una ayuda idónea, creo. Eso significa que es más inteligente y competente en ciertas áreas que su marido. Por eso trabajan juntos, porque juntos son mejores.

A distinguir entre los asuntos sobre el matrimonio y los del sexo

Segundo, no significa que los hombres, en general, deben gobernar a las mujeres en general. No significa eso. No estamos hablando de asuntos de género, estamos hablando de asuntos matrimoniales.

Tengo dos hijas. Nunca les diría a mis hijas: «Los hombres son los que mandan. Hagan lo que les digan». ¿Se imagina si usted le dijera eso a su hija? De hecho, jamás— conozco a los hombres jóvenes y jamás les diría eso a mis hijas, ¿no es cierto? Eso lleva a un abuso horrible, a la degradación y a la difamación de las mujeres. No estamos hablando de las mujeres y los hombres en general, sino de una sola mujer, una esposa, con un hombre, su esposo.

No estamos diciendo, por ejemplo, que si le ofrecen cátedra a una de mis hijas en una universidad, «Papá, ¿debo aceptarla? Daré clases a los hombres y ellos me rendirán cuentas». Mientras no se trate de tu matrimonio, ¿sí? «¿Qué tal en la empresa, papá? Creo que me van a dar un ascenso, pero habrá hombres en la empresa que me rendirán cuentas». Estás hablando de tu trabajo, no de tu matrimonio. No estamos hablando de todos los roles concebibles para una mujer altamente inteligente y competente. Estamos hablando orquestar a la familia como Jesús lidera a la iglesia.

Mi meta es criar mujeres competentes, piadosas, inteligentes, bien educadas, y que se casen con hombres que están a la altura de esa responsabilidad. A veces malinterpretan lo que yo enseño. Hay personas que llegan y me dicen: «No puedo creer que no quiere que las mujeres asistan a la universidad». Mi esposa asistió a la universidad. Tengo un fondo universitario para mis dos hijas. Mi hija en preparatoria ya ganó créditos universitarios. La universidad me parece bien. Incluso tengo unos libros de la universidad donde asistí. Está bien.

Pendar independientemente

Tercero, no significa que la esposa no pueda pensar independientemente. En un matrimonio complementarista, uno no llega y le pregunta a la esposa: «Oh, y qué opinas de esto?», y después ella dice: «Preguntémosle a mi esposo». «Mi amor, ¿qué opino de esto?». Ella tiene sus propios pensamientos. Me casé con una mujer, y puedo confirmar ese hecho. Ella tiene sus propios pensamientos. A veces esos pensamientos son diferentes a los míos. ¿Han notado esta tendencia como hombres casados? No significa que una esposa no tenga pensamientos independientes. Sí tiene pensamientos independientes.

Buscar la influencia

Cuarto, no significa que la esposa no pueda buscar la influencia de su esposo. Creo que Proverbios 9:14 es donde dice: «La mujer prudente viene del Señor». Creo que Génesis 2:18 es donde dice: el hombre necesita una ayuda idónea. Eso significa que para ser verdaderamente servicial, la mujer debe influenciar a su marido prudentemente. No significa que ella no puede influenciarlo. Grace influye en mí más que cualquier persona. Más que cualquier persona, Grace influye en mí, pero debe ser una influencia prudente, servicial y piadosa. Pues claro que una mujer debe buscar la influencia de su marido, absolutamente. Esa fue una de las razones por la que Dios los unió. El esposo necesita ayuda, y ella puede ayudarle.

Expresar pensamientos y sentimientos

Quinto, no significa que la esposa no pueda expresar sus pensamientos y sentimientos. Algunas mujeres piensan equivocadamente: «Oh, ¿entonces no puedo sentir nada ni decir nada?». Pues claro que puede, pero hágalo de una manera respetuosa para que pueda ayudar a influenciar a su marido en vez de buscarle pelea y declararle la guerra, y entrar en el ciclo de la locura. Los que están casados saben cuál es el ciclo de la locura. Solo prendan la música de carnaval y háganle un rato. No logran hacer nada, mejor dicho.

Aquí nos referimos a que ella expresa sus pensamientos. «Mi amor, pienso que es mala idea. Mi amor, no sé, no me parece bien. Mi intuición me dice, sabes, cuando dijiste eso o aquello, pensé que eso no estaba bien». Ella expresa sus pensamientos y sus sentimientos. Repito, Jesús lo hizo, y para ser como Jesús, ella lo hará.

Respetar a los aspectos dignos de su marido

Además, sexto, no significa que una esposa ignore los defectos de su marido, al contrario, que incentive los aspectos dignos de respeto de su carácter. Damas, seamos honestos. Ustedes quieren casarse con un hombre al que respetan, y cuando se casen con ese hombre, descubrirán cosas que no son dignas de respeto. Y para ayudarle en las áreas que no son dignas de respeto, necesita incentivarlo en las áreas en que lo respeta para ayudarle a crecer y volverse el hombre que Dios quiere que sea. No significa que un hombre sea sin defectos y sin pecado. Significa que la mujer lo aborda de una manera que le ayuda a ser más como Jesús. Eso es lo que significa respetar.

Marcar la pauta para respetar

Séptimo, significa que la esposa marca la pauta para que otros respeten a su marido. Permítanme preguntarles: si la mamá no respeta al papá delante de los niños, ¿ellos lo van a respetar? No. Si la esposa no respeta al esposo delante de sus colegas de trabajo, ¿ellos lo van a respetar? No, no. Las mujeres que irrespetan a sus maridos en público incentivan a otros a irrespetar a sus maridos. Eso no quiere decir que no pueda discrepar con su marido, pero hágalo respetuosamente y en privado.

Quizás las damas no entiendan esto, pero cuando irrespetan, o menosprecian a su marido delante de los demás, él lleva las de perder. Porque si él discute con usted, está siendo insensible, y si no contesta, está siendo débil. Lleva las de perder. Entre hombres, las cosas no son así. Si usted me falta al respeto, tenemos de qué hablar, ¿no es cierto? Podríamos tener un pequeño debate sobre eso. Pero con la esposa, uno se encuentra en una posición embarazosa. O le contesto, o soy un marido insensible. Si no contesto soy un marido débil. El libro de Proverbios habla de ciertas clases de mujeres. Son rencillosas. Fastidiosas.

En la historia de Mars Hill he resaltado a los hombres y reprendido a los hombres. Pues en el nombre de la igualdad, permítanme hacerle lo mismo a las damas, ¿de acuerdo? Porque creemos en la igualdad. Creemos que las mujeres deben ofenderse igual que los hombres, ¿de acuerdo? Algunas de ustedes son fastidiosas. Son irrespetuosas. Son querellosas. Estar casado con usted es como estar en cadena perpetua, y el tipo escribe en su muro todos los días: «Un día más. Solo un día más». Proverbios dice que ciertas mujeres son como una llave que gotea constantemente. ¿Alguna vez ha tratado de dormir con una llave que gotea? Ploc, ploc, ploc, ploc, ploc. Es lo que usamos para torturar a los prisioneros de guerra. Una esposa es así. Ella simplemente—bum, bum, bum, bum.

Entonces algunos tipos leen Proverbios y ven el verso que dice: «Mejor es vivir en un rincón del terrado que en una casa con una mujer rencillosa». Los hombres piensan: «Sí, tengo el equipo para acampar y estoy listo para aplicar la Palabra de Dios, y treparme en el tejado con una escalera, armar la carpa y subir la escalera». ¿Está bien? Algunas de ustedes dicen: «Yo no soy rencillosa». Ahí cayó, no es cierto, ahí cayó.

Proteger contra las tendencias negativas

Octavo, ayuda a proteger contra una tendencia de mujeres a desconfiar, a despreciar, y a irrespetar a su marido. Digamos simplemente que en base a Génesis 3 donde el pecado entró al mundo, la tendencia de los hijos de Adán es ser unos cobardes que apenas cumplen sus responsabilidades y la tendencia de las hijas de Eva a irrespetar al hombre y tomar el asunto en sus propias manos. Como resultado tenemos el mundo en que vivimos, donde los matrimonios no están funcionando bien y la gente no permanece junta, y en realidad vamos en picada y estamos en una crisis.

Ser igual y bajo autoridad

Y noveno, esto significa que ella sigue el ejemplo de la Trinidad y de Jesús. Repito, volvemos a nuestras convicciones teológicas. Hay un Dios en tres personas: Padre, Hijo, y Espíritu Santo. Falso o verdadero: Dios Padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo, son iguales y comparten todos los atributos divinos. ¿Falso o verdadero? Verdadero.

Falso o verdadero: Jesucristo, la segunda Persona de la Trinidad, el Hijo de Dios, se somete a Dios Padre. ¿Falso o verdadero? Verdadero. Uno puede ser igual y estar bajo autoridad. Por eso un maestro no es más valioso que un estudiante. Por eso un líder político no es más valioso que un ciudadano. Significa que alguien lidera y alguien se somete a ese liderazgo. Por eso es que el jugador no es menos humano ni menos valioso que el entrenador. Siempre tenemos este tipo de relaciones. Si un oficial de tránsito le va a dar una multa, usted no puede decir: «Oiga, somos iguales, de modo que usted no tiene derecho a multarme. De hecho, el que va a ponerle la multa soy yo». Al contrario, en ese momento vamos a practicar sumisión. ¿cierto?

Las cosas funcionan así: Jesús es el Hijo de Dios, y la Biblia dice que el Padre envió al Hijo. Mientras Jesús estuvo en el mundo, dijo cosas como: «No he venido a hacer lo que yo quiero. He venido a hacer lo que el Padre me envió a hacer». Dice: «No digo solo lo que yo quiero decir. Digo lo que el Padre me dice que diga». De hecho, Jesús nos dijo que oráramos así: «Hágase tu voluntad». Eso es sumisión.

En el Huerto de Getsemaní, antes de ser crucificado, el Señor Jesús hace esta oración llena de angustia al Padre: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, esta copa de sufrimiento . . . pero no sea como yo quiero, sino como tú quieras». «Como tú quieras». Damas, respetar y someterse es ser como Jesús, es ser como Jesús. ¿Quieren ser como Jesús? Esa es una de las formas en que aprendemos a ser como Jesús. ¿Qué tal las preguntas para los hombres?

¿Qué significa que un esposo ame y lidere como Jesús?

La siguiente categoría de preguntas: ¿Qué significa que un esposo ame y lidere como Jesús? Dice que él es cabeza—o sea el líder— y que debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia. La palabra amor aparece 6 veces aquí. ¿Qué significa? Permítanme empezar con este punto serio para todos los hombres. Si Dios los bendice con una esposa, la pregunta no es si usted es cabeza del hogar. La pregunta es si usted es un buen cabeza del hogar. ¿Entienden la diferencia?

Aquí dice: «Cristo es cabeza de la iglesia». ¿Quién es Cabeza de la iglesia? Cristo. No vamos a votar sobre eso. No importa lo que la encuesta CNN diga al respecto. Y aunque decidamos que Cristo no es cabeza de la iglesia, ¿saben qué? Lo es, porque Dios votó y ese es el único voto que cuenta. Así como Cristo es cabeza de la iglesia, dice, el marido es cabeza de la esposa—simple y llanamente.

Si usted está en Mars Hill y es un tipo que no está amando a su esposa, que no invierte en su esposa, que no tiene devoción por su esposa, y se dice ser cristiano, y viene a hacer cita, no puede decir cosas como: «Es que decidí que yo no iba a ser cabeza del hogar». Usted no puede votar. Dios ya votó. La pregunta es: «Es usted bueno o malo como cabeza», no si usted es cabeza del hogar. Es una carga adicional que llevan a cuestas los hombres. Quiero que sientan eso. Uy, hay una carga adicional ahí.

Por eso es que aunque Eva pecó primero en Génesis 3, Dios viene y le pregunta a Adán: «¿Dónde estás?». Adán no podía mirar a Dios y decir: «Oye, votamos y ya no soy cabeza del hogar». Porque Dios le diría: «Yo voté y sí lo eres». Usted es responsable. Eso es lo que significa ser cabeza. Usted es responsable. ¿Cómo sabe si un hombre es un buen cabeza del hogar? Si no es abusivo. Si ama a su esposa como Cristo amó a la iglesia. Eso significa que ella crece y florece bajo su amoroso liderazgo.

Ser una Cabeza Buena

O sea, la pregunta no es si usted es cabeza, del hogar sino si es bueno o malo como cabeza del hogar. Los hombres solteros necesitan saber esto: hoy por hoy los hombres son patéticos. Por primera vez en la historia de la nación, la mayoría de los niños nacidos de mujeres jóvenes nacen fuera del matrimonio. Por primera vez en la historia de la nación, las mujeres jóvenes propenden a asistir a la universidad, a asistir a la iglesia, y a estar en la fuerza laboral más que los hombres jóvenes, e incluso a tener una licencia de conducir. Vivimos en días en que los hombres actúan como niños aunque son hombres, viven a costa de sus madres, viven a expensas de sus novias, abandonan sus responsabilidades, y es un desfile de necios, pero el chiste se quedó sin remate.

Y uno de los grandes valores de Mars Hill es que los hombres deben tomar responsabilidad como lo hizo Cristo. Ante todo, deben tomar responsabilidad por ellos mismos, y si pueden casarse, entonces podrán consumar su pacto y dedicar sus vidas a amar a su esposa. Si usted está aquí y discrepa con eso, vaya a la casa y estudie las Escrituras y pregúntese: «¿Discrepo con Dios?».

Y para los que buscan a eruditos para que les digan que pueden hacer lo quieren, no son más bien niños rebeldes, tercos, y duro de corazón, que cuando Papá dice que no, van y buscan a cualquier persona en cualquier parte que les permita seguir rebelándose? Hombres, Dios nos impuso una carga y quiero que la sientan.

Algunos solteros entre ustedes piensan: «Caray, voy a madurar, voy a casarme, y eso me hará un hombre». No, no lo hará un hombre. El matrimonio es para hombres, no para niños; y los niños que se casan no se vuelven hombres, hacen daño a mujeres y niños. Eso es lo que hacen.

Someterse a una autoridad más alta

Segundo, hombres, nosotros no somos la autoridad más alta. Sobre nosotros están los ancianos de la iglesia. Por tanto, si se porta como un burro, podrían tener que hablar con usted. Sobre nosotros está el gobierno. Si quebrantamos la ley, iremos a la cárcel, orden de alejamiento por violencia doméstica, y cosas así. Nos sometemos a una autoridad más alta, la del gobierno. Significa que la Palabra de Dios está sobre nosotros. Estamos bajo la autoridad de las Escrituras. Por encima de todo esta el Señor Jesús, resucitado y reinante. No somos la autoridad suprema, caballeros. Estamos en la parte baja del tótem. Tenemos autoridad delegada para amar a mujeres y niños.

Amar a su esposa

Tercero, hombres, debemos amar a nuestra esposa, no al matrimonio. Algunos hombres solteros tienen un guión en su mente de cómo debe ser matrimonio en la práctica, y tratan de encontrar una mujer a quien puedan dar ese guión para que ella lea las líneas y haga el papel porque usted ama el matrimonio. Pero no debemos amar el matrimonio, sino amar a nuestra esposa. ¿Entienden la diferencia? Uno se topa con muchos solteros que dicen: «¡No aguanto las ganas de casarme!». No, la meta principal no es casarse. La meta es amar a su esposa como Cristo amó la iglesia. Es fácil casarse. Es muy difícil amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia.

¿Los casados se han dado cuenta que eso es cierto? Cualquiera puede ponerse un traje, sonreír, decir: Si quiero, y firmar un formulario. Eso es fácil. Amen a su esposa como Cristo amó a la iglesia por cincuenta años. Eso requiere un poco de trabajo. Y a algunos hombres les encanta la idea de: «Oh, puedo vivir con alguien, y puedo acostarme con alguien». No les encanta la idea de amar a esa mujer.

Valorar la amistad humana más importante

Además, cuarto, su amistad humana más importante es con su esposa. Claro que nuestra amistad con Jesús es la relación más importante pero nuestra amistad humana más importante es con nuestra esposa. Cuando Pablo dice varias veces: «Esposos, amen a sus esposas», a lo que se refiere, creo yo, es a la amistad. Grace y yo abordamos este tema en El Verdadero Matrimonio. Tocaré el tema brevemente, pero se trata de la amistad.

A veces pensamos: «Trabajo duro, compro los alimentos, soy un esposo amoroso. Pues preguntémosle a su esposa a ver si piensa que usted es un buen amigo. Porque anteriormente, en Efesios 5:21, donde dice someterse unos a otros en el temor de Cristo, el esposo ahora puede decir: «Me faltaste al respeto», y la esposa puede decir: «No fuiste amoroso», y tienen que escucharse uno al otro y aprender uno del otro para que ella pueda crecer y ser más respetuosa, y para que él pueda crecer y ser más amoroso. ¿Son buenos amigos? ¿Son buenos amigos?

Hubo temporadas en que no fui un buen amigo de Grace, y tuve que arrepentirme y pedirle perdón, porque me había vuelto muy egoísta y no quería amarla, solo quería que ella me ayudara. Pero en realidad, pienso que la esencia del matrimonio es la amistad. Los amigos no se dan por vencidos. Los amigos se divierten juntos. Los amigos perseveran en los tiempos difíciles. A Grace y a mí nos gusta decir que algunos matrimonios están espalda con espalda Hay enemistad, amargura. No se la llevan bien. Muchos matrimonios cristianos, sobre todo, están hombro con hombro. Son compañeros de cuarto, pero no son almas gemelas. Trabajan duro por la familia y para el ministerio, trabajan duro para el negocio, pero en realidad no son amigos.

Y los mejores matrimonios pasan mucho tiempo cara a cara. Se conocen uno al otro, se aman uno al otro, resuelven sus diferencias, hacer recuerdos juntos. No sé decirles lo importante que es la amistad. Así es como se aman uno al otro.

Conocí a Grace a los diecisiete años. El 12 de marzo celebramos el 25o aniversario de nuestra primera cita. Una de mis metas en la vida, una de mis metas es ser un amigo cada vez mejor con Grace, ser el mejor amigo que ella ha tenido, porque ella es la mejor amistad que yo he tenido. Me gusta estar con ella. Me gusta tomarla de la mano. Me gusta hacer recuerdos con ella. Estuve con ella en su adolescencia, de los veinte a los treinta años, de los treinta a los cuarenta años y pasados. Quiero estar con ella hasta que cumplamos ochenta años y más, y quiero que seamos amigos, que nos tomemos de la mano, que hagamos recuerdos, que nos divirtamos, que superemos cualquier cosa, alcanzando la gracia de Dios al otro lado. Permítanme recalcarles, caballeros, que tomen responsabilidad por el bienestar de la amistad en el matrimonio.

Amar a Su Esposa, No Solo a Lo Que Espera Que Ella Llegue a Ser

Quinto, amen a su esposa y no solo lo que esperan que ella llegue a ser. «Oh, si tan solo perdiera peso, si tan solo aprendiera tal cosa. Oh, si tan solo tuviera tal habilidad, si tan solo intentara tal cosa. Oh, si tan solo cambiara en ese aspecto, yo sería tan amoroso con ella». No. Jesús no nos trata de esa manera. Jesús no llega y dice: «Esta es la lista de las cosas que quiero que hagan, y si las hacen los trataré con afecto». Jesús llega y dice: «Voy a amarte, y mi amor va a cambiarte». No amen a su esposa por lo que puede llegar a ser, amen a su esposa por lo que es y véanla transformarse.

Amar a su esposa pase lo que pase

Sexto, amen a su esposa pase lo que pase. Esta es la diferencia entre un trabajo y un pacto. En un trabajo le dan una lista. Tiene que hacer ciertas cosas. Mientras haga esas cosas, ha cumplido su deber. En los pactos matrimoniales, Dios no nos da una lista. En las Escrituras nos da algunas cosas, pero finalmente lo principal es amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia. No puede decir: «Nunca pensé que le fuera a dar cáncer. No era parte del trabajo». No, dice: «Amen a su esposa». Ahora tiene cáncer, pues amen a su esposa con cáncer. «No, es que yo quería tener hijos y ahora ella es estéril y no podemos tener hijos. Eso no estaba en el acuerdo». No, no, no, ame a su esposa estéril como Cristo amó a la iglesia.

Lo que pasa es que algunos queremos reducir al matrimonio a una lista de deberes, pero el deber principal de los esposos es amar a sus esposas como Cristo ama a la iglesia. Aunque contraiga cáncer, aunque se enferme, aunque sea estéril, aunque su familia ampliada sea muy difícil. Muchas cosas pueden suceder.

Ser fuerte y tierno

Séptimo, caballeros, tenemos que ser fuertes y tiernos para amar a nuestra esposa como Cristo amó a la iglesia. Cristo se muestra fuerte con los falsos maestros y herejes, los que vienen a hacerle daño a la iglesia, pero es muy tierno con el pueblo de Dios. Tenemos que ser fuertes y tiernos con nuestra familia. Los hombres que solo son fuertes, abusan a su familia. Los hombres que solo son tiernos, permiten que otros abusen a su familia.

Tomar responsabilidad por el bienestar de la familia

Octavo, como líder de familia, caballeros, tomamos responsabilidad por el bienestar de la familia. Tomamos responsabilidad por el bienestar de la familia, por lo cual usted no puede decirle a su esposa: «Necesitas organizarte más. Necesitas participar». Usted no puede decirles a sus hijos: «Tienes que mejorar en ese aspecto. Ve y arregla eso. Tienes que tomar parte».

Incluso cuando nuestros hijos son mayores. Una de las cosas más insensatas que han dicho algunos hombres cristianos es: «Es que mi hija tiene diecinueve años. Se fue a la universidad, está tomando mucho, está saliendo con un idiota consumado y ahora está instalada con él. Pero ella tiene suficiente edad, ¿quién soy yo para meterme?». Usted es cabeza del hogar. Siéntese con ella y dígale: «Cariño, te amo y tú eres mi responsabilidad, por eso rompí con él». Pienso que ese es un buen rol para los padres, tomar parte en la vida de su esposa y de sus hijos, porque es su responsabilidad.

Sé que algunos hombres pueden ser demasiado dominantes pero permítanme decirles que en nuestro día quizás ese no sea el riesgo. Hoy en día el problema no es: «Los hombres son demasiado responsables por el bienestar de su esposa y de sus hijos. Necesitamos aplacarlos. Esos hombres son demasiado dedicados».

Ella Es un Jardín, Usted Es el Jardinero

Noveno, ella es un jardín y usted es el jardinero. Ella es un jardín; usted es el jardinero. En los Salmos dice que una mujer amada, con hijos, será como fecunda vid. ¿Le gustan los buenos jardines? ¿A cuántos de ustedes les gusta un buen jardín? ¿A cuántos de ustedes no les gusta mucho la jardinería?

A la mayoría nos gusta un buen jardín. No tenemos uno. En realidad no me gusta la jardinería porque requiere mucho trabajo. Es un trabajo continuo que dura el año entero, al menos eso me dijeron». En 1 Corintios 11 dice que una mujer es la gloria del hombre. Otra forma de decirlo es: ella refleja quién es Él y lo que hace. Y otra manera de decirlo es que él es el jardinero, y ella es el jardín. Algunos de ustedes deben decir, «Caray, hay mucha maleza en mi casa». Usted es el jardinero. «Caray, hay mucha fruta podrida en mi casa». Usted es el jardinero. Usted es el jardinero. No necesita otro jardín. Necesita ser un mejor jardinero.

No hay pasto donde no crezcan las malezas. Lo mejor es amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia, sea un buen jardinero y desmalece cualquier maleza que salga para nutrir, cultivar y valorar a su esposa, y a sus hijos, si Dios le concede la gracia de tenerlos. Y después, con el tiempo, su hogar se volverá más y más como un jardín fructífero donde le gusta estar porque hay vida, salud, y gozo. Pero significa que el trabajo nunca se acaba, como el trabajo del jardinero que nunca se acaba.

Para los solteros a considerar

Para los que son casados, quiero que piensen y que oren por estas cosas. Para los que son solteros, más del 90 por ciento de ustedes se casarán. Damas, no se casen con ningún hombre que no las ame. No se casen con ningún hombre que no ame a Jesús. No se casen con ningún hombre que en realidad no respetan. No se casen con ningún hombre si no confían que puede tomar decisiones para su familia. Es mejor ser soltero que estar casado y ser infeliz.

Caballeros, no se casen con una mujer a menos que desarrollen una verdadera amistad con ella y quieran que esa amistad continúe el resto de sus vidas. No se casen con una mujer que no ama a Jesús. Si no ama a Jesús, ni siquiera lo entenderá a usted.

Hombres, no se casen con ninguna mujer que no esté de acuerdo con ustedes teológicamente. Usted podría decir: «¿Cuál es la diferencia entre el complementarismo y el igualitarismo?». Cásese y vea lo que sucede. Habrá desacuerdos sobre cómo debe organizar el hogar, cómo resolver conflictos, cómo leer la Biblia, cómo criar a los hijos. Está sembrando malezas en su propio jardín. Caballeros, no se casen con ninguna mujer que no confíe en ustedes, y que no siguen su liderazgo, y que no están de acuerdo con el rumbo de su vida y con la iglesia a donde quieren asistir, y la carrera que quieren seguir. Si no está de acuerdo con esas cosas, no es la mujer para ustedes.

Y les diría, caballeros, que Dios no nos da una descripción laboral, sino a una de sus hijas. Él no quiere que marquemos las casillas del deber, quiere amarnos y ayudarnos a amar a sus hijas. Eso es lo que significa ser un esposo cristiano.

También significa que no cohabitamos, solteros. No lo hacemos. Jesús no se acuesta con la iglesia; se casa con ella. Se compromete con ella. Se consagra a ella. Nunca la dejará ni la abandonará, y la ama con amor de pacto, no en forma cultural. El mundo no sabe lo que hace, porque el mundo en su sabiduría, no conoce a Dios. Les insto a que no se adapten a este mundo, sino que sean transformados mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, aceptable y perfecto para sus relaciones, para su familia, y para su legado.

Tengo el gran honor de enseñar. Ustedes deben decidir qué harán con esta información. Les insto que participen en un grupo comunitario para hablar de esto con otras personas, para que sigan estudiando las Escrituras y vean lo que Dios dice al respecto.

Llevo veinticinco años con mi mejor amiga, y les aseguro que el camino de Dios es el mejor camino. De hecho, el camino de Dios es el único camino. No peleamos mucho. De hecho nos ponemos de acuerdo. Tomamos decisiones juntos. Le pedía a Gracie: «Mi amor, dame un ejemplo de algún momento en que discrepamos sobre algo y yo tomé la decisión, y tuviste que someterte a ella». Le di cuarenta y nueve horas y no pudo recordar ni una sola vez. Llevamos veinticinco juntos. No es que en todo momento le salga con aquello de que yo soy cabeza del hogar. Si usted tiene que hacer eso, tiene un verdadero problema en su matrimonio. Oramos, hablamos, resolvemos las cosas como amigos, y me responsabilizo por las decisiones que tomamos juntos.

Una oportunidad a responder

Ahora les daremos una oportunidad para que respondan también. Si usted no es cristiano, este es el momento de darle su pecado a Jesús y de recibir su amor como su Salvador. Vamos a recolectar los diezmos y las ofrendas. Les pido a los administradores de finanzas que pasen a recolectar en este momento. Al recolectar nuestros diezmos y ofrendas, permítanme recordarles que Cristo a la iglesia, ¿e hizo qué? Se dio. Cuando damos, estamos diciendo: «Amo lo que Jesús ama. Amo la iglesia».

Al recolectar nuestros diezmos y ofrendas, quiero que sepan que Jesús nos ha dado, y al dar nosotros, reconocemos que Jesús está dando por medio de nosotros. Además, en un momento, vamos a tomar parte en la comunión, y en la comunión recordamos que Dios se dio a sí mismo— su cuerpo quebrantado representado por el pan, su sangre derramada representada en la bebida— y vemos el amor de Dios. Vemos el amor de Dios en la muerte y resurrección de Jesucristo.

Y por último, vamos a cantar y vamos a celebrar porque somos amados. ¿Saben qué tienen todas las bodas? Una fiesta de bodas. ¿Qué hacen en todas las fiestas de bodas? Comen, toman, y celebran. Eso es lo que hacemos en la comunión y la adoración. Estamos comiendo, tomando, y celebrando que Jesús nos ama, que Jesús nos ama.

Y al prepararnos juntos para eso, quiero compartir con ustedes lo que está pasando en Mars Hill Sammamish. En esta iglesia somos una familia en 14 localidades, y asó como Cristo amó a la iglesia, como dice la Biblia, también queremos amar a la iglesia, amar a toda la iglesia, y quiero darles una mirada de lo que Jesús está haciendo en Sammamish.

Pastor Mark (PM): Soy el pastor Mark aquí en Mars Hill Sammamish con el pastor Alex. Háblanos un poco quizás sobre la historia de fondo. ¿Cuándo empezamos a celebrar los servicios aquí?

Pastor Alex (PA): Empezamos en octubre de 2011.

PM: ¿Entonces la iglesia tiene casi año y medio o algo así?

PA: Sí.

PM: Entonces, fue un regalo que nos dieron. Parece que hay una gran batalla espiritual por este palmo de tierra. Dos iglesias trataron y no pudieron. ¿Cómo va la iglesia en medio de todo eso después de año y medio?

PA: Estamos saliendo adelante en medio de todo esto, tratamos de entender nuestra misión aquí, porque como tú dices, es una población muy distinta. Estamos ubicados entre un gran colegio católico y Eastside High School al otro lado, un colegio público en el distrito escolar Lake Washington, y en la misma cuadra más adelante está Skyline.

PM: Una potencia del fútbol americano.

PA: Una potencia del fútbol americano. Estamos tratando de ministrar a las familias aquí y llamarlas no solo para que al fin puedan tener una buena familia, sino una familia excelente que vaya creando un legado para los niños y las familias en esta comunidad en los años venideros.

PM: ¿Y cuántas generaciones de tu familia están adorando juntas aquí en Mars Hill Sammamish?

PA: Mi esposa y yo, mis tres hijos y sus familias, y sus hijos, o sea que hay una, dos, tres generaciones.

PM: Pienso que eso resume la gran visión para Mars Hill Sammamish: generaciones que se aman, que aman a Jesús, que permanecen casados, que crían a sus hijos y a sus nietos para amar y servir a Jesús. Quiero darte las gracias por estar aquí. Pero es genial, porque en la providencia de Dios, queremos que la historia de tu vida se replique una y otra vez, aquí en Sammamish. ¿Cómo pueden orar las otras iglesias Mars Hill por ti y por la misión que están llevando a cabo aquí?

PA: Queremos animar e invitar a los hombres a que vengan. Este lugar tiene muchos hombres jóvenes con familias jóvenes. Queremos entrenarlos. Queremos ayudarles a aprender a orar por sus familias, a ser cabeza de su esposa, y a querer hacerlo porque el Espíritu Santo mora en sus corazones. Quieren crecer de esa manera. Queremos encontrar la manera de entrenarlos para que tengan familias excelentes para la gloria de Dios.

PM: ¿Cuántos niños vienen aquí los fines de semana?

PA: Yo diría que en promedio vienen al servicio dominical quizás unos 300 niños de esta área.

PM: ¿Trecientos niños?

PA: Sí, es bastante desafiante.

PM: O sea que hay casi tantos niños como adultos.

PA: Así es, así es.

PM: O sea, casi el 50 por ciento.

PA: Sí, así es. Tenemos muchos niños aquí. Tenemos una pareja estupenda a cargo de nuestro ministerio infantil. Queremos ayudar a estos padres de familia, no solo cuidar a sus niños, sino equipar a los padres para que los dirijan en casa.

PM: Maravilloso. Gracias por tu trabajo, amigo. Te amamos, te apreciamos.

PA: Te amamos también.

Oración

Amén. Permítanme orar. Dios Padre, al congregarnos como familia en la iglesia, pido por los hombres quienes amorosamente, humildemente, generosamente y con sacrificio toman responsabilidad para dirigir a sus familias como Jesús manda. Señor Jesús, pido por las esposas y las mujeres para que respeten y confíen en sus maridos; y si son mujeres más jóvenes y tienen un padre piadoso, o incluso sus padres, que siguen el ejemplo de Jesús quien siendo igual a ti, se apasionó, se expresó, pero respondió a tu liderazgo, Dios Padre.

Pido para que no nos adaptemos a este mundo, sino que seamos transformados por la renovación de nuestra mente. Pido por los miles de niños que consideran a la Iglesia Mars Hill su hogar y que son criados en gran parte en familias intactas con madres y padres. Pido que esos niños sean salvos y que sean librados de tanto sufrimiento porque sus padres caminan en sabiduría siguiendo el ejemplo de Jesús, en cuyo nombre oramos, amén.

Nota: Esta transcripción ha sido editada para la legibilidad.